Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” edición n° 625 del domingo 14/06/20 emitido en dúplex por AM580 y la
FM88.5 ambas de Radio Universidad Nacional de Córdoba.
Vicentín, Visintin o
como se llame
AHORA LAS DUDAS NAVEGAN ENTRE
LA
CONVENIENCIA O NO DE INTERVENIRLA,
GESTIONARLA
O EXPROPIARLA
Será porque
geográficamente no estamos tan cerca del problema, será porque el nombre a los
cordobeses no nos llama la atención ni nos hace ruido porque no es familiar,
será por el cúmulo de reacciones generadas o será y a esto lo estimo como una
especie de sincericidio, que no es bueno evaluar profundamente una situación si
no se la conoce, precisamente, en su enorme profundidad como lo es este caso,
medida en las variadas reacciones que ha provocado.
Antes que nada sería prudente quitarle a este
conflicto sus componentes partidistas e ideológicos, lo que nos llevaría a la
ilusa pretensión de observar el asunto sin maquillajes ni cirugías estéticas,
de todas las que vemos se vienen practicando desde las distintas corrientes de
pensamiento interesadas en intervenir cada una por sus lógicas apetencias.
Intervenir una empresa conflictuada desde
adentro o hacia afuera se me asemeja a meterse en la íntima vida de una
familia, a la que en casos parecidos solemos optar por el clásico “que se las
arreglen entre ellos” y si no pueden o no quieren, buscar voluntariosos
mediadores que acerquen posiciones antagónicas o eliminen obstáculos, que a
veces suelen ser el ropaje con el que buscan esconder sus verdaderas
intenciones, los infaltables ávidos por
apropiarse de bienes ajenos con el despliegue del menor esfuerzo y costo
posibles.
Es entonces que para aquellos que no estamos
en la postura academicista de manejar ni manipular complejas leyes, usos y
costumbres del comercio en tan elevado nivel empresario, optamos por sostener
una visión particular cercana a lo romántico por así decirlo, y si es posible,
remitirnos a casos similares que hubieran ocurrido y de los que pudiéramos
adherir o rechazar de acuerdo con los resultados que nos muestra la historia,
no tan sólo la nuestra sino de situaciones similares ocurridas en otras
geografías.
Muchos e importantes personajes de la
política, del empresariado, del sector gremial y de otras manifestaciones
corporativas de la sociedad han hecho públicas sus posturas, cada uno con su
impronta y su vehemencia para un tema que para nada puede caer en la
indiferencia porque algunos -dirán que nunca faltan los agoreros- no
advirtieron o prefieren ignorar, ciertas reacciones que provocara el sólo
anuncio muy cercano a la inminencia, de la intención de intervenir, pasar a
administrar o lisa y llanamente expropiar para el Estado una importante empresa
cerealera de cuna santafesina según tengo entendido, pero con difundidas
ramificaciones dentro y fuera de nuestro país.
Esos detalles la transforman en trascendente
y motivo de atención o de distracción de problemas mayores, si se prefiere,
pero cada vez más alejada del desinterés para aquellos argentinos entre los que
me incluyo, poco letrados en esa materia de la alta economía y el gran
empresariado.
Y por todos los argumentos esgrimidos es que
en estos casos suele ser prudente para no adelantarnos a los acontecimientos
que se avecinan, mirar en nuestro derredor para recoger experiencias similares
que bien pueden ser aplicables, por similitud, a una realidad que cada vez
consideramos más próximas.
Nada mejor que una referencia al archivo, que
es un elocuente cómplice de la buena memoria, sin dejar de lado, por su
importancia histórica una de las últimas manifestaciones presidenciales del Dr.
Alberto Fernández referidas a esta espinosa cuestión, quien hace pocas horas
comentó, textualmente que “Los dueños de Vicentin quieren que los salvemos pero
sin poner nada”.
A propósito de poner, nuestra contribución
dentro de la ignorancia confesada acerca de estas espinosas controversias, es
un pedacito de memoria comparada entre manifestaciones de nuestro Presidente de
la Nación y de quien lo fuera, allá por unos años atrás, el primer mandatario
venezolano el comandante Hugo Chávez quien nacionalizó por expropiaciones más
de medio centenar de empresas entre ellas la petrolera, y un país que fue potencia
petrolera, ahora debe exportar el petróleo de sus amigos iraníes. Sin tomar en
cuenta por ahora lo que nos está saliendo YPF por los juicios, escuchemos lo
prometido:
(El audio
editado con declaraciones del ex presidente venezolano Chavez y de nuestro
actual Presidente Dr. Alberto Fernández donde ambos pese a la distancia en el
tiempo hablan de “soberanía alimentaria” como también información sobre
comentarios de Angela Merkel, pueden ser encontrados en la columna
correspondiente ubicada en la parte superior derecha de este blog).
Casi silenciosamente…
ESTÁN LLEGANDO VACUNAS Y ESO ES
BUENO PORQUE SERENA ANSIEDADES
Días pasados y recogiendo quejas de muchos cordobeses,
reclamamos por la demora en llegar las vacunas contra la neumonía,
especialmente de las segundas dosis llamadas refuerzos, para cubrir de manera
preferencial a la población de mayor riesgo, o sea mayores de 60 años y de
manera especial a quienes un año atrás se aplicaran la primera dosis en los
vacunatorios de Córdoba, sin pagar un centavo porque la cobertura estuvo a cargo
del gobierno de la provincia.
Y un detalle simplemente
anecdótico pero que desnuda algo que bien puede ser considerado inadmisible: la
APROSS que no es una obra social sino como bien lo dice la sigla, una administradora
provincial de servicios de salud le aplicaba esa vacuna a sus afiliados o
rehenes si se los quiere llamar, pero debían conseguirla en farmacias
particulares y pagar por cada una 3.100 pesos de lo que ese organismo se hacía
cargo sólo del 30 por ciento.
Sin embargo parece que la
sensibilidad alcanzó a llegar al Panal antes que los reclamos más vehementes y
casi sin anunciarlo, los vacunatorios comenzaron a aplicar ese medicamento y
otros como la antigripal y aún más, se instalaron puestos móviles de vacunación
en plazas de la ciudad con apoyatura policial y algunos militares también,
aparte de lo que se atendía, por ejemplo en el Hospital Pediátrico del Niño
Jesús entrando por la cochera, en el viejo Hospital San Roque y en otros
centros asistenciales.
Realmente para quienes no somos
de aplauso fácil por eso de la obligación que tienen los gobernantes de hacer
las cosas bien, es oportuno reconocer el valioso aunque retardado gesto y
ponerlo como ejemplo, si de atención de temas sensibles se trata. Y la salud de
la población, de manera especial la de los más vulnerables, es uno de ellos.
“Todes” lo hicieron…
HABLAN Y DENUNCIAN ESPIONAJES
INTERNOS
COMO SI SE TRATARA DE UNA
PRÁCTICA NUEVA
Especialmente a quienes
llevamos algunas décadas vinculados con el periodismo y ejerciéndolo, no es que
nos cause estupor eso de los pomposos anuncios sobre el descubrimiento de un
sistema destinado a espiar en beneficio del gobierno o de algunos otros sectores,
ciertas intimidades de funcionarios, gobernantes, empresarios, políticos, deportistas,
militares, curas y rabinos, artistas, narcotraficantes o periodistas.
Es más viejo que la espalda eso
de los teléfonos enganchados, de los seguimientos que dejaron de ser discretos,
de la contratación de “espías” que para la fantasía remontaban a los tiempos de
007 o de Mata Hari y su terrible final, como el de tantos otros y otras que
alimentaron las realidades de las guerras frías y las historias de los consumidores
de intrigas, actos de grandeza, pactos de silencios o intercambio y escondite o
revelación de datos reservados.
Los espionajes en nuestro país
siempre han existido y aunque me salten a la yugular pretendiendo negarlos,
están escondiendo una realidad tan palpable que sería ridículo pretender
sumergirlos en el secreto y más en estos tiempos en que la tecnología a través
de mil mecanismos está en condiciones de informar cuánto gastás, en qué, a
quien le haces regalos, dónde estuviste anoche, por dónde andabas el sábado 29
de febrero de hace varios años, cómo se comportan tus relaciones, por quien
simpatizas, cómo es tu familia, como piensas y todo lo que se pueda relacionar
con cualquier persona.
Entonces, es de pendejos
ponernos a jugar a las películas como si estuviéramos descubriendo América, lo
que ya hicieron y según dicen antes que Colón, los vikingos con Erik “El rojo”
y sus aventureros seguidores a quienes muchos descalifican vaya a saber
persiguiendo qué intereses.
Todos, absolutamente todos los
gobiernos tuvieron los que se llamaban y siguen operando aunque se les cambie
el nombre, “Servicios de información” o de “Inteligencia” aunque sea dudosa y no
tan sólo durante gobiernos o desgobiernos militares, sino que en la vigencia de
la democracia también tuvieron y tienen protagonismo.
Entonces, bueno sería, aunque
para distraer atenciones nacionales & populares se utilice ese argumento de
victimizarse por la certeza documentada de haber sido espiados, que nadie
olvide la que bien puede ser considerada histórica: es atávica esa curiosidad
por saber cómo piensa tu adversario, tanto como la que suele llevar a ciertos personajes a establecer, también, que piensan
de ellos sus amigos o seguidores.
Porque la desconfianza, igual
que el espionaje político, económico, judicial, deportivo, clerical, vecinal o
empresario, también son más viejos que la espalda…
La Megacausa del Registro
TEMA RECURRENTE QUE
VIENE SUPERANDO
LA VIGENCIA DE OTRA “PRISIÓN
PREVENTIVA”
La palabra “casta” hace referencia a un
linaje o ascendencia compartido por un grupo social que determina para sus
miembros ciertos derechos, deberes o roles, según la que toque en suerte.
Posiblemente la palabra lleve nuestra mente a la antigüedad o a países lejanos,
pero una mirada a la realidad judicial de la causa del Registro de la Propiedad
de Córdoba demuestra que habita entre nosotros.
Así, el caso del juez denunciado por el
fiscal de haber recibido coimas pero fue archivado, el del escribano
pariente de una fiscal que fue silenciosamente sobreseído, el de la directora
pariente de una alta funcionaria que nunca fue cuestionada, el de los jueces
que permitieron a un muerto desalojar a una anciana o el de las fianzas
de detenidos misteriosamente desaparecidas sin ninguna
responsabilidad judicial, dibujan en el más elemental intelecto la sombra de
una casta judicial con cierta impunidad jurídica.
A su vez, el legislador acusado que no fue a
juicio y los numerosos funcionarios del gobierno denunciados con nombre y
apellido que nunca fueron citados ni molestados evidencia la existencia de
una casta política con igual
impunidad.
En la otra cara, los casos de imputados en
la causa del Registro, encerrados durante años en prisión preventiva por las
dudas, pese a ser trabajadores comunes sin fortuna ni antecedentes penales,
extendiendo acusaciones a sus contactos, amigos o parientes, con hipótesis
absurdas y condenas por decreto, desnudan la existencia de una casta popular sometida al
caprichoso arbitrio de las anteriores, pese a que nuestra Constitución hace
mucho abolió las diferencias.
¿Será por todo esto que ahora mucha gente
toma conciencia de lo que significa estar preso durante casi tres meses, aunque
el motivo nada tenga que ver con su comportamiento?. Esto demuestra que las
pandemias no son tan sólo atribuibles a microscópicos virus sino que a veces a
personajes enormes, al menos en el escenario de su desempeño frente a la
sociedad.
El comercio marginal en el centro
REINSTAURAR EL DERECHO DE UNOS
SIN
VULNERAR OTROS LEGÍTIMOS DERECHOS
No es de ahora sino que la
situación viene de arrastre amparada por ese elemento que muchos sectores
alejados de la decencia y el respeto por las leyes suelen consagrar en su
provecho, que es la impunidad.
La venta marginal en plena
calle, a la vista y conocimiento de la autoridad que debiera erradicarla y sancionarla,
instalada de prepo y a despecho de la presencia policial en plenas peatonales
cordobesas, es un reflejo de la escasa disposición oficial por controlar el
cumplimiento de disposiciones legales que la regulan, porque existen, sí,
puestos debidamente habilitados y que operan desde tiempo atrás amparados por
una licencia que se los permite.
Lo que molesta y daña
seriamente los intereses de un comercio pujante, cumplidor del pago de
impuestos pero desatendido en sus reclamos, es una especie de indiferencia o el
gráficamente llamado “vistagordismo” que caracteriza a quienes debieran
trabajar para que tales violaciones de la ley no se registren más entre
nosotros.
La Municipalidad ahora parece
haber entendido el mensaje y estaría comenzando a trabajar en el control para
una eventual erradicación de ese tipo de comercio, en el que se amparan más
allá de los artesanos, los dependientes de grandes fabricantes y en muchos
casos negociando artículos de dudosa procedencia y más aún cuando se trata de
artículos de importación.
Hay que entender la situación
social y no desoir las demandas de quienes transgreden las leyes por necesidad
de mantener a una familia y de algunos otros válidos argumentos, pero para eso
están las propuestas alternativas de ubicaciones en lugares donde no sea para
la práctica de una competencia desleal y a veces delictiva.
En buena hora que concilien
propósitos tanto la Municipalidad como la Policía de la provincia, sin cuyo
apoyo las inspecciones por las zonas descriptas representan un riesgo con un
componente de violencia, porque la prepotencia suele ser el argumento de
quienes pretenden seguir el margen de la ley.
No es posible que tan
abiertamente, las leyes hayan pasado a ser simple decoración.
Una obligación no exime de la otra
LÓGICO QUE SE CUIDE EL
CUMPLIMIENTO DE LA
“OCHENTENA” SIN DESATENDER LA
SEGURIDAD
Tantas cosas curiosas se
advierten especialmente cuando la presencia de gente y de vehículos en las
calles no es tan intensa, que provocan una sensación de hecho inusual, pero en
otros aspectos nos muestran el elevado nivel de inseguridad que sigue creciendo
al amparo de la escasa vigilancia policial y de acciones preventivas.
Es entendible que muchos
efectivos estén afectados a los controles de manera más notoria en los puentes
y accesos a la ciudad, pero es entonces que surge la pregunta inevitable: ¿Es
necesario que haya tantos efectivos para que virtualmente como sucede, se limiten
a ver pasar los coches y que de vez en cuando detengan la marcha de alguno para
controlarlo?
Lo mismo ocurre en las avenidas
de intenso movimiento en ciertas horas, donde los policías, sus patrulleros,
los motociclistas y algún otro vehículo de la fuerza, están inmóviles cuando su
presencia más se requiere en ciertos sectores marginales -o no- de la ciudad,
donde los ladrones, asaltantes, rompedores de vidrieras y aprovechados del
campo liberado, se hacen un picnic con los incautos que por desgracia quedan
expuestos a ser víctimas por falta de prevención, y si de actuación se trata,
casos hay por decenas que la policía no concurre a las demandas vecinales
aduciendo otras obligaciones y objetivos.
Alguien debiera considerar que
no todo es encierro para la gente ni limitaciones para desplazarse, sino seguir
una vida medianamente normal pese al respeto por la “ochentena”, así llamada
ahora por llevar ya 80 días de forzada permanencia en casa, salvo las excepciones
contempladas en el ya conocido decreto de necesidad y urgencia. Si la policía no tiene instrucciones de
establecer un cierto grado de operatoria preventiva, es que nos está dejando
desprotegidos y librados a nuestra suerte y lo que es peor pero ya se avizora,
a la forma individual de la defensa por mano propia.
No se puede insistir en el
error de desproteger a la sociedad, ahora que ha crecido exponencialmente el
número de desesperados por la desocupación, por la falta de ingresos, por los
efectos en muchos casos de la abstinencia de sustancias prohibidas, que se
lanzan a procurarse recursos de cualquier manera aunque sean delictivas.
Las prevención es primordial e
insustituible, más ahora en estos tiempos en que para muchos, es mayor la
desesperación que las esperanzas…
No son tiempos para amenazas
LOS CORDOBESES NO
MERECEMOS UN
SINDICALISMO SALVAJE NI
INCENDIARIO
Resulta que ahora, aparte de la
angustia ya entronizada en la población a causa de la maldita pandemia y sus
consecuencias y derivaciones, debemos asumir la nefasta importancia de esa
amenaza de convertirnos en víctimas de lo que bien puede llamarse piromanía
sindical y neronista, en alusión al tristemente célebre Nerón.
Es en cierta medida entendible
la alteración de la dirigente gremial alimentada por el ejemplo de su
antecesor, acostumbrado a la
intimidación tan pública como muchas veces impune, para mostrar imagen guerrera
frente a quienes lo sostienen en el cargo, por lo que llegó a durar más de tres
décadas y aún seguramente ronca y fuerte, entre los municipales.
Ese estilo agresivo y
pendenciero ya no tiene lugar en nuestra sociedad que demanda de sus dirigentes
mucho de prudencia y lealtad en la lucha, oponiendo argumentos y razones que
estén por encima de la violencia, del patoterismo, del daño al mobiliario urbano
que es de todos y de las agresiones a periodistas y a quienes no están de acuerdo
con la manera de apoyar sus demandas, agravado esto por el uso de máscaras que
transforma en irreconocibles a los más descontrolados.
En ese último sentido, dolió la
forma en que maltrataron a un taxista en pleno centro, junto a efectivos
policiales que fueron solamente testigos ciegos de una acción a todas luces más
que intimidatoria, delictiva por donde se la mirara.
Esta señora que ahora está en
la cúpula del SUOEM debiera tener la grandeza de otros enormes dirigentes
sindicales que mostrara Córdoba como ejemplo, buscando en sus propios
argumentos los elementos que le permitan sostener situaciones de mucho personal
que son legalmente anormales, pero concedidas en su momento por intendentes que
pasaron por el sillón de más respaldo en el Palacio 6 de Julio.
Lo peor de todo hacia adentro
de la comuna, es que por lo desaforados, violentos y dañinos que son muchos
agentes municipales seguramente instruidos por viejos personajes acostumbrados
a esa manera de actuar, deben pagar las consecuencias del rechazo y la repulsa
popular los probos, sacrificados, correctos y cumplidores empleados municipales
que son respetuosos de la ley y de sus obligaciones frente a la sociedad.
La ciudad necesita
constructores de una ciudad digna de ser vivida y no de incendiarios
descontrolados que pregonen sus inquietudes y demandas apoyados en el terror,
el daño y el ataque a quienes no lo merecen y son los sostenedores de sus
salarios y caprichos a través de los elevados impuestos que están obligados a
tributar.
Para solucionar esos desbordes demenciales, basta con que la Justicia
actúe de la manera que debe hacerlo, en el momento oportuno, sin
contemplaciones, atenuantes o padrinazgos políticos y que aplique los
correctivos que sean necesarios y están lógicamente apoyados en las leyes.
De lo contrario, empecemos a
reclutar bomberos…
¿Camino a la normalidad?
CÓRDOBA, LA MALDITA PESTE Y SUS
DOLOROSOS DAÑOS
COLATERALES
Fueron claras y contundentes
las pocas palabras que pronunciara el gobernador Schiaretti cuando horas atrás
anunció esa ansiada novedad de permitir las reuniones familiares de hasta 10
personas en la ciudad, salvo los casos oportuna y prudentemente aislados.
Y en un concepto fue
terminante, al sostener que por un grupo de inadaptados, que en lo personal
prefiero calificarlos como imbéciles y despreciativos del valor de la vida
humana al menos de sus conciudadanos, optó por violar reiteradamente el
encierro y panchamente se dedicaron a los asados masivos con desconocidos, a la
práctica del fútbol barrial con público incluido y a otras manifestaciones
reñidas con el rigor que se viene aplicando a quienes cumplen con el
aislamiento social, salvo las excepciones contempladas.
Es la única manera que la
ciudad y su gente recobraremos el ritmo normal y habitual, sin el temor
horrendo de ser alcanzados por un contagio nacido de la imprudencia, la
intolerancia, la ansiedad descontrolada y el desprecio por las leyes.
Todos los buenos cordobeses
debemos agradecer que hasta ahora, dejando de lado el descuidado tema de la
inseguridad mal combatida, debemos agradecer que hasta en los premios, se ha
beneficiado precisamente a quienes los merecen.
Debe ser como salir de la
cárcel, después de un enclaustramiento que no muchos entendieron…
Y eso tiene el precio de una prisión tan
necesaria como merecida, porque quienes violaron el encierro ahora son
potenciales portadores de contagios cuyas consecuencias serían injustas para el
resto de la sociedad cordobesa.
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