13 de febrero de 2022

S.L.B.: SI DE VERGUENZAS HABLAMOS NO MARGINEMOS LOS EJEMPLOS MÁS CERCANOS - EL SILENCIO DEL PODER ACERCA DE LA INSEGURIDAD PASÓ A SER CONMOVEDOR - OBRAS NECESARIAS QUE NO SON PRIORIDADES - MEGACAUSA: LAS CHICANAS Y SU VARIABLE APROVECHAMIENTO - LASTIMOSO PAPEL DE LA DIPLOMACIA NAC & PÒP - DOBLE BURLA: EL PRECIO DEL PAN Y EL 12 % A JUBILADOS - CEGUERA DEL DESTINO QUE EN REALIDAD ES MIOPÍA PROPIA: ¿A DÓNDE NOS LLEVAN? - UN DIA DE LOS ENAMORADOS ES POCO PARA ESE ENORME SENTIMIENTO.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” nº 712 del 13/02/22 difundido en dúplex por AM580 y la 88.5FM dependientes de Radio Universidad Nacional de Córdoba.

En honor a la verdad y a la realidad…
SI HABLAMOS  DE  VERGÜENZAS, NO  COMETAMOS  EL
ERROR DE OLVIDARNOS DE ALGUNAS MUY CERCANAS
 
   No fue muy afortunada que digamos la intervención presidencial refiriéndose al periodismo argentino, al compartir en sus redes un tuit con un video donde la vocera oficial, nacional & popular Gabriela Cerruti discute con una de nuestras colegas del diario La Nación por el descontento de los Estados Unidos ante la gira presidencial en China y Rusia. “El periodismo mainstream argentino es una vergüenza nacional”, dice.
   “Pese a lo sostenido por la portavoz presidencial, la información en off de fuentes gubernamentales y diplomáticas es, en todo el mundo, sustento de coberturas periodísticas en medios de referencia”, se aseguró en un comunicado. Poco después, el mensaje fue borrado de la cuenta del Dr. Alberto Fernández.
   Es curioso el enfoque de la vergüenza que tienen ciertas personas, especialmente cuando son encumbradas o gozan de privilegios tales como los que otorga el poder, porque suelen coincidir en la maldita costumbre de sentirse impolutos y sostienen que el resto del mundo está contaminado, eludiendo de paso el sano y saludable ejercicio de la autocrítica, aunque es una actitud reservada a los elegidos, a los no contaminados de espíritu.
   O sea que palabra más u ofensa menos, el periodismo argentino en general es una vergüenza, así de simple.
   No quiero caer en el cómodo facilismo de sentirme agraviado dada la estatura gubernamental de quien ofende, pero en cuanto a lo saludable, suele ser gratificante refrescar memorias ajenas, ya que las propias lucen ya, a veces por la edad, ciertas fisuras por donde se escapan los recuerdos, las vivencias y los errores cometidos.
   Si es por vergüenza, bueno sería simplemente no olvidar antes que nada los 120.000 muertos de la pandemia, que pudieron ser menos -uno sólo menos bastaba- si no se interponía esa calamidad disfrazada de privilegio, que fue la fresca e impune instauración de los vacunatorios VIP para elegidos por el dedo del poder, las fiestas en Olivos donde la consigna parece haber sido viva el contagio ajeno, los barbijos y tapabocas una mariconería exagerada o las mascarillas que se remiten al carnaval, algo que debíamos respetar todos nosotros menos los ellos, o sostener y pregonar que adelantarse en la fila que también era para todos por igual y con paciencia no configuraba delito, aunque fuera un desembozado acto de autoritarismo.
   Vergüenza es decir que a los jubilados se les aumenta un 12 por ciento y la suma total de lo que mensualmente perciben no los coloca a los viejos a quienes todo se les debe, ni siquiera a la mitad de lo que necesitan para no ser indigentes.
   Vergüenza es ver el crecimiento exponencial de la miseria, la multiplicación de las villas, la muerte que decretaron a la dignidad del trabajo con el veneno del populismo que agiganta la marginalidad laboral para no perder el beneficio…
   Vergüenza es mirar hacia otro lado cuando vemos el avance incontrolable del narcotráfico, las cadenas de ocultas complicidades que todos conocemos, y la inacción que es velada protección a los personajes relevantes que sin dudas algo tienen que ver con esa maldita forma de enriquecerse con los vicios y las desgracias ajenas.
   Vergüenza es el alevoso enriquecimiento de ciertos exponentes de la dirigencia sindical, a quienes se les debiera obligar a rendir cuentas de sus posesiones, con los controles respectivos, tanto al asumir como al retirarse de esa actividad y no me vengan con que aporte ejemplos porque todos los conocemos y mi función es de periodista, no de batidor.
   Vergüenza son los sueldos que se asignan los legisladores de todas las banderas porque aunque no los voten y ganen las mayorías, no dejan de percibir esos beneficios que luego vemos en la vida rumbosa que llevan muchos de ellos.
   Vergüenza es la justicia pachorrienta que juega a las dilaciones con lo que se benefician autores de delitos que son agraciados por las prescripciones de las causas y de las acciones.
   Vergüenza, en definitiva, es padecer el dolor diario de ver de qué manera nos deterioramos como país, habiendo sido uno de los países más ricos del mundo no mucho tiempo atrás, hasta que diversos virus nos fueron cíclicamente atacando hasta dejarnos como piltrafas, llorando por lo que fuimos y llorando también por lo que no nos permiten ni nos dejan que seamos.
   Esas son vergüenzas y no macanas, como defenderse ofendiendo sin haber apelado a la propia conciencia que es la que no perdona aunque acepta los silencios propios y no negocia a la hora de formular íntimos cargos.
   Es cierto que la tarea periodística viene siendo bastardeada por oscuros intereses, apetencias políticas y otras aberraciones que le están haciendo perder su pasado de veracidad, de denuncia, de cierto romanticismo, para sepultarlo en los intereses que crea y que fortalece, en su poder innegable, en las riquezas que genera y en los dolores que provoca sobre todo al ejercerse en sistemas proclives a las mordazas  y los condicionamientos, en los que las fabulosas cifras que se manejan en publicidad estatal suelen borrar ciertas inmunidades por el mal que se tratan de difundir.
   Aquí entre nosotros, cuando se apela a la argentinidad para las declamaciones y los discursos grandilocuentes que ya no joden a nadie porque nadie los cree, debieran remontarse a la sabiduría de Martín Fierro cuando proclamaba que “si la vergüenza se pierde, jamás se vuelve a encontrar”.
   Y no se empeñen en buscarla, porque si es que la tenían, ya la perdieron…
   Un parrafito aparte para no olvidarme, asumiendo el riesgo que me rotulen como procesista de Videla y su banda: es imperdonable la manera en que han sido desactivadas las fuerzas armadas argentinas, por la imposición de aquel prurito izquierdoso aún persistente que están al servicio de la represión y de otras actividades repudiables.
   En cualquier país del mundo que se diga progresista, las fuerzas armadas son irreemplazables cuando cumplen con su real cometido y no son utilizadas para represión interior, salvo en los casos de necesidad y urgencia como ahora para luchar contra el narcotráfico, salvaguarda de fronteras y algunas otras aplicaciones menores.
   En lo personal y porque tomo lo del sr. Presidente como un golpe bajo, me permito opinar sin ninguna vergüenza, que la historia argentina nunca olvidará, gracias a la toma de estado público a través del periodismo, tantas actitudes vergonzantes que debió y debe pasar la ciudadanía por la desvergüenza de sus gobernantes.
 
De mal en peor ante el avance del hampa
ES UN TEMA TAN RECURRENTE QUE ES COMO SI EL
PODER NOS QUISIERA  SILENCIAR POR CANSANCIO
 
   La verdad, ya casi no quedan argumentos periodísticos como para seguir protestando por el avance incontrolable del hampa, porque cualquiera que se esgrima, seguramente ya está gastado y ha perdido actualidad, vaya ironía, por su vigencia tan cotidiana como dañina.
   Estamos a merced de los delincuentes, la policía gasta fortunas en equipamiento en algunos casos de primerísimo nivel, pero no surge una conducción que nos permita avizorar una mejoría o al menos una cierta disminución de la actividad delictiva porque no deja de ser creciente y nada se habla ni siquiera como intención, de la necesaria instauración de una política integral de seguridad que nos aleje de los nefastos resultados de las improvisaciones y de los remiendos emergentes.
    Hay un detalle que desorienta a la sociedad, como resultado de la repetición de hechos delictivos perpetrados a la luz del día tanto en locales cerrados como en la vía pública, que son prolijamente documentados en filmaciones de los domos de seguridad instalados o por las cámaras particulares de los negocios afectados.
   En muchos de los casos, es tan nítida la calidad de la imagen cuando los malvivientes sabiéndose seguros e impunes actúan sin cubrirse el rostro, que es para pensar que con la tecnología que hemos visto aplicar en otros países, la identificación y la detención de los ladrones se reduce a pocas horas y siempre es certera.
   ¿Es que entre nosotros y con todo lo que se gasta, no podemos acceder a esos avanzados sistemas de identificación de personas? Si no podemos, es porque algo falla y lo importante es que la carencia está en la conducción, en el poder, que no apela a esas ventajas que aporta la tecnología vaya Dios a saber por qué, teniendo recursos económicos para hacerlo.
   Ya es repetir la oración echada al viento porque la verdad, estamos hartos de inseguridad y a cada instante los medios periodísticos -tengan o tengamos o no vergüenza- se encargan de que lo sepamos y que también se enteren desde el poder.
   La diferencia radica en que a nosotros nos preocupa, nos inquieta, nos angustia y nos deprime y a los que mandan no se les mueve ni un pelo.
 
La ciudad “bombardeada”
EL PROBLEMA NO SON LAS OBRAS EN MARCHA
SINO EL ESCASO SENTIDO  DE LO  PRIORITARIO
 
   A veces es necesario volver más de una oportunidad sobre los pasos ya dados, porque la sordera oficial suele ser tan marcada, que se hace imprescindible refrescar memorias en una actitud personal que más allá de la crítica periodística, demuestra mi profundo amor por esta ciudad única, irrepetible, llena de misterios y de contradicciones.
    En nombre del progreso y de la belleza, lo quiero suponer, se pinta a mansalva sin respetar convenciones internacionales al respecto en cuanto a los colores, se demuele, se cierran calles, se cambian rumbos, en una palabra, se complica la vida de los cordobeses acostumbrados ya al desórden de casi siempre y no me nieguen que es así…
   Pero si algo hay que criticar, es lo que están haciendo con las plazas, que aunque necesitaban actualización, limpieza y otras mejoras, sobre todo en las instalaciones eléctricas, ciertas prioridades estaban por encima como por ejemplo el tema transporte, atención de la salud más de la que tenemos a la vista, arreglo de calles barriales en la periferia, cloacas y desagues en vastos sectores de la traza urbana y otras mejoras imprescindibles que garanticen la recuperación de nuestra alicaída calidad de vida.
   Los lodazales en los sectores más alejados del centro donde la tierra todavía manda por encima del pavimento son un drama, como lo serán las escuelas si no están adecuadas a un correcto funcionamiento ahora, frente a la cercana reiniciación de las clases.
   Las plazas y pongo por ejemplo la Colón y la Rivadavia, muestran buenas perspectivas pero escaso progreso y eso que ya llevan más de un par de meses en obras.
   Roguemos que se apuren. Lo otro que hicieron está bien, era necesario, pero por favor, verifiquen que no es imprescindible ni prioritario acotar avenidas cuando el crecimiento del parque automotor y la agilidad del tránsito lo desaconsejan y sobre todo por respeto a los comerciantes que quedan, de todos aquellos que se les vino la noche cuando eso que le dicen progreso sin pensar en las prioridades, les obligó a bajar las persianas para transformarse en un nuevo problema social.
   Un problema que ellos ni nosotros merecemos.
 
La Megacausa del Registro de la Propiedad
LAS CHICANAS SON  DE  DOBLE  UTILIDAD POR SU
VIGENCIA EN LAS CONTRAPARTES DE UNA CAUSA
 
    La Real Academia Española a la que gustoso acudo una vez más, define la palabra “chicana” como una artimaña, un procedimiento de mala fe especialmente utilizado en un pleito por alguna de las partes y a veces se transforma en algo parecido a una treta o al decir español, de una zancadilla.
   En materia jurídica ciertos magistrados utilizan este término para justificar la mora judicial, alegando que los largos plazos en la resolución de causas son motivados por las “chicanas” interpuestas por los abogados defensores cuando ejercen el constitucional derecho a la legítima defensa. 
   En la causa del Registro de la Propiedad muchos reclamos contra la prisión preventiva, sistemáticamente dictada a la mayoría de los imputados, fueron tildados de “chicanas", transponiéndose el límite ético cuando un camarista consideró como “un verso” la solicitud de una madre de cumplir esta ilegítima prisión preventiva en su domicilio, para acompañar a su hija adolescente en riesgo de adicción.
   Cuando analizamos el particular accionar del Poder Judicial en esta causa, el abuso de prisiones preventivas justificadas en el riesgo de fuga en personas de escasos recursos, el antojadizo criterio para caratular la causa como una sola o como muchas según permita que los mismos jueces, conformando una comisión especial, persigan a los mismos imputados, la curiosa y particular interpretación e indiferencia ante fallos internacionales, la cuasi extorsión de exigir el pago de multas no firmes a cambio de libertad, los testigos anónimos utilizados por los investigadores en los juicios, las condenas que insólitamente terminan el 30 de febrero, y el arbitrario manejo de los plazos, es que se acumulan las sospechas.
   Y la principal, lleva a pensar que la "chicana" se ha mudado al otro lado de la barandilla.
 
¿A cuántos asesores pagamos?
UN LASTIMOSO  PAPEL DE  LA DIPLOMACIA
ARGENTINA, FRUTO DE LA IMPROVISACIÓN
 
   Seguramente no surgió de improviso eso de la “tournee” por Rusia, China y ese alivio de pasar por uno de los tantos paraísos fiscales como lo es Barbados, casi como imitando a ciertas incursiones por lugares afines que años atrás realizara el cuestionado Mauricio Macri.
   Lo de Rusia es comprensible por varios motivos: pagar seguramente las vacunas antes que nos manden sus abogados que me comentaron son cosacos de físico monumental y filosas armas, que manejan con la misma soltura que un fusil o una metralleta, agresivos y propensos a quitar vidas porque para ellos eso no tiene mayor importancia, lo que han venido demostrando a lo largo de la historia universal.
   Por otro lado otro de los objetivos habrá sido estrechar aún más los lazos de nuestra incipiente dependencia del eje que conforman los rusos, chinitos, venezolanos, salvadoreños y cubanos, por aquello declamado de la patria socialista aunque de eso poco es lo que tengan.
   Y por China y seguramente con parecidos propósitos de pagarles las vacunas que sacamos al fiado y firmar algunos acuerdos que andan por allí en el aire de los chismes y de las habladurías, que los emparentan con cierta dependencia ideológica.
   Lo de Barbados debió haber sido muy especial porque no fue escala técnica como le llamaron años atrás a una incursión similar que hiciera ExElla, sino que nuestro Presidente habló en un foro que comanda, acerca de algo vinculado con el medio ambiente y esas actividades tan en desarrollo y que contribuyen de manera notable, entre otros resultados, a la correcta alimentación de los pueblos prescindiendo de productos inalcanzables para la dieta común como el caviar iraní, el salmón rosado del Pacífico, las ostras de Australia, o los terneros argentinos.
   En definitiva y por tratarse ya de un asunto demasiado meneado mediáticamente, algunas pocas palabras para la argentina falta de previsión en cuanto al conocimiento de los sitios que nuestras autoridades van a visitar.
   Así se aprende, por ejemplo, a no llevarle al Papa almanaques de talleres mecánicos ni gomerías, a Maduro una constitución de su propio país ni a las autoridades cubanas otro alimento que no sea la merluza.
   Por eso nuestros representantes reverenciaron a los chinos como se hace con los japoneses, ensalzaron el sistema político que los transformó en una poderosa nación y los elogiaron por la calidad humana de sus gobernantes de ahora y de antes también.
   Es una pena que hayan olvidado a lo mejor por no saberlo, que Mao Tse Tung, monarca chino por tantos años, ha sido considerado por la historia universal como el más grande y prolífico violador de los derechos humanos, asesino de más de 50 millones de sus compatriotas.
   Vale señalar, para el final, que solo en aquella protesta estudiantil de la plaza de Tianamén, (se acuerdan del pibe que enfrentó a una columna de tanques, episodio que comentábamos recién) donde estuvieron reunidos hace pocos días ellos y los nuestros, la represión maoísta se despachó con alrededor de 2000 muertos.
   Así es eso a lo que le llaman diplomacia: el reinado de la hipocresía…
 
Desigual pelea: el pan vs. FMI
LA DOBLE BURLA DE “LOS PRECIOS QUE NO
AUMENTARÍAN” Y EL 12 % A LOS JUBILADOS
 
   Lo único que falta, si hiciéramos una proyección de los “precios cuidados” con la real situación inflacionaria que nos abruma, no serìa exagerado sostener que dentro de poco al pan pasarían a venderlo en las joyerías que contaran con seguro y rejas de protección, porque serían seguramente el blanco de la delincuencia que ni para entonces dejaría de crecer.
   El producto básico, es entendible que tiene ciertos “peajes” donde se va encareciendo de a poco porque cada uno de ellos reclama su parte, lo que es lógico, y por eso pensemos en el que siembra el trigo, sus empleados, el gasto en fertilizantes y remedios para las plantas, luego los cosechadores, acopiadores, mayoristas, supermercadistas -quienes siguen sosteniendo que no son formadores de precios- minoristas y por fin, el mostrador donde se reciben todos los lamentos, las puteadas y los cierres del fiado, cuando son tan víctimas como algunos de la cadena y los consumidores.
   Es una vergüenza el precio que tiene el pan, después que se hubiera anunciado oficialmente que el acuerdo con el Fondo Monetario no acarrearía desbordes de precios, a lo que la nafta de arranque contestó con un 12 por ciento de incremento o algo parecido.
   No ocurrió lo mismo con los postergados de siempre, los jubilados, que casi les obligaron a ponerse contentos cuando ya ni lágrimas tenían, por el aumento del 12 por ciento que recibirían los de la mínima ¡en marzo…!
   Realmente una burla más contra los más desposeídos, los menos afortunados, los más vulnerables. usarlos de felpudo para que allí limpien la miseria de su andar los poderosos, los que no se preocupan por los precios de nada.
   Los jubilados, con esa miseria, no alcanzan ni a la mitad de lo que necesitan para considerarse indigentes.
   Y después, los que mandan se llenan la boca con su verso de los derechos humanos…
 
¿Un horizonte turbulento?
“LO  QUE  SE  CONSIDERA  CEGUERA  DEL
DESTINO ES EN REALIDAD PROPIA MIOPÍA”
 
   La sentencia es el Faulkner y si no fuera porque los argentinos tantas veces quemados con leche vemos una vaca y lloramos, bien sería que lo aplicáramos a nuestra actualidad porque en realidad hablar de “destino” sería sumamente caprichoso, porque han sido tantas las veces que nos llevaron por caminos equivocados que no siempre tuvimos la osadía de plantarnos y exigir correcciones o modificaciones de rumbos y cuando lo hicimos a través de las urnas, fuimos olímpicamente desoídos.
   Todos los gobernantes en los últimos tiempos quisieron vendernos una imagen de “pilotos de tormentas” y ocurrieron dos cosas: que no podían manejar ni aviones de calesitas o que demostraron una actitud suicida pretendiendo volar y volar sin percatarse que no les alcanzaba el combustible.
   Como ahora, que en el tanque del Banco Central queda la borra de lo que nos impulsaba y salimos a dar lástima afuera mintiendo hacia adentro que estamos mejor que nunca pese al “…pero Macri”, a la pandemia y a todos los otros contratiempos, sin tener la valentía cívica de confesar que también en su momento fueron alternando el piloto automático de la rapiña y el comando mal compartido cuyas consecuencias ahora están apareciendo.
   El doble discurso casi adquirió la categoría de triple, vemos la desorientación que es por lo general el anticipo del desparramo y volamos sin saber a dónde porque nadie, nadie de ningún color porque cada uno conoce sus culpas, es capaz de mostrarle a la sociedad un diagnóstico tan preciso como sincero de todos los males que nos carcomen que vienen del pasado, del presente y del futuro y sin plan de vuelo nos llevan vaya Dios a saber a qué estrella.
   Es por eso que debiéramos hacer carne en nosotros otra sentencia, en este alegórico caso, de Viktor Frankl: “Cuanto antes nos percatemos de que nuestro destino está en nosotros mismos y no en las estrellas, tanto mejor para nosotros”. Nunca, jamás, en salvaguarda de nuestro futuro dejemos la brújula en manos de quienes, más allá del destino, tienen sus propios y secretos horizontes.
 
El estado ideal del ser humano…
LA  MAGIA DE ENAMORARSE: ¿Y UN SOLO
DÍA PARA UN SENTIMIENTO TAN ENORME?
 
   Cuando los amores son asexuados, se corre el riesgo lógico de las malsanas interpretaciones, el tratamiento escatológico de la situación o su inevitable consecuencia que motiva bromas de dudoso gusto.
   Enamorarnos, en el caso de los machitos, podemos llegar a enamorarnos de una mujer: o una mujer de otra mujer, o aquel machito, de otro hombre.
   Por eso mañana quiero festejar dignamente el Dia de los Enamorados dejando de lado sus inocultables motivaciones comerciales y las tres alternativas que acabo de puntualizar. 
   Enamorarse es compartir sentimientos.
   Enamorarse es a lo mejor pensar distinto, pero caminar juntos.
   Enamorarse es mirarse a los ojos y que no sea necesario decirse otra cosa que te amo, sin remilgos ni vergüenzas.
   Es no invadir los espacios ni los tiempos del otro.
   Enamorarse es sentir juntos las mismas sensaciones.
   Enamorarse no es mirar hacia atrás con resentimientos, sino como valor de experiencias. Es compartir angustias; es mitigar soledades.
   Enamorarse es no mentir, es comprensión, es tolerancia.
   Es sinceridad. Es vivir en una nube de proyectos, de ansiedades, de urgencias por ganarle al tiempo, porque es el tiempo que los enamorados, juntos, quieren gastar a su manera.
   Pero por sobre todas las cosas, enamorarse es respetar.
   Porque el respeto es la base de toda relación que pretende prosperar y consolidarse. Mirar hacia adelante, vibrar con la misma intensidad, acompañar en la desgracia, gozar en las alegrías, mitigar en la enfermedad, también son síntomas del enamoramiento.
   Enamorarse no es tan solo arrugar las sábanas, prodigarse caricias o compartir burbujas.
   Quiero celebrar jubilosamente que estoy enamorado de todas las mujeres solo porque son mujeres; de los hombres buenos porque se lo merecen; de los árboles, como si fuera un perro; del cielo porque nos mira desde arriba con su incorruptible autoridad celeste: de mis amigos porque son pocos, pero son muy amigos; de mis amigas porque se salvaron que me enamorara de ellas al dejar de mirarlas como amigas.
   Enamorado de mis gatos que me acompañan a cambio de simples cariños que estoy seguro agradecerán apenas puedan decírmelo, de lo que no están lejos.
   Enamorado perdidamente de mi trabajo, que es como ponerme cada día una inyección de dignidad.
   Enamorado de las tristezas, que suelen ser las más dulces compañías.
   Enamorado de mis recuerdos y de la memoria, que es la que nos hace comer el mismo caramelo varias veces.
   Enamorado del agua y del fuego aunque entre ellos se odien.
   Enamorado de la libertad, de mi libertad y de las libertades ajenas porque también las siento mías.
   De tantas cosas estoy enamorado que no me alcanzaría un día para celebrarlo y por eso al enamorarme de la vida, canto un himno permanente, como permanente es la celebración.
   Hasta de mis enemigos, o mejor dicho adversarios estoy enamorado porque me atacan y para ello necesitan pensar en mí, y eso me conmueve.
   La pregunta entonces es inevitable: ¿Por qué un solo y miserable día para sentirnos felices por tantas maravillas, encerradas en un solo sentimiento?
   Vivir enamorado no es ni más ni menos que sentirse feliz.

 

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