Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” del 24/03/19 emitido en dúplex por AM580 y la 88.5FM ambas de Radio
Universidad de Córdoba.
No
existen las “gauchadas” gratuitas…
¿LA CAJA DE JUBILACIONES PASARÁ
A DEPENDER DEL ESTADO NACIONAL?
Es muy cierto aquel dicho que sostiene que cuando el río suena,
es porque agua trae y en el tema de la Caja de Jubilaciones de Córdoba tal
aserto no es una excepción.
Más aún en tiempos de campaña electoral, que
se acentúa la utilización de la promesa como la mejor arma y argumento de la
demagogia, en la certeza que los argentinos somos de memoria corta en general,
y con el paso del tiempo a veces nos olvidamos de reclamar por el no cumplimiento
de anuncios que llegaron a ser sonoramente rimbombantes, alentados por el
costoso aparato propagandístico de los gobiernos de turno.
Ahora se andaba rumoreando aquello tan viejo
de la “armonización” que propendía una especie de equiparamiento de nuestras
jubilaciones provinciales con las magras que se otorgan en el nivel nacional,
en cuyo caso los cordobeses perderíamos por goleada.
Sin embargo estos tiempos preelectorales son
también tiempos de negociaciones, trenzas, acuerdos y pactos secretos o no,
entre las partes involucradas en cualquier cuestión.
Y ahora, habida cuenta del enorme
endeudamiento provincial, tan elevado como escondido, llegó el momento de algún
pacto con la Nación especialmente -se supone- para terminar con aquellas
diferencias en cuanto a montos que nos adeuda el puerto por la coparticipación.
Y allí estaría la clave de la cuestión, porque
ningún favor político es gratuito y a ese precio inevitablemente lo pagamos
todos, a nivel provincial por una parte y al nivel nacional por la otra.
No es casual en estas últimas horas -nada que
ver con las jubilaciones- que habrían consolidado nuestro mandamás del
cordobesismo y ella, la señora que en lugar de devolver le encantaría volver,
precisamente para no devolver.
Y algo tiene que ver Pablo Carro, el joven
candidato a la gobernación por el kirchnerismo remanente, quien decidió no
participar de la consulta popular del 12 de mayo próximo.
Y por aquello de que esos favores no son
gratuitos, baste recordar pese a la cortedad de la memoria argentina que en el
2011 el justicialismo cordobés bajó su lista de diputados nacionales,
favoreciendo con esa determinación a doña Cristina y que siete años después, en
el 2018 los diputados del Frente para la Victoria y de Unión por Córdoba
votaron coincidentemente para excluir a Mario Negri del Consejo de la
Magistratura.
Pero allí no terminó todo: más
recientemente, el año pasado si mi memoria no me traiciona, en el Senado de la
Nación impidieron el desafuero de la ex presidenta y lo que es más grave por
sus consecuencias que se advertirán en el tiempo, modificaron la Ley de Extinción
de Dominio, con lo que dejaban excluída la recuperación de los bienes
adquiridos mediante corrupción y saqueo y coimas en los últimos años.
Ese puede ser el costoso precio político,
aunque el beneficio para los protegidos es enorme: la garantía de gozar una
libertad no merecida.
24 de
marzo de 1976
TODAVÍA ES DOLOROSO
RECORDAR QUE NOS
CONDENARON A LAS TINIEBLAS DEL ESPANTO
Contar con los dedos o con la memoria el
resultado es el mismo: parece mentira, pero han pasado 43 largos o interminables
años…
Y ha transcurrido tanto tiempo -o un
instante, para muchos- desde aquella noche en que un grupo de pretendidos
iluminados, con la mortal prepotencia de las armas, interrumpió la legitimidad
de un gobierno que, pese a sus carencias y errores, era el resultado de un
alicaído proceso democrático.
Fue el día inaugural de aquellos años de
miedo y de plomo; de terror a dos puntas, como a dos puntas fueron luego el
secuestro, la tortura y la muerte, sin que esto de ninguna manera sea plantear
o sustentar una estúpida reivindicación de la teoría de los dos demonios, sino
la honesta y sincera enunciación de una realidad que nos tocara padecer. Las
enormes ventajas de una impunidad sangrientamente aprovechadas por el
terrorismo de estado terminaron con una o dos generaciones de argentinos,
románticos e ilusos patriotas para unos, y guerrilleros o subversivos para
otros.
La masacre es la masacre. Los muertos y
asesinados son asesinados y muertos cualquiera haya sido su forma de pensar.
Fue un precio demasiado elevado, para darnos
cuenta que aquello de la purificación por la sangre es una irremediable forma
de violencia que a nada conduce, salvo a la desintegración social y la
destrucción del país. Y es cierto eso de no perder la memoria, porque es lo que
teóricamente impide reiterar los errores del pasado, siempre y cuando se la
aproveche honestamente como memoria total, sin negaciones, escondrijos ni
manipulaciones de la historia.
Hace tiempo y al paso de varios gobiernos se
dijo que había llegado la hora de la recuperación y del reencuentro nacional, y
sin embargo subsisten los viejos odios y aquellas sangrantes heridas que muchos
se empeñan en no dejar que cicatricen, porque es el mejor terreno que necesitan
para alimentar sus delirios.
Los argentinos que amamos a esta Patria,
estamos convencidos que la justicia es necesaria, tan necesaria como inútiles
son la revancha o la venganza. Nadie pretende el olvido, siempre y cuando aquel
ejercicio de la memoria, sirva para unirnos y no para ahondar el odio, la
grieta y el desencuentro.
A mí no me la contaron.
Han pasado tantos años y sinceramente me
parece que merecemos ser felices incluso nosotros, los que hemos vivido el
espanto, aquel espanto que hoy muchos improvisados tocadores de oído, imberbes
ahora y ni siquiera espermatozoides en el ’76, pretenden reflejar a su manera y
sin ponerse colorados.
Han sido 43 años en la búsqueda de la
verdad, una lucha que se hizo, y aún se hace, con el enorme componente político
de las ideologías, tan enfrentadas ahora como en aquellos tiempos del
desprecio. No digo que sea necesario aquietar las pasiones, porque sería
pretender un arco iris en blanco y negro.
Pero si, dentro de lo posible y para
alcanzar la paz integral que tanto necesitamos, merecemos y ansiamos, es
imperioso recuperar el camino del respeto y de la grandeza de pensamiento, sin
mezquindades, autoritarismos ni prepotencia.
Pero sobre todo, dejando que la justicia
haga lo suyo y la memoria no circule en una sola dirección. Porque la memoria
parcial, bien lo sabemos, es una manera perversa y despreciable de encubrir
mentiras.
Y jamás dejemos de recordar que el
terrorismo de estado no se inició en 1976, sino que los argentinos lo vimos
recrudecer durante los gobiernos de Perón y de su tercera esposa, en la primera
parte de la década del 70, cuando la dupla Isabel-López Rega y compañía, dieron
a luz aquella maldita criatura de las tres A.
Es una porción de nuestro drama y no es
gorilismo como los amnésicos pretenden maquillarlo.
Y es parte de lo vivido y sufrido.
Procuremos honrarla sin olvidos, respetando
eso que la memoria es el lápiz de la historia.
Nunca es tarde y es hora de empezar a
escribirla con honestidad, autocrítica, grandeza y patriotismo.
Bien
vale decirlo una vez más
PERIODISTAS DURANTE
LA DICTADURA MILITAR
Aprovechando la fecha y en mucha medida
frente a la ignorancia de la sociedad o ante los enfoques de sectores que lejos
estaban de conocer a fondo la realidad, me voy a permitir reiterar conceptos
que en ocasiones anteriores me tocara expresar.
En estos últimos meses la sociedad cordobesa
y con expectativas más allá del ámbito nacional, asistió al juzgamiento de
varios militares acusados por delitos aberrantes perpetrados durante la década
del ’70.
Naturalmente no estuvieron solos y como
siempre, contaron con la complicidad de civiles amigos y miembros de otras
fuerzas de seguridad.
Buena parte de la Iglesia colaboró con su
silencio.
Buena parte de la comunidad aportó su cuota
de miedo.
Algunos sectores políticos mostraban
indiferencia.
Las empresas periodísticas acataban sin
chistar el manual de estilo, la censura y los aprietes telefónicos que les
imponían los militares.
Si hasta prohibieron una historieta: Lindor
Covas, un gaucho matrero, mujeriego y enemigo de la autoridad.
Le hicieron cambiar el nombre artístico al
Soldado Chamamé porque se sentían ridiculizados y ofendidos.
Olmedo no pudo hacer más el Capitán Piluso,
porque un militar no podía andar armado con una gomera.
Los periodistas debíamos caminar entre las
dos veredas, apretados por ambas: nos tocaba ir a retirar los “partes de
guerra” que dejaban montoneros, erpianos y otros en los baños de algunos bares
o bajo el banco de cualquier plaza, como asimismo asistir a las conferencias de
prensa que ofrecían autoridades del ejército o de otras fuerzas de seguridad.
Desde ambos bandos -aunque no lo dijeran- seguramente estábamos sospechados de
trabajar “para los enemigos”.
Escribíamos a conciencia lo que veíamos,
pero después en muchos casos se publicaba otra cosa.
Y cuando aparecían las listas negras,
estábamos allí los periodistas y no los
empresarios de los medios de comunicación, para muchos de los cuales éramos
solamente un número de legajo y un sobre a fin de mes.
Y ante los dictadores, una moneda de cambio
que asegurara su impunidad y su prosperidad.
La tarea de investigar la actuación de los
medios periodísticos durante los oscuros tiempos del desprecio, aunque sepa que
es un sector poderoso, es una deuda pendiente que ahora, hoy, la Justicia tiene
con la sociedad.
Muchos de esos medios que claudicaron y
agacharon la cabeza sin pudor, ahora son leones lo mismo que los “descolgadores
de cuadros” que con gran sentido del oportunismo supieron aprovechar el ocaso
militar.
Claro.
Ya no había riesgos, no tenían fierros y
tampoco soldados.
Muchos exponentes de eso que ahora llaman
moderno periodismo y “periodismo militante” -direccionado hacia un solo
objetivo que curiosamente no es la objetividad- pretenden actualmente y tocando
de oído, enseñarnos cómo se vivían aquellos tiempos dentro de nuestra profesión
y para colmo con cierta desfachatez de juzgarnos con rigor, sin testimonios
válidos y sin el pudor del respeto.
Nada ha sucedido como para que yo, como
periodista, modifique mi enfoque de aquellos tiempos que nos tocaron vivir
siendo protagonistas más que testigos, en lugar de los que juzgan por lo que
les contaron.
Mi conciencia nada tiene para reprocharme.
Otra
falta de respeto al usuario/rehén
LA “EFICIENCIA” DE LA EPEC NAUFRAGA
EN EL SIMPLE
TRÁMITE DE FACTURAR
Sería tan enojoso y enervante de los ánimos como inútil y sin
sentido, replantear nuevamente la cuestión de la bonificación a la eficiencia,
de la tarifa más elevada del país y del peor servicio eléctrico que se presta
en Argentina, para referirnos a nuestra deficitaria y demostradamente obsoleta
Empresa Provincial de Energía de Córdoba.
Pero ese collar de absurdos y su vigencia se
enriquece con una nueva situación que se plantea desde poquitos meses atrás, con
sugestivo silencio mediático, que es una nueva injuria a los sufridos usuarios,
rehenes obligados por el monopolio a consentir demandas, exigencias y caprichos
que por lo general parten de la insaciable conducción sindical.
De acuerdo con los comentarios recogidos,
los directivos de esa decadente empresa, como si no contaran con personal
suficiente o no estuvieran capacitados para hacerlo, o como represalia a las
acciones gremiales reduciendo pago de horas extras, habrían tercerizado la
lectura de medidores, a partir de la cual se establece el consumo y la
emergente facturación.
El resultado no ha sido ni siquiera malo,
porque se advierte que calificarlo de pésimo es para quedarnos cortos.
Cientos de usuarios no reciben las facturas
y se acumulan dos o tres, mientras la página de la EPEC por internet, con algo
de suerte, frente a las consultas de los ansiosos por pagar y dejar de acumular
deudas, directamente no funciona o contesta con un lacónico: “el usuario no
registra deuda” lo que es una soberana mentira.
Pero hay un agravante: a veces a esos
frustrados en sus intenciones de estar al día, les llegan dos o tres facturas
juntas, con plazos fatales y se han dado casos de cortes del servicio, cuando
la culpa es exclusiva de la empresa que aplica un método deplorable en calidad
administrativa.
¿Falta algún agravante? Es probable, porque
no creo que sea tan cierta una situación que me comentaron no es parte de casos
aislados: quienes van a ponerse al día, deben pagar todas las facturas
atrasadas con los recargos correspondientes, luego protestar y si se les
interrumpió el servicio, no se lo reconectan mientras no paguen. Y el colmo,
con cargo por la reconexión.
Es para rogar que todo esto no sea tan
cierto, porque los vecinos afectados a veces exageran por desesperación o por
impotencia.
Está en la EPEC poner las cosas en claro,
pueden hacerlo gratuitamente como comunicado de prensa, y no gastar tanto en la
pretensión que la gente crea que son los mejores…
Las
idas y vueltas son imparables
LA MEGACAUSA DEL
REGISTRO VIENE
SORPRENDIENDO ASÍ PASEN LOS AÑOS
En un escrito
referido a la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba puede leerse la
expresión: “el Gobierno observa que las resoluciones judiciales tanto de la
Cámara Décima como del Tribunal Superior de Justicia han ratificado los riesgos
del juicio en libertad….”, como fundamento de una prisión
preventiva.
La contradicción de
la medida con la normativa nacional e internacional vigente, que establece la
libertad durante el proceso y el encierro sólo después de un juicio justo,
enciende alertas, porque si bien existen excepciones en el caso de
delitos graves contra las personas, no es ése el caso de esta causa donde el
encierro “preventivo” fue adoptado como norma.
Y ¿cuál podría ser
el riesgo entonces? Si esta prisión busca evitar la fuga, en el caso
del Registro la mayoría de los imputados son trabajadores comunes, con familia,
con vivienda, con arraigo y sin fortuna.
La misma Justicia ha
establecido que esto no es riesgo.
¿Entonces? La Comisión Interamericana de Derechos Humanos
expresó en un comunicado que cuando un imputado llega al juicio esposado,
proyecta sobre los jueces una sombra de culpabilidad que favorece su condena.
¿Será ese
riesgo la posibilidad de defenderse sin presiones y ser absuelto?
¿Tendrá relación con que exista una comisión especial única para todos los
juicios o con el hecho de que se repitan tantos juicios a los mismos imputados?
Y hay más
interrogantes: ¿Habrá alguna conexión con la ausencia de altos funcionarios
imputados o presos? En el comienzo del año judicial la presidente
del Superior Tribunal de Justicia de Córdoba manifestó que el Poder Judicial
necesita recuperar la credibilidad y la confianza de la sociedad.
Sabemos que es así,
pero que no podrá lograrse en tanto lo arriba narrado no se cambie.
Argentina
sigue siendo país generoso
NO EXISTE LA RECIPROCIDAD EN CUANTO AL
TRATO QUE RECIBIMOS COMO EXTRANJEROS
No pocas veces me ha tocado salir del país y
por esos imprevistos de la vida, he necesitado atención médica por hechos
fortuitos, que me obligaron a concurrir a centros de atención médica tanto
privados como estatales.
En cualquiera de ellos, salvo alguna honrosa
excepción de Brasil, la atención particular es demasiado onerosa como lo es
amplia y cariñosa la prestación estatal para emergencias, en virtud de un
acuerdo de reciprocidad suscripto años atrás.
Esto se relaciona con la calidad de
anfitriona ideal que tiene Argentina en el mundo y la prueba está en las
universidades e institutos de enseñanza que albergan a una creciente cantidad
de extranjeros, sujetos a las mismas condiciones que los nativos, sin odiosas
excepciones.
Y los que llegan en calidad de refugiados,
tienen en ciertos casos más ventajas que nuestros compatriotas, pero se empeñan
en exigir cada día más hasta el punto de reclamar planes sociales que por
ejemplo en zonas limítrofes fueron calificados como ilegales porque los beneficiarios
se transformaban en votantes de algún candidato político.
Para colmo, no faltan los ejemplares
agresivos, con maltrato hacia quienes les abrimos las puertas de la esperanza.
Somos generosos y amplios, honestos
receptores de corrientes extranjeras desde siempre, lo que no es correspondido
por otros países y si lo duda, procure usted trabajar en Chile, en los Estados
Unidos, en España, en Paraguay, en
Bolivia o en Uruguay, por ejemplo, sin estar radicado.
Sin embargo aquí hay un abuso de la
hospitalidad porque no hay una reciprocidad que es para suponer tácita e
incondicional.
Alguna vez, sin caer al extremo de
transformarnos en inaccesibles, se debiera legislar con una base de intercambio
real y honesto acerca de quienes acuerdan pactos con nosotros.
Es muy triste sentir y padecer el desamparo
en tierras extrañas, cuando la vida y la historia nos han hecho respetar
aquello de que Argentina, para todos los hombres del mundo que quieran habitar
su suelo.
La
estación más bonita del año
DEJEMOS QUE NOS
ATROPELLEN LOS
OCRES DEL BELLO OTOÑO CORDOBÉS
Es
probable que para algunos sea la más triste y opaca de las estaciones, por eso
de las hojas amarillentas, el viento molesto y la aparición de las primeras
sensaciones distintas y opuestas al calor.
Posiblemente
un exceso de romanticismo -para muchos, un sentimiento caído en desuso-
prefiera hablar de los tiempos de nostalgias, de los colores apagados, del
verde que empieza a ponerse pálido y de las nubes que dibujan imágenes
alucinantes.
Lo mejor, asumir el otoño con el alma, más
que con los ojos.
El otoño, aparte de ser uno de los cuatro segmentos del año, es también una etapa trascendente en la vida de las personas, por aquello de llegar a los umbrales del invierno, que es cuando mueren muchas plantas, el frío se nos mete en los huesos y ese calor juvenil que vemos alejarse del alma.
El otoño, aparte de ser uno de los cuatro segmentos del año, es también una etapa trascendente en la vida de las personas, por aquello de llegar a los umbrales del invierno, que es cuando mueren muchas plantas, el frío se nos mete en los huesos y ese calor juvenil que vemos alejarse del alma.
Sin
embargo, para muchos y por ser el acceso a cosas distintas, el otoño es
maravillosamente bienvenido, portador de novedades e ilusiones que, a veces con
certeza, se concretarán después que pase el invierno.
Por eso la transición del otoño tiene la
magia de la nostalgia que dejamos y de la esperanza que camina hacia nosotros,
con su promesa de flores, de renovados aires, de amores incipientes.
Casi como si el amor sólo fuera un
privilegio que se vive y se madura fatalmente entre septiembre y marzo.
Eso, para los que no saben ni conocen la
maravilla de enamorarse en el otoño del calendario, ni en el otoño de la vida. Solo basta con que al reloj de arena que llevamos en el
alma, lo pongamos horizontal.
En
cuanto a lo estrictamente paisajístico, el otoño cordobés es algo así como un
paraíso de los ocres, con una silenciosa explosión de tonalidades como para
volver loco a un daltónico.
Ya
le abrimos las puertas tras las lluvias y todo el reciente verdor, con la
esperanza de ir viendo crecer la luminosidad del cielo, la pureza del aire y un
resurgimiento de esa poesía que es pisar hojas secas y crujientes, o sentir en
la cara una brisa que dejó de ser molesta y agobiante.
Nuestro otoño es único en los árboles, en el paisaje, en el aire y
Nuestro otoño es único en los árboles, en el paisaje, en el aire y
en
el cielo.
Hagamos
entonces que el otoño de la vida sea igual de placentero, un regalo que nos
debemos hacer a lo mejor no tanto por merecerlo, sino por tener la inmensa
dicha de gozarlo.
Con
sufrimientos o no.
Con
riquezas o con deudas.
Con amores o sin ellos.
Con
penas o no.
Con
ausencias o no.
Solo
con lo más importante: con la maravilla de saber que estamos vivos.
Y
para un otoño más, tanto no es poco...
Para esperar el
fresco
NUESTRO CHEF ANGELITO
NOS REGALA UNA PAELLA
Es cierto que los cocineros españoles deben
ser los más duchos en la preparación de paella, de la que hay algunas variantes
de acuerdo a cada región de su país, pero que en general el plato tiene
definida personalidad. En el exterior y en ciertos casos, se la han venido
agregando algunos ingredientes como maneras de prepararlo, ajustándose a las
costumbres y gustos locales. Nuestro chef Angelito es respetuoso de las
tradiciones culinarias y propone este domingo la preparación de una paella que
puede ser considerada clásica, cuyos ingredientes señalamos a continuación: 500
gramos de mariscos surtidos (camarones, vieyras, almejas, langostinos, berberechos
y otros que se puedan conseguir); dos cebollas, un morrón rojo, dos dientes de
ajo, perejil, 150 gramos de arroz doble carolina, 100 cm cúbicos de vino blanco
seco, medio litro de caldo de pescado fumet, una latita de azafrán o condimento
para arroz, pimentón a gusto, arvejas (mejor si son frescas), ají molido y sal
en cantidades suficientes. En cuanto a la preparación, nuestro discípulo de
Francis Malman lo explica detalladamente y puede ser encontrada en el espacio
de audios, ubicado en la parte superior, al costado derecho de este blog. Es
aconsejable una vez preparado, depositarlo en algún recipiente que conserve el
calor. Para acompañar este plato exquisito y visualmente atractivo, nada mejor
que un blanco chardonnay, viogner aunque también muchos exigentes y
“dilettantes” lo hacen con champagne o espumante extra brut o brut nature.
¡Buen provecho!
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