PARA CALIFICAR DE
DEMENCIAL, QUE OTRA VEZ
SE BUSQUE INSTAURAR LA CULTURA DEL MIEDO
Sin dudas una de las sensaciones más
espantosas que puede acunarse en la mente humana es el miedo. Miedo a cualquier
cosa que pudiera llegar a suceder, miedo al futuro, miedo a la impericia de los
gobernantes, miedo al delirio de los no asumidos ni resignados a la derrota y
con un fracaso a cuestas, pero miedo al fin.
Lo malo o mejor dicho lo peor, es cuando se
lo pretende instaurar cayendo a la amnesia de olvidar el propio miedo que desde
el poder supieron maquinar en su momento, planteando la disyuntiva de hierro
que significaba “nosotros o el precipicio” cuando la realidad demostró después,
en el breve plazo, que ya habíamos sido residentes de ciertos abismos que se
llamaban -y se llaman- corrupción, saqueo, desocupación, endeudamiento y otras
emergentes de una política tan errática como soberbia.
“Ser argentino, entre otras cosas, es tener miedo a que algo terrible
puede ocurrirte cualquier día a la vuelta de la esquina. Todos los argentinos
mayores de 50 años han sido contemporáneos y sobrevivientes de cinco crisis
económicas dramáticas que transformaron sus vidas y dejaron una huella
indeleble de alerta y temor. Y los que son menores de eso han recibido, casi por
transmisión genética, la memoria emotiva de esos traumas”
El
párrafo es de una nota escrita hace un par de días por Ernesto Tenembaum y es
cierto, sobre todo cuando agrega “Por eso, esta semana, cuando el peso
argentino volvió a hundirse, cuando su depreciación fue la más alta del
continente, cuando el Banco Central debió vender 6.000 millones de dólares de
reservas sin lograr contener el alza del dólar, cuando la revista Forbes
titulaba: Es tiempo de huir rápido de la
Argentina, todos los miedos volvieron a instalarse en el corazón de los
habitantes del país.
Y el
miedo, se sabe, no es un componente que ayude demasiado a superar una situación
así”.
¿Cómo se desencadenó la tormenta? La reserva
federal norteamericana elevó las tasas
de su tesoro y desde todo el mundo y en fuga, viajaron millones de dólares
hacia Wall Street y los grandes inversores optaron por deshacerse de los
dineros extranjeros y la mayoría de esas monedas se devaluaron, aunque ninguna
como la nuestra ya que el peso argentino cayó casi un 14 por ciento.
Nuestros elevados déficits fiscales y
comerciales se financian con deuda y la salida de capitales fue trascendente,
conceptos todos que palabra más o palabra menos, sostienen la explicación de
Tenembaum.
Y es entonces que apoyados por las usinas de
la mala onda y la vocación destructiva de ciertos sectores, se vuelve a
instaurar el miedo apenas el dólar se mueve algo hacia arriba y es cuando
todos, sin saber por qué ni para qué, se lanzan a la frenética búsqueda de los
billetes verdes y generan una subida artificial que bien aprovechan los
especuladores de siempre.
Todo esto es por eso del miedo instalado y
fogoneado, con lo que los precios del mercado interno, aunque no tengan un pito
que ver con el dólar, se reacomodan siempre para arriba con el agregado del
“por las dudas” emergente, creando escalas artificiales que poco tienen que ver
con la realidad.
No sucede lo mismo en Brasil, Uruguay y
Chile donde también devaluaron su moneda con la diferencia que allá esa
operatoria no se refleja en los precios, porque no todos viven pendientes de
las pizarras como si fueran grandes inversionistas que especulan con el dólar y
aquí entre nosotros hasta los jubilados con la mínima preguntan a cuánto está
el verde.
No es una tormenta pasajera como el Gobierno
pretende hacer creer porque las raíces son
más profundas.
Pero molesta, duele y desorienta que las
otras usinas, las de la mentira descarada, activen sus mecanismos del
desprestigio e inunden las redes sociales con información trucha y
malintencionada que augura el caos, el quiebre de las instituciones y el regreso
a la conscripción de socios en el “Club del helicóptero”.
Hacen aparecer, utilizando fotografías de
años atrás, como que se estuviera vaciando al país de sus dineros, cuando fue
una costumbre que no es de ahora y bien que lo sabemos.
Lo importante es no caer en la celada que
están buscando tender aquellos que tiempo atrás trataban de “destituyentes” a
quienes se oponían al decadente modelo nacional y popular y seguir péleándole
ya no a la herencia recibida porque es un pretexto vetusto, sino a la
especulación actual de los grupos empresarios y financieros, insaciables aquí y
en cualquier parte del mundo donde vean la oportunidad de hacer daño , engrosar
sus utilidades y aumentar su poder.
No hay que tenerles miedo aunque sus armas
sean poderosas, sino oponerles ideas superadoras, acciones directas y sobre
todo, unión para enfrentarlos exigiéndole al Gobierno la aplicación de medidas
que ataquen a esos oportunistas y no a la gente, ya harta de vivir décadas de
sacrificios.
Los argentinos en general, no merecemos
tamaño maltrato y peor aún cuando los torturadores están entre nosotros, con la
ideología que quieran, pero torturadores al fin.
DIA MUNDIAL DE LA LIBERTAD DE
EXPRESIÓN
Suele ser un argumento de los gobiernos autoritarios,
sostener que le está otorgando a los medios periodísticos y por ende a la
ciudadanía, el beneficio o la gracia de poder decir lo que se les antoje.
La necedad está en que ningún gobierno
debiera asumir esa temeraria potestad, porque la verdad sea dicha, es un
derecho consagrado en nuestra Constitución Nacional y es básico en los genuinos
sistemas democráticos.
Si desde el poder se pregona la generosidad
de dejarnos opinar o hablar, es cuando más se esconde la censura disfrazada de
varias sutiles maneras, como son el condicionamiento económico a través de la
pauta publicitaria que suele ser llamativamente generosa, la discriminación a
la hora de informar eligiendo al destinatario según sea como piense, o el
perverso y tan aplicado sistema de premios y castigos.
Existe entre nosotros y ya es conocida por
su práctica habitual, la malsana costumbre oficial de suponer que con la
onerosa y por lo general inoportuna publicidad de los actos de gobierno, que es
un disfraz de promoción partidaria, se compran aplausos.
O que con los montos exagerados que se
destinan a los medios de mayor audiencia, se pagan silencios.
Ambas posturas, en definitiva, son dos de
las visiones que nos aporta esa insuperable vocación por la hipocresía que
caracteriza a muchos de nuestros políticos, y más aún cuando manejan eso tan
sensual que es el poder.
Después de todo, el hecho de sentirse
salvajemente libre está en cada uno de nosotros, con una sutil diferencia: los
que tomamos esa actitud como una forma de vida, y los grises que al quedar bien
con Dios y con Satanás, creen que transmiten una imagen de libertad que mal
suponen se transforma en credibilidad.
Y a la hora de hablar de libertad de
expresión, mi abierto desdén profesional hacia aquellos que se dicen colegas,
enrolados antes de la derrota y firmes ahora por su postura negadora, en esa
curiosa figura del “periodismo militante”, cuando solo fueron y persisten en su
actitud de exagerados propagandistas de un modelo que fracasó en las urnas,
pese a lo cual no asumen la realidad.
Y siguen operando más que informando o
comentando, como si nada hubiera pasado ni hubiera cambiado.
Por suerte, nos conocemos todos.
LOS DELINCUENTES YA SE
ADUEÑARON DEL CENTRO
Tiempo atrás y no hace tanto, eran sinónimos los términos delincuencia y
zonas marginales de la ciudad, por esa pésima costumbre de igualar pobreza con
esa amistad hacia lo ajeno.
Las
cosas han cambiado para mal o es que se ha generalizado de tal manera la
vigencia del hampa, que toda la ciudad ha pasado a ser una gigantesca zona
roja, de la que se venía salvando el centro debido a un equívoco criterio de
saturación de la vigilancia, que solo existió esporádicamente después de algún
hecho resonante y hasta que se calmara el furor mediático.
Desafío a cualquier funcionario policial o del área que sea, a negarme
que apenas comienza a oscurecer, el centro de la ciudad con sus coquetas
peatonales deja de ser lugar seguro para recorrer caminando, mirando vidrieras
o cualquier otra actividad lícita.
Es
al atardecer cuando se apropian del centro las mal disimuladas gavillas de
arrebatadores, oportunistas y charlatanes o marginales de otras actividades
tampoco lícitas.
Cada
anochecer es para el espanto y el temor de tantos empleados de comercio que
deben volver a sus hogares, transitando por esas oscuridades o expuestos al
despojo, al ataque o a peores consecuencias,
Solía haber tiempo atrás efectivos que patrullaban “de infante” como lo
consigna la jerga policial, pero tal prevención cayó en el olvido porque prevalece
la utilización de patrulleros, motos y bicicletas para otros sectores, aunque
no sea frecuente su presencia.
Los
ladrones se apoderaron del centro gozando una llamativa impunidad que les
regala la inoperancia de las autoridades policiales que siguen intentando que
compremos el idílico engaño de una protección que no tenemos.
¿Cuánto tiempo trabajaron los cacos para vaciar nada menos que una
joyería en pleno centro, sobre la peatonal 9 de julio, a 30 metros de una de
las avenidas más concurridas de la ciudad?
¿Ni
un solo agente de esos que dicen que patrullan pasó por ese lugar como para
advertir los ruidos de una amoladora que según se sabe, no tienen silenciador?
Son
tantas las preguntas, que abruman los silencios a la hora de las respuestas.
Desde el poder siguen en su fantasía de una prevención inexistente pese
a las fortunas que se gastan en equipamiento, que para nada sirve, salvo para
que algunos los roben desde adentro, sin que siquiera hayan establecido de
quiénes se trata.
Alguna vez esto se tiene que mejorar o terminarse, porque pagamos
impuestos demasiado elevados y a veces confiscatorios, para que desde el
gobierno no reaccionen, no den la cara ni aporten soluciones.
Es
como si los funcionarios fracasados, a las renuncias las tuvieran cosidas en
sus bolsillos.
MEGACAUSA: ¿ES POSIBLE HABLAR DE SAÑA?
Podríamos aplicar como slogan en la
causa del Registro de la Propiedad de Córdoba la rima que
“los peces flacos se reciclan y los peces gordos se
resignan”.
Esto particularmente
referido a los juicios que se siguen repitiendo a unos pocos imputados, a
quienes se juzga, se re-juzga, se condena, se re-condena, siempre
dando vueltas sobre lo mismo.
Y en este devenir,
es inevitable incursionar en los recovecos de la “saña”. El vocablo
se asocia, en nuestro idioma, a distintas acciones carentes de
cualquier tipo de humanidad que aumentan el dolor de la víctima y que están
teñidas de rencor o resentimiento, pudiendo ser ejercidas por diferentes
actores.
La Real Academia
Española define a la saña como: “Intención rencorosa o cruel. Furor, enojo ciego”.
A la luz de esta definición es evidente que
alguna ceguera existe en la causa por parte de quiénes juzgan, ya que “no
viendo” (ni escuchando, ni leyendo) las denuncias contra los altos funcionarios
del momento, siguen responsabilizando, machacando, martillando, escrachando y
encarcelando al mismo grupo de imputados.
¿Será esto furor o
enojo?
La crueldad se
relaciona con la producción de dolor o sufrimiento innecesario. ¿Quién valora
los límites entre lo necesario y lo intencional?
La línea es bien
delgada, y es probable que la prisión preventiva sistemática, la comisión
especial para juzgar y los juicios siempre a los mismos la hayan borrado.
Todo esto que no es
poco, ubica a esta causa no sólo muy lejos de toda Justicia, sino también, muy
por fuera de la Ley.
ES IMPERIOSO ACHICAR EL
ESTADO
Comentan las crónicas más
recientes, y es textual: “Según dijeron en la Casa Rosada en el recorte de
estos cargos de segunda línea del Gobierno hubo de todo: desde direcciones que
se superponían en sus funciones, hasta coordinadores que no cumplían con su
trabajo y cargos extraescalafonarios que habían sido designados por mandato
político con salarios muy elevados y con funciones de directores que en los
papeles no existían.
Muchos funcionarios optaron por
no perder sus trabajos y reasignaron cargos para poder quedarse en el Estado.
Esta decisión implicó para muchos ministros reasignar tareas a varios
funcionarios.
El Gobierno dejó un total de 95
secretarías, 127 subsecretarías y 91 unidades de coordinación en todos los
ministerios, incluida la Jefatura de Gabinete”.
Como si con eso alcanzara,
cuando en realidad es en los niveles medios y bajos donde se concentra la superpoblación
de cargos, que hace incluso que ni tengan donde sentarse en las oficinas a las
que están asignados.
La incidencia de esos “ajustes”
en altos niveles es mínima en el presupuesto, mientras no se apliquen recortes
en las cámaras legislativas, en la Justicia y en otros organismos donde los
políticos -y en esto sin distinción de banderías- los tomaron como bolsa de
trabajo para sus activistas, los parientes de los activistas, sus amigos y las
infaltables amigas.
Al achicamiento del Estado hay
que llevarlo al máximo para estimular las fuentes laborales genuinas que sean
en el campo de la productividad y no en el de las becas, porque el “ñoquiato”
debe ser una costumbre a desterrar del mapa de la sociedad argentina, en
homenaje al sacrificio de los que realmente trabajan y no comen gratis a
costillas de los que cumplen con sus obligaciones.
Hay empresas del Estado o
dependientes de alguna manera, donde el exceso de personal es escandaloso y no
me pidan ejemplos porque sobran, en casos que bastan 120 empleados pero les
deben pagar a 300 con el agravante que lo único que producen son gastos y
conflictos.
Cuando al Estado lo achiquen
realmente, contra viento y marea, contra quejas sindicales, contra protestas
callejeras y toda la parafernalia que suelen oponer los enemigos del esfuerzo,
habremos dado un paso fundamental hacia dos metas: una, la del adecentamiento
del Estado y otra, la obligación que lleva a crear fuentes laborales fuera del
aparato estatal.
Será el tiempo en que algo
habremos avanzado hacia la normalización del país.
ALLANARON LOCAL DE LA
OBRA SOCIAL DE PRENSA
En consonancia con los reclamos reiterados ante las
autoridades de Anses y Superintendencia
de Servicios de Salud y la posterior denuncia penal que iniciaran
jubilados adheridos a la Obra Social de Prensa en el año 2016 por la falta y
corte de servicios que prestaba esa entidad y la vaguedad de las respuestas
recibidas, este viernes último se concretó en la sede de la entidad un
allanamiento ordenado por la Fiscalía actuante en este caso particular, tras reconocer que la denuncia presentada en
tiempo y forma está totalmente acreditada en autos, con lo cual se
ameritaba el procedimiento respectivo.
Y en
cumplimiento de esa orden, integrantes de la Unidad Judicial de Delitos Económicos realizó el allanamiento
respectivo por espacio de algo más de cuatro horas, bajo la atención de la
secretaria general del gremio Maria Ana Mandakovic, interviniendo elementos
contables valorativos junto con archivos relevantes para la causa desde el año
2009 a la fecha y entre ellos, datos de Afip, Ansses y Superintendencia de Servicios de Salud, entre
otros, los que serán analizados con detenimiento para cuantificar el monto de
la cifra denunciada.
El
hecho en cuestión fue determinante para que medios periodísticos de Córdoba se
hicieran presentes en la sede de Obispo Trejo 365 e
intentaran conseguir alguna nota sobre el tema, lo que resultó muy desagradable
para el equipo de Canal 10 que
intentaba saber cual había sido el problema y fue duramente rechazado por la
titular y responsable del gremio de prensa, la señora Mandakovic, quien recientemente se manifestó democráticamente
en favor de la libertad de prensa, y quien además hace unos meses expulsó
literalmente a los jubilados por “no disponer de fondos” y “sin presupuesto”
para su atención.
Por
otra parte, la preocupación del diezmado personal de la propia obra social y
del gremio, que ha visto afectados sus salarios y aun no cobra haberes
atrasados del año anterior, lo cual está demostrando la incapacidad
administrativa que un grupo de jubilados se atrevió a denunciar frente a la
inoperancia de los estamentos gubernamentales que debían intervenir en ese
momento, haciendo oídos sordos a los reclamos justificados.
De
los 116 jubilados que tenia la obra social en el año 2016 solamente quedan 67
en razón del cambio de obra social del resto, sin contar con numerosos
afiliados efectivos de diversas empresas que se han visto aquejados de diversas
patologías no cubiertas por la hipocresía de quienes pregonan defender a sus
afiliados.
Todo
indica, asimismo, que sería parte de la investigación emergente del
allanamiento, el incierto destino que tuviera una importante suma de dinero
estimada en unos 18 millones de pesos.
CON DANTE
LEGUIZAMON, UNA
CONVERSACIÓN INTERESANTE
El programa "Otra
vuelta de tuerca, conversatorio de la tarde", espacio que conduce el
periodista Dante Leguizamón por esta, nuestra AM580 Radio Universidad, contó
con mi presencia en su emisión de este miércoles, por invitación del joven
colega.
La conversación casi espulgatoria pero respetuosa, para
ser informal en su evaluación, giró alrededor de diversos enfoques de la misma
temática, como lo es el periodismo y la intensa actividad que genera en estos
dinámicos tiempos de la explosión tecnológica y lo que ocurriera en décadas
anteriores más cerca de la precariedad que lo hacía distinto y casi artesanal,
considerando que en mi caso y aunque algunos no lo crean, me apresto a cumplir
60 años de labor ininterrumpida en la misma y apasionante como comprometida profesión,
si la asumimos con responsabilidad y fervor.
Anécdotas, vivencias y
otros interesantes detalles se fueron desgranando a lo largo de una hora, con
activa participación de los oyentes a través de los mensajes que cursaban
telefónicamente al espacio.
Momentos distendidos y situaciones dramáticas también
desfilaron entre dos escribas a quienes separan no tan solo algunas diferencias
políticas e ideológicas sino al menos un par de generaciones teniendo en cuenta
nuestras edades, transcurriendo todo en un marco de respeto profesional como
tributo a la democracia y su ejercicio generando algunas coincidencias propias
de dos personas que abrazaron el periodismo casi como vicio, por encima de la
obligación laboral.
Realmente y a título
personal, debo confesar que me sentí plenamente cómodo, que el diálogo fue
sumamente interesante y de esta calificación puedo dar fé por la innumerable
cantidad de mensajes recibidos en tal sentido, y otras expresiones de
beneplácito.
Por supuesto y sería
anormal que no fuera así, nunca faltan los descerebrados que piensan que dos
personas que piensan distinto tengan que carnearse frente a un micrófono o ante
una cámara.
Esos son los
encubiertos enemigos de la democracia y del imperio del respeto entre dos
periodistas separados por varios años y de ideologías distantes, pero unidos
por una pasión que no tiene banderías políticas.
El audio completo del encuentro entre el joven y
promisorio Dante Leguizamón y el veterano Gonio Ferrari -colegas apasionados-
puede ser ubicado en la parte superior de la columna respectiva, en el costado
derecho de este blog.
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