12 de julio de 2021

Bolsonaro clarividente

EL CREERSE  BUEN ORÁCULO SUELE
TERMINAR EN RESULTADO CON RIMA

Un buen consejo. Nunca adivine.
Si adivina mal, nadie lo olvidará;
si adivina bien, nadie lo recordará.
 
   Mire vea… la verdad que cuando me pegó en el alma el pronóstico del presidente de Brasil para la final de la Copa América, me asaltó la tremenda duda de pensar en nuestro fracaso, pese a tener a un virtual Dios de la Pelota con la camiseta 10 y otros altos exponentes del balompié que lo acompañan, lo miman y buscan emularlo en eso de alcanzar éxitos rotundos llevados de la mano joven y maestra de un DT con pocos pergaminos pero con autoridad, firmes convicciones, alto criterio estratégico y de sorprendentes resultados.
    La realidad mostró que de nada sirve considerarse astrólogo, pitoniso, nigromante, agorero, arúspice o iluminado si en su mente prevalece el fanatismo que suele destrozar cualquier hechicería o adivinanza…
   Al caprichoso primer mandatario del hermano país le fue como el final de su pretensión de oráculo, y se me antoja compararlo con aquel pronosticador meteorológico y de los fenómenos celestiales que aseguraba una infalibilidad indiscutibe.
   Su carrera, la notoriedad y su fama naufragaron el día que le erró a un eclipse de luna.
   Sin embargo tengo la certeza que para Bolsonaro fue más humillante…
G.F.

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