Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su
programa “Síganme los buenos” del 16/09/18 emitido en dúplex por AM580 y la
FM88.5 ambas de Radio Universidad de Córdoba.
EL DE HOY, PROGRAMA ESPECIAL
Aunque parezca un despropósito
o una desconexión con la realidad, dos aspectos absolutamente distantes entre
sí llevan a que modifiquemos el formato clásico de este espacio dominguero que
suele destacarse por la emisión de música clásica de todos los géneros y
opinión comprometida de lo que viene aconteciendo en lo social, lo político y
lo económico de nuestra ciudad, en la provincia y del país todo.
El fútbol nos alteró la
formalidad de aparecer, por así decirlo, en AM y muy frecuentemente en dúplex
con la FM88.5 razón por la cual la primera hora de “Síganme los buenos” irá
solamente por la frecuencia modulada, aunque es posible escucharnos desde
cualquier parte del mundo vía internet.
Puedo asegurar que es increíble
la cantidad de oyentes a los que llegamos, habitantes de remotas lejanías como
Kasajistán, Nueva Zelanda o China con la certeza que se trata de argentinos
nostálgicos que emigraron o están paseando, lo que nos llena de satisfacción
por ser nosotros el vehículo a través del cual se reencuentran de alguna manera
con sus pagos y las cotidianas trascendencias.
Durante la segunda hora, a la
finalización del fútbol, saldremos en dúplex para la AM580 y la FM 88.5.
Un hecho tan trágico como
inesperado se sumó a la obligación periodística de atender la demanda de la
audiencia frente a una desgracia de magnitud, como es la muerte de quien fuera
tres veces gobernador, inventor del cordobesismo, el Dr. José Manuel de la
Sota, cuyos restos están siendo velados en la sede del gobierno provincial.
Continuando con la completísima
y prolija cobertura que se iniciara por estos mismos medios anoche y continuara
esta mañana, en este espacio seguiremos, por parte de nuestros colegas del
Servicio Informativo, junto a donde está la noticia ante la trascendencia
histórica de las horas que nos tocan vivir.
Ha sido una característica, un
hecho distintivo, la calidad de las coberturas de este multimedio en los
acontecimientos más salientes de los últimos tiempos.
Y en honor a esa consolidada
costumbre, hoy no puede ser la excepción.
GUILLERMO MORENO Y “DADY”
BRIEVA,DOS IMPRESENTABLES
“Dady” Brieva es un gracioso,
es un chistoso profesional con resonante éxito mediático y taquillero durante
muchos años, como integrante de un mentado trío humorístico que siempre fue
acompañado por la buena fortuna de las salas llenas.
El que fuera secretario de
Comercio Interior en la pasada administración nacional, Guillermo Moreno, supo
sobresalir en otro campo, aunque a fuerza de la verdad, resultó en muchas
circunstancias más gracioso que este muchacho ex Midachi.
Recordemos su actuación en
Angola cuando les vendió a los lugareños una cosechadora de telgopor, o su
autoría que fuera sonoramente festejada, del cotillón anti-Clarín que pagamos
todos (diario que seguramente sigue consultando) o sus presiones a los
importadores, exportadores o todo aquel empresario que necesitara tener en
frente por cualquier trámite o pedido.
Su otro papelón, cuando
participó sonoramente en una asamblea de directores y accionistas del grupo
Clarín, sus bravatas en los programas periodísticos a los que por sus
reacciones boxísticas fuera invitado porque era más gracioso que la Mole Moli y
otros antecedentes que hacen a su curriculum de funcionario.
Días pasados trascendió que le dirigió una
carta al FMI para indicarles de qué manera tenían que negociar con el actual
gobierno argentino o algunas sugerencias tan divertidas como esa, posiblemente
en su condición de precandidato a la Presidencia de la Nación junto a otros
insignes ciudadanos de la talla, por ejemplo, del pacífico y laburante Luis
D’Elía.
Volvamos por un ratitio a Dady
Brieva, quien sin parpadear ni ponerse colorado, declaró lo que le encantaría,
que a todos los argentinos nos fuera mal.
Hay que entender su anemia
cerebral, porque un tipo que dice hacer humor apelando alternadamente al sexo o
a la política como únicos argumentos motivacionales, no es para considerarlo
una estrella de la gracia ni de la creatividad.
Fue beneficiario de jugosos
contratos para hacer reir, que le facilitaron conspicuos dirigentes de la
administración kirchnerista, con lo que, como argentino, ahora puede asegurar
que le fue bastante bien, aunque al divulgarse urbi et orbe ese dañino deseo de maldad lanzado hacia todos
nosotros, empezaron a derrumbarse sus contratos actuales en los que seguramente
cosecharía buenas rupias.
Hubo una corriente popular que
invitaba a no asistir a sus “shows” pero sería una actitud discriminatoria
contra un compatriota que busca ganarse el pan con el sudor de su cerebro: lo
mejor es ir a la puerta de cada teatro, aplaudirlo cuando llegue y luego
mandarse a mudar, como para demostrarle que no es un ataque a su persona aunque
sí a su imbecilidad.
Y en cuanto al otro impresentable
pero no inimputable Guillermo Moreno, baste con recordar que en los tiempos de
su esplendor como funcionario, una inspección del Fondo Monetario Internacional
reprobó al INDEC y la participación del propio Moreno en el dibujo de las
estadísticas oficiales, afirmando la falta total de credibilidad en esos
trabajos, señalando ese organismo que “la distorsión del Indec obedece a la
manipulación sobre los datos para subvaluar la inflación”, agregando que “Si la inflación está subvaluada, el
crecimiento de la economía que promociona el Gobierno en Argentina está
sobrevaluado”.
Lo penoso, es
que ahora los nostálgicos de poder y de eternidad siguen insistiendo en que la
pesada herencia es un invento de los inútiles que nos gobiernan.
Por todo
esto, Guillermo Moreno y Dady Brieva, un solo corazón…
La megacausa
sigue firme
LOS PRIVILEGIADOS Y LA IMPUNIDAD
Hablando de la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, el domingo
pasado referimos como situaciones de “privilegio” el trato
diferencial que reciben miembros de los distintos poderes cuando son acusados o
denunciados por algo, existiendo para con ellos una benévola interpretación de
la ley.
Así,
citamos el caso del Fiscal y el Juez integrantes de la comisión especial
juzgadora en esta causa, denunciados respectivamente por encubrir un accidente
de tránsito y por haber recibido coimas.
En
general, cuando estas denuncias salen a la luz, hay escasas
novedades posteriores, siguiéndoles el pronto olvido en los medios y
el veloz archivo en Tribunales y esta, al evaluar la actualidad, no parece ser la excepción.
Hace
unos años una vocal del Tribunal Superior de Justicia presentó a
la causa del Registro como un ejemplo de persecución a los
poderosos, mencionando la existencia de poderes económicos, sociales, etc. y
como el entrevistador preguntó entonces por los políticos o
funcionarios, la entrevistada reflexionó que “poderoso” es el que puede sobre
el que es débil.
Parece
una elegante salida.
Pero
cuando repasamos que la mayoría de los trabajadores comunes imputados fueron
encarcelados sin juicio alguno, permanecieron en prisión preventiva por años, y
en muchos casos fueron condenados por la íntima convicción de los
jueces, con intensa y sostenida difusión mediática, caemos en la
cuenta que no hay salidas posibles.
Como se lo quiera definir,
maquillar, disfrazar o lo que sea, en esta causa faltan los poderosos, todavía
amparados en la impunidad de los privilegios.
DE CARA AL FUTURO, PENSANDO Y OBRANDO CON SERIEDAD
La Democracia no puede vivir sin la oposición, pero una oposición seria
puede destruirla.
Esta frase no es propia sino de
un gran pensador como lo fuera Octavio Irineo Paz Lozano, poeta, ensayista y
diplomático mexicano -ya desaparecido- y
laureado con el Nobel de Literatura en 1990 considerado uno de los más influyentes
escritores del siglo pasado.
Y no estaba equivocado porque
muchas veces las ansias de concentración de poder con toda la sensualidad que
ello implica, lleva a los gobernantes a buscar perpetuarse y por otra parte a
rodearse de personajes que a la postre resultan contrapesos para la gestión que
se pretende materializar y es cuando naufragan todas las buenas intenciones que
invariablemente en forma de postulados se anticipan a la sociedad.
Y es allí donde se mezclan dos
elementos antagónicos pero a la vez estrechamente vinculados con cualquier
sistema de gobierno, como lo son la honestidad política con claridad ideológica
y la despreciable demagogia que para muchos es el andamiaje que sostiene su
permanencia.
Y es la oposición a un régimen
legitimado por el sufragio, aunque parezca ridículo, el mejor reaseguro del
bienestar general por su inexcusable rol de controladora de la realidad, un
cometido que en la mayoría de los casos se transforma en agresividad, sed de
revancha y fuente de la instauración del miedo como ominoso anuncio de
catástrofes sociales y quiebra económica de un país.
¿Y todo para qué? Respuesta
obvia a la obviedad de la pregunta, porque aquella sensualidad del poder es
cosa del pasado y no se miden riesgos para recuperarla y volver a gozarla a
cualquier precio incluyendo el ataque al sistema democrático, en lugar de
seguir apostando al dictamen de las urnas que es la más acabada expresión de la
voluntad popular.
Los argentinos somos expertos
en crisis tanto en lo individual como en lo colectivo y tuvimos que sufrir
demasiado hasta llegar a la recuperación de un sistema de respeto por las
instituciones y por la gente: la Democracia que pese a los vendavales se ha
seguido sosteniendo, a lo mejor con muletas, pero en pie.
Viene de perlas cerrar estas
apreciaciones con otra célebre frase de Octavio Paz, cuando sostuvo que “Las masas humanas más
peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno del miedo…
del miedo al cambio”.
JOSE MANUEL DE LA SOTA, AL INFINITO
Era un joven pujante, dicharachero, contador de cuentos y
de anécdotas, algo desafinado baladista pero a la hora de la pasión política,
el más despiadado y cerebral de los analistas.
Fanático del progreso, enfermo del
estudio, compinche y protector de sus amigos, encefálico y meníngeo estudioso
de la sociedad, con una cuota de esa infaltable demagogia que a todos nos
acompaña, en unos secretamente y en otros a flor de piel y de discurso.
No es la casualidad la que allana
esos difíciles e intrincados caminos que llevan al poder desde el más humilde y
laburante de los ediles, hasta el magnífico portador del bastón de mando, la
banda azul y blanca cuyo sol se mueve cuando el corazón, por llevarla, se
desboca.
En la mayoría de los casos es el
veredicto inapelable y no siempre respetado de las urnas, el que encumbra o
sepulta; el que premia o castiga; el que aplaude o abuchea y a él le tocó vivir
casi todas estas sensaciones y sentimientos, pero nunca se detuvo porque era
como esos boxeadores que terminan con la cara sin formas pero el espíritu de
lucha sigue intacto, como si después del nocaut esperaran otro round.
No se ocupa, tampoco la casualidad
está ausente en estos casos, la gobernación de una provincia complicada,
progresista, universitaria, industrial, no conformista y contestataria como lo
es Córdoba a lo largo de tres mandatos ni se pelea por la Presidencia de la
Nación si los galardones del curriculum no alcanzan.
Pero era así, “Gallego” de apodo
casi formal y extendido, “Peluquín” para sus detractores y sólo José Manuel
para quienes se acercaban a su gesto amistoso de mano tendida o lo enfrentaban
en el fragor de cualquier lucha.
Fue el inventor del cordobesismo y
artífice imprescindible de ese curioso y hasta ayer vigente “tomala vos, dámela
a mí” con el Gringo Schiaretti.
Y se fue, estrepitosamente como
ingresó a ese mundo misterioso, apetecido, soñado y envidiado de la política en
su más elevado nivel, que supo transitar haciéndose tiempo para intercalar esa
su vocación, con la diplomacia lo que le valió la conquista de sólidas
relaciones bilaterales con Brasil.
Era su capricho entre otros por
ver grande a su provincia, la expansión de carreteras, autopistas y todo lo que
sirviera para acercar y eliminar las distancias geográficas y por eso entre
otras, la autopista a Rio Cuarto que lo llevaba a donde era su actual domicilio
formal.
Y vaya ironía, el “Gallego” que
por la traza de esa ruta y sus garantías de seguridad reclamaba que se elevara
la velocidad máxima hasta los 130 kilómetros por hora, fue seguramente ese
factor el que le quitó la vida…
En lo personal, alguna vez fuimos
amigos, compartimos momentos gratos y angustias como todos los argentinos de
estos tiempos, hasta que algunas de sus espadas no aceptaban el ejercicio de la
crítica y obraron en consecuencia quitándolo de la lista de mis respetados
afectos.
Pero esas son cosas entre dos
personas que discrepando se respetaban y aún se respetan.
Me dolió su partida, porque la
vida ni la suerte le dieron ni me dieron el enorme placer de una cálida
despedida.
Y me juego la cabeza, esa que hace
decir lo que el alma piensa, que le hubiera encantado, y a mí también, un
fuerte apretón de manos…
LOS CUADERNOS SIGUEN HABLANDO
Contra la opinión de muchos asustados
o apremiados por las revelaciones de las fotocopias de los famosos cuadernos
que habría escrito con excelente redacción un humilde remissero, comprometiendo
a funcionarios, empresarios, banqueros y otras gentes que brillaron durante la
vigencia del kirchnerismo, no se apagó todavía la llama con la que vienen
calcinando a diestra y siniestra.
A tal punto están quemando gente, que se ha debido reforzar al personal
que custodia las filas de arrepentidos que ahora buscan atemperar el rigor de
la ley, ofreciéndose como colaboradores para la investigación.
Así las cosas, sin dejar de lado
que ha recrudecido en la actualidad el tema Nismann con el descubrimiento de
algunas novedades respecto de este muchacho Lagomarsino, no es del todo
auspicioso el futuro inmediato de muchos sospechados de haber engordado sus
alcancías a costillas del Estado y su selectiva generosidad.
Por eso de la vigencia de las
fotocopias de aquellos cuadernos, hasta la Sra. tendrá que volver este semana a
Comodoro Py -y ya pidió por favor a la militancia que no la acompañe porque
sabe arreglárselas solita- para enfrentarse con su indagador de turno, con
relación a ciertos números que no cierran
en eso tan meneado de la ruta del dinero que se manejaba como jugoso
emergente de un sistema de “pague hoy la coima que cobró, guárdese su diego y
nos hagamos ricos todos”.
Y por allí también andan rondando
otras causas en otros juzgados lejanos a Bonadío, con idénticas intenciones de
poner en claro muchos temas pendientes, incluso algunos que salpican a Córdoba
y sus gobernantes.
Otro emergente de esos cuadernos
cuyos originales no se encuentran por ninguna parte, es lo que vino
aconteciendo con los sueños compartidos de la carismática y bienhablada doña
Hebe que tuvo varias derivaciones, entre ellas la gente ilusionada con el techo
para toda la vida que se quedó sin techo, amparo ni protección y los cientos de
trabajadores de esas obras que no se hicieron, fueron cobradas, pero ellos se
quedaron sin laburo.
Ya es viejo y percudido calificar
que esos sueños se transformaron en pesadillas, salvo que uno tenga la
sensibilidad de ubicarse en el lugar de los afectados, burlados en sus
ilusiones y humillados al derivarlos a la intemperie, el abandono y la
indiferencia.
Las causas en trámite avanzan y
seguirán avanzando, pese a las trabas legales y de las otras que se vienen
sucediendo sin pausa, porque hay que entender el pánico que agobia a quienes
sabiéndose culpables o responsables de los despojos, sufren por anticipado lo
que la ley pueda aplicarles y con un agravante: que al no estar preparados para
la derrota, tampoco lo estuvieron para enfrentar a la Justicia.
Pero en la vida, todo llega a su
tiempo.
Y en todo sentido, para que tomen
nota los delirantes del helicóptero, es una herejía pretender ganarle a los
relojes.
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