“LA VIDA ES MARAVILLOSA
SI NO SE LE TIENE MIEDO”
Tiempos difíciles, desafíos inéditos, libertades avasalladas por un microorganismo que se empeña en hacer daño, están poniendo a dura prueba no tan sólo a nuestras maneras de enfrentar la adversidad, sino intentando conocer los mecanismos humanos que pelean por la supervivencia y cuáles son los límites de nuestra propia capacidad de lucha.
Hemos llegado a los 100 días de una crisis inimaginable que nos viene atacando, precisamente desde 100 días atrás.
Y nada mejor que citar a los sabios una vez más.
Ortega y Gasset supo sostener que “El valor supremo de la vida está en perderla a tiempo y con gracia. De otro modo la vida que no se pone a carta ninguna y meramente se arrastra y prolonga en el vacío de sí misma ¿qué puede valer? ¿Va a ser nuestro ideal la organización del planeta como un inmenso hospital y una gigantesca clínica?”
Y es la sabiduría y el paso de los tiempos lo que nos enseña a no temerle al miedo sino a respetarlo porque el miedo es padre de la crueldad sin olvidarnos esa dura sentencia de Hugo Wast que debieran tomar en cuenta especialmente los gobernantes: “Que nadie se vaya a dormir teniéndote miedo pues se despertará teniéndote odio. Si quieres que te quieran no te hagas temer”.
No tan sólo son 100 días más (o menos), para nada comparables a todo lo que nos merecemos en la vida, para un futuro que siempre nos está esperando.
Gonio Ferrari
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