29 de julio de 2018

S.L.B.: ¿CÓRDOBA SE OPONE A REINSTAURAR LA SEGURIDAD? - EL TRANSPORTE URBANO SIGUE MAL PERO EN ALUMBRADO PÚBLICO ESTAMOS MEJORANDO - EL MACRISMO TIENE NUEVO JEFE DE CAMPAÑA: LUIS D'ELÍA - LA MEGACAUSA Y LOS RUIDOSOS SILENCIOS - ARDE EL DEBATE PREVIO AL TEMA ABORTO - ALGUIEN DEBE HUMANIZAR A LA APROSS - COSTOSO Y COMPLICADO CALENTAMIENTO HOGAREÑO - LAS ABSURDAS Y DESMEDIDAS UTILIDADES, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”, edición n° 527 del 29/07/18 emitida en dúplex por AM580 y la 88.5FM
ambas de Radio Universidad de Córdoba.

SOLDADITOS DE PLOMO, HISTORIAS DEL PASADO
   Muchas veces, probablemente demasiadas, se opina desde la ignorancia, se analiza desde los propios intereses y se aconseja sin experiencias vividas sino con el alimento de rumores y versiones porque no puede hablar de actitudes militares -por ejemplo- quien seguramente por su edad ni siquiera jugó con soldaditos de plomo.
   Afirmar que Córdoba es una de las ciudades más seguras de Argentina es ignorancia, inexperiencia y algo parecido al onanismo informativo porque se expresa una satisfacción momentánea fruto de estímulos extraños y a la vez basados en intereses políticos y partidistas que lo alejan de una peligrosa realidad.
   Entonces, cuando advertimos que con desnutridos pretextos se busca ningunear la efectividad que puede tener -entre otras cosas- el estricto control que permita combatir al impune narcotráfico, caemos en cuenta que sin que nadie se lo impida, quien sostenga esa postura estaría confesándose parte del lucrativo “negocio” y no quiere que nadie se acerque a su “quintita”.
   Pero no son los dos únicos aspectos negativos de las patéticas declaraciones de un alto funcionario provincial cuando busca descalificar la efectividad de la colaboración militar en la lucha contra el delito, sin intervenciones en disturbios callejeros o en demandas sindicales para lo cual está la fuerza policial.
   Porque bien sabemos y ese funcionario no puede darse el lujo de ignorarlo, que el contrabando es uno de los mecanismos ilegales más dañinos de la economía con sus secuelas comerciales, desvalorización de la mercadería local y contagioso virus en cuanto al crecimiento de la desocupación porque paraliza a medianas empresas y perjudica sensiblemente al comercio respetuoso de la ley.
   Es tan desatada e impune la actividad del contrabando, que en las narices de la policía se venden productos tanto entrados ilegalmente al país como falsificaciones de toda índole procedentes del exterior, acaso mintiéndose hacia adentro que su policía puede impedirlo pero vemos no con sorpresa sino con indignación que nada se hace en tal sentido.
   Y si en la misma canasta de exabruptos notamos que se condena la lucha contra la corrupción policial y se endilga a los medios periodísticos, la autoría de información mentirosa con relación a los reiterados robos de armas en dependencias de la fuerza azul que está para cuidarnos, ya entramos al predio de los cómicos absurdos, de donde es virtualmente imposible regresar o es imperativo renunciar por inoperancia, aparte de otros intereses que pudieran existir.
   Pocas palabras para una realidad que con certeza alimenta la mayoría de los argentinos y sin que esta afirmación signifique la aceptación de la intervención integral del ejército en tareas de prevención y lucha contra el delito: es imprescindible reconciliarnos no con los militares genocidas, sino con fuerzas armadas al servicio del país en un marco de vigencia democrática como es el actual escenario que nos toca ocupar.
   Oponerse porque sí y bastardeando los argumentos, da para pensar no tan sólo en la maldita costumbre de no reconocer la propia ineptitud, sino de sembrar dudas acerca de acciones que pueden contribuir, entre otros objetivos, a sanear en el caso de Córdoba a su policía no tan sólo cuestionada por su pobreza preventiva sino por las fundadas sospechas de turbios manejos interiores.
   Y no se trata de una crítica por la crítica en si la que sería real, si en algún momento se aclarara el sostenido y reiterado robo de armas y de otros elementos que después y no por casualidad aparecen en poder del hampa.
   Porque si los ciudadanos decentes y cumplidores de la ley tienen su vida y sus conciencias y como se dice “los papeles en orden”, al igual que los funcionarios correctos y probos, no debieran existir temores ni dudas de ser controlados siempre que se promulgue una ley en tal sentido y que esa tarea esté a cargo de fuerzas armadas que son argentinas, no dependen del Pentágono, de la Sureté francesa, de la KGB o del gobierno chileno por citar solo algunos.
   La policía en su conjunto es incapaz o es inútil o no quiere combatir dos grandes males como el narcotráfico y el contrabando, que por desgracia se fortalecen a través de las fronteras cargadas de impunidad.
   Allí donde durante tantos años no existieron los controles reales, terrestres, aéreos o fluviales transformando a nuestras fronteras en rutas pavimentadas para mostrarnos ante el mundo y frente a los mercaderes del delito -de afuera y de adentro con poder o sin él- como un país demasiado permeable.
   Uno que a veces quiere o cree que es posible ver un poquito más allá que todos, llega a pensar que no son pocos a quienes todavía les pesa Milani, que por si lo olvidaron, era general de la Nación.
   Y Juan Domingo Perón también…


TRANSPORTE PÉSIMO PERO HAY MÁS LUZ
   Para qué insistir con el pésimo servicio de transporte urbano de Córdoba si de nada sirve porque las demandas de la gente no les mueven las agujas de alarma a la FETAP, a la UTA ni al poder concedente que es la Municipalidad, casi lo mismo aunque de otra manera con el apestoso drama de la recolección de basura y limpieza de la ciudad, que da pena.
   Pero lo del transporte ya entra al terreno de la caradurez extrema porque nadie ignora cuál será el resultado de la actual situación de precariedad en el servicio: los empresarios volverán a llorar por considerar que la tarifa no les alcanza a cubrir los costos y que se debe operar un nuevo reajuste en el precio del boleto.
   A ese reclamo se sumará como siempre la dirigencia de la UTA que demandará mejoras salariales y la Muni, que no quiere ningún foco de conflicto sindical antes del 2019, se bajará los lienzos y tendremos nuevo precio para los viajes urbanos.
  Un desatino que se basa en la condición de rehenes que tenemos los usuarios para las tres patas que conforman el problema del transporte urbano, con frecuencias que se manejan al capricho y conveniencia de la FETAP con el silencioso pero valioso aporte del gremio.
   Tenemos el transporte urbano más caro de las ciudades argentinas y para colmo, el servicio por lo general es de sucumbir a esperas que suelen superar una hora. Insólito.
   Pero hay un tema que es necesario destacar: hace tiempo que pregonamos la sordera municipal para la atención de importantes sectores de la ciudad sumidos en las oscuridades, con lo que se les presta a los delincuentes un escenario más que adecuado para sus tropelías.
   Reclamamos varias veces recientemente por las oscuridades de la calle Fragueiro desde la plaza Rivadavia hasta Jerónimo Luis de Cabrera, con certeza el sector comercial más importante de la zona norte de la ciudad.
   Alguien de la Muni tuvo un ataque de responsabilidad y hace tres o cuatro días, varias cuadrillas comunales están reponiendo todas las luminarias -no había quedado ni una funcionando- con lo que se normaliza un sector que dependía de la iluminación de los comercios hasta la hora del cierre.
   Después, el reinado de las tinieblas y de los hampones.
   Es de esperar que ahora, las cosas cambien para bien.

NUEVO JEFE DE CAMPAÑA DEL MACRISMO
   Teníamos la oscura imagen de Luis D’Elía como la de un tipo violento, agresivo, patotero, ventajero, ñoqui por excelencia con toda su prole, nexo de turbiedades con los iraníes, acusado de balear a un manifestante en una trifulca sindical y otros antecedentes que le daban el diploma de lacra social.
   Por eso no extrañó cuando días atrás pontificó que al presidente Macri -incluso presidente de él como de todos los argentinos, como lo fueron todos los legítimamente elegidos por el pueblo- había que fusilarlo en la Plaza de Mayo.
   No era para extrañarse ni sorprenderse porque cuando esos individuos sacralizados por la violencia y la extraña impunidad que supieron conseguir, abrazan cualquier causa con fanatismo, es de esperar de ellos cualquier desborde.
   Esto ocurre en la política, en el deporte o en cualquier otra actividad donde la competencia sea manifiesta y más aún si de por medio hay dinero en cualquiera de sus manifestaciones.
   Llega a tal grado el delirio de ese tipo de individuo que terminan por causar gracia porque de la acción guerrera pasan a una peligrosa comicidad, aunque entrañen el peligro de confundir a la gente e incitarla a ejercer violencias que a veces son insalvables.
   Obviamente que nuestras leyes castigan ese tipo de actitudes y es cuando los tipos como D’Elía y sus seguidores -y no hay que negarle su condición de líder de madera balsa- se enrolan en las huestes del desorden que busca meter en las cabezas ajenas el virus de la desestabilización, aunque en dosis virtualmente homeopáticas, porque lo contrario sería pensar en la escasa inteligencia del prójimo.
   Luis D’Elía tras ensuciar su ropaje íntimo cayó en cuenta que por tener una causa abierta e irresuelta, en caso que como dice el vulgo “lo encontraran haciendo pis en una plaza” podría recibir condena efectiva, apeló a un recurso literario.
   Dijo este amigo de los fundamentalistas de Irán que lo suyo en realidad había sido una metáfora y por eso se me ocurrió analizarlo de la siguiente manera, que sugerí a través de las redes sociales: si para D’Elía fusilar es una metáfora, regalarle enjuague cerebral sería una finura. Si para D’Elía fusilar es una metáfora, hurgar cómo se enriqueció sería una imprudencia y por último, como una especie de ruego o consejo para la autoridad y la justicia: no lo metan en cana ni silencien al ratón, porque es el mejor jefe de campaña del gato.

MEGACAUSA Y RUIDOSOS SILENCIOS
   Si por gusto o mera curiosidad ya sea particular o profesional se busca en Google la expresión “causa del Registro de la Propiedad de Córdoba”, en la sección de imágenes se despliega una galería en la que aparecen Salas de Audiencias, imputados,  jueces,  fiscales y numerosas fotos de los reclamos sostenidos por los familiares de muchos acusados, que al día de hoy continúan esperando una resolución justa de su situación.
   Los cartelitos color naranja piden: Procesos limpios, serios y justos. Jueces independientes que cumplan con la Constitución. Basta de inocentes presos. Basta de comisiones especiales. Respeto al principio de inocencia. Basta de prisión por las dudas. Cárcel a los verdaderos culpables. Terminar con la corrupción política y judicial.  
   Es fácil advertir que las frases concisas y claras sintetizan lo ocurrido: ciudadanos comunes, sin antecedentes, resultan repentinamente encarcelados en prisión preventiva durante años y son juzgados mucho después, habiendo cumplido ya condenas anticipadas, por una única comisión especial nombrada por el Poder Judicial.
   Sumamente extraño.  
   Todo esto con una intensa como sugestiva cobertura mediática.
   Más extraño todavía el detalle, nada banal, de la cantidad de altos funcionarios y personas relacionadas con el poder denunciadas a lo largo de todo el proceso.
   Y no son chusmeríos de pasillo, sino nombres y datos concretos.
   Más aún, se hizo saber  que en los años 1999 y 2000 fueron retirados del Registro por el poder a cargo, y llevados a la casa de Gobierno, todos -lo quiero remarcar para que no queden dudas- todos los índices registrales de titularidades reales y de gravámenes e inhibiciones, esto es,  la base donde figuran los dueños y su situación jurídica.
   Es posible que  esta información le retumbe,  porque está cubierta -y también quiero que se escuche bien- por un ruidoso y llamativo silencio judicial.

ARDE EL DEBATE POR EL TEMA ABORTO
   Manifestaciones, reuniones íntimas y privadas, ruidosas marchas, carnavales callejeros, encendidos cruces verbales en radio y televisión, profundos, sesudos y medulosos análisis de los que saben y de los que todo lo ignoran pero lo mismo opinan, están jalonando el camino del tema aborto de inminente tratamiento, ya con media sanción de diputados, a la cámara de Senadores.
   En el mismo lodo, todos manoseaus, como dice el emblemático tango y en esa melange intervienen los políticos avezados y los desorientados, los médicos con disímiles argumentos aunque a la ciencia no es bueno discutirle sin saber, la iglesia con su postura milenaria y todo encerrado en los colores verde de las abortistas y en el celeste de las que lo deploran y rechazan.
   Hubo como era de esperarse aunque con relativa violencia al menos hasta ahora, algunos aislados episodios  desagradables y es llamativa la imaginación de los autores de los textos que lucen las pancartas, tanto del sí como las de la negativa.
   Pero el plato fuerte está en los diarios análisis y en alguna medida las predicciones mediáticas acerca de la cantidad de votos que llevaría cada postura en el magno recinto donde deciden los representantes.
   Un día gana uno, al día siguiente gana el oponente, después empatan y finalmente casi todos coinciden en que los dueños de la verdad serán los siete, ocho o nueve que por ahora son los indecisos, sin contar los que pueden llegar a hacerse “la chupina” o “la rabona” o “la rata” como lo hacían en el secundario, los que lo cursaron.
   Ahora, si en definitiva será de ellos la responsabilidad, ¿para qué pelearse tanto, enemistarse dentro de la familia, en los grupos de amigos o en el lugar de trabajo?
   Y como en todas las cuestiones serias no falta la gotita graciosa aunque no endulce el panorama, aparecieron los y las travestis, los y las trans y toda la gama de esas íntimas elecciones sexuales o de vida, fijando su postura.
   Y cómo será de generosa la democracia, que para muchas y muchos fue palabra santa la opinión de un especímen que en una tierra donde pareciera que escasean los machos, creyéndose mujer se transformó en símbolo sexual de estas tierras sorprendentes.

ALGUIEN DEBE HUMANIZAR A LA APROSS
   Partiendo de la base que la APROSS no es una obra social sino una administradora de servicios de salud, de entrada nomás tal definición nos la presenta como una empresa más apegada al lucro que a la sensibilidad, dejando marginada esa función de trabajar más por el bienestar de sus afiliados al estar notoriamente superada por un cometido administrativo.
   Y así son los resultados con un organismo superpoblado que de acuerdo con el comentario generalizado es otro de los destinados a bolsa de trabajo en muchos casos para pago de favores políticos o compromisos con laboratorios y profesionales.
   Y como una gigantesca máquina de decir que no, desenvuelve sus objetivos con un amplio sentido negativo: no reconoce -es sólo un ejemplo- la condición de enfermedad crónica a la hipertensión en los adultos mayores, ha tercerizado las emergencias que ha sabido anunciar demoras superiores a las 8 ¡ocho! horas, otros absurdos y permite una actualización periódica de eso que se aplica como “coseguro” para maquillar aquella ridícula y desterrada pésima costumbre del plus.
   Párrafo aparte y de reconocimiento a los servicios que se brindan en la unidad que funciona en el edificio del antiguo Hospital Español de esta capital, modelo de eficiencia y correcta atención profesional.
   Pero todo esto se empequeñece frente a una muerte que bien pudo evitarse y peor aún cuando la víctima de la desidia fue una sufrida adolescente. La trama burocrática fue más desalmada que la propia enfermedad; se mostró más insensible que las necias dilaciones y los inexplicables requerimientos, cuando la gravedad de la situación imponía trámite sumario frente al sagrado deber científico y humanitario en defensa de la subsistencia terrena.
   Ocho meses para resolver un traslado a Brasil, cuando vemos ya sin asombro que se dilapidan millones de pesos en viajes políticos y sociales de dudosa necesidad y urgencia o se derrocha en gastos superfluos o inoportunos a los que el “cordobesismo” ya se habituó.
   Natalí -15 luminosos años- partió sin regreso porque su mal fue más veloz que la pachorra estatal.
   Dudo que los parásitos cultores de la burocracia hubieran aguantado el calvario que debió soportar ultrajada de dolor, olvidos y dejadez, una niña que recién se asomaba a la vida.
   Ella por fin, merece descansar en paz.
   Los otros, los culpables, no merecen ni siquiera misericordia…

COSTOSO CALENTAMIENTO HOGAREÑO
   Son ellas quienes por lo general reciben en sus casas la correspondencia que llega al hogar, y en los viejos tiempos se aguardaban con ansias las noticias de parientes que el correo llevaba y traía, en años más recientes con demoras espantosas hasta que aparecieron los fax y por último el correo electrónico que se encargó de devorar las distancias.
   Pero no todo cambio es siempre para bien, porque ahora aparte del correo, del fax y de los mensajes por los celulares, está la llegada por cualquier medio de dos o tres torturas a las que obligadamente estamos sometidos los argentinos, pero que en Córdoba duplican su gravedad.
   Estoy hablando de las facturas por el consumo de gas y de agua, que en el primero de los servicios viene mostrando un incremento alocado que lo ubica virtualmente en la poco deseada calidad de impagable porque hay casos de un 300 por ciento entre una factura y la del mes siguiente.
   Para colmo en el tema gas si alguien necesita que le aclaren la verdad del despojo -porque en nuestro país cobrar eso es un abierto despojo- tiene que costearse hasta el límite norte de la ciudad y rogar que no estén de asamblea o de paro para que lo atiendan tras una espera de varias horas.
   Y piénselo bien antes de pedir que le inspeccionen la casa porque si se sospecha que hay pérdidas y por eso le cobran tanto, si descubren una mínima anomalía le cortarán el servicio y si es en un edificio eso será para todos y tras reparar el problema, le llevará demasiado tiempo conseguir la reconexión y tendrá que quemar los árboles del barrio para entibiarse en este duro invierno.
   Lo de la luz ya se veía venir por los absurdos desmanejos en la EPEC que quieren mostrar como si fuera modelo y es un ejemplo de lo que no debe ser, como lo son las empresas cercanas a la quiebra, pobres, endeudadas hasta las cejas pero con directivos, gerentes y empleados ricos.
   Usuarios que pagaban 700 pesos bimensuales ahora deben ponerse con 1.400 mensuales, pagando la energía eléctrica más cara del país, pero premiando a su conducción con jugosos reconocimientos monetarios a lo que allí adentro le llaman eficiencia.
   Es el drama de siempre: electricidad cara que no alcanza en verano por el calor y los acondicionadores que todos tienen pese a la crisis y en invierno por la calefacción y el exceso de demanda, que los cráneos de la EPEC conocen desde añares pero que nada hacen en materia de prevención.
   Y así estamos, pendientes de una luz que por momentos no alcanza, que a veces te la brindan con tal ímpetu que te quema los electrodomésticos que recién empiezas a pagar en cuotas y que no hay Mongo que reconozca que la culpa es de ellos.
   Sigamos vivando al cordobesismo y sus delicias…
  
ABSURDAS E INDECENTES UTILIDADES
   Días pasados me encontré casualmente con una señora, mayor ella, que es experta en cálculos de costos en cuanto a la indumentaria tanto femenina como de los artículos para hombres.
   Se me ocurrió recorriendo el centro, que me fuera evaluando algunos costos y al ir viendo ejemplos clásicos, mi sorpresa fue enorme porque al menos aunque ingrata, me sirvió para corroborar mi creencia sempiterna que nos hacen pagar un artículo muy por encima no tan solo de su costo, sino de su precio emergente contando personal, impuestos, servicios  utilidades y otros rubros.
   Un par de zapatos bonito, moderno, a la moda, tenía un costo total aproximado a los 810 pesos pero en la vidriera lucía a 3.500 y con tarjeta 10 por ciento de recargo; un par de botas para ellas, discreto, de dudoso cuero y con esos tacos provocadores de esguinces y torceduras, el cálculo era de 1.260 pesotes por todo concepto, pero allí lo mostraban a 4.999 porque ¡estaban liquidando!
   Con la ropa, otro tanto: un conjunto de trapitos cosidos entre si de tela común y corriente, nada de sedas o gasas, con un costo real de 270 pesos se ofrecían a la módica suma de 990 pesos contado.
   Y así todo en idéntica proporción que hacía elevar el nivel de bronca por sentir en el aire ese molesto vientito del abuso y de la angurria sin límites.
   Después se extrañan que quienes viajan a Chile traen zapatillas que les cuestan 600 pesos y aquí valen 2.500 o tapados allá a 900 pesos, los mismos que aquí se venden a 3.000.
   ¿Se acuerda de los televisores de pantalla grandota, lo que costaban antes del mundial de Rusia? Ahora los mismos aparatos están a la mitad de aquellos precios y en una culada de cuotas.
   Por fortuna -algo de fortuna nos merecemos- existen comercios donde aplican utilidades más moderadas, aunque sean estigmatizados como “de segunda” por sus precios que están al alcance de casi todos.
   Y si esto ocurre con la indumentaria, de igual manera sucede con los alimentos, el entretenimiento, el cine que sigue en decadencia o los precios en bares y confiterías que en algunos casos bordean en lo extremadamente excesivos para una mediocre calidad.
   A lo bueno, en todo sentido, hay que pagarlo.
   Con razón a veces no nos explicamos cómo en lo que aquí le llaman liquidaciones llevan los precios a menos de la mitad de lo que estaban: es muy claro porque ahora, vendiendo a la mitad, también ganan y no poco porque en el comercio, nadie regala nada.
   Eso es más viejo que la espalda…


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