EN DOS DÉCADAS SE EXPANDIÓ
A LA SOMBRA DE LA IMPUNIDAD
Aplicando la gastada e inútil política del remiendo y la improvisación,
desde unos 20 años a esta parte vienen demostrando su permeabilidad todos los
métodos que el gobierno de la provincia
dice haber puesto en marcha, para neutralizar uno de los flagelos que más daño
le viene provocando a la sociedad cordobesa.
Ese es el narcotráfico y todas
las metástasis que con toda prolijidad e inmunidad están introduciendo en el
seno de la comunidad, sin encontrar más que tibios obstáculos en su
desenfrenada y venenosa expansión que no conoce límites.
Es demasiado el tiempo que el
pueblo de Córdoba le viene regalando a un poder que ha demostrado, pese a las
abultadas partidas de dinero que se afectaron al propósito de terminar con este
flagelo, para ver morir cada día con la certeza que el narcotráfico progresa y
su expansión no se detiene.
A lo largo de los últimos
lustros venimos padeciendo las políticas de versificación, dudas y súbitos
arranques de inteligencia que fracasan frente al poderío del ilegal
contrincante.
Llegada la hora de votar en
octubre, se impone una toma de conciencia: si en 20 años el gobierno provincial
no fue capaz al menos de controlar el flagelo, no habrá promesas ni intenciones
aplicables, porque el cansancio y la frustración demostrarán ser más fuertes
que las reiteradas y tibias iniciativas.
Gonio Ferrari
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