20 de febrero de 2022

S.L.B.: ESA MALDITA COSTUMBRE DE OPTAR POR FRACASADOS MODELOS FORANEOS - NO SUENA LÓGICO EXIGIR COMO APRENDIDO LO QUE NO SE ENSEÑÓ – LA CONDENA DE LAS VÍCTIMAS ES A VECES MÁS JUSTA QUE LA QUE RESPONDE AL PODER - LA MEGACAUSA Y EL JUEGO DE LOS PLAZOS Y TÉRMINOS - LA FE DE VIDA Y SU EXIGENCIA - ¿LA PANDEMIA TIENDE A DEBILITARSE? – LOS PLANES SOCIALES EN LA PICOTA - ÚTILES ESCOLARES EN CARRERA DE PRECIOS – BUSCA EL CONURBANO BONAERENSE HACER VALER SU PESO, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 20/02/22 emitido en dúplex por AM580 y la 88.5FM ambas dependientes de Radio Universidad Nacional de Córdoba.
 
La eterna condena al fracaso
YA QUE COPIAMOS  MODELOS FORANEOS
ALGUNA VEZ OPTEMOS POR LOS BUENOS
 
   No hay caso porque pese a todas las negativas experiencias vividas como consecuencia de adoptar modelos que funcionaron en el extranjero, ni siquiera nos avivamos que una vez más optamos por copiar lo que en tierras de nuestros socios ideológicos -al menos en lo nacional & popular- fue un rotundo y oneroso fracaso que es el destino que los agoreros prevén para la Empresa Nacional de Alimentos que se comenta entrará a funcionar en breve plazo, con la intención y el objetivo de ayudar a controlar la indómita inflación que nos aqueja desde años atrás y con culpas repartidas para todos los colores políticos que nos gobernaron.
   La creatividad de quien fuera el implacable bolivariano Chávez y que aplicara en su país poco más de un lustro atrás, llevó a la inflación venezolana al poco envidiable sitial encabezando el podio de la inflación mundial, ubicándola en el lugar más encumbrado, hasta el punto que en la actualidad para comprar un chicle, medio kilo de papas o una aspirina, los compradores deben llevar el dinero en carretillas.
   Pero veamos el panorama en nuestra tierra donde
en vez de trabajar la mitad de la población, trabaja sólo la cuarta parte o sea que tres cuartas partes de la población tratan de vivir del trabajo de menos de la cuarta parte. La mitad de adultos sanos, en vez de trabajar, pretende vivir del trabajo de la otra mitad.
   Tal situación es imposible de imponer a través de impuestos porque nadie cederá un tercio de sueldo para sostener las ayudas sociales porque la gente, por obligación o cariño mantiene gustosa a sus familiares pero es difícil que lo haga con extraños que no quieren trabajar.
  Y esa cofradía clientelar que se sostiene por la creación de dinero, que es motorizadora de la inflación y es por eso que nuestra moneda pierde cada año algo cercano y peligroso a un tercio de su valor lo que equivale a una inflación que ronda el 50 por ciento anual, situación que se viene dando, década más o década menos, en los últimos 80 años.
   De allí se desprende que el abuso de los planes sociales destruye la moneda, aniquila los incentivos para trabajar, fortalece en número a un ejército de clientes virtualmente obligados a votar a los representantes y hacedores de tanta generosidad sin requerir esfuerzo.
   En Venezuela, según informes de allí provenientes, su población activa es cercana al 40 por ciento, conformada en la mayoría de los casos por empleados públicos que poco tienen que ver con la productividad generadora de ganancia y bienestar.
   En conclusión se sostiene en aquel país que si se quiere evitar la destrucción de la moneda a través de la inflación, la población debe trabajar y producir, los planes sociales deben evitarse como la peste y los jóvenes deben empezar a trabajar apenas terminen sus estudios (o apenas se den cuenta que los estudios no son lo suyo).
   Sostienen asimismo que el seguro de desempleo debe pagarse de los propios ahorros de la seguridad social del trabajador, no de los impuestos; y, por supuesto, no debe ser indefinido, como no es infinito el ahorro de un trabajador. Un empleo es siempre preferible a un plan social. No hay que pagarle a la gente por no trabajar. Hay que facilitar la creación de empresas y empleo.
   Volvemos ahora a la fallida experiencia chavista de controlar los precios con una empresa estatal de alimentos, la Productora y Distribuidora Venezolana, que creó Hugo Chávez en 2008  y que estuvo muy vinculada a Alex Saab, el empresario cercano a Maduro ahora detenido en EEUU.
   Y hoy en nuestro país el Gobierno anunció que analiza una medida similar, y veamos las reacciones y sus argumentos: Patricia Bullrich dijo que imitar lo que hizo Venezuela y su fracaso emergente nos traerá más corrupción, más hambre, una inflación de casi 700% anual y 76% de pobreza extrema”, cuestionó la presidenta del PRO.
   Otros referentes también criticaron la idea oficial que mencionó la portavoz presidencial Gabriela Cerruti y que luego apoyó el director nacional de Políticas Integradoras del Ministerio de Desarrollo Social, Rafael Klejzer quien definió su postura al recalcar que “La inflación es un daño para la mesa de los argentinos y el Gobierno evalúa una solución, no porque le interese políticamente, sino porque es su deber modificar la vida de la gente” y  confirmó que existe la posibilidad de crear una empresa de alimentos estatal para garantizar precios bajos y ayudar a los pequeños productores de verduras frescas. “Si hubo petróleo en Argentina es porque hubo YPF. Una Empresa Nacional de Alimentos recupera para el Estado la potestad de la planificación”, afirmó Klejzer.
   Desde la industria argentina aseguran que no hay antecedentes de este tipo. “Nunca hubo iniciativas en este sentido... quizás Guillermo Moreno con ‘Carne para todos’”, aseguró Carlos Leyba, economista y Subsecretario de Programación y Coordinación de la tercera presidencia de Juan Perón.
   La Productora y Distribuidora Venezolana de Alimentos fue noticia dos años después de su lanzamiento, cuando se encontraron miles de toneladas de alimentos vencidos que habían sido importados con subsidios propios. Se habló de casi 120.000 toneladas de alimentos involucradas y hasta hubo detenidos, algunos de los cuales luego volvieron a sus cargos. Muchos en Venezuela se refirieron al caso como “Pudreval”.
   Esta ha sido una somera radiografía de lo sucedido en Venezuela con el proyecto que aquí se pretende imponer como salvación.
   Roguemos encontrar esa salvación de otra manera, porque sería más que doloroso tener que afrontar, en materia de control de precios e inflación, otro escandaloso fracaso.
 
Ciertas exigencias absurdas
EN LA EDUCACIÓN  SECUNDARIA  NO  ES  LÓGICO
EXIGIR COMO APRENDIDO LO QUE NO SE ENSEÑÓ
 
   Aunque se trate de una simple y sencilla cuestión de comprensión de la realidad y la aplicación del equilibrio a la hora de juzgar, la concepción de algunos para la misma situación indica que no es nada sencillo lograrlo.
   Dibujemos entonces el escenario: una escuela secundaria, último curso para despedirse y pasar al ansiado escalón universitario y el examen final sobre una materia realmente ausente de su dictado casi en los últimos dos años por culpa de la pandemia, a lo que debemos sumar las limitaciones impuestas acerca de la presencialidad y la mediocridad del sistema sustituto que nunca estuvo al alcance de todos.
   Digamos que el examen aludido era sobre matemática y el alumno tratando de resolverlo a su manera, porque nunca durante los meses de ausencias tanto de alumnos como de docentes le habían enseñado el procedimiento correcto, y no es necesario pensar mucho para llegar a la conclusión que fue reprobado porque eso es lo que impone el sistema para este tipo de circunstancia.
   A nadie se le ocurrió siquiera pensar que acerca de este confuso panorama los últimos meses nada tuvieron de normalidad, porque desde un sector sostenían la imperiosa costumbre del encierro y la incomunicación por factores sanitarios adversos, sumados a la amenaza del contagio, y desde la vereda de enfrente las exigencias eran como si las clases se hubieran impartido por igual a todo el alumnado, cuando bien se sabía y se sabe que no fue así, pero a la desventaja tuvieron que pagarla quienes no recibieron las enseñanzas, mientras quienes no las impartieron por hache o por bé se desentendían del conflicto.
   Penoso, porque ese conflicto asomó ahora, en los últimos días de la secundaria y las víctimas fueron los jóvenes y adolescentes que sin cargar culpas sobre sus espaldas y menos en sus conciencias, deben resignarse a digerir ese curioso capricho de permitir que les exijan saber algo que jamás les enseñaron.
   A lo mejor se trató de un mal entendido generalizado, pero tan sólo un caso como el planteado que se presentara, debiera ser resuelto en beneficio del alumno para quien no será un regalo, sino entregarle las llaves de una puerta que desde el primer año viene ansiando franquear.
   Y no es regalo -vale repetirlo- porque sería una pena que por una materia se lo impidieran quienes tuvieron en sus manos, en su obligación y en la conciencia de cada uno, cumplir con el sagrado deber de enseñar y lo único que les exime de culpa, es no haber tenido en sus manos la potestad de decidir la promoción lisa y llana que hubiera sido lo más justo y positivo.
 
Una injuria a la ciudadanía
HAY VECES QUE EL JUICIO DE LAS VICTIMAS ES
MÁS JUSTO QUE EL QUE  RESPONDE AL PODER
 
   Es altamente probable que sea para sus fieles y acomodados seguidores un ejemplo de dirigente gremial a la luz de los resultados que fue consiguiendo, lo que para nadie que tuviera dos millones de rehenes sería imposible de alcanzar.
   Porque la verdad hacia afuera del Palacio 6 de Julio es muy distinta a la que se vivía desde el punto de vista del vecino al que se le cagaron de risa, lo agredieron, lo descuidaron, le hicieron faltar servicios onerosamente pagados, y la fuerza bruta tras las instigaciones sindicales amparadas en la impunidad y la prepotencia prevalecieron por encima del diálogo y el respeto por esos sufrientes vecinos y por la amenazada y cotidianamente dañada ciudad.    
    En los medios, apenas conocida la absolución que se supone es atacable, bramaban las quejas de cuya enorme cantidad extraje la de un ciudadano por su poder de síntesis e indignación y se las voy a leer: “Y así alimentan la prepotencia de un gremio feudal y que sobradas muestras de prepotencia extrema ha dado, como el golpear ferozmente a un verdulero en Mariano Moreno y Pueyrredon, o como el niño herido por una bengala, o como los cientos de autos, dañados al paso de la horda de salvajes rompiendo todo lo que hay en su paso, por digamos, sugerencia de Daniele el vehemente, o los eternos cortes de calles apoderándose de la ciudad. Así son los jueces que alimentan la prepotencia”.  
   Seguramente el vecino hizo su catarsis porque se pasaron por alto los cuantiosos daños provocados, los perjuicios a comerciantes acosados por los impuestos, las ofensas a la ciudadanía con la instauración del perverso estado de conflicto permanente, pero pese a que muchos de los servicios no se cumplieron, la presión fiscal nunca se suavizó y los cordobeses debemos una vez más tragarnos el sapo de eso que le llaman justicia, que con las pruebas en la mano optó por la obediencia debida asestando un nuevo y burlón cachetazo a la gente, que fue la multitudinaria víctima de tantas amenazas consumadas y ahora echadas al olvido, o sumergidas en propias e interesadas amnesias.
   No fueron tan solo barricadas con quemas de material tan  ilegales como prohibidas por disposiciones vigentes, o la exageración en el uso de pirotecnia que no se aplicó solamente para convocar, sino para hostigar a la policía, a los movileros mediáticos y al conjunto de la ciudadanía aterrada por un desborde que jamás mereció la atención de esta justicia contemplativa y obediente que debió sancionarlos por flagrancia, lo que si mal no recuerdo, ningún fiscal se dio siquiera por enterado.
   Las injurias a la ciudad, los documentados maltratos a periodistas, las canalladas de bloquear calles vitales, la manera de destruir el mobiliario urbano que pagamos entre todos, no son otra cosa que los resultados y las consecuencias de las incitaciones desde la dirigencia sindical, que siempre fueron más allá de la exaltación momentánea o las estudiadas y teatralizadas calenturas, sino un estilo impuesto en las demandas violando leyes y ordenanzas con agresiones y patoteadas que nadie, inclusive desde la propia Justicia que ahora absuelve,  se animó a sancionar.
   Que entonces nadie se queje cuando alguien exija el respeto por la igualdad ante la ley, porque será tomado como una fantochada para que se la crean los giles, que penosamente y al final de cuentas, somos nosotros los cordobeses.
 
Megacausa del Registro de la Propiedad
NO SE  TRATA DE UN TEMA VIEJO, SINO QUE
LA REALIDAD LO VIENE AJANDO HACE AÑOS
 
   En una revista española de reciente aparición se publicó una carta dirigida a un juez, pidiéndole que sumara su voz frente al encarcelamiento de inocentes o lo que es lo mismo, prisión preventiva. Su autor reivindicaba los principios defendidos desde el siglo XIII, reflexionando que se convierte en pena anticipada y que proyecta culpabilidad sobre el imputado. 
   En la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, los acusados fueron encerrados en prisión preventiva por años, pese a no existir condiciones como delitos graves, ni ser personas peligrosas, ni con fortuna para sobrellevar vidas clandestinas.  Los juicios demoran más años aún, pese a existir una Cámara que está dedicada en exclusivo a la causa.
   Es importante conocer algunos datos: cuando el Fiscal decide dictar prisión preventiva contra un imputado, el abogado defensor tiene sólo tres días para apelar esa decisión, esto es presentar un escrito al Juez de Control, exponiendo motivos y fundamentos a favor de su libertad.
   Tres días o queda firme.
   Pero una vez que el defensor presenta ese descargo, ¿cuántos días tiene el juez para responder? 
   No hay plazo establecido y muchas veces pasan dos o tres meses hasta que lo hace.  
   Y si este juez confirma la prisión, pero el imputado sigue defendiendo su inocencia, acude a la Cámara de Acusaciones. Su defensor tiene ahora 5 días para escribir, o queda firme.
   ¿Y la Cámara para contestar?
   Habitualmente varios meses más.  
   Pero la historia no termina allí porque si confirmado por la Cámara, el imputado persiste, se dirige entonces al Tribunal Superior de Justicia y en esta instancia el defensor tiene 15 días, y después, esperar...y esperar... 
   Con estos plazos, y en relación con lo comentado la semana pasada, está clarísimo que no se puede decir, de ninguna manera, que los procesos se demoran por las chicanas de los abogados. 
 
Ahora se llama “Fe de vida”
CONFUSO TEMA DEL CERTIFICADO DE SUPERVIVENCIA
QUE NO ENCUENTRA LA UNIFORMIDAD DE APLICACIÓN
 
   En ausencia de nuestro orientador en cuestiones previsionales, el abogado Héctor Silvestro, difundimos desde aquí las últimas novedades aparecidas alrededor de la cuestión de la exigencia o no de la “Fe de vida” antes llamada Certificado de supervivencia.
   A partir del 1° de marzo, la mayoría de los bancos que pagan jubilaciones y pensiones del sistema de la Anses volverán a pedir el trámite de fe de vida como requisito para acceder a los haberes mensuales. Para esa acreditación de supervivencia, las entidades ofrecerán modalidades para evitar que las personas deban ir personalmente a las sucursales. Se trata de una gestión que les era exigida a los beneficiarios hasta principios de 2020. Con la llegada de la pandemia de Covid-19 se decidió su suspensión, que fue varias veces prorrogada. Y ahora, pese a que en septiembre de 2020 el Gobierno anunció un plan que, según lo dicho entonces, evitaría volver a requerirlo, el trámite estará de regreso. No será así, de todas formas, para la totalidad de los jubilados y pensionados, ya que algunas entidades bancarias anunciaron ya que no pedirán nada.
   La resolución 277 de la Anses, de diciembre pasado, prorrogó la suspensión de la vigencia del trámite, de manera generalizada, hasta el día 28 de este mes. Y estableció que a partir de marzo “los agentes pagadores [los bancos] son los únicos responsables” de controlar que nadie perciba haberes jubilatorios ni prestaciones no contributivas correspondientes a personas fallecidas. Uno de los artículos de esa normativa indica que las entidades bancarias no podrán exigir la presencia física en sus sucursales de los jubilados y pensionados para acreditar la supervivencia, lo cual las obliga a disponer de otros medios para que se cumpla efectivamente con el trámite.
   El Banco de Córdoba por su parte hizo trascender que a ese trámite lo ha cancelado para siempre y eso me lleva a pensar seguramente con inteligencia, Bancor apeló al cruzamiento de datos que se actualiza diariamente, de lo que el resto de los bancos parece no haberse enterado.
 
Roguemos que las estadísticas sean reales
A UN  PASO DE  PENSAR QUE  LA  PANDEMIA
TIENDE A DEBILITAR SUS LETALES EFECTOS
 
   Resulta placentero advertir que aquel sombrío panorama de la pandemia, los encierros, condicionamientos, privaciones, despedidas sin adioses, dramas familiares y otros detalles penosos, tendieran a desaparecer de nuestras diarias preocupaciones para ingresar a los confusos y recónditos campos de la memoria, después que vemos superadas las duras etapas de las esperas de vacunas, del cumplimiento de los esquemas, del agravamiento de la peste, de la segunda, tercera y a lo mejor o peor, cuarta ola y de todas las instancias de angustias que en estos últimos dos años debimos solidariamente compartir.
   Dejemos aparte para el momento oportuno, todo aquello que vinculara al Covid con los acomodos, los negociados, las aristas ideológicas, los episodios de corrupción y las medidas políticas acertadas o no, en toda situación tan conflictiva como esta, para concentrarnos en el mañana cercano que es el umbral del futuro y los mejores tiempos que merecemos gastar, en lugar de andar preocupándonos por los barbijos, los contagios, el viaje en el bondi, la asistencia a la tribuna, el cumpleaños de los amigos y toda la otra actividad social verdaderamente resentida en estos últimos meses, pero en vías de recuperación.
   Vemos con placer, al pasar por esos lugares donde veíamos interminables filas de gente agobiada por la amenaza, que aguardaba horas contra viento, lluvia, calor y todo lo que viniera, para someterse a la ceremonia de los palitos con algodón en las narices, que la primera vez nos provocara molestias y dolor pero que al final lo ansiábamos sobre todo al esperar un resultado que diera negativo.
   Todo eso, al igual que la intensa actividad en los vacunatorios ha disminuido sensiblemente y hay que reconocer el enorme mérito de haber manejado la situación -me refiero al ámbito provincial porque más lejos el panorama era distinto- con la soltura, el profesionalismo y la sensibilidad que exigían los días duros de la espera, el rezo y en muchos casos la resignación.
   Los números dicen que la situación tiende a mejorar, es decreciente el número diario de contagios, la cantidad de víctimas fatales y la ocupación de camas críticas.
   Roguemos que la tendencia se mantenga, para que pasemos el otoño que se viene y el invierno consecuente, para poder decir que nuestra recuperación se produjo en primavera, esa estación en que todo se ilumina, los colores son más intensos, el cariño se fortalece y las esperanzas dejan de tener colores políticos para ser la bandera de todos.
   Que así sea…
 
Se habla de no actualizarlos y reducir su número
LOS PLANES SOCIALES SON EL VERDADERO DIQUE DE
CONTENCIÓN AL DESCONTENTO DE LOS DESPOSEÍDOS
 
   Quisiera que no tuviera tanto aplomo ni seriedad algo que escuché casi como al pasar, que sería intención del poder central dejar de pagar los planes sociales, o sea atemperar la aplicación del clientelismo aunque a lo mejor se trata solo de reducir su número y no hacerlos beneficiarios de futuros aumentos.
   La verdad, si la intención del gobierno pasa por allí, que me perdonen si me equivoco pero sería pretender apagar con querosén las llamas de la hoguera que a todos nos amenaza y no tan sólo a los desposeídos por desgracia o a los vagos por convicción y comodidad.
   Quiero ser absolutamente sintético en los conceptos, para evitar erróneas interpretaciones: los planes sociales son imprescindibles cuando no se generan para comprar votos.
   Son una ayuda a quienes están imposibilitados por conseguir trabajo o necesitan afectarse a tareas muy especiales.
   Es ayuda genuina para paliar la miseria en la que está inmerso un alto porcentaje de la población, y no para comprar celulares, zapatillas de última generación o pagarse la platea en la cancha.
   Además, cuando esa ayuda no está condicionada a una contraprestación laboral, no deja de ser una limosna y eso de ninguna manera es ayuda social sino pura demagogia: quien recibe ayuda, debe ayudar limpiando calles, arreglando caminos, pintando escuelas, atendiendo ancianos y mil tareas más.
   La verdad, si el gobierno pretende solucionar los problemas de pobreza sin generar empleo que no sea estatal sino genuino, nada se podrá hacer porque nada cambiará, salvo el octanaje del combustible que se arroje a la hoguera.
 
Útiles escolares
¿ALGUIEN PIENSA  QUE ES  POSIBLE LIMITAR LOS
SIDERALES AUMENTOS DE PRECIOS APLICADOS?
 
   Es un tema demasiado caliente como para tomarlo con ligereza  sin manejar números comparativos, porque lo que la gente necesita es una orientación acerca de los gastos inevitables que le acarrea enviar sus niños, adolescentes o jóvenes a la primaria, a la secundaria o al nivel universitario.
   El tema más ajustado a la verdad y por consultas a distintos referentes de la actividad comercial vinculada con el inminente comienzo del ciclo lectivo, se desprende que más allá de lo que se diga como palabra oficial, que los precios de esos artículos de papelería y anexos, en el curso del último año han registrado incrementos en sus precios que en algunos casos superan holgadamente el ciento por ciento.
   Si es así, se trata de una locura.
   Y si no lo es, bueno sería estar en guardia para de alguna manera evitarlo, atenuarlo o controlarlo, porque el bolsillo de la gente ya no aguanta nuevas manos intrusas que se metan allí para llenarlos de infelicidad, frustración e impotencia.
   La cadena de comercialización de esos productos tiene tantos peajes que por lógica consecuencia se encarece la mercadería en cada tramo y eso se hace incontrolable, especialmente por la presión de los últimos eslabones de la cadena que son los minoristas, quienes al ser la cara visible reciben las bofetadas de la gente que no está en condiciones de asumir ciertos desbordes en los precios.
   La verdad no se me ocurre ninguna medida como para terminar con estos abusos, porque sus autores tienen millones de rehenes que usan guardapolvos, mochilas, libros, cuadernos, lapiceras y muchos otros detalles, que suman ahora el desencanto de no poseerlo,s porque un puñado de avivados y oportunistas quiere ganar mucho más de lo que merece.
 
Utópico e histórico “federalismo”
EL PRETENCIOSO CONURBANO  BONAERENSE
SE SABE MAYORÍA Y QUIERE HACERLO VALER
 
   Es lógico suponer la bronca en ambas márgenes de la grieta de la que por fortuna ya no se habla tanto, cuando cualquier argentino más o menos informado sigue sosteniendo que el conurbano bonaerense es el conglomerado de sufragantes que hace tiempo se adueñó del manejo de las mayorías en tiempos electorales.
   El que gana el Gran Buenos Aires seguro que tiene el 90 por ciento de posibilidades de ubicarse en lo más encumbrado del podio nacional pese a los antecedentes en contrario acerca de esta presunción.
   Debe ser por eso que la mayoría de quienes tuvieron el poder, los votos y la suerte de controlarlo -me refiero al conurbano- tuvieron siempre una actitud de comprensible soberbia en eso de mirar por encima del hombro al resto de sus connacionales, un temperamento más o menos parecido que muchas veces adquirió la capital federal, ahora Ciudad Autónoma.
   Las broncas entre el puerto, la pampa húmeda y el interior del país vienen desde una culada de años atrás, y nada indica que sea una situación superable que culmine en la más absoluta de las concordias, porque son demasiados y enormes los intereses que existen de por medio.
   Entonces y resumiendo, si ellos se apoderan de la plata para beneficiar a su gente con subsidios jodiéndonos a todo el resto de los argentinos, que por obligación somos los que pagamos esos caprichos, bien entonces por las actitudes que toman todos o los pocos que se arriesgan a enfrentar al pulpo portuario y a la Sociedad Rural o como se llame cualquier corporación del interior bonaerense.
   ¿Por qué tenemos que pagar nosotros lo que ellos ahorran de luz, de transporte y en varios rubros más?
   ¿Por qué nos marginan condenándonos a la indigencia cuando son ellos quienes debieran afrontar al menos los gastos que generan?
   Mire… la verdad que de economía entiendo tanto como de fútbol, pero tengo como consejero a un tipo que se las sabe todas y días pasados me murmuraba algo extraño.
   Era algo parecido a su placer por advertir que al menos desde Córdoba no se sumarán al éxito que pretenden alcanzar esas pretensiones de tomarse ellos las burbujas del festejo dejándonos las hediondas aguas del Riachuelo y de otros ríos a nosotros.
   Muy bien si el Gringo se mantiene firme en su postura aunque sea en apoyo -supongo- de respetables e íntimas pretensiones de poder, lo que quiero confesarles, mi amigo también adhirió.
   Olvidé comentarle que mi amigo se llama Juan Bolsillo, es flaco macilento y tiene esperanzas de engordar…

 

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