20 de mayo de 2017

¿Competencia de estadísticas? ------------

SRES. GOBERNANTES ¡DÉJENSE DE
JODER! A LA POBREZA NO HAY QUE
MEDIRLA SINO TERMINAR CON ELLA 

   El tema de ninguna manera es plantearse una lucha por los números de la pobreza que mide uno o que miden otros. Como si fuera una insólita e inútil competencia el gobierno de la provincia -que ahora quiere hacer mediciones propias- no le cree a un organismo que estudió a la pobreza en todo el país y obtuvo resultados alarmantes.
   Esos números se hicieron más resonantes y ofensivos cuando nos enteramos (nosotros y al parecer, también la cúpula del “cordobesismo”) del nivel de carencias en los niños y adolescentes, precisamente en un país que tiene riquezas para derrochar.
   Así planteadas las cosas, es para gritarles a los gobernantes, de todos los niveles, corrientes políticas, organizaciones de base, sindicatos, entidades afines o simplemente los que siempre buscan más culpables que soluciones o estadísticas benévolas y manipuladas antes que referencias científicas y ciertas, que es hora de bajar las armas de esa disputa imbécil e inútil y ponerse a trabajar para encontrar las soluciones que devuelvan la dignidad del sustento y de la calidad de vida a todos los desposeídos y postergados.
   Los gritos, las peleas y las disputas por dejar en el bronce los nombres de los responsables por haber llegado a este deplorable estado de cosas, tienen que quedar arrumbados en el lugar de los absurdos porque con manejar números e indicativos nada se soluciona y sólo se logra enervar los espíritus.
   Mida quien mida la pobreza, la pobreza es inocultable y no es la cantidad que falta en cuanto a posesiones sino las carencias hasta alcanzar algo de dignidad que les arrebató un sistema perverso que se hartó de alentar el consumismo, la evasión, la indiferencia hacia el prójimo y en su retirada, el “sálvese quien pueda”.
   No vayamos a volver al festival de subsidios, de planes y de becas, porque habremos entrado en la repetición del asistencialismo izando otra vez la bandera de un populismo que opta por la dádiva, en lugar de la dignificación por el trabajo, el esfuerzo y el sacrificio. Manejen la economía de manera tal
que se creen fuentes de trabajo genuino y no sólo en la órbita estatal, como ahora sigue sucediendo aunque en su momento de oposición el macrismo lo hubiera combatido.
   Sres, gobernantes desde la presidencia de la Nación hacia abajo pasando por gobernaciones e intendencias, es hora de abandonar el verso, las promesas, los estudios, las evaluaciones y todo el bla-bla para ponerse a trabajar en serio que para eso les pagamos y no poco.
   No les reclamo lo mismo a los legisladores porque lo primero que harían sería formar “comisiones de evaluación y estudio de campo” que nunca sirvieron para nada, salvo para poner allí a los amigos, cobrar buenos cospeles y “hacer la plancha”.
   Total, las víctimas son pobres…

Gonio Ferrari

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