Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” que emiten en dúplex AM580 Radio Universidad de Córdoba y su AM 88.5.
En la edición 486 del 29/10/17 estos fueron los temas principales:
EL RESPETO POR LA
GOBERNABILIDAD
En realidad el país es el
mismo, la gente es la misma, las instituciones son las mismas, pero no todo es
lo mismo.
Más allá de la frialdad de los
números que levantan temperatura mientras son dados a conocer e inmediatamente
después de las celebraciones y los festejos entran a un estado parecido a la
casi indiferencia, todo eso dicho al comienzo no deja de ser una sutil mentira.
Para aquellos que organizaron y
escenificaron el “caso Maldonado” es para evaluar que no sumó ni restó.
Porque no son pocos los que
tienen que convencerse, a fuerza del impacto emocional y del escrutinio, que
así como la soberbia armada entregó sus sangrientos blasones allá por el ´83
con la recuperación de la Democracia, en estos días vemos renacer la
gobernabilidad sin trampas volviendo a ser previsibles y sustentables,
recuperando protagonismo en el escenario mundial y que no nos aplaudan
aisladamente en Venezuela, en Cuba y en otros estados de la misma órbita.
El freno a la prepotencia será
el aire fresco que podremos respirar y es de rogar que las autoridades, con la
simpleza de aplicar la ley, terminen con los desplantes, los caprichos y los
actos de vandalismo alentados por la mala dirigencia -no tan sólo la sindical-
que tanto daño le han hecho a la sociedad argentina en su conjunto.
Que nadie tome la decadencia
del peronismo como un certificado de defunción porque la doctrina por lo
general supera a los tiempos, pero necesita adaptarse al progreso y al férreo
cumplimiento de las normas legales que nos rigen.
Distinto es el caso del mal
llamado “cristinismo” que es la devaluada rémora de un aburguesado e
izquierdoso kirchnerismo disfrazado de justicialista otrora poderoso y ahora en
retirada.
Si se imponen las reformas como
medidas para superar los tiempos de crisis, las aceptemos como mansamente
supimos aceptar los atropellos, el saqueo y los súbitos enriquecimientos que
nos fueron empobreciendo aunque nos quisieran “vender” que en Alemania era
peor.
Las manifestaciones de
postergado triunfalismo se equiparan a esos equipos que casi milagrosamente se
salvan del descenso y después deliran con la Copa Libertadores, porque la
paciencia y la tolerancia acompañarán al gobierno si la sociedad advierte
mejoría en el plano general, calidad de gestión y horizontes con perspectivas a
mediano y corto plazo, ya que de promesas existe en la gente una especie de
agotamiento casi insuperable.
Terminar con la pobreza,
liquidar la desocupación, dominar la inflación -todo esto endeudándonos lo
menos posible- son sin dudas los objetivos planteados para volver a ser un país
en serio que se mire en el espejo de las grandes potencias como alguna vez lo
fuimos.
Intensificar la lucha contra el
narcotráfico indemnemente instalado por los inescrupulosos que abrevaron de sus
sucias utilidades, es otro de los compromisos de hierro como también lo son el
cuidado integral de nuestras fronteras y la reinstalación del respeto del
territorio nacional hacia adentro, sin privilegios ni absurdas sacralizaciones.
Que la Justicia sea
verdaderamente independiente sin subterfugios y continúe con su quirúrgica
tarea de identificar, juzgar y condenar a los responsables de la rapiña que nos
asolara al amparo de una impunidad autoconsagrada.
Se renuevan entonces los
llamados al sacrificio, al trabajo, a la decencia en la función pública, a la
tolerancia con quienes piensan distinto, todo esto en un imprescindible e
innegociable marco de libertad sin condicionamientos.
Ahora con una nueva inyección
de optimismo, todas aquellas actitudes negativas que padecimos, verdaderos
karmas con los que humillaron a buena parte de la sociedad argentina, perderán
el sustento del poder y de la altivez que lo caracterizaba.
Y entenderemos entonces que lo
que logremos no será poco …
Y que alguna vez todos,
hermanados, podamos abrazarnos incluso respetando nuestras diferencias.
Eso se llama, en democracia, caminar
hacia la grandeza con libertad, en armónica convivencia y futuro de prosperidad.
Creo que a todo eso,
largamente, ya lo estamos mereciendo.
Durante casi
dos días y no fue un hecho inédito, más del 70 por ciento de la población
cordobesa estuvo sin recibir el suministro de agua corriente, servicio a cargo
de una empresa que bien merece ser llamada “Algas Cordobesas” por el poco
esmero que pone en la calidad de la prestación.
En su momento
y para intentar que los responsables me escuchen, les escribí una cartita que
hice pública en estos términos y que les voy a leer:
“Como no es
la primera vez que sucede, parece que ustedes, los dueños de nuestra agua
-porque la pagamos y bastante cara- colocan en segundo plano al usuario, que
somos los que les aportamos enormes utilidades financieras, con la ayuda de las
tardías reacciones del ERSEP y de su padre putativo que vendría a ser el
Gobierno del cordobesismo.
Segundo plano porque les importan medio bledo las consecuencias de su falta de previsión, el manejo caprichoso de una tecnología que dicen tener, la costumbre de pagar a los medios para que digan que son buenos y eficientes y su absoluta carencia de eso tan declamado que los vendedores de humo le llaman “responsabilidad social empresaria”.
Dejar de dar clases en las escuelas, sufrir la carencia en los hogares, resignarnos a beber barro durante algunas horas, ver que destinaron solo a tres humildes operarios con rastrillos para superar una situación penosamente crítica habla de insensibilidad, abandono y desprecio por el prójimo.
Segundo plano porque les importan medio bledo las consecuencias de su falta de previsión, el manejo caprichoso de una tecnología que dicen tener, la costumbre de pagar a los medios para que digan que son buenos y eficientes y su absoluta carencia de eso tan declamado que los vendedores de humo le llaman “responsabilidad social empresaria”.
Dejar de dar clases en las escuelas, sufrir la carencia en los hogares, resignarnos a beber barro durante algunas horas, ver que destinaron solo a tres humildes operarios con rastrillos para superar una situación penosamente crítica habla de insensibilidad, abandono y desprecio por el prójimo.
Bien saben ustedes porque
dicen que son expertos en la materia, que después de los incendios quedan
cenizas, que esas cenizas y el pequeño follaje carbonizado son arrastrados por
las lluvias hacia donde están los lugares de procesamiento del agua, que eso
provoca obstrucciones, que la gente, los negocios, la industria, los
hospitales, las escuelas, se quedan sin agua y es para repetirlo: les importa
un rábano.
Porque si les importara,
aplicarían eso que saben, conocen y ya lo vivieron, ejerciendo tareas de
prevención frente a desastres previsibles con solo tomarse la molestia de leer
los diarios o atender los pronósticos meteorológicos.
Pero no.
Prefieren
gastar millonadas en pagar explicaciones en lugar de invertirlos en una acción
anticipada que enfrente la situación con todos los elementos que están al
alcance de ustedes.
Eso se llamaría una
actitud de respeto hacia la comunidad.
Pero no.
Pero no.
Nos faltan el respeto y
prefieren darnos tardías y estériles explicaciones que no sirven para nada.
Ustedes en Europa durarían
un par de meses y los echarían a patadones si hicieran lo que impunemente hacen
con los cordobeses.
Métanselo en esas
cabezotas rumiantes de números, de márgenes gananciales, de operaciones en el
exterior con el dinero que mansamente les aportamos los usuarios ofendidos,
humillados, abandonados y maltratados.
Devuelvan lo que nos
cobraron sin darnos, uno por uno a cada uno de los frustrados usuarios, de la
misma manera con que nos aprietan con los recargos si hay moras en los pagos.
Amorticen a todos los que gastaron en bidones.
Si no lo hacen, veremos si son capaces de cortarnos el servicio a todos por negarnos masivamente a pagar, al seguir siendo víctimas de una imprevisión que es de ustedes.
Amorticen a todos los que gastaron en bidones.
Si no lo hacen, veremos si son capaces de cortarnos el servicio a todos por negarnos masivamente a pagar, al seguir siendo víctimas de una imprevisión que es de ustedes.
Y entiéndanlo de una vez
los mandamases de “Algas Cordobesas”: no queremos más explicaciones.
¡Queremos aguaaaaa!”
EL MUERTO SIGUE HACIENDO TRAVESURAS
Los tiempos corren vertiginosos con relación al
curioso caso del muerto que litiga y por si no lo recuerdan, me refiero a la
demanda por desalojo que presentara en los tribunales cordobeses una persona
ocho meses después de haber muerto.
El
objetivo sin dudas era quedarse con una vivienda sumamente precaria, pero
enclavada en un bien cotizado terreno cercano al shopping de Villa Cabrera,
rodeado de bonitas residencias.
El
hecho del denunciante ya muerto se les pasó por alto a dos fiscalías y a un
juzgado de control, pero al ser denunciados por la afectada, una mujer en
estado vulnerable por sus dolencias y la enorme carga de estrés, raudamente se
giraron esas actuaciones al fuero anticorrupción, donde habrían dictaminado,
palabra más o palabra menos, que cualquiera se equivoca…
Increíble
pero real, razón por la cual, defendidos desde adentro los diez o más
funcionarios judiciales a quienes se les pasó por alto el detalle del
denunciante muerto, queda la responsabilidad casi centrada en los dos abogados,
un él y una ella, patrocinantes del fallecido demandante.
Pero
hubo otras alternativas en torno del suceso y hemos considerado oportuno
conversar con el abogado que atiende a quien resultaría víctima de esta
maniobra, que dicho sea de paso falleció pocos días atrás, agobiada por la
presión del desalojo al que fuera condenada.
Hablamos ahora con el Dr.
Marcelo Durieux:
El diálogo que mantuviera
Gonio Ferrari con el abogado Marcelo Durieux con relación a las últimas
novedades surgidas en el caso de la demanda que entablara una persona que había
muerto 8 meses antes de iniciarla, puede ser escuchado en la correspondiente
sección, ubicada en el costado derecho de este blog.
A DE VIDO LE COSTARÁ
SOSTENER INOCENCIA
No es cuestión de entrar en
detalles de todo lo que despojó al Estado argentino este sujeto que hoy sufrió
el naufragio de su soberbia, padeció el miedo a “ser boleta” y debe haber
pensado, humano al fin, que no debiera haber creído cuando sus poderosos
mandantes lo convencieron que con la eternidad en el poder, bien podía estar
seguro de su consagrada impunidad.
Y de acuerdo con varias de las
tantas acusaciones que pesan sobre su conciencia si es que la tiene o se
atrofió por la angurria, hubo casos en que las coimas representaban cinco o
seis veces el valor real de algunos emprendimientos que pagábamos todos… y
todas.
Y para no caer al lugar común
de los apresuramientos a los que conduce la emotividad de las imborrables
escenas del traslado a la cárcel, bueno sería serenar los ánimos y dosificar la
indignación para liberarla con todo su esplendor ciudadano una vez que la
Justicia cumpla con su cometido de juzgarlo, permitir que se defienda con todas
las garantías y condenarlo si es culpable aunque la alternativa de la
inocencia, por las probanzas acumuladas, son más remotas -y es sólo un ejemplo-
que pretender rogarle silencio y mesura a Luis Juez.
De Vido, más que un acusado
serial es el símbolo de una época signada por el arrebato grosero, el “escruche”
mayorista, el despojo descarado, la asociación que formó con los de abajo, los
del medio y los de arriba; el reino de la arrogancia, el desprecio por el
prójimo sufriente en propio beneficio, la altivez frente al mundo, la estafa a
las esperanzas y el quiebre del compromiso con el futuro, con la gente y con la
Patria.
Sin embargo, veremos con dolor
lo que de manera especial afectará a todos aquellos que con buena fe y
convicciones pensaron que todo era un armado mediático, que esa cleptocracia instaurada
por quienes miran el cielo desde atrás de las rejas fue el resultado de una
indemnidad que los llevó a la malversación, al pillaje de las arcas públicas y
al saqueo, con lo que consiguieron que los argentinos fuéramos un internacional
trapo con piojos, aislados de las grandes potencias y diplomándonos como
arquetipos de la ratería, el latrocinio y el fraude.
De Vido está donde debió haber
sido guardado tiempo antes, pero hay que entender en los políticos ese fino y
quirúrgico manejo de los tiempos, cuando se vive un trascendente año electoral
en cuyo transcurso podía haberse definido el camino a seguir sin escollos, o el
más estrepitoso de los fracasos porque bien sabemos que la gente al votar
aprendió a reclamar, premiar o castigar.
Los casos de súbitos y groseros
enriquecimientos se pueden contar por decenas y justo sería que todos los
depredadores artífices de peculados reciban el rigor de la ley, lo que en
realidad no alcanza para calmar la irritación colectiva, porque los ladrones
que esquilmaron al Estado impidieron con su glotona codicia la atención de
problemas acuciantes en salud, vivienda, educación, seguridad,
industrialización, pobreza e indigencia y otros aspectos negativos que nos castigaban
sin misericordia.
De Vido fue un dique de
contención para el progreso, un ladrón de esperanzas, un patético burlador del
futuro nacional.
Pretender que devuelvan los
frutos de tan desmedida insaciabilidad entraría al terreno de las utopías,
porque los operadores de la corrupción bien se cuidan de esconder sus tesoros
malhabidos y nadie otorga recibos por las coimas.
Julio De Vido está preso y
desde el desteñido y decadente kirchnerismo en vías de extinción, surgen voces
en su defensa llegando casi a santificarlo de cándida y sonriente inocencia y
por lo que se sabe, a nuestro políticamente sinuoso Sumo Pontífice poco le
costaría apadrinarlo.
La decencia ha recobrado un
protagonismo que jamás debió perder.
Un aire de fresca esperanza
para los argentinos de bien, sacrificados exponentes del esfuerzo y del
compromiso.
Roguemos tener la paciencia
necesaria para que en plazos razonables, De Vido no se sienta tan solo y pueda
compartir con sus cómplices y mandantes, el amargo sabor del encierro al que lo
condenen la Justicia de los hombres y el clamor de la ciudadanía.
La otra Justicia, esa que nadie
conoce -pero teme- porque nadie tampoco regresó para contarla, puede seguir
esperando.
Pero que llegará, de eso
estemos seguros que llegará…
NO SÓLO EL PRIVILEGIO DE NO PAGAR GANANCIAS
Son en
verdad muchas las libertades que en Córdoba se han justificado como
ejemplo del respeto al principio de inocencia: El caso del Fiscal Nazar, que
fue condenado por cobro de coimas para liberar a un preso mientras ejercía su
función (el fiscal, obviamente), y permaneció libre por no estar firme su
condena. Vale consignar al margen que Nazar, en las últimas horas, fue detenido
por un hecho de violencia familiar, ajeno a aquella condena.
Otro
más, el caso del Juez Esteban Díaz denunciado por lo mismo, nada más y
nada menos que por un Fiscal y que no fue ni siquiera imputado.
Funcionarios del gobierno actual, denunciados con nombre y apellido por
apropiarse de inmuebles de manera irregular, tampoco citados, ni siquiera
al acostumbrado trámite de declarar.
¿Y
aquel Secretario de Gobierno que libró tantos cheques falsos? Tapado en el
silencio y sin ninguna causa. Y podríamos así continuar con una larga lista.
Nadie
discute sus constitucionales derechos, pero entonces sería saludable e
importantísimo que el Poder Judicial cordobés responda ¿Por qué razones los
imputados en la causa del Registro son los únicos detenidos y permanecen en prisión
preventiva cuando les asisten exactamente los mismos derechos que a los
que terminamos de citar?
Probablemente sería más útil para la sociedad que los recursos y
energías que nuestros funcionarios judiciales están derrochando en encarnizadas
-trascendidas y no negadas internas- se destinaran a revisar, evitar y extremar
los cuidados, para que personas inocentes no padezcan injustos encierros-
Y como
se vienen amontonando los temas por dos semanas de ausencia, hay más todavía:
Los resultados de una encuesta realizada en junio de este año a los ciudadanos
cordobeses revelaron que más de un 85 por ciento desconfía de la honestidad de
los jueces y fiscales, cuestionándose la eficiencia, los favoritismos, la
lentitud y la falta de garantías.
Según
el informe, los cordobeses no confían en la Justicia, a la cual ven sometida al
poder político y sin compromiso para investigar la corrupción. La falta de
independencia fue la mayor queja tanto de ciudadanos como de letrados.
Además, el 75,8 por ciento manifestó poca o ninguna confianza en el
fuero Anticorrupción. Se justificó esta desconfianza analizando que en
13 años este fuero no realizó ninguna condena de peso.
Para
muchos, en el fuero anticorrupción se instrumenta entre otras acciones, la
defensa corporativa cuando alguien de la Justicia es denunciado, caso reciente,
el del muerto que litiga.
Desde
el Poder Judicial se respondió negando cualquier dependencia del poder
político o cualquier ingreso a la Justicia por los gobiernos de turno. Al fuero
Anticorrupción se lo defendió poniendo como ejemplo la condena de dos fiscales,
el proceso contra un ex intendente y las condenas relacionados con el Registro
de la Propiedad.
¡En
trece años!
No
aclaró la entrevistada, presidenta del Tribunal Superior de Justicia de
Córdoba, que en la causa del Registro no se condenó, y ni siquiera se juzgó, a
ningún funcionario de alto cargo.
A ninguno, pese a que fueron acusados en repetidas ocasiones.
El
mismo artículo cita que, en costos, la corrupción le costó a la Argentina unos
20 mil millones de dólares, millones que, en Córdoba, no los tienen los que el
Poder Judicial condenó en la causa del Registro.
Así que
sería muy beneficioso que intentaran encontrar a dónde y quiénes los
tienen, no sólo para devolverlos, sino para reparar también la confianza que
legítimamente muchos hemos perdido.
MARATONES DE LA DISCORDIA
La
verdad y haciendo memoria, en su tiempo me tocó practicar muchos deportes, por
ejemplo el hockey sobre patines, saltos ornamentales, atletismo, fútbol en el
equipo de La Voz del Interior, tiro con pistola y fusil y más que nada rugby, o
sea que bien puede suponerse que el deporte me encanta.
Así es,
pero cada disciplina en su ámbito, razón por la cual me cae antipático y lesivo
para miles de vecinos, esa reiterada práctica que se ha entronizado en Córdoba,
de organizar maratones con recorrido por el centro de la ciudad.
Que una
marca de ropa deportiva quiera trascender, que un sanatorio a través del
maratón busque fortalecer su márketing, que algún club se proyecte a través de
esa modalidad pedestre, son objetivos que a los vecinos les resultan demasiado
molestos, invasivos y costosos.
¿Por
qué no hacen las maratones utilizando por ejemplo el Parque de la Vida y sus
adyacencias? ¿Por qué no utilizan la costanera particularmente y en ambos
sentidos por el recorrido que se estipule?
En las
últimas ediciones de esta prueba, organizadas por Mongo o por quien fuera, se
generaron inútiles y perjudiciales horas caóticas en pleno centro, afectando el
derecho a la libre circulación de nosotros, los ciudadanos.
Si los
organizadores de estos encuentros no del todo deportivos porque tienen un
marcado sesgo comercial, fueran respetuosos de su prójimo, las autoridades que
autorizan o no los cortes de calles que después les censuran a los manifestantes,
buscarían la manera de satisfacerlos sin perjudicar a la gente.
Pero
así son las cosas, en estas pampas donde los intereses particulares prevalecen
por encima del interés común.
Y así
estamos …
RIDÍCULO MALTRATO A NUESTRO DINERO
En
cualquier país del mundo, incluso en aquellos que muchos consideran sumidos en
el retraso, es complicado que alguien acepte dinero en papel, esos billetes
deteriorados, recortados, agujereados, pintarrajeados, sellados, con más cinta
adhesiva que billete o utilizados como llamadores para ciertas actividades,
contactos íntimos, etcétera.
Nuestros billetes en buena cantidad, son una antihigiénica porquería que
a veces provoca asco tocarlos porque se han transformado en vehículos de pestes
y algunos otros contagios.
Partiendo desde la mayoría de los cajeros de bancos, o de cualquier entidad
que maneja dinero papel, que los escriben numerando cantidad de ejemplares para
después facilitar el conteo.
Díganme
si alguna vez les aceptaron un dólar o un euro con mínimos trazos de tinta o
cualquier otro dibujo.
¿Cómo
se supera esta situación?
Apelo a
la buena voluntad de cualquier legislador del partido que sea, para que
presente un proyecto con las siguientes
bases:
Declarar seis meses de tiempo para que vencido el plazo, todo billete
maltratado sea desconocido como valor y quede fuera del circulante.
En el
mismo plazo, canjearlos por ejemplares nuevos y limpios.
Ya
verán cómo se aprende a cuidarlos, más allá del respeto por la memoria de los
próceres que aparecen, de los paisajes o de los bichos autóctonos que
lucen.
No es
posible que mostremos al mundo tal imagen de incultura, precisamente con los
elementos que más se mueven entre nosotros, que son los billetes.
Después
de todo, no es nada más que educar a la gente en un aspecto que parece tonto,
pero es trascendente.
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