Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio
Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 6/12/15 emitido por AM580 Radio
Universidad de Córdoba.
CANSADOS
DE SER REHENES
Es fácil advertir un
debilitamiento no tanto de las convicciones pero sí de la vocación belicosa y
confrontativa asumida por la dirigencia del SUOEM, que de paso sea dicho cuenta
con la impunidad de los fueros sindicales, con lo que sus haberes están
protegidos.
Pero los empleados, muchos de ellos llevados
a la lucha de prepo y con amenazas, están obligados a padecer una merma
salarial que si bien suele ser el precio que se paga por la lucha, no deja de
ser un despropósito.
La dirigencia se queja porque sostiene que
el derecho a protestar está cercenado y no es así, porque la elemental lógica
indica que se ha quebrado el respeto hacia el espíritu de la protesta, porque
aviesamente las llamadas asambleas informativas no son otra cosa que una
injuria a los vecinos, víctimas de esos paros encubiertos y agravados por la
agresiva arenga gremial.
Para nadie es agradable que le toquen el
bolsillo del lado de adentro y es por eso que no siempre es prudente quejarse
más allá de lo necesario, a menos que se busque preservar una imagen combativa
que le asegure a la cúpula sindical un nuevo período con todas las ventajas que
ello implica.
La gente ya se hartó de ser forreada -bien
vale en este caso la grosería del término- por una dirigencia insaciable que
solo se preocupa por hacer respetar sus derechos, olvidándose olímpicamente de
los deberes, en ese tácito contrato social suscripto con los vecinos.
No extraña que Rubén Daniele sea ídolo
indiscutible hacia adentro, pero en el consenso público debe ser la persona menos
digna de respeto por ser el artífice de luchas salvajes, con tal de quedarse
atornillado a su cargo.
Debe ser lindo cobrar un sueldo casi
majestuoso por trabajar cada vez menos, dejando a salvo el compromiso y el
sacrificio de muchos empleados municipales que incluso, son víctimas de
amenazas de esa mafia sindical que busca mostrar unanimidad de objetivos cuando
no es así, al menos en la evaluación de los métodos aplicados.
Los cordobeses han superado el hartazgo y
por eso los acólitos de los que manejan el sindicato le huyen a la posibilidad
de un referéndum popular que califique su comportamiento.
Y la oposición al ente creado tiene una
razón elemental: la principal protección que reclama, ansía y pretende el SUOEM
es que nadie los controle, porque están mal acostumbrados a hacer lo que se les
cante, dejar de hacer lo que se les cante y pensar que todos los vecinos son
giles.
Pero que no se equivoquen: a ellos ningún
vecino los eligió.
La situación nacional me hace acordar a un
amigo bastante tramposo que una vez antes de viajar para radicarse
definitivamente en el exterior, sacó una parva de créditos, compró ropas y
bienes en cuotas, puso de garantes y avales a parientes y vecinos y los dejó
más clavados que mariposas de exposición.
Más o menos así nos sentimos muchos
argentinos al advertir el festival del derroche a futuro que se está haciendo a
pocas horas de tomarse el palo, incluyendo la sangría de reservas y los
compromisos con el exterior, con lo que nos están candidateando a ser tapa en
la revista internacional de los morosos.
Aparte de culpar a las autoridades aún
ausentes por los demenciales aumentos de precios en todos los rubros,
blanqueando el clásico “por las dudas” argentino, acentúan la superpoblación de
organismos del estado y de nuestras legaciones en el exterior faltándoles el
respeto a quienes deben decidir destinos dentro de pocas horas.
En muchos otros ámbitos, aparte de la
economía, han minado el campo en una perversa actitud dañina y alejada de los
cánones que se aplican y respetan en los casos de transiciones o de
alternancias.
Ahora de perdidosos no asumidos, muchos y
muchas han pasado a la legión de los caprichosos y vengativos, como si
quisieran tomar represalias contra un electorado que les resultara adverso.
No es esa una actitud patriótica ni honesta,
en momentos críticos para la
República , cuando lo que se impone es brindar información
real acerca de la situación y obrar con la grandeza que imponen las
circunstancias.
No es el fracaso del “vamos por todo”
vociferado desde años atrás, porque ante los desencantos la historia suele
regalar siempre algunas nuevas oportunidades.
Luchar contra el destino, en política, no es
una imprudencia sino una supina falta de inteligencia.
Y también de resignación y paciencia.
VENEZUELA
Y EL “REGIMIENTO PAJARITO”
Veleidades guerreras de un
tiranuelo que transformó a su país petrolero en una Venezuela con el 200 por
ciento de inflación, varios presos políticos, crímenes mafiosos,
desabastecimiento y una marcada y pertinaz vocación por eternizarse en el
poder.
Hoy el personaje que sucedió en la
presidencia a Hugo Chávez enfrenta elecciones que lo pueden complicar en la
conformación de su congreso lo que lo debilitaría notablemente, pero ya tuvo
esos arranques propios de los violentos, amenazando con quedarse cueste lo que
cueste.
Es lógico pensar que
cuando la autoridad se consigue después de una ardua lucha, más se valora lo
alcanzado y mejor se defiende de cualquier amenaza tanto interna como externa,
oficiando estos elementos como enorme motivante para rendirse a la sensualidad
del poder y allí eternizarse.
Añadir leyenda |
Nicolás Maduro sucedió al Comandante Chávez,
uno de nuestros principales aliados estratégicos durante la última década, tan
amigo de los argentinos que ante cualquier apuro nos sacaba del atolladero con
la generosidad de sus préstamos cargados con un interés bastante superior al
que aplica, entre otros organismos de beneficencia, el FMI, Fondo Monetario
Intramuscular (así llamado porque frecuentemente nos vacuna).
El máximo exponente bolivariano partió pero
dejó su impronta en el sucesor, quien recibía -y según comentan aún recibe- el
mandato de su predecesor que como para disimular, lo visita en la forma de un pajarito,
lo habla y Maduro lo escucha y procede. Lo que se llama una aceitada línea de
órdenes.
Naturalmente Maduro, el preclaro y obediente
ornitólogo por lo general ataviado con uniforme militar o con campera-bandera,
tenía por segura la continuidad “K” en Argentina, para lo cual en su momento el
gobierno venezolano destinó algunos cospeles para la campaña proselitista, que
viajaron en un cuestionado y todavía sospechado vuelo. Pero los verdes llegaron
a destino, posiblemente después de haber pasado por un lógico y acostumbrado
par de peajes.
Aquella vez casi un lustro atrás la mosca
verde alcanzó, pero ahora -si enviaron algo- no tuvo los resultados apetecidos
y como es de suponer y más allá de las simpatías recíprocas, el venezolano
seguramente quiere cobrar. Los que están haciendo las valijas es difícil que
asuman las deudas y menos aún los nuevos inquilinos de Balcarce 50 y la quinta
de Olivos.
Y como si fuéramos una islita del Caribe
tipo Curazao o Aruba, advirtió Maduro que enviaría fondos para apoyar a las
fuerzas de izquierda que tendrían la misión de combatir al gobierno
democráticamente elegido en Argentina.
Ese milico de telgopor, tan ridículo como
Tarzán con medias, no debe haber caído en cuenta
que un soldadito de plomo es
más militar que su payasesca estampa, pretendido emulo guevarista o supuesto
heredero de la sangre de Simón Bolívar.
Más allá de la inaceptable intervención de
ese clown en asuntos que no son suyos sino argentinos, llama la atención que
esas declaraciones que se hicieron públicas no hayan generado una inmediata
reacción diplomática del actual gobierno nacional y popular, aunque esté
transitando sus últimos días de vigencia y tenga otras preocupaciones, como por
ejemplo terminar de colocar las minas en los lugares adecuados para que
estallen después del 10 de este mes.
La bravata venezolana tampoco es para tomar
tan en serio, que joder, advirtiendo la intelectualidad de quien viene, porque
no estamos muy lucidos para defendernos con nuestras fuerzas armadas desmanteladas
y reducidas a clubes de uniformados que ni siquiera tienen mesas de arena para
jugar a la guerra.
De última, si en los delirios de Maduro
continúa la vigencia de los pajaritos portadores de órdenes, planes y
proyectos, al menos vamos preparando las gomeras para defendernos de alguna
forma decorosa y a bajo costo, porque tampoco es cuestión de seguir
endeudándonos, como lo están haciendo póstumamente los que ya están agitando
pañuelos de adioses.
Nunca falta un dañino que en la fiesta de
despedida le eche purgante a la bebida, cierre las puertas de los baños con
candados y haga desaparecer las llaves.
Podemos definir la verdad
como la coincidencia entre una afirmación y los hechos, o realidad a la que esa
afirmación se refiere. La palabra se remonta a la mitología donde Veritas era
la diosa de la verdad para los romanos y Alétheia para los
griegos, esta última encargada de quitar los velos y hacer evidente o
desnudar lo que está oculto.
No es materia en esta ocasión recorrer el
listado de situaciones que a lo largo y ancho de la historia ningún culto
rindieron a la verdad, pero en la causa del Registro asistimos a un verdadero
show: investigadores que aportan testimonios de personas anónimas que no pueden
ser citadas a la sala de audiencias, testigos de la acusación que sufren
amnesia absoluta ante la mirada del Juez, negocios millonarios atribuidos a
personas que trabajan diariamente para poder vivir, complicidades y amistades
endilgadas a personas que no se conocen y hasta el colmo de hijos asignados a
personas que no pudieron tenerlos.
Y así podríamos continuar con una larga
lista de discrepancias entre el discurso judicial y la realidad de los hechos.
Pese a esto, lo más grave de todo es la
larga y sistemática prisión preventiva, equivalente a una condena
anticipada, materializada antes de confrontar la realidad y en consecuencia de
buscar la verdad.
Está claro que un sistema así lejos está de
ser justo, pero su mayor falencia, a más de ésta, es no lograr correr el
velo para encontrar la verdad que aún permanece oculta.
Parece que está haciendo falta una ayudita
de los dioses o para ser correctos, de las diosas en este caso.
BANDA
Y BASTÓN, LO DE MENOS
Podemos o no estar de
acuerdo con que la banda celeste y blanca y el bastón de mando, son símbolos a
los que se hacen acreedores los candidatos victoriosos a la presidencia de la Nación.
Pero aunque rocen lo abstracto, son símbolos
necesarios no de tener, sino de respetar con la unción que merecen sus
condiciones de emblemas o alegorías.
Es para pensar adultamente que no existe
capricho posible que los pueda ofender ni menoscabar porque son atributos
alegóricos no tanto a la autoridad, pero sí a la Patria.
Hacer objeto de ofensas por irracionalidad,
frustración o exigencias ridículas y anti protocolares a la banda y al bastón,
es una niñería que carece de sustento, al menos en los países serios,
gobernados por gente seria.
La controversia acerca de estos símbolos en
todo caso y separando elementos y motivos de discordias propias de ciertos
adioses, suena a despecho político; a íntima y oculta mea culpa o a veleidosas
ansias de eternidad.
Nuestra historia, sin embargo, no se perderá
la ocasión de inscribir este sainete en sus páginas más grises.
EL
CURIOSO TEMOR POLICIAL
Más o menos lo mismo,
sería regalar vino y prohibir el consumo de alcohol.
No debe haber costado poco prolongar nuestra
hermosa costanera, traza que algo descomprime el tránsito caótico, y
posibilidad que los automovilistas la utilicen evitando las arterias de
compacta y alocada circulación.
Y así como se establece un necesario
parentesco entre la inseguridad y las penumbras, es oportuno hacer lo propio
con esa nueva vía y la presencia policial porque es sabido que la zona urbana
de referencia es de las más concurridas por la delincuencia para sus tropelías.
Arrojan piedras, hierros o cualquier otro
elemento para obligar a la detención de los automovilistas y en un par de
minutos son muchas las pertenencias que cambian de mano, cuando no ocurre lo
más grave que son las consecuencias físicas para las víctimas.
Todos contentos al inaugurarse el nuevo tramo
que pasa por villa Urquiza y otros sectores críticos, hasta que la
conducción policial adoptó la medida más
cómoda y menos esperada: interrumpir la circulación por allí apenas comienza a
caer el sol.
Para no entrar al análisis de algo que es
más que evidente, quedan dos opciones de pensamiento: que no quieren malgastar
cierta cantidad de efectivos afectados a vigilancia permanente, o que son
incapaces de controlar la situación en un área tan reducida.
Cualquiera de las dos alternativas, con los
impuestos que cobra la provincia, más que desafortunadas son ofensivas.
JUBILACIONES
PROVINCIALES, UNA DEUDA
A lo mejor ahora, cuando
no exista el pretexto durante años esgrimido por el cordobesismo denunciando
que la Nación
se ensañaba con Córdoba a la hora de la coparticipación, veremos cuánto de
realidad tenía aquel vocinglerío político.
Porque como bien se sabe aquello del 82 por
ciento móvil está incorporado a los ilustres y señeros macaneos de los
gobernantes, dado que las liquidaciones se hacen en base a una caprichosa
maraña en la que, lógicamente, pierden los de abajo.
Y con el despojo que se les hace a los
pasivos en nombre de una crisis inexistente si es que tomamos en cuenta los
gastos en publicidad, faro y otras inoportunas erogaciones que se acrecentaron,
el jubilado cordobés -que recibe digna mensualidad la mayoría- debe resignarse a
esperar seis meses antes de cobrar la actualización salarial que reciben los
activos.
Dicen que ahora todo cambiará, que la Nación se pondrá al día,
que ni siquiera será mantenida la ridícula tasa vial a los combustibles y que
se hará justicia, finalmente, con uno de los sectores más vulnerables y con
menor poder de fuego corporativo como son los jubilados.
El contador Osvaldo Giordano, interventor y
cabe preguntar ¿por qué está intervenida la Caja que es de los jubilados? Seguramente
demorará en restablecer la normalidad, rogando que los números le cierren.
Que haga todo lo posible como tiempo atrás,
que los números le cerraron para maquinar este despojo a los más viejos e
indefensos cordobeses que sostienen al presupuesto.
Tiene la obligación de hacer honor con
relación al premio que ha recibido: nombrado ministro de Finanzas, seguro
porque sabe hacer bien las cosas.
Que no lo olvide …
EL
ADIÓS IMPENSADO E INEVITABLE
El Pepe Mugica, casi
legendario ex presidente uruguayo, le regaló al mundo su estilo sobrio de
gobernar sin altisonancias, con sinceridad y profundo sentido solidario,
alejado de las magnificencias del poder.
Ni siquiera cambió su catramina modelo del
siglo pasado y viajaba a los compromisos internacionales en la linea de bandera
de su país con reducidas comitivas o “hacía dedo” a mandatarios de la región
que lo subían a bordo.
Ni siquiera se compraba zapatos nuevos.
Todo tan distinto con solo cruzar el Río de la Plata y no es alusión
exclusiva a la Sra. Cristina ,
sino que fue la impronta de la mayoría de los recientes primeros mandatarios
argentinos, con alguna honrosa excepción.
Las cosas cambiarán, se acabó el amplio
Boeing que hasta se utilizaba para enviar los diarios al Sur o un cumpleaños de
la nena, quedarán en el pasado las órdenes y las imposiciones y se inscribirán
en la historia hechos salientes y beneficiosos para la gente, como las otras
medidas que por acción u omisión castigaron a los argentinos.
En la hora de los adioses es cuando se
amontonan las nostalgias de todo lo grato, y se desvanecen los errores
cometidos, por esa atávica costumbre humana de sentirnos buenos aunque
íntimamente sepamos que nos estamos mintiendo.
La señora se va y se va su equipo.
Es probable que se lleven esperanzas pero
estoy seguro que en el equipaje, si son honestos, también habrán hecho un lugar
para las culpas.
Es bueno en estos casos hacer culto a la
memoria más reciente, de la que hemos sido protagonistas, para no permitir que
el futuro nos quiera sorprender, alguna vez, con más de lo mismo, de cualquier
signo.
Si eso llegara a ocurrir, lo tendríamos
merecido por imbéciles.
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