Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 855 del domingo 3 de noviembre de 2024, difundido por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.
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ANTES QUE NADA, UN FORMAL Y
NECESARIO PEDIDO DE DISCULPAS
Gonio Ferrari
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Lo ideal sería menos “autobombo”…
RESULTA CASI OFENSIVO CELEBRAR QUE SE
CONSTRUYEN MÁS CÁRCELES QUE ESCUELAS
Se supone con fundamentos lógicos y simples que cualquier administración gubernamental maneja antecedentes, estadísticas y en fin, los conocimientos necesarios que la orienten acerca de las prioridades y en base a ellas, disponer de los recursos necesarios para llegar a la concreción de cualquier proyecto, partiendo de la base que es la población la que sostiene buena parte de los presupuestos, aparte de los siempre demorados aportes de una coparticipación que de manera virtualmente permanente, es motivo de reclamos por su incumplimiento desde el nivel portuario de su administración. Se pueden esgrimir motivos técnicos o cualquier otro pretexto que tenga o no su validez, pero caer en el absurdo, ya pasa a configurar una actitud casi de desprecio hacia la población lo que potencia esa semioculta intención de cometer torpezas que con el tiempo, pasan a ser insalvables.
Es necesario entonces partir de una pregunta simple con respuesta virtualmente cantada: ¿qué es más prioritario para la sociedad? ¿Edificar o mantener escuelas o agrandar las cárceles?
Los gobiernos de todos los colores supieron sucumbir ante una repetida realidad: siempre se esperó hasta último momento para encarar los trabajos de mantenimiento de los edificios escolares, siempre también coincidiendo con el comienzo de las clases apretando el calendario, una actitud que poco se preocuparon desde el poder, para no caer en la reiterada omisión que fue agravando la situación de deterioro edilicio que suele durar hasta promediar cada ciclo lectivo.
Y paralelamente, alimentada por el sostenido crecimiento de la actividad delictiva y sin que se haya demostrado esmero y mayor dedicación para neutralizarla, vivimos el previsible resultado de las cárceles con capacidad insuficiente para encerrar allí a los delincuentes condenados a prisión.
Y allí surgen los apuros y las prisas para evitar, entre otros males, el hacinamiento por falta de espacios, mientras en las escuelas, que son más necesarias que las prisiones, tanto docentes como alumnos padecen la estrechez, el deterioro edilicio y la burocracia emergente que -vale la expresión- patéa o posterga para más adelante las soluciones que con suerte serán encaradas en el venidero período lectivo.
Si el poder político fuera más dinámico en sus obligaciones, la prevención adecuada evitaría delitos y si a ese detalle se le aportara una corrección a la pachorra judicial, y se actualizaran las leyes punitivas, no serían tan necesarias las cárceles y veríamos con placer, mientras se racionalicen los gastos y alguna vez no se despilfarren cifras astronómicas en publicitar mediáticamente el “autobombo”, que el presupuesto para el mantenimiento de las escuelas, incluyendo de paso la dignificación salarial que largamente merecen los docentes, alcanzaría sin los sobresaltos y los conflictos gremiales acostumbrados.
Resumiendo, es una simple cuestión de racionalidad y respeto por la realidad que vivimos, lo que me lleva a coincidir con John Kennedy, en aquello que supo sostener, que muchos ven la realidad como es y se preguntan porqué; yo prefiero imaginar cómo me gustaría que sea y me pregunto ¿por qué no?
SÍNTOMAS SOSTENIDOS EN LAS BAJAS TANTO
DEL RIESGO PAÍS COMO DEL DÓLAR MARGINAL
Lo importante del caso, es que tal doble circunstancia se viene dando para alegría de muchos y el crecimiento de las expectativas para aquellos que operan con moneda extranjera, que tienen negocios en el exterior o los mini-ahorristas que pese a que el billete verde viene perdiendo atractivo, lo mismo siguen comprando y para venderlos, esperan que la cotización cumpla con su casi atávica costumbre de crecer.
Sabrán perdonarme, por una íntima apreciación que me parece primaria y elemental, pero que es parte de la actualidad cotidiana, como por ejemplo advertir que los precios de ciertos artículos importados están bajando, que en los supermercados ya no se registran aquellos alevosos y exagerados aumentos y que nuevamente están entrando artículos importados con precios menos inaccesibles, planes de pago más elásticos y es también como si se hubieran atenuado las exigencias para importar mercadería que hasta poco días atrás era de precios virtualmente inaccesibles.
Si eso es indicativo de haber mejorado la confianza que en nosotros podían tener los comerciantes extranjeros, no deja de ser un indicativo alentador porque existen -o están de regreso- válidos estímulos que solían empujarnos a endeudarnos en moneda extranjera que nos resultaba complicado y a veces penoso superar.
En buena hora si la baja registrada casi diariamente en el “riesgo país” es un indicativo de la confianza en el país, en nosotros, que se hubiera recuperado o que lo es simplemente un dibujo que nos empuje a la aceptación de ciertas políticas que a pesar de todo, se siguen implementando y que configuran despiadados ataques a los bolsillos de la gente y basta con que ponga como ejemplos las tarifas en servicios tan esenciales como la electricidad, el gas, el agua, los medicamentos y otros artículos de masivo consumo.
Si los números dados a conocer desde el poder nos trasladan a una especie de “atractivo veranito”, lo aconsejable sería observar que se trata de una tendencia que se mantiene y con el tiempo progresa, y no uno de los tantos espejismos a los que nos han acostumbrado la demagogia y el oportunismo de la mayoría de los últimos gobiernos que hemos tenido en la República.
La proximidad de la finalización del año, los festejos, las vacaciones y otros elementos similares que se vienen aproximando, seguramente aportarán claridad a todo lo que nos ocurra en materia de precios, lo que debemos sumar a las lógicas expectativas salariales que ya están dando vueltas en nuestro alrededor.
Porque en definitiva, eso del “riesgo país” se supone que es nuestra relación de cumplimiento o charlatanería discursiva de nosotros hacia el exterior, razón por la cual es para rogar que las autoridades lo tengan en cuenta, y se rompan el alma para que el beneficio no sea solamente para los extranjeros, sino para nosotros y nuestro vapuleado y sufriente mercado interno, tan inestable y ahora con la esperanza que alguna vez consagre su propio equilibrio, que será un beneficio para todos nosotros, los argentinos…
UNA HERIDA A LA HISTORIA INJURIAR A QUIEN
FUERA HÉROE DEFENDIENDO LA DEMOCRACIA
cuando podemos llegar a sentir una especie de afilada cuchilla que nos viene lastimando las entrañas, cuando alguien refiere historias de un lejano pasado que no vivió, o que la memoria les juegue deslealmente y lo hagan caer a una verdad que Oscar Wilde definiera con pocas palabras al sostener que “Sólo publican memorias aquellas personas que ya han perdido totalmente la memoria” y no se trata de un contrasentido, viniendo de quien viene.
Y hablando de ofensas, no son pocas las inteligencias que se ocuparon de ellas y cito como ejemplo a Dante Alighieri al sostener que “Lo que más ofende es la manera” o lo que en su momento supiera comentar el avispado Aristóteles, dueño de conceptos tales como “No se siente tanto la ofensa del enemigo como la que del amigo se recibe”, aunque a la hora de las evaluaciones con relación al tema del ahora me estoy ocupando, la genialidad de Maquiavelo ponderó que “Los hombres ofenden antes al que aman que al que temen”, con lo que cada quien aplicará los conceptos que considere más convenientes y oportunos.
Allá promediando la Semana Santa de 1987 o sea que estamos hablando de 37 años atrás -y parece mentira que hubiera transcurrido tanto tiempo- Aldo Rico entró a los campos del delirio, se pintó la cara como para ir al campo de batalla y se levantó contra la Democracia reconquistada cuatro años atrás, y planteó exigencias tales como la consagración de la impunidad, que sólo se le pueden ocurrir a un enajenado, poseedor de armas y gente ciegamente que “cumpliendo órdenes superiores” las usara para recrear sin dudas la vigencia de uno de los regímenes más sangrientos, convulsionados y lastimosos que recuerde nuestra memoria.
Presidía los destinos argentinos, elegido por una mayoría incuestionable el Dr. Raúl Ricardo Alfonsín, a quien le tocó la enorme responsabilidad de instrumentar una salida no tan sólo decorosa, sino que no fuera manchada por la sangre de compatriotas, pensaran como pensaran.
Y el Presidente puso la casa en orden, al menos por un tiempo, aunque fueron varios los levantamientos militares que e registraron posteriormente, algunos con luctuoso saldo de víctimas, muchas de ellas inocentes ciudadanos.
Por aquellos tiempos, seguramente merodeaba por las aulas universitarias un tal Javier Gerardo Milei con sus por entonces jóvenes 17 años, y ese era su apellido real y no “Mileicovich” como pretendieron instalar como verdad desde algunos sectores en estos últimos meses.
O sea un muchacho que poco debe haberse trenzado en discusiones filosóficas o políticas, aunque las acciones de los descarriados militares de entonces que no aceptaban mandos políticos, no cesaron e incluso sus resultados fueron tan magros que terminaron haciendo salto rana en los campos de la resignación.
Alfonsín enfrentó abiertamente al poder militar, hicieron algunas concesiones y llegaron a ciertos acuerdos, pero la paz quedó sellada pese a todas las restantes alternativas de las que se ocupó y se seguirá ocupando la historia.
¿Con qué derecho entonces, es tolerable el juicio presidencial sobre Alfonsín que pretendió ser lapidario?
El Presidente de entonces enfrentó a fuerzas muy superiores a las que ahora nos acosan desde la economía, sus maniobras, la CGT rebelde dirigida por obesos millonarios que como los esquimales no han transpirado nunca y más apegada a la vagancia que a los acuerdos que son los enemigos reales adentro y afuera del país, con su prepotencia e intolerancia.
El problema no es la diferencia entre el uso de la motosierra, los decretos de necesidad y urgencia o las otras medidas que se adopten para un intento de sanear la situación nacional, después del desquicio que nos tocara padecer, sino el camino que nos está tocando transitar, lleno de escollos, trabas, saqueos y situaciones anormales que se van develando a medida que transcurre el tiempo y van apareciendo los choreos a mansalva, que perpetraron tantos funcionarios con carteles de honestidad tan truchos como ellos.
Alfonsín fue y lo seguirá siendo más allá de los colores políticos y los encuadramientos ideológicos un héroe nacional, que ingresó a la historia más allá de las acusaciones de quienes no poseen la altura para cuestionar ni a un empleado de escaso rango. Y que lo hagan desde un nivel elevado en los papeles, no consiguen otro resultado que refrescar memorias, ahuyentar amnesias y llamarnos a la realidad.
Quien tuviera la ciclópea tarea de llegar a reinstaurar la democracia no merece ser tratado de mala manera porque si somos burdos, no es cuestión de mojarle la oreja a la memoria de la mayoría de los argentinos, sino de enaltecer la estatura moral de quien enfrentara a un enemigo armado y poderoso, que pretendía reverdecer laureles que en su momento consiguió sacrificándose en Malvinas, dejando de lado para un imposible olvido, que tanto nos ofendió con su inclinación por la ilegalidad de la tortura, la desaparición y el holocausto de tantos compatriotas.
No hablemos de reivindicación de la maltratada honestidad de Alfonsín, porque será la historia la que lo glorifique por sus patrióticos merecimientos.
A todos, está escrito, que de manos de la historia y de la memoria no parcial, llega el momento de la Justicia.
OTRA VEZ LOS MUNICIPALES QUEBRARON UNA
PAZ URBANA QUE VENÍA DURANDO DEMASIADO
Todo indica que los métodos pacíficos de la protesta han quedado sepultados en los olvidos, porque a veces se consiguen mejores objetivos con una sonrisa o mediante una negociación respetuosa y adulta que con la prepotencia, el daño y la marginación de la ley.
Los municipales y bien vale reconocerlo, entraron a una especie de pausa en cuanto a sus reclamos y los que concretaron en nuestras calles no tuvieron la virulencia de otrora, cuando desde días antes de cada manifestación, aquel que todos conocemos por su facilidad para la incitación a enfrentamientos los arengaba en las asambleas prometiendo kilombo si no eran escuchados, y los kilombos ocurrían, con daños a los comercios, al mobiliario urbano que pagamos todos, quemaron añosos árboles y lo más grave, la tranquilidad y seguridad que merecemos los cordobeses, ya que con relación al control del hampa y los irrefrenables aumentos de la inseguridad apadrinada por el narcotráfico, lejos seguimos de sentirnos satisfechos o al menos amparados en nuestros derechos ciudadanos, que muchas manifestaciones llamadas populares, se cansan de vulnerar.
Todo indica que habrá un enrarecimiento del ambiente gremial dentro de la comuna capitalina, que se prolongará en el tiempo si los números internos y la recaudación impositiva no alcanzan al menos para negociar un incremento salarial, en lugar de privilegiar la incontable incorporación de nuevos empleados llevando la planta de personal, contratados y monotributistas incluidos, a un número que estaría superando los 20.000 aunque sea difícil creerlo.
Roguemos que prevalezca el buen sentido y que las cosas se encaminen hacia logros que satisfagan a las partes en pugna y no se alienten esas ansias irrefrenables que suele lucir la conducción del sindicato municipal, para la generación de conflictos y enfrentamientos.
La ciudad, nosotros, necesitamos que se ocupen de gestionar y no tanto para protegerse de los de adentro, sino con respeto para la población, que son -somos- los contribuyentes…
ES ALARMANTE LA FALTA DE INSTRUMENTOS
QUE SE APLIQUEN FRENTE A LAS INJUSTICIAS
El Juez de Control, al momento de confirmar el encierro, había escrito sin ninguna vergüenza, que no había pruebas contra ellos, ni firmas, ni escrituras de sus puños, ni tampoco testigos que los acusaran, pero, por su convicción quizás, aunque raye en lo ilegal y retrate la definición de lo absurdo, decidió mantener la prisión.
Sería esclarecedor preguntar ahora a este juez qué resultado distinto a la absolución esperaba él de un juicio en estas condiciones: ¿se puede pensar entonces que habría en la causa un acuerdo de la comisión especial para condenar a todos de cualquier manera? La situación amerita cuestionarse qué controles existen en la esfera judicial sobre este comportamiento de sus magistrados, si es que los hay, y el accionar al respecto.
Para las publicaciones gráficas existe la expresión “fe de erratas” que permite aclarar cuando una noticia o información fueron incorrectas, como una especie de disculpa. ¿Existe alguna fe de erratas para el accionar del Poder Judicial? ¿Será que el Juez se disculpó con los imputados por este error, más bien horror, completamente evitable?
Bueno y necesario sería que existiera algún mecanismo que reparara, aunque fuera en parte, los daños ocasionados por el accionar judicial errado. Y si no está en la ley, debería surgirles como práctica espontánea, si no por profesionalismo o por ética, por elemental respeto a eso que muchas veces y tan livianamente, se le llama la dignidad humana.
¿AL BONO DE $ 70.000 PARA LOS JUBILADOS DE
ANSSES LO PAGARÁN SIN OLVIDAR INFLACIÓN?
Un tema que seguramente el tiempo habrá para evaluarlo y medir las posibilidades que pudieran existir, para que se concretara alguna mejora a los jubilados nacionales, eternamente postergados y engañados, que en su mayoría siguen navegando por un mar de privaciones alejados del mínimo necesario para no permanecer, indignidad mediante, en las huestes de los indigentes.
Se anunció no hace mucho tiempo el otorgamiento de un bono adicional de 70 mil pesos agregado a su haber mensual y la buena noticia por ahora, es que tal medida se reiterará en el mes corriente y posiblemente con duración incluida hasta el próximo y cercano año.
Sin embargo, la brevedad de una pregunta permitirá a los mayores beneficiarios, por así decirlo, de esas jubilaciones, salir airosos en cuanto a sus pretensiones que seguramente alientan: ¿esa cifra estará por lo menos actualizada de acuerdo con los índices de inflación mensual que desde el poder se difunden?
Bueno sería que los responsables tanto del anuncio aludido como de la instrumentación de su pago tengan la bondad de actuar con claridad para ahuyentar lógica ansiedades, y de tal manera evitar que las ilusiones sean más ciertas que los anuncios de mejoras que ya tienen cierta antigüedad.
Viene al caso resaltar que aunque las ansias de recibir esa mejora con seguridad mensual, sin dudas haya despertado expectativas que sólo se hacen realidad cuando alguien responsable asume su cumplimiento, porque si es por demagogia, los viejitos, de ese circo aunque sean distintos los payasos, ya estamos hartos…
MERECIDA RECORDACIÓN A UN PERIODISTA Y
ESCRITOR, ORGULLO PARA LOS CORDOBESES
Ni siquiera el tiempo me borró un dato preciso: ese hombre de rostro casi enjuto pero de sonrisas claras y mirada profunda, fue uno de los antiguos periodistas que me recomendara para mi juvenil ingreso a La Voz del Interior y posteriormente a La Razón, medio del que don Azor era antiguo corresponsal.
Azor “Loica” ha paseado su liturgia descriptiva desde el viejo Abrojal hasta el mero centro cordobés con un notable cariño y respeto por informar, lo que hizo con su fanática inclinación por escribir¸ por narrar, por pintar paisajes con sus textos que tanto detallaban bellezas serranas como las bondades de comidas preparadas en el hogar lo mismo que “a cielo abierto”.
Una escuela municipal lleva merecidamente su nombre, a mi entender modesto homenaje con relación a su trayectoria en un ámbito donde no es fácil sobresalir a menos que se posea talento, respeto, calidad y calidez humana que lo respalden.
A una de sus hijas, Gloria Perla quien ya no está entre nosotros, le tocó esa rara suerte de ser mi maestra e intentar desburrarme.
Uno de los hijos de Azor quedó como corresponsal de La Razón, agencia Córdoba, a donde fui a parar cuando La Voz por mandato militar en 1978 “me desempleó”; otro de los hijos era guitarrero folklórico y su nieto mayor creo, “El Larva”, fue mi entrañable compinche laboral, ahora distinguido abogado mediterráneo.
Qué menos entonces que la merecida recordación a una persona así, simplemente inolvidable…
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