Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” del 15/05/16 emitido por AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.
SER TESTIGO ES DEMASIADO PELIGROSO
Si existe en
nuestro país una ocupación o actitud peligrosa, bien puede considerarse a los
testigos en los casos de corrupción, demasiado cercanos al riesgo.
Aunque Nisman
no era testigo, seguramente algo sabía más que el resto de los argentinos, por
eso de la acumulación de testimonios y probanzas que se aplican al juzgamiento
penal de cualquier sospechoso, y no tan sólo en el caso de ella, la señora ex,
sino en cualquier otra causa que tuviera entre manos.
Por eso debe
haber sido que se impulsara aquello del “testigo protegido” que en la práctica
no fue un éxito si de supervivencia queremos hablar, porque aquella declamada
protección de poco sirvió no en el caso excluyente de Nisman, quien al parecer
de mucha gente fue
prolijamente suicidado, mientras que otros atribuyen esa
decisión a su vida licenciosa y al pánico escénico por la instancia que debía
afrontar en las próximas horas que no llegó a vivir.
De todas
maneras en los últimos días se dio otro caso, con la dudosa muerte de otro
testigo vinculado con la sociedad comercial -y de otros variados rubros- que
habrían conformado el matrimonio Kirchner y el polifacético y ahorrativo Lázaro
Baez.
Muchas son
las especulaciones que se tejen al respecto, pero el caso más allá de las
maledicencias y las sospechas, está en el mejor de los lugares: en manos de la
Justicia para disipar todas las dudas que pudieran existir.
Pero que la
condición de testigo en hechos de corrupción es comprometida, arriesgada y
temible en la Argentina de hoy, no hay ninguna duda.
Los hechos
así lo vienen demostrando.
LA VIEJA Y RENTABLE
SOCIEDAD UTA/FETAP
En un nuevo “acuerdo operativo” el capital y el trabajo se asociaron en
procura del beneficio que dejara satisfechos a los dos. Lo lamentable y
penoso -y que alguna vez debe
terminarse- es que involuntariamente el sostenedor de un sistema perverso es el
único que sufre y más se perjudica.
Y lo más probable es que desde algunos sectores se tome como
reduccionista un análisis del problema del transporte urbano de Córdoba con
relación a su precio, cuando le agregamos ingredientes tales como violencia,
angurria, lucrativa componenda, vistagordismo oficial, insensibilidad social y
prepotencia.
Ejemplificando dentro de tal sospechado reduccionismo, incursionemos en
el simplismo de sostener que si alguien tiene -por ejemplo- una mercería y
advierte que la rentabilidad no es la esperada o calculada con sentido comercial,
el único camino que le queda es cerrar las puertas del local y buscar nuevos
horizontes en otros rubros.
Y si los faraones del transporte urbano de Córdoba cuyos capitales -me
parece- ni siquiera son cordobeses siguen con su permanente actitud lacrimógena,
es para sugerirles que si lo de ellos dejó de ser negocio, que metan violín en
bolsa y dejen de saquear a los usuarios en nombre de un ciclotímico servicio
cuya rentabilidad manejan junto con el gremio burlando a los pasajeros y al
poder concedente que es la Municipalidad.
Los cordobeses hemos llegado al límite de la tolerancia que
lamentablemente siempre se estira un poquito más, porque la necesidad se ubica
por encima de cualquier indignación o sentimiento de rechazo a una situación de
la que debiera hacerse cargo el Estado y que al final aunque aparezca a veces
tímidamente y tarde, es el gran ausente.
Es tan evidente el acuerdo entre los empresarios y la conducción
sindical que a esta película ya la vimos hasta el agotamiento, pese a lo cual
se reitera con el mismo argumento e idéntico final: la UTA genera un incidente,
alguna de las empresas de FETAP reacciona, sobreviene el paro sorpresivo,
dañino, salvaje y repudiable; el poder concedente se amodorra, la secretaría de
Trabajo de la Provincia se desentiende e inmediatamente, antes del “the end”
los ávidos empresarios exigen un aumento en el precio del boleto, la
Municipalidad anuncia que no lo concederá, los dueños de los bondis regulan las
prestaciones haciéndolas más rentables, la gente se indigna y protesta y
finalmente el incremento es un hecho consumado “para evitar desbordes
sociales”.
Toda una patraña.
La Justicia no se molesta en sancionar la consumación de tantos delitos
flagrantes, la autoridad del Trabajo deja que el gremio esquive la
intervención, los choferes son destinatarios de la repulsa de quienes suben a
las unidades y les reclaman por su falta de solidaridad, algunos resultan
agredidos, el gremio decreta un paro “por falta de garantías”, la FETAP ni se
calienta, vienen dirigentes de la UTA nacional, se alojan en el Sheraton, sus
pares cordobeses buscan esconderse poniéndose en la vidriera tomando café,
suavizan la situación entre ellos, se encienden las luces, la película ha
terminado y la gente sigue padeciendo.
El precio del boleto se fijaría en alrededor de 12 pesos sobre los 13,50
que pretende la FETAP y al resto lo reciben con inmerecidos subsidios que a la
postre pagamos todos por vía de los impuestos.
Hay tantos puntos oscuros en esta relación, que en lugar de una montaña
de secretos, algunos conocedores de la intimidad del problema estiman que es un
secreto en la montaña.
¿PEAJES O PILLAJE?
Cuando
advertimos que una vez más aumentan los peajes, nos domina una sensación de
abuso por una parte y desamparo por la otra.
El abuso,
porque las casillas ahora de pillaje más que de peaje, reciben un inmerecido
caudal de nuestro dinero solo para tener activas las barreras, porque las
prestaciones son una risa: la invasión de yuyos en las banquinas, la falta de
señalización y otras carencias que transforman al tributo de los usuarios en la
resultante de una prolija defraudación.
Y el
desamparo sobreviene al notar que el Estado con sus organismos de control, poco
y nada hace para garantizar los servicios que se cobran pero no se cumplen
transformándose en la doble condición de encubridor y de cómplice.
Y como queda
claro que para las empresas concesionarias el objetivo es recaudar con la menor
inversión, es así que vemos la cantidad de accidentes que se originan en las
carencias de la propia empresa encargada del mantenimiento de las rutas y los
accesos.
Párrafo
aparte para la Policía Caminera en las rutas que no recorren, sino que se
establecen a pocos metros de las cabinas con el trascendente cometido de ver si
los automovilistas tienen los cinturones colocados y las luces bajas
encendidas. Pero de patrullar los caminos secundarios con el necesario sentido
preventivo, ni hablemos.
A veces se me
ocurre, confesando mi ignorancia acerca de todas las clausulas de los contratos
de concesión, que alguna vez el Estado, que es el poder concedente, tendría que
suspender a los concesionarios hasta que regularicen las prestaciones y
confiscar las recaudaciones para ejecutar tales carencias.
Por allí en la
indignación y la impotencia, a los desencantados y engañados se nos ocurren
utopías que bueno sería alguna vez verlas hechas realidad.
MEGACAUSA ACTIVA
La causa del Registro de la Propiedad cuenta
con otro preso desde hace pocos días. No porque la justicia en su afán
investigativo haya descubierto nuevos hechos o culpables, sino por el reciclado
de uno de los tantos conocidos atrapados en la rueda sin fin de esta causa.
Este nuevo rehén fue encerrado en prisión
preventiva en el año 2009 y juzgado en junio de 2012, aproximadamente una
semana después de cumplir 3 años preso.
Como era de esperar en esta causa fue
condenado, y liberado por haber cumplido ya, por adelantado y con yapa, la pena
establecida.
Pasados un par de años, fue llevado otra vez
a juicio, no por la sospecha de un nuevo delito, lo que se denominaría
reincidencia, sino por un hecho de la misma época, similar y/o relacionado con el ya
juzgado y que ya era conocido por la comisión a cargo al momento del
debate.
Por esta condena, aunque desconozco en qué
estado está, ha sido nuevamente encarcelado. La misión de garantizar la
justicia ha quedado desdibujada en esta causa y lo que sucede rayano en el
absurdo, no encuentra precedentes dentro ni fuera del país.
El derrotero casi habitual consiste en ser
acusado por un hecho, ser encerrado en prisión preventiva durante 2 o 3 años,
llegar a juicio con la pena cumplida, ser condenado y liberado.
Tiempo después se lo cita nuevamente
por lo que la misma justicia denomina “desgajos”
de la causa principal y otra vez, juicio, condena, prisión, libertad, y
así….sin tiempo ni fin.
Es cuando uno se pregunta ¿Hasta cuándo? ¿Es
lícito? ¿Es mala praxis? ¿Es legítimo? ¿Es interés de un sector? Las respuestas
son difíciles. En sus dos primeras acepciones la Real Academia Española define
el término “desgajar” como desgarrar,
arrancar, separar con violencia, despedazar, romper o deshacer.
Es evidente que todo eso se ha hecho con la
vida de muchas personas en esta causa. Lo complejo de dilucidar aún es quién se
beneficia con semejante proceder.
EL PAPA, DOÑA HEBE Y MARGARITA BARRIENTOS
Realmente no
es necesario rebobinar tanto el
almanaque para encontrar frases
salientes de esta dama desbocada que aludan a Francisco, el Sumo Pontífice
sospechado de peronista -y según algunos, kirchnerista- a quien dentro de pocos días visitará en su residencia vaticana.
No nació bien
la relación entre la titular de Madres de Plaza de Mayo y próspera emprendedora
inmobiliaria Doña Hebe de Bonafini y Jorge Bergoglio, porque apenas el
purpurado camarlengo anunció el nombre de nuestro compatriota para ocupar el
trono de San Pedro, fue como si a ella le hubieran inyectado una dosis doble de
odio e irrespetuosidad.
Las
acusaciones de colaboracionismo con los militares usurpadores fueron los
conceptos más suaves de años atrás y en una carta dirigida al entonces
presidente Néstor Kirchner, en junio de 2007, denostaba al Arzobispo de Buenos
Aires -Bergoglio- y en su ofensivo documento lo mezcló con Macri y Bendini (el
General había llamado a cicatrizar las heridas) calificándolos “de la misma
raza y de la misma ralea. Son fascismo, son la vuelta de la dictadura que se
pasan maldiciendo al pasado para sacar ventajas en el presente y en el futuro.
La basura va junta”.
Unos meses
después Hebe promovió y condujo una protesta contra quien era Jefe del gobierno
porteño -y ahora Presidente de la Nación-
exigiendo que adjudicara fondos para viviendas y pronunciando un
discurso exaltado y agresivo, al decir entre otras cosas: "Nos vamos a quedar hasta que Macri
devuelva el dinero que no le corresponde. Nos clausuraron los baños de la
Catedral y tuvimos que improvisar uno detrás del altar". Y no fue sólo una
amenaza sino que los activistas que acompañaban a la socia de los Schoklender
dejaron un balde con orina en el altar y como hedionda protesta descargaron
estómagos y vejigas en las escalinatas y en la puerta principal de la Catedral
Metropolitana.
Fue una estructurada campaña de
descalificación permanente apenas el Santo Padre quedó instalado en el
Vaticano, rompió con el protocolo en muchas ocasiones y mostró una imagen
distinta que terminaba con el milenario almidón del pontificado. Parece que esa
actitud más alteró a la mentora de los “Sueños compartidos”, quien recrudeció
en sus ataques.
A lo mejor la conciencia
-que es ese juez implacable que todos, bien o mal llevamos adentro y no acepta
coimas- le encendió una luz de alarma a la doña parlanchina y aunque bajó
algunos decibeles y optó durante un tiempo por un conveniente y saludable silencio,
cayó a una especie de sopor amnésico, pidió disculpas por escrito a Francisco
-marzo de 2013- y se mostró esperanzada por su llegada al Vaticano. Además, le
dijo que no conocía de su trabajo pastoral en las villas porteñas: "Don
Francisco, sólo sabía que el máximo dirigente de la iglesia argentina habitaba
en la Catedral; esa catedral que cuando marchábamos y pasábamos por delante, le
cantábamos: Ustedes se callaron cuando se los llevaron”, consignó, para agregar
"Ante mi sorpresa, escuché explicar de su entrega y trabajo en las villas.
Me alegró infinitamente el saberlo y siento esperanzas de un cambio en el
Vaticano. Hemos sufrido mucho en esta Latinoamérica que hoy se levanta erguida
gracias a sus dirigentes", subrayó. Más
tarde el Papa expresó “su gratitud" a
la titular de
Madres de Plaza de Mayo por la misiva.
Pasaron los meses, los ánimos al parecer algo se calmaron y Hebe puso
ciertas condiciones para aceptar una eventual invitación de Francisco como que
reconociera la participación de la Iglesia en la represión durante el videlato
y sus continuadores y “que hiciera una misa por todos los sacerdotes
y las monjas del tercer mundo desaparecidos en Latinoamérica".
En declaraciones periodísticas no aportó
detalles de lo que conversaría con Francisco el 27 de este mes, si es que los
médicos la autorizan a viajar sin resentir su salud a los 87 años. “No voy a
pedir nada personal pero que sirva para todos, para unos y para otros” aunque
de los cientos de muertos de su otra vereda, ni una palabra y no me salgan con
eso de la teoría de los dos demonios.
En un plano de sano y patriótico equilibrio,
¿recibiría el Papa a representantes de una asociación que nucleara a los
familiares de muertos por aquellos jóvenes idealistas, ninguno de los cuales
fue juzgado?
Es para rogar que el Jefe de la Iglesia
Católica después de este baño de recíproca hipocresía, reactive su memoria y al
menos baraje esa posibilidad.
El Pontífice, para desorientación de muchos
argentinos, ha sumado algo que bien puede ser considerado un desplante o una
provocación política: no recibir a Margarita Barrientos, una auténtica
luchadora por mejorar la calidad de vida de tantos marginados.
Y en cuanto a ella, doña Hebe, la de los
insultos, las descalificaciones y los “sueños compartidos”, bueno sería que
supiera que resulta complicado pretender sepultar lo dicho.
LA CIUDAD INVIVIBLE
Sin ninguna
duda la mejor estación del año en nuestra Córdoba maravillosa es el otoño
plagado de verdes en despedida, ocres que se asoman y amarillentas hojas que
crujen su música de placer aunque las pisemos.
Sin embargo,
nunca falta un elemento que nos destruya lo bucólico del paisaje. Y esas bellas
sensaciones que nos regala la naturaleza, se estrellan contra las cloacas
colapsadas, el festival nacional del bache, la muestra permanente del
irresuelto caos urbano, los solidarios caprichos de la FETAP en su sociedad con
la UTA y otros factores que nos obligan a reemplazar el gusto de vivir la
ciudad, por el imperioso encierro al que nos condena su anarquía que puede ser
síntoma de desgobierno.
Pero la
realidad nos muestra que por más que exista la buena voluntad, si el
presupuesto no acompaña todo lo que se haga por mejorarnos la calidad de la
vida urbana, será en vano.
Y esa es una
alternativa que, por ejemplo, no le preocupa al sindicato de los municipales
que pareciera odiar a la ciudad que los cobija y alimenta. La instauración del
conflicto permanente ya dejó de ser una disculpa ante las falencias, para
erigirse en un estilo de vida; de conducción gremial destinada sólo al
crecimiento personal, sin importarle el deterioro de la ciudad.
Una ciudad
que volverá a ser bonitamente vivible cuando retorne la armonía entre
gobernantes, sus empleados y la gente, que es la sufrida sostenedora de la
administración del Estado por vía de impuestos y servicios cada día más caros y
menos eficientes.
Porque
merecemos una Córdoba hermosa, ordenada en su febril actividad y con gente
feliz que hace años espera el momento de gozar la ciudad de sus afectos, de sus
esfuerzos y de sus nostalgias de tiempos mejores.
Creo que
sufriendo, los cordobeses hemos aprendido a que los vientos, los cambios y las
realizaciones que los políticos nos prometen, nunca nos resultan propicios.
Y de eso,
juro que ya nos estamos cansando …
PARTE DE LA HISTORIA DE LOS GRINGOS GOTTI
Con el paso
del tiempo, los historiadores recordarán que Vittorio Gotti fue junto con su
esposa, una de las dudosas víctimas de un curioso accidente ocurrido en plena
recta allá en el sur argentino, cuando había sido uno de los más encumbrados
empresarios en el rubro de la construcción y adjudicatario de más de la mitad
de la obra pública en Santa Cruz y especialmente en Rio Gallegos, donde edificó
incluso la vivienda del matrimonio Kirchner.
La empresa de
Gotti dejó de ser beneficiaria de millones de pesos destinados a caminos y
otros emprendimientos, cuando entró a tallar Lázaro Baez que de cajero bancario
se erigió, vaya Dios a saber cómo, si por ahorrativo o con otras artes, en
multimillonario que llegó a contar su riqueza pesando billetes en lugar de
contarlos, como lo hacían en La Rosadita para un video con enorme valor
documental que ya es parte de la historia nacional y popular.
Es probable
-por vivir en el frio- que Baez no haya transpirado nunca, a diferencia de
Gotti y su familia, a quienes es de suponer que nadie les regaló nada porque
sus orígenes son de trabajo y sacrificio, honrrando a esa generación de gringos
que dejó su Italia natal para buscar fortuna aquí, en el Nuevo Mundo.
Los Gotti -el
clan masculino encabezado por el padre y los hijos Vittorio, Gigi, Roberto e
Italo- se levantaban de madrugada y salían a trabajar en los helados inviernos
y en los abrasadores días del verano aquí en Córdoba, y no eran capataces, sino
que hacían la mezcla a mano, como antes, cargaban baldes, asombraban cuando los
tiraban desde el piso hacia la planta alta y cada tarde incluyendo todos los
días, volvían a su casa de Bajo Palermo al reencuentro con la familia y al
descanso merecido.
Lo que tenían
era fruto del trabajo, del sacrificio y de la honestidad, hasta que vientos
adversos los llevaron al lejano sur cuando allá crecían y en Córdoba no había
tanta demanda laboral en la construcción.
Manos
callosas, mirada clara, espíritu de unión eran las principales características
de estos Gotti, los gringos que dejaron su patria para aquerenciarse entre
nosotros sin otras pretensiones que crecer y progresar.
Vittorio, el
hijo mayor, tenía la pinta de un actor de cine; Gigi era petizón y morrudo,
siempre de buen humor; Roberto, un grandote pura fibras de manos enormes que
parecían un manojo de termos y el más chico, Ítalo, consentido por sus mayores
pero tan laburante como ellos.
Me tocó
varias veces jugar junto a Roberto, tímido ante el acoso de las mujeres, en la
primera de Palermo Bajo cuando el rugby era nuestra pasión.
Por eso y
frente a tantas versiones sobre la vida de los Gotti en el sur, me permito esta
semblanza para homenajearlos no porque me lo contaron, sino por haber sido
testigo de todo lo que hicieron para progresar, sin haber sido cajeros de
banco.
Eso, a mi
entender, debe ser para ellos el mejor certificado de buenas personas,
posiblemente el título más difícil de alcanzar.
La sospechosa
muerte de Vittorio, empresariamente desplazado por Baez y sus socios, es
probable que esté esperando que actúe la Justicia aunque hayan pasado los años,
para que se disipen todas las dudas.
Estupendo Gonio, los que hemos superado los 70 somos historia viviente y como tales dentro de nuestro ámbito, debemos divulgarla.el
ResponderBorrarEstupendo Gonio, los que hemos superado los 70 somos historia viviente y como tales dentro de nuestro ámbito, debemos divulgarla.el
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