19 de diciembre de 2021

S.L.B.: ¿UN "SHOW" QUE LLEVA A DESEMBOCAR EN LA GOBERNABILIDAD CON LOS DNU? - SIN REACCION OFICIAL ANTE EL FRACASO POR CONGELAR PRECIOS - INJURIOSO GOLPE DEL PODER A LA FRAGILIDAD DE LOS JUBILADOS - LA MEGACAUSA Y EL TERRENO DE LAS PROBANZAS - EL 2,5 % ANUNCIADO DE INFLACIÓN SUENA A BROMA - ¿QUEDARÁ ELIMINADO EL ASADO COMO NUESTRO PLATO PRINCIPAL? - CON LA TIMBA EN CASA INSTALARÁN LA POBREZA A DOMICILIO, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” nº 704 del 18/12/91 emitido en dúplex por AM580 y FM88.5 ambas dependientes de Radio Universidad Nacional de Córdoba.

Quedan 2 años cruciales
¿HABRÁ SIDO UN SHOW  PARA  DESEMBOCAR
EN LA GOBERNABILIDAD MEDIANTE LOS DNU?
 
   Por los comentarios que se escuchan, y tantos análisis de personajes especializados en política y economía, ha sido un golpe demasiado duro para el gobierno lo acontecido con el tratamiento del Presupuesto para el año 2022 que fue rechazado cuando el oficialismo estimaba que en Diputados tenía los votos necesarios para su aprobación.
   Y es en este tipo de situaciones que se multiplican las versiones, los por si acaso, los no tan seguros conceptos y ciertas elucubraciones que llevan el asunto al terreno de las adivinanzas, en el que frecuentemente caen los incautos o poco conocedores del arte de gobernar.
   Dentro del cúmulo de versiones circulaba esa que señalaba a La Cámpora como iniciadora del operativo tendiente a la aprobación del proyecto aunque los hechos descalificaron esa posibilidad pero le agregaron otra, que no pocos consideraron de suprema inteligencia, como lo era eso de dejar las cosas como quedaron tras la votación y darse el gusto -muy costoso por lo general- de pasar dos años gobernando mediante la aplicación de decretos de necesidad y urgencia porque de paso les da tiempo de negociar votos para que esos mecanismos sean debidamente refrendados en su momento de su aplicación como salida a la frustración del trámite legislativo.
   Pero en el ambiente giraron otros pormenores que sirvieron para un previo pase de facturas desde el PRO, con el argumento que en distintas etapas del kirchnerato debieron resignarse a no tener aprobados los presupuestos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con Rodriguez Larreta, en la provincia de Buenos Aires con María Eugenia Vidal y en el país, durante la presidencia de Mauricio Macri, así que con tal argumento pensaron que bien podían oponerlo para equilibrar procederes y consecuencias. 
   Todo parecía encaminado: después de un largo debate la oposición iba a apoyar el pedido del oficialismo para pasar el Presupuesto 2022 a comisión y continuar la discusión parlamentaria este cercano marte pero al tomar la palabra el actual presidente del Justicialismo Bonaerense, Máximo Kirchner en un par de minutos lo cambió todo.
   El también titular del bloque del Frente de Todos y referente de La Cámpora aseguró que la elección de 2019 "definió quién gobernaba la Argentina" y pidió votar "por si o por no". "Terminemos el show", fue la frase del hijo de la vicepresidenta que generó ecos diversos en las paredes del recinto.
    Tal intervención fue reprobada por la oposición y, al instante, el diputado Cristian Ritondo (PRO) señaló que tras esas palabras, el bloque opositor no iba a votar a favor del pase a comisión del Presupuesto 2022 como lo habían acordado internamente.
   Se sumaron los conceptos de Mario Negri de la UCR y de Alejandro Rodríguez del Peronismo Federal, quienes adelantaron que también habían cambiado su decisión por las palabras de Máximo y votarían en contra del pase a comisión.
   En homenaje a la historia, bien vale consignar algunas palabras que pronunciara el exaltado dirigente, hijo de ExElla y de Néstor: “Presidente, presidente, presidente... Habiendo en esta Cámara un exvicepresidente presente, un exvice de gobierno presente y una exgobernadora de la provincia de Buenos Aires y un expresidente de esta Cámara... me llama la atención poderosamente el comportamiento que está teniendo también un exministro del Interior del gobierno que nos precedió", mientras arreciaban los gritos del resto de los legisladores.
   Y Máximo no se calló: "Me llama la atención el comportamiento que están teniendo ante una situación gravísima que dejaron cuando endeudaron este país en 44 millones de dólares".
   Ante la reprobación de la oposición en el recinto, Máximo buscó callarlos. "Aprendan a escuchar", repitió nada menos que ocho veces y Sergio Massa pidió silencio. Pero cuando ese silencio volvió a la sala, el diputado del Frente de Todos continuó con sus provocaciones: "Bien, nos vamos entendiendo...".  
   "Teniendo en cuenta la presencia de tan distinguidas personas que ocuparon tan altos cargos producto de la elección, claro que leemos los resultados de las urnas, y esta es una elección intermedia", consideró, en relación a las legislativas de noviembre.
   Pero señaló: "La del '19 definió quién gobernaba a la Argentina. Uno lo que quiere es que podamos votar. Es el pedido que recibimos de nuestro Presidente", gritoneó Máximo.
   "El Presidente se compromete a mandar estos proyectos al Congreso como es el que vendrá cuando sea el acuerdo del Fondo Monetario Internacional. Ojalá hubiera sido en el pasado tan meticulosa y aguda mirada de quienes hoy son oposición para pedir que tamaño endeudamiento pasara por este Congreso para cuidar la democracia".
   Y el joven dirigente se permitió el uso de la ironía al consignar que: "Quizás fue la cobardía también de no poder mandar ese proyecto (en relación al FMI). Votemos por sí o por no y terminemos el show".
   Llama la atención tal intervención, porque la cosa venía bien, tranqui, hasta que el hijo de, fue quien en un arranque de protagonismo, buscó el camino del show que terminó con la intención que abrigaban los legisladores con relación al proyecto que estaba en discusión. Massa le dio la palabra a Ritondo (PRO), quien fue categórico en su respuesta y planteó que la decisión de su bloque había cambiado y votarían en contra del pase a comisión.
   “Presidente, hasta la reciente intervención del presidente de su bloque (por Máximo), mi bloque iba a acompañar, ahora no lo hará.  "¿Sabe qué pasa? -se preguntó- nos tenemos que respetar. Uno tiene que entender cuándo uno gana y cuándo uno pierde. Nos tenemos que respetar, diálogo es respeto al otro", agregó, entre aplausos de unos y silbidos de otros.
   Por supuesto, una alusión que nada tiene que ver con ese curioso concepto kirchnerista de lo que significa ganar perdiendo o perder ganando… Y Ritondo cerró sus palabras diciendo que “Si quieren dialogar, no lo digan en la campaña porque cuando ganan no dialogan y cuando pierden tampoco”, exclamó.
  Mario Negri se sumó a Ritondo sosteniendo que "Los errores se pagan y a la responsabilidad hay que asumirla. Cuando uno tiene la responsabilidad de ser la mayoría, hay cosas de las que no se puede dar el lujo, si además tienen la responsabilidad de creer que tenían la mayoría para algo que estaba en minoría, lo que tienen que tener es templanza, no calentura ni agraviar".
   "Inevitablemente, las respuestas deben ser a la altura de lo que se ha hecho. El pase a comisión lo debe votar el oficialismo y quienes los acompañan. Nosotros no lo vamos a acompañar", concluyó.
   El resto es conocido: la votación fue adversa para el poder nacional, con lo que se abre un nuevo tiempo de expectativas.
   Roguemos que la situación sea ponderada como tal, que se calmen las calenturas y que se mire hacia el futuro dejando de lado las chicanas y los estériles enfrentamientos.
 
Pese a las infortunadas experiencias
SIN REACCIÓN OFICIAL SOBRE EL FRACASO DE
UN NUEVO INTENTO  POR  CONGELAR PRECIOS
 
   Suele ocurrir que tras resonantes fracasos en un cometido, los responsables buscan enmendar errores perpetrados a sabiendas o no y encaran medidas que permitan cuanto menos disminuir los consecuentes efectos nocivos de un derrape.
   Parece no figurar en el libreto ni en las plataformas e intenciones de los actuales gobernantes una medida dinámica, urgente, imaginativa, creativa, que permita superar el anunciado fracaso de una nueva experiencia de congelamiento de precios, en los que se gastaron millones y millones de pesos en promocionar lo que decían serían óptimos resultados, que finalmente no se dieron y no son tiempos de andar buscando a los culpables del papelón porque los conocemos a todos.
   Lo que sí se impone, es tomar el problema en su real dimensión y aportar mecanismos que permitan de alguna manera ubicar los precios de artículos de primera necesidad, especialmente alimentos y ¿sabe qué otro rubro es prioritario y poca atención se le brinda? ¡los medicamentos…! Que con el correr de los días treparon a cifras inalcanzables para una marcada mayoría de la población, cuya salud y bienestar dependen de esa mercadería tan sujeta a especulaciones internacionales, caprichos y otros mecanismos alejados de eso que se llama sensibilidad social y compromiso con los que menos tienen y los necesitan para sobrevivir.
   Los viejos métodos dieron buenos resultados en un escenario totalmente distinto al actual y uno de los detalles que diferencian las situaciones, es el estricto contralor que se ejercía sobre el comercio, con inspecciones permanentes y reiteradas, lo que permitía encontrarse en forma directa con las infracciones y eso posibilitaba la aplicación de los necesarios correctivos.
   Ahora entre cabildeos, negociaciones, tira y afloja entre los sectores involucrados en la comercialización de todo aquello que se compra o se vende, transcurren días aciagos con mayores privaciones y es el tiempo que ganan los especuladores para su propio e insaciable beneficio.
   Una de las consecuencias que fue dable advertir en el fracaso, fue en cierta medida la falta de productos esenciales, prolijamente acopiados en la espera de mejores tiempos y márgenes de comercialización.
   El tema consiste en adoptar medidas inteligentes, aplicar férreos controles y no perdonar a los infractores, porque todo indica que para estas situaciones sólo son exitosas las medidas que al no cumplirse, posibilitan duras sanciones que son una luz de alarma para todos aquellos que pudieran pensar en transgredirlas.
   Mano dura, altas multas y aplicación de la ley.
   Con eso sería más que suficiente…
 
La injuria de una limosna
EL  ESTADO  APLICÓ A LOS JUBILADOS OTRO
DURO GOLPE A SU ETERNA VULNERABILIDAD
 
   ¿Qué fantasmas serán los que atormentan a los gobernantes que buscan en los mas débiles descargar sus frustraciones, errores y malos pasos?
   ¿Cuáles serán las vivencias negativas que arrastran con relación a la ancianidad y su desprotección, cuando merecen cuidados, atención y más que nada respeto?
   ¿Por qué será que se aprovechan de su vulnerabilidad para ningunearlos cuando merecen todo, después de haber sostenido con sus aportes a muchos de los vagos que ahora los ofenden?
   Son tantas las preguntas para formularle al poder, que seguramente no tendrían respuestas porque es como si se hubieran planteado esa puta costumbre de ignorar sufrimientos ajenos mientras ellos no los padezcan, porque tienen ya asegurado su futuro, el de sus hijos, de los nietos y de varias generaciones más…
   Porque tenerlos como rehenes de caprichos precomiciales, utilizarlos como estandartes para aprovecharse de la ternura que inspiran, es una de las cabronadas más imperdonables de nuestra historia, esa historia que marca los desencuentros de las generaciones que piensan en la eternidad en el poder y los otros, los alejados y postergados que sin poder de fuego deben resignarse al maltrato, a la desconsideración, a ser pasados por alto en los planes de ayuda, porque es probable que esos viejos ya no voten y es preferible sostener a vagos jóvenes que tienen su voto en oferta al mejor postor o sostenedor.
   Se anunciaron mejoras para los viejos antes de las PASO y antes de las de noviembre y el cumplimiento fue tan mínimo que significó una nueva injuria a la edad; un ataque a los válidos merecimientos de quienes dejaron jirones de sus vidas en el esfuerzo y en la dignidad del trabajo.
   La última limosna promocionada como mejora o reconocimiento, no alcanza ni para una mesa decorosa para el 24 y el 31 de este mes, porque esos viejos que recibirán monedas manchadas de indiferencia, tendrán comprometido ese dinero en otras obligaciones que no han podido atender.
   La miseria de unos pocos pesos es ofensiva y degradante de la condición humana, mientras los capitostes de la política se ufanan de mostrar eso que le llaman sensibilidad, que no es otra cosa que una máscara con la que pretenden cubrir su desinterés por los más veteranos.
   En la última contienda electoral, fue llamativo el número de muy mayores que concurrió a las urnas, en una demostración de civismo y de participación, para hacer escuchar no su grito desesperado, sino su voto esperanzado.
   Los gobernantes no pueden ser tan cabrones en pensar que serán eternamente jóvenes, porque sería uno de los pecados de soberbia más repudiables en los que pudieran caer.
   Y a eso, los viejos, los veteranos, los jóvenes y los adolescentes, suelen no perdonarlo…
 
Megacausa del Registro de la Propiedad
ES BUENO VOLVER  A  INCURSIONAR
EN EL TERRENO DE LAS PROBANZAS
 
   Siguiendo con el tema de la prueba en el caso que nos ocupa de la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, resulta útil el aporte de un reconocido profesor uruguayo, quien enseña que los problemas de la prueba consisten en saber qué es la prueba; qué se prueba; quién prueba; cómo se prueba y qué valor tiene la prueba producida. 
   Aplicado esto a lo actuado en la causa a la que cerca de una década y media hacemos referencia, podemos decir frente al primer interrogante que prueba es estar anotado en una agenda, ser compañero de trabajo, familiar o vecino de un imputado, llamar por teléfono, dar clase en la facultad y hasta coincidir en comer un plato de pastas.    En virtud de esto, ante la segunda cuestión, no queda claro qué se prueba y respecto de la tercera pregunta, quién prueba, en todos los casos es siempre la misma comisión especial.
   Es un gran dilema resolver cómo se prueba, ya que existen testigos anónimos, lugares y tiempos que no se definen, personas que se confabulan sin conocerse o se comunican sin verse ni llamarse y magistrados que afirman que pese a “no tener pruebas”, están convencidos de lo que acusan. Finalmente, el valor de lo producido resulta en un centenar de trabajadores comunes, sin antecedentes ni fortuna, condenados por supuestos delitos millonarios en un pomposo y por momentos exagerado y sobreactuado show mediático. 
   Bueno sería conocer la opinión del profesor sobre este ejemplo de manejo de la prueba, ya que, con mínima sensatez de ciudadano, se diría que no parece el camino ideal para alcanzar la verdad. 
 
La realidad muestra otros índices
ESO DEL 2,5% DE INFLACIÓN  EN  NOVIEMBRE
MÁS SUENA COMO BROMA DE PÉSIMO GUSTO
 
   Uno por allí se pone a pensar, evaluar, razonar y concluir que masivamente a los argentinos, nunca faltan aquellos ilusos que nos toman por tontos, ignorantes, desubicados o alejados de la realidad al menos de la que ellos viven sin apremios ni sobresaltos.
   Me refiero a los gobernantes en general, de todos los colores y tendencias que por haberse alejado de la gente no pueden albergar los mismos sentimientos, sensaciones, dolores y padecimientos del común de los mortales, sometido a presiones y angustias permanentes por eso de la inestabilidad, de la falta de planeamiento en muchos aspectos y en la escasa vocación por la grandeza -hablo de la ajena, no de la propia que ya la tienen segura- reemplazada por la improvisación y sus consecuencias de errores que terminan en parches y en remiendos.
   Confieso mi inclinación por hacer las compras hogareñas, por viajar en el transporte urbano de pasajeros y pataconear estas maravillosas calles cordobesas sin pensar en el deterioro al que las empujan, por diversas razones que ahora no vienen al caso.
   Eso me permite hablar de precios, de aumentos, de falta de mercadería, de maniobras de acaparamiento en espera de mejores horizontes comerciales, en la eficiencia o no del transporte urbano, para poder referirme por experiencia y no por tocar de oído.
   Es por eso que me revienta cuando intentan meterme en la cabeza que la inflación de noviembre alcanzó un mísero dos y medio por ciento.
   Mire… no quiero hacerme el entendido en las evaluaciones económicas y financieras, pero si el mes pasado un cacho de carne costaba 200 y ahora se fue a 350 es muy distinto: si la nafta vuelve a aumentar un 6 por ciento, la incidencia en los precios generales tendrá ese crecimiento; si el mes pasado pagaba 5.000 pesos de luz y ahora me cobran 7.000 con el mismo consumo es porque también de alguna manera aumentó; si el taxi hasta el centro en octubre costaba 220 mangos y ahora por el mismo recorrido se va a casi 300, es porque los valores también crecieron…
 Entiendo que hay que ser experto en economía y asumir que hay productos que no aumentaron y actúan de contrapeso con los que sí crecieron, como por ejemplo las miras telescópicas para misiles que están al mismo precio igual que las paletas para helicópteros o los largavistas de alta gama que usan los burreros.
   En fin… me siento burlado en mi buena fe de desconfiado con las cifras que dibuja en Indec, porque nada tienen que ver con la realidad cotidiana.
   Y si Ud. cree que son exactas, haga la prueba de emplanillar sus compras de supermercado, lo que gasta en ropa si es que compra, cuánto invierte en movilizarse y cuánto le sale de una semana a otra un simple e inocente café.
   No piense en el precio de los collares para perros, en el valor de los corpiños con aro o en el precio del frasco de gomina si es que usa.
   Así podrá barajar sus vivencias con los números que desde el poder, pretenden que creamos…
 
Crespón negro en las parrillas
¿SERÁ VIRTUALMENTE ELIMINADO COMO EL
PLATO PRINCIPAL DE LA DIETA ARGENTINA?
 
   Cuando por allí escucho que en poco tiempo comer un asado pasará a ser un lujo, imagino el desencanto de millones de argentinos por ver evaporarse en las tinieblas de los costos, el plato más preciado, extrañado, frecuentado, gozado y endiosado de nuestra dieta desde el ciruja con su falda hasta las mollejitas, el vacío, el matambre, un sabroso costillar o el inocente y ultracasero bifacho o la carne molida para las hamburguesas de los chicos.
   ¿De dónde viene la malaria en el país de las vacas?
   ¿Qué extraño sortilegio es el que domina esa tendencia a la adoración de una media res, un cabrito, un costillar porcino o esta última moda que es la entraña, un corte que por lo general iba a parar, crudo, a la basura y ahora es estrella en el parrilla, en el horno y en ese otro maravilloso invento que son las bolsas para cocinar que ahorran tiempo, la carne sale condimentada y riquísima y jamás se quema de más, ¿lo probó? Le aconsejo que no tarde en hacerlo porque es una joya…
   Acá desde el productor ganadero hasta el carnicero del barrio se echan culpas recíprocas por el encarecimiento del producto, dejando de lado la enorme incidencia de la carga impositiva y de otros costos que el consumidor no tiene ni la más pálida idea de su aplicación.
   El tema es que la carne entre nosotros, así como el pescado en Japón y otras alternativas alimenticias en cualquier geografía terrestre, ocupa una de nuestras principales preocupaciones ante la posibilidad que nos priven de gozarla, por lo que debiéramos exigir de las autoridades y de todas las etapas de su comercialización un sinceramiento que nos permita evaluar si es justificado o no cada aumento.
   Porque si por omisión nos obligan a seguir en la incertidumbre de comprar para llenar el freezer y que tengamos bifes y asados para todo el mes, ese procedimiento que suponemos de ahorro se transformaría en tortura frente a su ausencia.
   En estos últimos tiempos de lomo a 1.600 pesos o costillas con carne a 1.500 estamos obligados a la decorosa alternativa del pollo que dentro de todo no es tanto lo que aumentó.
   El peligro de tan intempestivo cambio de dieta y de conducta alimentaria, nos llevará ya no tanto a cuidar que no aumente el colesterol, sino que podamos dominar el hecho de estar plagados de itas.
   Esos bichitos, tan chiquitos como las “láidis” son sumamente molestos hasta el agravio.
   Y vayamos pensando en crespones negros para homenajear a las parrillas…
 
¡Tantos intereses y angurrias de por medio!
CON LA TIMBA  A  MANO  DESDE  LOS  HOGARES
QUEDARÁ INSTALADA LA POBREZA A DOMICILIO
 
   Frente a lo que parece que ya está hablado, debatido, acordado en todos sus aspectos y virtualmente implementado y me refiero a la instauración de sistemas de juego que, permitan practicarlo desde tu casa o a través del celular, les quiero comentar cierta frase que le adjudicaron a Mark Twain: “Hay dos ocasiones en la vida en las que el hombre no debería jugar: cuando no tiene dinero para ello y cuando lo tiene”.
   Hacemos un paréntesis para tener presentes los dramas que provoca la ludopatía en el seno de cualquier hogar; las consecuencias desastrosas que arrastra, el escarnio social que vendría a ser secundario pero a veces asume trascendencia, la destrucción de familias, la quiebra de negocios y cualquier emprendimiento que requiera manejo transparente de sus números y en fin, los mil problemas que ocasiona esa desenfrenada pasión por la timba.
   Pasemos entonces a otro aspecto: desde el poder se asegura que las recaudaciones por quiniela, lotería y otros juegos va a parar a la asistencia social, pero los porcentajes así destinados tengo entendido que son mínimos, porque mucho se llevan entre las estructuras de personal y la tecnología aplicada a la ciencia de preparar las máquinas para que sea la banca la que gana casi siempre, salvo en los casos en que excepcionalmente se produce algún “batacazo” como vulgarmente se le llama a tener más culo que espalda.
   El tema esta hibernando hasta que asomó la puntita del asunto y ya es comentario generalizado en los más diversos tonos: ahora se podrá timbear desde la propia casa, lo que equivale a sostener, por eso de la suerte que siempre acompaña a la banca, que el Estado te llevará la pobreza a domicilio.
   ¿Es que no hay otras maneras de divertirse? Se entiende que por ser respetuoso de las determinaciones individuales, a nadie tendría que importarle lo que pierden Juan o Juana, lo que lleguen en algún momento a embolsar o todas las alternativas de angustias y ansiedades que padecen los ludópatas siempre que cada evaluador de esas situaciones no haya tenido la mala suerte de caer en las redes del juego, de donde muchos casos se han dado de la evasión final por un cuetazo en la cabeza, exceso de barbitúricos o el paso de un tren y no estoy dramatizando, sino pintando una realidad que el Estado tiene la obligación de atender.
   No basta con esa malsana hipocresía de sostener y difundir que el juego es un vicio, como en los cigarrillos que en sus etiquetas advierten que provoca cáncer porque la gente viciosa no deja por eso de fumar.
   Los que están detrás de los millones de pesos que aporta el juego dicen que se terminará la clandestinidad, cuando en realidad se fomenta la participación en un vicio con todas las garantías ciudadanas que merecen los apostadores, lo que suena ridículo.
   ¿Tan elevados son los intereses que rodean al juego tanto permitido como clandestino? Por eso hay que observar y evaluar con qué énfasis algunos defienden su puesta en práctica, cuando bien sabemos que el juego es una lacra social imperdonable aunque evitable, siempre y cuando el Estado asuma su real dimensión de protector de la sociedad.
   Si no lo hace, que no se quejen después de las consecuencias ni que tengan que atender casos extremos como derivación del descontrol en las apuestas.
   Por fortuna y bien vale el término, la mayoría de los cordobeses conocemos ciertas inclinaciones que aunque se escondan, ya trascendieron en ciertos momentos de nuestro devenir.
   Es para reiterarlo: hacer que se pueda jugar desde la casa, con todas las garantías y trabas que se puedan implementar, no deja de ser una ofensa a la tranquilidad hogareña, lo que configura un flagrante engaño: un tal Fuller, que supongo de allí deriva el término “fullero” supo sostener que “El que te engaña en el juego, te engañará donde quiera”.
   Sres. del cordobesismo y de las otras banderas y corrientes de pensamiento: jamás lo olviden…

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