Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” del 25 de diciembre de 2016, emitido por AM580 Radio Universidad de
Córdoba.
¡FELIZ NAVIDAD!
Ya pasó la
Nochebuena, ya llegó la Navidad, ya está la mayoría de las familias agotando
aquello de los saldos y retazos de la noche lluviosa y de porquería que arruinó
jardines, cenas al aire libre, caravanas y otros entretenimientos, pero ahorró
una pila de plata porque la mayoría de la pirotecnia comprada para anoche,
queda para despedir al 2016 y recibir al que viene.
Por fortuna
no ocurrió como en años anteriores, que a la mañana nos enterábamos de la
enorme cantidad de afectados por las bombas y los corchazos y también por la
elevada cantidad de accidentes de tránsito ocurridos en la noche y madrugada.
Es que la
lluvia, posiblemente, haya sido el motivo por el cual mucha gente optó por
quedarse en sus casas, o visitar a parientes próximos o a vecinos, evitando
desplazarse en coches.
Y en taxis o
remisses, ni pensarlo porque mágicamente a eso de las 21 desaparecieron
ahuyentados por los sucesivos chaparrones y atraídos por la mesa hogareña o
alguna otra diversión.
Noche
complicada en cuanto a las condiciones que nos regalara la Naturaleza, a
contrapelo de los pronósticos de muchos optimistas -algunos de ellos supuestamente
entendidos- que aseguraban que la lluvia llegaría este domingo a mediodía y que
anoche solo sería un festival de relámpagos y truenos.
Ya pasó una
de las fechas más esperadas por los niños especialmente, que han visto de qué
manera el consumismo nos llevó al Niñito Dios y trajo a Papá Noel con su
símbolo cocacolero y sus costumbres que no son las nuestras.
Una Navidad
que también por el consumismo nos obliga a tragonear calorías propias del
invierno, cuando estamos transpirando como testigos falsos y después tenemos
que caminar hasta Jujuy ida y vuelta para quemar grasas.
Ya pasó la
Navidad y ahora para divertirnos nos queda el Día de los Santos Inocentes y la
espera del 2017.
Roguemos que
los ataques de hígado de anoche nos permitan llegar
.
AL FINAL, EL ROBO DEL AÑO
Es
una lástima que hoy no hayan aparecido los diarios, porque seguramente hubieran
titulado en grandes letras de su portada, “El robo del año” refiriéndose al que
perpetrara una gavilla durante una fiesta en la casa de doña María Teresa
Panetta, a la que asistieron jueces, fiscales, abogados y políticos, citándose
entre ellos a Olga Riutort, Carlos Hairabedian, Luis Rueda y otros conspicuos
representantes del poder judicial cordobés.
Dicen que no
hubo violencia salvo en el caso de los golpes que propinaron a la anfitriona
demandándole dinero, joyas y otros efectos de valor.
En resumen,
los cacos se llevaron efectivo, relojes, celulares, alhajas y otros bienes por
una suma aun no establecida. Iba a cometer el error de decir una suma “no
precisada” pero seguramente me equivocaba porque lo que andaban precisando era
dinero.
Todos de cara
al piso con la prohibición de mirarles a la cara y durante una hora los
ladrones revolvieron y requisaron, para llevarse un jugoso botín.
El domicilio
donde se produjo este asalto está ubicado en Faustino Allende al 400, barrio
Cofico y hete aquí que a la medianoche, una media hora después del atraco, una
patrulla policial detuvo a un auto cuyos ocupantes mostraron actitudes
sospechosas.
Para enorme
sorpresa, cuando los palparon y revisaron el interior del coche, se encontraron
con efectos que habían sido sustraídos a los asistentes a la fiesta de Cofico.
¿Y quién
parecía el jefe de la banda?
Nada menos
que un subcomisario con destino en la policía de Villa Allende y ocupaba el
cargo de Jefe de Investigaciones, llamado Victor Ariel Barrionuevo, de 37 años.
El oficial fue
apresado junto a cuatro ladrones en un operativo montado por la Policía en la
zona del ex Mercado de Abasto y se sospecha que fueron los autores del asalto
en una fiesta privada donde había magistrados y políticos. La banda tenía en su
poder radios policiales.
No hay caso, y lo peor es que la sorpresa no
es tanta.
Desde este espacio nos hemos cansado de
sostener una premisa a la que las autoridades del ministerio de Gobierno ni el
gobernador han prestado atención: si la policía no sabe limpiar su mugre
interior, es imposible que nos salve de la mugre del hampa que domina a
Córdoba.
EL CUADRADO, CAMINO COSTOSO
Esta última
vez -dicen desde el gobierno que será la última- tuvimos que esperar más o
menos como un proceso de embarazo para poder gozar un paseo por el camino de El
Cuadrado, seguramente la traza viál más inaugurada del mundo.
Porque cada
vez que llovía había derrumbes u otros problemas que obligaban a su clausura y
lógicamente la reparación, con lo que en realidad el camino costó como cinco
veces más de lo licitado en su momento.
El Cuadrado
es un camino que sirve no tan solo para recorrerlo, sino que ayuda en las
campañas electorales, porque lo promocionan como la gran obra cuando en
realidad ha salido más caro que el Taj Mahal, y los estúpidos cordobeses lo
seguimos pagando sin chistar a pesar que nos siguen apretando con los impuestos
que después van a parar a cualquier destino no prioritario.
Sin embargo,
llama la atención que no hayan sido tan airadas las protestas de la oposición,
en una actitud casi como de indiferencia frente a la evidente falta de
previsión y exceso, llamémosle de generosidad, a la hora de disponer de
partidas que si las cosas se hubieran hecho bien, estarían aplicadas a otras
necesidades más acuciantes que andar remendando un camino cada vez que llueve.
Más que
ejemplo de traza, modernidad y ejecución, este camino que ya hemos pagado
tantas veces, es un ejemplo de imprevisión, apresuramiento y embuste
preelectoral, como lo fueron el faro sin mar y otras pavadas por el estilo.
Alguna vez
los cordobeses nos avivaremos cuando los políticos del “tomala vos, dámela a
mí”, vuelven a las andanzas de su eterna vocación por el relevo que nunca
cambia.
COIMAS, OTRO PROCESO
En esta larga
carrera en la que oponen sus razones, complicidades y silencios tantos ex
funcionarios como algunos que continúan en puestos de mediano nivel, se
mantiene esa constante inicial de ir descubriendo un nicho de corrupción cada
tanto, como para mantener fresca y activa la memoria del pueblo.
Porque si
todo se hubiera destapado de golpe, al principio, por eso de la memoria corta
que tenemos los argentinos, los hechos más resonantes y vergonzosos estarían
ahora guardados en el rincón de los olvidos.
Después de los bolsos de Lopez y su entrega
en el convento atendido por las disfrazadas de monjas: del silencio posterior
al descubrimiento del fiasco de los “sueños compartidos”, del dólar a futuro,
del tren bala de Jaime, de las andanzas de Moreno, de las travesuras de Boudou,
del escandaloso nombramiento de militantes en puestos del Estado, que ahora
juegan a ser víctimas de los despidos y de tantas otras situaciones delictivas
que están en manos de la Justicia, nos enteramos que la empresa Odebrecht también le pagó
honorarios a la inmobiliaria de los Kirchner.
La constructora reconoció haber pagado
sobornos a funcionarios argentinos por 35 millones de dólares como asimismo los
pagos a la sociedad de los Kirchner y la reunión de sus directivos con
funcionarios argentinos.
Después no faltan los nostálgicos, no
resignados a la derrota que protestan por sentirse perseguidos, marginados,
proscriptos y estigmatizados, muchos de los cuales continúan en funciones
incluso en medios de comunicación, donde en lugar de optar por la autocrítica,
coinciden en una actitud que absurdamente llaman “de resistencia” como si en
lugar de una elección democrática los hubiera desplazado una tiranía.
Son los que agitan los fantasmas del
descontento, de los saqueos, del helicóptero y de otras estupideces,
simplemente por falta de argumentos válidos como lo son las comparaciones y la
memoria integral.
Esto de las coimas es solo un proceso más,
que llevará sin dudas a conclusiones jurídicas y consecuencias políticas.
En el maravilloso juego de la Democracia, es
un error propio de los autoritarios sindicar a las investigaciones como
ensañamiento, porque es así como se debilitan el respeto y la consideración que
nos merecemos.
Esto no es una guerra, aunque por allí no
falten los loquitos que aparecen con las caras tapadas y esgrimiendo fierros y
palos, porque son los que primero se desbandan, para ir corriendo a los medios
de comunicación a llorar que han sido reprimidos.
Dejemos que en lo de las coimas actúe la
justicia.
Y si tiene que investigar a Mauricio Macri,
a su familia o a Mongo, dejemos que también lo haga.
Aprendamos, por encima de todo, a ser respetuosos
de las instituciones, y la Justicia para un país saqueado, es la mejor de todas
ellas.
LOS PRECIOS TURÍSTICOS
Lo negativo
de este asunto es que el local de comidas de Villa Carlos Paz que cobró 300 pesos una pizza y 160 una
cerveza y tuvo la mala suerte del
escrache mediático, que justo le tocara tan intensiva promoción provincial y
nacional.
Porque la
verdad sea dicha, no es el único que con la base cierta del juego entre la
oferta y la demanda, sin que nadie obligue a nadie a entrar al local, se han
escudado siempre los que en definitiva buscan salvar la temporada en dos o tres
meses de actividad.
Cuando en el
mundo la tendencia es fidelizar al turista, mimarlo y hacerlo sentirse bien
para que vuelva, son los giles los que los espantan porque se transforman en
aves de paso, abriendo un boliche aquí, cerrándolo a los pocos meses, y
reabriendo en otro lugar.
Pero a la
hora de pagar los impuestos, así como se olvidan todo lo que mintieron en
cuanto a la cantidad de visitantes, las pernoctaciones y el promedio de gasto
diario que al principio difundieron para estimular a los potenciales
visitantes, es que se los escucha llorar y jurar que la temporada fue un
desastre.
Son muchas
las cosas que están en juego en el gran escenario del turismo y no es bueno que
la realidad se distorsione por culpa de cuatro o cinco vivillos a los que poco
interesa que el turista vuelva en semana santa, vacaciones de invierno o en el
próximo verano.
Ellos ya
estarán preparando la manera de salvarse con el menor esfuerzo y con cero
sentido de asumir riesgos.
LA MEGACAUSA, LA FAMILIA Y EL ENCIERRO
La justicia
en el caso particular de la Megacausa del Registro de la Propiedad viene
actuando con marcada ciclotimnia, lo que se advierte en las medidas que toma
con el propósito -se supone- de evitar que los acusados opten por la categoría
del prófugo y no siempre miden ese riesgo con la misma vara y es por eso que
suelen caer algunos ciudadanos por pruebas -si así se les pueden llamar- tan débiles
como curiosas.
Y como la
aplicación de la prisión preventiva debe ser la excepción pero en Córdoba se
transformó en regla al menos en esta causa, lo que se sostiene en este espacio
desde hace más de cuatro años, es que se respete esa premisa y no se la utilice
como elemento de presión, con lo que a cada sospechoso lo transforman en rehén.
Desde aquí
nunca peleamos por la inocencia ni sugerimos la culpabilidad de nadie, pero sí
seguiremos sosteniendo que la exageración en la aplicación de la prisión
preventiva es inhumana y muestra un alarmante nivel de autoritarismo que nos
hace retroceder en nuestra propia historia.
¿Cuántos
casos se han dado de comprobada inocencia luego de tres años de tenerlos entre
rejas?
¿Cuántos
murieron estando preventivamente encarcelados y sin llegar a juicio?
En esta
Navidad habría que preguntarles a los responsables de la aplicación de este
sistema perverso, si los tiempos de las lágrimas, de la impotencia, del
aislamiento, de los momentos irrepetibles que no pudieron gozar, del cariño de
la familia, del respeto de la sociedad, se mitigan con una tardía absolución o
por la presión de los plazos.
A veces suele
ser bueno ponerse aunque fuera un instante, en el cuero y en el alma de los que
se saben inocentes y están encerrados.
Lo más triste
de todo, es que los que juzgan con su íntima convicción, seguramente no ignoran
las inocencias ajenas.
RUMORES MALIGNOS
Promediando
octubre, las usinas difusoras de aciagas agorerías trabajaban a destajo
repartiendo rumores alarmantes de la proximidad de saqueos y otras explosiones
que ellos llamaban “reacciones populares”.
Que estamos
en crisis es innegable y no toda la culpa es de la pesada herencia recibida
porque ese pretexto pierde fuerza cada vez que se advierte alguna resolución que
perjudica a las mayorías o a los sectores más carenciados de la sociedad.
Pero eso de
repartir miedo es una costumbre que en su momento, cuando el kirchnerismo era
poder, se lo practicaba para atemorizar y someter; para aquietar las protestas
e instaurar la zozobra y el desencanto
de todos quienes osaban oponerse a lo que se presumía -y el tiempo lo comprobó-
serían desquicios.
En las reuniones
que realizan los militantes de lo que ahora exageran llamándolo “resistencia”
uno de los puntos principales, según ha trascendido, es seguir sembrando la
semilla del desórden; de la fractura institucional con la exagerada intención
de retomar el poder y erigirse, como lo hicieron con la sartén por el mango, en
los salvadores de la Patria, una Patria a la que muchos de ellos menoscabaron y
ofendieron con la práctica de la rapiña atroz e imperdonable.
Si hay fantasmas
en el horizonte, son los remanentes de aquellos miedos que llevados a la
realidad debieron padecer los qom, los desplazados de la productividad
suplantados por el mentiroso número de trabajadores que representaban los
subsidiados y planeros, que no retribuían al Estado, con trabajo, lo que
nosotros -el Estado- les estábamos regalando.
Ya pasó
Navidad, no hubo saqueos, ni siquiera motines en las cárceles como
estadísticamente ocurre a esta altura del año, el helicóptero está en
reparaciones según me enteré y la gente salió a comprar de todo, casi sin
fijarse en gastos.
¿Es una
actitud suicida, eso de endeudarse por varios meses?
Seamos
optimistas, y pensemos positivamente que bien puede ser una muestra de
confianza.
De confianza
en el futuro, que es de todos.
LOS NARCOS SE MUEVEN
Cuando lo
escuché días atrás al cura Mariano Oberlin, destacado nada menos que en Barrio
Muller donde reinan los narcos y el “paco” se percibe en cada esquina, pensé
que ese muchacho simplote corría el peligro lógico de quienes encaran una tarea
noble como lo es intentar salvar vidas; recuperar a descarriados y abrir la
posibilidad de un horizonte laboral.
A fuerza de
convicción y sacrificio, el cura fue consiguiendo fierritos aquí, otras
herramientas allá, algunos insumos descartados y lo más importante, el apoyo de
padres del barrio que no encontraban la manera de apartar a los chicos del
camino que lleva a las drogas más pesadas y su previsible final.
Y ocurrió, explicando
así los conceptos que le escuché a Oberlín, en el sentido que muchos chicos le
dicen sentirse una mierda, porque viven precisamente en la mierda.
Pretender
rescatarlos de allí tiene sin dudas un precio altísimo, de lo cual una de las
primeras cuotas -porque seguramente habrá otras- el sacerdote tuvo que pagar.
No se sabe si
fue tentativa de asalto como se la hizo aparecer, para alejar el fantasma
mexicano, colombiano o favelesco de los sicarios menores de edad, inimputables
por ello, que lo sorprendió una noche de esta semana pasada.
El cura tenía
custodia, hubo tiroteo y un menor, un niño de 13 años cayó abatido por las
balas policiales, generando la reacción familiar que lógicamente rotuló el
episodio como de “gatillo fácil”.
Veremos qué
aportan las investigaciones, para llegar a la certeza si el chico quería dinero
y el celular del cura o lo habían mandado para asustar o eliminar a quien
combate en el mismo terreno donde mandan los narcos.
Es imperioso
que lo antes posible se conozca la verdad.
Y se actúe en
consecuencia.
VIENE LLEGANDO 2017
Al 2016 le
queda una semanita que sin dudas será intensa en la vida de los argentinos, que
estamos despidiendo a este 2016 lleno de dudas, de angustias, de malos
recuerdos y de situaciones conflictivas que nos agotan y hasta nos ponen de mal
humor, sobre todo al ir enterándonos de ciertas tropelías cometidas en nombre
de la autoridad.
Ya viene el
2017 y según pregonan muchos de los funcionarios que primero, antes de
edificar, están acomodando o eliminando los escombros, será el año de la recuperacion
argentina, lo que ansiamos sin distinción de banderías políticas o enfoques
ideológicos.
Porque si al
gobierno le va bien, nos irá bien a todos, pensemos como pensemos.
Lo importante
es seguir firmes en la esperanza: en creer que con esfuerzo y sacrificio
podemos llegar a recuperarnos, en un escenario de riqueza potencial como es el
que tenemos.
Material humano sobra: posibilidades también,
intenciones son buenas las de todos y más que nada, porque necesitamos ser
felices; creer que es posible y hacerlo nosotros, con fé en que nos conducen a
buen puerto.
Dejemos
aunque sea por un tiempo esas diferencias que aunque parezca mentira debieran
unirnos en la intención de salir adelante, y no en la perniciosa postura de la
destrucción del adversario.
Somos ricos, inmensamente ricos en todo
sentido.
No cometamos
el error de empobrecernos en medio de la abundancia.
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