QUE ES LA LEALTAD
Las imágenes de aquel octubre
del ‘45 nos traen otra vez a la memoria el fervor de la gente por su líder, los
pies inflamados por la caminata metidos allí en el agua de las fuentes de la
Plaza de Mayo y el grito de rebeldía que nacía desde el fondo de cada pecho.
Es allí que con la memoria nos
invade una nostálgica y apartidaria admiración.
Digo admiración por la convicción; por la lucha inicial
contra una oligarquía terrateniente poderosa, soberbia, negrera y de nariz
parada, casta que con frecuencia viajaba a Europa llevando su propia vaca en el
barco para asegurarse la provisión de leche.
Aquellos agobiados trabajadores de rostros y cuerpos
cansados por la explotación, bolsillos exhaustos, esperanzas en vías de
extinción y derechos impunemente vulnerados fueron los que marcaron el rumbo
hacia la redención por entonces cercana al milagro.
Ellos y nadie
más merecen quedar en la historia como legítimos forjadores de la lealtad:
lealtad a sus principios, lealtad a su lucha, lealtad a su propio sacrificio;
lealtad al valor inconmensurable de su compromiso con un ideal.
Los argentinos a veces cometemos la imprudencia de
alterar y devaluar básicos conceptos, y algunos delirantes todavía quieren
hacernos creer que ciertos personajes, estén o no con nosotros, son más
importantes que las instituciones o que la Patria misma.
Ese deporte nacional de endiosar casi al voleo ha llevado
a la desilusión de muchos, habituados a fabricar patéticos dioses de cartón,
charlatanes iluminados con alma mentirosa y demagógica.
La lealtad debe inclinarse hacia la honorabilidad de principios, hacia la ética, hacia la honestidad, hacia la sana y productiva cultura de la productividad y la creación; del esfuerzo y de una actitud constructiva hacia la sociedad.
La lealtad debe inclinarse hacia la honorabilidad de principios, hacia la ética, hacia la honestidad, hacia la sana y productiva cultura de la productividad y la creación; del esfuerzo y de una actitud constructiva hacia la sociedad.
Cuando lo que se impone es la generación de trabajo, no
ha sido, no es positivo ni beneficia al país volver a ser leales al bolsón, a
la beca indigna, al subsidio politizado ni a ninguna expresión de dádiva.
Lealtad es el inclaudicable y honrado cumplimiento de las
leyes, la fidelidad a la verdad, el respeto por el prójimo y el ejercicio del
honor y de la hombría de bien.
Lo contrario es politiquería no siempre barata.
Porque la
historia, nuestra historia de siempre, nos viene enseñando y a veces con
secuelas de dolor, que los espejismos nos han salido demasiado caros.
La lealtad a principios básicos de convivencia es la
mejor garantía que tenemos para recuperar todos los valores que se han ido
perdiendo o dilapidando por los caminos de nuestra propia historia.
La lealtad no es un invento de nadie, ni es el himno o la
bandera de ningún político.
La lealtad es simplemente una manera de sentir, de obrar
y de vivir.
Gonio
Ferrari
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Su comentario será valorado