Desgrabación de los comentarios del periodista
Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 07-08-16 que emite AM580
Radio Universidad de Córdoba.
HEBE, LA EX REBELDE
No caigamos
a la torpeza revisionista de cuestionar lo que hicieron con sus armas y sus
ideas los románticos hijos de doña Hebe, ni plantear dudas acerca de eso que
tanto hablan sobre la supervivencia de la que estarían gozando en Europa,
porque sería -dicho con toda justicia- restarle méritos a la lucha por los
derechos humanos de esta señora, quien para no pocos es un símbolo.
El problema
radica en la coherencia o no de sus actos; en el respeto o la costumbre del
insulto; en el pedido de verdad y memoria, cuando su visión de la historia es
parcial, mentirosa y manipulada al antojo y acomodo de su ideología.
Porque en
realidad y con el tiempo, tanto la memoria como la historia guardarán a las dos
Hebe: la luchadora a brazo partido contra las dictaduras -no todas- y por otro
carril, su condición de empresaria de un emprendimiento social en el que
emparentó a dos justiciados parricidas en una temeraria actitud de
sobreprotección, que terminó en la sospecha de una asociación ilícita voraz y
desvergonzada, para la administración de dineros que no eran propios sino de la
gente.
La Justicia
no la citó ya por segunda vez en su carácter de adalid de los derechos humanos
sino por los desmanejos y el desvío de fondos en el plan de viviendas “Sueños
compartidos” que terminó siendo una pesadilla, originariamente sustentado en
una solidaridad que se evaporó, corporizándose después en el dispendioso lujo
que al amparo de la impunidad de entonces lució Sergio Schoklender, su
amadrinado.

La convocaron
por otro tema, pero ella que viene arrastrando esa vieja costumbre de
victimizarse, encontró una manera ideal de sentirse perseguida, acosada y
acusada e hizo todo lo posible para que llegaran a conducirla “por la fuerza
pública” para generar escándalo, cuando es un deber cívico responder con la
presencia y no esquivar a la Justicia.
Para ella
todo el que no comulga con su manera de pensar es un fascista y llegó a decir
que los que fueron a pelear en Malvinas debieran haber muerto, sin olvidar su
escatológica y asquerosa performance teatral en la que participaron sus
seguidores, tomando como baño el frente y el altar de la Catedral de Buenos Aires,
aunque esa vergüenza internacional fue casi ignorada por el Papa Francisco.
Disponer en
beneficio propio o de terceros de los fondos públicos asignados a un destino
social es un delito, y doña Hebe pese a sus años en los que muchos justifican
sus desequilibrios emocionales y su incontenible verborragia a veces cloacal,
tiene la obligación de responder dejando de lado las especulaciones y sus
enfoques personales que descalifican a la Justicia.
Que no olvide
esta doña, que es un trámite con el que se busca esclarecer maniobras que
ocasionaron daño, tristeza y mayor marginación a quienes resultaron afectados
por la angurria y el saqueo de que resultaron víctimas.
Indignación
provocó ver que legisladores nacionales de militancia kirchnerista, artífices
de las leyes, se abroquelaran en torno de doña Hebe para ayudarle a infringir
la ley.
Finalmente
anunció que se presentará a declarar y es de esperar que cumpla con el trámite.
Nadie por
ahora le reclama por los mártires inocentes -más allá de quienes vestían
uniforme militar y eran parte del terrorismo de Estado- inmolados en nombre de
una apetencia de poder a través de las armas.
Esa es otra
historia escrita con sangre y aún pendiente de Justicia.
POLICÍAS
A LA VISTA
Los policías en las comisarías o en los
cuarteles a los que pertenecen no sirven para la acuciante necesidad de
prevención que tiene la sociedad cordobesa, y a esa situación la padecíamos
desde tiempo atrás por la carencia de una auténtica política integral de
seguridad.
Tanto machacar y machacar con el mismo tema,
de algo sirvió porque en la actuación de la policía se advierte un importante
giro que dejó casi en el olvido aquel apiñamiento en las oficinas en desmedro
del patrullaje que es el mejor ahuyentador contra la gente del hampa.
Volver a las viejas rondas barriales sin
esos absurdos cambios de personal que no se terminaban de adaptar a un
escenario cuando los cambiaban, es una saludable medida porque el policía se
integra al barrio; es parte de su paisaje y se incorpora a una relación más
estrecha con los vecinos.

En la lucha contra el narcotráfico, si bien
no se advierte que hubiera alcanzado la intensidad necesaria, al menos se
conocen algunos procedimientos exitosos en el ataque al comercio de droga al
menudeo, o sea atacando el mal desde abajo hacia su cúpula.
Es probable que evaluando estadísticas
alimentadas por los medios periodísticos, no sean tan notables los progresos,
pero entendamos que con solo estabilizar el número de hechos delictivos el
nuevo estilo de protección ciudadana debe ser considerado casi como un triunfo.
Son el tiempo y los presupuestos que
alcancen, los elementos básicos para que recuperemos la seguridad perdida.
EL GORDO MESA, DE VIAJE
Juan Carlos Mesa mantuvo un estrecho amor
con Córdoba, esta Córdoba que lo vio crecer, proyectarse hacia las luces y
escenarios porteños y luego triunfar, lo que no es sencillo para un
mediterráneo en medio de aquella jungla que siempre es impiadosa con los
invasores provincianos.
Desde El despertador por la vieja Radio
Splendid que ahora es nuestra radio, el Gordo Mesa fue un suceso que se dio el
lujo de elegir para quien hacer libretos para hacer reir sin apelar a la
política o al sexo, que es lo más fácil.
Y así los favorecidos entre otros fueron
Pepe Biondi, Jorge Porcel, Alberto Olmedo, Tato Bores, Joe Rígoli y Juan
Verdaguer, aunque Mesa incursionó también en el tango, escribiendo un vals cuyo
nombre no recuerdo, pero que grabó el Polaco Roberto Goyeneche.
Memorables fueron Mesa de Noticias, Los
Campanelli, Humor redondo, La tuerca y otras creaciones en las que intervino la
gracia incontaminada del Gordo Mesa y al respecto pocos recuerdasr que su
hermano Edgardo hacía de agente de policía en La gran vía, un exitoso programa
de la radiofonía cordobesa.
Y menos aún son los que lleguen a recordar
que su papá, don Mesa, era portero cuando esta radio con otro nombre estaba en
el Pasaje Muñoz.
El Gordo, como sostienen en el ambiente de
los escenarios, se fue de gira.
Quiera Dios que ande por allí divirtiendo a
quienes se le acerquen, porque era un tipo extremadamente generoso en brindar
su sabiduría de calle, esa sabiduría en la que solo se diploman los sanos de
espíritu.
Y en ese sentido, Juan Carlos Mesa era todo
un ejemplo.
MORENO, PATOTERO DE LA NOSTALGIA
Amplia y generosa es la definición del término “idiotez” que aporta la
Real Academia Española señalando que se trata de una grave insuficiencia del
desarrollo de las facultades intelectuales, morales y volitivas, que “es de
origen congénito y traduce un desarrollo incompleto del cerebro”.
Agrega otras consideraciones entre las que se destacan que “aparte de
las anomalías cerebrales, en los idiotas se observan algunas deficiencias
…movimientos convulsivos incontrolables y que pueden presentar tendencias
destructoras … no son curables y sobre ellos no actúa el tratamiento
psicopedagógico, cerrando la explicación al consignar que “cuando la idiotez no
es total puede enseñárseles a valerse por si mismos por lo menos para lo más
elemental e indispensable, siempre que se los vigile, si es que presentan
tendencias destructoras”.
Guillermo Moreno, encumbrado funcionario del esplendor “K”, supo viajar
a Angola creyendo que los africanos pobres, desnutridos y de pocas ropas usar,
le iban a comprar los tranvías y las cosechadoras de cartón que llevaba como
muestras, acompañando una nutrida (como todas) misión oficial argentina
encabezada por La Que Quiere Volver.
Las máquinas agrícolas que llevaron al continente negro eran de cartón y
procedían de una fábrica que por entonces, año 2012, ya estaba en proceso de
quiebra.
El mismo Moreno, con rango casi de super ministro, manejó la economía
del país durante algunos años y fue el inventor del cotillón anti Clarín que
consistía en cartelería, globos, medias, llaveros y encendedores que lucían la
inscripción “Clarín miente”, con cuyos afiches también había empapelado su
despacho oficial.
Cruel, atropellado, vehemente patotero con quienes tenían la “suerte” de
llegar hasta su escritorio para que les permitiera abrir parciales
importaciones, con lo que evitarían caer en la inactividad industrial y sus
consecuencias sociales y laborales, se consideraba el dueño absoluto de la
verdad.
Violento, intolerable y prepotente, no supo explicarle a un economista
hace pocas horas en un programa televisivo, cómo era eso de reconocer durante
su actuación oficial una inflación del 10 por ciento, cuando el sueldo del
funcionario se había incrementado en un 30.
Abandonado por los argumentos, el que fuera una de las principales
“espadas” del kirchnerismo desde su apogeo hasta la decadencia, no tuvo otra
alternativa que actuar como pandillero al que le han insultado la madre y la
emprendió con denuestos a quien civilizadamente le reclamaba una respuesta,
después de sostener que las cifras de años atrás eran una mentira.
Moreno se levantó de su sillón y amenazando con su índice trató de
“idiota” a quien le pedía definiciones técnicas y políticas que el loquito no
encontró en su repertorio de imbecilidades que tiene instalado en lo que le
queda de cerebro y hasta se erigió en “propietario” del programa televisivo
vociferando la “expulsión” del periodista economista.

Y si Moreno fuera equilibrado como para reconocer su indisimulable
idiotez que pretende advertir en el prójimo, se inclinaría por insertarse en el
sector de los inútiles, a la luz de los resultados que arrojara su lastimosa
gestión.
Porque con su personalidad y sobreactuaciones rayanas en la demencia, ni
siquiera sería bienvenido entre los idiotas útiles.
LA MEGACAUSA Y LA HISTORIA
En 1877 la escritora, periodista y abogada
española Concepción Arenal escribió y lo voy a leer textualmente: "Imponer
a un hombre una grave pena, como es la privación de la libertad, una mancha en
su honra, como es la de haber estado en la cárcel, y esto sin haberle probado
que es culpable y con la probabilidad de que sea inocente, es cosa que dista
mucho de la justicia”.
Pero no quedó allí el asunto, porque
Concepción en su trabajo Estudios Penitenciarios agregó: “Si a esto se añade
que deja a la familia en el abandono, acaso en la miseria; que la cárcel es un
lugar donde, si no es muy fuerte, pierde la salud; donde, si enferma no tiene
conveniente asistencia; donde, confundido con el vicioso y el criminal, espera
una justicia que no llega, o llega tarde, entonces la prisión preventiva es un
verdadero atentado contra el derecho y una imposición de la fuerza.
Sólo una necesidad imprescindible y probada
puede legitimar su uso, y hay abuso siempre que se aplica sin ser necesaria y
que no se ponen los medios para saber hasta dónde lo es".
¡Cómo si hubiera evaluado la causa del
Registro! Los Tribunales de Córdoba, con la prisión preventiva sistemática
impuesta a los imputados en esta causa, por mera presunción, sin
ningún pesar por manchar su honra, dejando familias en el abandono y la
miseria, y arrancando la salud y hasta la vida, reproducen, como detenidos en
el tiempo, el atentado y el abuso reprochado hace más de un siglo.
A lo mejor a eso lo confunden con su justicia.
LOS BIENES OCULTOS
Pispiando los diarios,
estuve leyendo que no son pocos los funcionarios que aún no han hecho públicas
sus declaraciones de bienes, a esas que les llaman “juradas” pero que suelen
ser motivo de algunas omisiones no siempre involuntarias.
Al ser una obligación, es para suponer que
el trámite es exigible de cumplimiento y que existirían plazos para hacerlo,
pero los olvidos a veces son tan prolongados que la gente también se olvida de
las cuentas pendientes de muchos dirigentes de la política, que zafaron hasta
la terminación de su mandato o el pase a la inactividad.
¿Sirve de algo esa planilla donde juran
tener eso y nada más en ahorros, viviendas, inversiones, vehículos y otros
bienes, más la confesión de deudas?

Esto ha ocurrido, está ocurriendo y ocurrirá
siempre, sin hacer distingos de banderías ni inclinaciones ideológicas, por la
simple razón que aquí no existe la aconsejable práctica del seguimiento
patrimonial de quienes dejan el poder.
Cuando ello ocurra -posiblemente nunca
porque los intereses son cuantiosos y apetecibles- podría llegar a repetirse
algún ejemplo como el de Arturo Umberto Illia, que dejó la presidencia por
desalojo militar, más pobre que cuando asumió y hasta tuvo que vender su viejo
autito para subsistir.
Después de ese modelo, en la política
argentina se dieron el cómplice placer de romper el molde.
PARETO, GRAN EJEMPLO EN MINIATURA
Escaso metro y medio, la mitad de mi peso,
un corazón enorme y un temple de hierro, destaca la pequeña y gran figura de
Paulita Pareto, una yudoca que se dio el gusto de vencer a una de las
inventoras de ese deporte, porque creo que era japonesa.
La primera medalla de oro conquistada por
una argentina en toda la historia de los juegos olímpicos, la primera en Rio
2016 y la primera en el día inicial de las disciplinas en la “cidade
maravilhosa”, donde todo es alegría pese a la crítica realidad del país
anfitrión, en una demostración de la independencia que existe entre el deporte
y la política.
La Peque Pareto, que dicho sea de paso es
médica, se ha erigido en ejemplo de constancia, dedicación y sacrificio más aún
cuando cuenta las visicitudes para cumplir con sus dos inclinaciones en la
vida: ser yudoka y no descuidar su profesión porque es fanática de ambas.
Es una ternura verla en dos actitudes
recientes: su emoción en lo alto del podio al cantar el himno y ver ascender
nuestros colores patrios, llorar y eso de morder la medalla para cerciorarse
que es oro.
Un ataque de inocencia que la pinta de
cuerpo -bah, de cuerpito entero- como modelo a seguir por quienes se empeñan en
alcanzar una meta.
Parece mentira, con un metro y medio y 48
kilos, que sea tan grande y ejemplar, casi como un monumento a la humildad.
La humildad de los elegidos.
HERMOSEAR CADA BARRIO
Cada vez que debo reconocer y resaltar mi
condición de cordobés, pública o privadamente, proclamo que Argentina es mi
país pero Córdoba es mi Patria.
Y dentro del territorio de los afectos de
cada uno, el barrio es el lugar donde se vive, se sufre, se goza, se enamora,
se divorcia o se muere, pero es esa la pequeña geografía que nosotros tenemos.
Nada mejor entonces que embellecer esa parte
del alma individual que es el barrio, la calle de uno, los rincones más
escondidos que atesoran secretos y vivencias de toda una vida.
La mejor manera de hacerlo es en complicidad
con los vecinos que tengan el mismo placer se sentirse felices por el escenario
de su vida como tales, es decir cuidar las veredas, mantenerlas limpias, no
abandonar los frentes y procurar iluminar allí donde el Estado muestra la
desidia de su ausencia.
En la calle Fragueiro de Alta Córdoba, muy
cerca de una de las plazas más concurridas de la ciudad, un grupo de pobladores
de ese sector ha empezado a encarar una tarea en tal sentido y ya verán que
para la primavera y el verano, habrá cambiado la fisonomía solo con el placer
de innovar y embellecer.
Es para rogar que cuando llegue esa
concreción aquel Estado ausente no lo impida o lo trabe, y sea imitada por
otros barrios y otras calles, para que cuando les pregunten donde viven, tengan
el placer de contestar que son felices pobladores de un pedacito de hermosura,
orden y limpieza que entre todos supieron conseguir.
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