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24 de septiembre de 2024

S.L.B.: EL PAPA FRANCISCO NOS SIGUE ESQUIVANDO – YA ESTAMOS EN LA ESTACIÓN MÁS ROMÁNTICA DEL AÑO – LA MEGACAUSA DEL REGISTRO ¿SERÁ PASIBLE DE UNA PROFUNDA REVISIÓN? – LOS PREVISIBLES INCENDIOS QUE NOS SIGUEN AZOTANDO ¿DEJARON DE SER PRIORIDAD? – EL CLIMA DE INSEGURIDAD SE VIENE ACRECENTANDO, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos”, edición nº 849 del domingo 22/09/24 difundida por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.
 
Curiosa actitud de olvido o desprecio
EL  PAPA  ARGENTINO  SIGUE  ESQUIVANDO  SU
VISITA AL HISTÓRICO LUGAR DE SU NACIMIENTO
 
   En su obra “El Rey Lear”, la genialidad literaria de Shakespeare supo sentenciar que “Vale más ser despreciado y saber, que vivir adulado y tenido siempre en desprecio” y a quienes les ha tocado -y no me considero de ninguna manera una excepción- el impacto en la médula del alma, ha sido demasiado fuerte y en cierta medida insuperable por lo sentenciosa y casi brutal de la agresión.
  Algunas personas han sabido llegar a creer íntimamente y sin ponerse coloradas, que son ofensas leves, tersas y livianas que el tiempo se encarga de suavizar aún más, sin caer en cuenta que es el tiempo, precisamente, el que se encarga de refregarnos en la cara que el desprecio que suele llegar a ser humillante desaire, es virtualmente una irreverencia y una indisimulable subestimación de la persona; del ser humano a quien se ofende de tal manera y con actitudes más que descomedidas, lisa y llanamente ofensivas y ultrajantes, que ni siquiera el tiempo es capaz de cicatrizarlas ni con el hipócrita manto del olvido.
   Me parece que fue ayer, que desde entonces el tiempo se detuvo y los relojes homenajearon a la historia, deteniendo sus agujas implacables y sentenciosas; que en esa historia, la historia de nosotros, los argentinos, hacíamos allí un generoso acto de justicia y con gozo y alegría, abríamos las puertas de nuestras almas sedientas de protagonismo, en el sacro escenario universal: una fumata blanca, allá lejos y océano de por medio, nos anunciaba que un compatriota se sentaría, por fin, allí desde donde San Pedro repartía fe y santidad.
   Fuimos por varios días exponentes de una alegría ilimitada; de un fervor contagioso que alimentaba nuestras esperanzas de volver a ser lo que nunca merecimos dejar de serlo, y estábamos seguros que llegaban para nosotros tiempos de redención, una íntima sensación no de santidad pero sí de justicia divina que nos ayudara a superar tiempos de crisis, que ya eran parte no deseada de nuestra idiosincracia; de nuestra habitualidad, como si fuera un renovado estilo de vida o el ADN santificado…
   No todas las reacciones por entonces fueron de algarabía y de celebración y por eso tan sabio que no siempre los éxitos son totales, se alzaron algunas voces de rechazo luego suavizadas por la hipocresía que desde el poder político de entonces, buscaba congraciarse para superar desencuentros.
   No fueron pocos los inclinados por el saqueo impune que ofendieron al Dueño de los Relojes y de los Tiempos; usaron como baños algunos sitios sagrados de la feligresía y aturdieron con reclamos absurdos, frente a los cuales no fuimos pocos los que llegamos a pensar que en la primera visita que hiciera el nuevo Pontífice a su Patria de cuna, el diálogo sería para superar una situación que no cabía previamente ni en la más alocada imaginación de nadie.  
   Nada pasó y por el contrario el terreno que separaba se ensanchó, surgieron nuevos protagonistas avezados en la práctica del saqueo, “ahorraron” dicho sea entre comillas sumas astronómicas para SUS arcas e impidieron una reconciliación -y es más, se esmeraron en poner trabas- hasta llegar al cisma que transformó aquel gozo del Papa compatriota, en la aparición de su ciclotimia en el trato del Santo Padre a quienes habían glorificado su llegada al trono de San Pedro.
   Los adulones de la primera fila fueron los primeros y más exitosos en “pasar la gorra” recaudando millones y millones para obras y cometidos que jamás salieron a la luz ni fueron alcanzados.
   Y ahora para sorpresa aunque no tanta, nos encontramos con que Francisco se niega a visitarnos vaya Dios a saber -el mismo Dios de él y de la mayoría de sus compatriotas- los reales motivos de su determinación de ausencia y de desprecio.
   Y ahora exige que el Estado, del que forma parte, traiga soluciones al problema de la postergación casi eterna que -entre otros sectores- sufren los jubilados con sus magros y dolorosamente absurdos ingresos que les abonan las arcas nacionales para quienes merecen el cumplimiento del jubileo siempre prometido pero nunca respetado.
   Olvida Francisco que la caridad también sería de su parte un acto de justicia, con el fabuloso dineral que maneja el Vaticano; con sus propiedades, bancos y emprendimientos diseminados en el mundo; con el oro acumulado en sus arcas,  inversiones inmobiliarias, a lo que podemos agregar que ni siquiera el boato y las joyas alcanzan a restarles ni un peso de su valor.
   La negativa permanente del Papa Francisco de visitarnos es una llaga que seguramente afecta a todos los cristianos, practicantes o no de su religión, por tratarse de una forma de despreciarnos y lo que es peor, de ignorarnos a la hora que más ayuda necesitamos los argentinos, por culpa de la avidez mostrada por muchos gobiernos que nos tocaron en suerte o en pésima suerte, de cualquier color o creencia que hubieran gozado las mieles del poder.
   Esa actitud, que en lo personal puedo tomar como de olímpica y humillante grosería, me hace coincidir con Lord Chésterfield, cuando sostuvo y guardó para los tiempos que “se olvidan a veces las injurias, pero  el desprecio no se perdona jamás”.
   Casi cierro diciendo “amén” pero sería una imperdonable ofensa a la creencia de millones de compatriotas.
 
Estación no tan sólo de la juventud…
AL MENOS EN EL ALMANAQUE YA EMPEZAMOS A
GOZAR LOS  DULCES ENCANTOS  PRIMAVERALES
 
   Los cordobeses hemos estado viviendo desorientados con relación a las estaciones que nos indica con su infalible rigor el almanaque y a las temperaturas que de un día para el otro nos agobian por la pegajosa humedad, o nos obligan a sacar del placar la camiseta, la campera y el pulóver que habíamos arrumbado para no verlos ni tocarlos hasta el año que viene.
   Pero finalmente, cuando suponíamos que la primavera no se había enterado que debía alegrarnos la vida y seguía paseando por otras geografías, se aquerenció pidiendo disculpas y haciendo anunciar su insólita tardanza con truenos, relámpagos, ventarrones, despiadados y previsibles incendios, lluvias que se extrañan a las de tiempos pasados…
   Que ya está entre nosotros la estación de la juventud, la bandera estudiantil, la forjadora de romances, la fabricante de flores, verdores y perfumes, se nota en el calor que industrializa la maravilla de las sonrisas, los ojos luminosos y la ansiada brevedad de la ropa.
   Una simple recorrida por la invadida peatonal cordobesa, nos regala el magnífico y gratuito cuadro de la pasarela permanente por donde desfilan ellas, las dueñas de las miradas y destinatarias de los suspiros y de otras clásicas manifestaciones de masiva y sonora aprobación.
   Inspiradora de poetas, la primavera en su esplendor ha recorrido etapas tan placenteras como desatadamente románticas hasta llegar a la lujuria, aunque en tiempos pasados y no tan lejanos para aludirla, se empleaba más el recato que ha sucumbido a la inspiración actual simbolizada por las eróticas y hormonales exaltaciones del amor en su práctica, más allá de las vetustas y anticuadas teorías que pretendían definirlo.
   Por eso es bueno rescatar de la memoria algunas expresiones poéticas consideradas audaces allá por mediados del siglo pasado, que son un caramelo para el alma, porque están desprovistas de la intrepidez y la osadía literaria de la actualidad que más se aproxima a lo explícito que a la ensoñación.
   Es una pena no recordar el nombre del autor  de “Margot”, un soneto delicioso y todo un atrevimiento para aquellos tiempos, aunque por el título se puede llegar a deducir un parentesco tanguero y lejanamente lunfardo:  
 
MARGOT
Pasa Margot con su bolsón de raso,
largo el andar y la pollera breve
y muestra el muslo su filón de nieve
con cada balanceo de su paso.
 
Ojos rasgados, con mirar de ocaso,
boca sensual para el mordisco aleve,
senos en flor luciendo su relieve
desnudos, bajo de la blusa acaso.
 
Se detiene en la esquina y con delicia
suya el viento mancebo la acaricia.
El viento sabe de caricias tiernas.
 
Y al formarse una arruga en su vestido
parece que Margot ha consentido
que le ponga una brisa entre las piernas.
 
   La verdad, una suave ternura que pinta no tan solo al personaje sino a tiempos cálidos, con imaginables y sentimentales esquinas de barrio donde al evocarlos, se cruza la roja y cilíndrica figura del buzón con su vientre lleno de palabras, arrasado por el progreso.
   Ya está, algo tardía, pero en todo su esplendor la primavera dueña de soles y de caricias; de fantasías y de esperanzas; de pétalos y de abrazos… y también de nostalgias…

Interminable Megacausa del Registro
¿SERÍA POSIBLE QUE TODO PASARA A SER UN
CASO  DE  REVISIÓN VIRTUALMENTE  INÉDITO?
 
   En nuestro país desde 2014 funciona el “Proyecto Inocente”, iniciativa surgida en los EE.UU, y difundida a más de 20 países, que  busca revertir condenas equivocadas. En todos los casos se trata de encontrar errores en la investigación y en el juicio, que producen la condena de un inocente. 
   En el análisis de Argentina se consideró que había problemas en cómo los operadores judiciales valoran las pruebas y cómo las consideran; cómo los jueces justifican y argumentan sus decisiones, y también, casos de corrupción y problemas de ética.  
   En tal contexto, y retomando la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, recordé el dictamen de un Juez, en el que confirmaba la prisión preventiva a dos imputados pese a reconocer que se carecía de pruebas contra ellos, como podrían ser firmas o escritos de su parte y que no se contaba tampoco con ningún testigo que los hubiera visto o acusado. 
   El apego al diccionario enseña a considerar al error como un concepto equivocado, juicio falso, acción desacertada, o precisamente, en Derecho, como vicio causado por equivocación de buena fe que puede anular el acto jurídico. Debe ser inevitable que los jueces, limitados y falibles, puedan equivocarse, aun poniendo empeño y dedicación en su trabajo, pero, en este caso, no se puede hablar de errores de valoración, consideración, justificación o argumentación, porque el mismo juez reconoce no tener nada para valorar, considerar, justificar o argumentar.
   Lógicamente, estos imputados fueron absueltos después de casi tres años de prisión injusta. Hubo concepto equivocado, juicio falso, acción desacertada y vicio judicial.  Es difícil saber, y cuesta creer, si de buena fe, o si puede orientarse hacia la corrupción y la ética.
 
Una inexplicable dejadez oficial…
LOS PREVISIBLES INCENDIOS PARECE QUE HAN
QUEDADO POSTERGADOS DE LAS PRIORIDADES
 
   Si alguien llegara a sostener desde el poder político del cordobesismo o desde cualquier otro origen donde se tomaran el conocimiento y las decisiones que no están ya enterados, bien pudiera ser asumido como un caso de supina ignorancia, desconocimiento de la realidad o simple desidia a la hora de las medidas de prevención que protejan a la sociedad y a sus bienes materiales si los responsables de tales omisiones no asumieran la importancia de comunicarlo en tiempo y forma.
   Los incendios de campos en zonas consideradas como eternas candidatas al daño por el fuego con sus consecuencias tan espantosas como calculadas, vienen siendo una pesadilla para los gobernantes que es como si no las tomaran en cuenta,  para quienes las ocupan como vivienda o son las sedes de industrias determinadas dentro de la actividad productiva del campo.
   Pero que para las autoridades pueda ser una sorpresa, ya suena a broma porque es como si a un experto en astronomía se le pasara por alto la presencia con año, mes, día y hora de un asteroide, un satélite espía o algo parecido.
   Pero entre nosotros, la situación es tan grave como si a las autoridades se les ocurriera confesar que un eclipse se les olvidó pese a que se conocía, que tal espectáculo ya tenía determinada su trayectoria y fecha de aparición.
   Con los incendios pasa más o menos lo mismo, si es que se le ocurriera a algún funcionario justificarse con que no sabía que a esta altura del año, con humedad baja, verano adelantado, presencia del sol en tiempos no siempre reiterados y otros detalles, no figuraban en el catálogo de las predicciones lógicas de cualquier meteorólogo de los tantos que desfilan por las pantallas de la televisión mundial y Córdoba no es precisamente la excepción.
   Entonces me pregunto: ¿de quién o de quiénes es la culpa que los incendios más o menos tengan una fecha medianamente certera de su aparición? Porque si alguien de ese nivel y que ocupa un lugar en la administración gubernamental, está obligado a saberlo y se le pasa por alto, es casi como para acusarlo de cierta responsabilidad y culpa por los daños emergentes de su olvido u omisión de aviso… Y por otra parte, ¿es para preguntarnos acaso a dónde fueron a parar los cuantiosos fondos que sin dudas se recaudaban o todavía se cobran, si mal no recuerdo en las boletas por consumo eléctrico o en los impuestos municipales, en el rubro “manejo del fuego”?  
   Demasiado trágicos son los incendios que año tras año se vienen repitiendo y si los causantes son personas dañinas que los perpetran por alguna razón y si ya se han practicado varias detenciones en tal sentido, ¿cuándo se sabrá de quienes se trata y que pasó con ellos y la aplicación de las leyes?
   No es posible que en estos casos, los silencios sean más dañinos que las pérdidas en bienes materiales y en vidas humanas que ocasionan estas lacras…
   Después de todo, la indulgencia observada desde el poder para estos casos tan terribles, nos impulsa a seguir sosteniendo que desde la cúpula del cordobesismo, si se alientan las obras de maquillaje y embellecimiento que pueden esperar, y no se priorizan las medidas de protección que reclama la sociedad, es para que lisa y llanamente se la califique como una actitud displicente, que al no respetar las prioridades, provoca un daño incalculable a la economía provincial que tanto pregonan defender y alentar.Y desde la cúpula lo hacen en aras de paisajes bonitos, plazas con flores y juegos, calles con canteros y gente rezando para que llueva y los bomberos, siempre sacrificados más allá de los límites humanos, que merecen estar protegidos por la tecnología y los presupuestos, pero en cambio son el precio que deben pagar frente a las omisiones gubernamentales que trabajan para el aplauso fácil…
 
Los silencios que más inquietan…
¿LA  CORRUPCIÓN ‘DETECTADA’ EN LA FUERZA
AZUL ACRECENTÓ EL CLIMA DE INSEGURIDAD?
 
   Es una impresión personal, o tengo la duda si es real que hace tiempo no se dan a conocer cifras reales y creíbles, y no dibujos alusivos acerca de los porcentajes de delitos que se perpetran en esta Córdoba sorprendente, donde por omisión, las autoridades han conseguido revertir la situación con el resultado que los delincuentes están sueltos, y la gente honesta debe enclaustrarse aterrorizada en sus casas donde creen estar más protegidos, pero eso es sólo un espejismo.
   La última crisis registrada en el seno de la fuerza azul con los resultados y las consecuencias harto conocidas, han producido algunos curiosos efectos, como por ejemplo el cambio de modalidad en eso que le llaman prevención pero no es tal, por tratarse de un recurso de hacerse ver, que reemplaza a la inutilidad de los controles de motociclistas y automovilistas en los puentes que abundan en la ciudad, a lo que suman algunos aislados controles de alcoholemia virtualmente inútiles a la hora de la prevención delictual, porque el ladrón prefiere “operar” como ellos dicen, ‘mambeados’ con la droga y no borrachos, porque después pueden quedar prisioneros en una chimenea o entre las rejas de una casa.
   La verdad, se desconocen las cifras, pero poco se logra de la manera en que se hacen los procedimientos, las demoras en concurrir a donde se los llama y solo dependen de lo que puedan descubrir en la sala donde se monitorean los domos, cuyas ubicaciones también conocen detalladamente los cacos que se cuidan muy bien de pasar por allí.
   Y para eso que llamaban andar patrullando, algunos “juanes” me comentaron que no alcanza el combustible para los coches o que están en el taller…
   Una vez más, vale repetirlo: la policía estática de poco sirve y menos cuando plantan a los pibes en algunas esquinas, celulares en mano, casi siempre hablando…
   Pero eso, para la prevención, de poco sirve, porque debo volver a lo mismo de siempre, ante la falta total y ya vieja de una auténtica, estudiada, sancionada y controlada aplicación de una política integral de seguridad.
   Porque si la fuerza azul en la que aún militan valiosos, sacrificados y honestos elementos humanos no puede, no sabe o no la dejan limpiar meticulosamente su interior, poco podrán hacer para limpiar la mugre de afuera…

 

 

 

18 de septiembre de 2022

S.L.B.: ENERGÍA AVASALLANTE DE LA JUVENTUD A UN PASO DE LA PRIMAVERA - NUEVO FRACASO DE LOS ENCUESTADORES PREELECTORALES - LA HIPOCRESÍA NO ES BUEN CAMINO HACIA LA CONCORDIA - MEGACAUSA Y FÚTBOL CON CIERTAS SEMEJANZAS - PÉSIMA COSTUMBRE DE HACER SINÓNIMOS POBREZA Y DELINCUENCIA - ALARMANTE CEGUERA DE NEGAR UNA REALIDAD QUE OPRIME - ¿LA INFLACIÓN ES UNA CONDENA A PERPETUIDAD?, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 744 del domingo 18/09/22 emitido en dúplex por la AM580 y la FM88.5 ambas dependientes de Radio Universidad Nacional de Córdoba.
 
Dicho sea con algo de envidia…
A POCAS HORAS  DE LA  PRIMAVERA, ASOMA
LA AVASALLANTE ENERGÍA DE LA JUVENTUD
 
    Me provoca un enorme placer evocar las expectativas con que esperábamos cada 21 de septiembre, porque eran mayores que para la nochebuena, el año nuevo o el propio cumpleaños. Y más allá del clásico picnic junto al río, del acné, de la primera curda con sangría o del piquito que robamos a la compañera de banco, estaba aquella maravillosa actitud de saberse joven, mucho más joven que los anticuados y vetustos viejos de 30 años.
   Esperábamos ese día, el Día de la Primavera, el Día del Estudiante, sin conocer ni sospechar la preocupación de alguna profesora, que debía ingeniárselas para contener a esa banda mafiosa de 40 vándalos que aguardaban de ella algo más que el pancho, la medialuna y la coca, sino a veces descubrirla como mujer, hipnotizados en el escote o en las piernas.
   Bariloche estaba demasiado lejos, no era moda y entonces el Parque Sarmiento, los Pozos Verdes, la pileta San Cayetano, las costas del Lago San Roque o las orillas del Suquía en La Calera eran las accesibles metas de nuestra liberada, evidente, húmeda e irrefrenable revolución hormonal.
   Nadie por entonces tenía la idea del paco, del raviol ni del porro, sino la fijación del Saratoga o el Wilton a escondidas y del porrón, en los tiempos que el fernet era un remedio.
   La mayoría de los enfervorizados varones asumía en la secundaria -esperando que atendiera el farmacéutico- la sonrojada vergüenza de comprar un preservativo, dentro de la mayor ignorancia acerca de su colocación y uso práctico.
   ¡Eramos tan pavos!, como inequívoco signo de nuestra edad.
   Y ellas tan bellas, esquivas y deseables, como lo imponía nuestra libido en los gloriosos tiempos de su crecimiento y explosión.
   Pero ahora, antes de encarar la inevitable tarea de plumerear el nicho y por una cuestión de nostalgia, asumimos pese a todo la íntima llegada de la mejor estación del año, imaginando en sueños que los almanaques y los relojes se hubieran detenido.
   Porque es una cuestión de saber vivir.
   De saber crecer y madurar con dignidad, porque es una afrenta a los tiempos empeñarnos en ser eternamente jóvenes.
   Lo trascendente, es evitar la pena de sentirse viejo.
   Por esa juventud de hoy a la que miramos con el amor y el respeto de la inútil envidia, mi cariño y el brindis jubiloso.
   Como todos los jóvenes se lo merecen.
   Y que nosotros, alguna vez, también lo merecimos.
 
Encuestas preelectorales
FORTALECIENDO  UNA  CLARA  TENDENCIA
REITERARON SU INCLINACIÓN AL FRACASO
    Alguna vez aprenderemos a diferenciar dos resultados ampliamente diferentes en cualquier competencia, cuando debamos calificar a los pronósticos como errores, equivocaciones, procedimientos inadecuados o lisa y llanamente evitables papelones, como lo han venido siendo todos los sapos perpetrados por organizaciones dedicadas a las encuestas preelectorales a la luz de una realidad que pese a todo, algunos aún se empeñan en pasar por alto.
   Es claro: una cosa es errarle por algunas décimas, dos o tres puntos y muy diferente cuando con relación a los vaticinios, el resultado final muestra una diferencia casi alevosa que supera los 15 puntos.
   El más cercano de los ejemplos es lo acontecido en la elección de intendente municipal en un pueblo geográficamente alejado de las grandes urbes como lo es Marcos Juárez, en nuestra provincia, histórica cuna de la coalición que en su momento llevó a la presidencia de la Nación a Mauricio Macri, donde los rentados agoreros habían vaticinado en el peor de los casos eso del “empate técnico” que es una manera pretendidamente elegante de cubrirse de un error cuando se decide por escasas diferencias.
   Los casi 17 puntos de ventaja que obtuvo la fuerza política nacida allí, fue un duro golpe que le asestó el electorado a los gurúes que sostenían la existencia de cierta paridad que les permitía, salieran como salieran los números, mantenerse en un nivel medianamente decoroso ante la ciudadanía.
   Un resultado adverso que sembró un mal disimulado pánico en las filas de la corriente peronista kirchnerista e hizo estallar el entusiasmo de quienes por la calidad de su gestión, obtuvieron un resonante apoyo pese a la tenaz y onerosa campaña que se instrumentara y solventara desde el Panal, en realidad pagada por la ciudadanía más que por el partido político.
   Una demostración más, como si hubiera sido necesaria, que los mecanismos de las encuestas siguen mostrando más fisuras que coherencias y llevan a pensar con mayor firmeza, que las estimaciones previas tienden a satisfacer a quien las paga como que si al ser sinceras anticiparan una derrota, les impediría cobrar por tal servicio.
   En los últimos tiempos, esa impresión es la que ha venido ganando terreno de la mano de una verdad indiscutible, basada en una realidad que con anticipación y con cierto grado de eso que le llaman picardía política, se hubiera pretendido modificar.
   Y dentro de la maraña de pronósticos que se instalara en la mente ciudadana antes de las elecciones en Marcos Juarez, es justo destacar que la única encuestadora que acertó fue la consultora cordobesa Feedback liderada por Gastón Toro que anticipó la victoria de Majorel.
   No dejó de ser un baño de frescura en un panorama altamente competitivo, donde por lo general y a la luz de las experiencias, se anticipan triunfos como inducción al voto, aunque luego la realidad los despierte de un sueño que termina en pesadilla.
   Y si no, que alguien le pregunte al cordobesismo cuántos millones -que pagamos todos- les salió la joda.
 
Vocación por la incoherencia
NO HABRÁ DIÁLOGO NI ACERCAMIENTO SI
SE INSISTE EN PRACTICAR LA HIPOCRESÍA
 
   La novela con muchos ingredientes de suspenso, imaginación, creatividad e inventiva circula por distintos carriles de la comunidad argentina con dispar aceptación en cuanto a la veracidad o no de todo lo que se declara, de lo que se investiga y de las conclusiones que con cuentagotas están surgiendo y tomando estado público.
   Para muchos es un tema serio, preocupante, está en duda la calidad de protección para los más altos funcionarios y por otra parte se especula en que todo se armó con el propósito de llevar la situación a un límite tal de dudas, que electoralmente beneficien al oficialismo, tan golpeado y jaqueado en estos últimos meses por la inflación descontrolada, la caída del poder adquisitivo de nuestra moneda en un 70 por ciento según lo que sostienen los especialistas, la creciente e impune inseguridad con elevados índices que jamás nos habían tocado padecer, la desocupación, el crecimiento exponencial del narcotráfico y otros conflictos emergentes de la delicada situación económica que venimos padeciendo.
   Así las cosas como en toda puesta en escena, existen los libretos impecables pero también debemos dar espacio y atención a las sobreactuaciones y en tal sentido no son pocos los analistas que han tomado como simbólica muestra, una de las últimas expresiones de quien aparecía como víctima de una conjura para terminar con su vida y que vaya a saber por qué circunstancia, el sicario no exhibió calidad de tal sino que con su precariedad operativa y las imprudencias que habría cometido en la preparación del atentado, es casi como que ya hubiera confesado, sin presión externa alguna, la autoría del que fue intento de magnicidio con una pistola poco operativa.
   Sicarios eran los de antes, refería un novelista, al asegurar que nunca actúan en soledad sino que tienen apoyo para terminar con el encargo, en caso de alguna falla que impidiera la concreción de la tarea por la que cobraron una parte, y el resto se paga cuando se confirma el resultado letal.
   Es raro que aparezcan protectores divinos en esos momentos tan espantosos y cruciales porque si esa fuera la norma Kennedy se hubiera salvado, John Lennon también, Rucci otro tanto y hay otros varios ejemplos que nos refiere la historia más reciente.
   Pero agradecer la buena fortuna a Dios y a la Virgen, suena más a una injuria que a un milagro.
   ¿Por qué tal percepción?
   Simplemente porque si se quisiera incorporar esa afirmación divina a los campos de la hipocresía, sería bienvenida solamente por el rigor histórico del juicio que merecería quien la utilizara en beneficio propio.
   Basta con recordar esas asquerosas imágenes que recorrieron el mundo mostrando a militantes opositores tomando como baño para sus meos y sus cacas, el atrio del templo católico, apostólico y romano más venerado del país, en desacuerdo con ciertas medidas que se anunciaban, con las que no estaban de acuerdo, en tiro por elevación contra el bueno de Francisco.
   Porque a lo mejor por no saberlo -en este caso no cabe ni una pizca de ignorancia- que en esa casa, la casa de Dios, la Catedral porteña, habitan precisamente Dios y la Virgen, quienes con su bondad y el sentido cristiano del perdón, seguramente pasaron por alto una ofensa tan inmerecida.
   La hipocresía no es el mejor camino para llegar a la concordia imprescindible que aleje a los fantasmas de la desintegración social.
 
Megacausa del Registro de la Propiedad
SON CAMPANAS DE MADERA  LAS  QUEJAS
POR LOS ABUSOS DE PRISIÓN PREVENTIVA
 
   Un ingenioso texto compara al más popular de los deportes, el fútbol, con los conceptos de Justicia y Poder Judicial. Así expresa, por ejemplo, que el Poder Judicial está representado por el árbitro y los jueces de línea, el primero como el máximo representante de la justicia y los otros preservando los límites para que el juego no escape de su línea y, en situaciones dudosas, operando como consultores para introducir una cuota de deliberación en la decisión judicial.
   Dice que ningún juez es infalible, y que grandes son los árbitros, no cuando no cometen errores, sino cuando después del partido así lo reconocen. Pero lo más importante de todo, es que el árbitro no sólo debe aparecer como justo sino que además debe serlo. Si existe la sospecha de que el soplapitos ha sido "comprado" ya sea por una mafia o por un gobierno, el partido de fútbol está arruinado antes de su comienzo. 
   Si tomando ejemplo de tal texto, hacemos un pequeño paralelo con la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, nos encontramos con varias situaciones irregulares como la prisión preventiva sistemática en lugar de la excepción; la comisión especial para juzgar en lugar del sorteo; testigos anónimos en lugar de confrontables, condenas por convicción en lugar de pruebas o impunidad de funcionarios en lugar de igualdad ante la ley, por mencionar algunas.
   Dado que en la causa tanto organismos nacionales como internacionales han señalado errores (o que se escapó de la línea), sería bueno que estos árbitros judiciales, no infalibles, pudieran revisar lo actuado, y ser grandes, al reconocerlos.
   Lo grave no sería el error, sino que el árbitro haya sido "comprado", porque entonces la causa, (como el partido) está arruinada desde antes de comenzar.
 
Como si todos los pobres fueran ladrones
MALA COSTUMBRE DE HACER  SINÓNIMOS
ENTRE POBREZA E IMPUNE DELINCUENCIA
 
   Cometer la torpeza y la injusticia de hacer sinónimos entre pobreza y delincuencia aparte de ser una posición repudiable desde el punto de vista humano, desnuda un precario conocimiento de la realidad, y es imposible ocuparse precisamente de una realidad que nos agobia y no encuentra eco en materia de soluciones por parte del Estado, que falla en su ineludible obligación protectora.
   Es cierto que los mayores padecimientos se abaten sobre los más vulnerables económicamente hablando; sobre los sectores marginales de la sociedad, pese a que en parte con el indigno mecanismo de los bonos que reemplazan a la dignidad del esfuerzo, resulta algo atenuada la situación, y eso que en un país tan rico como lo es el nuestro, cabe aquello que “nadie se muere de hambre” porque aún no se han dado casos -tengo entendido- de desenlaces fatales no por comer menos, sino directamente por no comer, como sucede en otras geografías donde el hambre es elevado factor de mortandad.
   Atribuir a manera casi de disculpa por la propia incapacidad de aportar soluciones, que la delincuencia no es tan grave ni aumenta en Córdoba sosteniendo que tenemos la tasa delictiva más baja del país, es ofender la inteligencia de un pueblo que ya agotó su paciencia en materia de esperar una mejoría en cuanto a no saber, cada vez que el ciudadano sale a la calle, si va a regresar indemne, un pensamiento que comparte toda la familia en cualquier sector de la provincia, ahora una gigantesca zona roja donde reina el hampa.
   Ya cansamos con el gastado argumento que de nada sirven las onerosas inversiones en armamento, tecnología, movilidad y otros elementos que dicen son para combatir el delito, mientras no se diseñe, legisle, aplique y controle una política integral de seguridad que comience por la profesionalización de la fuerza azul, abandonando su sempiterna condición de bolsa de trabajo para los recomendados del poder.
   Lo peor de todo es que el funcionario encargado del área, tuvo la delicadeza de pronosticar algo positivo, al sostener que disminuyendo la pobreza en la inminente mejoría de la situación del país, también declinaría el accionar de los marginados de la ley.
   Si eso no es hacer sinónimo de pobreza con delincuencia, estamos todos locos, ofendiendo a la condición humana, el sacrificio, el sufrimiento y la honestidad de quienes siguen siendo pobres pero respetuosos de la ley.
 
Creen que negándolos, no existen…
ALARMANTE CEGUERA, JUSTIFICACIÓN DE
SILENCIOS OFENSIVOS E IMPERDONABLES
 
   Llegará el domingo en que en lugar de ocuparnos de algún episodio ilegal protagonizado por policías hablemos de cuestiones positivas, porque la depuración de la fuerza hubiera conseguido limpiar la mugre interna y es posible así encarar la lucha frontal y sostenida contra la delincuencia externa, reinstaurando aquella seguridad que supimos gozar años atrás, antes que factores desencadenantes como el narcotráfico y su impunidad, nos cambiaran la vida.
   Nos cambiaron los hábitos a quienes laburamos dignamente mientras que a otros vivillos que pese a ser como los esquimales que no transpiran nunca, gozan utilidades malhabidas, ventajas y otras prerrogativas que reciben, en elevada medida con el conocimiento de las autoridades y su selectivo vistagordismo.
   Hace pocas horas el ministro de seguridad, aunque debiera ser “de inseguridad” porque es lo que predomina, habló de infiltrados en la policía provincial a quienes cargó la responsabilidad de acciones delictivas recientes.
   Entonces es para preguntarnos, con mucho de inocencia cargada de candidez, cuáles son los filtros que fallan; quiénes son los dueños de los agujeros negros por donde se zampan -porque no cabe otro término- los que después resultan el contrapeso con relación a los probos, sacrificados, valientes y arriesgados policías que es de esperar sean mayoría en la fuerza.
   Si uno de esos hombres fue quien asesinó a un adolescente y casi desencadena una masacre, fue autorizado a estar en la calle y con arma, pese a un juicio en su contra por haber delinquido.
   ¿Se sabe quién le firmó el pasaporte a su impunidad?
   Sería lamentable que la responsabilidad para estos tremendos casos hubiera sido del área Recursos Humanos, porque es la Justicia, ahora, la que debe interrumpir ese flujo de equivocaciones que tanto perjudican a la sociedad cordobesa.
   El ministro Mosquera tiene en sus manos los instrumentos para ahondar en la búsqueda de los verdaderos responsables de la debacle institucional de la policía, aplicar los correctivos necesarios y luego recomenzar una ímproba tarea de saneamiento, en la calidad humana de todos los integrantes de la institución, desde el último de los “juanes” hasta la femenina cúpula.
   No es posible que los cordobeses tengamos que seguir soportando la inacción, las protecciones mal entendidas, las omisiones tan evidentes y el percudido discurso que la inseguridad dominante y descontrolada es sólo una sensación.
   Deberá obrar con premura, porque esa sensación a la que aluden, es probable que reviente las urnas cuando quienes la están descuidando pretendan eternizarse en un trono que no merecen.
 
Si es por “crecimiento”, el rubro principal.
¿SERÁ QUE LA INFLACIÓN ES UNA CONDENA
A PERPETUIDAD QUE DEBEMOS SOPORTAR?
 
   De vez en cuando en los momentos de ocio pero de pensamientos hacia adentro, nos cansamos de preguntarnos cómo vivíamos cuando no existía en nuestras vidas ni en el vocabulario corriente de los argentinos esa palabreja que ahora nos quita el sueño, devora los ahorros, desencadena quebrantos, destruye familias, escamotea miles de viviendas, obliga a vender autos propios a precio vil, lleva a remates, endeuda pueblos, capitales, provincias y termina azotando al poder nacional, de cualquiera de los signos políticos que nos tocaran en suerte últimamente y desde mediados del siglo pasado.
   Esa palabreja de solo 9 letras nos quita el sueño, adelgaza los bolsillos, mueve a privaciones y lo que más motiva es el insulto a los inútiles que no encuentran la manera de neutralizarla para bien de la recuperación nacional y a lo mejor también popular.
   Se han hecho decenas de experimentos y el único que dio resultado aunque ahora lo estemos pagando, fue el estilo implantado por el inefable Domingo Cavallo, prócer para muchos que lograron licuar sus abultadas deudas con el fisco y que le llamaron “convertibilidad” que duró algunos años.
   Y esa puta palabreja que por cábala a veces no queremos ni pronunciar, es “inflación”.  
  
Tengo entendido que lo sostiene el diario Clarín y por ende sospechado de inexactitud especialmente por el oficialismo gobernante y sus seguidores más fanatizados y consigna que para el presupuesto del 2023, año electoral, habrá otro “plan platita” porque el gobierno dispondrá un incremento en los planes sociales que supera el 100 por ciento, y creo que pocos se aventuran a pronosticar que asimismo algo instrumentaría el poder -como parte de la campaña proselitista- para la creación de demanda laboral por fuera del Estado.
   En definitiva y para ahorrarnos cálculos y especulaciones, nos abruma una verdad tan incontrastable como la dura sentencia de los números: en 1.000 días de gobierno del Dr. Alberto Fernández, la inflación nacional & popular que nos castiga creció un 221 por ciento.
   Y a tal exactitud, que la discuta Mongo…
 

 

26 de septiembre de 2021

S.L.B.: EL REMANENTE “K” TRAS LA DERROTA, ROMPIÓ LA ALCANCÍA Y TARDÍAMENTE ANUNCIÓ SU GENEROSIDAD – LAS PEATONALES CÉNTRICAS INVADIDAS POR RUIDOSOS “ESPECTÁCULOS MUSICALES” – DESDE EL PODER, UNA FALTA DE RESPETO A LA ANCIANIDAD – LA JUSTICIA CORDOBESA Y SU HISTÓRICA PACHORRA – EL EQUIPO DE TALLERES NINGUNEADO POR EL PERIODISMO PORTEÑO – CAOS DE POPULISMO, CLIENTELISMO Y DEMAGOGIA – NI LA PANDEMIA CONSIGUIÓ ECLIPSAR A LA PRIMAVERA, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 26/9/21 emitido en dúplex por AM580 y la 88.5FM ambas dependientes de la Universidad Nacional de Córdoba.

Tardía e interesada generosidad
EN POS DE SUPERAR EL DERRAPE EN LAS PASO
LOS ‘K’ REMANENTES ROMPIERON SU ALCANCÍA
 
   Por allí la situación que estamos viviendo me empuja a recordar episodios de mi lejana juventud y de mi remota niñez, cuando recibíamos algunas monedas y comprábamos caramelos, aunque algunos teníamos un chanchito de yeso con una ranura en el lomo, por donde ingresábamos a la panza porcina una moneda ahorrada porque en lugar de 10 caramelos quedábamos conformes con seis o siete, y no por esa privación caíamos en la infelicidad.
   Y con alegría rompíamos el cerdo de yeso.
   En la que se llamaba Caja Nacional de Ahorro Postal también íbamos amarrocando de pesito en pesito porque comprábamos estampillas por un valor equis, que se iban pegando en la libreta y cuando juntábamos unos manguitos íbamos con esa libreta a la Caja respectiva y nos daban el dinero celosamente guardado.
   La palabra “inflación” todavía no existía y si se había inventado, aún no se usaba por lo que el dinero, de enero a diciembre, valía siempre lo mismo y esto no es un ataque de nostalgia, sino útiles y reveladores recuerdos.
   Todo cambió, creo que después de Venezuela y algunos países africanos o de por allí lejos, tenemos el vergonzoso privilegio de ocupar dentro de los “top five” la ominosa lista de países altamente inflacionarios y eso no es culpa de los argentinos, sino directa responsabilidad de quienes nos gobiernan.
   Y como los que nos gobiernan -de cualquier color-tienen esa malsana vocación por eternizarse en el poder, al menos aquí somos 45 millones de víctimas de los desaciertos, omisiones, faltas de respeto, menoscabo a la inteligencia colectiva y emergentes de un absurdo como lo es más de la mitad de la población sumida en la pobreza, en un país exageradamente rico en recursos, con la diferencia que en otras latitudes tienen menos riquezas pero saben administrarlas.
   Aquí, más que administradores, tenemos malos políticos, angurrientos de poder y de utilidades y esa es una explicación que seguramente me la cuestionarán por elemental y reduccionista, pero desafío a quien quiera que me demuestre que no es la verdad.
   La reciente consulta electoral primaria produjo un desparramo tanto en el mundo partidario desde la derecha, pasando por el centro y terminando en la izquierda porque la sorpresa fue de todos, incluyendo a la devaluada credibilidad de los encuestadores, la mayoría de los cuales cayó en el papelón.
   Ahora viene otra consulta, de la que estamos a 49 días y el electorado navega desde el optimismo de quienes aseguran revalidarán cifras, y la desesperación sumada a la alergia a los barrotes, de los que con el dinero de la gente buscan revertir una situación de la que son los únicos responsables por impericia, apetencias o desorientación tanto funcional como ideológica.
   Es descomunal la cantidad de dinero que ya está circulando en esa acción de inclinar tendencias, frente a un pueblo que demostró una madurez cívica que muchos creían olvidada, negándose con su mensaje en las urnas a ser instrumento de apetencias desmedidas o cómplices de maniobras perjudiciales para la sociedad.
   También aparece escandalosa la impunidad con la que se desvían fondos -destinados a paliar el efecto de otras ugencias- invertidos en electrodomésticos, ajuste de planes hacia arriba, ajuste a los pasivos, reducción del pago de ganancias y otras gangas, en una obsequiosa maratón por comprar votos, dejando de lado el sentir de la gente en cuanto a la inoportunidad de un derroche que era necesario desde tiempo atrás y no ahora frente a la inminencia de una nueva paliza electoral.
   Pero así son las cosas y esa es la realidad que nos rodea, al resumir que en campaña preelectoral, hasta los gatos les regalan queso a los ratones
 
Comerciantes molestos e invadidos
LAS  PEATONALES  DEL  CENTRO CORDOBÉS SON 
ESPACIOS ABIERTOS PARA RUIDOSOS RECITALES
 
   El diferendo generado entre los comerciantes del centro de la ciudad, especialmente los instalados en las calles peatonalizadas, quedaría superado con la sola aplicación del buen criterio y del recíproco respeto con o sin la mediación de las autoridades que por lo general logran empiojar todas las tratativas que se suelen encarar, con formalismos y exigencias inconducentes a una solución que no resulte perjudicial para nadie.
   En este caso, las irresolutas diferencias están planteadas entre esos comerciantes y un gran número de improvisados cantantes, mini orquestas dedicadas a la que se llama “música culta”, vocalistas y bailarines de cuartetos que han tomado esos sectores de la ciudad como escenario para sus actuaciones como actividad que les permite juntar unos pesos en estos duros tiempos de crisis.
   El problema radica en que ambos sectores son víctimas de una marcada decadencia tanto en las posibilidades de trabajo como en los habituales niveles de venta, emergencia que está llevando y lo seguirá haciendo, a la quiebra de muchos comercios y a la pobreza individual de cientos de cordobeses que en los últimos tiempos han visto descender penosamente su calidad de vida vulnerando aquello de ser clase media para transformarse en indigentes virtualmente marginados de la sociedad de consumo.
   Los comerciantes sostienen que tantas horas de aturdimiento -le llamemos musical- les ha minado la paciencia provocándoles un nivel de estrés nunca experimentado, mientras que aquellos que buscaron esa actividad como paliativo de su propia angustia y marginalidad, no encuentran otra solución que exhibir a cambio de unas monedas sus dotes vocales, actorales, musicales o de cualquier otra especialidad artística con tal de quitarles algo de dramatismo a sus carencias.
   Hay que estar en la piel y la tolerancia de quienes se sienten condenados al hartazgo de vivir escuchando lo mismo durante horas y horas, días y días lo que altera la tranquilidad de cualquiera, o ubicarse en la situación de tantos agobiados por la desocupación y la miseria que no le encuentran otra salida a su drama.
   Así como desde el poder se diseñaron y aplicaron políticas de protección a sectores vulnerables, en este caso debiera también -me refiero a la autoridad- instrumentar soluciones para la situación que afrontan los desposeídos.
   No se trata de llegar al extremo del desalojo por una parte o el dejar las cosas como están, sino de actuar con la suficiente sensibilidad social que aporte soluciones y que no agrande el conflicto, al menos hasta que la situación mejore y se recupere eso tan lejano que se llama normalidad. Y ninguno debe asumir culpas por nada sino que de manera adulta, solidaria y respetuosa se estabilice la relación humana por encima de las broncas que genera el conflicto.
   Es cuando el Estado debe mediar para encontrar una solución accesible y equitativa que no sea parcial porque cuando el resultado es ése, queda en el ambiente la certeza que se ha cometido una injusticia.
 
Desprecio y menoscabo
FALTARLE  EL  RESPETO A LA ANCIANIDAD ES
MÁS  IMPERDONABLE EN  LOS GOBERNANTES
 
   Lord Chesterfield, quien no era como seguramente sostiene Axel Kicillof un fumador empedernido, supo afirmar tiempo atrás que se olvidan a veces las injurias, pero el desprecio no se perdona jamás, como que la fuerza y la debilidad de los dictadores o los altos dirigentes políticos -según Bernanos- consiste en haber establecido un pacto con la desesperación de los pueblos.
   Tampoco es cuestión de ser más que tolerantes y apegados cultores de la paciencia infinita, porque por la calle del después se llega a la plaza del nunca.
   En los últimos tiempos ha sido notable en el mundo mediático el crecimiento de los sistemas destinados a preservar documentadamente importantes dichos y acciones: resumiendo, la trascendencia de un archivo se consolida con el vertiginoso paso del tiempo y es mucho lo que aporta contra ciertas amnesias por eso del respeto a la memoria que, quiero insistir, es el lápiz de la historia.
   Cuando se trata de personajes sobresalientes en cualquier actividad, el valor de los archivos se acrecienta y muchas veces esa trascendencia llega a modificar actos y conductas posteriores, siempre y cuando los que hubieran caído en contradicciones no perpetren el error de negar aquello que han dicho o que han hecho.
   Para ciertas comunidades o estamentos étnicos el respeto hacia los adultos mayores, a los que muchos llaman “viejos”, adquiere un nivel casi reverencial en homenaje a las experiencias y un eventual acopio de sabiduría, que lógicamente no distingue a todos por aquello de la formación recibida, las vivencias atesoradas y otros detalles que hacen a la personalidad.
   Pero si hablamos de gobernantes, se me ocurre afirmar que son ellos, por mirar a todo lo que les rodea desde una tarima preferencial y más abarcativa, quienes mayor consideración debieran tener hacia sus mayores, lo que se multiplica si en manos de esos gobernantes existen mecanismos que mejoren la calidad de vida de los veteranos y más aún cuando tras una vida de sacrificio alcanzan eso que pomposamente se calificaba tiempo atrás como gozar el beneficio de la jubilación… ¿beneficio?
   Ahora que para la enorme masa de jubilados no llega a cubrir ni la mitad de sus necesidades básicas que le hagan superar su condición de pobres, no fuimos pocos los que llegamos a suponer que el Estado se ocuparía prioritariamente de subsanar esa injusticia, punto en el que debo admitir mi equivocación: los jubilados son víctimas de olvidos y maltratos, en la creencia desde la cúpula del poder político que al llegar a cierta edad dejan de ser parte de la sociedad, dejan de votar por desencanto y no son un obstáculo a la hora de transformarse en víctimas de omisiones.
   Por eso, a la hora de hablar de archivos, me llamó la atención aunque no me sorprendiera, escuchar parte de un discurso que pronunciara nuestro actual Presidente de la Nación, aludiendo a los viejos, así llamados porque lo somos, a nuestros iguales.
   Lo escuchemos…
El audio con parte de un discurso que pronunciara el Sr. Presidente de la Nación en ejercicio de su cargo, comentando los problemas y perjuicios que le acarrea a la economía la sobrevida de la gente, puede ser consultado en la columna respectiva ubicada en la parte superior derecha de este blog.
 
Megacausa del Registro de la Propiedad
YA ES IMPERATIVO QUE LA JUSTICIA SE
APLIQUE COMO TAL EN ESTE PROCESO
 
   Tal vez en algún futuro, exista o aparezca un juez, motivado por el respeto a la Constitución, que se horrorice con la prisión preventiva abusiva de la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba y con mirada imparcial e independiente, pueda aclarar que un compañero de trabajo no es un cómplice, que un contacto de teléfono no es un socio, que una secretaria no es una partícipe, que una banda no se constituye por equívoca resolución fiscal y que los delitos se prueban y no se decretan. 
   Un meduloso estudio realizado recientemente por el Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA) destaca como problema del Poder Judicial que no existe interés en revisar el propio funcionamiento ni cultura de “automejoramiento”; que no se receptan los intereses de la población y que no se evalúa el desempeño de los jueces de modo habitual. 
   La misma inquietud se ha planteado en Córdoba con respecto a las acciones de los funcionarios judiciales a cargo de la causa, en especial el sistemático dictado de la prisión preventiva, los encierros sin pruebas y los juicios repetidos a cargo de una única comisión especial. Pese a haber recibido por esto el reproche de numerosos organismos de derecho y de la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación, ninguna reflexión se ha emitido al respecto.  
   Decía San Agustín que no es el tamaño ni la fuerza, sino la presencia de la justicia lo que diferencia a un estado de una banda de delincuentes, por lo que se vuelve urgente buscar justicia en esta causa, para que nuestro Estado no lo sea.
 
El histórico “ninguneo”
TALLERES DESPIERTA ENVIDIA PORTEÑA YA
QUE NO ESTÁ ‘CASUALMENTE’ EN LA PUNTA
 
   Para el periodismo deportivo porteño, lógicamente es más trascendente que haya perdido Ràcing o que le hayan metido 4 pepas a Rosario Central, a que Talleres fuera otra vez indiscutido verdugo y lo mismo seguramente les está ocurriendo a los rosarinos, más ocupados en intentar neutralizar a “Los Monos” que exigirles a los “canallas” que tomen las cosas con mayor seriedad para no exponerlos a lógicos escarnios y cargadas desde la geografía mediterránea del país.
   Debo reconocer una vez más, si es necesario, mi absoluta ignorancia acerca de las técnicas y estrategias que se manejan en el fútbol, porque lo único que conozco del más popular de los deportes es que se juega con una red al medio y que los arqueros tienen un entrenador especial, que no es el D.T. y como ejemplo de ellos pongo a un científico de los tres palos como lo es el internacional y dilecto amigo Alejandro Gianchuglia.
   Nunca podré entender -aparte- esa tendencia de muchos colegas dedicados a comentar fútbol cuando sitúan al guardavallas “bajo los tres palos” cuando en realidad sólo el travesaño está por encima del arquero, por lo que corresponde decir “entre los tres palos”.
   Bien. Ya me desahogué con ese detalle.
   Volviendo a Talleres, está demostrando lo que consigue una conducción que más allá de lo futbolístico advierto que se ocupa vivamente por la integración absoluta entre el grupo humano que es el plantel. Al resultado de esa preocupación que supongo no está generalizada entre los D.T. lo vemos en cada partido en el que la “T” viene mostrando a diferencia de poco tiempo atrás, una olvidada categoría de equipo, una especie de sociedad solidaria para conseguir resultados impensados para muchos, como por ejemplo haber metido en la bolsa a varios “grandes” del fútbol argentino.
   Al provenir del rugby, tengo especial respeto por los árbitros partiendo de la base asumida por mis amigos de la ovalada, que “el referí siempre tiene razón y más cuando no la tiene”, lo que tomado fríamente no deja de ser un enunciado que se asimila por el mecanismo del absurdo.
   Pero en estos dos últimos partidos, me tocó ver desde mi ignorancia futbolística pero por mera observación visual y sin tener la finura del a veces implacable VAR, que los soplapitos cometieron gruesos errores y aplicaron injustas sanciones.
   No es una muestra de fanatismo albiazul, sino el punto de vista de alguien que goza de ver el buen fútbol, así sean masculinos o femeninos equipos argentinos, europeos, chinos, o del potrero de la esquina.   
   A Talleres nadie le regaló nada y por el contrario, es como si desde el puerto le quisieran robar, cuanto menos, los méritos deportivos bien conquistados.
   Y al margen: ¿Competirán alguna vez equipos mixtos?
 
A 49 días del 14 de noviembre
EL PAÍS INMERSO EN  UN CAOS DE POPULISMO
CON EXCESO DE CLIENTELISMO Y DEMAGOGIA
 
   Si es por hablar del tema, una pila de años atrás Aristóteles ya aplicaba el término “demagogia” para designar a la democracia, porque para el filósofo se trataba de una forma de desgobierno lo que significaba y en la actualidad así se rotula a quien proclama, con terminología que halaga a la gente, con miras a lograr beneficios políticos porque si hilamos más en detalles, también es demagogo quien presenta o alienta un programa político o económico que contempla reformas sociales que benefician al pueblo, pero que a la hora de las concreciones son imposibles de aplicar.
   El populismo, para el caso, deriva de la doctrina política alentada por el partido del pueblo en los Estados Unidos y por extensión, cualquier doctrina populista.
   Ese populismo se asomó en los países subdesarrollados latinoamericanos y la realidad mostró y refiere ahora como casos más definidos al varguismo en Brasil y al movimiento peronista en nuestro país, ambos distinguiéndose por hacer crecer una fuerte organización obrera para que en alianza o acuerdo con la burguesía nacional industrialista, cimentar las bases del desarrollo sustituyendo las importaciones, apoyados tales principios con políticas nacionalizantes, crecido estatismo en apoyo a la burguesía industrial y lo más sobresaliente, cerrar filas alrededor del carisma de un líder.
   Sería una insalvable tontería negar la transformación de la sociedad al compás de estos movimientos allí donde se desarrollaron, aunque no hubieran alcanzado los objetivos propuestos, lo que lleva a resumir que podemos llamar populismo a un movimiento político con base en los sectores obreros urbanos e industriales nacionales que a través de la distribución del ingreso busca la transformación del andamiaje social y económico de un país.
   La verdad, abordar un tema tan actual y apasionante no tendría el vuelo que merece, si dejamos de lado algo que defina como socio de esas conductas al clientelismo que cuando se concentra como objetivo electoral tiene una significación diferente a lo que se generalizó en las relaciones comerciales.
   Y vamos entonces al punto que enhebra todas estas definiciones con la realidad argentina de la actualidad: nadie puede negar que vivimos inmersos en un indisimulable escenario en el que tanto populismo como demagogia y clientelismo son parte del vetusto libreto de una corriente de pensamiento a la que se le dieron vuelta los calendarios y nos obligan a repetir experiencias penosas porque si en el país hubo deterioro, para encontrar a sus responsables se necesita nada más que algo -no mucho- de memoria desapasionada, pero ajustada a la historia.
   El Estado protector pasó a ser una utopía porque las jerarquías que dicen ordenarlo se acostumbraron a mirar hacia adentro y se olvidaron del sufriente exterior; porque la compra de votos es tan escandalosa que nos ataca una íntima vergüenza; porque siendo un país rico esa dispendiosa manera de gobernar para asegurarse la eternidad en el poder, es lo que está degradando valores tales como la dignidad del trabajo, el reconocimiento al esfuerzo, el respeto por el adversario, el rechazo a la vagancia y en consecuencia de tal deterioro, es que naufraga también el sentido de patriotismo.
   Una oleada de promesas precomiciales fue respondida en las urnas y abiertos enfrentamientos intestinos sobrevinieron tras la aplastante e inesperada derrota del oficialismo en la primera consulta. Estamos a 49 días en que los principales actores de la contienda serán la memoria, los fracasos, las promesas incumplidas y esas ansias irrefrenables del oficialismo por mantenerse en el poder.
 
Llegó para quedarse
NI LA PANDEMIA PUEDE  PONER  ENTRE
PARÉNTESIS A LA ANSIADA PRIMAVERA
 
   Los cordobeses alguna vez cultores del romanticismo seguimos viviendo desorientados con relación a las estaciones que implacablemente nos indica con su esclavizante rigor el almanaque y a las temperaturas que de un día para el otro nos agobian por la pegajosa humedad, o nos obligan a sacar del placar la camiseta, la campera y el pulóver que habíamos arrumbado para no verlos ni tocarlos hasta el próximo año.
   Y finalmente, cuando suponíamos que la primavera no se había enterado que era su atávica costumbre alegrarnos la vida y seguía paseando por otras lejanas geografías, se aquerenció pidiendo disculpas y haciendo anunciar su insólita tardanza con temperatura acorde, clásica y aguardada para esta altura del sufrido período pandémico.
   Que ya está entre nosotros la estación de la juventud, bandera estudiantil, forjadora de romances, fabricante de flores, verdores y perfumes, se nota en el calor que industrializa la maravilla de las sonrisas, los ojos luminosos y la ansiada brevedad de la ropa. Las limitaciones en la circulación y la distancia social para los encuentros fraternos o casuales son en muchos casos motivos de evocaciones y recuerdos traídos a un impensado presente de hisopados, barbijos y encierros, como si el Dueño de Todos los Relojes quisiera demorar el estallido de las flores y aún más la dolorosa y salobremente húmeda postergación de los abrazos.
   Una simple recorrida por la peatonal, pese a variables y antipáticas limitaciones, nos regala el magnífico y gratuito cuadro de la pasarela permanente por donde siempre desafiantes y pese a todo desfilan ellas, las dueñas de las miradas y destinatarias de los suspiros y de otras clásicas manifestaciones de masiva y sonora aprobación.
   Inspiradora de poetas la primavera en su esplendor ha recorrido etapas tan placenteras como desatadamente románticas -los clásicos pic-nic eran el escenario- hasta llegar a la lujuria, aunque en tiempos pasados y no tan lejanos para aludirla, se empleaba más el recato, que ha sucumbido a la inspiración actual simbolizada por las eróticas y hormonales exaltaciones del amor en su práctica superando a las vetustas y anticuadas teorías que pretendían definirlo.
   Y cuando la clandestinidad devino en modelo “impuesto” desde arriba y le viene dando sopapos al irrefrenable deseo la primavera llega lo mismo, inclaudicable vencedora de las murallas, las prohibiciones, los ocultamientos, las leyes o los decretos de necesidad y urgencia.
   Por eso es bueno rescatar de la memoria algunas expresiones poéticas consideradas audaces allá por mediados del siglo pasado que son un caramelo para el alma, porque están desprovistas de la intrepidez y la osadía literaria de la actualidad que más se aproxima a lo explícito que a la ensoñación.
   Es una pena no recordar el nombre del autor de “Margot”, un soneto delicioso y todo un atrevimiento para aquellos tiempos, aunque por el título se puede llegar a deducir un parentesco tanguero y lejanamente lunfardo. Sole Winter tiene la palabra:

MARGOT
Pasa Margot con su bolsón de raso,
largo el andar y la pollera breve
y muestra el muslo su filón de nieve
con cada balanceo de su paso.
 
Ojos rasgados, con mirar de ocaso,
boca sensual para el mordisco aleve,
senos en flor luciendo su relieve
desnudos, bajo de la blusa acaso.
 
Se detiene en la esquina y con delicia
suya el viento mancebo la acaricia.
El viento sabe de caricias tiernas.
 
Y al formarse una arruga en su vestido
parece que Margot ha consentido
que le ponga una mano entre las piernas.
 
   La verdad, una suave ternura que pinta no tan solo al personaje sino a tiempos cálidos, con imaginables y sentimentales esquinas de barrio donde al evocarlos se cruza la roja y cilíndrica figura del buzón con su vientre lleno de palabras, arrasado por el progreso.
   Ya está, algo tardía, pero en todo su esplendor la primavera dueña de soles y de caricias; de fantasías y de intenciones; de pétalos y de abrazos… y también de esperanzas en poder ser felices pese a las desgracias.