Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” del 7/5/17, que difunden AM580 Radio Universidad de Córdoba y la FM 88.5
“BORRARSE” RESULTA SUMAMENTE
ONEROSO
¿Cuántos
casos se vienen dando de la desaparición estudiada, consentida, oculta u
obligada de mujeres desde adolescentes desorientadas pasando por jóvenes
frustradas familiarmente en sus amoríos, señoras desencantadas de la vida
matrimonial, o víctimas de la trata?
Si las
contamos en Córdoba, son decenas al menos de lo que se divulga y conoce, pero
han existido y aún existen situaciones mantenidas en secreto, especialmente por
algunas familias que optan por evitar el escándalo.
El tema es
que en muchos casos, estamos advirtiendo con alarmante frecuencia que se trata
de abandonos del hogar, o de la casa de sus mayores, o de la esfera de padres
“guardabosques” que no toleran la vida social -ya sea medida o disipada- de sus
hijas.
Y en todos
los casos a la autoridad se le plantea una disyuntiva que vista objetivamente,
conspira contra la suerte de la búsqueda y su eventual hallazgo, porque hasta
hace poco el protocolo aconsejaba una espera de 24 o 48 horas, por aquella
vieja presunción policíaca de que “la nena se habrá ido con algún noviecito”.
Y dar 48
horas de ventaja en los tiempos actuales, es permitir que la víctima para ese
entonces ya esté en Tokio, en Sydney, en Alemania o en Montevideo, Asunción,
Sao Paulo o cualquier otra ciudad de nuestra geografía.
Así las,
cosas y pase lo que pase, toda búsqueda demorada o diligente ocasiona al Estado
enormes gastos por el despliegue que en todo sentido se debe hacer, desde las
comunicaciones hasta el traslado de efectivos, la utilización de aviones y
helicópteros y la ímproba tarea de los que trabajan en tierra.
A toda esa
parafernalia que en gran número de casos termina con la ubicación de la
afectada en un hotelucho o como se dice, “encanutada” en algún domicilio
particular o los casos con desenlaces fatales que pudieran haberse evitado si
la búsqueda comenzaba apenas advertida la desaparición.
Hay mucho de
desidia e hipocresía, a veces en el seno de los padres afectados que se niegan
a reconocer amistades o aventuras de sus hijas, temerosos de la imbécil condena
social que reciben.
Pero alguien,
alguna vez, debe proponer una legislación actualizada con los tiempos que
corren, porque así como a quienes se pierden, digamos voluntariamente, en el
Champaquí, en las sierras o en cualquier lugar deben responder por los costos,
en estos casos tendría que obrarse de la misma manera.
A lo mejor
así, los parientes no se ocuparían tanto de desorientar a la policía y se
apresurarían para que la perdida, o fugada fuera ubicada.
En el caso de
los secuestros, otra es la historia que en nada se emparenta con esas
estudiadas y proyectadas ausencias de los últimos tiempos.
TRABAJO Y DIGNIDAD DEBEN HERMANARSE
Tomando
conciencia que a veces la situación social demanda el otorgamiento de
subsidios, becas y otras ventajas para asegurar el sustento, en la mayoría de
los casos esta acción responde a motivos más emparentados con la demagogia que
con la preocupación por los más desposeídos.
En los últimos años los argentinos tuvimos
que acostumbrarnos a un festival de la dádiva que finalmente logró que la
dignidad se apartara del trabajo y viceversa, porque el tema era cobrar mensualmente
sin ninguna contraprestación como ocurre en tantos países, que los beneficiarios
devuelven al Estado lo que reciben transformado en la dignidad de tender
caminos, construir hospitales, levantar viviendas o limpiar plazas públicas.
Aquí esa
malsana generosidad del gobierno que teníamos que pagar los que trabajamos, nos
esforzamos y transpiramos, se integró a dos elementos fundamentales: la cultura
popular por una parte y la estafa estadística de hacer figurar a los
beneficiarios como fuerza productiva, con lo que los números de la desocupación
nunca mostraban síntomas de alarma.
Ahora, cuando
desde la presidencia de la Nación se genera un sistema que permite la recuperación
de la dignidad de trabajar, no faltan las voces que se alzan cuestionando la medida,
contra este esfuerzo en el que también están involucrados el mundo empresario y
la dirigencia sindical.
Que el
presidente haya hecho el anuncio en un marco de trabajadores ha sido tomado
desde los desencantados, que aún no asumieron su fracaso, como una invasión de
la opulencia en el mundo de los laburantes.
No saben esos
personajes apegados por años al facilismo y la impunidad de la rapiña, que no
es posible el capital sin trabajo ni el trabajo sin capital y que ambos
sectores deben abrazarse en la lucha contra la crisis que más allá de la
herencia recibida que no puede ser perpetua, nos dejó en un estado de postración
del que está resultando demasiado difícil resurgir.
Lo haremos
siempre y cuando tengamos la grandeza de conciliar posiciones entendiendo que
unos son necesarios a los otros y viceversa.
No fue casual
que en el multitudinario acto llevado a cabo para el lanzamiento oficial del
nuevo plan, Macri después de haber apelado a citas de Perón, lo haya terminado
gritando que la Argentina es para todos los argentinos y que no va a permitir
que nadie nos lleve por delante.
El sector
prepotente del sindicalismo, lógicamente que no simpatizó con el discurso.
LA TARIFA DE EPEC, UN DESPOJO INTOLERABLE
Esa
contundente sentencia que sostiene que cuando los que mandan pierden la
vergüenza, los que obedecen pierden el respeto, pertenece sin dudas a alguno de
los grandes pensadores en la historia de la Humanidad, pero vendría a ser la
síntesis de un embrión que los propios desaciertos y la indiferencia del
gobierno están incubando, amparados en la maldita y altanera impunidad que les
otorga su permanencia de casi dos décadas en el poder.
Casos hubo de
igual o mayor vigencia, pero es difícil encontrar algún modelo similar que
durante tan prolongado ejercicio del poder, hubieran quedado pendientes
cuestiones fundamentales que hacen a la calidad de vida como lo son la
seguridad, la educación, la vivienda, la salud pública y otros rubros de
trascendencia. Porque el drama de las inundaciones
en el sur no se solucionó, porque la delincuencia avanza más rápido que la
autoridad, porque el comercio de la droga se expande más que la prevención,
porque las
escuelas están deterioradas y “se maquillan” una semana antes de
reiniciarse las clases, porque los insumos en los hospitales nunca alcanzan,
porque los asentamientos marginales crecen y crecen, porque la Justicia es
lenta y sospechada de dependencia política, porque tenemos un faro sin mar,
porque se hacen caminos que se pagan tres o cuatro veces su valor, porque la
pobreza en sectores puntuales no se atendió ni se atiende, porque… porque…
La ciudadanía ha mostrado un inusitado
grado de tolerancia ante tantas falencias y es como si una especie de amnesia
cívica atacara en cada nuevo acto eleccionario: la memoria es demasiado corta o
los dueños de la demagogia son mucho más cerebrales que los votantes pese a la
indiferencia reforzada con la soberbia que incorporan como parte de su
personalidad una vez que llegan al poder.
Lo de las tarifas eléctricas más se
acerca a la alevosía que al error o la falta de recursos. Las tarifas aplicadas
en los últimos meses adquieren el nivel de confiscatorias, ofensivas,
desmesuradas, inoportunas y salvajes, por si lo que se necesitan son
calificativos para emparentarlos con la inoperancia y la ineficiencia.
Los comercios medianos y pequeños deben
sacrificar la calidad de sus servicios para poder afrontar la factura, que en
muchos casos supera el valor del alquiler del local. Y ni qué hablar de los
usuarios residenciales, también rehenes de los caprichos y los excesos de pagos
que injustamente se hacen a los jerarcas de la EPEC en nombre de una
“eficiencia” que no existe pero se cobra.
El componente impositivo es otro contrapeso
y el descontrol con los “enganchados” es creciente, porque son los usuarios
quienes los pagan y no la empresa, que es la responsable que existan y se
multipliquen pero no los ataca.
En cualquier otra comunidad organizada
del mundo, el despojo legal que significa la factura por el consumo eléctrico,
obtendría como respuesta aparte de una baja en el consumo, la rebeldía de
negarse a pagar en una actitud de legítima defensa.
Si aquí masivamente nos uniéramos sin
banderías partidarias pero en una resistencia hermanada
y nos negáramos a pagar las facturas de la EPEC, “silla eléctrica” de los
cordobeses, ¿tendría el gobierno las agallas y la espalda política para cortar
el servicio a mansalva?.
No se trata de una incitación a la
rebelión sino un llamado de atención para quienes dicen que rigen nuestros
destinos y ahora pretenden seguir quedándose en este mar de injusticias y
ceguera social, abdicando de una realidad dolorosa que durante tantos años
prometieron superar y no han sabido solucionar.
Porque más allá de lo que sostenía Ibsen
que “Un verdadero espíritu de rebeldía es aquel que busca la felicidad en esta
vida”, suena más contundente, actualizado y aplicable el concepto del genial
Schopenhauer: “La desobediencia es la virtud original del hombre. Mediante la
desobediencia y la rebelión se ha realizado el progreso”.
Y no serán los angurrientos malos
políticos con vocación de eternidad en el poder los que sepulten ese progreso,
el futuro -y el presente- que los cordobeses nos merecemos.
LA MEGACAUSA Y UNA POMPOSA
EXAGERACIÓN
La Real Academia Española define al
funcionario como un empleado jerárquico, que actúa en un nivel superior, y al
empleado como a quien se encuentra por debajo de aquel.
El artículo del diario Comercio y Justicia
sobre la causa del Registro de la Propiedad, de días atrás, afirma que según se
informó desde la Fiscalía, fueron condenados 10 funcionarios y ex funcionarios
del Registro, entre ellos un exdirector (Belmaña Juárez).
Haciendo la salvedad de que el Sr Andrés
Pérez, como ya comentamos, fue Jefe de Sección, es una realidad que los
otros condenados de la repartición eran sólo empleados, en algunos casos,
ordenanzas.
Se genera un fenómeno confuso en la mente
cuando al leer una causa cualquiera se advierte que se señala como presunto
delincuente a cualquier persona que hubiera estado cercana al
hecho, y así se imputa y luego se condena, a la secretaria de la
escribanía, a la que hacía la limpieza, al que le vendió el celular a otro
imputado, a los contactos de la agenda, y a muchos más, posibilitando convertir
el proceso en una megacausa.
Se puede colegir que muchos de los
condenados son incluso víctimas de los verdaderos estafadores, a quienes la
justicia en lugar de proteger, utiliza como combustible para generar más
causa.
Además, la condena que anticipadamente
cumplen en prisión preventiva, facilita el trabajo de los jueces, que por otra
parte, son siempre los mismos. Dado que 10 es el 1000% de 1, cuando se informa
que se condenaron 10 funcionarios y en realidad fue sólo uno, la más
elemental matemática se convierte en prueba objetiva del pomposo agrandamiento
de los datos.
Y parecería que a muy pocos
les interesa descubrir el más elemental por qué.
CIUDAD SITIADA POR LOS CORTES
Una vieja maña de los políticos imponía hacer las obras urbanas a la luz
del día, para que los vecinos se enteraran que estaban trabajando y así
toleraban todo el caos de la ciudad y sus consecuencias.
Eso de trabajar cuando no molestan o aprovechando la quietud nocturna
son costumbres que han pasado a la historia, porque al día siguiente nadie se
entera que han pintado las sendas aunque las pisen, que han embellecido una
plaza aunque la recorran o que han erradicado la mugre de las peatonales.
Pero llegar al extremo opuesto tampoco es del todo saludable porque las
broncas del ciudadano pasan por encima a lo que se llama costo-beneficio y se
transforma en elevado costo y peor perjuicio.
Lo importante dentro de todo es que las cosas se hagan, sin perder de
vista la situación actual de deterioro de la ciudad y otro detalle para tomar
muy en cuenta: estamos en un año electoral y todo lo que haga o se deje de
hacer, mucho tendrá que ver con las campañas de los candidatos.
Más aún si el actual intendente quiere repetir mandato y después
lanzarse a pelear la
gobernación, total no estará del todo desgastado y el
ciclo del instalado “tomala vos, dámela a mí” que tiene como protagonistas a De
la Sota y Schiaretti, muestra demasiadas fisuras que se llaman pobreza,
endeudamiento, derroche publicitario, camino del Cuadrado, faro sin mar,
inseguridad, escuelas deterioradas, nichos de corrupción en la policía, avance
incontenible del narcotráfico, sueldos docentes, caprichosas liquidaciones de
las jubilaciones provinciales y alguna otra pavada por el estilo.
Eso es el desgaste de dos décadas, el aburguesamiento que provoca el
ejercicio del poder y la vocación de eternidad de ambos apellidos con alguna ayudita
parental.
Las obras que está encarando la Municipalidad en estos últimos meses,
que han transformado a Córdoba en una ciudad sitiada por obras, zanjas y
escombros son imprescindibles, pero siempre chocamos contra el mismo muro.
La gente no maneja los mismos tiempos que los políticos, que
instrumentan toda su gestión en parámetros de campaña, cometiendo a veces
imprudencias por falta de oportunismo o apresuramientos en su intento por
levantar aplazos.
Como quiera que sea y aunque hagan cosas, a la gente le molesta
demasiado que la usen.
PELIGROSA Y LETAL BALLENA
AZUL
No es un
juego lo que inventara ese ruso que seguramente tenía demasiado tiempo de
alpedismo sino una abyecta manera de provocar daño en un segmento demasiado
vulnerable a entretenimientos que parecen de diversión, pero que resultan
letales.
Eso de crear
grupos de niños y adolescentes para que cumplan medio centenar de retos o
consignas, parece inocente pero encierra un final espantoso como lo es la muerte
por autoeliminación, el colofón de eso que le llaman diversión a través de las
redes sociales.
¿Es que no
existen elementos informáticos como para neutralizar esta locura? ¿Tantos padres
pueden ser lo suficientemente insensibles y ausentes como para no intervenir en
salvaguarda de la salud y la integridad de sus niños o jóvenes?
Es para
suponer que si alguien advierte que su hijo o la nena tienen lastimaduras en
sus brazos, siguiendo la imagen de una ballena, les debe llamar la atención al
menos por curiosidad aunque sean practicantes de la
libertad irrestricta,
incluso para chicos que no llegan a los 10 años pero manejan la computadora
mejor que ellos.
“La ballena
azul” que es el nombre del maldito juego, los va llevando desde la inocencia de
una iniciación intrascendente hasta la incitación a arrojarse desde un píso
alto, previamente a lo cual deben lastimarse el cuerpo y otras exigencias que
realmente asombran por lo crueles.
Es hora que
tanto las autoridades, si cuentan con los medios y los padres, en ejercicio de
su autoridad, terminen con esta estupidez que puede ser muy divertida de
comenzar pero que su final es irremediable.
Velar por la
salud y la entereza física y mental de los chicos no es solo obligación de sus
padres y de sus educadores, sino que el Estado tiene el deber de protegerlos
con leyes que cumplan con tal cometido.
No hacerlo,
será para un penoso arrepentimiento.
CURIOSA LECCION PARA
APRENDER A ESCRACHAR
Cuando se conoció
una grabación donde se escucha a una supuesta dirigente o “puntera” justicialista
aleccionar a sus activistas en la manera como deben escrachar al presidente
Macri en una visita que haría a La Matanza, histórico reducto peronista, era
para suponer que de inmediato ese mensaje sería descalificado y desmentido
porque si bien es repudiable el método que se aconseja, no deja de ser
divertido su contenido y la manera “profesional” de expresarlo, a la luz del
anuncio presidencial de un nuevo logro de la gestión.
Pero por
fortuna y como fue un impacto mediático que no trascendió tanto entre nosotros,
tenemos la grabación de un par de minutos que ahora les queremos ofrecer para
que individualmente sea evaluada y pueda ser motivo de debate en los mentideros
y cenáculos que frecuenta la clase política argentina.
La grabación a la que se hace referencia en el
comentario forma parte del audio del programa, ubicado en la columna derecha de
este blog, debidamente identificado. Para evitar demoras es que no se incluyó
la desgrabación de ese material.
Ahora las consideraciones…
Después de todo y aunque la descalifiquen, no perdamos de vista que a la hora
de las tácticas y las estrategias dicen que todo vale y lo importante es
socavar la base de apoyo que pudiera tener un político.
En este caso,
del propio presidente de la Nación y de la gobernadora de Buenos Aires.
Por fortuna
también, el inefable piquetero generosamente rentado que sigue siendo el bueno
y pacifista Luis D’Elía, se encargó de difundir desde su espacio y por las
redes sociales, que el escrache “espontaneo” hacia Macri y Vidal había sido
multitudinario y ruidoso.
Pobre muchacho…
y peor ahora, que se le acaba el curro…
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