Desgrabación de los
comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”
del 21/02/16 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.
LAS PROTESTAS, LOS CORTES
Y EL DERECHO
Desde hace demasiado tiempo, al menos los
cordobeses, tuvimos que acostumbrarnos con pesar e indignación a que cuatro
gatos locos, para apoyar cualquier demanda -pedir una casa gratis, que no
aumente el boleto o quejarse por la inseguridad- paralizaran a media ciudad con
solo cortar Colón y General Paz y un par de puentes.
Ni hablar de lo que sucede en la capital
federal cuando se bloquean ciertas esquinas, estaciones de subte o pasos
fundamentales para la circulación vehicular.
Más allá de la validez y pertinencia de
cualquiera de esos reclamos, lo que molesta es el escaso respeto que se tiene
por el ciudadano común, a lo mejor aquejado por otras situaciones adversas, que
ve cercenado su derecho a circular, por ejemplo, para ir a trabajar.
Regular en base a la ley toda maniobra que
condicione el desplazamiento libre de la población, en nada afecta a la entidad
ni la validez del reclamo, pero sí aporta un merecido marco de solidaridad
hacia el prójimo que es ajeno a la cuestión en litigio.
Ha ocurrido infinidad de veces -y por citar
solo un doloroso ejemplo- que activistas de un gremio han coartado la libertad
de desplazamiento y el perjuicio insanable ha sido para otro sector productivo
que termina perdiendo las bonificaciones por presentismo y puntualidad.
O los estudiantes, imposibilitados de
asistir a sus clases.
O los enfermos, impedidos de acceder a los
centros de atención.
Si se elabora un protocolo que preserve el
derecho de todos, cada uno en su situación, habrá llegado el momento de pensar
en una recuperación de la lucidez en la dirigencia sindical o de cualquier otro
quehacer, que es lo que fortalece a cualquier manifestación dentro del marco de
las libertades y la democracia.
La prepotencia, la violencia, el vandalismo
y la agresividad de trabajadores contra sus pares, son un peligroso síntoma de
descomposición social que nadie en su sano juicio puede aceptar.
El problema radica en que locos, siempre hubo.
ALERTAS TEMPRANAS
No es justo que en pleno siglo 21 con el
avasallante progreso de la tecnología, sigamos padeciendo las dolorosas
consecuencias de inundaciones, tornados y otros desastres con los que la
naturaleza suele ensañarse.
Desde algunos sectores se culpa de tales
trastornos al desmonte en beneficio de la soja, al maltrato de los campos, a la
construcción de diques y a otros factores que determinan cambios en las
condiciones meteorológicas de una determinada región.
Aparte de las culpas que se lleva el
fenómeno del niño, de la niña y de toda la parentela climática, se me ocurre
pensar que el gran culpable es el hombre y su imprevisión, porque teniendo
todos los elementos científicos para prever y atacar las consecuencias de
ciertos fenómenos, poco es lo que hace para atenuar resultados que llegan a ser
cruentos y lamentables.
Aparte de los mecanismos que se instalaron,
existen sistemas gratuitos a través de la
tecnología que aporta Internet, como
los portales que a cualquier hijo de vecino le advierten con suficiente
anticipación, la evolución y la proximidad de una tormenta.
Son tan accesibles, que se pueden incorporar
a la mayoría de los teléfonos celulares actualmente en uso.
Pero cuando los sistemas mal llamados de
alerta temprana, esos que muchas veces fallan, son los responsables por
omisión, es porque más allá de la cibernética, están manejados por seres
humanos más susceptibles de equivocarse que las máquinas.
De nada sirven esas alertas si no existe
conciencia solidaria que nos una en situaciones críticas, no tan solo en el
nivel general de la población, sino entre quienes manejan el poder y toman
decisiones políticas más que técnicas o marketineras.
Es como si no hubieran tomado noción de las
vidas que se pueden salvar y los daños posibles de disminuir, pero pensando
mal, es para sospechar que los malos políticos especulan más con la ayuda
posterior que pueden brindar, que con la prevención que no es tan valiosa a la
hora de las campañas.
El problema entonces, es solo una cuestión
de inteligencia y compromiso con la gente.
JUEGUITO DE VERANO
Calle larga, de
una ciudad con más de un millón de habitantes, un coche que circula a elevada
velocidad por una avenida con postes de luz cada 50 metros, todos apagados.En
la esquina un vecino de raza negra vestido totalmente de negro, saco negro,
pantalón negro, camisa negra, zapatos negros, medias negras, sombrero negro,
anteojos negros, totalmente distraído cruza la calle.
Así planteado el escenario y los
protagonistas, el auto tendría que haber atropellado al peatón, pero el
conductor logró verlo y evitó embestirlo.
¿Por qué?
R: Era de día,
por eso las luces están apagadas y al tipo negro es posible verlo desde la Luna.
CIUDAD DE CRECIMIENTO ALOCADO
Hace bastante tiempo que Córdoba dejó de ser
un damero prolijo, simétrico y previsible en su traza callejera, para
transformarse en un monstruo urbano inmanejable.
Más cerca de la anarquía que del orden, la
ciudad ha crecido en todas direcciones, con una leve superioridad del sector
noreste, lo que prácticamente ha licuado la distancia que separaba al núcleo
céntrico con Argüello, Quisquisacate, Villa Rivera Indarte, Saldán y Villa
Allende que años atrás eran lugares de veraneo o casas para fin de semana como
se las llamaba.
Todo esto ha traído aparejado un agudo
problema en la topografía urbana, plagada de desniveles y artificiales diques
de contención cuando las lluvias son intensas y en escaso tiempo, provocando
los desastres a los que penosamente nos estamos acostumbrando.
¿Existe realmente una planificación urbana?
¿Hay controles sobre todas las
construcciones tanto pequeñas como enormes?
Son dos preguntas básicas para tratar de
entender el desorden que es Córdoba en su desarrollo como ciudad, que tiene
elementos tan condicionantes como un río que la cruza, un gigantesco reservorio
de crecientes que es la vieja Cañada, dos estaciones ferroviarias casi en pleno
centro y barrios abiertos o cerrados, que crecen diseminados sin ton ni son.
La ciudad es un pozo rodeado por alturas;
los desagües no siempre alcanzan y parece que los cerebros tampoco.
Ya es históricamente tarde para muchas cosas
que se debieran haber concretado tiempo atrás, pero se hace imprescindible que
las autoridades al menos ejecuten obras que permitan aliviar las angustias de
cada lluvia, de cada huracán…
Los cordobeses en los últimos años, estamos
gastando más tiempo en rezar y hacer promesas, que en fijarnos en las
propuestas de planificación de los que aspiran a gobernarnos, comparándolas
después con la realidad que nos toca padecer.
Y es una pena reconocer que la improvisación
y los remiendos, nos vienen ganando por goleada.
EL PARO DEL 24
Con el absoluto e innegociable respeto que
merece la libertad para ejercer el derecho a la protesta civilizada, hay que
entender que al igual que se suele recomendar a la dirigencia política, se hace
necesaria la prudencia por una parte y la observancia de las prioridades por
otra, a un gobierno que lleva escasos 70 días.
Si es por medir y comparar tiempos, no es la
primera vez que se hace necesario recordar que es un lapso demasiado escaso
para juntar los escombros y recoger a los heridos de más de 4380 días de la
gestión anterior, sin dejar de reconocer algunos logros alcanzados, que dentro
de todo formaban parte del contrato social suscripto por esos políticos con la
gente a través de las urnas en su momento.
Es de la ahora oposición que nació el
desafío de medir adhesiones lanzado por
el sector, le llamemos intelectual del kirchnerismo, que es La Cámpora.
La intención es paralizar el país para
demostrar que la gente rechaza las equivocaciones o las omisiones que el macrismo
pueda estar cometiendo en la conducción nacional y por extensión, en las
provincias afines a esa corriente.
Más allá del percudido sentido de la
paciencia demostrado por una juventud ansiosa y poco preparada para la derrota,
están los hechos objetivos de la realidad y un elemento insobornable que es el
tiempo.
Enmendar 12 años entre aciertos y
desencuentros donde se destacaron figuras como De Vido, Kicilloff, Moreno,
Hebe, D’Elía y algunos otros personajes precisamente inolvidables, no le
hubiera resultado simple ni para el kirchnerismo, tanto fue así que no alcanzó
tales objetivos en más de una década que ellos en su onanismo la califican como
“ganada”.
El paro del 24 pese a esos cimientos de
barro, no deja de ser una expresión de la insobornable democracia dentro de un
escenario de inquietud, preocupaciones e incertidumbres, todo mezclado en un
cóctel poco digerible con la corrupción que se viene develando y las enormes
sospechas pendientes.
Bienvenido el paro del miércoles próximo si
es para movilizarse, protestar y hacerse escuchar en un marco de respeto por la
ley, por el prójimo y por las instituciones.
Pero en todos los tiempos y con cualquier
gobierno -recordemos especialmente a Raúl Alfonsín- estas medidas son síntomas
de decadencia dirigencial por falta de argumentos con mayor validez o una pobre
capacidad de diálogo.
Al país, y esta es una frase más vieja que
la espalda, se lo saca adelante trabajando.
Pero trabajando en serio y sin confundir
becas con laburo, sacrificio y compromiso.
LA MEGACAUSA
Esto de la megacausa del Registro de la
Propiedad se asemeja a una novela con entrega semanal de capítulos como de la
manera en que veníamos comentando el asunto, con tres protagonistas padeciendo
prisión preventiva.
Luego de ser negada la libertad por el
máximo Tribunal Provincial los defensores de Juan, Fulano y Mengano recurrieron
a la Máxima Corte reclamando por la ilegalidad y arbitrariedad de la medida y
argumentaron: “Se acusa a nuestros
defendidos de forma genérica, sin establecer de qué modo habrían intervenido
cada uno en los hechos. Nos agravia la falta de fundamentación.
El juez ha reconocido que no existen pruebas
y se pretende basar la acusación en que Juan es compañero de trabajo de otro
imputado, Fulano dicta clases en la Universidad Pública en la misma cátedra que
otro sospechado y un condenado tiene en su agenda el teléfono fijo de la
repartición pública donde Mengano trabaja junto a otras 500 personas.
Se ha establecido que la firma de Juan ha
sido falsificada en un escrito y entonces el Fiscal afirma que en realidad él
lo ha permitido para quedar impune. Se ha hecho declarar a una funcionaria de
Tribunales a través de una "nota" algo que según ella escuchó en una
ventanilla obviando los requisitos que rodean a cualquier testigo: el juramento
de decir la verdad y la advertencia de la pena del falso testimonio".
Y continúan: “La Corte Suprema ha dicho que
todo funcionario público debe dar fundamento a sus decisiones porque debe
prevalecer la ley y no la voluntad del funcionario. No habiendo razones
jurídicas que justifiquen este encierro estamos ante un proceso que obedece a
dudosas y oscuras motivaciones. Por esto solicitamos la inmediata libertad de
nuestros defendidos.”
Esperando la respuesta de esta máxima
instancia, comienzo a creer la semejanza de esta reciclada lucha por la
libertad como la del coliseo romano, que era ofrecer un grandioso espectáculo
sacrificando a cualquier humano.
EL PAICOR, UN ÍCONO
Respeto muchísimo
a los historiadores, razón por la cual lejos estoy de considerarme ni siquiera
parecido a quienes realizan esa noble y atrapante tarea, lo que me lleva a
reconocer el valor de la memoria que es el lápiz con que se escribe la
historia.
Con la recuperación de la democracia y por
iniciativa de Julio Liksemberg, el gobierno angelocista de la provincia
instauró el Paicor -ahora por todos conocido- que pese a los cambios de signo
político en la conducción cordobesa se ha mantenido con la firmeza que impone
la necesidad.
La creación de este sistema fue un impacto
social de trascendencia, porque sirvió para cubrir, dentro de las enormes
carencias que existían, el desequilibrio alimentario de la infancia radicada en
los sectores más vulnerables de la sociedad.
Con algunos pequeños altibajos el Paicor se
ha mantenido firme, manejado por la conducción provincial, pero ahora un
proyecto de Schiaretti pretende sacarlo de esa órbita para endosárselo a los
municipios.
No se sabe si el pretexto es una mejora
operativa, o se trata de la pantalla que posibilite crear miles de cargos
nuevos, de esos que necesitan los triunfadores para cumplir con la militancia.
Aquel argumento de la descentralización no
siempre es aplicable y serían necesarios algunos pormenorizados estudios que
lleven a la convicción de considerar el cambio tan imperioso como imprescindible.
Porque si nada mejorará; si el servicio
conserva una calidad poco cuestionada salvo las demoras en pagar a los
proveedores, es para pensar que cualquier cambio de modalidad sería inútil e
inoportuno.
Además, con el dudoso comienzo del ciclo
lectivo encima, tengo la certeza que el tema del Paicor es absolutamente
postergable, en homenaje a otras cuestiones más puntuales e importantes que
reclaman atención.
Como siempre, el tema central es el respeto
por las prioridades.
KUNITAS CON “K” DE KORRUPCIÓN
Dejemos de lado
los millones de pesos que hasta el 9 de diciembre último según comentan las
malas lenguas, retiró la gente de Milagro Sala del Banco Nación sucursal Jujuy,
abultada suma cuyo destino por ahora es desconocido.
Dejemos también en paz a la doña de la
balanza y los ojos vendados, aunque alguna vez se corra la venda para mirar de
reojo, porque ahora su dilema es dictaminar si la buena señora de TupacAmarú es
patriota o una agrandada mechera al por mayor que supera en plata apropiada a
la pesadilla de aquellos sueños compartidos.
Una muestra cabal de la carencia absoluta de
límites y escrúpulos éticos y morales a la hora de servirse de los dineros
públicos en beneficio propio no sería tan solo los casos de Milagro,0Aníbal,
Hebe, Schoklender hijo pródigo, De Vido o algunos otros.
Es probable que aquella generalizada
creencia dela propiedad del poder eterno y discrecional, haya alentado a los
corruptos a sentirse más impunes, intocables para la Justicia y frente al
repudio de una sociedad cansada de los despojos que se hicieron en nombre de
una mal interpretada solidaridad.
El tema de las Qunitas -palabra escrita con
“q” pero debiera llevar la “k”- es otro de los escándalos de sobreprecios y
excesos de peajes por cada organismo que le tocara sortear la inversión.
No entremos en mayores detalles tan
indignantes como conocidos, pero debemos poner el acento en un aspecto: aparte
de caras, con su valor triplicado o más para luego repartir, las cunitas de los
combos para las mamás prontas a parir, eran sumamente inseguras por la
porquería de material que utilizaron en su fabricación.
Los aborrecibles angurrientos ni siquiera
tuvieron la decencia de hacerlas caras pero buenas, porque eran para niños
inocentes aún incontaminados con la mala política.
Alguna vez, como siempre alguna vez, se conocerá
la verdad sobre las qunitas, los sueños compartidos, la fabricación de aviones,
el tren bala, la cosechadora de Angola, el manejo de YPF, la compra de
Aerolíneas, los fondos buitres y tantas otras cosas.
Tiempo al tiempo …
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