¡BIENVENIDO 2016!
Aunque
tengas un día más, te esperábamos con ansias.
Varios han sido los años inquietantes que
los desencuentros nos empujaron a pensar en la desintegración social, en la mal
planteada batalla de pobres contra pobres, de obreros contra obreros, de
laburantes escogidos contra laburantes postergados, de jubilados con
privilegios contra jubilados con hambre, de encandilados con el modelo contra
ilusionados por otra cosa, de ciudadanos respetuosos contra ciudadanos
autoritarios …
Fueron más las cosas que nos separaron que
aquellas que intentaron unirnos.
Fue -desde ambas veredas- privilegiar el
vaso medio vacío por encima del vaso medio lleno.
Fue mirarnos con inéditos odios utilizando
afrentas nuevas.
Para
muchos lo importante era dejar la mecha encendida en lugar de permitir que
entre todos encendiéramos la esperanza.
El interrogante de qué fue lo que nos separó
a amigos de amigos, a parientes de parientes, a papistas de papistas, a
peronistas de peronistas, a radicales de radicales o a derechistas de
derechistas quedará para el juicio insobornable de la historia, pese a que
todos los argentinos -todos- algún protagonismo en tal sentido nos reservó la
realidad diáfana para muchos y turbulenta para otros.
Llega el 2016 con su recóndita inocencia y
en la virginidad de ese almanaque seremos los argentinos de buena voluntad los
que inscribamos las fechas trascendentes que superen a los tiempos, a las
lejanías, a las diferencias que tanto nos han distanciado.

Hemos pisado el invicto umbral de un nuevo
año.
Sepamos aprovecharlo con el patriotismo y el
empuje de todo aquel que se sienta con la obligación de luchar por la Argentina grande, sin
exclusiones ni privilegios; sin corrupción y con honestidad; con respeto por la
opinión ajena e inmunizados contra los espejismos políticos, ideológicos y
económicos; vacunados contra todas las formas que disfrazan a la demagogia;
lejos de los populismos que emparejan hacia abajo.
¿Existen los milagros?
El tema es para un eterno debate.
Que nuestro milagro tenga forma de progreso,
bienestar y calidad de vida.
Tantas riquezas, vocación de grandeza,
espíritu de sacrificio y el honesto esfuerzo son los componentes que lo hacen
posible en la guerra frontal contra las utopías.
Ya estamos en el 2016 con burbujas y
estrellitas en el alma.
No es sólo un año más aunque para los viejos
sea un año menos.
Es el año nuevo que merece ser recibido con
el corazón pleno de ilusiones, anhelos y perspectivas.
Los argentinos merecemos que sea un año
fundacional.
Gonio
Ferrari
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Su comentario será valorado