Desgrabación de los comentarios del
periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 4 de octubre
de 2015 emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.
JAIME,
NIEMBRO Y CALÓ
Bien lo sabemos aunque lo veníamos
sospechando desde tiempo antes, que el bueno de Ricardo Jaime está hasta las
manos no tan solo en la causa en la que recientemente fue condenado con
benevolencia, sino en otras cuestiones pendientes, como por ejemplo el
accidente de la Estación
Once , con 51 muertes como consecuencia.
Dos millones de pesos, para ese no tan ex
funcionario, es una bagatela por las cifras presupuestarias que manejaba a su
gusto y placer.
El comentarista deportivo Fernando Niembro, candidato macrista a
legislador, metió las manitos en la lata en el rubro publicidad en beneficio
propio y acosado por la certeza de su culpabilidad, debió resignar su
apetecible postulación, aparte de lo cual debiera devolver aunque fuera en plan
Z, todo lo que consiguió delictualmente.
Queda la situación de Antonio Caló quien no
es candidato a nada, sino a continuar al frente de la pachorrienta y poco
comprometida CGT oficialista, denunciado y con evidencias, de haber recibido la
pavada de 20 mil dólares mensuales, puntualmente desde hace ocho años, en una
supuesta maniobra de lavado de dinero.

Distinto es lo de Caló, denunciado en su
condición de secretario general de la Unión
Obrera Metalúrgica por un ex gremialista del mismo palo, un
tal Segundo Pantaleón Córdoba, procesado en otras causas y con varias
cuestiones judiciales pendientes.
Y en este tsunami de denuncias cruzadas, de
acusaciones en ida y vuelta, surge otra de las muestras con argentino sello
propio, que es investigar al denunciante.
En este caso está bien, porque el volumen
del prontuario de ese tal Pantaleón Córdoba se asemeja a la guia telefónica de
Buenos Aires, lo que de ninguna manera puede ser utilizado para exculpar a
Caló.
Lo correcto, lo legal, es que se profundice
la investigación sobre la calidad de la denuncia contra el mandamás de la CGT adicta al modelo nacional
y popular, pero que con ello no se consagre su inocencia en el tema de los 20
mil dólares mensuales.
En pocas palabras, la Justicia tiene la
obligación de investigar los dos casos hurgando hasta el hueso, para llegar a
la verdad condenatoria o absolutoria.
No hacerlo o demorarlo, será una muestra que
las agresiones, las denuncias y las descalificaciones, durante una campaña
preelectoral, tienen otro precio.
Y eso, no es para nada justo ni correcto.
CORDOBA
INDEFENSA
Es tal la desorientación del gobierno de la
provincia en materia de inseguridad, que ya ni los remiendos alcanzan para
evitar el crecimiento de la delincuencia y pese a todo lo siguen negando.
Y quienes suponían meses atrás que habíamos
llegado al límite de la tolerancia en materia de desamparo estatal con relación
a los ataques del hampa, volvieron a equivocarse y así es como seguimos pagando
las consecuencias, con la obligación de reconocer que igual que los corderos,
con nuestra mansedumbre nos estamos dejando matar.
Es como si la resignación hubiera doblegado
nuestra capacidad de reaccionar. No hemos cambiado un ápice esa maldita
costumbre de sucumbir ante los espejismos, mientras llenamos los vacíos de
nuestra ansiedad con discursos, promesas y otras formas que adquieren las
cuentas de colores.
Los altos funcionarios le rehúyen referirse
públicamente al tema, sosteniendo a través de voceros que no es cuestión de
hablar sino de actuar, cuando vemos que tal desverguenza se destroza al chocar
con la diaria realidad de una policía aletargada que carece de directivas
sensatas porque no existe, desde hace tiempo, una política integral de
seguridad.
No es atinada política de seguridad seguir
gastando millones y millones de pesos en autos nuevos, ni en armamentos, ni en
comunicaciones, ni en apresuradas incorporaciones de personal, porque está
dolorosamente demostrado que eso no sirve para nada, porque el hampa por la
impunidad que le regalamos está mejor organizada y es más inteligente.
Le regalamos, es así, a través de nuestros representantes surgidos
por el voto tras campañas que resultaron más costosas que haber reinstaurado la
merecida tranquilidad en el seno de la sociedad, porque una vez asegurada su
continuidad en el poder, ellos se olvidan de lo pomposamente anunciado, de las
tonteras de optimizar algo inviable y caen a la estúpida amnesia al embriagarse
de apetitos políticos mientras pelean por llegar a sitiales tan encumbrados
como inmerecidos.
Estamos demostrando ser el único pueblo que
premia y sostiene a los inútiles; a los demagogos inservibles que son incapaces
de instrumentar gestiones que mejoren nuestra calidad de vida, privilegiando
eso sí, su crecimiento patrimonial que sin dudas les mejora el propio nivel.
“No se puede aceptar esa resignación (la
nuestra) que confunde el conformismo con la virtud, que es aceptación serena
del dolor y de los hechos. Me repugna cualquier resignación que amortigüe las
ansias de vivir y de mejorar”, supo sostener Martín Descalzo y no estuvo
equivocado.
Ya resulta una pavada gritar a los cuatro
vientos que todos conocemos quienes, donde, cuándo y a cuánto se vende lo
prohibido, empezando por el alcohol, con el agravante que tanto los
legisladores como las policías (provincial y federal) y la Justicia (provincial y
federal) tampoco lo ignoran, todos sumidos en una repugnante y sospechosa
apatía.
Si nosotros, que como única arma contra lo
que sucede tenemos el voto y no lo usamos a conciencia, deberemos reconocer
nuestra oculta vocación no tan solo por la indiferencia, sino por el suicidio.
Que nosotros como sociedad impotente,
engañada e indefensa miremos hacia otro lado es comprensible por el desamparo y
el miedo, pero que las autoridades lo hagan, no tiene perdón de nadie.
Ni siquiera de Dios.
¿JUGADITA
DE BOUDOU?
Si dentro de la enorme cantidad de
entretenimientos que de niños practicamos los argentinos, a alguien se le
ocurriera premiar al número uno en el juego de las escondidas (¿se acuerda eso
de que el que no se escondió se jodió?) nuestro vicepresidente se llevaría los
laureles.
¿Por dónde anda? ¿Qué es de su vida?
En lugar de ubicarlo por su gestión como
segunda autoridad del país, lo conocemos por sus viajes al exterior, amoríos y
una intensa actividad social en el círculo de sus más intimas relaciones.
Y es la pregunta de muchísimos argentinos:
¿qué será de su futuro en el caso de un cambio del signo político que nos
gobierna?
¿Irá a responderle a la justicia sin
padrinazgos que le aseguren impunidad?
Como la gente es mala y a veces comenta
chismes de vereda, ha empezado a dar vueltas la versión de una operación que
salvaría a Aimèe Boudou del traje a rayas.
Si los que ocupan la
Casa Rosada son los amigos que le quedan,
se haría nombrar embajador en México, allí se casaría con su bonita y reciente
novia azteca, por esa razón pediría la nacionalidad, y de esa manera no podría
ser extraditado para rendir cuentas entre nosotros, ya que sería ciudadano
mexicano y no se lo puede extraditar de su país.
No está mal pensado, aunque la bronca se
multiplique a la hora de hacer números en el caso que le encuentren maniobras
reñidas con la ley.
Porque si se siente inocente; si sabe que
nada incorrecto ha cometido, es sumamente extraño que se esconda de tal manera,
incluso cuando teóricamente está a cargo del gobierno nacional durante las
ausencias de la Señora.
Para el joven motoquero y rockero
guitarrista, parece que las preocupaciones son otras, como por ejemplo, que no
gane nadie adversario del modelo gobernante.
Para conocer los problemas de la ciudad nada
mejor que recorrerla, tanto en auto como caminando -preferentemente de día- y
utilizando el servicio de taxis y el transporte urbano de pasajeros.
La verdad, con relación a los ómnibus y sus
recorridos, se puede decir que ha mejorado bastante al menos haciendo
comparaciones con aquellos días de caprichos sindicales, endurecimiento de
posiciones por la interna de la
UTA y esa permanente injuria al resto de la masa trabajadora
que utiliza ese servicio por obligación y debió padecer la pérdida de los plus
por presentismo y puntualidad.
Se advierte la incorporación de nuevas
unidades, las demoras se han reducido y la calidad del servicio en consecuencia
ha dado un salto cualitativo hacia delante, aproximándose a un nivel de
excelencia.
Es cierto que faltan unidades adaptadas al
requerimiento de personas especiales, pero poco a poco se va cumpliendo con lo
tantas veces prometido y olvidado después de las urnas.
Además y aunque parezca un detalle inconexo,
el bacheo de calles ha permitido mejorar la velocidad comercial del servicio de
transporte urbano, lo que se suma a la evidente mejora generalizada.
Es de esperar que los otros servicios
controlados por la comuna reciban la misma atención en cuanto a una mejora en
su calidad, como para convencernos que vamos en camino a vivir en una ciudad
ordenada.
Que el tránsito caótico se ordene, que las
peatonales vuelvan a serlo sin mercado persa donde conviven ropas, mascotas,
zapatos, juguetes, sombreros, frutas, salames de perro y quesos vencidos por el
sol.
Que haya cloacas y buen servicio de
recolección de basura y limpieza de calles.
Merecemos una Córdoba bonita, hospitalaria y
vivible.
Que sea orgullo para nosotros y seamos
orgullosos de mostrarla a quienes nos visitan.
Que no sea solo cómoda para viajar en
ómnibus.
PROSTITUCIÓN
POLÍTICA
En la actualidad, realmente una confusa e
incierta actualidad, ya resulta casi imposible al ver a un político, determinar
con exactitud y sin especulaciones, a qué corriente pertenece.
No sabemos si es normal y correcta tanta
movilidad en lo ideológico, porque alguno que solía desgañitarse contra otro,
ahora se los vé como en matrimonio ultra moderno donde parece que el sexo
original no cuenta.
Los cambios de camiseta han pasado a formar
parte de lo normal, destrozando aquellos viejos postulados devorados por las
polillas de la realidad, como por ejemplo para un peronista no hay nada mejor
que otro peronista o que se rompa pero que no de doble y tantos otros …
Es probable que este comentario sea tomado
como un planteo vetusto, a contramano de la modernidad política que exige e
impone una dinámica de pensamiento y acción muy distinta a la obsolescencia de
años anteriores.
La aparición permanente de nuevos
protagonistas agrega cantidad pero dudosa calidad por carencia de antecedentes
y claros objetivos, aunque acompañada de generosas partidas -algunas
graciosamente rotuladas como anónimas- destinadas a marketing y fortalecimiento
de esa epidemia argentina que es el asistencialismo.
Es cuando nos acosan las dudas, porque todo
este cambio que vivimos tiene como mentores a personas; a seres dedicados a la
política como camino a recorrer para la toma del poder, o sea con claros
objetivos de grandeza sin que importen los costos ni los orígenes.
Si cayera en el simplismo, hasta me animaría
a decir que se trata de una velada forma de prostitución mental.
Pero no… prefiero que lo analicen, más allá
de los politólogos, gurúes o sociólogos, los siquiatras que mejor conocen los
vericuetos del sentimiento humano.
Ellos seguramente tendrán la palabra más
autorizada.
CALOR
Y ELECTRICIDAD
Cuando días atrás rescatamos de los placares
las ojotas, el short, los corpiños calados, las musculosas y los bermudas,
llegamos a pensar que despedíamos al invierno y sin primavera mediante
ingresábamos plenos de gozo y transpiración a un anticipado verano.
Nos equivocamos de medio a medio y anoche,
por ejemplo, volvimos a la bufanda, la campera inflable, los calzoncillos
largos y las medias y el gorro de lana.
En aquellos días que pasaron el desborde en
la demanda de energía eléctrica para alimentar los acondicionadores, determinó
uno que otro colapso en el suministro domiciliario y los cortes volvieron
selectivamente a determinados barrios.
De acuerdo con el cronograma de
interrupciones que da a conocer la
EPEC , es para pensar que están trabajando no tan solo en
extender las redes en una ciudad que tanto crece, sino a reforzar las
existentes con miras al vecino tiempo de los calores.
Roguemos que al explotar la previsible
demanda podamos advertir que las previsiones de algo sirvieron, al menos para
impedir que se nos pudra la carne, que debamos tirar comida frizada o que
estemos obligados al padecimiento del termómetro enloquecido.
Y que el trabajo haya sido bien hecho para
que no lamentemos la vuelta de la electricidad que nos queme televisores,
heladeras o micro ondas por exceso de voltaje, hagamos los reclamos y nos
contesten un año después que la culpa fue nuestra por no desenchufar los artefactos.
Si estas premisas se cumplen, es para pensar
que la gente de EPEC, pueda ser merecedora del jugoso y envidiado plus por
eficiencia, que han venido cobrando durante tanto tiempo, incluso cuando la
realidad demostró que esa proclamara calidad, era demostrablemente remota.
Imploremos que ese panorama haya cambiado.
EL
EPISCOPADO Y LA CORDURA
El difícil pensar con sentido absoluto
acerca de la intromisión de los ministros de la Iglesia en cuestiones que
hacen a la política, pero se debe entender que se trata de personas que por lo
general están en contacto directo y frecuente con la gente, a diferencia de
ciertas autoridades que llegan al poder y lo primero que hacen es cerrar las
puertas de sus despachos.
Por eso es una obligación de la conducción
política del país tomar a conciencia y con seriedad el reciente documento del
Episcopado Argentino, advirtiendo la existencia de un clima de agravios,
sospechas y denuncias planteadas en casos como el de los comicios tucumanos.
Sostienen los prelados que ese clima
lamentable debilita la credibilidad de personas e instituciones, agregando que
la democracia que tanto esfuerzo costó alcanzar y preservar, es una conquista
que no puede ponerse en riesgo.
Y como si tales argumentos no tuvieran peso,
en el texto del Episcopado se citan conceptos del Papa Bergoglio en el sentido
que es necesario retomar el camino de los valores éticos y promover una cultura
del encuentro que facilite la amistad social.
Exige que los partidos y candidatos
presenten con claridad sus plataformas, propuestas e ideas y que sean
respetuosos ante los ocasionales adversarios.
Con tamaña claridad, se me antoja que es el
mensaje más claro y contundente que necesita no tan solo la ciudadanía, sino
quienes aspiran a gobernarla.
Que no caigan a la soberbia de desoírlo.
ALGO
SOBRE LA MEGACAUSA
El juicio de Fraga continúa esta semana y no
escapa, como todos los de la causa del Registro de la Propiedad , a la
existencia de situaciones particularmente curiosas.
La Fiscalía citó, como parte de sus
testigos, a un miembro de la Policía Judicial que en su momento habría
estado a cargo de la investigación de los supuestos ilícitos.
El expediente contaba con una declaración
previa del investigador, realizada tiempo atrás "a puertas cerradas con el
Fiscal", sin la presencia de contraparte o abogado defensor que pudiera
objetar algo.
Es por esto que nuestro sistema judicial
prevé la instancia del juicio oral para que quien sea acusado de algo, y con
seguridad es lo que a cualquiera de nosotros nos gustaría, tenga la oportunidad
de defenderse y confrontar esa acusación.
No ocurre así en esta causa.
El investigador llamado a declarar respondió
ante cada pregunta de la defensa: "No lo recuerdo..", "..fue
hace mucho tiempo..", "..no estoy seguro..", y un sinfín de
expresiones que enriquecen los sinónimos del olvido y que culminaron con la
autorización de los jueces para que el Fiscal leyera la declaración y el
testigo asintiera.
Y podría parecer un hecho aislado de no ser
porque nuestra memoria y la revisión de los procesos anteriores muestran que
los investigadores judiciales de esta causa han hecho de la amnesia su bandera
distintiva.
Incluso podría ser contagioso porque lo
mismo ocurrió con otra testigo presentada por la Fiscalía y a quien el
Fiscal además, y ante la protesta de la defensa, también le indicó la
respuesta.
En general, la capacidad del ser humano para
recordar información es extraordinaria. Por eso en las culturas
ancestrales, sin escritura, la historia quedaba en manos de los ancianos,
capaces de rememorar acontecimientos de varias generaciones.
Es difícil pensar, a más de grave, que quien
se especializa en una tarea se olvide con tanta facilidad de ella, como si un
ingeniero no recordara cómo hacer los cálculos antes de construir su casa o un
cirujano olvidara la anatomía justo al momento de operar
Sin embargo los investigadores de Tribunales
en la compleja causa del Registro de la Propiedad todo lo olvidan, especialmente al
momento de dar la cara.
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