22 de julio de 2018

S.L.B.: TERMINAR CON EL DELIRIO DEL HELICÓPTERO – LUIS JUEZ SE DEFINE SOBRE EL ABORTO Y EXHORTA A MARTÍNEZ – TOMANDO AL PAPEL COMO EJEMPLO, RADIOGRAFÍA DE LA INFLACIÓN – NOS SEGUIMOS ENDEUDANDO EN LUGAR DE AHORRAR – LA MEGACAUSA Y LO IRREPARABLE – LA LINEA “FLAYBONDI” INCITA A INFANTILES CELOS – LO QUE FALTABA: UNA PELICULA SOBRE EL “DESAPARECIDO” MALDONADO.

Comentarios del periodista Gonio Ferrari para su programa “Síganme los buenos” del 22/07/18 elaborados mientras la 580AM Radio Universidad emite un partido amistoso de fútbol y el espacio periodístico habitual difunde música clásica de todos los géneros.

Los agoreros y la crisis inocultable ---------------------------


QUEBRAR LA DEMOCRACIA NO SE ARREGLA CON
UN  YESO DE OLVIDOS O MULETAS DE TELGOPOR
 
   No estamos viviendo tiempos de bonanza la mayoría de los argentinos y sería oportuno más allá de encontrar las causas históricas e inmediatas de la situación, buscar las soluciones que ahuyenten las agorerías de los nostalgiosos que todavía conservan algo de poder y siguen enquistados en algunos lugares expectantes y operan no en el sentido solidario de mejorar las cosas, sino en un afán enfermizo por derrumbar la Democracia.
   Aunque se busque desde el gobierno restarle entidad a todos los amagues destituyentes que deliran desde los sectores más comprometidos con la anterior administración, es notorio que en el ambiente flota una cierta incertidumbre alimentada por quienes buscan volver especialmente para escaparle a las rejas en los casos que la Justicia siga acumulando probanzas de hechos de corrupción en los que varios ex están involucrados.
   Saltarán ahora quienes sostienen que muchos de los actuales tienen cuentas pendientes con quebrantamientos de la ley y que merecen estar en la cárcel, lo que no es mentira, pero deben tener algo de respeto por los tiempos que maneja la Justicia, esa dama que sostiene una balanza no siempre equilibrada y con los ojos no siempre vendados que parece tener un calendario y relojes distintos a los del resto de la sociedad argentina.
   Es una cuestión de patriotismo y no de patrioterismo eso de respetar la voluntad de las mayorías e intentar aquello casi tan utópico de que el que gana gobierna y el que pierde ayuda porque en la cultura cívica argentina no hay cabida para tal actitud de grandeza, porque prevalecen los odios y las ansias de revanchas por encima de la grandeza de respetar a las instituciones de la República.
   Algún día y si fuera posible que no pasara tanto tiempo, es un deber de todos terminar o al menos atenuar los odios e intentar cerrar eso que le llaman “grieta” con propensión a su expansión más que a la cicatrización.
   Mientras no tengamos la suerte que eso ocurra, los inadaptados, con poder o sin él, seguirán operando en su lamentable apuesta al fracaso sin pensar que pueden ser los más afectados.
   Porque quebrar la Democracia no se arregla con un yeso de olvido o muletas de telgopor.



El aborto, votación en el Senado ---------

LUIS JUEZ: UNA CARTA A SU AMIGO
SENADOR  DR. ERNESTO MARTÍNEZ

El líder y fundador del Frente Cívico de Córdoba, Luis Juez, le pidió al presidente de su partido, senador Dr. Ernesto Martínez, que vote en contra del proyecto de ley en el tema aborto.
A través de una carta, Juez le pidió tome conciencia por las dos vidas que están en juego, a su entender. "Querido amigo, aunque sabés que no soy afecto a los escritos, porque me gusta hablar de frente y mirando a los ojos, hoy he tomado la decisión de escribirte, con la esperanza de que puedas leerlo las veces que lo consideres. Quiero que sepas que la estoy pasando mal, que lo que está en juego en el Senado por estos días va más allá de la sanción de una ley".
En este sentido, Luis Juez se explayó:
El contenido de lo que están tratando me mueve hasta las entrañas. Sabés muy bien, porque nos conocemos hace muchos años, lo que implicó para mí y mi familia seguir adelante con una vida que venía complicada y que demandaría mucho esfuerzo acompañar su desarrollo y sostenimiento. Cómo le explicaría a esa personita, o como lo harías vos, después de lo que hicimos, que hoy pienso distinto y que hasta levantaría la mano para que en mi país, la vida indefensa, la que viene complicada o que puede complicarnos, puede eliminarse como si nada. Vos y yo sabemos muy bien que, más allá de lo que algunos dicen, lo que se está formando es una persona.
Quiero hablarle al amigo, más que al compañero de militancia, para que sepas, sin ninguna duda, que no creo que el aborto sea algo sencillo y rápido y que en media hora se terminan los problemas; que no creo que de esa manera se salve una vida, sino que se arruinan dos. Siempre que hablamos de política o de cualquier cosa lo hago con la cabeza y con el corazón, no sé hacerlo de otra manera, y esta carta no es la excepción.
Lo mejor que puedo hacer por un amigo que enfrenta una situación complicada es ofrecerle, de manera sincera y sin medias tintas, lo que yo haría en su lugar, y que vos levantes la mano aprobando, no me es indiferente, no es una ley más para mí. Siento que tenemos que crecer en libertad, pero también en responsabilidad, es lo que siempre le transmití a mis hijos, y sé que vos hiciste lo mismo… que hay que honrar la palabra dada, que había que cuidar a los amigos, que hay que decir siempre la verdad aunque tuviera su costo; que si nos equivocábamos en algo había que dar la cara, que las deudas se pagan y que los compromisos se cumplen… No me imagino desdiciéndome de todo eso, especialmente frente a mis hijos y delante de muchos jóvenes y chicos con los que me encuentro todos los días cuando voy o vuelvo del trabajo…
Amigo, soy consciente que hay muchas cosas que han cambiado en la sociedad, pero ni puedo ni quiero dejar de lado aquello de lo que estoy convencido y es que si la salida es sacarnos de encima a los más vulnerables, como personas estamos frente a un verdadero problema.
Siempre nos unieron los sueños por nuestros hijos, siempre le opusimos resistencias a las propuestas fáciles porque nuestras convicciones son el principal recurso que tenemos; siempre nos inclinamos por los más débiles, por los que nadie escucha, por aquellos a los siempre olvidaron. Hoy tengo la necesidad, como amigo, de decirte que cuando uno se pone al lado del más débil nunca se equivoca y, coherente con eso, y frente al proyecto que hoy se discute en el Senado siento la urgencia de pedirte que vuelvas a los orígenes de nuestros proyectos. Hoy volvemos a estar en esa disyuntiva: escuchar lo que de alguna manera nos da la tranquilidad de hacer lo que todos hacen o, como muchas otras veces lo hicimos, poner la mirada y la mayor atención en el más débil, a quien nadie escucha, el más indefenso.
Podemos discutir miles de estrategias, de planteos de propuestas, pero no podemos ni debemos olvidar o, peor aún, traicionar nuestras ilusiones, a aquellos por los que dijimos que nos metimos en la política.
Es cierto, cada uno es libre de resolver de acuerdo a su conciencia y sabés que soy un tipo que respeta eso hasta las últimas consecuencias, y precisamente es mi conciencia la que me impulsa a escribirte estas líneas. No me perdonaría sentir que un amigo está por equivocarse y no hacer nada para evitarlo, aunque eso me cueste la relación misma. Desde ese lugar te escribo, desde el afecto y el respeto que te tengo, y vos lo sabés, pero mis convicciones, mis ilusiones, aquellos que me impulsan a levantarme después de cada caída, son los que me empujan a decirte que estoy convencido que luchar por las dos vidas es más amplio, más comprometido, más generoso y, por qué no decirlo, más arriesgado que la otra opción.
Al decirte esto me vuelven recuerdos de la gestión municipal en la que, más de una vez, la voz de la mayoría nos proponía una salida que no implicaba riesgo, que nos invitaba a quedar bien con todos y, sin andar con especulaciones ni mezquindades elegíamos no traicionar nuestros principios y nuestras convicciones. Hoy, como hace años, pero más que nunca tengo las más profunda y firme convicción que estar del lado del más indefenso puede ocasionarnos algunas incomodidades, pero no nos traerá ningún reclamo a los motivos profundos por los que vos y yo estamos en la política.
Se trata de una nueva fractura dentro de los partidos. Según la Iglesia, la Argentina nunca estuvo tan dividida como hoy. Y probablemente ni el mismo presidente Macri y sus consejeros más íntimos, que impusieron el debate sobre la ley del aborto en el centro del escenario nacional y que anuncian que no la vetará si supera el dictamen del Senado, hayan previsto hace tres meses las consecuencias que tendría esa decisión. Entre otras cosas porque, hasta el momento, los resultados no serían favorables para él, considerando los resultados de un relevamiento realizado en junio por un Instituto de encuestas de Buenos Aires, según los cuales el 49 por ciento de los argentinos rechaza el aborto, el 40 por ciento lo aprueba y el 11 por ciento todavía no ha tomado una posición.
Una desconexión evidente entre el sentimiento popular y la representación pública parlamentaria.

EL PAPEL COMO EJEMPLO DEL ABUSO

   No es necesario ser avezado economista ni siquiera estudioso de ese envenenado y agazapado fenómeno llamado inflación, que sacude las esperanzas de muchos pueblos del mundo agobiados por la diaria desesperanza de no saber cuál es el futuro inmediato, el diario, en cuanto a su poder adquisitivo, que nos permita enfrentarlo con éxito.
Casos entre otros como el de Venezuela que nos sacude con una realidad actual donde en los artículos de primera necesidad y demanda tiene precios matutinos, de medio día, de atardecer y nocturnos, hasta el punto de no contar los billetes y ni siquiera los fajos, sino de pesarlos o calcular los valores a ojímetro.
No hemos llegado afortunadamente a esos extremos y posiblemente por haberlos vivido años atrás, estemos más en guardia y cuidadosos de la economía familiar evitando gastos superfluos aunque sin privarnos de lo fundamental.
Desde todos los sectores dedicados al estudio de los procesos inflacionarios que han llevado a la ruina a muchos países, se han dedicado a elaborar disímiles políticas más cercanas a las utopías que a la certeza de su efectividad.
 Entre nosotros las fórmulas empleadas han sido tan variadas como poco exitosas con un casi seguro destino de fracaso por una simple razón -desde mi punto de vista de la ignorancia en materia económica- que radica en la falta de solidaridad; en la fractura del tácito pacto de entendimiento que debe existir entre gobierno, fuerzas productivas, comercio y sociedad.
 Ya es un percudido argumento eso de la aplicación salvaje del “por las dudas” en los precios, que se va acumulando porque parte desde el productor y se incrementa en cada uno de los tramos, intermediaciones o “peajes” que deben sortear hasta llegar a la víctima que es el consumidor.
   Cada uno agrega lo suyo, a sabiendas que es un incorrecto proceder que eleva el precio final, determina la imposibilidad de compra y lógicamente genera recesión que es el fantasma más temido en la ruta hacia la desintegración social.
   Y todo el mundo desde los estudiosos hasta los ignorantes centran sus preocupaciones en los alimentos, los combustibles, la indumentaria o los servicios tales como gas, electricidad, agua, teléfonos o la variada gama de impuestos y tasas que nos agobian y tejen variadas conjeturas en la búsqueda de escaparle a esa amenaza permanente de quebranto de la economía individual.
   Los dardos apuntan a los formadores de precios que son muchos, pero nadie quiere asumir la condición de tal y prefieren victimizarse para evitar el justificado escarnio de la gente y en vista de esa postura generalizada, hemos buscado un ejemplo de abuso alejado de esos tradicionales “productos” que recién apuntamos.
   El modelo es el papel, haciendo la salvedad que podrían haber sido las lentejas, la soda embotellada, las camisetas de frisa, la nafta premium o el gas en garrafas porque en definitiva están todos en la misma bolsa del nefasto “por las dudas”.
   De acuerdo con conocimientos básicos y consultando fuentes informáticas por lo general correctamente documentadas, en Argentina hay cuatro “monstruos” en la industria papelera que son Ledesma, Celulosa Argentina, Estrada y Papel del Tucumán que tienen copado el mercado del rubro y cualquiera puede pensar con fundamento que compiten entre ellos.
   Pero no es tan así porque los tres primeros han acordado subir los precios muy por encima de la inflación pasada y también de la que exageradamente pueden llegar a estimar a futuro y así consagran la doctrina del monopolio en el que acuerdan unificar valores en detrimento de la sociedad o la industria menor que consume el producto.
   En cuanto a los tucumanos, ya aumentaron días pasados de manera abrupta y exagerada, lo que puede ser corroborado con solo consultar y comparar, sin ningún misterio en cuanto a esos cuatro ejemplos.
   Ese es el mal que nos agobia porque así como con el papel lo mismo hacen los inescrupulosos y angurrientos, todos los otros comerciantes de cualquier producto susceptible de ser vendido, erigiéndose en formadores de precios en cada una de las intermediaciones por lo que no tienen derecho a ofenderse cuando los califican de tal condición porque -vale reiterarlo y subrayarlo- prefieren victimizarse, cuando la única víctima es el consumidor.

   Llegará el día en que el gobierno adopte medidas drásticas y contundentes para terminar con ese cáncer del “por las dudas”, que lamentablemente ha pasado a integrarse al ADN de los insensibles agiotistas, culpables de la agonía de ese maravilloso componente social que se llama solidaridad. 


NOS ENDEUDAMOS EN LUGAR DE AHORRAR
  
Como “preparando la cancha” para el 2019, año crucialmente electoral, no son pocos los gobernantes que se pusieron a trabajar, a gastar, a endeudarse en el afán de resultar atractivos ante una sociedad que día a día les pierde la decadente confianza porque a las deudas hay que pagarlas -lo mismo que cualquier fiesta “al fiado”- y eso históricamente nos viene resultado más que doloroso.
Córdoba es uno de los tantos ejemplos tanto la provincia como la Municipalidad enfrentados en disputas judiciales por dineros que recíprocamente dicen deberse, mientras asoman señales de injustificados despilfarros y onerosos como evitables desembolsos acerca de los cuales huelgan ejemplos tales como el lujoso y poco ocupado hotel de Ansenuza, el faro sin mar o la repetición de pagos por un camino que se hizo mal y hubo que replantearlo varias veces.
   En la Muni es más o menos parecido y uno de los símbolos es el problema ciudadano de la recolección de basura y barrido de calles, un servicio pésimo e insalubre para la sociedad que vive tolerando la mugre, la contaminación y el latente peligro de la propagación de enfermedades por la existencia de focos infecciosos como parte del habitual y paisajísticamente devaluado paisaje urbano.
   Es cierto y negarlo sería una necedad, que se han encarado importantes obras de infraestructura necesarias en la ciudad y en el interior, pero cualquiera hace obras, como las fiestas “al fiado” para promocionarse políticamente aunque el compromiso de pago deba ser asumido por quienes vendrán, sean o no del mismo signo partidario.
   No es bueno endeudarse especialmente y como viene sucediendo, engrosando los compromisos de pago con un abuso en la promoción de las obras -y de quienes las mandaron a realizar- que a veces superan al costo de la obra en sí lo que configura un abuso de autoridad y una ofensa al futuro de los cordobeses que en definitiva seremos los encargados de pagarlos con el aumento de la presión tributaria inevitable para cumplir con los acreedores.
   Algunas corrientes de pensamiento ideológico pusieron el grito en el cielo por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y después los funcionarios adheridos a ese cuestionamiento  buscan afanosamente -y perdón por el término-  en mercados internacionales el dinero que nunca es barato, para equilibrar sus presupuestos.
   Duele tal actitud porque se debiera ahorrar para gestionar sin presiones, pero los números se desmadraron cuando se otorgaron miles de jubilaciones a quienes jamás aportaron, se malgastó en el área seguridad para que siguiéramos cada día más inseguros, se escamoteó dinero a los pasivos mintiendo un irreal 82 por ciento y otras lindezas que sería tedioso enumerar.
   Pero así son las cosas, cuando se advierte que un cambio de signo político en la conducción de una provincia o una ciudad, puede llegar a complicarles el futuro a quienes hicieron prevalecer el despilfarro por encima de las necesidades de la gente, que es el sector obligado a pagar por una fiesta a la que fueron invitados por la promoción, pero al convocarlos les cobraron la tarjeta.
   Igual que en los casamientos o fiestas que hacen los secos en un intento por aparentar que son adinerados…

LA MEGACAUSA Y LAS CONSECUENCIAS IRREPARABLES


   Recientemente ha finalizado un  juicio contra  empleados imputados en la causa del Registro  de la Propiedad de Córdoba en el que los resultaron  absueltos.  
   Por suerte, aunque debiera decir por ley, estos empleados no estaban presos como tantos otros que fueron juzgados después de años de prisión preventiva.  Podemos entender en estos casos el derecho, y la obligación del Estado, representado por su Poder  Judicial, a sospechar, dudar,  investigar  y juzgar hasta encontrar la verdad, en cualquier caso.
   Pero ¿qué hubiera pasado si estos empleados hoy absueltos hubieran estado encarcelados durante varios años? 
   Se hubiera cometido una gran injusticia.  
   Se hubiera cumplido una condena que no correspondía, sin vuelta atrás.
   Y esto justamente es lo que  ocurrió con otros imputados, que soportaron años de encierro y después se comprobó que eran inocentes. Una situación de imposible reparación ulterior.  
   La Real Academia Española define el término libertad, como la facultad de obrar de una u otra manera, no ser esclavo, no estar preso, no estar sujeto ni subordinado, tener asegurada la libre determinación,  tener prerrogativas, privilegios, osada familiaridad, exención de etiquetas, franqueza, disposición natural para hacer algo, etc, etc.  
   En todas y cualquiera de sus acepciones esta palabra fue mancillada en la causa del Registro, pese a que nuestra Constitución exige para ella sagrado respeto como derecho fundamental.  

   La definición también implica “hacerse responsable de los actos”, lo que entonces habrá que reclamar a los funcionarios que como “comisión especial” estuvieron a cargo de este  proceso.


FLYBONDI: ¿UNA CUESTIÓN DE CELOS?

   Apenas comenzó a operar el sistema de vuelos de bajo costo, eran previsible las reacciones de varios sectores empresarios y sindicales vinculados con la actividad como por ejemplo los pilotos de líneas aéreas tradicionales y las empresas de transporte terrestre.
   Los pilotos sospechan que esa competencia les significará un menoscabo salarial porque entrarían en crisis las actuales prestatarias, que el mantenimiento de aeronaves sería deficiente por los costos y desde los prestatarios de servicios de ómnibus de larga distancia se apresuraron a rebajar notoriamente sus tarifas, aplicando también algunas curiosas promociones como por ejemplo que con el pasaje de ida está pago el regreso.
  Hubo una desmedida divulgación de un par de episodios más cercanos a la intrascendencia que al drama, protagonizados por aviones de la línea de costo reducido.
  Se vivieron situaciones incómodas por la actitud de algunos comandantes de aeronaves de la línea de bandera que leyeron a los pasajeros embarcados una especie de proclama, antes de emprender cada vuelo, en la que expresaban sus preocupaciones, de manera especial por la seguridad que se vería afectada.
   Todo esto, al menos avisado de los ciudadanos, le sonó como un previsible ataque de celos del hombre maduro frente al jovencito que pretende cortejar a su mujer, explicación simplista pero muy conectada con la realidad que en el plano objetivo nos muestra a una empresa que quiere competir, especie de David ante Goliat o si se prefiere una comparación más a mano, “Falucho” Laciar contra “La Mole” Moli.

   Es patéticamente gracioso escuchar ciertos argumentos que se destruyen con una sola certeza: en los aviones de gran porte no llevan paracaídas y el piloto es quien más quiere llegar.



EL “CASO MALDONADO” AL CINE EN VERSIÓN LIBRE


   No es para encandalizarse ni mucho menos recordar que durante el kirchnerato hubo artistas de toda laya y de distintas actividades que se incorporaron a esa corriente ideológica y de pensamiento, con la diferencia que algunos lo hicieron callada y discretamente y otros abrazaron una decidida militancia que en la mayoría de los casos les reportó una buena diferencia si de dineros hablamos.
   Y un cierto nivel de indignación surgió en buena parte de la ciudadanía cuando trascendieron los montos que se manejaban, muchas veces por “tareas” difíciles de insertar en la actividad artística, como  el dineral que cobró una por entonces renombrada y militante actriz por haber dado una “conferencia” en una importante planta industrial cordobesa.
   Detalles y anécdotas al margen, se ha conocido ahora que en agosto venidero se hará la presentación y estreno formal de una película que lleva por título “El camino de Santiago. Desaparición y muerte de Santiago Maldonado”, dirigida por el ex funcionario Tristán Bauer sobre guión de Florencia Kirchner y Omar Quiroga para un filme de 85 minutos que según se explica: "En la Patagonia argentina, después de una represión llevada adelante por la Gendarmería Nacional contra una comunidad mapuche que reclamaba por sus tierras al magnate Luciano Benetton, desaparece el joven de 28 años Santiago Maldonado.
En el país de los 30.000, desaparecidos esta nueva desaparición genera reclamos de los familiares, las organizaciones de derechos humanos, los partidos políticos y la sociedad en su conjunto. Las manifestaciones van creciendo hasta tornarse multitudinarias.
Finalmente, el 17 de octubre, a 78 días de su desaparición, el cuerpo de Santiago aparece sin vida a orillas del rio Chubut.
¿Qué pasó? ¿Quiénes fueron los responsables? ¿Cómo llegó su cuerpo hasta ahí? Son algunas de las preguntas que este documental se plantea para esclarecer un caso que reclama verdad y justicia".
La película cuenta con la narración de Darío Grandinetti y una canción de León Gieco.
 Hasta allí la información “oficial” del lanzamiento, aunque alguien debiera recordarle a los productores de esa película seguramente pre candidata al Oscar, que 50 peritos incluyendo los de parte que representaban a mapuches y a sectores “K” coincidieron en que el artesano había muerto por asfixia por inmersión, o sea ahogado.
   Y a la cineasta libretista de este esfuerzo documental, que no olvide que por ninguna de las 30.000 víctimas a las que alude, sus papis presentaron ni un mísero recurso cuando con su profesión de abogados se enriquecían en Santa Cruz.


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