26 de enero de 2020

S.L.B.: NO SE FIDELIZA AL TURISTA MALTRATÁNDOLO - PREVISIBLE PELEA QUE ENFRENTA A LOS CAPRICHOS DEL SUOEM CON LOS PODERES DE LLARYORA - EN LA MEGACAUSA NUNCA FALTAN SORPRESAS - LOS MEDIOS PERIODÍSTICOS OFICIALES SON DEL ESTADO, NO DEL GOBIERNO - LA SITUACIÓN DE LOS INMIGRANTES QUE DELINQUEN - DRAMA EN VILLA GESSEL, LOS ASESINOS Y EL ESPÍRITU DEL RUGBY, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición n° 605 del domingo 26/01/20, emitido por AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.

¿Esto es fidelizar al turista?
NUMEROSAS  DENUNCIAS  POR  ABUSOS  QUE
SE COMETEN CONTRA NUESTROS VISITANTES
   Convengamos en que siempre ha sido la intención de todos los operadores vinculados con la actividad turística, propender a un aumento en el arribo de visitantes, aceitar los mecanismos para que sean bien tratados y poder cosechar, a la vuelta de la temporada y el comienzo de la siguiente, que esos mismos viajeros vuelvan y por sus recomendaciones, nos traigan a más turistas.
   Para que eso ocurra deben darse coincidencias en muchos aspectos, como ser fundamentalmente el buen tiempo, los precios de alojamiento accesibles y acompañados por el respeto a las posibilidades materiales que cada uno tiene, de asumir los costos del rubro comidas y entretenimientos, porque la planificación de la vacación pasa por la ensoñación y el deseo, luego el paisaje, después las comidas regionales y todo eso va a parar al bolsillo, que es el juez inapelable que evalúa y determina si el viaje se hace o no.
   Es para pensar entonces que los sectores vinculados con el tema de los precios deben tomar conciencia de su responsabilidad, acerca de esa equivocada percepción de algunos operadores que les interesa el hoy, sin importarles un bledo del mañana porque para ellos si el visitante queda disconforme y se va malhumorado, seguramente serán muchos más los que vengan en el próximo año a descubrir lo que la nutrida publicidad le ofrecerá.
   En pocas palabras, lo esquilmemos ahora porque no es tan importante que regrese.
   Tal actitud nos ha costado demasiado en varias ocasiones pero quienes fueron responsables del fracaso ni lo sienten porque hicieron la diferencia y se mandaron a mudar esperando que el tiempo les aporte una nueva oportunidad de capitalizarse y seguir jodiendo incautos.
   El cuidado extremo que se debe prestar a la cuestión precios es fundamental para mantener la vigencia de la promoción y del conocimiento “boca a boca” que es multiplicador tanto de lucrativas bondades como de dañinas e irreparables ausencias. Todo tiene que ver con todo, porque más allá de los precios está la calidad de los servicios, la seguridad, la aceptación o no de los espectáculos tanto teatrales por así llamarlos como deportivos y de otra índole que se pudieran promocionar, como lo son los festivales de música variada o de otras temáticas.
   Permitir que al visitante se lo esquilme, se lo ofenda limitándole accesos a playas de ríos, lugares atractivos que ofrece la naturaleza y otros sitios que permanecen vedados a las visitas gratuitas, es una actitud tan negativa como perniciosa que hace a la seriedad o su carencia, de quienes gobiernan las poblaciones de las cuales geográficamente dependan.
   Tratar bien al turista no es tan sólo entretenerlo en un rio, convidándole productos regionales, llevarlo a que pruebe suerte en el casino o cobrarle razonablemente por la comida que exija. El visitante volverá el año próximo o en el cercano invierno, si lo hacemos sentir que no es un extraño al que es imprescindible saquear sino un futuro amigo que nos extrañará cuando esté lejos y eso lo haga regresar.
   Mientras el turista para la mayoría de quienes viven de ellos siga siendo destinatario de malos tratos en la comida, de limitaciones en sus desplazamientos o de otras iniquidades de las tantas que ocurren, como eso de volver a la casa o departamento que alquilaron para encontrarse con la horrenda sorpresa que a plena luz les robaron todo, ni sueñen con que volverá.
   Al turista, para que se entienda de una buena vez, hay que mimarlo y no asaltarlo.
   Para eso, ya tienen suficiente con la presión tributaria y los servicios más esenciales.

Sonó la campana, primer round
PREVISIBLE  PELEA ENTRE LOS CAPRICHOS
DEL  SUOEM Y LOS PODERES DE LLARYORA
   No han pasado muchos días en que el poderoso y exigente sindicato de empleados municipales de esta ciudad, consiguiera mediante conversaciones y una que otra presión, asegurarse un aumento de casi el 5 por ciento sobre los haberes de diciembre último, aplicándose la clausula gatillo, como parte de un compromiso suscripto con anterioridad.
   O sea en buen romance, que tanto los sindicalistas y las flamantes autoridades, ingresaron a un apacible tiempo de tregua con Nochebuena, Navidad, fin de año, la festividad de los Reyes Magos y de rebote, la feria judicial.

  Sin embargo y para incrementar muchas cefaleas y el consumo de ansiolíticos en el equipo gobernante del Palacio 6 de Julio, quedó flotando en el ambiente la seguridad que más que tregua, era esa peligrosa calma que suele preceder a la tempestad.
   La conducción gremial del SUOEM a cargo de Beatriz Biolatto pero seguramente monitoreada y corregida llegado el caso por el eterno volvedor que es Ruben Daniele, vendría teniendo en carpeta algo así como una reconfiguración de las relaciones con la conducción comunal -dejando momentáneamente a un costado eso de ser del mismo palo- lo que le permitiría encarar pendientes acciones reivindicatorias con mayor firmeza y argumentos.
   Por ejemplo, asegurarse la permanencia de un número determinado o no de contratados heredados de la gestión anterior, pero a la postre cotizantes de la organización gremial, que según comentan en el aspecto números está consolidada.
   Y allí asoma otro agregado, que es la apetencia nunca negada de la dirigencia sindical de intervenir en la aceptación o no de ciertos nombramientos, para los que según se comenta, siempre se busca beneficiar a parientes o allegados.
   Estas negociaciones para nada serán fáciles porque Martin Llaryora aunque no sea de raigambre mediterráneo capitalina tiene amigos que desde tiempo atrás lo vienen poniendo al día y en lugar de aparecer como “fusible” en las negociaciones que se supone serán arduas, eligió a una persona experta en estas lides, con carácter dicen quienes la conocen, demasiado fuerte, que le permite no aceptar presiones ni aprietes como las del extenso catálogo que posee Daniele para estas circunstancias.
   Es la secretaria general de la Municipalidad de Córdoba, Verónica Bruera, quien será cabeza del equipo que subirá al ring para una disputa calculada como para varios rounds, la que no se definirá por nocaut aunque caben las posibilidades de los puntos o del abandono.
   La cuestión es que en todos los temas ultra sensibles que atormentan a las autoridades, entre ellos los de la basura y del transporte, el chisperío trascendería los confines del Paseo Sobremonte y llegaría hasta el mismísimo y gigantesco “rallador de queso” que es la nueva Casa de Gobierno.
   Es allí donde doña Bruera abrevó conocimientos de la mano y la sabiduría del desaparecido José Manuel, quien dejó al parecer una interesante herencia que será aplicada a la hora de las conversaciones, con sus previsibles diferendos.
   Lo importante es que, más que los negociadores y sus intereses, resulten o mejor dicho resultemos gananciosos los sufridos cordobeses, tan maltratados en nuestra condición de ciudadanos obligados más a los desaires que a los logros.
   No queremos que los pomposos anuncios queden en eso.
   Aunque el estilo del SUOEM sea la vigencia del conflicto permanente…
 
Registro de la Propiedad
LA MEGACAUSA, UNA ESPECIE DE SEMANAL
MUESTRARIO DE INFALTABLES SORPRESAS
   La causa del Registro de la Propiedad de Córdoba continúa siendo motivo de reflexión y aguardando la revisión de tantos reclamos huérfanos de resolución como si hubieran tenido destino de archivo que vendría a ser el umbral de los olvidos.
   Un organismo que se ocupa arduamente del tema de la prisión preventiva, cuestionando a los Estados la política con respecto a estos encierros utilizada por las  Fiscalías, es la Organización de las Naciones Unidas.
   Así pregunta si solicitan  la prisión en todos los casos, si existen protocolos para valorar el riesgo de fuga o el peligro del acusado y si utilizan la prisión preventiva prolongada para conseguir declaraciones de culpabilidad.
   También indaga los plazos máximos de encarcelamiento y el rigor con que los Jueces cumplen las normas internacionales al decidir la permanencia del encierro. La ONU  recuerda a los Estados que la prisión preventiva es el último recurso y que su abuso es un indicador de la calidad de Justicia que el sistema dispensa y de la integridad del Poder Judicial. Aquí no es excepción sino una norma. 
   Debo confesar entonces que me gustaría mucho saber qué respuestas brindó la justicia cordobesa a estos interrogantes en la causa del Registro, sabiendo objetivamente que la prisión preventiva se usó como regla en forma sistemática y prolongada, pese a los cuestionamientos realizados por numerosos organismos idóneos.
   Resulta ruidosamente llamativo que cuando el Poder Judicial o los medios periodísticos informan sobre esta causa, omitan absolutamente el término prisión preventiva.
   Al menos una curiosidad, a la luz de lo comentado.
   Un olvido, nada pequeño, que posiblemente desnude que la "calidad  e integridad"  judicial desplegadas en la causa, sean merecedoras de absoluta vergüenza.

Medios periodísticos del Estado
NO  ES  LÍCITO NI CORRECTO  CONSIDERARLOS
PARTE DEL PODER POLÍTICO DE LA REPÚBLICA
   Son tan disímiles los estilos de conducir a los medios periodísticos del Estado, que por lo general se suele acudir a la irregularidad, con tal de ponerlos al servicio de los gobiernos de turno, transformándolos en voceros poco creíbles del mensaje único con escasísima cabida a las corrientes de pensamiento que no coinciden con la de la dirigencia nacional.
   No me pidan ejemplos porque nuestra historia es pródiga en esas situaciones tan ilegales como enojosas y antidemocráticas, que profundizan las diferencias  e instalan en el ambiente político y en el seno de la ciudadanía esa sensación del autoritarismo y la prepotencia encriptados en el poder.
   No quiero evaluar, para no caer en inútil pérdida de tiempo, las diferencias que saltaron a la vista en los últimos años, con la vigencia de dos corrientes antagónicas y su manejo de la agencia oficial de noticias Télam y la Radio Nacional, que alternativamente y en algunos casos menos que en otros, se transformaron en usinas para albergar a militantes y operadores de una corriente ideológica o de la otra.
   Que se estimularon las cadenas de radios que respondían a un signo y la caprichosa digitación de las millonarias partidas de publicidad oficial, tenían una clara dirección oficialista, mediante cuyo sistema se otorgaban premios o se aplicaban castigos.
   Pensamos que eran tiempos superados pero no ha sido tan así.
   Días atrás asumió un cargo relevante en esas áreas, a cargo de la Televisión Pública o ex ATC una colega con quien me tocara compartir años atrás la nómina en el viejo Canal 11 de Buenos Aires, hoy Telefé.
   Rosario Lufrano amorosa, comunicativa, analítica, frecuente concurrente cuando tenía un par de días libres a “El Pungo” en nuestras sierras, pronunció al asumir un discurso que enrareció el aire por su carga de agresividad, de revancha, de algo muy cercano a la sed de venganza, que desorientó incluso a varios funcionarios de su mismo palo.
   Habló de volver a costumbres que creíamos superadas; a usos que la propia democracia y su lenta consolidación han venido contribuyendo a erradicar en beneficio de la armónica convivencia.
   Resumiendo, fue como si diera por sentado que desde ese momento tanto Télam como Radio Nacional que siempre supuse aunque no siempre se dieron así las cosas, eran del Estado y no del Gobierno de turno, pasaran a tomar un rol tan antiguo como desacreditado.
   Interpreto que fue algo parecido a un ataque de militancia por parte de mi amiga Rosario Lufrano, quien siguió trabajando en la TV hasta mucho después que Macri asumiera la presidencia, sin que se le negara su participación en la pantalla.
   Finalmente, como se dice, “arregló” su desvinculación por algo cercano a los 100 mil dólares según se comenta, y pasó a otro medio. Para la demanda laboral, Rosario Lufrano contó con el patrocinio profesional del abogado Alberto Fernández, actual Presidente de la Nación.
   Se entienden entonces las aclaraciones a las que debieron apelar altos funcionarios que han demostrado su vocación por el respeto a la diversidad de opiniones y contrarios al discurso único, mecanismo que aun alienta un sector definidamente catalogado.
   Pero todo mal, a veces tiene su buen costado, porque en la ceremonia lo acompañaba uno de los talentos más encumbrados de la producción y realización de documentales históricos: me refiero a Eliseo Alvarez, uno de los creadores, tengo entendido, del Canal Encuentro, con quien tuve el placer de trabajar años atrás.
   De todas maneras, mis augurios de éxitos para ambos, es decir Lufrano y Alvarez, porque interpreto en el caso de ella que a veces la sed de revancha suele enturbiar la mente del más sereno de los mortales.
   En cuanto a Eliseo, seré feliz de saber que es la misma persona de siempre, apasionado por su trabajo y poseedor de una creatividad excepcional…
   No recuerdo qué cargo es el que le confían ahora, pero cualquiera que sea, tengo la certeza que su tarea será descollante, más allá de su vieja militancia radical que en ningún momento fue cuestionada por nadie.
   La calidad humana y la decencia no tienen colores políticos.

¿Amparar a inmigrantes que delinquen?
PARA ESTAR A TONO CON EL MUNDO HAY QUE
LEGISLAR CON COINCIDENCIAS  UNIVERSALES
   Cuando diga lo que me apresto a decir, seguramente alguno me saltará a la yugular acusándome como otras veces ha sucedido, de hacer bandera con los pasaportes que tengo llenos, muestra inequívoca de haber frecuentado distintas y lejanas geografías de nuestro castigado planeta.
   Pero no importa, porque correré el riesgo en este nuestro país donde a veces no te perdonan la experiencia, o le piden experiencia en el trabajo a un jovencito de 17 años.
   No es fácil trabajar en el extranjero, aunque no sea tan complicado conseguir trabajo, valga el casi contrasentido, porque por lo general son tantas y a veces costosas las exigencias, que la mayoría opta por enrolarse en las huestes de los desprotegidos laburantes “en negro”.
   En los Estados Unidos conseguir un puesto medianamente seguro significa el tramiterío de una radicatoria que lleva su tiempo, dentro de un sistema altamente controlado por la tecnología de super avanzada que vemos en todas las actividades en las tierras de Trump a quien ni siquiera le alcanza con la indigna barrera que piensa erigir.
   En Europa suele ser más simple o es que los controles no son tan estrictos, que si se busca en España no existe con nosotros la molesta y a veces infranqueable, esa otra barrera la del idioma.
   Pero no tan solo trabajar, sino intentar quedarse por ejemplo en Bolivia, en Chile o en algún otro país hermano y que te toque una desgracia que necesite atención médica, hay que rogar y resignarse al rechazo, por la exigencia de dinero y de otros engorrosos trámites.
   Resumiendo, nunca he visto que entre nosotros rechacemos en un hospital a un boliviano, chileno, uruguayo, norteamericano, cubano, venezolano, árabe, judío, nigeriano, brasileño, español ni siquiera a un inglés, muchos de los cuales vienen para que aquí los atendamos y los curemos.
   Por eso e intentando resumir, suena doloroso que así como somos generosos a la hora de recibirlos y atenderlos, dejando de lado esos casos en que los asaltan, ellos en sus países nos sometan a tantos requisitos para cuestiones básicas y casi intrascendentes.
   Al ser el nuestro un país acogedor por aquellos postulados insertos en el preámbulo de nuestra Constitución cuando dice “…asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino…” suponemos que afuera de Argentina nos tratarán igual con idéntica generosidad pero no es así.
   Por todo ello, eso de permitir que sigan entre nosotros los inmigrantes que cometan delitos en nuestro suelo, suena a burla contra la reciprocidad.
   Así como a los delincuentes que “se exportan” desde aquí incluso los condenan a muerte, de la misma manera tendríamos que actuar con quienes delinquen en nuestra tierra: expulsarlos -como lo hacen en algunos pocos países- en el primer avión que parta hacia cualquier rumbo o destino.
   Esos visitantes no nos hacen falta…

¿Por qué mezclar al rugby en el tema?
EL DRAMA  DE  VILLA GESSEL, LA JUSTICIA Y
LAS PATOTAS CON SU EVIDENTE IMPUNIDAD
   La Justicia desde minutos después del absurdo crimen está actuando con seriedad y celeridad, sin dejar dudas acerca de su cometido que consiste en esclarecer el hecho y continuar luego con las actuaciones de rigor que llevarán a lo que seguramente será un juicio oral y público.
   La severa acusación puede determinar que uno o más de quienes golpearon tan salvajemente a un chico virtualmente indefenso, reciban el rigor de la ley que llegado el caso puede ser la condena a cadena perpetua.
   Dejemos de lado las terribles amenazas que les hacen llegar a los imputados desde la cárcel a donde serán alojados, especialmente por conocerse el, digamos tratamiento, que se les prodiga a condenados por ciertos hechos aberrantes y este ha sido uno de ellos…
   Tal el costado judicial del tema, pero el vértigo que requieren las noticias llevó a muchos colegas a mezclar la actuación de un grupo de asesinos, con eso que se le llama al menos por quienes hemos tenido el placer de practicarlo por muchos años, “el espíritu del rugby”.
   Y se me ocurrió entonces escribir algunas líneas, cuyos conceptos mantengo y mantendré pese a las críticas, algunas airadas, que por ignorancia se desparraman y consideré, en consecuencia, poner algunos puntos en claro.
   Horas después del sangriento episodio y sus fatales consecuencias, decía, lo que también publicó con mi firma el diario La Voz del Interior:
   “Muchas veces la ignorancia y si queremos ser indulgentes, le llamemos desconocimiento de la realidad, lleva a rotular como bruscos y agresivos a los jugadores de rugby, trasladando esa supuesta actitud fuera del campo de juego y llevándola a otros ámbitos dentro de la comunidad. Son los mismos equivocados que frente a hechos delictivos que culminan en violencia asesina, más que el sangriento episodio resaltan que los autores o los protagonistas están vinculados con el rugby.
   Como si no estuviéramos cansados de enterarnos de crímenes, robos, asaltos, estafas, secuestros o agresiones relacionadas con personas allegadas al mundo del fútbol, del boxeo, del básquetbol, del automovilismo o de cualquier otra disciplina.
   En el rugby no existen como en el fútbol las “barras bravas” que subsisten por recibir dádivas de los dirigentes que así como les permiten viajar a confines inimaginables siguiendo a sus equipos, muchas veces les compran la impunidad por las relaciones que conectan a esa dirigencia con el poder.
   ¿Cuántos hechos sangrientos se han perpetrado en las tribunas, a la vista del mundo?. ¿Cuántos muertos y heridos se han producido por el uso de material pirotécnico prohibido que misteriosamente tiene libre acceso a las canchas?. ¿Cuántos comerciantes en todos los rincones del país han sido despojados por determinados “simpatizantes” que se desplazaban en despreciables patotas que con la tiranía del número y los efluvios del alcohol y de otras sustancias, hacían del saqueo una repudiable diversión?
   El rugby que en su momento fue virtualmente estigmatizado como deporte de elite, de “chicos bien”, de “fifi’s” y de “reservado a integrantes de familias adineradas”, se popularizó de tal manera y sin perder su espíritu ancestral, hasta el punto que actualmente existen equipos en barrios marginales e incluso en cárceles.
   El rugby más que violento, es un deporte que hace prevalecer la fuerza, el compañerismo, la solidaridad, el respeto por el adversario que es tal y no su enemigo a quien hay que destruir. El ímpetu y la dinámica del juego imponen la certeza que los caballeros no pelean sino que disputan supremacía deportiva, cohesión de conjunto y lazos fraternos dentro del mismo equipo.
   Y que terminado el partido así como en el ajedrez el peón y el rey van a parar a la misma caja, los jugadores de rugby sólo se diferencian por sus camisetas porque el festejo es compartido y no sólo reservado a los triunfadores sino a celebrar el final de una disputa entre hidalgos devotos del mismo esfuerzo.
   El rugby no es un colectivo de prepotencia aunque la rudeza del juego así lo haga suponer, porque no reinan el golpe, la zancadilla o la alevosía en un entrevero donde todo parece impune, sino la habilidad y el vigor adheridos a la responsable fuerza física al servicio de la diversión.
   Confesiones de este viejo enamorado de la ovalada y uno de los más antiguos comentaristas de esa actividad en diversos medios periodísticos, no son para defender o liberar de culpa a nadie que se hubiera involucrado en hechos delictivos.
   Es, simplemente, una sentida defensa del rugby y de su espíritu que viene derrotando a los tiempos.
   Y la violencia, lamentablemente, es eterna”.

   Cabe agregar que es por eso que no encubro a delincuentes.

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