Desgrabación de los comentarios
del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 18/01/15
emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.
LAS COSAS EN CLARO
En la justicia; en su majestad, en su
pureza, debemos confiar siempre aunque cuestionemos a quienes la administran.
Pero no es coherente aplaudir los fallos
cuando son favorables y descalificar a la justicia en su conjunto cuando las
sentencias no se dan como se pretende.
El gobierno nacional está atravesando una
dura instancia acosado por dudas terribles acerca de su gestión relacionada con
el terrible atentado contra la
Amia, y las implicancias que tendría el gobierno iraní.
Han surgido protagonistas impensados para el
común de la gente más allá de la Sra. Presidenta y de su ciclotímico canciller,
porque entraron en escena personajes
como el fiscal Nisman, el “Cuervo” Larroque y el agresivo piquetero oficialista
Luis D’Elía.
Mientras tanto y a lo mejor por ser tiempo
de vacaciones, es como si la gestión se hubiera paralizado en una tensa espera
de novedades, para una cuestión que llevará su tiempo y deparará sin dudas
algunas sorpresas.
Pero si las cosas están como debe ser en
manos de la justicia, ¿por qué presionar desde el poder o desde la vereda de
enfrente?
¿Por qué prejuzgar en uno u otro sentido?
Es un desatino cívico, de acuerdo como están
las cosas, culpar o absolver.
Y si hablamos de incoherencias, a veces uno
se desorienta cuando escucha a varios “K” de paladar negro denostar la memoria
de Carlos Saul I de Anillaco, descalificándolo como gobernante y como político.
Son los mismos “K” de la primera hora que
después le colocan una alfombra roja al riojano, para que les posibilite llegar
a una mayoría legislativa de cartón, garantía mañosamente legal de esquivar con
nuevos códigos ciertas responsabilidades y culpas a futuro.
La realidad es demasiado simple: hay que
saber esperar.
En un año electoral, todo, todo es parte de
la campaña.
QUE SIGA EL CARNAVAL
Todavía no le pagamos al almacenero y ya le
estamos comprando al fiado por un tiempo más para otra fiesta.
Todavía nadie sabe cuánto costó aquella
mascarada del cuartetazo carnavalero de un par de años atrás, que solo
benefició a varias empresas dedicadas a esa expresión cultural y folklórica.
A ningún legislador se le ocurrió -salvo la
fundamentada como desoída protesta del juecista y colega Ricardo Fonseca-
seguir machacando hasta que el gobierno provincial le aclare a la ciudadanía,
con pelos y señales, los costos y los beneficios de aquel, llamémosle
espectáculo.
Hay que entender que es un año electoral y
todo suma para la campaña y mejor aún cuando lo pagan los otros.
El titular de la agencia cordobesa de
turismo, el radical arrepentido Gustavo Santos, quien fuera precandidato a la
intendencia municipal en la interna contra Ramoncito de años atrás, supone que
así como la gente gasta fortunas en ir al sambódromo carioca, hará lo propio
para visitar Córdoba, dejar buen dinero y deleitarse con el cuartetazo.
Dicen que a los cordobeses no les costará un
peso y que todo estará en manos privadas.
Si… privadas de control, privadas del pago
de impuestos, privadas de pagar la luz, privadas de limpiar las calles …
El Rey Momo será parte de la campaña presidencialista.
¡Viva la joda, total a la provincia no le
falta nada!
Después de todo, los cordobeses tenemos el
privilegio de un largo carnaval, con actores y clowns que ahora prometen
conseguirnos el paraíso en los próximos cuatro años, cuando pudieron hacerlo en
12 años que dilapidaron de manera escandalosa.
Tropezar dos veces con la misma piedra puede
ser una tontera, una equivocación o un
descuido.
Tropezar tres veces está más cerca de lo
imperdonable.
Pero tropezar cuatro veces nos ubicaría
próximos a la inconciencia.
FETAP INSACIABLE
Los empresarios del transporte urbano de
pasajeros de nuestra ciudad, otra vez se han pintado la cara y se han
disfrazado de pobres, para empezar a presionar por un nuevo aumento de tarifa,
endulzados por el último que casi nada les costó frente a una permisividad
lamentable de la autoridad y su medrosa costumbre de bajarse los lienzos frente
al primer amague de conflicto.
Antes, los chicos malos de la UTA habían presionado con un
adelanto sobre futuras paritarias, amenazando directamente con paralizar el
servicio si son desoídos.
¿Vieron que tanto los empresarios como el
gremio piensan que somos millares de estúpidos y no nos damos cuenta de los
arreglos que hacen entre ellos?
Dejando de lado la mínima incidencia que
seguramente tiene la reciente baja en el precio de los combustibles, este nuevo
acto de prepotencia empresaria más allá del rechazo de la ciudadanía, merece
una inmediata reacción del poder concedente que es la municipalidad.
Es imprescindible que se les exija el
cumplimiento estricto de los servicios y de las frecuencias, con unidades
adecuadas y todo de acuerdo con lo que establece la concesión, en lo que no hay
que aflojar ni un milímetro, porque los pícaros de las empresas, ante la falta
de controles, son los que regulan las prestaciones en función de mayores
utilidades.
Y es necesario volver a un llamado de
atención: que no se quejen los empresarios ni la UTA cuando la gente, cansada de las diarias
injurias, reacciona a veces de manera exagerada.
Porque el pasajero, pese a ser el obligado
sostenedor de un sistema perverso y rehén de caprichos ajenos, busca defender
sus derechos frente a una actitud ausente de quienes debieran hacerlo desde la
autoridad.
¿POLICIA CAMINERA O ESTÁTICA?
La Policía Caminera
no ha podido desprenderse de esa imagen de ente recaudador, que en aras de
cobrar multas descuidó la prevención, aunque desde el poder se esmeren en
vendernos una idealización de algo que en verdad es negativo.
No es para echarles en cara el accidente que
protagonizaran tres mayores y un bebé a bordo de una moto, a raíz del cual
todos murieron, porque según creo, no ocurrió en jurisdicción de la caminera
sino en el límite del ejido municipal.
Las estadísticas no son alentadoras.
Mientras tanto, poco ha cambiado en el
cordobesismo de esa costumbre del policía estatuario, como de yeso o cemento,
limitándose a controlar de ojito siempre al lado de las cabinas de peaje, si
los automóviles circulan con las luces encendidas y sus conductores con el
cinturón de seguridad.
Es cierto que eso es prevención, llamémosle
pasiva, sin desplazamiento, ni esfuerzo, ni consumo de combustible.
Pero lo que se necesita es, ya que son
camineros, que caminen las rutas y no tan solo las pavimentadas donde la gente
puede verlos y actúan como elemento disuasivo para tantos loquitos que hay al
volante, sino en los caminos secundarios y en los lugares donde no existe el
turismo.
Allí, en esos casi ocultos escenarios,
también ocurren accidentes evitables con la sola presencia de la autoridad.
Y otro detalle: el descriterio y a veces la
agresividad de los controles, merecen unificar normas y aplicar el sentido
común, más allá de las ansias punitivas y recaudatorias.
La Policía Caminera no puede seguir
siendo una fuerza estática, sino que imperiosamente debe ser dinámica.
Condenarla a la quietud administrativa, no
bajará el penoso saldo de vidas que se pierden en las rutas.
LA
MEGACAUSA
Retomando el caso de Héctor Cejas, citado nuevamente al banquillo en la
causa Registro por hechos de la misma fecha que los ya juzgados, el análisis
de parte de los datos estadísticos de esta causa da cuenta de que en los
juicios realizados entre los años 2008 y 2012 el clan Cerdá, familia
confesa y condenada, fue llevada a juicio más de doce veces.
Además y muchos otros imputados, sin alcanzar ese récord, pasaron por la
misma situación en 2, 3, 4 y más oportunidades. El fenómeno, si así se lo puede
llamar, se repite entre los años 2012 y 2015 siempre encabezado por el mismo
clan.
La palabra pena proviene del latín y significa castigo, padecimiento y
sufrimiento y en el orden jurídico se plantea como una sanción
aplicable por la autoridad legalmente determinada a quien, tras un debido
proceso, aparece como responsable de la comisión de un delito.
Zaffaroni la define como un hecho político y de poder,
afirmando que a cualquiera de nosotros se nos puede seleccionar y penalizar
porque, hipotéticamente, algo hemos hecho en algún momento de nuestra vida y en
este marco, plantea la necesidad de control y la ilegitimidad de la prisión
preventiva.
Más allá de cualquier debate filosófico, social o jurídico sobre la
pena, está fuera de discusión que no puede aplicarse por las dudas, y que debe
ser resultado de un debido proceso legal, un juez natural y la mayor certeza
posible por sentencia firme.
No es sobreabundar, repetir que la mayoría de los penados en la causa
Registro no cumplieron con estos requisitos, resultando víctimas y rehenes
de la prisión preventiva, la comisión especial y el proceso irregular.
Si tenemos en cuenta que los imputados no representan ninguna amenaza
social y que insistentemente se vuelve atrás sobre supuestos y similares
hechos, utilizando a unos como antecedentes de los otros y viceversa, nos
encontramos con lo que la
Real Academia Española define como círculo vicioso:
"vicio del discurso que se comete cuando dos cosas se explican una por
otra recíprocamente y que no conduce a buen efecto".
Bien hemos visto que, al menos, no conduce a la justicia.
CAPITANICH, VOCERO IMAGINATIVO
Es para pensar que hasta el cargo de
ministro de Asuntos Ridículos le quedaría grande.
La crisis de los tampones es una maniobra
urdida por los laboratorios internacionales que publicitan en Clarín y sus
cómplices mediáticos, para desviar la atención de las mujeres buscando que se
preocupen solo una vez al mes, y no todos los días pensando en los precios.
No me extrañaría que fuera el futuro
argumento del lenguaraz chaqueño para intentar, vanamente, justificar una
carencia impensable unos pocos meses atrás, cuando todavía nos parecíamos menos
a la Venezuela
marcadora de rumbos y tendencias.
Pero de esa delirante posibilidad, a
sostener y pregonar que la delicadísima cuestión judicial que están afrontando
en el más alto nivel, fue generada por los medios concentrados y sus secuaces
para que no se hable del éxito de la temporada turística, perdónenme pero
pienso que nos toman de boludos … y boludas.
Ahora, todo el circo de Aimèe Boudou, no
pasa de ser una jocosa tilinguería de conventillo.
MURIÓ FULVIO PAGANI
Como muchos otros que dejaron huella, que
fueron ejemplo, que hicieron de la amistad y del compromiso una religión, no
necesitó morirse para merecer el galardón que distingue a las buenas personas
como tales.
“Fulvito” Pagani, hijo de un grande, fue uno
de los privilegiados testigos y hacedores del esplendor de Arcor, nacida del
talento, la entrega y el sacrificio de un puñado de gringos empeñosos que desarrollaron
desde la nada, o desde su laboriosidad, una empresa de crecimiento abrumador
expandida a casi toda la geografía mundial.
Morir jóven no deja de ser una injusticia,
como le ocurrió a este niño grandote, tierno, sufrido hincha de Talleres, que en
el mundo empresario ocupara importantes cargos y aún tenía mucho para dar.
Amigo cabal, amplio y generoso, cosechó
fraternales afectos por su humildad, su chispeante y contagioso sentido del
humor, su seriedad a la hora de tomar posiciones o asumir responsabilidades.
Lo pinta una simple anécdota, poco conocida.
Durante una misión comercial a Cuba
acompañando a Ramón Mestre por entonces gobernador, sorpresivamente se
encontraron frente a frente con el mismísimo Fidel Castro, quien al enterarse
que era uno de los capos de Arcor, le dijo ¿tu eres el de los caramelos, chico?
La segunda frase de Fidel a Fulvio fue
"que lindo hubiera sido ser tu amigo de niño", referida por Leo
Cavagni quien era uno de mis productores por aquellos años y formó parte de
aquel puñado de cordobeses que viajó a Cuba.
Leo me refrescó la memoria recordando la
imagen de Fulvito, en esa gira, visitando un ingenio en la isla y escapando de
la comitiva para comer, con la mano, azucar aún sin refinar.
Fue con el único empresario que el líder
cubano mantuvo una larga charla, sorprendiendo a Pagani por el nivel de
conocimiento que Castro tenía de la empresa nacida en Arroyito.
Nos ha dejado un hombre bueno, sencillo y
cariñoso; un aplicado ejemplo de lealtad con sus principios éticos.
Se fue demasiado joven, con 51 años de vida
intensa.
Por allí uno piensa que el Dueño de Todos
los Relojes quiere rodearse de buenos amigos, e injustamente nos quita el
placer de tenerlos entre nosotros.
A veces aunque consuele y más allá del dolor
y de las lágrimas, no basta solo con el recuerdo.
OTRA DE DOÑA HEBE
Cuando el
atentado contra las torres gemelas de Nueva York ella se distinguió por
aplaudir el éxito de la operación consumada por el fundamentalismo islámico.
Ahora hizo lo propio con lo sucedido en la
revista francesa, sosteniendo que el gobierno galo no tiene autoridad moral para
hablar de violencia.
Ella, doña Hebe, ¿tiene valores éticos que
le permitan tan siquiera utilizar el término violencia?
No soy juez, pero la historia supongo que
dirá o ya dijo que no; que no los tiene.
Es curioso y bien vale tomarlo como un caso
patológico, porque es difícil meterse en la cabeza que se pueda conseguir la necesaria
reconciliación, si quien pretende ser abanderada de esa noble causa proviene de
la violencia.
Jamás cometería el error delasotista de
cuestionarle a ella y a todas las madres afectadas, la manera que tuvieron de
educar, de formar o de descuidar a sus hijos.
Pero si, con la convicción que una vida es
sagrada, piense como piense su dueño, que nadie en nombre de nadie tiene el
derecho a quitarla.
Así sean militares, guerreros, mercenarios,
o románticos patriotas como algunos quisieron hacerlos aparecer.
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