7 de febrero de 2021

S.L.B.: BREVE RESEÑA DE UN ESCÁNDALO POR UN FALSO MÉDICO - ES MÁS ONEROSA LA DIFUSIÓN QUE EL COSTO DE UN TRABAJO MUNICIPAL - TAMBALEA LA LOGÍSTICA CULPA DE LAS IMPROLIJIDADES CON LA VACUNA - MEGACAUSA Y JUSTICIA PROVINCIAL ENFRENTADAS - DOLOROSO Y CÓMPLICE SILENCIO DE CÚPULAS GREMIALES ANTE LA CRISIS - VIAJE DESDE LA PARRILLA HASTA EL COLESTEROL: LA CARNE BARATA - YA NO SIRVE NI EL MAQUILLAJE PARA DISFRAZAR A LA INFLACIÓN - POLÍTICA DE FUSIBLES, LA SALVACIÓN DE LOS QUE MANDAN, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” nº 659 del 7/2/21 emitido en dúplex por AM580 y la FM88.5 ambas dependientes de Radio Universidad Nacional de Córdoba

Lo del falso médico, un sainete
EL JOVEN ES MUY INTELIGENTE O
LOS CONTROLES SON UN RELAJO
 
   Es casi de película, podemos decir, lo que protagonizó este muchachito quien sin dudas por alguien muy importante como amparo y sostén, burló durante un tiempo los controles que se suponen estrictos para la práctica y el ejercicio de la medicina y más aún en estos convulsionados tiempos de pandemia.
   El tipo tenía su sello, atendía pacientes, los diagnosticaba, recetaba medicamentos e imponía tratamientos, hacía derivaciones a terapia intensiva y según trascendió, hasta habría firmado un certificado de defunción y todo esto nada menos que desde una importante posición en el COE, organismo al que teníamos como incontaminado y sujeto a permanente observación por parte de las autoridades del área salud y por consiguiente en forma directa desde la gobernación del cordobesismo.
   Ahora que todo -me encantaría asegurarlo- ha quedado al descubierto es que aparecen detalles que bien pueden ser considerados escalofriantes por las derivaciones que ciertas situaciones pudieron tener, cuando la vida de un ser humano pasa a depender de un charlatán, vendedor de humo, que paseó su curiosa impunidad en las narices del poder y hasta se dio el lujo de ser contratado y cobrar una mensualidad por ello.
   Ahora, más allá de las actuaciones judiciales, de la desesperación oficial por acallar las repercusiones de este delicado asunto, es que surgen los inevitables interrogantes, aunque poco es lo que trasciende en cuanto a complicidades con las que seguramente habrá contado el charlatán a lo largo de demasiado tiempo.
   Aquí entre nosotros, que el ejercicio ilegal de la medicina es cosa corriente que hasta se promociona mediáticamente con promesas tales como curar el cáncer y otros males que bien se sabe son incurables, lo que plantea una situación dramáticamente risueña y comparable con algún culto religioso que asegura curar todo con un trago de agua.
   Jugar de esa manera con la salud de la gente es un delito moralmente gravísimo aunque muchas veces la justicia no alcanza y las corporaciones de médicos no siempre actúan con celeridad frente a situaciones de este tipo.
   Así las cosas con la situación planteada con la detención de Ignacio Martín, lo más importante de todo esto, es llegar a conocer de dónde, por qué, para qué y quienes eran o continúan siendo, los protectores de una conducta tan repudiable como la de este muchacho que no es tan delirante como parece sino abiertamente responsable de sus actos, porque lo que falta es que alguien pretenda hacerlo pasar por insano, lo que suele surgir a la hora de las chicanas.
   Hay una cadena de responsabilidades que son parte de un inexplicable encubrimiento, en el que sin dudas muchos miembros del gobierno están complicados sobre todo por omisión y bien sabemos que ciertas “omisiones” entre comillas, caen verticalmente.
   Es increíble que la denuncia con sus imprevisibles consecuencias haya dormido más de un mes en algún escritorio, mientras los pacientes seguían confiando en la protección y la orientación del Estado velando por la salud comunitaria.
   Es probable que el muchacho cante la verdad, para que sepamos quién o quienes han sido los desalmados que en medio de una pandemia, nos empujaron un poquito más hacia un abismo que con desesperación y sacrificio estamos tratando de evitar.
 
Cuesta más mostrar que hacer
LA PUBLICIDAD ES MÁS INTENSA QUE
LAS TAREAS  DE  REMENDAR CALLES
 
   Suele ser abrumadora en vísperas comiciales, esa maniobra de los gobiernos, digo de todos los gobiernos, por hacer publicidad partidaria disfrazada de divulgación de actos propios de su gestión, y es tan común el subterfugio que ha pasado a formar parte de las costumbres sociales de la mayoría de las comunidades.
   Hay ejemplos que realmente sublevan y molestan porque es como si no supiera el origen de esos fondos cuantiosos que se destinan a publicidad, que provienen, ni más ni menos, que del bolsillo de los castigados y apremiados contribuyentes.
   Así los aportes tributarios en lugar de ser afectados con respeto por las prioridades, pasan a solventar, si, la prioridad de los candidatos en vender una imagen que los posicione mejor a la hora de reclamar el voto de la gente. En tal sentido los tenemos por decenas pero hay algunos que han pasado a formar parte de la simbología del absurdo, como los gastos realizados para erigir nuestro faro sin mar, las veces y veces que
fue necesario recauchutar las obras mal hechas como los casos emblemáticos de la nueva terminal de ómnibus o el Camino del Cuadrado, con el agravante que se realizaban actos inaugurales con cada pocos kilómetros que se construían pero la cuestión era hacer ruido mediático en épocas preelectorales.
   Más o menos lo mismo es lo que viene sucediendo con la Municipalidad de Córdoba y el tema baches callejeros, muchos de los cuales y por legítimo derecho han adquirido la categoría de cráteres en muchos casos y de aljibes en otros.
    Bueno sería tener cifras comparativas entre el costo de esos trabajos y el dineral que se gasta en promocionarlos, como si la gente no advirtiera que hay alguna mejora por la que medio mundo transita.
 Después si surgen ciertas tareas impostergables es que aparece el fantasma de la falta de recursos, cuando en realidad lo que se debiera respetar es la relación entre la obra necesaria y su divulgación pública. Es para entender que el objetivo es posicionar al joven intendente en la consideración popular, ya que virtualmente es el heredero de la gobernación al menos como candidato, para la próxima renovación de autoridades en ese nivel.
   Pero la gente merece el respeto de ver que el poder se preocupa realmente por las carencias y hace lo imposible por superarlas, pero esa inquietud pareciera no estar dentro de las preocupaciones de quienes gobiernan, que privilegian su continuidad por encima de las necesidades comunitarias
  
No alcanzan o tardan demasiado…
EL APURO POR VACUNARSE VIENE CEDIENDO
TERRENO  ANTE UNA LOGÍSTICA CON FALLAS
 
   Es entendible, con mucho de indulgencia y comprensión, que la situación impuesta por la pandemia por su condición de inédita, puede llegar a sorprender a cualquiera y es la única disculpa que pueden tener quienes ahora están aplicados a conseguir, hacer trasladar, distribuir y aplicar la vacuna que nos aleje de las estadísticas fatales, en las que no estamos muy bien ubicados.
   Muchos se reían de Chile por la cantidad de vacunas que habían comprado, pero los trasandinos en pocos días aplicaron màs vacunas, muchas más, que nosotros con todo el despliegue del que se hizo gala con cada salida de aviones a Rusia, que incluyeron transmisiones radiales y televisivas cargadas de épica, lo que no se escuchó en los casos de las frustraciones.
   Haciendo un paréntesis, el tema de las vacunas que se anunció ahora le compraremos a China es probable que tenga alguna conexión, por así decirlo, con aquel episodio ocurrido en el puerto de Buenos Aires tengo entendido, donde no se le permitió el acceso a un barco militar estadounidense dedicado a combatir la pesca en aguas de países que cuentan con plataforma propia, como es el caso del nuestro.
   Lo grave es que el 99 por ciento de las embarcaciones dedicadas a la pesca ilegal en nuestras aguas es de origen chino y es por eso que surge la suspicacia de conectar ese hecho con la sorpresiva compra, recientemente, de importante cantidad de vacunas a los chinos con los que se pagaría la impunidad para que siguieran depredando nuestra riqueza pesquera.
   Pero volvamos a nuestra pandemia y los problemas que está presentando la logística con fallas tales como la alteración de la cadena de frio con sus pèrdidas emergentes, el desorden en las distribuciones territoriales y la parte fina del asunto, cuando no se llega a poner en claro qué segmentos etarios son los prioritarios para recibir el antídoto.
   Es como si marginaran a los comprendidos más allá de los 70 años obligándolos a pensar con mayor fundamento en su condición de descartables, mientras advertimos que no son pocos los que gozan del medicamento sin estar dentro de los grupos de riesgo, con despliegue mediático incluido.
   Probablemente sea una simple cuestión de ajustes, pero es imperioso poner algo de orden, como en el tema de las compras, que se pagó o se compró al fiado, que se cambió de origen sin dar mayores explicaciones, que se producirá en nuestro país y  otras extravagancias parecidas que provocan màs desorientación que certezas, en la sociedad angustiada por la amenaza de una casi inminente segunda o tercera ola del virus, que llegaría con refuerzos.
   La cuestión es que lo importante es apurar los trámites, obrar con seriedad y seguir con una positiva gestión de preservar la vida, lo que nos lleva a pensar que de esa manera, al menos, estaremos providencialmente a salvo de que pretendan protegernos -por esa cuestión de parentesco ideológico y simpatías políticas- con las “goticas milagrosas” que con su mejor cara de piedra anunció días atrás el inefable presidente venezolano.
 
El tema del Registro, al libro Guinnes
LA MEGACAUSA CAMINA A CONFIGURAR UN
RECORD DE PERMANENCIA EN TRIBUNALES
 
   Un grupo de familiares de la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, se acerca con urgencia a un médico llevando a la Justicia Cordobesa, y explican al galeno que están muy preocupados por su extraño modo de actuar.
   ¿Qué hace? pregunta el doctor, ¿Qué síntomas tiene?
   Le responden que ha perdido el juicio, sus razonamientos no tienen lógica, ha perdido la sana crítica racional, ha olvidado lo que dice la Constitución, luce perdida y desorientada, tiene alucinaciones, ve delincuentes por todos lados, confunde los hechos, no comprende lo que lee, como si tuviera un Alzheimer muy grave.  Mientras tanto la Justicia forcejea, gritando que los va a mandar a todos a prisión preventiva.   
   Los familiares insisten, ¿se da cuenta doctor? Así está todo el tiempo. Parece no escuchar nada ni a nadie. Lo que le decimos lo tergiversa y por todo eso tenemos miedo que haga algo
irreparable. 
   El médico decide hacerle algunas pruebas, solicita al enfermero que le alcance la Constitución y pregunta a la Justicia: Supongamos que Ud está investigando un delito y sospecha de algunas personas que han estado en el lugar, ¿Los investiga?
   La Justicia responde: ¡Qué fácil! Los mando inmediatamente a prisión preventiva y después los investigo.
   Inquieto, el doctor continúa ¿Si usted en un juicio no tiene pruebas de que una persona es culpable, qué hace?
   Molesta, la Justicia responde: ¡Los condeno a todos! Si para eso los meto en prisión preventiva. ¡Yo sé que son culpables!
   El médico razona que según la Constitución la prisión preventiva es excepcional y a nadie se puede condenar sin pruebas, concluyendo que la Justicia está realmente enferma, por lo que decide recetar unos comprimidos con una combinación de objetividad, imparcialidad, independencia, sinceridad, igualdad, legalidad, racionalidad y libertad, de los que, con algo de esperanza, se aguarda el efecto. 
 
¿Recordarán lo que era una protesta?
DOLOROSO Y CÓMPLICE  SILENCIO DE LAS
CÙPULAS SINDICALES FRENTE A LA CRISIS
 
   Es como si viviéramos en algo parecido o similar a un paraíso donde las carencias son una fantasía, la abundancia una constante y la felicidad fuera compartida por más de 40 millones de sufridos argentinos a quienes, según supo sentenciar Duhalde, nadie nos perdona el éxito en el hipotético y costoso caso de alcanzarlo.
   Gracias a Dios la memoria colectiva tiene siempre un chip de capacidad interminable, como para atesorar momentos históricos que nos marcaron para la posteridad, tales como la profusión de marchas de protesta, los piquetes, los destrozos del mobiliario urbano que es de todos, las sentadas frente al Congreso y las manifestaciones populares multitudinarias donde la prohibida agresión acústica hacía gala de su lozana impunidad.
   Lejos quedaron en la memoria los combativos de otrora, los jugados, los sacrificados tanto en su trabajo como en el gremio, cuando las licencias gremiales eran auténticas y no un abuso como ahora ocurre, porque todo lo irregular de los dirigentes cuenta con el amparo de poderosas organizaciones que en definitiva y en suma, son el brazo sindical y columna vertebral del movimiento justicialista nacional.
   Vivimos tiempos de zozobras, de angustias, de privaciones, de reclamos por levantar aunque no fuera más que un cachito así nuestra calidad de vida y pese a que las respuestas del poder son siempre negativas, la panzocracia sindical emparentada directamente con el poder o siendo parte de él, no reacciona porque a ese nivel, lejos de las bases, los apremios no existen.
   Todos o la inmensa mayoría para no generalizar, tienen ya asegurado su futuro y los de su parentela y amigotes, porque de dirigentes con apoyo estatal pasaron a formar parte de una elite de privilegiados y prósperos empresarios con importantes inversiones tanto en nuestro país como en el extranjero, aparte de la obscena exhibición de su poderío económico traducido en propiedades inmobiliarias, autos de alta gama, vacaciones casi permanentes en el exterior, lanchas y aviones en algunos casos y efectivo cuidadosamente invertido o encanutado.
   Ese silencio, de los silencios que aturden, ha generado en las bases conductas dispares como lo son la reprobación por el abuso que representan, o la aprobación en base a la humana envidia.
   Sea como fuere, eso de silenciar y hacer lo propio o al menos intentarlo con las bases, puede llegar a ser la perdición de quienes piensan en la eternidad dentro de la conducción, que en muchos casos se transforma en hereditaria tanto en el cargo como en las inversiones.
   Habrá que ver si la situación no se endereza, por parte de sus socios del mismo palo, si las bases seguirán siendo víctimas de tantos silencios, de oprobiosos escondites a la hora de reclamar o de esa vocación creciente de utilizar al cargo sindical como trampolín para saltar a la política, a esa que le llaman “de las grandes ligas”.
   Porque si continúan con su inacción por comodidad propia o por compromisos con el poder, no vaya a ser que se cumpla aquel dicho, tengo entendido fue de Perón, que en las demandas habrá que marchar con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes.
 
Amarillenta grasa para todos…
ESE IMPACTANTE VIAJE SIN  ESCALAS
DESDE LA PARRILLA  AL COLESTEROL
 
   Uno de los sibaríticos placeres argentinos, desde el fondo de los años, es ir a la carnicería a comprar el asadito individual o la parrillada para un pilón de amigos o de familiares.
   El manjar, precisamente en el país de la carne, adquiere la doble relevancia para quien lo prepara, de elegir lo mejor y considerarse el mejor asador del mundo, especialista en elegir la leña o el carbón, encender el fuego sin echarle nafta, esperar que se hagan las brasas y luego lucirse atendiendo todos los detalles, hasta el glorioso momento de servir en la mesa y esperar con ansiedad aquel tradicional aplauso para el asador.
   En consecuencia, es todo un rito que tiende en los tiempos actuales a modificarse por una cuestión de carestía de la vida por una parte y de macaneo oficial por la otra.
   Pero vamos al grano: frente a los exorbitantes precios que alcanzó la carne en nuestro país, desde el poder surgió la idea salvadora de bajarlos, según se anunció profusamente “para llevarla a la mesa de todas y todos”.
   La verdad, viendo esos productos en los lugares de venta, en supermercados los miércoles, sábados y domingos durante las primeras tres semanas de cada mes, los fantasmas del colesterol y sus letales consecuencias volvieron a invadirme.
   ¿Es posible vender carne, realmente de calidad, a los precios que dicen?
   Se lo quiero preguntar a mi joven amigo Javier Carro, experimentado comerciante de carne con más de dos décadas dedicado a esa actividad a quien considero sin exageraciones, persona ducha en el tema si las hay:
La conversación entre el periodista Gonio Ferrari y el comerciante Javier Carro, establecido con su negocio en el corazón de Alta Córdoba, puede ser consultada buscándola en la respectiva columna de audios ubicada en la parte superior de la columna derecha de este blog.
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Esa aquerenciada pandemia
LA INFLACIÓN DEJA CICATRICES QUE NI
EL MAQUILLAJE LAS PUEDE  DISIMULAR
 
   Que la inflación desde años atrás en que apareció durante todos los gobiernos, en algunos más y en otros menos, fue escalando posiciones hasta formar parte de la habitualidad nacional con la que hay que convivir, es algo innegable.
   Hay tres generaciones al menos con este desgraciado parentesco: hijos, padres y abuelos aunque también existen los bisabuelos emparentados -como víctimas- con la inflación que por una parte y en un extremo de la sociedad mata ilusiones, sepulta sacrificios, devora ahorros y contribuye de manera notable a un permanente deterioro de la calidad de vida.
   La inflación y a esto se me ocurre como espectador y vìctima, porque a los análisis técnicos hay que dejárselos a los que saben, sirvió y sigue sirviendo y lo continuará con los tiempos, al enriquecimiento de muchos especuladores con menos corazón que una ita y para gobernantes que lo manejaron, lo manejan y por desgracia la seguirán manejando como elemento de presión a una sociedad aplastada por sus efectos.
   Debe ser por eso, el empeño en minimizarlo, negarlo, esconderlo o maquillarlo para hacerlo medianamente visible y percibir beneficios al lograr que la sociedad se acostumbre a la convivencia, que es peor que dormir con el enemigo o con una serpiente debajo de la almohada.
   Es de suponer que la inflación tiene sus contrapesos, por ejemplo en el comercio internacional, pero peor aún en la imagen de credibilidad o de marcada imprevisión que podemos mostrar a los inversores de afuera, ya que dicen que esas operaciones son las que pueden curar y hacer cicatrizar nuestras heridas financieras y volver a que confíen en nosotros.
   Lo que duele dentro de este panorama que es desolador especialmente para el común de la gente, es que el poder nos mienta; que minimice los alcances y las consecuencias de estar estrechamente ligados a esos números que esperamos al fin de cada mes, para encontrarnos con la renovada sensación de ser engañados.
   Ya sé que la inflación no se genera tan sólo en el supermercado, en la tienda de ropa o en los servicios, porque son muchos los ítems a través de los cuales se establece la medida mensual de la depreciación de nuestro dinero.
   Pero por citar un solo y reciente ejemplo, eso de aumentar el precio de los combustibles varias veces en un mes, aunque sea de un dígito inferior al 5 por ciento, es un acto de temeridad e injuria al pueblo trabajador que observa con pánico el estancamiento salarial y el acoso de impuestos y tasas.
   Los combustibles a todo lo mueven y su incidencia en la apreciación general es trascendente.
   Lo malo es que esas mentiras, ocultamientos, disfraces y maquillajes no conmueven al poder con su insensibilidad ni le sirven a la gente para sobrevivir, sino para sobremorir de angustia.
 
Los Inferiores o ausentes, siempre culpables
NOTORIA “POLÍTICA DE FUSIBLES” QUE BUSCA
SALVAR A LOS  VERDADEROS  RESPONSABLES
 
   Ya es demasiado vetusto aquel ejemplo de las gallinas de arriba con relación a las de abajo para aplicarlo a nuestro folklore político, porque la modernidad y la tecnología han hecho interesantes aportes como para renovar las comparaciones con ciertos fundamentos técnicos que son irrebatibles.
   Los fusibles, trataré de explicarlo rudimentariamente, son unos aparatitos minúsculos en el caso de los autos, electrodomésticos, etcétera que ante una falla en el sistema reaccionan cortando el flujo eléctrico, lo que lleva a la paralización del funcionamiento del artefacto que se trate.
   Bien. Espero haberme hecho entender.
   Para eso, en la política como en el comercio y en cualquier otra actividad, existen los mandos medios y debajo de todo, la indiada del malón y por encima de todos ellos están los capitostes, los cerebros, los privilegiados que nunca se equivocan y si lo hacen, lo mejor es no hacérselos notar.
   En los esquemas de poder el que manda es intocable lo mismo que sus más cercanos, llamémosles ministros, secretarios de Estado y cargos similares, con trayectoria partidaria y una responsabilidad que se incrementa con cada cargo que alcanzan hacia arriba pero pone en peligro a los que están abajo.
   Bien. A lo mejor alguien no me entendió, pero sigo.
   Por ejemplo si una subalterna de la Pato Bullrich se equivocaba y metía la gamba, pese a que la ministra era indirectamente responsable, salía indemne y se tenía que ir esa subalterna u otra de menor rango.
   El ejemplo viene a cuento de algunas situaciones que se plantean en Córdoba y especialmente en dos: lo de la policía con el caso del pibe Blas en el que día a día aparecen nuevos implicados. Al principio el papel de fusible fue cubierto por el entonces jefe de la fuerza, cargo en el que asumió -y como impactante medida- una dama con la antiguedad y las jinetas necesarias para ocupar esa función, pese a que se rumorea que estaba a cargo de la Dirección de  Recursos Humanos, en su momento, que se dio ingreso a la Policìa de Córdoba a elementos con prontuarios algo manchados y se permitió que siguiera en su función, portando armamento y uniforme, quien al final está sindicado como el asesino de Blas.
   Sin embargo, sería poco prolijo que a la reciente Jefa le apliquen la condición de fusible, porque ella sin dudas cumplía directivas “de arriba”, lo que no deja de tener importancia.
   ¿Qué pasará entonces con el sonado tema del médico trucho”?
   Lo comenté en este mismo programa, lo importante que debe ser la cadena de complicidades, amparos, protecciones y encubrimientos que existe para que un caso así suceda y perdure por demasiado tiempo.
   Lo peor de todo, que para ese tema, no parecen muy visibles ni se harían cargo quienes realmente debieron poner las cosas en orden y evitar el papelón institucional, tanto para el cordobesismo como para nuestra condición de cordobeses que trabajamos sin tener ningún fusible que nos ampare.
   A veces la Democracia tiene esas lagunas…

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