A LOS CANDIDATOS Y CANDIDATAS QUE SE
POSTULAN EN LAS URNAS EL DOMINGO 22
Ya falta sólo una semanita y los profundos
misterios de las encuestas, los cálculos, las especulaciones y las mentiras
serán una sabrosa parte de la historia argentina, devaluada por la decadente
calidad de los fastos con relación a la trascendencia de algunos días de gloria
que supimos vivir en más de 200 años.
Lo del domingo próximo no será
otra cosa que la estrepitosa caída de algunas caretas y la posibilidad que se
empiecen a conocer a las otras, las que si la historia es una certeza de ciclos
se transformarán con el tiempo en nuevas versiones de las caretas actuales. Es
confuso pero me entiendo.
Y lo entiendo por aquello tan
viejo que alguien proclamó: “Arriba están los que abajo fueron y caerán mañana
tal como bajaron los que ayer subieron”.

Quiero rogar fervientemente que
no nos sigan engañando con la zanahoria puesta adelante de nosotros como un
futuro venturoso, ni que pretendan volver a vendernos las desgracias, los
sinsabores, las angustias y las frustraciones con las que nos victimizaron,
también cíclicamente.
Como si se tratara de un pueblo
de idiotas piensan, actúan y prometen igual que siempre, ofendiendo la inteligencia
de la gente y pensando que eso de “borrón y cuenta nueva” es una especie de
amnistía que en verdad, nadie está dispuesto a suscribir ni siquiera en
legítima defensa.
El almanaque debiera tener por
lo menos mil días para darle cabida a todos los candidatos a santos, arcángeles
y pontífices, aunque la mayoría tendría que lucir sobre la foto el número de su
prontuario.

Sres. políticos candidatos y candidatas:
por favor no deliren sobre un futuro que saben inviable ni pretendan sepultar
la basura que supieron generar porque si el pueblo algo tiene es memoria
selectiva que no es lo mejor, pero para algo sirve, a veces para no tropezar
con la misma piedra.
Piensen alguna vez con sentido
de Patria, con respeto y atención a las carencias ajenas, con sensibilidad
social por encima de la demagogia y por la grandeza del país más que por el
propio y angurriento encumbramiento
financiero.
Entiendo que la sensualidad del
poder es una enfermedad para la que únicamente es aplicable la vacuna de la
honestidad, el compromiso con el prójimo y el sacrificio ya que desde esa
patología política, según Moron Alcain “se dominan las cosas, las circunstancias
y lo que es mucho más, a los hombres; se goza de esa sensación de estar por
encima de los demás, de tener sus halagos, sus privilegios. El poder fascina y
enceguece al que es dominado por él”.

Los argentinos estamos hartos
de ser parte de tantas decadencias y uno de nuestros más sacros merecimientos,
es recuperar la dignidad que los malos políticos contribuyeron a que
perdiéramos.
¿Y la carta “íntima pero
pública” a los candidatos y candidatas del domingo próximo?
Para los que aparecen vendiendo
ilusiones, los que fueron y quieren volver a ser, los que tienen miedo de
perder, los que se esconden, los que mienten utopías y fantasean porvenires
venturosos…
La verdad, prefiero escribirla
el lunes 23.
Gonio Ferrari
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