19 de noviembre de 2020

Ante la burla de 30 pesos diarios

PENOSAS DISYUNTIVAS  EN LAS  MENTES
DE LOS JUBILADOS FRENTE AL AUMENTO
 

   Seguramente la plañidera legisladora Mirta Tundis aùn no ha tomado conciencia del enorme beneficio que puede llegar a mejorar la penosa situación económica que viene atravesando su familia ya que los hijos, las nueras y algún otro pariente están empleados en su orbita pero en plena -llamémosle- actividad y lejos de jubilarse.
   Porque si estuvieran en las filas de los pasivos, tampoco al igual que miles de argentinos, no sabrían de qué manera agradecer a su gobierno tamaña generosidad a la hora de adecentar las jubilaciones ya que 30 mangos diarios que les suman representan una enormidad. No ven la hora de jubilarse para seguir engrosando su patrimonio, que familiarmente engorda mensualmente en más de un millón de pesos.
   Dejando de lado este caso patéticamente emblemático, la estampida que provocò el anuncio de la mejora impactó espectacularmente en la esfera del comercio y la industria en sus distintos rubros: las concesionarias de autos tuvieron que dar turnos para atender a los desesperados compradores de su primer 0 km pese a la edad; los municipios debieron modificar su legislación prolongando hasta los 90 años el límite para el otorgamiento de la licencia de conductor; las casas de electrodomésticos contribuyeron a la disminución del desempleo porque debieron incorporar a miles de vendedores, se agotó la existencia de televisores de màs de 50 pulgadas, grandes firmas -como Louis Vuitòn, Hermés, Gucci y Rolex- agrandaron sus factorías, Corega asimilò el impacto e incrementò su producción al igual que los laboratorios del comprimido azul y quedaron virtualmente agotadas las reservas para idílicos cruceros especialmente en aguas del Caribe y del Mediterraneo.
   Y como un himno a la vida, se produjeron masivas cancelaciones de compras en cuotas de terrenos en los cementerios parque, cayeron en desgracia los acompañantes terapéuticos, los especialistas en gerontología se vieron empujados a un impensado alpedismo y
disminuyeron notablemente los pedidos de asistencia sacerdotal para extremauciones.
   Todo esto cambiò en el país por la mòdica suma de 30 pesos diarios que como fabuloso incremento pasaràn a cobrar todos los viejEs que para el Estado (asì lo expresaron algunos funcionarios) son un estorbo y un inútil gastadero del dinero que tenían ya preparado para aplicar a otros menesteres.
   Porque en verdad y con la mirada fija en el panorama que nos rodea, la realidad indica con pena, dolor, angustia e indignación, que aquellos que dejaron buena parte de su vida en el sacrificio del esfuerzo y en la dignidad del trabajo han sido nuevamente estafados porque ellos con sus aportes, les prestaron dinero al Estado para que lo administrara y no para que fuera producto de saqueo, rapiña y de otros absurdos destinos.
   La realidad demuestra que con esos 30 manguitos, a cada jubilado apenas le alcanza para incrementar su botiquín con dos aspirinas diarias…
Gonio Ferrari

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