Desgrabación de los
comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”
emitido el domingo 2 de febrero de 2014 por AM580 Radio Universidad de Córdoba
PRECIOS: DIFICIL VOLVER ATRÁS
Los aumentos de precios tienen la voracidad del
viejo e insuperable pac-man: nunca vuelven atrás ni devuelven lo que han comido,
como en el antiguo jueguito.
Comerciantes y empresarios, históricos
cultores del “por las dudas” ya hicieron su mullido colchón y ahora se quedan
esperando las novedades con la tranquilidad de haber cumplido con su vieja
costumbre de salvarse aunque vengan degollando.
Sin ser economista ni por asomo, la
intuición alimentada por varias experiencias en crisis, me ha enseñado que esa
debe ser la etapa más incontrolable en la compleja tarea de formar precios.
Controlando a quien produce la materia prima
debe ser complicado llegar a establecer con exactitud y justicia el precio
final de un producto, por la cantidad de etapas que se recorren y ciertas
intermediaciones ociosas e inútiles pero costosas.
La etapa más evidente y vulnerable es en la
boca de expendio, donde mueren las palabras y los números.
El comerciante debe soportar el arrastre
lógico de tantos peajes, salvarse como pueda y evitar que la sobrevaluación con
aquel “por las dudas” le haga caer las ventas.
Entonces, y también llevado por la
intuición, se me hace que todo el panorama se simplificaría si fuera el Estado
quien regulara ciertos indicadores para sincerar nuestra vapuleada economía.
Pero mientras la palabra inflación esté
prohibida en el vocabulario oficial, se torna complicado ese sinceramiento que
es primordial en la obligación de imponer orden y recato en la formación de
precios.
A los precios no los imponen los medios ni
los manipulamos los periodistas, sino las leyes del mercado, ahora desquiciado
desde la negativa postura oficial de esconder una inflación que nos viene
despedazando los salarios y los bolsillos.
Mientras desde arriba no se reciban señales
serias y creíbles, la bola de nieve se transformará en avalancha cuando sea
demasiado tarde para reaccionar.
Nos merecemos, creo, ser tratados con el
respeto de estar informados cabalmente de la situación y que no sigan las
maniobras distractivas que desorientan a todos los sectores.
Como ciudadanos, me parece que no es mucho
pedir.
MUNICIPALES DESPEDIDOS
Era nada fuera de lo habitual que marcaran
tarjeta y en lugar de ir a su oficina se iban al bar, al gimnasio. andaban de
shopping, volvían a su casa o cumplían horario en otros lugares de trabajo del
ámbito privado.
Pero a fin de mes, cobraban su sueldo de
empleados municipales y en muchos casos con el agregado de horas extras.
Con el uso de las impresiones digitales en
gran medida se acabó la joda, hay que cumplir horario, los controles volantes
son menos complacientes y a las horas extras hay que trabajarlas para
cobrarlas, siempre que antes hayan sido requeridas.
Por eso en los últimos días han cesanteado a
44 pícaros que se las habían ingeniado para cobrar sin laburar, y todo indica
que habrá más desvinculaciones con causa.
Si al gremio se le ocurre salir en defensa
de los que como costumbre violaron las disposiciones, deja de ser defensor para
transformarse en cómplice.
Porque encubridor siempre lo fue, y no me
vengan con el versito que la dirigencia ignoraba las anormalidades, si tomamos
en cuenta que son los primeros en transgredirlas.
El cargo sindical no es un pasaporte a la
vagancia y a la buena vida de pasarla bomba, sino de representar a sus bases y
más que eso, de ser un ejemplo y un modelo de honestidad, dedicación y
compromiso.
De esos dirigentes hubieron varios, de una
generación lamentablemente extinguida.
Hombres de aquellos tiempos, cuando la
actividad gremial era una orgullosa vocación de servicio y solidaridad, y no un
trampolín para arrojarse a la aguas de la política.
O sea, en la mayoría de los casos, a seguir
con la vida fácil.
CARNE, MEDICAMENTOS Y COMBUSTIBLES
No soy economista, experto en compras ni
analista puntual de las crisis, pero mi condición de consumidor me facilita
elementos directos como para opinar con una razonable certeza.
Muy pocas veces, si la memoria no me
traiciona, algún precio volvió sobre sus pasos, si concentro esta afirmación en
la carne, los combustibles y los medicamentos.
Y como la única verdad es la realidad, basta
con ir a la carnicería, a la farmacia y a la estación de servicio.
La carne se fue en promedio un 20 a un 30 por ciento arriba,
algunos medicamentos duplicaron su precio y los combustibles incrementaron un
poquito su cotización, a la espera de la reacción de la líder YPF.
Que nadie pretenda hacerme ver lo que no
existe o creer lo que no es cierto, porque los ejemplos están a la vista,
abrochados a lo que es la necesidad de la gente.
A menos que alguien me haga entender que es
posible vivir sin medicamentos, sin carne un par de veces a la semana o solo
con perfume a combustible en el tanque del autito o de la moto.
Por favor, alguien tiene que poner orden,
siempre y cuando la ciudadanía colabore con su cuota de honestidad para no
fabricar precios ridículamente incrementados.
De los laboratorios nada me sorprende porque
ellos operan en un país donde incluso experimentan sus productos.
La carne es un derivado de la conjunción
campo-costumbre-necesidad histórica y la nafta, producida por una empresa que
dicen recuperada pero es inmanejable al llegar a la manguera y al precio.
Pero sostener que ningunos de esos productos
aumentó más de 7 y medio por ciento, es una imperdonable ceguera.
Y un capricho político.
LA MEGACAUSA
Al igual que el Derecho
Internacional, nuestro Código Penal establece garantías para preservar la
imparcialidad y objetividad de los jueces, necesarias para un juicio
justo. A tal efecto expresa
claramente que se deberá apartar el magistrado que "en el mismo proceso
hubiera pronunciado o concurrido a pronunciar sentencia...", en otras
palabras, no puede un juez participar dos veces en el mismo proceso. Esto es,
porque, además del derecho la lógica lo dice, el juez que ya ha
participado en un proceso tiene ya un preconcepto formado.
En la causa del Registro, reconocida por el
Tribunal Superior de Justicia como un único proceso, los jueces se
repiten, marcando las estadísticas su participación en más de 20 juicios.
No se trata de cuestionar cuál es la visión
que sobre la causa posea el magistrado, sino de advertir que el hecho de poseer
un concepto previo de la causa, imagínen después de 20 juicios, afecta
decididamente la imparcialidad y objetividad que debe tener a la hora de
analizar y fallar en la cuestión sometida a su tratamiento.
Las estadísticas de esta causa que muestran
condenas masivas de trabajadores sin antecedentes, aún reconociendo en algunos
casos la inexistencia de pruebas directas en su contra, el
abuso de la prisión preventiva, que de ser excepcional se
convirtió en regla, la condena al total de los que pasaron por prisión, los
juicios repetidos una y otra vez a las mismas personas y la mirada
distraída hacia los personajes del poder nombrados en los mismos
expedientes, sólo encuentran explicación en la existencia de una
notable parcialidad de los magistrados intervinientes, que vulnera
las garantías de raigambre constitucional de debido proceso, defensa en juicio y
juez natural.
El principio de imparcialidad está
directamente ligado con la búsqueda de la verdad, y su cumplimiento
por parte del Poder Judicial podrá garantizar fallos justos y
ciertos.
De lo contrario, y a la luz de lo que viene
ocurriendo en la causa, la verdad no aparecerá y la justicia seguirá
siendo una utopía.
Más de uno está sospechando que nos anima un
espíritu motivado y centrado en la crítica hacia la actuación de la Justicia cordobesa, pero
vale la pena ponerlo en claro una vez más: no somos fiscales, defensores,
jueces ni verdugos, pero aún nos sorprende que desde adentro las leyes tengan
una caprichosa interpretación.
Si solamente recordáramos que la prisión
preventiva que es un mecanismo de excepción, en la megacausa se transforma en
norma, es para que al menos la propia Justicia evidencie que nos está regalando
un elemento como para dudar de la venda que debiera taparle los ojos.
EL BOLETO DEL TRANSPORTE
Ya es un hecho políticamente consumado, que
el boleto del transporte urbano se irá a 5,30 en pocos días, en una nueva
cesión que el poder concedente otorga a las empresas que se han cansado de
incumplir con la calidad de un servicio, en muchos sectores de nivel
deplorable.
El usuario, que es triplemente rehén de un
sistema alocado, debe resignarse a su histórica condición de tal porque no
cuenta con mecanismos de protesta como para hacerse escuchar.
El pasajero no puede abandonar su condición
de tal, por la imposición de las propias circunstancias.
El usuario, principal sostenedor del
sistema, paga un alto precio por depender de la voracidad empresaria, de los
frecuentes caprichos gremiales y de la ciclotimia de la autoridad municipal,
siempre lenta en reflejos a la hora de los conflictos que dejan a la ciudadanía
librada a su suerte y estado físico.
Las eternas promesas de los prestatarios, a
las que los cordobeses nos hemos acostumbrado desde el paso del último tranvía,
ya andan dando vuelta en su calesita más cercana a la mentira que a su
concreción.
Que habrá coches nuevos, que se ajustarán
las frecuencias después de estudios que jamás se harán, el embuste de los
ómnibus con rampas para discapacitados, la higiene de las unidades y otras ya
tan gastadas que han pasado a formar parte del folklore del engaño.
Vamos a estrenar un complejo y nuevo
sistema, uno más de los tantos que otras administraciones buscaron implantar y
así estamos en la eterna espera de contar alguna vez con un servicio digno de
lo caro que se paga.
Habrá que esperar el tiempo necesario para
la comprensión del diagrama de colores, números, corredores y otros elementos
que se incorporan a nuestra sufrida cultura de intentar viajar como personas y
no como ganado que llevan a la feria o al matadero.
EL DISCURSO DELASOTISTA
La verdad, no escuché el discurso del
gobernador y solo he leído algunos conceptos de los vertidos en la Legislatura, aislada
del pueblo por vallas y policías que días atrás se rebelaron contra la misma
autoridad.
Por eso, lo responsable sería leer
meticulosamente toda la exposición, para tener una idea del escenario donde
estamos viviendo a nivel provincial.
Nada leí, en esa pasada por los títulos, que
se hablara de la deuda provincial que se sigue abultando para el pague Dios o
que le toque a los que vengan después del 2015, y peor si son de distinto signo
político.
Me comentaron que el tema narcotráfico
saldrá de la cueva policial para trasladarse al ámbito de la justicia.
Que habrá un plan para los jóvenes ni ni
pero me faltó leer de donde se sacará la plata para esa compra de votos,
similar a la instrumentada por la
Nación.
Pensé por un momento que en un acto de
obligada y necesaria grandeza, el asumido padre del cordobesismo reivindicaría
el respeto por sus jubilados, reduciendo el absurdo plazo de seis meses que
tienen ahora para cobrar con un par de monedas lo que les aumentan a los
activos.
Palabra más, palabra menos, aparte del
anuncio de su arreglo con el poder central, que tuvo la generosidad de anunciar
que bancará el canal que nos traerá agua desde Los Molinos, lo que agradezco
como cordobés a la
Sra. Presidenta, el resto me sonó a viejo, gastado, usado,
percudido y sin mayores y postergadas definiciones.
Y con respecto a los sueldos de los
empleados públicos y el pedido de paritarias, medio que me desorienta la
posición de José Pihen, porque en su condición de histórico dirigente sindical
plantea reclamos que en una de esas, debe rechazar como legislador delasotista.
En fin, pasó el discurso, el gobernador
intenta retomar las riendas que por unos días dejara en manos poco aptas, y los
cordobeses seguimos esperando.
Como siempre, desde que me acuerdo.
CUADRICICLOS URBANOS
La irresponsable y caprichosa actitud de
algunos padres, no puede poner en peligro la vida de terceros ni de sus propios
familiares.
Si no existe quien se anime a secuestrar los
cuadriciclos cuando circulan por lugares prohibidos, seguirán ocurriendo
accidentes lamentables, que muchas veces tienen como protagonistas a menores de
edad y también en otros casos, a niños de corta edad.
A veces los vemos recorrer la ciudad donde
están expresamente prohibidos, pasar frente a indiferentes inspectores
municipales o exhibirse en las narices de la policía, sin que ninguna de estas
autoridades reaccione aplicando lo que corresponde.
Días atrás, en ocasión de un accidente en la
costa bonaerense que le costara la vida a una criatura de 10 años que
acompañaba a otro chico en un cuadriciclo, la televisión, no recuerdo qué
canal, entrevistó a padres de niños que pilotean esos vehículos.
Uno de ellos, indignado, palabra más o
palabra menos, dijo que él con su plata compraba lo que quería y que la
responsabilidad era suya.
Eso explica muchas veces la imbecilidad
humana de regalarle a un pequeño una escopeta, una ametralladora o un obús.
O también, un cuadriciclo.
ACCASTELLO Y LA
FARANDULA
Debe ser complicado sustraerse a la humana
tentación de la práctica del cholulismo, de manera especial para toda persona
que tenga una mínima porción de poder sobre todo en el campo de la política, en
cuyo nombre todo se permite.
Suena lógico que el intendente villamariense
utilice un festival artístico en provecho propio, si nos referimos a la
demagogica costumbre que aún subsiste, relacionada con aquello de pan y circo.
Esto, aunque su ciudad luzca bonita y
ordenada, porque es un mérito que no hay que restarle al sempiterno y sinuoso
candidato a algo más elevado que la intendencia de su ciudad.
Le alquiló el avión a la gobernación de
Catamarca para trasladar a un grupo musical que actuaría en la peña
villamariense y dijo que cuando sea gobernador de Córdoba también lo hará para
no tener inactivo un bien tan costoso.
Es para anotarlo y si llegara a serlo, cosa
que dudo y tampoco me gustaría, podamos discutirlo en su momento.
Y tomando el hilo de este festival, la fama
y un buen lomo no siempre son sinónimos de calidad profesional, sino simples
atractivos visuales, lo que explica la convocatoria a una artista de renombre,
que no es lo mismo que capacidad, para la complicada tarea de presentar a
estrellas en un escenario.
En Córdoba, y no es un ataque de
chauvinismo, podemos encontrar a muchas damas idóneas en esas tareas, pero se
optó por el encandilamiento de una silueta y un escote.
Así le fue a la esposa de ese muchacho, el
Oba, que como los esquimales, no ha transpirado nunca.
Para la próxima edición, el pretencioso
intendente que no tiene buena memoria a la hora de las deudas, se acordará y
practicará eso del Compre Córdoba.
Sería una actitud saludable, al menos para
aventar habladurías de la mala gente que nunca falta.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Su comentario será valorado