Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” del 04/12/16 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.
EL ESTADO, ESE OCULTO CARTERISTA
En el apretado interior de un ómnibus
donde están prohibidos los roces o en la marea humana de una urbana
concentración de gente, el riesgo que algún carterista nos meta uno de sus
hábiles "ganchos" en el bolsillo, se multiplica si la indemnidad lo
acompaña como por ejemplo la complicidad de quien nos empuja o nos distrae,
para que el "caco" haga su faena, que suele ser tomada como un
"trabajo" por los amigos de lo ajeno.
Pero cuando es el Estado, supuestamente
protector, el que impunemente y apoyado sólo por sus personeros te mete no una,
sino ambas manos en los bolsillos, es que el ciudadano más allá de la lógica
bronca, sufre la agresión de un elemento -la insensibilidad social- para
la cual no existen la prevención ni los remedios.

De un solo golpe los cordobeses ya
estamos poniendo ambas mejillas para recibir un par de traicioneros sopapos, o
si se prefiere, que el carterista nos haga víctima de un doblete robándonos de
dos bolsillos al aumentarnos desmedidamente los precios de la electricidad y
del boleto del transporte urbano.
El caso de la EPEC ya es crónico por
ineptitud en su administración, y del servicio de ómnibus y troles, por la
evidente complicidad gremial-empresaria agravada por la ciclotimia municipal a
la hora de aplicar los legales e imprescindibles correctivos.
Los directivos de la empresa eléctrica
seguirán cobrando esa anual e inmerecida "bonificación por
eficiencia" por proveer el servicio de dudosa calidad pero el más caro del
país, al igual que los empresarios del transporte regulando a su antojo las
frecuencias para engordar sus utilidades, con el beneplácito sindical lo que
lleva a una conclusión que para nada beneficia a los usuarios: el boleto más
oneroso de Argentina y los mejores sueldos a los choferes, para una prestación
en muchos casos lamentable.
Un estado como el cordobés,
selectivamente dispendioso hacia adentro y amarrete hacia la sociedad, no es
correcto que gaste más en vender una imagen de eficiencia que no tiene, en
comparación a lo que debiera erogar para mejorar la calidad de vida de sus
ciudadanos, casi como un remedo a la situación nacional -de donde surgen todas
las políticas de Estado- que no encuentra el rumbo correcto, al menos el que
tanto se anunció en la campaña precomicial.
Y así, con una base de insensibilidad, es
imposible superar cualquier crisis que pueda ser tomada como rémora a la hora
de los pretextos o de asumir responsabilidades por equivocación o por omisión.
Miremos el panorama con la honestidad de
la autocrítica descarnada para no terminar siendo devorados por la certera apreciación
de Frossard: "En su incomparable cobardía, la sociedad contemporánea
prefiere legalizar los errores antes que combatirlos".
¿TIRONES DE OREJAS EN
CHAPADMALAL?
El Presidente, sus ministros, la gobernadora de Buenos Aires y otros
altos funcionarios participaron de una especie de “retiro” en la localidad
costera de Chapadmalal, con el anunciado propósito de analizar el primer año de
la gestión.
En este tipo de encuentro, que por lo general sirven para el borrador de
una pública y necesaria rendición de cuentas, suelen darse algunas
circunstancias políticas que provocan reacciones, las que a su vez originan
renuncias, enroques y otras alternativas.
Naturalmenmte las expectativas se centraron en los eventuales relevos
que podrían darse dentro del gabinete nacional y en los lugares más sensibles
de la administración macrista, especialmente en las areas de economía y en
seguridad.
Sin embargo las informaciones que surgieron desde el seno del encuentro
no hablan de cambios ni de correcciones, lo que de por si para muchos sectores
de la vida argentina ha sido un duro golpe en función de los rumores que en tal
sentido habían ganado fuerza en los últimos días.
La verdad y por mera intuición, es para pensar que se buscó
desdramatizar la compleja situación nacional llevada a extremos de riesgo, lo
que se potencia frente a una escalada opositora tendiente a instaurar el miedo
con rumores de saqueos e infantiles alusiones al helicóptero.
Y si nos llevamos por recientes declaraciones del titular de Economía,
bueno sería que hiciera conocer los fundamentos de algunas de sus apreciaciones,
sobre todo las que tienen que ver con la recuperación del empleo, la baja en
las tasas de interés y la certeza con que sostuvo que en el 2017 habrá un
crecimiento del consumo y que por ahora no le preocupan la inflación ni las
alternativas en el valor del dólar, que alcanzó su máxima cotización de los últimos
5 meses ubicándose alrededor de 16,15 por cada billete verde.
Seguramente Prat Gay no puede olvidar que en los días cercanos a la
curiosa transmisión del mando presidencial, que como se recordará fue un himno
al desprecio dadas las notorias ausencias a las ceremonias principales, la
moneda norteamericana estaba por encima de los 17 pesos y que en 2003 había
cotizado a modestos 3 pesos con 50 centavos.

Se achican los tiempos de las excusas, eso es cierto, como tampoco es
mentira que los milagros no existen, que son privativos de los catecismos, que
es imposible edificar con cimientos de escombros y que desde algunos sectores
de los nostálgicos “K” han asumido la postura golpista que le endilgaban,
cuando eran gobierno, a la oposición de entonces.
Es probable que lo de Chapadmalal haya sido un encuentro para consolidar
posiciones, rendir íntimas cuentas y jugarse por la continuación de un modelo
coherente en su lucha contra un pasado reciente del que no nos podemos
enorgullecer.
O también, que ahora se busque que la sociedad amplíe los plazos de su
paciencia, rechace las agorerías y tenga presente que las ansiedades son la
resultante de no contar con las soluciones mágicas que se habían anunciado.
Porque en política la magia no existe ni Mandrake forma parte del
gobierno.
SEP: UNA PROTESTA QUE DESORIENTA
Por lo hablado, anunciado, mentido y especulado, el tema del bono
provincial más se asemeja a un gigantesco campeonato de truco que a la realidad
que necesitamos dilucidar los cordobeses, al menos los empleados tanto
estatales como privados.
Hay extremos en tal sentido que son cercanos al delirio pese a la
seriedad, por caso, de lo adelantado por la provincia de San Luis, que
entregará a sus dependientes nada menos que 7.500 pesos a cada uno antes de
finalizar el año.
Pero en el otro escenario, en el sindical, el pedido de los petroleros
roza el absurdo o se trata de una encubierta declaración de guerra por lo
imposible de satisfacer si nos ajustamos a la realidad económica del país: el
pedido es un bono de 25 mil pesos para cada empleado de dicha actividad.
Pero viajando a nuestro territorio, todavía no se conoce cuál será la
palabra definitiva, que concilie las apetencias de los que exigen y las
lloronas disponibilidades de los que gobiernan aunque se empecinen en anunciar
que pagarán alrededor de 2.500 pesos que los laburantes no aceptarán.

Y al menos curiosa es la actitud de la dirigencia sindical vinculada a
las actividades oficiales, porque es como si de paso y ya que están, esta pelea
les sirviera para recrear la interna que viven dentro de las CGT a la que quisieron
unificar, en alguna medida lo hicieron pero es poco lo que se nota.
La provincia, al igual que lo hiciera con el escamoteo de importantes
sumas a los jubilados a través de una perversa interpretación matemática de las
liquidaciones, caerá a la casi discriminación estableciendo odiosas escalas de
merecimientos cuando a los únicos que debiera exceptuar del bono es a los
miembros de la Justicia, a los delegados gremiales, a los legisladores y a toda
la planta de funcionarios de
subsecretario para arriba.
¿Sería acaso una actitud discriminatoria?
Es probable que pueda ser tomada como tal, pero encerraría, al menos,
algo de justicia distributiva.
LA GLORIA Y EL LUTO
Dos acontecimientos
diametralmente opuestos en sus consecuencias vivimos en los últimos días, con
relación al deporte: la prolija victoria de nuestro equipo nacional de tenis en
la lejana Zagrev conquistando la codiciada Copa Davis y el terrible accidente
aéreo en territorio colombiano que se ensañara con el simpático y promisorio
conjunto brasileño de Chapecoense, que se aprestaba a disputar la final de un
torneo americano.
Para el ciudadano
común, amante de las disciplinas del músculo, un durísimo golpe por la
antagónica magnitud de ambos acontecimientos que en pocas horas trasladaron la
alegría del festejo a un pavoroso escenario de tragedia, lágrimas y luto.
Y ahora con la
mente serenada y el corazón a su ritmo habitual, estamos en mejores condiciones
de dimensionar la gesta argentina no tan solo en Croacia, sino a lo largo de
estos últimos años en los que el otrora "deporte blanco" creció para
zafar del corsé que le imponía esa creencia del imaginario popular de ser un
deporte elitista.
Las
frustraciones quedaron atrás, en la bruma de las broncas y en el mal recuerdo
de los desencuentros que tuvieron por escenario la dirigencia y el seno del
propio plantel, en cierta medida ganado por el vedetismo que fue el principal
enemigo de un éxito por entonces merecido y no alcanzado.

Regresar a los
pergaminos de la fama que se creían perdidos será sin dudas tomado como un
premio extra a tanta pasión, a tamaño sentido del compromiso y a esa actitud de
dura lucha contra la adversidad, los dolores, el quirófano y la inactividad insuperable
que fue el peor de los fantasmas que acosó a "La torre" tandilense. Y
si le sumamos las pocas chances que le asignaban al casi ignoto muchacho de
Azul, la dimensión de la hazaña adquiere un nivel histórico.
Ellos fueron
las caras más visibles de la proeza alcanzada por un equipo compacto en sus
principios y en su gestión, siendo un deber asignarle enorme trascendencia a lo
que hicieron los entrenadores, sicólogos, terapeutas, utileros, nutricionistas,
en fin todo el conjunto que en Zagrev llegó a la esperada consagración.

La conmoción
inicial dio paso, con el correr de las horas, a la certeza que el desastre se
pudo evitar, si en su momento la racionalidad hubiera sido parte de la
negociación del contrato con una empresa de dudosa reputación, sin seguro,
desatendido mantenimiento y escasa previsión humana a la hora de calcular
distancias y consumo de combustible.
Ocurrió lo que
pudo haber padecido nuestra Selección de fútbol que utilizó para uno de sus
traslados, 20 días antes, el mismo avión de una empresa venezolana pero con
bandera de Bolivia que operaba desde Paraguay, según se estableció en las
últimas horas.
El dolor no
tiene banderas y no sabe de fronteras, pero se acentúa cuando la toma de
conciencia llega a la convicción que el drama no hubiera ocurrido si mediara en
su momento la racionalidad en todos los factores humanos involucrados.
Alegría por la
guapeza de unos y dolor por la desdicha de los hermanos brasileños se mezclaron
en pocas horas, dejándonos una curiosa y amarga sensación de espanto por una
parte y de hazaña por otra.
El luto
universal frente al calamitoso infortunio de los futbolistas brasileños y de
todas las víctimas de la catástrofe, que al menos sirva para aportar eso tan declamado
como inútil y tardío que es la resignación.
MEGACAUSA Y PERSECUSIÓN

El proceso continúa, siguiendo la ley,
con la elevación a juicio o sobreseimiento y el debate oral o
juicio a manos de un Tribunal imparcial que determinará la inocencia o la
culpabilidad de la persona.
Hasta aquí se conforma la “persecución
penal” con la que el Estado intenta garantizar la Justicia y si bien en la
práctica estos plazos poco se cumplen y hemos naturalizado una mora judicial
que aumenta exponencialmente cualquier tiempo, la lógica impone ciertos límites.
Cuando una investigación celebra
ya más de una década y su fiscal continúa removiendo
aquello mismo que investigó para convertirlo en nuevas causas, citando a
los mismos que ya fueron encarcelados, juzgados y condenados, para un nuevo
juicio por lo mismo, situación que se está repitiendo actualmente en la causa
del Registro de la Propiedad, es claro que estamos ante una situación de persecución, pero con grandes probabilidades de que no sea ni penal ni legal.
La Real Academia Española asocia la
definición del término persecución
con hechos crueles y sangrientos ocurridos en la antigüedad y con el continuo
acoso a alguien, a fin de que sea condescendiente con lo que le solicitan.
En cualquier caso, demasiado lejos de
la Justicia y más distante aún de encontrar la verdad.
ERA HORA DE
INVESTIGAR A BERNI Y CIA.
No hace
falta ser tan memorioso como para que cueste traer al presente aquel detalle
demasiado sugestivo con relación al crimen o suicidio del fiscal Nisman: la
presencia casi inmediata en el escenario de la muerte, del que fuera Secretario
de Seguridad de la Nación, el joven e impulsivo Sergio Berni.
Dicen
los que saben y están allegados a la investigación del caso, que el funcionario
en lugar de ayudar contaminó y alteró la escena del crimen, por cuya razón no
fueron pocas las pruebas con relación al hecho, que desaparecieron o no pudieron
ser tomadas en cuenta.
Se
disculpaba Berni con su estudiada vehemencia con que sólo había cumplido con el
cometido del organismo a su cargo y en tal sentido fueron más las confusiones
que las certezas aportadas, lo que contribuyó sin dudas a dilatar
exageradamente los tiempos para la resolución del sangriento y controvertido episodio.
Es
probable que haya pasado demasiado tiempo desde entonces, que no sería tanto si
recordamos la pereza en la marcha de la causa Amia y de otros muchos y
trascendentes hechos policiales de los últimos años.

Un
cargo gravísimo, aunque en realidad para cuestiones tan trascendentes, lo que
se impone es el habitual compromiso o pacto de silencio entre los que se saben
involucrados en la maniobra.
Liberar zonas calientes y excluir de ellas a
la presencia de las fuerzas de seguridad, es la modalidad más criminal que
alientan los que hacen causa común entre la autoridad y la delincuencia.
Terminar con esa dolorosa y sangrienta práctica marcará algo de progreso
en la lucha contra el hampa, cualquiera sean los que la llevan a cabo, sean
funcionarios o no.
INVASIÓN PERRUNA
EN LA CIUDAD
Antes
en Córdoba eran sólo algunos barrios los que se destacaban por la exagerada
presencia de perros abandonados que constituían peligrosas jaurías que atacaban
a los vecinos y vivían a la pesca de algún alimento que les permitiera
subsistir.
Ahora
no es necesario irse demasiado lejos. En pleno centro, en cualquier esquina, en
cualquier plaza o paseo los vemos en actitud de combate casi permanente,
intentando no sucumbir en una jungla a la que no están acostumbrados, porque en
algún momento fueron el mejor amigo de muchos ciudadanos.
Pero
andan en grupos, de distintas razas y pelajes, de talla minúscula o enormes
perrazos, silenciosos o ladradores, pero todos con la misma actitud de
enfrentar el abandono del que resultaron víctimas.
¿Falta
de recursos de sus amos?
¿Falta
de espacio adecuado para criarlos?

La
tenencia de mascotas debiera ser una actitud responsable, y aquel que quiera
tener una, debe asumir el compromiso de cuidarla, de atenderla, de aportarle
alimento, vacunas y otros mimos, o de lo contrario que se compre un peluche a
cuerda, si quiere, y lo ponga en una repisa.
La
solución no es la impiadosa perrera, sino la castración para evitar la
desmedida proliferación perruna, pero si el Estado hasta en ese aspecto falla,
en cualquier momento habrá más pichichos que habitantes.
No
permitamos la solución final que muchos desalmados proponen, porque los
animalitos, aunque no piensen, merecen ser tratados con dignidad.
La
dignidad, que nosotros seamos caritativos y respetuosos de una vida.
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