Comentarios del periodista Gonio Ferrari desde la
conducción de su programa “Síganme los buenos” edición nº 836 difundida por la
AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba el domingo 23 de junio de 2024.
¿Será finalmente el 9 de Julio?
EL MANOSEADO “PACTO” AUN PUEDE VER
LA LUZ EN UNA PATRIÓTICA CELEBRACIÓN
Tantas idas y venidas, desde unos meses a esta parte, durante las que
fuimos perdiendo tiempo y seriedad, cuando esos factores suelen ser puntales a
la hora de evaluar la inteligencia y el desarrollo de una comunidad como la
argentina, catalogada como de buen nivel en el concierto internacional .
Pero así son las cosas cuando se
enfrentan como en este caso una mayoría que originalmente fue impensada, para
una oposición que no se resignaba ni todavía se acostumbra a su condición de
tal, por eso de la soberbia que lleva a creer con firmeza que la batalla está
ganada antes de iniciarse la lucha.
Recién acabo de mencionar los factores tiempo y seriedad, cuando no es mucho el que tenemos -me refiero al tiempo- para buscar una solución definitiva a todos los problemas que nos aquejan y no es momento ni sería absolutamente justo emparentarlo con la herencia y otras excusas, sino de encontrar la manera de superarlos, porque para eso ha sido elegida una nueva conducción que está empeñada en poner orden, dentro del caos emergente de los últimos desgobiernos, sus errores, frustraciones y también de sus engaños.
Las expresiones contrarias a la normalización del país tienen sus orígenes, seguramente y aunque nadie lo confiese, en el íntimo análisis de la realidad que sin dudas hicieron aquellos que han quedado fuera del espacio donde todo se decide y que en su momento no pudieron superar, fanatizándose en mantener la vigencia de un populismo que a la postre resultó fatal y virtualmente irreversible, con el penoso agregado de su influencia en quienes por mandato popular fueron ungidos en el poder, ahora jaqueado por las diferencias internas de sectores marginados en las urnas y por una dirigencia sindical envenenada de ideología y acostumbrada a la impune prepotencia de sus métodos para imponer demandas, intereses y caprichos.
Era para el 25 de mayo -fecha patria en nuestra historia- pero no pudo ser porque a despecho de las reglas de la Democracia, se opusieron trabas y obstáculos para entorpecer intenciones libertarias que ya habían sido adelantadas en la campaña proselitista, por lo que el factor sorpresa no fue protagonista ni responsable de una demora que nos hizo perder eso tan valioso que es el tiempo, inútilmente derrochado.
La ajustada determinación legislativa postergó el tratamiento y la aprobación de medidas vitales, las negociaciones se fortalecieron, algo de consenso salió a relucir, se aflojaron algunas tensiones y por fortuna y hasta ahora, está triunfando la mesura por encima de las imposiciones y más allá de las ansias de eternidad que muestran ciertos dirigentes que no se resignan a reconocer la certeza de los ciclos que pierden actualidad.
Que sigan las conversaciones, que no se detengan los planteos de diferencias, que podamos mostrarle al mundo la suficiente madurez y entereza cívica, que ayuden a reinsertarnos en un mundo merecidamente hermanado con nuestra necesidad de regresar por auténticos merecimientos y no por compromisos ideológicos, ni por angurria dirigencial a tiempos ya superados.
Tengamos fe en el triunfo de la racionalidad por encima de los intereses que durante tanto tiempo nos mantuvieron fuera del concierto de las naciones que merecen ofrecer bienestar, seguridad y progreso a sus habitantes, en nuestro caso ya al borde del agotamiento de las esperanzas, lo que ocurrirá si los malos de siempre se empeñan en hacer valer su prepotencia y la necesidad de ser impunes a la hora del juicio de la historia.
Hasta el tiempo está loco de atar
ESTAMOS EN INVIERNO AUNQUE HAYAMOS
PASADO CALORES FUERA DE TEMPORADA
Mi termostato, que lógicamente no funciona como en sus
mejores épocas, todavía no me hizo sentir el rigor de una helada.
Así y todo, el invierno se vino casi sin aviso, precedido por temperaturas agradables, salvo algunos días que presagiaron el frío inminente, durante ese casi eterno y único otoño que por fortuna gozamos los cordobeses. El invierno tiene para muchos un encanto particular y para otros, muchos también, la incomodidad de tanta ropa encima, el peligro de la gripe, las narices húmedas y la molestia de la escarcha en las veredas.
Y ahora que llegó, es cuando vemos que se presentan problemas iguales o más graves que en ese otro extremo del calendario, porque el voltaje de 220 baja y daña, mientras aumentan el consumo y el costo de la electricidad hasta valores impensados y en muchos casos sorprendentes.
En consecuencia, los culpables de esos problemas somos nosotros, los usuarios que sostenemos el sistema porque consumimos en exceso, y no los dueños de la energía que gastan la recaudación en obras que anuncian, a veces colocan la piedra fundamental, lo publicitan a diestra y siniestra pero que jamás alcanzan.
Y vemos con pena y mucho de impotencia que la historieta se repite: en verano la culpa es de los acondicionadores de aire, de los ventiladores y de las heladeras, mientras que en invierno la responsabilidad por el decadente servicio se la endilgan a las estufas, los caloventores y los calefactores.
Resumiendo, la culpa es nuestra y jamás de la imprevisión de ellos, que bien se ocupan de cobrar sumas suculentas por una eficiencia que no tienen, pero se olvidan de equiparse para enfrentar algo tan previsible como el calor del verano o el frío del invierno.
Y no nos respeten como usuarios, porque tienen la soberbia del monopolio y el vecino carece de armas para enfrentarlo.
Pero si alguna vez las cosas se hicieran con seriedad, y se permitiera la generación de energía por otros prestadores, muy distinta sería la situación.
No me refiero, de ninguna manera, a la privatización de la EPEC, sino a su modernización tecnológica y a su despolitización, para que alguna vez sea eficiente y con tarifas accesibles, y no con los absurdos excesos actuales que más se destinan al pago de sueldos y premios inmerecidos por la cúpula empresaria, que al sostenimiento del sistema.
Todavía no se han dado las exigencias propias de un invierno crudo y sostenido y lo penoso es que faltan escasos días para la llegada de una demanda mucho mayor que la actual, para la que y lo estamos padeciendo, no estamos en condiciones de afrontar.
Porque de última, a ellos poco les importa cobrar la energía más cara del país, porque tienen más de tres millones de rehenes que religiosamente pagan los caprichos de los inoperantes.
En pocas palabras, porque pagamos nosotros, y ellos –tengo entendido- jamás pagaron mi un mísero kilovatio.
La vulgaridad ya fue consumada
NUESTRA ENSEÑA PATRIA NO MERECE QUE
IMPUNEMENTE SE LE FALTE EL RESPETO
Los argentinos no somos lo
que se dice un ejemplo cuando de símbolos se habla, porque enarbolamos nuestra
Bandera si la recibimos de regalo en alguna promoción comercial, no cantamos el
himno sino que lo tarareamos o hacemos playback para lo cual Los Pumas no hace
mucho mostraron cómo se lo homenajea, y la Selección Nacional de Fútbol
lentamente se viene acostumbrando a ser modelo de lo correcto y lo absurdo
-respectivamente- porque es como si Messi nunca lo hubiera cantado en la
escuela y ahora al menos lo susurra, y ponernos una escarapela es para los
insensibles como si les violaran el corazón.
Esto no es un ataque de nacionalismo barato, sino la enunciación de una realidad, que por lo general tratamos de pasar por alto cuando somos mayores, porque al hacer memoria advertimos cuán poco se ocuparon de que sintiéramos en el alma los colores celeste y blanco.
Los intentos de la escuela no siempre se ajustaron a una normativa, o no alcanzaron y en tal sentido poco se ha evolucionado.
Es en el hogar donde se deben fortalecer los lazos entre la persona y la Patria en la enseñanza diaria, en lo cotidiano, en lo simple, para no llegar a lo que ahora vemos, que se considera más a la bandera de un partido político o al “trapo” de un equipo de fútbol que a nuestra Enseña Nacional, que merece respeto y reverencia, junto al homenaje a su artífice Manuel Belgrano.
Y la mejor manera de venerarla es ser fieles a los principios, preceptos, derechos y también obligaciones que encierra en sus pliegues ese sagrado trozo de tela.
Suena ofensivo cambiar los días en que se escribió nuestra historia porque es un insulto a la memoria, como suele suceder, según caigan las fiestas cívicas, con nuestro ciclotímico almanaque alterado en nombre y beneficio de la promoción turística y un estímulo al consumismo.
La Patria es para muchos como la familia o la amistad: solo sentimos su valor cuando las perdemos y tampoco se equivoca el pensador Jaime Barylko al sostener que “El abanderado tiene sentido si se integra a todos los elementos simbólicos. Hoy, las fiestas patrias son para lavar el auto”.
Si a veces, duele ver tal indiferencia, que es la hermana menor de esa otra imperdonable tortura a la que muchos le llaman olvido.
¡Qué hermoso es sentir lo que se siente al verla flamear!
Como indignante resulta que la oración a la Bandera -Aurora- ahora es impune y comercialmente aprovechada para la promoción de una bebida alcohólica.
Es un pecado e injuria de quienes lo hacen, aunque es más grave la responsabilidad de quienes lo permiten y lo difunden.
Si de blanquear delitos se trata…
¿TANTO TIEMPO PARA QUE AHORA SALGAN
CON QUE “LOS CUADERNOS SON LIMPIOS”?
No hace falta exigir tanto a la
memoria colectiva para evocar aquellos tiempos idos aunque no tan lejanos, en
que saltara a la consideración pública el tema de los cuadernos donde un chofer
avispado que tenía registrados ciertos comprometedores detalles de algunas, les
llamemos “operaciones”, que ciertos jerarcas hacían para engrosar sus bolsillos
sin el esfuerzo del trabajo y del sacrificio.
Era el tiempo de los cuadernos que adquirieron fama, en que varios capitostes del kirchnerato habían dejado sin siquiera sospecharlo, las huellas ciertas y detalladas que alguien se había ocupado meticulosamente de consignar y registrar con nombres, sumas, direcciones y otros detalles que cuando trascendieron, dieron lugar a un escándalo político mayúsculo, porque tales cuadernos fueron mediáticamente divulgados por un diario porteño al que se asignaba un permanente sesgo opositor.
Tomó intervención la justicia tiempo atrás, si mal no recuerdo se anticiparon severas condenas, no recuerdo bien si fueron aplicadas, pero otros hechos de más o menos la misma magnitud atraparon la atención popular, y el tema pareció diluirse porque las culpabilidades parecía que habían sido asignadas.
Pero ahora surgió la novedad que en una nueva instancia del tema, se habría determinado que esas jugosas cifras no eran parte del tráfico de coimas, sino que los generosos que las entregaban lo hacían para sostener campañas proselitistas, con lo que naufragaba en la gente esa satisfacción de advertir que la participación de la señora de los ojos vendados había sido patrióticamente positiva.
No es cuestión ahora de evaluar la justicia o su carencia para ese caso particular, pero bueno sería que alguna vez, todos los aportes particulares, por lo general empresarios, destinados o fines precomiciales fueran dados públicamente a conocer, para evitar que el tiempo y los silencios se hicieran cómplices para que no se conozcan las identidades de los desprendidos beneficiarios, por aquello tan sabio y corriente que en política, nada es gratis ni se hace sin una contraprestación dineraria o con otra obsequiosa categoría.
Una buena manera de ahuyentar sospechas aunque existan, y de salvaguardar la riqueza creciente de muchos que, beneficiados por los gobiernos de turno cuando acceden al poder, no tienen cómo justificarla.
Tema que renueva su actualidad
MEGACAUSA DEL REGISTRO: ENCAMINA SU
VIGENCIA A UN “RÉCORD DE PERMANENCIA”
La
Organización de las Naciones Unidas ha editado hace varios años un “Manual de
bolsillo” con normas internacionales de derechos humanos para funcionarios, que
cualquier juez o fiscal puede consultar, cuyo capítulo once está dedicado a
medidas no privativas de la libertad.
Dicho compendio establece que, en general, las personas que aguardan su juicio no deberán estar detenidas, además de recomendar y alentar el uso de medidas alternativas a la prisión desde la fase anterior al juicio hasta la fase posterior a la sentencia, a fin de evitar la aplicación innecesaria de la prisión preventiva que deberá utilizarse como último recurso, y que, de existir, deberá ser supervisada y evaluada sistemáticamente.
Son numerosas las ONG del derecho que han escrito recomendaciones en el mismo sentido y -en el caso particular de la causa Registro de la Propiedad de Córdoba- se ha dictaminado específicamente la arbitraria aplicación de esta prisión preventiva.
En números, casi 70 por ciento de imputados están encarcelados durante años, y llegan a juicio con condenas cumplidas. Figura difícil de revertir, porque primero se pena y después se juzga.
Cabe preguntarse entonces, por qué los funcionarios judiciales de la causa se mantienen tan alejados de estas recomendaciones internacionales a las que el Estado argentino adhiere. Podría indagarse también si existe control sobre la forma en que los magistrados se ajustan al cumplimiento de las normas o, si se realizan estadísticas sobre las prisiones preventivas para compararlas con estándares internacionales, y, sobre todo, si existe alguna acción frente a tantos dictámenes de arbitrariedad recibidos.
Las respuestas a estos interrogantes ayudarán a dilucidar si tanto exceso, será sólo casual.
EL MANOSEADO “PACTO” AUN PUEDE VER
LA LUZ EN UNA PATRIÓTICA CELEBRACIÓN
Recién acabo de mencionar los factores tiempo y seriedad, cuando no es mucho el que tenemos -me refiero al tiempo- para buscar una solución definitiva a todos los problemas que nos aquejan y no es momento ni sería absolutamente justo emparentarlo con la herencia y otras excusas, sino de encontrar la manera de superarlos, porque para eso ha sido elegida una nueva conducción que está empeñada en poner orden, dentro del caos emergente de los últimos desgobiernos, sus errores, frustraciones y también de sus engaños.
Las expresiones contrarias a la normalización del país tienen sus orígenes, seguramente y aunque nadie lo confiese, en el íntimo análisis de la realidad que sin dudas hicieron aquellos que han quedado fuera del espacio donde todo se decide y que en su momento no pudieron superar, fanatizándose en mantener la vigencia de un populismo que a la postre resultó fatal y virtualmente irreversible, con el penoso agregado de su influencia en quienes por mandato popular fueron ungidos en el poder, ahora jaqueado por las diferencias internas de sectores marginados en las urnas y por una dirigencia sindical envenenada de ideología y acostumbrada a la impune prepotencia de sus métodos para imponer demandas, intereses y caprichos.
Era para el 25 de mayo -fecha patria en nuestra historia- pero no pudo ser porque a despecho de las reglas de la Democracia, se opusieron trabas y obstáculos para entorpecer intenciones libertarias que ya habían sido adelantadas en la campaña proselitista, por lo que el factor sorpresa no fue protagonista ni responsable de una demora que nos hizo perder eso tan valioso que es el tiempo, inútilmente derrochado.
La ajustada determinación legislativa postergó el tratamiento y la aprobación de medidas vitales, las negociaciones se fortalecieron, algo de consenso salió a relucir, se aflojaron algunas tensiones y por fortuna y hasta ahora, está triunfando la mesura por encima de las imposiciones y más allá de las ansias de eternidad que muestran ciertos dirigentes que no se resignan a reconocer la certeza de los ciclos que pierden actualidad.
Que sigan las conversaciones, que no se detengan los planteos de diferencias, que podamos mostrarle al mundo la suficiente madurez y entereza cívica, que ayuden a reinsertarnos en un mundo merecidamente hermanado con nuestra necesidad de regresar por auténticos merecimientos y no por compromisos ideológicos, ni por angurria dirigencial a tiempos ya superados.
Tengamos fe en el triunfo de la racionalidad por encima de los intereses que durante tanto tiempo nos mantuvieron fuera del concierto de las naciones que merecen ofrecer bienestar, seguridad y progreso a sus habitantes, en nuestro caso ya al borde del agotamiento de las esperanzas, lo que ocurrirá si los malos de siempre se empeñan en hacer valer su prepotencia y la necesidad de ser impunes a la hora del juicio de la historia.
ESTAMOS EN INVIERNO AUNQUE HAYAMOS
PASADO CALORES FUERA DE TEMPORADA
Así y todo, el invierno se vino casi sin aviso, precedido por temperaturas agradables, salvo algunos días que presagiaron el frío inminente, durante ese casi eterno y único otoño que por fortuna gozamos los cordobeses. El invierno tiene para muchos un encanto particular y para otros, muchos también, la incomodidad de tanta ropa encima, el peligro de la gripe, las narices húmedas y la molestia de la escarcha en las veredas.
Y ahora que llegó, es cuando vemos que se presentan problemas iguales o más graves que en ese otro extremo del calendario, porque el voltaje de 220 baja y daña, mientras aumentan el consumo y el costo de la electricidad hasta valores impensados y en muchos casos sorprendentes.
En consecuencia, los culpables de esos problemas somos nosotros, los usuarios que sostenemos el sistema porque consumimos en exceso, y no los dueños de la energía que gastan la recaudación en obras que anuncian, a veces colocan la piedra fundamental, lo publicitan a diestra y siniestra pero que jamás alcanzan.
Y vemos con pena y mucho de impotencia que la historieta se repite: en verano la culpa es de los acondicionadores de aire, de los ventiladores y de las heladeras, mientras que en invierno la responsabilidad por el decadente servicio se la endilgan a las estufas, los caloventores y los calefactores.
Resumiendo, la culpa es nuestra y jamás de la imprevisión de ellos, que bien se ocupan de cobrar sumas suculentas por una eficiencia que no tienen, pero se olvidan de equiparse para enfrentar algo tan previsible como el calor del verano o el frío del invierno.
Y no nos respeten como usuarios, porque tienen la soberbia del monopolio y el vecino carece de armas para enfrentarlo.
Pero si alguna vez las cosas se hicieran con seriedad, y se permitiera la generación de energía por otros prestadores, muy distinta sería la situación.
No me refiero, de ninguna manera, a la privatización de la EPEC, sino a su modernización tecnológica y a su despolitización, para que alguna vez sea eficiente y con tarifas accesibles, y no con los absurdos excesos actuales que más se destinan al pago de sueldos y premios inmerecidos por la cúpula empresaria, que al sostenimiento del sistema.
Todavía no se han dado las exigencias propias de un invierno crudo y sostenido y lo penoso es que faltan escasos días para la llegada de una demanda mucho mayor que la actual, para la que y lo estamos padeciendo, no estamos en condiciones de afrontar.
Porque de última, a ellos poco les importa cobrar la energía más cara del país, porque tienen más de tres millones de rehenes que religiosamente pagan los caprichos de los inoperantes.
En pocas palabras, porque pagamos nosotros, y ellos –tengo entendido- jamás pagaron mi un mísero kilovatio.
NUESTRA ENSEÑA PATRIA NO MERECE QUE
IMPUNEMENTE SE LE FALTE EL RESPETO
Esto no es un ataque de nacionalismo barato, sino la enunciación de una realidad, que por lo general tratamos de pasar por alto cuando somos mayores, porque al hacer memoria advertimos cuán poco se ocuparon de que sintiéramos en el alma los colores celeste y blanco.
Los intentos de la escuela no siempre se ajustaron a una normativa, o no alcanzaron y en tal sentido poco se ha evolucionado.
Es en el hogar donde se deben fortalecer los lazos entre la persona y la Patria en la enseñanza diaria, en lo cotidiano, en lo simple, para no llegar a lo que ahora vemos, que se considera más a la bandera de un partido político o al “trapo” de un equipo de fútbol que a nuestra Enseña Nacional, que merece respeto y reverencia, junto al homenaje a su artífice Manuel Belgrano.
Y la mejor manera de venerarla es ser fieles a los principios, preceptos, derechos y también obligaciones que encierra en sus pliegues ese sagrado trozo de tela.
Suena ofensivo cambiar los días en que se escribió nuestra historia porque es un insulto a la memoria, como suele suceder, según caigan las fiestas cívicas, con nuestro ciclotímico almanaque alterado en nombre y beneficio de la promoción turística y un estímulo al consumismo.
La Patria es para muchos como la familia o la amistad: solo sentimos su valor cuando las perdemos y tampoco se equivoca el pensador Jaime Barylko al sostener que “El abanderado tiene sentido si se integra a todos los elementos simbólicos. Hoy, las fiestas patrias son para lavar el auto”.
Si a veces, duele ver tal indiferencia, que es la hermana menor de esa otra imperdonable tortura a la que muchos le llaman olvido.
¡Qué hermoso es sentir lo que se siente al verla flamear!
Como indignante resulta que la oración a la Bandera -Aurora- ahora es impune y comercialmente aprovechada para la promoción de una bebida alcohólica.
Es un pecado e injuria de quienes lo hacen, aunque es más grave la responsabilidad de quienes lo permiten y lo difunden.
¿TANTO TIEMPO PARA QUE AHORA SALGAN
CON QUE “LOS CUADERNOS SON LIMPIOS”?
Era el tiempo de los cuadernos que adquirieron fama, en que varios capitostes del kirchnerato habían dejado sin siquiera sospecharlo, las huellas ciertas y detalladas que alguien se había ocupado meticulosamente de consignar y registrar con nombres, sumas, direcciones y otros detalles que cuando trascendieron, dieron lugar a un escándalo político mayúsculo, porque tales cuadernos fueron mediáticamente divulgados por un diario porteño al que se asignaba un permanente sesgo opositor.
Tomó intervención la justicia tiempo atrás, si mal no recuerdo se anticiparon severas condenas, no recuerdo bien si fueron aplicadas, pero otros hechos de más o menos la misma magnitud atraparon la atención popular, y el tema pareció diluirse porque las culpabilidades parecía que habían sido asignadas.
Pero ahora surgió la novedad que en una nueva instancia del tema, se habría determinado que esas jugosas cifras no eran parte del tráfico de coimas, sino que los generosos que las entregaban lo hacían para sostener campañas proselitistas, con lo que naufragaba en la gente esa satisfacción de advertir que la participación de la señora de los ojos vendados había sido patrióticamente positiva.
No es cuestión ahora de evaluar la justicia o su carencia para ese caso particular, pero bueno sería que alguna vez, todos los aportes particulares, por lo general empresarios, destinados o fines precomiciales fueran dados públicamente a conocer, para evitar que el tiempo y los silencios se hicieran cómplices para que no se conozcan las identidades de los desprendidos beneficiarios, por aquello tan sabio y corriente que en política, nada es gratis ni se hace sin una contraprestación dineraria o con otra obsequiosa categoría.
Una buena manera de ahuyentar sospechas aunque existan, y de salvaguardar la riqueza creciente de muchos que, beneficiados por los gobiernos de turno cuando acceden al poder, no tienen cómo justificarla.
MEGACAUSA DEL REGISTRO: ENCAMINA SU
VIGENCIA A UN “RÉCORD DE PERMANENCIA”
Dicho compendio establece que, en general, las personas que aguardan su juicio no deberán estar detenidas, además de recomendar y alentar el uso de medidas alternativas a la prisión desde la fase anterior al juicio hasta la fase posterior a la sentencia, a fin de evitar la aplicación innecesaria de la prisión preventiva que deberá utilizarse como último recurso, y que, de existir, deberá ser supervisada y evaluada sistemáticamente.
Son numerosas las ONG del derecho que han escrito recomendaciones en el mismo sentido y -en el caso particular de la causa Registro de la Propiedad de Córdoba- se ha dictaminado específicamente la arbitraria aplicación de esta prisión preventiva.
En números, casi 70 por ciento de imputados están encarcelados durante años, y llegan a juicio con condenas cumplidas. Figura difícil de revertir, porque primero se pena y después se juzga.
Cabe preguntarse entonces, por qué los funcionarios judiciales de la causa se mantienen tan alejados de estas recomendaciones internacionales a las que el Estado argentino adhiere. Podría indagarse también si existe control sobre la forma en que los magistrados se ajustan al cumplimiento de las normas o, si se realizan estadísticas sobre las prisiones preventivas para compararlas con estándares internacionales, y, sobre todo, si existe alguna acción frente a tantos dictámenes de arbitrariedad recibidos.
Las respuestas a estos interrogantes ayudarán a dilucidar si tanto exceso, será sólo casual.
Las leyes ‘blandas’ poco ayudan
NOS ABRUMA UNA INÉDITA INSEGURIDAD Y
EL PODER SIGUE IMPROVISANDO SU ACCIÓN
Son patéticas y pisando el umbral de lo
absurdo las medidas que se toman desde el poder, en su creciente desesperación
e impotencia por superar la inseguridad que entre el hampa impune y la inacción
oficial, viene creciendo sin que se le encuentre una solución que supere el
drama cotidiano de los cordobeses de saberse como comunidad, inermes y
desprotegidos frente a la multiplicación de hechos que diariamente vulneran su
tranquilidad, esa paz que bien lo recuerdo, supiéramos gozar por entonces.
La delincuencia potenciada por el crecimiento del narcotráfico y sus previsibles consecuencias y secuelas, “vive de picnic” ante las medidas que se adoptan para combatirla, más cercanas al fracaso que a la efectividad, pese al elevado costo presupuestario que significa la cotidiana adquisición de equipamiento, comunicaciones, tecnología, movilidad, armamento e incorporación de efectivos, con todo lo cual no se ha logrado -pese a los “dibujos” oficiales en contrario- una disminución en las estadísticas reales de la situación.
Y si a estos factores le sumamos el enorme costo que significa la exagerada promoción mediática con la que se anuncia cada compra, provisión o gasto que se proclaman como apoyatura en la lucha contra el delito, más se ensombrece un panorama que desde tiempo atrás viene siendo de una oscuridad innegable.
Son decenas los casos que podemos citar como ejemplos negativos en la materia que le llaman “prevención” que en verdad y a la luz de los resultados no existe, pero basta con citar escuetamente dos de ellos: por razones obvias los controles en los puentes de poco sirven, las fotos con patrulleros que se incorporan tampoco porque no es cuestión de derrochar combustible y menos aún el empecinamiento de lanzar a la calle efectivos inexpertos y sólo durante la luz diurna porque dejan de recorrer la ciudad apenas oscurece, que es cuando los marginales de la ley comienzan “a trabajar” ayudados por la ausencia de vigilancia, desde el momento que la ciudad queda desprotegida y librada al mandato de la delincuencia que parece contar con un mayor nivel de inteligencia de la que se proclama como poseedora el poder, que no le encuentra la vuelta a la realidad.
En días recientes -y es sólo uno de los tantos ejemplos- a poco más de 100 metros de la comisaría de Alta Córdoba, en la cuadra de Urquiza 1700/1800 robaron varios elementos de bronce de los medidores callejeros del gas domiciliario -cuyo reemplazo debieron afrontar los afectados- y dentro de la misma manzana de tal asentamiento de la fuerza azul se llevaron en actitud destructiva todos los picaportes y elementos similares de las puertas, tanto de familias como de comercios; en las últimas 24 horas fueron robados tres departamentos de las inmediaciones y poco tiempo atrás los ladrones tuvieron tiempo e impunidad para llevarse alrededor de 100 metros de cables aéreos callejeros a la vuelta del mismo asentamiento policial para lo cual deben haber “trabajado” al menos un par de horas nocturnas, sin ser advertidos ni molestados por ninguna patrulla preventiva o ronda que se le parezca y en la calle Fragueiro a la vuelta del precinto y durante la siesta desvalijaron a tres coches allí estacionados y a otro se lo robaron.
Los vecinos del sector ya se cansaron de reuniones donde las promesas de actuar son las de siempre, como son los de siempre los nulos resultados, y sólo resta que los afectados por tales hechos vandálicos contra la propiedad, que significan gastos fuera de los presupuestos hogareños, sean afrontados por el Estado provincial apelando a las partidas mal utilizadas, porque aquellos tributan los impuestos que les imponen, pagan sumas aparte cuando se registran retrasos y resulta que esos dineros van a parar a otros destinos que los enunciados, incluyendo los notorios e innecesarios desbordes publicitarios oficiales siempre cargados de anuncios y expectativas mentirosas que no se cumplen.
Y si de incoherencias hablamos, hora es de terminar con esa absurda costumbre de afectar el personal bisoño y principiante que dice patrullar “de infantes” hasta el atardecer, y hacerlos recorrer con patrullas nocturnas la ciudad palmo a palmo, para que al menos aprendan a conocerla y los ladrones se sientan molestados en su incontrolada tarea cotidiana de vivir de lo que roban, al amparo de la desidia y la indiferencia que muestra el poder, actitud que ya llegó a superar los límites de la tolerancia.
¿Es así como iniciaron la campaña para quedarse después de terminado el actual mandato?
NOS ABRUMA UNA INÉDITA INSEGURIDAD Y
EL PODER SIGUE IMPROVISANDO SU ACCIÓN
La delincuencia potenciada por el crecimiento del narcotráfico y sus previsibles consecuencias y secuelas, “vive de picnic” ante las medidas que se adoptan para combatirla, más cercanas al fracaso que a la efectividad, pese al elevado costo presupuestario que significa la cotidiana adquisición de equipamiento, comunicaciones, tecnología, movilidad, armamento e incorporación de efectivos, con todo lo cual no se ha logrado -pese a los “dibujos” oficiales en contrario- una disminución en las estadísticas reales de la situación.
Y si a estos factores le sumamos el enorme costo que significa la exagerada promoción mediática con la que se anuncia cada compra, provisión o gasto que se proclaman como apoyatura en la lucha contra el delito, más se ensombrece un panorama que desde tiempo atrás viene siendo de una oscuridad innegable.
Son decenas los casos que podemos citar como ejemplos negativos en la materia que le llaman “prevención” que en verdad y a la luz de los resultados no existe, pero basta con citar escuetamente dos de ellos: por razones obvias los controles en los puentes de poco sirven, las fotos con patrulleros que se incorporan tampoco porque no es cuestión de derrochar combustible y menos aún el empecinamiento de lanzar a la calle efectivos inexpertos y sólo durante la luz diurna porque dejan de recorrer la ciudad apenas oscurece, que es cuando los marginales de la ley comienzan “a trabajar” ayudados por la ausencia de vigilancia, desde el momento que la ciudad queda desprotegida y librada al mandato de la delincuencia que parece contar con un mayor nivel de inteligencia de la que se proclama como poseedora el poder, que no le encuentra la vuelta a la realidad.
En días recientes -y es sólo uno de los tantos ejemplos- a poco más de 100 metros de la comisaría de Alta Córdoba, en la cuadra de Urquiza 1700/1800 robaron varios elementos de bronce de los medidores callejeros del gas domiciliario -cuyo reemplazo debieron afrontar los afectados- y dentro de la misma manzana de tal asentamiento de la fuerza azul se llevaron en actitud destructiva todos los picaportes y elementos similares de las puertas, tanto de familias como de comercios; en las últimas 24 horas fueron robados tres departamentos de las inmediaciones y poco tiempo atrás los ladrones tuvieron tiempo e impunidad para llevarse alrededor de 100 metros de cables aéreos callejeros a la vuelta del mismo asentamiento policial para lo cual deben haber “trabajado” al menos un par de horas nocturnas, sin ser advertidos ni molestados por ninguna patrulla preventiva o ronda que se le parezca y en la calle Fragueiro a la vuelta del precinto y durante la siesta desvalijaron a tres coches allí estacionados y a otro se lo robaron.
Los vecinos del sector ya se cansaron de reuniones donde las promesas de actuar son las de siempre, como son los de siempre los nulos resultados, y sólo resta que los afectados por tales hechos vandálicos contra la propiedad, que significan gastos fuera de los presupuestos hogareños, sean afrontados por el Estado provincial apelando a las partidas mal utilizadas, porque aquellos tributan los impuestos que les imponen, pagan sumas aparte cuando se registran retrasos y resulta que esos dineros van a parar a otros destinos que los enunciados, incluyendo los notorios e innecesarios desbordes publicitarios oficiales siempre cargados de anuncios y expectativas mentirosas que no se cumplen.
Y si de incoherencias hablamos, hora es de terminar con esa absurda costumbre de afectar el personal bisoño y principiante que dice patrullar “de infantes” hasta el atardecer, y hacerlos recorrer con patrullas nocturnas la ciudad palmo a palmo, para que al menos aprendan a conocerla y los ladrones se sientan molestados en su incontrolada tarea cotidiana de vivir de lo que roban, al amparo de la desidia y la indiferencia que muestra el poder, actitud que ya llegó a superar los límites de la tolerancia.
¿Es así como iniciaron la campaña para quedarse después de terminado el actual mandato?
Gobernantes, a tomar nota…
ENSEÑANZA DE CICERÓN, MÁS CLARA
QUE LAS CASCADAS DE LOS DESHIELOS
Si en la
filosofía universal hay conceptos de meridiana sabiduría y simple comprensión,
tal es el caso de Cicerón, dueño de un magistral poder de síntesis con relación
a cualquier definición que le demandara abordar. Basta con un solo ejemplo para
admirarlo en la plenitud de su envidiable cordura, de manera especial cuando
sostuvo que “Estos son los preceptos del derecho: vivir honestamente, no
ofender a los demás, dar a cada uno lo suyo”. Recomendable para aplicar en los
tiempos que vivimos, oportuna y puntual, para conocimiento de aquellos
delirantes y fanatizados golpistas.
ENSEÑANZA DE CICERÓN, MÁS CLARA
QUE LAS CASCADAS DE LOS DESHIELOS
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