Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari
en su programa “Síganme los buenos” emitido el 03-05-15 por AM580 Radio
Universidad de Córdoba
DIA
DEL TRABAJADOR
El viernes último fue el día nuestro, de los
que abrazamos la cultura del trabajo, que no deja de ser una innegociable
convicción que nos enaltece ante la sociedad.
No hay para qué extendernos en discursos,
sino más bien en una especie de enunciación de principios, que hacen a la
dignidad de trabajar.
Es día propicio para ofrecer un humilde
reconocimiento a todos los dirigentes sindicales que ofrendaron buena parte de
sus vidas en la diaria fragua de la lucha gremial, sin claudicaciones ni privilegios;
a los que siguieron siendo ejemplo de fervor laboral en su trabajo cotidiano y
no vivieron prendidos a la licencia que contempla la ley, en cuyo nombre se
cometen tantos abusos.
Quiero eximir de este reconocimiento, por
estrictas cuestiones de justicia, a los que se sirven de su condición de
dirigentes en provecho propio, de sus familiares, de los amigos y de las
amigas, porque no merecen figurar en el cuadro de honor de los honestos.
Quiero, en definitiva, valorar el esfuerzo
de tantos hombres y mujeres que se dignifican laburando, sacrificando su descanso,
buscando siempre algo más para hacer; para sentirse útiles, para saberse
capaces, que es la manera más maravillosa de sentirnos libres y comprometidos
con el futuro.
El actual marco referencial no es el mejor,
con el creciente número de desocupados reflejado en las estadísticas serias, el
deterioro del salario en su poder de compra, una inflación tan agazapada como
negada que nos castiga sin misericordia y la injuria que significa la
confiscación de una parte del salario, disfrazada de impuesto a las ganancias.
Por otra parte las becas a la vagancia
(algunos les llaman planes sociales o subsidios) no hacen otra cosa que robar
la poca nobleza que les queda a muchos argentinos, que prefieren eso: la dádiva
en lugar de transpirar, precisamente para enaltecer y adecentar lo que cobran.
Debemos reconocer también la culpa de muchas
empresas que cuentan con dos curiosos mecanismos destinados a la reducción de
sus planteles: las tecnologías aplicadas a mansalva y el ultraje del pago en
negro, no para beneficiar al trabajador sino como otra perversa manera de
evadir tributos e impuestos que el Estado necesita.
Seguramente con la madurez democrática que
aún no hemos alcanzado pese a sus 32 años ininterrumpidos de vigencia, llegará
el momento en que la sinceridad se coloque por encima de la especulación.
Y se haga carne en los argentinos aquello
que sostenía Perón como parte de sus 20 verdades: “No existe para el peronismo
más que una sola clase de hombres: los que trabajan; el trabajo es un derecho y
es un deber, porque es justo que cada uno produzca por lo menos lo que
consume”.
Y Ghandi, que de luchas y sacrificios algo
sabía, sostuvo tiempo atrás que “Dios ha creado al hombre para que gane su
sustento trabajando, y ha dicho que aquel que come sin trabajar, es un ladrón”.
LANZARON
CAMPAÑAS
Por fin ya están todos en carrera, algunos
solos, otros mezclados y otros entreverados sin que la propia militancia de
cada uno alcance a entender eso de la marginación, privilegiada por la
notoriedad de varios personajes ajenos al elitista y ahora “fashion” mundo de
la política.
Los que como expresión individual
entendieron que no les alcanzaba, buscaron ruedas de auxilio aunque fueran de
otra medida, otra marca y otra calidad.
Poco importaron las coincidencias o no en
materia programática, sino que hicieron prevalecer las ansias sumatorias por
encima, en varios casos, de las propias banderas durante tantos años
enarboladas y sostenidas contra los embates de la anti democracia.
Es así como advertimos la desorientación de
los ciudadanos que ya se mezclan y se pierden en conceptos antes desconocidos
como las Paso, las primarias abiertas, elecciones internas y otras figuras que
no alcanzan a entender, cuando debiera ser el Estado el encargado de bombardear
con instrucciones cívicas, más que con la vigencia del promesómetro.
No basta con poder acceder a los padrones
desde el hogar, si no tienen Internet domiciliaria y peor aún, no saben para
qué tienen que cumplir con el deber de sufragar, que no deja de ser un derecho
que se nos impone en lugar de respetarse la libertad individual de cada uno, en
cuanto a votar o no votar.
Ya están todos en carrera y la lucha promete
ser encarnizada no tan solo en las urnas, sino desde los prolegómenos de cada
elección, donde lamentablemente por encima de las propuestas, el diálogo o el
debate, prevalece ese poderoso caballero que es don dinero.
Estamos cada vez más cerca de la saturación
de promesas.
Por suerte, la realidad se ha encargado de
vacunarnos contra esa vieja y percudida costumbre peronista, radical,
conservadora, fascista y comunista, materia en la que todos, históricamente, se
han esmerado en coincidir.
¿POCA
COHERENCIA O MUCHA HIPOCRESÍA?
Cuando los anuncios preelectorales sacuden la
modorra de lo medianamente previsible, las sorpresas suelen copar la
consideración pública llevando a la toma de posiciones que van desde la
descalificación más absoluta hasta la casi beatificación de una persona, como
sucede con “Cacho” Buenaventura, radical de origen, asalariado publicitario del
delasotismo y ahora candidato a la vicegobernación por las huestes del
kirchnerismo villamariense en particular y nacional y popular a nivel nacional.
¿Se lo imaginan dirigiendo un debate áspero
en la unicameral?
Es un caso patético de aprovechamiento de la
notoriedad ajena por carencia de la propia.
Es cuando con justa razón nos preguntamos
qué aportaron a la gente, al país y a la historia personajes como Reuteman,
“Palito” Ortega, Del Sel, “Pichi” Campana, Irma Roy, Moria Casán, Blanquita
Rossi, Arturo Miguel Heredia, el “Motonauta” Sciolli y otros más que por
mandatos extraños incursionaron en otros escenarios muy distintos a los que
ellos frecuentaron con éxito dispar.
No es el de Cacho el primer caso, y con la
clase política que tenemos, es para asegurar que no será el último.
Allá por 1922 tomó estado público una
importante defraudación a la aduana de Buenos Aires, lo que ahondaba las
diferencias entre los radicales personalistas y los antipersonalistas y para
calmar las aguas, el presidente Yrigoyen designó como candidato a sucederlo al
entonces embajador en Francia, el aristócrata Marcelo de Alvear, para las
elecciones de abril.
El radicalismo cordobés decidió no presentar
postulantes a la gobernación ni a la renovación de la legislatura, con lo que los
demócratas se aseguraban la victoria en ambas cámaras y dejaba el interés de la
ciudadanía en la tercera diputación por la minoría.
Más por broma que por ambición política, los
estudiantes y jóvenes profesores que convivían en el Barrio Clínicas y
coincidían en la Facultad
de Medicina (todos partícipes de la Reforma Universitaria )
formaron el Partido Bromosódico y no tardaron en ungir a un candidato.
El tipo era Enrique Badessich, inventor de
instrumentos de guerra, poeta, extravagante, irreverente y anticlerical, a
través de quien pretendían impactar en la esclerosada sociedad cordobesa.
Lucía sombrero de ala ancha, amplios
gabanes y escandalosas corbatas.
Se burlaba del clero y de los más rancios
apellidos de la época y terminada su campaña se fortaleció el Partido
Bromosódico Independiente, apoyado por la masonería, los evangélicos, el
estudiantado y los obreros liberales.
Las autoridades electorales tuvieron que
aceptar al partido, con su postulante Badessich a la cabeza, participó de los
comicios del 26 de marzo, cuyo escrutinio fue seguido por el candidato
instalado en la
Legislatura , devorando gigantescos sánguches de salame.
Los resultados llevaron al escándalo y al
desconcierto de los que eran políticos
profesionales y viejos caudillos en el
arte de conseguir votos, cuando el bromosódico resultó tercero relegando a
católicos, radicales y socialistas.
Fue todo tan conmocionante que un sector de
la ciudadanía calificó al electo como “un personaje colocado fuera de la
razón", que había obtenido su diploma con recursos grotescos y propósitos
festivos, motivos más que suficientes para rechazarlo en nombre de la cultura y
del decoro del país", opinión que no todos compartieron y encumbrados
intelectuales como José Ingenieros, Deodoro Roca y Gregorio Bergman lo
agasajaron con una comilona en Alta Gracia en cuyo transcurso ponderaron “su satisfacción ante la burlona bocanada de
aire renovador que su irreverente estilo conllevaba”.
Allí mismo Badessich anunció más de cien
proyectos que había elaborado para elevar a la Legislatura , entre los
que sobresalían el amor libre, el acortamiento de los hábitos sacerdotales
(para ellos y ellas) y con la tela economizada, hacer ropa para los chicos
pobres; separación de la
Iglesia del Estado, implantación de la República Cordobesa ,
la supresión del Ejército por antisocial y anacrónico, electrocución de los
bacilos del tifus que hacían estragos en la capital y en Río Tercero y la eliminación
de las esquinas para evitar los choques.
Pero el 27 de abril ante la presión de los
ultraconservadores y los derrotados, la Comisión de Poderes de la Cámara de Diputados
dictaminó que Badessich era “una persona notoriamente incapacitada para desempeñar
las funciones de legislador” y se rechazó su diploma “Por decoro del cuerpo”.
Que nadie venga ahora a intentar hacernos
creer que lo de Cacho Buenaventura es casi inédito. A lo mejor es la excepción
de todo lo sabido, el más rotundo de los fracasos, la más penosa de las
experiencias o el más indigesto sapo que pueda tragarse el kirchnerista
villamariense.
Badessich murió en Buenos Aires el 8 de
agosto de 1961 y muchos, todavía, lo tienen como ejemplo de la sinceridad al
poder.
MENDIOLAZA,
LOS OLVIDOS Y EL PAPA
A mediados de febrero, cuando la naturaleza
se abatió sin piedad sobre nuestras vecinas sierras chicas, las consecuencias
fueron tan tremendas que todavía no ha sido posible siquiera relevar la
totalidad de los daños materiales provocados.
De inmediato y junto con la notable
solidaridad de la gente se echaron a rodar los mecanismos estatales de la foto
en el barro, las promesas y la oculta intención del aprovechamiento de la
desgracia ajena para la utilización en la campaña proselitista.
Los punteros estatales recorrieron, en este
caso puntual el barrio Los Cigarrales de Mendiolaza relevando daños y pérdidas
entre los vecinos, llenando planillas y prometiendo ayuda.
La ayuda, al menos allí, nunca llegó y esas
fichas del demagógico relevamiento fueron encontradas días después por los
vecinos, tapadas con piedras y yuyos.
Allí en Los Cigarrales, 300 vecinos, 300
queridos cordobeses lo perdieron todo y muchos incluyen las esperanzas y el
respeto que tenían por quienes debieron ayudarlos, contenerlos, alojarlos y
solucionarles todos los problemas emergentes del desastre.
Comentaban algunos vecinos del sector que ni
siquiera la municipalidad lugareña se ocupó del drama, hasta el punto que el
intendente -creo que se trata de Salibi- pasaba en su auto pero no se detenía a
evaluar de cerca las consecuencias del meteoro y de la propia desidia.
Agotaron tanto aquellas esperanzas como la
paciencia, al ver que la solidaridad oficial los había marginado en muchos
aspectos y optaron por elevar sus angustias al Papa Francisco, enviándole una
extensa carta al Vaticano.
Al texto completo de ese documento lo pueden
encontrar en www.gonioferrari.com
y es para rogar que las autoridades también la lean.
En una de esas, les sirve para reaccionar,
mover las cachas y ponerse a trabajar en serio, sin marginar a nadie y poniendo
el hombro y la chequera, porque los dineros públicos, nuestros dineros, no
están solamente para las campañas proselitistas y la juntada de votos.
TEXTO COMPLETO DE LA CARTA DE LOS VECINOS DE MENDIOLAZA A S.S. FRANCISCO.
Click sobre la foto para ver en tamaño normal
Con diferentes posturas en la
jurisprudencia, el vocablo banda hace referencia a la presencia de tres o
más personas organizadas con el fin de delinquir, con una concreta distribución
de tareas, una jefatura o conducción claras y con la conciencia individual de
pertenencia y adhesión al grupo.
Los fallos de altos tribunales coinciden en
afirmar que no cualquier cosa es banda, destacando en general como atributos
esenciales la permanencia y pertenencia.
En la causa del Registro el término fue
empleado como una especie de "palabra mágica" que permitió en
cualquier instancia y a cualquiera de los siempre mismos funcionarios,
justificar cualquier decisión.
Al mejor estilo Alí Babá frente a la cueva
la frase “forman parte de una banda” abrió la puerta a las más variadas y
cuestionables acciones: imputación a cualquier conocido o vecino, prisión
preventiva de años sin juicio alguno, condenas efectivas mayores que las de un
homicidio, elevadas multas, inhabilitación profesional prolongada e
inacabable persecución penal.
Lo que con ligereza afirmó la teoría, no
encontró la prueba objetiva y verificable que la ciencia seria exige. La
comunicación, la organización y la pertenencia a la gigantesca “banda” de no
menos de 200 personas, residentes en diferentes lugares y en general
desconocidos entre sí, quedó para el terreno de la telepatía, la clarividencia,
la novela y la ficción.
Por el contrario, podríamos afirmar que la
“comisión especial” encargada de los casos sí responde a los presupuestos de
organización, jerarquía, permanencia y pertenencia y de ninguna manera ni por
asomo, se nos ocurre pensar que el Poder Judicial tenga fines delictivos, pero
teniendo en cuenta que sus acciones han sido declaradas inconstitucionales por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y por los organismos
de derechos humanos, es lícito preguntarnos cuál es el verdadero fin de esta curiosa
y sorprendente actividad que continúa.
DIA
MUNDIAL DE LA LIBERTAD DE
EXPRESIÓN
Suele ser un argumento de los gobiernos
autoritarios, sostener que le esta otorgando a los medios periodísticos y por
ende a la ciudadanía, el beneficio o la gracia de poder decir lo que se les
antoje.
La necedad está en que ningún gobierno
debiera asumir esa temeraria potestad, porque es un derecho consagrado como
básico en los genuinos sistemas democráticos.
Cuando desde el poder se pregona la generosidad
de dejarnos opinar o hablar, es cuando más se esconde la censura disfrazada de
varias sutiles maneras, como son el condicionamiento económico a través de la
pauta publicitaria oficial, la discriminación a la hora de informar o el
perverso y tan aplicado sistema de premios y castigos.
Existe entre nosotros y ya es conocida por
su práctica habitual, la malsana costumbre de suponer que con la onerosa y por
lo general inoportuna publicidad de los actos de gobierno, que es un disfraz de
promoción partidaria, se compran aplausos.
O que con los montos exagerados que se
destinan a los medios de mayor audiencia, se pagan silencios.
Ambas posturas, en definitiva, son dos de
las visiones que nos aporta esa insuperable vocación por la hipocresía que
caracteriza a muchos de nuestros políticos, y más aún cuando manejan eso tan
sensual que es el poder.
Al final de cuentas el hecho de sentirse
salvajemente libre está en cada uno de nosotros, con una sutil diferencia: los
que tomamos esa actitud como una forma de vida, y los grises que buscan siempre
quedar bien con Dios y con Satanás, en la utopía de transmitir una imagen de
libertad.
Y al hablar de libertad de expresión, mi
abierto y sincero desprecio profesional por los que se dicen colegas y están enrolados
en la inédita y obsecuente figura del periodismo militante, cuando la realidad
muestra que han prostituido el compromiso con el equilibrio, para erigirse en casi
fanatizados propagandistas de un determinado modelo.
Por suerte, nos conocemos casi todos.
ITV
CICLOTÍMICA
Lo de las marchas y contramarchas para la
aplicación de una medida suena casi a vacío de poder, como si no hubiera
espalda política para instrumentarlas sin dudas ni temores.
Eso está ocurriendo con la cacareada y descacareada
puesta en vigencia de las penas para quienes no han cumplido en sus vehículos
con la Inspección Técnica
Vehicular, uno de los tantos instrumentos recaudatorios que la modernidad de
gestión ha instaurado.
Se anunció que empiezan a multar y después
se dice que lo harán más adelante.
Es claro, que el poder no quiere asumir el
papelón de exigir buen estado de los autos, cuando las calles son un desastroso
y lamentable muestrario de cráteres y aljibes, que solo se superan, siempre, en
tiempos previos a elecciones.
Es por lo único que los argentinos deseamos
que haya elecciones, por lo menos cada dos meses.
CARROS, CABALLOS Y PERROS URBANOS
Si no me equivoco fue el hermano de nuestro
actual intendente que como legislador nacional presentó en el Congreso un
proyecto para reglamentar o al menos
ocuparse de la existencia urbana de carros tirados por caballos y la
proliferación de perros abandonados a su suerte.
Creo que con el tema no pasó nada.
Los carros y sus caballos al servicio de
cartoneros y cirujas representan un agudo problema social por tratarse de una
fuente laboral para muchos marginados, y a la vez son un peligro circulando por
las calles en horarios de máxima congestión o en las penumbras de una ciudad
pésimamente iluminada.
Impedirles trabajar empeoraría su situación,
razón por la cual hay que enfocar el problema teniendo en cuenta la
vulnerabilidad del sector, para encontrarle soluciones adecuadas.
Lo que no parece tener salida es la
desmedida presencia de perros abandonados no tan solo en el centro de la ciudad
sino en cualquier barrio, representando a veces un peligro por la agresividad
que se manifiesta en ataques a los vecinos.
Se habían instrumentado mecanismos de
castración gratuita pero están desactivados, según se comenta por falta de
presupuesto y a veces por cuestiones de luchas que entablan los
conservacionistas y los que buscan la protección del prójimo, dejando de lado
una interna que subsiste entre los veterinarios y los negocios del ramo.
De cualquier manera, una ciudad como la
nuestra que pretende ser ordenada, limpia y segura, no puede permitirse ni
carros con tracción a sangre ni perros que signifiquen un peligro tanto de
ataques como de pestes.
Alguna vez, seamos una Córdoba en serio.
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