4 de diciembre de 2016

S.L.B.: EL ESTADO, ESE OCULTO CARTERISTA - ¿TIRONES DE OREJAS EN CHAPADMALAL? - S.E.P., UNA PROTESTA QUE DESORIENTA - LA GLORIA Y EL LUTO, EN POCOS DÍAS - MEGACAUSA Y PERSECUSIÓN - SERGIO BERNI, A LA JUSTICIA - INVASIÓN CANINA EN LA CIUDAD, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 04/12/16 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.
  
EL ESTADO, ESE OCULTO CARTERISTA
  En el apretado interior de un ómnibus donde están prohibidos los roces o en la marea humana de una urbana concentración de gente, el riesgo que algún carterista nos meta uno de sus hábiles "ganchos" en el bolsillo, se multiplica si la indemnidad lo acompaña como por ejemplo la complicidad de quien nos empuja o nos distrae, para que el "caco" haga su faena, que suele ser tomada como un "trabajo" por los amigos de lo ajeno.
   Pero cuando es el Estado, supuestamente protector, el que impunemente y apoyado sólo por sus personeros te mete no una, sino ambas manos en los bolsillos, es que el ciudadano más allá de la lógica bronca, sufre la agresión de un elemento -la insensibilidad social-  para la cual no existen la prevención ni los remedios.
   En realidad la prevención debiera aplicarse en el momento de votar pero ya está hecho, con lo que el daño adquiere mayor magnitud porque se acentúa por el agregado del engaño basado en la siempre vigente demagogia de los malos políticos.
   De un solo golpe los cordobeses ya estamos poniendo ambas mejillas para recibir un par de traicioneros sopapos, o si se prefiere, que el carterista nos haga víctima de un doblete robándonos de dos bolsillos al aumentarnos desmedidamente los precios de la electricidad y del boleto del transporte urbano.
   El caso de la EPEC ya es crónico por ineptitud en su administración, y del servicio de ómnibus y troles, por la evidente complicidad gremial-empresaria agravada por la ciclotimia municipal a la hora de aplicar los legales e imprescindibles correctivos.
   Los directivos de la empresa eléctrica seguirán cobrando esa anual e inmerecida "bonificación por eficiencia" por proveer el servicio de dudosa calidad pero el más caro del país, al igual que los empresarios del transporte regulando a su antojo las frecuencias para engordar sus utilidades, con el beneplácito sindical lo que lleva a una conclusión que para nada beneficia a los usuarios: el boleto más oneroso de Argentina y los mejores sueldos a los choferes, para una prestación en muchos casos lamentable.
   Un estado como el cordobés, selectivamente dispendioso hacia adentro y amarrete hacia la sociedad, no es correcto que gaste más en vender una imagen de eficiencia que no tiene, en comparación a lo que debiera erogar para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, casi como un remedo a la situación nacional -de donde surgen todas las políticas de Estado- que no encuentra el rumbo correcto, al menos el que tanto se anunció en la campaña precomicial.
   Y así, con una base de insensibilidad, es imposible superar cualquier crisis que pueda ser tomada como rémora a la hora de los pretextos o de asumir responsabilidades por equivocación o por omisión.
   Miremos el panorama con la honestidad de la autocrítica descarnada para no terminar siendo devorados por la certera apreciación de Frossard: "En su incomparable cobardía, la sociedad contemporánea prefiere legalizar los errores antes que combatirlos".

¿TIRONES DE OREJAS EN CHAPADMALAL? 

   El Presidente, sus ministros, la gobernadora de Buenos Aires y otros altos funcionarios participaron de una especie de “retiro” en la localidad costera de Chapadmalal, con el anunciado propósito de analizar el primer año de la gestión.
   En este tipo de encuentro, que por lo general sirven para el borrador de una pública y necesaria rendición de cuentas, suelen darse algunas circunstancias políticas que provocan reacciones, las que a su vez originan renuncias, enroques y otras alternativas.
   Naturalmenmte las expectativas se centraron en los eventuales relevos que podrían darse dentro del gabinete nacional y en los lugares más sensibles de la administración macrista, especialmente en las areas de economía y en seguridad.
   Sin embargo las informaciones que surgieron desde el seno del encuentro no hablan de cambios ni de correcciones, lo que de por si para muchos sectores de la vida argentina ha sido un duro golpe en función de los rumores que en tal sentido habían ganado fuerza en los últimos días.
   La verdad y por mera intuición, es para pensar que se buscó desdramatizar la compleja situación nacional llevada a extremos de riesgo, lo que se potencia frente a una escalada opositora tendiente a instaurar el miedo con rumores de saqueos e infantiles alusiones al helicóptero.
   Y si nos llevamos por recientes declaraciones del titular de Economía, bueno sería que hiciera conocer los fundamentos de algunas de sus apreciaciones, sobre todo las que tienen que ver con la recuperación del empleo, la baja en las tasas de interés y la certeza con que sostuvo que en el 2017 habrá un crecimiento del consumo y que por ahora no le preocupan la inflación ni las alternativas en el valor del dólar, que alcanzó su máxima cotización de los últimos 5 meses ubicándose alrededor de 16,15 por cada billete verde.
   Seguramente Prat Gay no puede olvidar que en los días cercanos a la curiosa transmisión del mando presidencial, que como se recordará fue un himno al desprecio dadas las notorias ausencias a las ceremonias principales, la moneda norteamericana estaba por encima de los 17 pesos y que en 2003 había cotizado a modestos 3 pesos con 50 centavos.
   Lo que sí se ha conocido, es que no habrá cambios de nombres ni modificaciones en los rumbos de la gestión, como refirmando la continuidad de un plan que más allá de la herencia recibida y prolijamente acentuada, la situación del país no es floreciente.
   Se achican los tiempos de las excusas, eso es cierto, como tampoco es mentira que los milagros no existen, que son privativos de los catecismos, que es imposible edificar con cimientos de escombros y que desde algunos sectores de los nostálgicos “K” han asumido la postura golpista que le endilgaban, cuando eran gobierno, a la oposición de entonces.
   Es probable que lo de Chapadmalal haya sido un encuentro para consolidar posiciones, rendir íntimas cuentas y jugarse por la continuación de un modelo coherente en su lucha contra un pasado reciente del que no nos podemos enorgullecer.
   O también, que ahora se busque que la sociedad amplíe los plazos de su paciencia, rechace las agorerías y tenga presente que las ansiedades son la resultante de no contar con las soluciones mágicas que se habían anunciado.
   Porque en política la magia no existe ni Mandrake forma parte del gobierno.

SEP: UNA PROTESTA QUE DESORIENTA

   Por lo hablado, anunciado, mentido y especulado, el tema del bono provincial más se asemeja a un gigantesco campeonato de truco que a la realidad que necesitamos dilucidar los cordobeses, al menos los empleados tanto estatales como privados.
   Hay extremos en tal sentido que son cercanos al delirio pese a la seriedad, por caso, de lo adelantado por la provincia de San Luis, que entregará a sus dependientes nada menos que 7.500 pesos a cada uno antes de finalizar el año.
   Pero en el otro escenario, en el sindical, el pedido de los petroleros roza el absurdo o se trata de una encubierta declaración de guerra por lo imposible de satisfacer si nos ajustamos a la realidad económica del país: el pedido es un bono de 25 mil pesos para cada empleado de dicha actividad.
   Pero viajando a nuestro territorio, todavía no se conoce cuál será la palabra definitiva, que concilie las apetencias de los que exigen y las lloronas disponibilidades de los que gobiernan aunque se empecinen en anunciar que pagarán alrededor de 2.500 pesos que los laburantes no aceptarán.
   Todo indica que en la actividad privada cordobesa, más allá de la intervención de los gremios, viene creciendo la modalidad de arreglar con los empleados empresa por empresa, lo que no deja de ser una alternativa que los trabajadores han tomado como válida, discutible cara a cara y sin que provoque desgastes en la relación con los patrones.
   Y al menos curiosa es la actitud de la dirigencia sindical vinculada a las actividades oficiales, porque es como si de paso y ya que están, esta pelea les sirviera para recrear la interna que viven dentro de las CGT a la que quisieron unificar, en alguna medida lo hicieron pero es poco lo que se nota.
   La provincia, al igual que lo hiciera con el escamoteo de importantes sumas a los jubilados a través de una perversa interpretación matemática de las liquidaciones, caerá a la casi discriminación estableciendo odiosas escalas de merecimientos cuando a los únicos que debiera exceptuar del bono es a los miembros de la Justicia, a los delegados gremiales, a los legisladores y a toda la planta de  funcionarios de subsecretario para arriba.
   ¿Sería acaso una actitud discriminatoria?
   Es probable que pueda ser tomada como tal, pero encerraría, al menos, algo de justicia distributiva.

LA GLORIA Y EL LUTO

   Dos acontecimientos diametralmente opuestos en sus consecuencias vivimos en los últimos días, con relación al deporte: la prolija victoria de nuestro equipo nacional de tenis en la lejana Zagrev conquistando la codiciada Copa Davis y el terrible accidente aéreo en territorio colombiano que se ensañara con el simpático y promisorio conjunto brasileño de Chapecoense, que se aprestaba a disputar la final de un torneo americano.
  Para el ciudadano común, amante de las disciplinas del músculo, un durísimo golpe por la antagónica magnitud de ambos acontecimientos que en pocas horas trasladaron la alegría del festejo a un pavoroso escenario de tragedia, lágrimas y luto. 
   Y ahora con la mente serenada y el corazón a su ritmo habitual, estamos en mejores condiciones de dimensionar la gesta argentina no tan solo en Croacia, sino a lo largo de estos últimos años en los que el otrora "deporte blanco" creció para zafar del corsé que le imponía esa creencia del imaginario popular de ser un deporte elitista.
 Las frustraciones quedaron atrás, en la bruma de las broncas y en el mal recuerdo de los desencuentros que tuvieron por escenario la dirigencia y el seno del propio plantel, en cierta medida ganado por el vedetismo que fue el principal enemigo de un éxito por entonces merecido y no alcanzado.
   Ya está para la historia el trofeo más ansiado, que sirvió de antídoto para las duras críticas que en su momento se abatieron sobre algunos tenistas, que tuvieron actitudes que desde ciertos sectores calificaron como poco comprometidas con el orgullo de representarnos con  los colores patrios ante el mundo.
   Regresar a los pergaminos de la fama que se creían perdidos será sin dudas tomado como un premio extra a tanta pasión, a tamaño sentido del compromiso y a esa actitud de dura lucha contra la adversidad, los dolores, el quirófano y la inactividad insuperable que fue el peor de los fantasmas que acosó a "La torre" tandilense. Y si le sumamos las pocas chances que le asignaban al casi ignoto muchacho de Azul, la dimensión de la hazaña adquiere un nivel histórico.
   Ellos fueron las caras más visibles de la proeza alcanzada por un equipo compacto en sus principios y en su gestión, siendo un deber asignarle enorme trascendencia a lo que hicieron los entrenadores, sicólogos, terapeutas, utileros, nutricionistas, en fin todo el conjunto que en Zagrev llegó a la esperada consagración.
   Y en el otro extremo de la sensibilidad humana y lejos del terreno donde se dirimen las victorias y las derrotas, la improvisación en la contratación de sus traslados, llevó a la muerte a 71 personas, entre ellas los integrantes de un equipo del fútbol brasileño que dado su modesto origen, había sorprendido al llegar a la instancia final de un certamen continental que la tragedia le impidió enfrentar, a lo que debemos agregar la muerte de 21 periodistas que viajaban a la cobertura de la final, más dirigentes y técnicos del equipo brasileño.
   La conmoción inicial dio paso, con el correr de las horas, a la certeza que el desastre se pudo evitar, si en su momento la racionalidad hubiera sido parte de la negociación del contrato con una empresa de dudosa reputación, sin seguro, desatendido mantenimiento y escasa previsión humana a la hora de calcular distancias y consumo de combustible.
   Ocurrió lo que pudo haber padecido nuestra Selección de fútbol que utilizó para uno de sus traslados, 20 días antes, el mismo avión de una empresa venezolana pero con bandera de Bolivia que operaba desde Paraguay, según se estableció en las últimas horas.
   El dolor no tiene banderas y no sabe de fronteras, pero se acentúa cuando la toma de conciencia llega a la convicción que el drama no hubiera ocurrido si mediara en su momento la racionalidad en todos los factores humanos involucrados.
   Alegría por la guapeza de unos y dolor por la desdicha de los hermanos brasileños se mezclaron en pocas horas, dejándonos una curiosa y amarga sensación de espanto por una parte y de hazaña por otra.
   El luto universal frente al calamitoso infortunio de los futbolistas brasileños y de todas las víctimas de la catástrofe, que al menos sirva para aportar eso tan declamado como inútil y tardío que es la resignación.

MEGACAUSA Y PERSECUSIÓN
   Nuestro Código Procesal Penal establece para los fiscales un plazo de cuatro meses para la investigación a partir de la detención o declaración del imputado, transcurridos  los cuales pueden solicitar al Juez una prórroga de otros cuatro o seis meses  según los casos para continuarla.
   El  proceso continúa, siguiendo la ley, con la elevación  a juicio o sobreseimiento y el  debate oral o juicio a manos de un Tribunal imparcial que determinará la inocencia o la culpabilidad de la persona. 
   Hasta aquí se conforma la “persecución penal” con la que el Estado intenta garantizar la Justicia y si bien en la práctica estos plazos poco se cumplen y hemos naturalizado una mora judicial que aumenta exponencialmente cualquier tiempo, la lógica impone ciertos límites.
   Cuando una  investigación celebra ya  más de una década y su fiscal continúa removiendo aquello mismo que investigó para convertirlo en nuevas causas, citando a los mismos que ya fueron encarcelados, juzgados y condenados, para un nuevo juicio por lo mismo, situación que se está repitiendo actualmente en la causa del Registro de la Propiedad, es claro que estamos ante una situación de persecución, pero con grandes probabilidades de que no sea ni penal ni legal.   
   La Real Academia Española asocia la definición del término persecución con hechos crueles y sangrientos ocurridos en la antigüedad y con el continuo acoso a alguien, a fin de que sea condescendiente con lo que le solicitan.
   En cualquier caso, demasiado lejos de la Justicia y más distante aún de encontrar la verdad. 

ERA HORA DE INVESTIGAR A BERNI Y CIA.

   No hace falta ser tan memorioso como para que cueste traer al presente aquel detalle demasiado sugestivo con relación al crimen o suicidio del fiscal Nisman: la presencia casi inmediata en el escenario de la muerte, del que fuera Secretario de Seguridad de la Nación, el joven e impulsivo Sergio Berni.
   Dicen los que saben y están allegados a la investigación del caso, que el funcionario en lugar de ayudar contaminó y alteró la escena del crimen, por cuya razón no fueron pocas las pruebas con relación al hecho, que desaparecieron o no pudieron ser tomadas en cuenta.
   Se disculpaba Berni con su estudiada vehemencia con que sólo había cumplido con el cometido del organismo a su cargo y en tal sentido fueron más las confusiones que las certezas aportadas, lo que contribuyó sin dudas a dilatar exageradamente los tiempos para la resolución del sangriento y controvertido episodio.
   Es probable que haya pasado demasiado tiempo desde entonces, que no sería tanto si recordamos la pereza en la marcha de la causa Amia y de otros muchos y trascendentes hechos policiales de los últimos años.  
   Pero ahora la Justicia Federal ha pedido a la fiscalía interviniente, que se abra la investigación por el operativo emergente de la muerte de Alberto Nisman, mencionando en el tema a Sergio Berni y a los ex funcionarios judiciales Manuel de Campos y Viviana Fein, y a los efectivos de seguridad, por la sospecha de una supuesta liberación de la zona.
   Un cargo gravísimo, aunque en realidad para cuestiones tan trascendentes, lo que se impone es el habitual compromiso o pacto de silencio entre los que se saben involucrados en la maniobra.
   Liberar zonas calientes y excluir de ellas a la presencia de las fuerzas de seguridad, es la modalidad más criminal que alientan los que hacen causa común entre la autoridad y la delincuencia.
   Terminar con esa dolorosa y sangrienta práctica marcará algo de progreso en la lucha contra el hampa, cualquiera sean los que la llevan a cabo, sean funcionarios o no.

INVASIÓN PERRUNA EN LA CIUDAD
 

   Antes en Córdoba eran sólo algunos barrios los que se destacaban por la exagerada presencia de perros abandonados que constituían peligrosas jaurías que atacaban a los vecinos y vivían a la pesca de algún alimento que les permitiera subsistir.
   Ahora no es necesario irse demasiado lejos. En pleno centro, en cualquier esquina, en cualquier plaza o paseo los vemos en actitud de combate casi permanente, intentando no sucumbir en una jungla a la que no están acostumbrados, porque en algún momento fueron el mejor amigo de muchos ciudadanos.
   Pero andan en grupos, de distintas razas y pelajes, de talla minúscula o enormes perrazos, silenciosos o ladradores, pero todos con la misma actitud de enfrentar el abandono del que resultaron víctimas.
   ¿Falta de recursos de sus amos?
   ¿Falta de espacio adecuado para criarlos?
   La verdad los interrogantes son lo de menos, porque ellos en su sinrazón, no saben de futuros, ni de jaulas, ni de cámaras de gas u otras formas más atroces de la eliminación.
   La tenencia de mascotas debiera ser una actitud responsable, y aquel que quiera tener una, debe asumir el compromiso de cuidarla, de atenderla, de aportarle alimento, vacunas y otros mimos, o de lo contrario que se compre un peluche a cuerda, si quiere, y lo ponga en una repisa.
   La solución no es la impiadosa perrera, sino la castración para evitar la desmedida proliferación perruna, pero si el Estado hasta en ese aspecto falla, en cualquier momento habrá más pichichos que habitantes.
   No permitamos la solución final que muchos desalmados proponen, porque los animalitos, aunque no piensen, merecen ser tratados con dignidad.
   La dignidad, que nosotros seamos caritativos y respetuosos de una vida.

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