26 de septiembre de 2021

S.L.B.: EL REMANENTE “K” TRAS LA DERROTA, ROMPIÓ LA ALCANCÍA Y TARDÍAMENTE ANUNCIÓ SU GENEROSIDAD – LAS PEATONALES CÉNTRICAS INVADIDAS POR RUIDOSOS “ESPECTÁCULOS MUSICALES” – DESDE EL PODER, UNA FALTA DE RESPETO A LA ANCIANIDAD – LA JUSTICIA CORDOBESA Y SU HISTÓRICA PACHORRA – EL EQUIPO DE TALLERES NINGUNEADO POR EL PERIODISMO PORTEÑO – CAOS DE POPULISMO, CLIENTELISMO Y DEMAGOGIA – NI LA PANDEMIA CONSIGUIÓ ECLIPSAR A LA PRIMAVERA, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 26/9/21 emitido en dúplex por AM580 y la 88.5FM ambas dependientes de la Universidad Nacional de Córdoba.

Tardía e interesada generosidad
EN POS DE SUPERAR EL DERRAPE EN LAS PASO
LOS ‘K’ REMANENTES ROMPIERON SU ALCANCÍA
 
   Por allí la situación que estamos viviendo me empuja a recordar episodios de mi lejana juventud y de mi remota niñez, cuando recibíamos algunas monedas y comprábamos caramelos, aunque algunos teníamos un chanchito de yeso con una ranura en el lomo, por donde ingresábamos a la panza porcina una moneda ahorrada porque en lugar de 10 caramelos quedábamos conformes con seis o siete, y no por esa privación caíamos en la infelicidad.
   Y con alegría rompíamos el cerdo de yeso.
   En la que se llamaba Caja Nacional de Ahorro Postal también íbamos amarrocando de pesito en pesito porque comprábamos estampillas por un valor equis, que se iban pegando en la libreta y cuando juntábamos unos manguitos íbamos con esa libreta a la Caja respectiva y nos daban el dinero celosamente guardado.
   La palabra “inflación” todavía no existía y si se había inventado, aún no se usaba por lo que el dinero, de enero a diciembre, valía siempre lo mismo y esto no es un ataque de nostalgia, sino útiles y reveladores recuerdos.
   Todo cambió, creo que después de Venezuela y algunos países africanos o de por allí lejos, tenemos el vergonzoso privilegio de ocupar dentro de los “top five” la ominosa lista de países altamente inflacionarios y eso no es culpa de los argentinos, sino directa responsabilidad de quienes nos gobiernan.
   Y como los que nos gobiernan -de cualquier color-tienen esa malsana vocación por eternizarse en el poder, al menos aquí somos 45 millones de víctimas de los desaciertos, omisiones, faltas de respeto, menoscabo a la inteligencia colectiva y emergentes de un absurdo como lo es más de la mitad de la población sumida en la pobreza, en un país exageradamente rico en recursos, con la diferencia que en otras latitudes tienen menos riquezas pero saben administrarlas.
   Aquí, más que administradores, tenemos malos políticos, angurrientos de poder y de utilidades y esa es una explicación que seguramente me la cuestionarán por elemental y reduccionista, pero desafío a quien quiera que me demuestre que no es la verdad.
   La reciente consulta electoral primaria produjo un desparramo tanto en el mundo partidario desde la derecha, pasando por el centro y terminando en la izquierda porque la sorpresa fue de todos, incluyendo a la devaluada credibilidad de los encuestadores, la mayoría de los cuales cayó en el papelón.
   Ahora viene otra consulta, de la que estamos a 49 días y el electorado navega desde el optimismo de quienes aseguran revalidarán cifras, y la desesperación sumada a la alergia a los barrotes, de los que con el dinero de la gente buscan revertir una situación de la que son los únicos responsables por impericia, apetencias o desorientación tanto funcional como ideológica.
   Es descomunal la cantidad de dinero que ya está circulando en esa acción de inclinar tendencias, frente a un pueblo que demostró una madurez cívica que muchos creían olvidada, negándose con su mensaje en las urnas a ser instrumento de apetencias desmedidas o cómplices de maniobras perjudiciales para la sociedad.
   También aparece escandalosa la impunidad con la que se desvían fondos -destinados a paliar el efecto de otras ugencias- invertidos en electrodomésticos, ajuste de planes hacia arriba, ajuste a los pasivos, reducción del pago de ganancias y otras gangas, en una obsequiosa maratón por comprar votos, dejando de lado el sentir de la gente en cuanto a la inoportunidad de un derroche que era necesario desde tiempo atrás y no ahora frente a la inminencia de una nueva paliza electoral.
   Pero así son las cosas y esa es la realidad que nos rodea, al resumir que en campaña preelectoral, hasta los gatos les regalan queso a los ratones
 
Comerciantes molestos e invadidos
LAS  PEATONALES  DEL  CENTRO CORDOBÉS SON 
ESPACIOS ABIERTOS PARA RUIDOSOS RECITALES
 
   El diferendo generado entre los comerciantes del centro de la ciudad, especialmente los instalados en las calles peatonalizadas, quedaría superado con la sola aplicación del buen criterio y del recíproco respeto con o sin la mediación de las autoridades que por lo general logran empiojar todas las tratativas que se suelen encarar, con formalismos y exigencias inconducentes a una solución que no resulte perjudicial para nadie.
   En este caso, las irresolutas diferencias están planteadas entre esos comerciantes y un gran número de improvisados cantantes, mini orquestas dedicadas a la que se llama “música culta”, vocalistas y bailarines de cuartetos que han tomado esos sectores de la ciudad como escenario para sus actuaciones como actividad que les permite juntar unos pesos en estos duros tiempos de crisis.
   El problema radica en que ambos sectores son víctimas de una marcada decadencia tanto en las posibilidades de trabajo como en los habituales niveles de venta, emergencia que está llevando y lo seguirá haciendo, a la quiebra de muchos comercios y a la pobreza individual de cientos de cordobeses que en los últimos tiempos han visto descender penosamente su calidad de vida vulnerando aquello de ser clase media para transformarse en indigentes virtualmente marginados de la sociedad de consumo.
   Los comerciantes sostienen que tantas horas de aturdimiento -le llamemos musical- les ha minado la paciencia provocándoles un nivel de estrés nunca experimentado, mientras que aquellos que buscaron esa actividad como paliativo de su propia angustia y marginalidad, no encuentran otra solución que exhibir a cambio de unas monedas sus dotes vocales, actorales, musicales o de cualquier otra especialidad artística con tal de quitarles algo de dramatismo a sus carencias.
   Hay que estar en la piel y la tolerancia de quienes se sienten condenados al hartazgo de vivir escuchando lo mismo durante horas y horas, días y días lo que altera la tranquilidad de cualquiera, o ubicarse en la situación de tantos agobiados por la desocupación y la miseria que no le encuentran otra salida a su drama.
   Así como desde el poder se diseñaron y aplicaron políticas de protección a sectores vulnerables, en este caso debiera también -me refiero a la autoridad- instrumentar soluciones para la situación que afrontan los desposeídos.
   No se trata de llegar al extremo del desalojo por una parte o el dejar las cosas como están, sino de actuar con la suficiente sensibilidad social que aporte soluciones y que no agrande el conflicto, al menos hasta que la situación mejore y se recupere eso tan lejano que se llama normalidad. Y ninguno debe asumir culpas por nada sino que de manera adulta, solidaria y respetuosa se estabilice la relación humana por encima de las broncas que genera el conflicto.
   Es cuando el Estado debe mediar para encontrar una solución accesible y equitativa que no sea parcial porque cuando el resultado es ése, queda en el ambiente la certeza que se ha cometido una injusticia.
 
Desprecio y menoscabo
FALTARLE  EL  RESPETO A LA ANCIANIDAD ES
MÁS  IMPERDONABLE EN  LOS GOBERNANTES
 
   Lord Chesterfield, quien no era como seguramente sostiene Axel Kicillof un fumador empedernido, supo afirmar tiempo atrás que se olvidan a veces las injurias, pero el desprecio no se perdona jamás, como que la fuerza y la debilidad de los dictadores o los altos dirigentes políticos -según Bernanos- consiste en haber establecido un pacto con la desesperación de los pueblos.
   Tampoco es cuestión de ser más que tolerantes y apegados cultores de la paciencia infinita, porque por la calle del después se llega a la plaza del nunca.
   En los últimos tiempos ha sido notable en el mundo mediático el crecimiento de los sistemas destinados a preservar documentadamente importantes dichos y acciones: resumiendo, la trascendencia de un archivo se consolida con el vertiginoso paso del tiempo y es mucho lo que aporta contra ciertas amnesias por eso del respeto a la memoria que, quiero insistir, es el lápiz de la historia.
   Cuando se trata de personajes sobresalientes en cualquier actividad, el valor de los archivos se acrecienta y muchas veces esa trascendencia llega a modificar actos y conductas posteriores, siempre y cuando los que hubieran caído en contradicciones no perpetren el error de negar aquello que han dicho o que han hecho.
   Para ciertas comunidades o estamentos étnicos el respeto hacia los adultos mayores, a los que muchos llaman “viejos”, adquiere un nivel casi reverencial en homenaje a las experiencias y un eventual acopio de sabiduría, que lógicamente no distingue a todos por aquello de la formación recibida, las vivencias atesoradas y otros detalles que hacen a la personalidad.
   Pero si hablamos de gobernantes, se me ocurre afirmar que son ellos, por mirar a todo lo que les rodea desde una tarima preferencial y más abarcativa, quienes mayor consideración debieran tener hacia sus mayores, lo que se multiplica si en manos de esos gobernantes existen mecanismos que mejoren la calidad de vida de los veteranos y más aún cuando tras una vida de sacrificio alcanzan eso que pomposamente se calificaba tiempo atrás como gozar el beneficio de la jubilación… ¿beneficio?
   Ahora que para la enorme masa de jubilados no llega a cubrir ni la mitad de sus necesidades básicas que le hagan superar su condición de pobres, no fuimos pocos los que llegamos a suponer que el Estado se ocuparía prioritariamente de subsanar esa injusticia, punto en el que debo admitir mi equivocación: los jubilados son víctimas de olvidos y maltratos, en la creencia desde la cúpula del poder político que al llegar a cierta edad dejan de ser parte de la sociedad, dejan de votar por desencanto y no son un obstáculo a la hora de transformarse en víctimas de omisiones.
   Por eso, a la hora de hablar de archivos, me llamó la atención aunque no me sorprendiera, escuchar parte de un discurso que pronunciara nuestro actual Presidente de la Nación, aludiendo a los viejos, así llamados porque lo somos, a nuestros iguales.
   Lo escuchemos…
El audio con parte de un discurso que pronunciara el Sr. Presidente de la Nación en ejercicio de su cargo, comentando los problemas y perjuicios que le acarrea a la economía la sobrevida de la gente, puede ser consultado en la columna respectiva ubicada en la parte superior derecha de este blog.
 
Megacausa del Registro de la Propiedad
YA ES IMPERATIVO QUE LA JUSTICIA SE
APLIQUE COMO TAL EN ESTE PROCESO
 
   Tal vez en algún futuro, exista o aparezca un juez, motivado por el respeto a la Constitución, que se horrorice con la prisión preventiva abusiva de la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba y con mirada imparcial e independiente, pueda aclarar que un compañero de trabajo no es un cómplice, que un contacto de teléfono no es un socio, que una secretaria no es una partícipe, que una banda no se constituye por equívoca resolución fiscal y que los delitos se prueban y no se decretan. 
   Un meduloso estudio realizado recientemente por el Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA) destaca como problema del Poder Judicial que no existe interés en revisar el propio funcionamiento ni cultura de “automejoramiento”; que no se receptan los intereses de la población y que no se evalúa el desempeño de los jueces de modo habitual. 
   La misma inquietud se ha planteado en Córdoba con respecto a las acciones de los funcionarios judiciales a cargo de la causa, en especial el sistemático dictado de la prisión preventiva, los encierros sin pruebas y los juicios repetidos a cargo de una única comisión especial. Pese a haber recibido por esto el reproche de numerosos organismos de derecho y de la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación, ninguna reflexión se ha emitido al respecto.  
   Decía San Agustín que no es el tamaño ni la fuerza, sino la presencia de la justicia lo que diferencia a un estado de una banda de delincuentes, por lo que se vuelve urgente buscar justicia en esta causa, para que nuestro Estado no lo sea.
 
El histórico “ninguneo”
TALLERES DESPIERTA ENVIDIA PORTEÑA YA
QUE NO ESTÁ ‘CASUALMENTE’ EN LA PUNTA
 
   Para el periodismo deportivo porteño, lógicamente es más trascendente que haya perdido Ràcing o que le hayan metido 4 pepas a Rosario Central, a que Talleres fuera otra vez indiscutido verdugo y lo mismo seguramente les está ocurriendo a los rosarinos, más ocupados en intentar neutralizar a “Los Monos” que exigirles a los “canallas” que tomen las cosas con mayor seriedad para no exponerlos a lógicos escarnios y cargadas desde la geografía mediterránea del país.
   Debo reconocer una vez más, si es necesario, mi absoluta ignorancia acerca de las técnicas y estrategias que se manejan en el fútbol, porque lo único que conozco del más popular de los deportes es que se juega con una red al medio y que los arqueros tienen un entrenador especial, que no es el D.T. y como ejemplo de ellos pongo a un científico de los tres palos como lo es el internacional y dilecto amigo Alejandro Gianchuglia.
   Nunca podré entender -aparte- esa tendencia de muchos colegas dedicados a comentar fútbol cuando sitúan al guardavallas “bajo los tres palos” cuando en realidad sólo el travesaño está por encima del arquero, por lo que corresponde decir “entre los tres palos”.
   Bien. Ya me desahogué con ese detalle.
   Volviendo a Talleres, está demostrando lo que consigue una conducción que más allá de lo futbolístico advierto que se ocupa vivamente por la integración absoluta entre el grupo humano que es el plantel. Al resultado de esa preocupación que supongo no está generalizada entre los D.T. lo vemos en cada partido en el que la “T” viene mostrando a diferencia de poco tiempo atrás, una olvidada categoría de equipo, una especie de sociedad solidaria para conseguir resultados impensados para muchos, como por ejemplo haber metido en la bolsa a varios “grandes” del fútbol argentino.
   Al provenir del rugby, tengo especial respeto por los árbitros partiendo de la base asumida por mis amigos de la ovalada, que “el referí siempre tiene razón y más cuando no la tiene”, lo que tomado fríamente no deja de ser un enunciado que se asimila por el mecanismo del absurdo.
   Pero en estos dos últimos partidos, me tocó ver desde mi ignorancia futbolística pero por mera observación visual y sin tener la finura del a veces implacable VAR, que los soplapitos cometieron gruesos errores y aplicaron injustas sanciones.
   No es una muestra de fanatismo albiazul, sino el punto de vista de alguien que goza de ver el buen fútbol, así sean masculinos o femeninos equipos argentinos, europeos, chinos, o del potrero de la esquina.   
   A Talleres nadie le regaló nada y por el contrario, es como si desde el puerto le quisieran robar, cuanto menos, los méritos deportivos bien conquistados.
   Y al margen: ¿Competirán alguna vez equipos mixtos?
 
A 49 días del 14 de noviembre
EL PAÍS INMERSO EN  UN CAOS DE POPULISMO
CON EXCESO DE CLIENTELISMO Y DEMAGOGIA
 
   Si es por hablar del tema, una pila de años atrás Aristóteles ya aplicaba el término “demagogia” para designar a la democracia, porque para el filósofo se trataba de una forma de desgobierno lo que significaba y en la actualidad así se rotula a quien proclama, con terminología que halaga a la gente, con miras a lograr beneficios políticos porque si hilamos más en detalles, también es demagogo quien presenta o alienta un programa político o económico que contempla reformas sociales que benefician al pueblo, pero que a la hora de las concreciones son imposibles de aplicar.
   El populismo, para el caso, deriva de la doctrina política alentada por el partido del pueblo en los Estados Unidos y por extensión, cualquier doctrina populista.
   Ese populismo se asomó en los países subdesarrollados latinoamericanos y la realidad mostró y refiere ahora como casos más definidos al varguismo en Brasil y al movimiento peronista en nuestro país, ambos distinguiéndose por hacer crecer una fuerte organización obrera para que en alianza o acuerdo con la burguesía nacional industrialista, cimentar las bases del desarrollo sustituyendo las importaciones, apoyados tales principios con políticas nacionalizantes, crecido estatismo en apoyo a la burguesía industrial y lo más sobresaliente, cerrar filas alrededor del carisma de un líder.
   Sería una insalvable tontería negar la transformación de la sociedad al compás de estos movimientos allí donde se desarrollaron, aunque no hubieran alcanzado los objetivos propuestos, lo que lleva a resumir que podemos llamar populismo a un movimiento político con base en los sectores obreros urbanos e industriales nacionales que a través de la distribución del ingreso busca la transformación del andamiaje social y económico de un país.
   La verdad, abordar un tema tan actual y apasionante no tendría el vuelo que merece, si dejamos de lado algo que defina como socio de esas conductas al clientelismo que cuando se concentra como objetivo electoral tiene una significación diferente a lo que se generalizó en las relaciones comerciales.
   Y vamos entonces al punto que enhebra todas estas definiciones con la realidad argentina de la actualidad: nadie puede negar que vivimos inmersos en un indisimulable escenario en el que tanto populismo como demagogia y clientelismo son parte del vetusto libreto de una corriente de pensamiento a la que se le dieron vuelta los calendarios y nos obligan a repetir experiencias penosas porque si en el país hubo deterioro, para encontrar a sus responsables se necesita nada más que algo -no mucho- de memoria desapasionada, pero ajustada a la historia.
   El Estado protector pasó a ser una utopía porque las jerarquías que dicen ordenarlo se acostumbraron a mirar hacia adentro y se olvidaron del sufriente exterior; porque la compra de votos es tan escandalosa que nos ataca una íntima vergüenza; porque siendo un país rico esa dispendiosa manera de gobernar para asegurarse la eternidad en el poder, es lo que está degradando valores tales como la dignidad del trabajo, el reconocimiento al esfuerzo, el respeto por el adversario, el rechazo a la vagancia y en consecuencia de tal deterioro, es que naufraga también el sentido de patriotismo.
   Una oleada de promesas precomiciales fue respondida en las urnas y abiertos enfrentamientos intestinos sobrevinieron tras la aplastante e inesperada derrota del oficialismo en la primera consulta. Estamos a 49 días en que los principales actores de la contienda serán la memoria, los fracasos, las promesas incumplidas y esas ansias irrefrenables del oficialismo por mantenerse en el poder.
 
Llegó para quedarse
NI LA PANDEMIA PUEDE  PONER  ENTRE
PARÉNTESIS A LA ANSIADA PRIMAVERA
 
   Los cordobeses alguna vez cultores del romanticismo seguimos viviendo desorientados con relación a las estaciones que implacablemente nos indica con su esclavizante rigor el almanaque y a las temperaturas que de un día para el otro nos agobian por la pegajosa humedad, o nos obligan a sacar del placar la camiseta, la campera y el pulóver que habíamos arrumbado para no verlos ni tocarlos hasta el próximo año.
   Y finalmente, cuando suponíamos que la primavera no se había enterado que era su atávica costumbre alegrarnos la vida y seguía paseando por otras lejanas geografías, se aquerenció pidiendo disculpas y haciendo anunciar su insólita tardanza con temperatura acorde, clásica y aguardada para esta altura del sufrido período pandémico.
   Que ya está entre nosotros la estación de la juventud, bandera estudiantil, forjadora de romances, fabricante de flores, verdores y perfumes, se nota en el calor que industrializa la maravilla de las sonrisas, los ojos luminosos y la ansiada brevedad de la ropa. Las limitaciones en la circulación y la distancia social para los encuentros fraternos o casuales son en muchos casos motivos de evocaciones y recuerdos traídos a un impensado presente de hisopados, barbijos y encierros, como si el Dueño de Todos los Relojes quisiera demorar el estallido de las flores y aún más la dolorosa y salobremente húmeda postergación de los abrazos.
   Una simple recorrida por la peatonal, pese a variables y antipáticas limitaciones, nos regala el magnífico y gratuito cuadro de la pasarela permanente por donde siempre desafiantes y pese a todo desfilan ellas, las dueñas de las miradas y destinatarias de los suspiros y de otras clásicas manifestaciones de masiva y sonora aprobación.
   Inspiradora de poetas la primavera en su esplendor ha recorrido etapas tan placenteras como desatadamente románticas -los clásicos pic-nic eran el escenario- hasta llegar a la lujuria, aunque en tiempos pasados y no tan lejanos para aludirla, se empleaba más el recato, que ha sucumbido a la inspiración actual simbolizada por las eróticas y hormonales exaltaciones del amor en su práctica superando a las vetustas y anticuadas teorías que pretendían definirlo.
   Y cuando la clandestinidad devino en modelo “impuesto” desde arriba y le viene dando sopapos al irrefrenable deseo la primavera llega lo mismo, inclaudicable vencedora de las murallas, las prohibiciones, los ocultamientos, las leyes o los decretos de necesidad y urgencia.
   Por eso es bueno rescatar de la memoria algunas expresiones poéticas consideradas audaces allá por mediados del siglo pasado que son un caramelo para el alma, porque están desprovistas de la intrepidez y la osadía literaria de la actualidad que más se aproxima a lo explícito que a la ensoñación.
   Es una pena no recordar el nombre del autor de “Margot”, un soneto delicioso y todo un atrevimiento para aquellos tiempos, aunque por el título se puede llegar a deducir un parentesco tanguero y lejanamente lunfardo. Sole Winter tiene la palabra:

MARGOT
Pasa Margot con su bolsón de raso,
largo el andar y la pollera breve
y muestra el muslo su filón de nieve
con cada balanceo de su paso.
 
Ojos rasgados, con mirar de ocaso,
boca sensual para el mordisco aleve,
senos en flor luciendo su relieve
desnudos, bajo de la blusa acaso.
 
Se detiene en la esquina y con delicia
suya el viento mancebo la acaricia.
El viento sabe de caricias tiernas.
 
Y al formarse una arruga en su vestido
parece que Margot ha consentido
que le ponga una mano entre las piernas.
 
   La verdad, una suave ternura que pinta no tan solo al personaje sino a tiempos cálidos, con imaginables y sentimentales esquinas de barrio donde al evocarlos se cruza la roja y cilíndrica figura del buzón con su vientre lleno de palabras, arrasado por el progreso.
   Ya está, algo tardía, pero en todo su esplendor la primavera dueña de soles y de caricias; de fantasías y de intenciones; de pétalos y de abrazos… y también de esperanzas en poder ser felices pese a las desgracias.

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