Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 693 del domingo 03/10/21, emitido por AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.
El reloj político atrasa varios años
TARDÍA LLAMADA A UN NECESARIO
REENCUENTRO DE LOS ARGENTINOS
La historia, rica historia de los argentinos, tiene para regalar a los tiempos situaciones vinculadas con odios, resentimientos, rencillas intrascendentes como violentas, que para referirnos a los reencuentros debiéramos considerar por separada a cada una de esas instancias que nos enfrentaran, pese a las cuales seguimos viviendo e intentando consolidar un sistema perfectible, como lo es la democracia, que para muchos se fortalece en las luchas y para otros declina y se destiñe frente a cada circunstancia que nos lleva a enfrentarnos.
Pero hete aquí que no siempre los alejamientos se producen entre quienes ideológicamente no coinciden, sino que suelen ser más virulentas las diferencias que se generan en el seno de las mismas corrientes de pensamiento, llegando muchas veces a constituirse en actos beligerantes con sangrientas consecuencias.
Pero siempre o al menos en la mayoría de los casos sobreviene una paz pegada con saliva o un entendimiento perdurable hasta que vuelve a fracturarse y esa es una constante histórica que nos distingue o peor aún, que nos maldice o nos estigmatiza agobiándonos de intolerancia.
Si ese es el precio de la maduración del sistema, habría que sondear si hay antecedentes similares para abrevar en ellos y en las soluciones que pudieran haber tenido, porque entre nosotros esas salidas son demasiado temporarias o lisa y llanamente no existen.
Las primarias recientes pusieron al descubierto esas dos caras tanto del éxito como del fracaso porque quienes salieron airosos adoptaron desde algunos personajes, una triunfalista actitud de soberbia, como si rindieran culto al famoso “lo tenía fríamente calculado” del Chapulín, cuando pensando con honestidad, bien sabemos que no era así.
Y del otro lado, de los malamente sorprendidos por la malaria que encerraban las urnas, una cierta y mal disimulada indiferencia de sostener que todo daría para noviembre una vuelta que les permitiera consolidar su vocación de eternizarse en el poder, con lo que muchos aspectos quedarían asegurados y consagrados, entre ellos el de la libertad o de la impunidad si así usted lo prefiere.
Y desde la cúpula del poder y con estudiada humildad, se llamó a la integración de los argentinos; al reencuentro nacional bajo la misma bandera y por comunes objetivos de grandeza. Un sentimiento tan necesario como plausible si de mirar el futuro se trata, superando la pandemia y sus desastrosas consecuencias y derivaciones en lo social y en lo económico y en la ubicación que habrá que reacomodar en el concierto de las naciones, porque estaremos frente a un impensado escenario universal.
Maravilloso eso del reencuentro, del abrazo fraternal, del compartir objetivos comunes, de postergar el belicismo electoral con la madurez que imponen las circunstancias, que somos todos hermanos, que todos nos necesitamos, y bla bla, bla blá…
La verdad es que uno como argentino por una parte valora la intención que nace desde una de las partes del poder, pero no podemos perder de vista a la otra parte, que deja de lado aquellas intenciones de recomposición de situaciones y relaciones hacia afuera, mientras poco hace por calmar los maullidos de su enorme bolsa de gatos interna.
En buena hora que nos abracemos, que nos perdonemos, que caminemos juntos, que compartamos un horizonte venturoso, pero por eso de lo imprescindible de cada situación, jamás dejemos de lado esa humana exigencia de memoria, verdad y justicia.
El respeto por ellas es lo que nos hará grandes, unidos y felices…
Gestión municipal
OBLIGACIÓN DE HACER LAS COSAS BIEN
Y TENER RESPETO POR LAS PRIORIDADES
La muletilla de cada intendente municipal que le tocó asumir en esta Córdoba sorprendente, fue quejarse de lo que recibiera como ciudad, de lo que tendría que mantener como planta de personal, de la sequedad financiera y de un cúmulo de problemas que configuraron y siguen configurando un panorama que lejos está de ser alentador porque en la mayoría de los casos, eran y siguen siendo muy distintas las prioridades que cada nuevo intendente trae en su carpeta de futura gestión.
El de ahora, joven emprendedor de la región Este vecina a Santa Fe, llegó con la brocha y el inagotable tarro de pintura celeste entre sus pertenencias, para primero cerrar calles, enquilombar los recorridos del penoso transporte urbano, que dicen nos brindan empresas a las que sólo les interesa la guita lo que es muy humano pero poco agradable, y hacer la de los cabos de la milicia con aquello que “lo que se mueve se saluda y lo que está quieto se pinta”, optando por uno de los colores predilectos de su corriente política y no por una simpatía pirata ni nada parecido, pero bienvenida para ellos, los fanáticos de Alberdi.
Es cierto que la pandemia cambió radicalmente -hablo de raíces y no de partido- la vida de los cordobeses pero cuando nos han sometido a cambios violentos e inconsultos con los vecinos, la aceptación de las innovaciones fue mínima aunque fueran impuestas a rajatabla, como lo es no medir el duro impacto en el comercio, en la incomodidad para la circulación, en la carencia de un número aceptable de sitios para estacionamiento y en otros detalles enojosos.
Necio sería negar que uno de los dramas principales en esta Córdoba sufriente es el transporte público y allí encararon comprando decenas de bondis de casi lujo, mostrando tarjeta roja a una empresa entrerriana que según comentaban desde adentro y por pésima administración, tenía su capital invertido en deudas y los incumplimientos de servicios eran lastimosos y de vija data.
Un punto a favor del muchacho a quien buscan emprolijar de gestión para ungir como candidato al sillón mayor del Panal, si es que Natalia, heredera de apellido ilustre y en algunos aspectos merecedor, no se coloca en el medio de tal pretensión o que surgiera algún “tapado”.
La ciudad no cicatriza sus profundas lastimaduras solo con pintura y transporte sino que hay que contemplar todas las otras carencias que padecemos y que no es necesario que las enumere porque todos las sufrimos, unos más y otros menos.
Pero el error sería que en esta Córdoba contestataria, enemiga de los versos y del exceso en la aplicación de promesología, se intentara aplicar la milenaria política de los indios que entregaban todo lo que tenían, incluyendo la virtud de sus mujeres, por piedras de colores y espejitos. La ciudad no necesita parches ni limitaciones a su crecimiento, sino políticas que la hagan vivible, que nos regale la belleza cívica de enamorarnos de ella no porque nos deslumbre sino porque lo merece.
Es hora de darle un descanso a la brocha gorda, dejar que los bondis y los troles se reconcilien con los castigados pasajeros, ocuparse de los barrios, mimar las plazas y los paseos, aportar luz en las oscuridades y tomar en cuenta para no olvidar jamás, que los éxitos de una gestión, cualquiera sea, está en el respeto innegociable por las auténticas prioridades.
La principal, déjenme que lo confiese, es amar a esta ciudad.
Y no actuar como visitante, sino sentirse parte de ella
Megacausa del Registro (Comentario nº 359)
NO SE NECESITA APELAR A LA HISTORIA SI CON
LA MEMORIA ALCANZA PARA HACER JUSTICIA
En un intento personal pero más que nada periodístico por subsanar ciertas curiosas amnesias, me voy a referir al tema del Registro de la Propiedad de Córdoba con un comentario que opto ahora por numerar para que nada se diluya y sirva para poner en claro o en mayores dudas, ciertas situaciones.
Esta es la referencia número 359 desde que en este espacio tomamos la democrática costumbre de pelear por una causa sin erigirnos en fiscales, defensores, jueces ni verdugos pero con desmedidas ansias por ver que la Justicia, con mayúsculas, aún existe.
El Sr. Andrés Pérez, fallecido hace tres años, supo enviarme valioso material con algo más de 30 denuncias sobre distintos hechos ilícitos, que había presentado ante las autoridades correspondientes entre los años 2003 y 2009, sin que fueran atendidas.
Una lectura rápida de ese material nos enfrenta con términos como: apartamiento irregular, sustituciones, irregularidad, doble inscripción, doble sustracción, adulteración, falta de documentos, tomo re-encuadernado sin pasar por el sector encuadernación, presuntos reemplazos, asiento apartado con elemento cortante, matrícula extraviada o sustraída, y otras expresiones similares.
También me remitió los números de casi medio millar de memorándums sobre documentación perdida que, según explicó, contiene todo el historial jurídico de los inmuebles y de los distintos dueños que pudieran haber tenido y no se necesita ningún conocimiento para entender claramente la gravedad de lo que Pérez denunció y sin embargo, siempre reclamó que nada fue investigado y que ningún alto funcionario fue citado para dar explicaciones.
Curiosamente, años más tarde el gobierno de turno impulsó una pomposa investigación que, con la misma terminología, encarceló a trabajadores comunes, incluido Pérez, sin siquiera juzgarlos, señalándolos como responsables de los delitos.
No alcanza ahora el conocimiento para entender por qué la Justicia no cruzó datos, ni buscó relaciones entre las denuncias, los poderosos funcionarios y sus patrimonios. ¿O tal vez sí lo hizo?
Entonces podría explicarse lo de los chivos expiatorios y los reclamos de justicia pendiente.
Indicadores que provocan espanto e indignación
CÓRDOBA LA PUJANTE Y DISTINTA RECONOCE
TANTA POBREZA COMO EN EL RESTO DEL PAÍS
Realmente no deja de ser un orgullo genuino y casi olvidado eso de reconocer la belleza de tantos caminos, puentes monumentales que son atracción turística, circunvalación con nuevos carriles, rutas del tantas veces marginado interior, rotondas, vados, y decenas de otros emprendimientos que en realidad mucho le han cambiado la cara a esta Córdoba siempre dispuesta a maravillar a propios y extraños.
Pero como no todo es bonanza y muchas veces el progreso es beneficio para unos y desgracia para otros por eso de sentirse marginado, advertimos con alarma que la misma preferencia no se observa con escuelas, hospitales, algunos olvidados caminos secundarios, la lucha contra las inundaciones en el sur y otras deudas pendientes con la sociedad y se hace necesario otra vez que deba caer a esa falta de respeto por las prioridades realmente acuciantes, tan dolorosas como marginadas de las acciones de gobierno.
La situación social de los cordobeses -masivamente dicho- en tiempos de pandemia es de una gravedad tal, que al revelarse los índices de pobreza aquí, junto a nosotros, significó una invasión de dolor lacerante e injustamente merecido, pese a toda la bambolla que se hace desde el poder gastando dinerales en difundir acciones dudosas, porque los resultados negativos son tan contundentes que descolocan al político más y mejor pintado, mejor producido, más renombrado y asiduamente ocupante de muros para las previsibles pegatinas precomiciales, que son una sinfonía de promesas.
¿Dónde se perdieron entonces, pregunto, todo lo que dijeron pocos años atrás que harían y no hicieron y ahora vemos no que avanza la pobreza, sino que se impone el hambre por encima de los que comen?
¿En qué quedaron los discursos, las declaraciones, las cifras millonarias que se dispusieron según decían para recobrar el bienestar perdido? Es como si el anterior éxito electoral hubiera licuado cuantiosas partidas y en lugar de generar trabajo, ayuda social, educación sin excepciones, atención médica, asistencia a la discapacidad, mejoras en los servicios hospitalarios, seguridad inexistente porque los narcos ya le ganaron al poder, fortalecimiento de la EPEC ahora transformada en privilegio laboral con una cúpula de sueldos millonarios para una provincia flaca en energía y con precios peores que los abusivos…
Me saltarán una vez más a la yugular mostrándome esos caminos, carreteras, los costosos e inoportunos puentes, el inútil faro y esa cantidad de obras necesarias pero jamás imprescindibles por encima de las necesidades básicas de la gente; del pueblo que sufre desocupación, acciones delictivas sin freno, marginación y otras lacras sociales.
Será para comprender el esfuerzo titánico que los gobernantes dicen ofrecer por la Patria y por Córdoba, cuando alguien desde el poder me ilustre en materia gastronómica, compatible con lo que cacaréan que realizan: que me indiquen cómo se prepara cemento a la parrilla, fideos de hierro, salsa de arena y cal o ensalada de luminarias.
Si no hay nadie que sea capaz de enseñarle a la gente lo que es la dignidad de la supervivencia con respeto por las prioridades que tanto demandamos, superaremos esa sorpresa de sentirnos, los cordobeses, culpables en mucha medida por el abandono a nuestros semejantes obligados por un poder ávido de recaudación tributaria para vender una imagen que lejos está de ser positiva.
Está visto que en la apetencia por no irse, cualquiera de los malos métodos de gobernar es válido, aunque las víctimas resulten ser, paradójicamente, quienes los votan.
¿Se les mojó la pólvora?
SILENCIO CÓMPLICE DE UNA DIRIGENCIA
GREMIAL ACTUALMENTE ABURGUESADA
Por allí uno, entre sueños o pesadillas, evoca figuras y actitudes del pasado registradas en situaciones críticas de las miles que venimos viviendo los argentinos en el devenir no tan lejano de unos 70 u 80 años a esta parte, para lo que no es imprescindible ser historiador o auscultador de archivos, sino que basta con algo de memoria e íntima honestidad a la hora de evaluar.
Si se nos viene a la cabeza o a la mente por así decirlo la figura de Rucci, lo tomamos como un dirigente contestatario, medianamente coherente, que pagó con su vida a manos de tipos que ahora tienen poder, por eso de ciertas diferencias partidarias internas. Si se nos aparece el “Gringo” Tosco lo ubicamos en el pedestal que lograra por su lucha, por su sacrificio y por muchas conquistas alcanzadas mediante su actuación sindical.
Y si la memoria nos lleva a Ubaldini, el de las clásicas camperas, nos salta la ficha de los 12 paros que le hizo a Raul Alfonsín, padre de la recuperación democrática, en una clara acción desestabilizadora de la que Ubaldini tardíamente se arrepintiera cuando los efectos ya habían hecho demasiado daño.
Bueno… hay varios más, pero tomemos a ellos como especie de íconos: de símbolos del sindicalismo argentino, todos con base peronista, en aquellos tiempos cuando el autoritarismo del poder establecía que si no eras peronista, no eras trabajador y así te iba…
Pero por entonces, casos de eternizarse en las conducciones gremiales no se sí se dieron tantos como ahora, que duran 20, 25, 30 o más años y no es necesario apelar a demasiada imaginación para encontrar las razones de tal certeza, porque basta con un solo detalle: la mayoría de los dirigentes gremiales pelechó de tal manera que el tiempo los elevó a la deseable categoría social de prósperos empresarios, con desmedidos bienes no tan solo en depósitos en el exterior sino propiedades urbanas, campos, aviones, autos de altísima gama, embarcaciones, criaderos de caballos de carrera y otros lucrativos emprendimientos.
El dolor está en otro costado de la situación, porque mal que les pese aunque no les afecte, debe ser triste saber íntimamente que son potentados entre un mar de hambrientos y desocupados, que vaya paradoja son quienes los elevan y mantienen en esas alturas del privilegio.
¿Cómo carajo entonces me pregunto y se pregunta cualquier argentino, no van a querer eternizarse allí entre sedas, relojes Rolex, amigas generosas de caricias, casas robotizadas y chequera con plata ajena pero a su plena disposición?
Podemos decir de ellos cualquier cosa, pero permítanme pensar en voz alta sobre la pena íntima que me daría saber si fuera uno de ellos, que por lo tanto que tengo, es mucha la gente carenciada que no tiene nada.
Pero así son las cosas: son serviles a ese objetivo de fabricar pobres, aunque ideológicamente discrepen con los principios del justicialismo pese a estar firmemente integrados a la columna vertebral de ese movimiento nacional & popular.
Realmente, no lo veo a Tosco amarrar su lancha después de pescar en el Rio de la Plata, abordar su cupé Mercedes Benz, llegar al aeropuerto y subir allí a su jet particular que con compañía agradable lo está esperando para ir a dorarse en arenas del Caribe durante un plácido fin de semana.
El “”Gringo” jamás lo hubiera hecho, porque sus principios eran otros; eran sólidos y ahora dudo si es que formaba parte de aquella declamada columna vertebral del P.J. que dice ser su dirigencia sindical. Se me ocurre que algunas dudas existen al respecto, porque se olvidaron que sus bases sufren y tienen hambre.
¿Habrán mojado ellos, la pólvora que pregonaban tener?
Penitencia nacional & popular
REABRIR EL AEROPUERTO CORDOBA SIN
NECESIDAD DE PELARSE LAS RODILLAS
Todo indica que un simple trámite burocrático -no pedirlo en tiempo y forma dicen “desde arriba”- habría generado la demora en levantar la penitencia que no tan solo sobre Córdoba sino con todo el centro del país y con muchos limítrofes, le había impuesto el gobierno nacional al Aeropuerto Internacional Ingeniero Taravella, importante centro de distribución aérea que se había quedado con solo algunos vuelos medianamente intrascendentes, comparando con el intenso movimiento que tuviera en tiempos de normalidad, sin tamaña y maliciosa injerencia del puerto y sus personeros.
Suele ser ese el precio que se paga por no resignarse a lastimaduras ni raspaduras de rodillas en los dueños que viven esperando los que más mandan, para acentuar el sometimiento del interior en esta parodia que se sostiene de ser “federales”, carátula que no deja de ser una triste e histórica mentira de las tantas que se aplican desde el enfermizo centralismo que a todo pretende digerir, aunque a veces se transforme en purga.
Un contrasentido absurdo como tal, pero especialmente en el aspecto económico, por ser comprobado y eficiente puerto de salida para nuestro producción -cuando la retomemos- con destino al exterior y el ingreso de insumos necesarios en caso especial para la industria automotriz, ávida de ellos para no decaer en la producción que es trascendente fuente laboral y parte de la dosis necesaria para vacunarnos contra la creciente y desatendida desocupación.
Bien vale ahora tomar con mayor dedicación la rehabilitación de nuestra estación aérea con miras al restablecimiento de las corrientes turísticas tanto de cabotaje como internacional, de ida y a la inversa para paliar en parte las pérdidas padecidas por el castigado sector en casi dos años de privación de contactos más allá de las fronteras cordobesas.
Y que sirva asimismo como un llamado de atención para las autoridades nacionales del área, que parecen necesitar nociones geográficas que superen la ignorancia que en su momento exhibiera el malogrado Ginés González García, para que entiendan que Córdoba está en el centro del país y no en los extremos norte o sur, porque todo indica que a esa materia la siguen llevando previa.
Para quienes se preocuparon desde aquí por pelear en aras de la reactivación y el término de la penitencia nacional & popular, vaya el reconocimiento mediterráneo.
Y para los otros, un bonete con una “B” en cada frente.
Pero en este caso, que no es la inicial de “burro”…
TARDÍA LLAMADA A UN NECESARIO
REENCUENTRO DE LOS ARGENTINOS
La historia, rica historia de los argentinos, tiene para regalar a los tiempos situaciones vinculadas con odios, resentimientos, rencillas intrascendentes como violentas, que para referirnos a los reencuentros debiéramos considerar por separada a cada una de esas instancias que nos enfrentaran, pese a las cuales seguimos viviendo e intentando consolidar un sistema perfectible, como lo es la democracia, que para muchos se fortalece en las luchas y para otros declina y se destiñe frente a cada circunstancia que nos lleva a enfrentarnos.
Pero hete aquí que no siempre los alejamientos se producen entre quienes ideológicamente no coinciden, sino que suelen ser más virulentas las diferencias que se generan en el seno de las mismas corrientes de pensamiento, llegando muchas veces a constituirse en actos beligerantes con sangrientas consecuencias.
Pero siempre o al menos en la mayoría de los casos sobreviene una paz pegada con saliva o un entendimiento perdurable hasta que vuelve a fracturarse y esa es una constante histórica que nos distingue o peor aún, que nos maldice o nos estigmatiza agobiándonos de intolerancia.
Si ese es el precio de la maduración del sistema, habría que sondear si hay antecedentes similares para abrevar en ellos y en las soluciones que pudieran haber tenido, porque entre nosotros esas salidas son demasiado temporarias o lisa y llanamente no existen.
Las primarias recientes pusieron al descubierto esas dos caras tanto del éxito como del fracaso porque quienes salieron airosos adoptaron desde algunos personajes, una triunfalista actitud de soberbia, como si rindieran culto al famoso “lo tenía fríamente calculado” del Chapulín, cuando pensando con honestidad, bien sabemos que no era así.
Y del otro lado, de los malamente sorprendidos por la malaria que encerraban las urnas, una cierta y mal disimulada indiferencia de sostener que todo daría para noviembre una vuelta que les permitiera consolidar su vocación de eternizarse en el poder, con lo que muchos aspectos quedarían asegurados y consagrados, entre ellos el de la libertad o de la impunidad si así usted lo prefiere.
Y desde la cúpula del poder y con estudiada humildad, se llamó a la integración de los argentinos; al reencuentro nacional bajo la misma bandera y por comunes objetivos de grandeza. Un sentimiento tan necesario como plausible si de mirar el futuro se trata, superando la pandemia y sus desastrosas consecuencias y derivaciones en lo social y en lo económico y en la ubicación que habrá que reacomodar en el concierto de las naciones, porque estaremos frente a un impensado escenario universal.
Maravilloso eso del reencuentro, del abrazo fraternal, del compartir objetivos comunes, de postergar el belicismo electoral con la madurez que imponen las circunstancias, que somos todos hermanos, que todos nos necesitamos, y bla bla, bla blá…
La verdad es que uno como argentino por una parte valora la intención que nace desde una de las partes del poder, pero no podemos perder de vista a la otra parte, que deja de lado aquellas intenciones de recomposición de situaciones y relaciones hacia afuera, mientras poco hace por calmar los maullidos de su enorme bolsa de gatos interna.
En buena hora que nos abracemos, que nos perdonemos, que caminemos juntos, que compartamos un horizonte venturoso, pero por eso de lo imprescindible de cada situación, jamás dejemos de lado esa humana exigencia de memoria, verdad y justicia.
El respeto por ellas es lo que nos hará grandes, unidos y felices…
Gestión municipal
OBLIGACIÓN DE HACER LAS COSAS BIEN
Y TENER RESPETO POR LAS PRIORIDADES
La muletilla de cada intendente municipal que le tocó asumir en esta Córdoba sorprendente, fue quejarse de lo que recibiera como ciudad, de lo que tendría que mantener como planta de personal, de la sequedad financiera y de un cúmulo de problemas que configuraron y siguen configurando un panorama que lejos está de ser alentador porque en la mayoría de los casos, eran y siguen siendo muy distintas las prioridades que cada nuevo intendente trae en su carpeta de futura gestión.
El de ahora, joven emprendedor de la región Este vecina a Santa Fe, llegó con la brocha y el inagotable tarro de pintura celeste entre sus pertenencias, para primero cerrar calles, enquilombar los recorridos del penoso transporte urbano, que dicen nos brindan empresas a las que sólo les interesa la guita lo que es muy humano pero poco agradable, y hacer la de los cabos de la milicia con aquello que “lo que se mueve se saluda y lo que está quieto se pinta”, optando por uno de los colores predilectos de su corriente política y no por una simpatía pirata ni nada parecido, pero bienvenida para ellos, los fanáticos de Alberdi.
Es cierto que la pandemia cambió radicalmente -hablo de raíces y no de partido- la vida de los cordobeses pero cuando nos han sometido a cambios violentos e inconsultos con los vecinos, la aceptación de las innovaciones fue mínima aunque fueran impuestas a rajatabla, como lo es no medir el duro impacto en el comercio, en la incomodidad para la circulación, en la carencia de un número aceptable de sitios para estacionamiento y en otros detalles enojosos.
Necio sería negar que uno de los dramas principales en esta Córdoba sufriente es el transporte público y allí encararon comprando decenas de bondis de casi lujo, mostrando tarjeta roja a una empresa entrerriana que según comentaban desde adentro y por pésima administración, tenía su capital invertido en deudas y los incumplimientos de servicios eran lastimosos y de vija data.
Un punto a favor del muchacho a quien buscan emprolijar de gestión para ungir como candidato al sillón mayor del Panal, si es que Natalia, heredera de apellido ilustre y en algunos aspectos merecedor, no se coloca en el medio de tal pretensión o que surgiera algún “tapado”.
La ciudad no cicatriza sus profundas lastimaduras solo con pintura y transporte sino que hay que contemplar todas las otras carencias que padecemos y que no es necesario que las enumere porque todos las sufrimos, unos más y otros menos.
Pero el error sería que en esta Córdoba contestataria, enemiga de los versos y del exceso en la aplicación de promesología, se intentara aplicar la milenaria política de los indios que entregaban todo lo que tenían, incluyendo la virtud de sus mujeres, por piedras de colores y espejitos. La ciudad no necesita parches ni limitaciones a su crecimiento, sino políticas que la hagan vivible, que nos regale la belleza cívica de enamorarnos de ella no porque nos deslumbre sino porque lo merece.
Es hora de darle un descanso a la brocha gorda, dejar que los bondis y los troles se reconcilien con los castigados pasajeros, ocuparse de los barrios, mimar las plazas y los paseos, aportar luz en las oscuridades y tomar en cuenta para no olvidar jamás, que los éxitos de una gestión, cualquiera sea, está en el respeto innegociable por las auténticas prioridades.
La principal, déjenme que lo confiese, es amar a esta ciudad.
Y no actuar como visitante, sino sentirse parte de ella
Megacausa del Registro (Comentario nº 359)
NO SE NECESITA APELAR A LA HISTORIA SI CON
LA MEMORIA ALCANZA PARA HACER JUSTICIA
En un intento personal pero más que nada periodístico por subsanar ciertas curiosas amnesias, me voy a referir al tema del Registro de la Propiedad de Córdoba con un comentario que opto ahora por numerar para que nada se diluya y sirva para poner en claro o en mayores dudas, ciertas situaciones.
Esta es la referencia número 359 desde que en este espacio tomamos la democrática costumbre de pelear por una causa sin erigirnos en fiscales, defensores, jueces ni verdugos pero con desmedidas ansias por ver que la Justicia, con mayúsculas, aún existe.
El Sr. Andrés Pérez, fallecido hace tres años, supo enviarme valioso material con algo más de 30 denuncias sobre distintos hechos ilícitos, que había presentado ante las autoridades correspondientes entre los años 2003 y 2009, sin que fueran atendidas.
Una lectura rápida de ese material nos enfrenta con términos como: apartamiento irregular, sustituciones, irregularidad, doble inscripción, doble sustracción, adulteración, falta de documentos, tomo re-encuadernado sin pasar por el sector encuadernación, presuntos reemplazos, asiento apartado con elemento cortante, matrícula extraviada o sustraída, y otras expresiones similares.
También me remitió los números de casi medio millar de memorándums sobre documentación perdida que, según explicó, contiene todo el historial jurídico de los inmuebles y de los distintos dueños que pudieran haber tenido y no se necesita ningún conocimiento para entender claramente la gravedad de lo que Pérez denunció y sin embargo, siempre reclamó que nada fue investigado y que ningún alto funcionario fue citado para dar explicaciones.
Curiosamente, años más tarde el gobierno de turno impulsó una pomposa investigación que, con la misma terminología, encarceló a trabajadores comunes, incluido Pérez, sin siquiera juzgarlos, señalándolos como responsables de los delitos.
No alcanza ahora el conocimiento para entender por qué la Justicia no cruzó datos, ni buscó relaciones entre las denuncias, los poderosos funcionarios y sus patrimonios. ¿O tal vez sí lo hizo?
Entonces podría explicarse lo de los chivos expiatorios y los reclamos de justicia pendiente.
Indicadores que provocan espanto e indignación
CÓRDOBA LA PUJANTE Y DISTINTA RECONOCE
TANTA POBREZA COMO EN EL RESTO DEL PAÍS
Realmente no deja de ser un orgullo genuino y casi olvidado eso de reconocer la belleza de tantos caminos, puentes monumentales que son atracción turística, circunvalación con nuevos carriles, rutas del tantas veces marginado interior, rotondas, vados, y decenas de otros emprendimientos que en realidad mucho le han cambiado la cara a esta Córdoba siempre dispuesta a maravillar a propios y extraños.
Pero como no todo es bonanza y muchas veces el progreso es beneficio para unos y desgracia para otros por eso de sentirse marginado, advertimos con alarma que la misma preferencia no se observa con escuelas, hospitales, algunos olvidados caminos secundarios, la lucha contra las inundaciones en el sur y otras deudas pendientes con la sociedad y se hace necesario otra vez que deba caer a esa falta de respeto por las prioridades realmente acuciantes, tan dolorosas como marginadas de las acciones de gobierno.
La situación social de los cordobeses -masivamente dicho- en tiempos de pandemia es de una gravedad tal, que al revelarse los índices de pobreza aquí, junto a nosotros, significó una invasión de dolor lacerante e injustamente merecido, pese a toda la bambolla que se hace desde el poder gastando dinerales en difundir acciones dudosas, porque los resultados negativos son tan contundentes que descolocan al político más y mejor pintado, mejor producido, más renombrado y asiduamente ocupante de muros para las previsibles pegatinas precomiciales, que son una sinfonía de promesas.
¿Dónde se perdieron entonces, pregunto, todo lo que dijeron pocos años atrás que harían y no hicieron y ahora vemos no que avanza la pobreza, sino que se impone el hambre por encima de los que comen?
¿En qué quedaron los discursos, las declaraciones, las cifras millonarias que se dispusieron según decían para recobrar el bienestar perdido? Es como si el anterior éxito electoral hubiera licuado cuantiosas partidas y en lugar de generar trabajo, ayuda social, educación sin excepciones, atención médica, asistencia a la discapacidad, mejoras en los servicios hospitalarios, seguridad inexistente porque los narcos ya le ganaron al poder, fortalecimiento de la EPEC ahora transformada en privilegio laboral con una cúpula de sueldos millonarios para una provincia flaca en energía y con precios peores que los abusivos…
Me saltarán una vez más a la yugular mostrándome esos caminos, carreteras, los costosos e inoportunos puentes, el inútil faro y esa cantidad de obras necesarias pero jamás imprescindibles por encima de las necesidades básicas de la gente; del pueblo que sufre desocupación, acciones delictivas sin freno, marginación y otras lacras sociales.
Será para comprender el esfuerzo titánico que los gobernantes dicen ofrecer por la Patria y por Córdoba, cuando alguien desde el poder me ilustre en materia gastronómica, compatible con lo que cacaréan que realizan: que me indiquen cómo se prepara cemento a la parrilla, fideos de hierro, salsa de arena y cal o ensalada de luminarias.
Si no hay nadie que sea capaz de enseñarle a la gente lo que es la dignidad de la supervivencia con respeto por las prioridades que tanto demandamos, superaremos esa sorpresa de sentirnos, los cordobeses, culpables en mucha medida por el abandono a nuestros semejantes obligados por un poder ávido de recaudación tributaria para vender una imagen que lejos está de ser positiva.
Está visto que en la apetencia por no irse, cualquiera de los malos métodos de gobernar es válido, aunque las víctimas resulten ser, paradójicamente, quienes los votan.
¿Se les mojó la pólvora?
SILENCIO CÓMPLICE DE UNA DIRIGENCIA
GREMIAL ACTUALMENTE ABURGUESADA
Por allí uno, entre sueños o pesadillas, evoca figuras y actitudes del pasado registradas en situaciones críticas de las miles que venimos viviendo los argentinos en el devenir no tan lejano de unos 70 u 80 años a esta parte, para lo que no es imprescindible ser historiador o auscultador de archivos, sino que basta con algo de memoria e íntima honestidad a la hora de evaluar.
Si se nos viene a la cabeza o a la mente por así decirlo la figura de Rucci, lo tomamos como un dirigente contestatario, medianamente coherente, que pagó con su vida a manos de tipos que ahora tienen poder, por eso de ciertas diferencias partidarias internas. Si se nos aparece el “Gringo” Tosco lo ubicamos en el pedestal que lograra por su lucha, por su sacrificio y por muchas conquistas alcanzadas mediante su actuación sindical.
Y si la memoria nos lleva a Ubaldini, el de las clásicas camperas, nos salta la ficha de los 12 paros que le hizo a Raul Alfonsín, padre de la recuperación democrática, en una clara acción desestabilizadora de la que Ubaldini tardíamente se arrepintiera cuando los efectos ya habían hecho demasiado daño.
Bueno… hay varios más, pero tomemos a ellos como especie de íconos: de símbolos del sindicalismo argentino, todos con base peronista, en aquellos tiempos cuando el autoritarismo del poder establecía que si no eras peronista, no eras trabajador y así te iba…
Pero por entonces, casos de eternizarse en las conducciones gremiales no se sí se dieron tantos como ahora, que duran 20, 25, 30 o más años y no es necesario apelar a demasiada imaginación para encontrar las razones de tal certeza, porque basta con un solo detalle: la mayoría de los dirigentes gremiales pelechó de tal manera que el tiempo los elevó a la deseable categoría social de prósperos empresarios, con desmedidos bienes no tan solo en depósitos en el exterior sino propiedades urbanas, campos, aviones, autos de altísima gama, embarcaciones, criaderos de caballos de carrera y otros lucrativos emprendimientos.
El dolor está en otro costado de la situación, porque mal que les pese aunque no les afecte, debe ser triste saber íntimamente que son potentados entre un mar de hambrientos y desocupados, que vaya paradoja son quienes los elevan y mantienen en esas alturas del privilegio.
¿Cómo carajo entonces me pregunto y se pregunta cualquier argentino, no van a querer eternizarse allí entre sedas, relojes Rolex, amigas generosas de caricias, casas robotizadas y chequera con plata ajena pero a su plena disposición?
Podemos decir de ellos cualquier cosa, pero permítanme pensar en voz alta sobre la pena íntima que me daría saber si fuera uno de ellos, que por lo tanto que tengo, es mucha la gente carenciada que no tiene nada.
Pero así son las cosas: son serviles a ese objetivo de fabricar pobres, aunque ideológicamente discrepen con los principios del justicialismo pese a estar firmemente integrados a la columna vertebral de ese movimiento nacional & popular.
Realmente, no lo veo a Tosco amarrar su lancha después de pescar en el Rio de la Plata, abordar su cupé Mercedes Benz, llegar al aeropuerto y subir allí a su jet particular que con compañía agradable lo está esperando para ir a dorarse en arenas del Caribe durante un plácido fin de semana.
El “”Gringo” jamás lo hubiera hecho, porque sus principios eran otros; eran sólidos y ahora dudo si es que formaba parte de aquella declamada columna vertebral del P.J. que dice ser su dirigencia sindical. Se me ocurre que algunas dudas existen al respecto, porque se olvidaron que sus bases sufren y tienen hambre.
¿Habrán mojado ellos, la pólvora que pregonaban tener?
Penitencia nacional & popular
REABRIR EL AEROPUERTO CORDOBA SIN
NECESIDAD DE PELARSE LAS RODILLAS
Todo indica que un simple trámite burocrático -no pedirlo en tiempo y forma dicen “desde arriba”- habría generado la demora en levantar la penitencia que no tan solo sobre Córdoba sino con todo el centro del país y con muchos limítrofes, le había impuesto el gobierno nacional al Aeropuerto Internacional Ingeniero Taravella, importante centro de distribución aérea que se había quedado con solo algunos vuelos medianamente intrascendentes, comparando con el intenso movimiento que tuviera en tiempos de normalidad, sin tamaña y maliciosa injerencia del puerto y sus personeros.
Suele ser ese el precio que se paga por no resignarse a lastimaduras ni raspaduras de rodillas en los dueños que viven esperando los que más mandan, para acentuar el sometimiento del interior en esta parodia que se sostiene de ser “federales”, carátula que no deja de ser una triste e histórica mentira de las tantas que se aplican desde el enfermizo centralismo que a todo pretende digerir, aunque a veces se transforme en purga.
Un contrasentido absurdo como tal, pero especialmente en el aspecto económico, por ser comprobado y eficiente puerto de salida para nuestro producción -cuando la retomemos- con destino al exterior y el ingreso de insumos necesarios en caso especial para la industria automotriz, ávida de ellos para no decaer en la producción que es trascendente fuente laboral y parte de la dosis necesaria para vacunarnos contra la creciente y desatendida desocupación.
Bien vale ahora tomar con mayor dedicación la rehabilitación de nuestra estación aérea con miras al restablecimiento de las corrientes turísticas tanto de cabotaje como internacional, de ida y a la inversa para paliar en parte las pérdidas padecidas por el castigado sector en casi dos años de privación de contactos más allá de las fronteras cordobesas.
Y que sirva asimismo como un llamado de atención para las autoridades nacionales del área, que parecen necesitar nociones geográficas que superen la ignorancia que en su momento exhibiera el malogrado Ginés González García, para que entiendan que Córdoba está en el centro del país y no en los extremos norte o sur, porque todo indica que a esa materia la siguen llevando previa.
Para quienes se preocuparon desde aquí por pelear en aras de la reactivación y el término de la penitencia nacional & popular, vaya el reconocimiento mediterráneo.
Y para los otros, un bonete con una “B” en cada frente.
Pero en este caso, que no es la inicial de “burro”…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Su comentario será valorado