14 de agosto de 2016

S.L.B.: GUSTAVO CORDERA, EL DESCEREBRADO - LOS DESAPARECIDOS, EL MIEDO Y LA CORRUPCIÓN - EL INMOBILIARIO RURAL - NUESTRO BLOG SIGUE CRECIENDO - LA MUNI CON MAS DE 1.000 EMPLEADOS, ¡A RECAUDAR! - MEGACAUSA DEL REGISTRO - GREMIALISTAS CON MANDATO PERPETUO - NUESTRO DEPORTE OLÍMPICO - EL EJEMPLO DE JOSÉ DE SAN MARTÍN, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 14/08/16 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.

GUSTAVO CORDERA, EL DESCEREBRADO


   Seguramente amparado en sus viejos lauros y creyendo que son algo así como un certificado de impunidad, el peladito Cordera se despachó con algunos conceptos que rozaron lo asqueroso, que para colmo encerraban un marcado sesgo de desprecio hacia la condición femenina en una actitud no tan solo discriminatoria sino ofensiva y repudiable.
   Como si no tuviera hijas en edad de merecer, el vetusto rockero expresó definiciones torpes, groseras y descolgadas y al darse cuenta que había escupido hacia arriba y orinado contra el viento, intentó suavizarlas haciendo lo que siempre hacen los imbéciles: acusar al mundo que sus palabras habían sido manipuladas fuera de contexto.
   Si desde su posición de algo exitoso todavía pensó que podía aprovecharse de ese decadente prestigio para recobrar notoriedad por vía del escándalo, es probable que algo haya cosechado, pero ya verán que no es otra utilidad que una fama momentánea y devaluada a través de la estupidez, de donde es complicado regresar.
   A lo mejor el problema de Cordera es el pánico al abandono, en un tipo que se ufanaba de motivar los instintos más recónditos y pudorosamente atesorados por las adolescentes, a las que ya no convencía como años atrás y con su falta de dignidad no supo vacunarse contra los olvidos.
   Si fue o no abusador, porque en tal sentido las opiniones están divididas, es un tema que queda para la discusión de sus aún seguidores y de los que no lo tienen como personaje simpático o ejemplar.
   Eso de pontificar que hay mujeres que necesitan ser violadas porque a su vez necesitan tener sexo y que quieren jugar a eso, es meterse en un laberinto de ignorancia dejando las huellas de la personalidad de un violador que intenta justificar su bajeza.
   Y que por sus dichos y para colmo, las más apetecibles para esas prácticas serían las menores de edad.
   No son necesarias ningunas otras consideraciones, porque una persona -por así rotularla- que piensa de esa manera, es porque ha descendido a los abismos de la demencia, posiblemente por consumir de no tan buena calidad o por pensar que su palabra pretendidamente bíblica pudiera arrastrar las multitudes cuya ausencia ahora extraña.
   Es evidente que Gustavo Cordera, su fama y sus blasones derraparon escandalosamente, dejando al descubierto que lo suyo no es alopecia, sino calvicie cerebral.

EL MIEDO Y LOS DESAPARECIDOS


   Inspirar miedo es la bravata de los cobardes, por falta de armas o de argumentos y esto no es nuevo sino que viene desde el fondo de la historia y ya los cavernícolas utilizaban esa “técnica” para amedrentar al adversario o al enemigo.
   No hace mucho tiempo y en ejercicio de la presidencia, La Sra. Que Ahora Quiere Volver supo decir que era bueno que le tuvieran un poquito de miedo, a lo mejor por la férrea mano que ponía en muchas de sus determinaciones, salvo con aquellos funcionarios que mostraban cierta propensión a zambullir sus manos en algunas latas del Estado, del que somos parte todos nosotros.
   Por aquello de que “aquel que se quema con leche ve una vaca y llora”, fue también ella quien, en una reciente visita a doña Hebe y a la hora del brindis por el festejo de las 2.000 marchas alrededor de la mítica Pirámide de Mayo, intentó corregir a la verborrágica y agresiva dueña de esa organización de DD.HH cuando ofrendó su copa de rubio champán (la Sra. “K” limitó su libación a un vaso con agua) alentando el anhelo “que Mauricio Macri nos tuviera un poquito de miedo”.
   Más allá de cualquier consideración política o ideológica que se le quiera incorporar a esa situación entre patética y risible, quedó flotando en el aire algo cercano a una certeza: los violentos, los mediocres y los desencantados por naturaleza prefieren inspirar miedo en lugar de respeto, como históricamente quedaron rotulados los tiranos.
   Pero la semana que pasó fue pródiga en dichos desafortunados, inoportunos y cuestionables al menos aquellos que aludieron a situaciones altamente sensibles para la sociedad o a buena parte de ella, como lo es el tema de los desaparecidos durante el terrorismo de Estado que se inició con López Rega y sus secuaces y recrudeció luego con el advenimiento de la sangrienta dictadura militar.
   Porque como si la trascendencia de una criminal política represiva fuera más o menos importante según el número de víctimas, es ofensivo hacia la historia y el dolor de los familiares, que el propio Presidente de la Nación haya planteado sus dudas que van desde nueve mil a los declamados 30 mil que sostienen las organizaciones defensoras de los derechos humanos, de al menos uno de los sectores aún en pugna.
   Imponerle un sentido cuantitativo a la medida del luto es menoscabar una lacerante realidad que todavía nos abruma en el momento de la evocación o en el simple ejercicio de la memoria.
   Trasladando esa manera de pensar, evaluar y analizar veremos que a la hora del saqueo y del latrocinio que se perpetrara contra las arcas del Estado en los últimos años, llegaremos a la convicción que los millones y millones de pesos que fueron a parar a las manos y los bolsillos de los ávidos funcionarios corruptos, sus amigos y sus cómplices, tendría idéntica gravedad si el robo se hubiera limitado a un puñado de billetes.
   En la vida, no todo se mide por la cantidad y equivocarse en tal sentido es para pensar que lo que se busca es disfrazar la realidad en los dos casos: el de doña Hebe y el de Mauricio Macri.
   Todo se clarifica si tomamos en cuenta las sabias palabras de Aldoux Husley: “Los hechos no dejan de existir por el simple hecho de que se les ignore”.
  
EL INMOBILIARIO RURAL


   Una de las maneras más elegantes, poco ruidosas pero altamente efectivas para aumentar la presión impositiva sin aumentar el porcentual de los tributos, es revaluando las propiedades, porque se paga siempre teniendo en cuenta su valor fiscal.
   En tal sentido el campo se venía beneficiando por la inmovilidad de las tasaciones de sus fundos y viviendas, razón por la cual no era poco el dinero que no entraba a las exhaustas arcas provinciales, sujetas últimamente a tantos manejos poco claros y la asignación de partidas para remiendos tales como caminos y otras obras, que pudieron haberse evitado.
   Las bases imponibles de la propiedad muestran una brecha que supera el 1300 por ciento entre el tributo urbano y el rural y la actualización fiscal que se está estudiando ahora, se aplicaría con el buen criterio de la progresividad para no hacerlo tan gravoso.

   Aunque las entidades del campo sostienen que desde más de un lustro atrás aportan más por otras cargas que no se aplican en las ciudades, han entrado en un atendible estado de alerta.
   Las tierras rurales del territorio cordobés producen enormes utilidades y los impuestos que por ellas se pagan están visiblemente desactualizados y si se trata de sincerar los valores fiscales frente a situaciones francamente ridículas, en buena hora porque según se comenta, tal medida sería paralela con una baja en el impuesto a los bienes personales.
   En definitiva, ya es hora que toda la economía entre a una etapa de sinceramiento, como la mejor manera de saber sobre qué estamos parados, que es la mejor base para aspirar a una mejora, también gradual, de la comprometida situación económica que atraviesa el país.

CLAVES DE NUESTRO SOSTENIDO CRECIMIENTO


   Quienes tenemos a cargo la diaria tarea de “alimentar” al blog www.gonioferrari.com más allá de los contenidos del espacio radial de cada domingo, asistimos con una mezcla de sorpresa y enorme satisfacción, a su  marcado crecimiento. El hecho de haber superado las 700.000 vistas -con una medición que realiza Google sin intervención del Indec- nos ubica en una posición de prevalencia con un alto promedio de consultas.
   No es casual la incorporación de publicidad en dicho espacio, lo que se alcanza cuando accede a los altos niveles de audiencia que se han logrado en base a la tarea periodística, las ilustraciones y el formato que día a día irá mostrando a partir de ahora ciertas innovaciones e incorporación de secciones como por ejemplo videos de entrevistas de archivo, buena música y sitios para la realización de consultas.
   Este objetivo hubiera sido inalcanzable si no mediara la activa participación de la gente, que cada domingos a las 21 ya puede consultar el espacio difundido por la tarde a través de AM580 Radio Universidad de Córdoba, a cuyas autoridades agradecemos nos hayan renovado su confianza por un ciclo más.
   Haber alcanzado “Síganme los buenos” el segundo lugar (29,25%)  en el segmento horario de acuerdo con la medición anual de Ibope, a escasos ocho puntos del líder que es Cadena 3 (37,70) y superando a Radio Nacional (16,57), Radio Mitre (10,59) y Radio Sucesos (5,89), es para considerarlo casi un triunfo habida cuenta de la prolongada supremacía de la Cadena 3 en todos los horarios.
   Seguimos en marcha después de haber superado incomprensiones e instancias críticas que en lugar de abatirnos nos fortalecieron en la lucha por brindar honestidad periodística en un escenario de disenso.
   No somos muchos quienes asumimos la maravillosa tarea de comunicar a través de la radio con “Síganme los buenos” y en el blog de permanente actualización. Pero unos y otras lo hicimos con el cariño que es necesario incorporar a los proyectos sanamente ambiciosos, porque nuestra pasión es progresar y elevarnos en la consideración de la gente.
   ¡Mil gracias de todo corazón y desde el alma, a todos los que nos siguen, nos alientan y hacen posible que sigamos creciendo!

LA MUNI NECESITA RECAUDAR


    Debe ser sumamente complicado equilibrar el presupuesto de una Municipalidad como la de Córdoba, que tiene una planta de personal, contando los cargos políticos, que supera los 11 mil empleados y la masa salarial se lleva algo así como el 60 por ciento de lo que se recauda.
   De esa manera y desde hace tiempo, se vienen haciendo malabares que llevan al inevitable y abultado endeudamiento porque la gente reclama servicios y obras postergadas porque hay que cumplir con los sueldos, embates y caprichos de un gremio insaciable a cuyos dirigentes poco le importan la ciudad y los vecinos.
   Pese a que el cordobés es bastante buen cumplidor en el pago de impuestos, ya no es cuestión de remolonerías sino de la imposibilidad de abonarlos porque en el hogar se plantean prioridades como alimentación, salud, escuelas, indumentaria y otros rubros mucho más justificables que la ausencia de obras y las prestaciones de servicios, anestesiadas siempre por algún motivo.
   El mecanismo de las reiteradas moratorias, injusto premio para los incumplidores ya no alcanza y lo que se impone es recaudar de cualquier manera y por eso vemos la intensificación de controles, especialmente en el tránsito, acerca del cumplimiento de la inspección técnica vehicular, los papeles de los coches en orden, el pago de la patente, la vigencia de la licencia para conducir y otras exigencias que de no estar satisfechas, generan la multa respectiva que eso si, ha trepado inusitadamente en sus valores.
   Pero si miramos con objetividad el drama interno de la Muni donde nunca alcanza el dinero, debiéramos convencernos de una gran verdad: el presupuesto nunca alcanzará si el cargo de empleado municipal sigue siendo botín de guerra de cada intendente que se aposente en el sillón mayor del palacio 6 de Julio.

MÁS SOBRE LA MEGACAUSA


   La investigación de la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, que encontró un grupo de personas que cometían estafas con inmuebles aprovechando vínculos con la Institución es excelente, pero no se entiende ni resulta loable, el hecho de haber transformado a ese grupo y a cualquiera que pasara cerca, en una inmensa fábrica de juicios y condenas.
   Cada hecho investigado se desmembró en cientos, y así, cualquier pobre secretaria, empleado, tramitador, conocido, familiar, proveedor de celular, profesional consultado, (a excepción de parientes o amigos del Poder Judicial de Córdoba) fueron convertidos en partícipes necesarios de alguna causa, por estar en una agenda, en un teléfono, vivir cerca o cumplir un mandado, conformando una gran bolsa donde se castigó por igual a culpables e inocentes.
   El primer enjuiciado y autor confeso de varias estafas, de apellido Cerdá, fue sentado en el banquillo alrededor de 40 veces, acumulando una condena de aproximadamente 150 años.
   Es curioso, extraño y lamentable que a lo largo de una década se continúen gastando los raquíticos recursos judiciales en las mismas personas, mientras se desatienden asuntos de muchísima gravedad.
   ¿Cuál es la finalidad que se persigue? No se necesita ser abogado para saber que lo lógico sería un juicio justo, cumplir condena si corresponde, buscar la reinserción y ¡¡ya!!
   Pero este despliegue, promocionado por muchos medios como grandiosa megacausa, resulta muy oscuro, a la vez que mediocre y miserable en  su provisión de Justicia.
   Para encontrarla deberemos esperar  que otros ojos, objetivos, imparciales y honestos vuelvan a revisar cada caso…acá o más allá de nuestras fronteras.

DIRIGENTES SINDICALES, LOS
PARIENTES DE LA ETERNIDAD


   Políticos y funcionarios están obligados a presentar una declaración jurada de sus bienes, que en buena proporción de casos son “dibujos” que enmascaran posesiones que con tiempo ya fueron “desviadas” a escondrijos familiares o de testaferros o “prestanombres”. El trámite debe hacerse -según me comentaron los que saben- al asumir y al finalizar la gestión o sus respectivos mandatos.
   En el caso de los dirigentes sindicales, en verdad es parte de mi desconocimiento si están obligados a la presentación de sus estados patrimoniales al hacerse cargo de la conducción y al dejarla, aunque esto suele darse por alejamiento sin regreso, después de haberse transformado en un buen porcentaje de casos, en prósperos empresarios con el futuro asegurado al menos para un par de generaciones.
   Si no hay ley que obligue a los “capos” del sindicalismo a cumplir con ese juramento, bueno sería que a algún legislador se le ocurriera elaborar un proyecto en tal sentido, llevarlo al parlamento y buscar su unánime aprobación.
   Y si ya existe, procurar hacerla cumplir y divulgar sus resultados.
   De lo contrario, se estarían consagrando un privilegio y un encubrimiento realmente inadmisibles.

LOS DEPORTISTAS OLÍMPICOS ARGENTINOS



   Sorpresas, desencantos, triunfos y derrotas jalonan cualquier edición de los juegos olímpicos que desde la vieja Grecia se recrean ahora cada cuatro años en algún punto del planeta, que hoy le tocó a Rio de Janeiro ciudad símbolo por lo maravillosa.
   Y la delegación argentina, compuesta por algo así como 400 deportistas, viene teniendo un desempeño ciclotímico que va desde el oro hasta el papelón por improvisación como lo fue el caso de nuestra selección de fútbol, que no le hace un gol ni al arco iris.
   Pero para mitigar ese dolor que nos golpeó a todos, están algunos ejemplos de sacrificio y éxito como la pequeña judoka de pechito dorado, la fantástica entrega física de Del Potro y sus tres exigentes partidos jugados dentro del marco de 24 horas, el triunfo del equipo de básquetbol en los últimos segundos del tiempo reglamentario y luego de dos suplementarios, precisamente ante el dueño de casa, lo de las Leonas, lo de los pibes del volley y algún otro destacado deportista que se me hubiera pasado por alto.
   Estamos hablando de deportistas amateurs, salvo los casos del fútbol y del básket cuyos jugadores reciben abultadas sumas de dinero en su desempeño dentro de distintos clubes.
   Es entonces que surge la comparación y la afirmación inevitable: cuánto progresaríamos en el mundo del deporte y en cada olimpiada, si a las monstruosas cifras que el Estado paga al fútbol -cuyos dirigentes y practicantes son empresas personales- si esas partidas se asignaran para el perfeccionamiento de los deportistas amateurs y en este caso es válido el modelo cubano.
   A lo mejor el tiempo convence a las autoridades que es necesario subvencionar a los amateurs antes que seguir engordando a los ricachones.

HOMENAJE A LA MEMORIA DE SAN MARTIN


   Las versiones escolares sobre la vida y la obra de José de San Martín, por allí no encajan con lo que fue la realidad del Padre de la Patria.
   Se sabe que nació en los últimos días de febrero en Yapeyú, de donde un par de años atrás habían expulsado a los jesuitas.
   Seguramente los únicos españoles de por allí eran don Juan de San Martín, designado allí por la corona gobernador intendente, y su familia.
   El enclave era tan poco acogedor, que no se sabe si el nombramiento representaba un premio o un castigo.
   El matrimonio no era noble ni mucho menos porque doña Gregoria Matorras no aportó dinero ni alcurnia, vivieron y murieron en un marco de pobreza.
   José de San Martín fue hijo de carenciados, no tuvo sangre azul, cuna de oro ni privilegios y hasta se rumoreaba que era hijo de una india.
   Los libros de la primaria sostenían que San Martín era hijo de nobles y debía casarse con una dama de la sociedad porteña y por eso es que se casa con Remeditos, hija de un comerciante ligado a intereses británicos.
   No se dice, pero la familia de ella cuestionaba esa relación y tanto fue así, que al pariente lo nombraban despectivamente  como plebeyo, soldadote, indio o el tape.
   Cuentan que una vez, cuando los Escalada no invitaron a que se sentara a la mesa familiar el asistente de San Martín, el Libertador se instaló en la cocina para comer con él.
   Y cuando le regalaron un costoso ajuar a la novia, hizo que lo devolviera al considerar que la esposa de un soldado no necesitaba tales lujos.
   San Martín formó el Regimiento de Granaderos a Caballo, lo armó y adiestró uno a uno a oficiales y soldados.
   Lo integró con gauchos, indios oriundos de su tierra, artesanos y algunos marineros varados en el puerto de Buenos Aires y después incorporó a un grupo muy reducido de jóvenes de la alta sociedad.
   A este ejército de composición popular se agregaron en Mendoza algunos escuadrones de negros, ex esclavos.
   En el actual norte argentino, San Martín hizo buenas migas con otros grandes revolucionarios de la época como Manuel Belgrano y Martín Güemes, ambos despreciados por los poderosos.
    Fue con Güemes que acordó una táctica de pueblo en armas para contener a los realistas que se proyectaban desde el Alto Perú.
   Con Belgrano, abogado y economista, hizo buena amistad y recibió experimentados y oportunos consejos para la lucha contra la minoría conservadora, provinciana y porteña y los libros de la primaria omiten por ejemplo, que Güemes fue muerto por una partida realista, a la que Martín Miguel fue entregado por la oligarquía salteña.
   El guerrillero patriota irritaba a los grandes terratenientes, ya que la aplicación de la Ley Gaucha, una especie de reforma agraria en medio de la guerra, era perjudicial para sus consolidados intereses.
   Tanto se acosó a Manuel Belgrano, que murió pobre y abandonado, cuando había dado generosamente su fortuna a la causa revolucionaria
   Y cuando en la ciudad puerto las masas populares se levantan contra los déspotas de Buenos Aires, los poderosos convocaron al Ejército de los Andes para reprimir a los insurrectos pero San Martín se niega; no acepta ser verdugo de su pueblo y esa desobediencia le cuesta la enemistad de la oligarquía rioplatense.
   En la proclama de 1820 a sus soldados, entre otras cosas San Martín dijo “la guerra tiene que hacerse como podamos, si no tenemos dinero, carne ni tabaco y cuando se acaben los vestuarios nos vestiremos con balletillas que nos dejen nuestras mujeres y si no, andaremos en pelotas, como nuestros paisanos los indios.
   Seamos libres y lo demás no importa nada.
   Compañeros, juremos no dejar las armas de las manos hasta ver el  país enteramente libre, o morir por ellas como hombres de coraje”.
   Después el penoso exilio y la muerte.
   Fue en Boulogne-sur-mer, de hoy hacen casi 166 años.
   En estos datos, por supuesto que coinciden los libros.
   Desde entonces, ¡cuánta falta nos hace un San Martín!

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