13 de mayo de 2018

S.L.B.: SI HUBIÉRAMOS AHORRADO DURANTE LA BONANZA... - ACUARTELAMIENTO Y MOTÍN POLICIAL - SUFRIMOS INSUPERABLE INSEGURIDAD - LA MEGACAUSA Y UN IMAGINARIO DEBATE - LAS REDES SOCIALES, GIGANTESCO CONVENTILLO - EL VETO PRESIDENCIAL Y LA MEMORIA - EN HELICÓPTERO... A VENEZUELA, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición n° 516 del domingo 13/05/18 emitido en dúplex por AM580 y FM88.5 ambas de Radio Universidad de Córdoba.

SI HUBIÉRAMOS AHORRADO…
 
   El abogado radical Mario Negri, diputado nacional por Córdoba, cariñosamente conocido en los cenáculos y mentideros políticos como “Lobo del aire” por aquel accidente de helicóptero en el que providencialmente salvara su vida, pronunció un encendido discurso en medio de la sesión especial por ajustes de tarifas, acusando al gobierno anterior de haber "incendiado la Argentina" y de tener una doble vara por haber protegido durante su gestión de aquellos años al empresario Cristóbal López, sospechado de haberse quedado con 8 mil millones de pesos que tendrían que haber sido girados al Fisco.
La AFIP, que dependía de un ex ministro de Economía que es colega nuestro, refiriéndose al joven Axel Kicillof, cuando el empresario Cristóbal López se quedó con 8 mil palos del bolsillo de la gente, ni se calentó, ni se mosqueó por exigirle un peso", dijo Negri subiendo el tono de su voz.
"No vengan a discutir por izquierda acá cuando metieron debajo de la cama a uno de los empresarios que más estafó con energía al Estado, mientras quien era ministro de Economía miraba para el costado", insistió Negri.
Su cierre fue tajante, al sostener  "Ustedes provocaron un incendio en la Argentina y hoy vienen a proponer que entren los que todavía no lo hicieron".
    Al cruce de Negri salió, desde el kirchnerismo, el santafesino Agustín Rossi, ex ministro de la gestión “K” sosteniendo que la gente de Cambiemos carecía de autoridad moral para descalificarlos y se despachó sosteniendo textualmente: "Ustedes no tienen autoridad moral para descalificarnos" porque "tienen un gobierno que está más sucio que los baños de Retiro".
"Estamos haciendo un enorme esfuerzo para tratar de darle una solución a los argentinos. El oficialismo, cuando no tiene argumentación, busca la descalificación", afirmó el ex funcionario kirchnerista.
   Después Negri comenzó a enumerar hechos salientes del despilfarro kirchnerista que sumando las cifras que aportó el legislador por Córdoba, se alcanzaría con creces el dinero que pondría a nuestra disposición -dicen que “por las dudas”- el FMI, organismo al que llamo Fondo Monetario Intramuscular porque siempre nos vacuna.
   Dentro de todos los detalles aportados, recalcó los dineros malgastados en fútbol para todos que eran del Ansses o lo que se erogó en energía, más otras cuestiones puntuales.
   Y pensando para adentro, es para afirmar cuán distintas serían las cosas si en lugar de la cultura selectivamente dispendiosa hubiéramos cultivado la costumbre del ahorro, en tiempos de las vacas gordas para evitarnos el triste papel de casi menesterosos apelando al usurero para pagar cuentas ajenas.
   Será el futuro no muy lejano, quien se encargue de poner las cosas en claro, para establecer quiénes fueron los ladrones que nos robaron nuestra merecida grandeza.
   Los de antes o los de ahora, pero tenemos la patriótica necesidad de ser destinatarios de la verdad.

ACUARTELAMIENTO, MOTÍN E IMPUNIDAD

   Fue en un diciembre de años atrás, cuando ante la proximidad de las fiestas vivíamos un clima de casi felicidad, que los cordobeses nos sorprendimos ante un violento motín policial que hizo naufragar todo aquello relacionado con la cordura, la responsabilidad y el deber de protegernos.
   La policía en gran número de efectivos se alzó contra la ley demandando mejoras y otras exigencias, dejando a la población librada a la delincuencia que ya se había adueñado -y aún persiste esa impresión- de algunos barrios alejados del centro.
   Con las primeras oscuridades del día inicial de la rebelión comenzaron los asaltos domiciliarios y los saqueos a negocios, especialmente supermercados no tan sólo para robar alimentos, sino que el botín más preciado eran los electrodomésticos y dentro de ellos, los televisores de gran tamaño.
   Mientras tanto y seguramente requerido por otras obligaciones personalmente más importantes, el Dr. José Manuel de la Sota andaba de gira por el exterior y si mal no recuerdo, por su amado Brasil y por Venezuela.
   No volvió con urgencia a Córdoba como uno supone era su obligación, hasta que terminó el motín que fue luego motivo para una acción judicial que terminó en juicio contra más de medio centenar de oficiales y posiblemente algunos de menor jerarquía, que debieron responder por aquella alocada acción.
   Vinieron las acusaciones, los alegatos, las defensas de los uniformados y finalmente nadie fue condenado a alguna pena relevante, como era de esperarse frente a la gravedad de todo lo acaecido en una ciudad que quedó librada a su suerte, con vecinos armados en defensa de sus familias y de sus bienes y abandonados por su fuerza de seguridad.
   Más que penas, fue como cuando éramos niños y nos sorprendían en una travesura inocente, con una especie de cariñosa reprimenda que los mayores le llamaban “chas chas, cola”, con toda ternura.
   Pero el resultado es grave a priori, porque el principio de autoridad vulnerado parece no haber sido tenido en cuenta, y menos aún el padecimiento de miles de cordobeses que debieron vivir sobre ascuas en horas tan espantosas como casi eternas.
   Y lo peor de todo, es que ha quedado consagrada una vez más la impunidad, como para que en la primera de cambio, algún delirante pretenda reinstalar aquellos terribles días de zozobra.
   Y no nos asombremos si los vecinos llegan a unirse para actuar en defensa propia.
  
INSUPERABLE INSEGURIDAD
   La verdad, los cordobeses no podemos sentirnos orgullosos de quienes debieran cuidarnos las vidas y proteger nuestros bienes, desde el momento que no saben, no quieren o no pueden cuidarse entre ellos.
   La inseguridad ha superado ya todos los récords en materia de ineficiencia frente al hampa que parece tecnificarse a más alto nivel que las fuerzas del orden, seguramente porque al crecer desmedidamente el narcotráfico, crecen también las utilidades de ese sector marginal de la ley para dotarse de la más moderna tecnología al servicio del delito.
   Una parte de la responsabilidad de lo que viene ocurriendo es por la debilidad de las sanciones que prevé la ley y suele ocurrir que el acusado de un delito sale antes de donde estuvo detenido que el policía que fue a dejar sentado un procedimiento.
   La blandura de muchas leyes, el garantismo y el descontrol en el cuidado de la aplicación de las penas, son otros de los elementos que conspiran contra la lucha que muchos honestos policías encaran contra el hampa.
   El vecino ahora debe armarse de una especie de manual de procedimiento para saber de qué manera actuar frente a una contingencia que le obligue a defenderse personalmente, a su familia y a su propiedad.
   Es tan fina la distancia entre defenderse y ser criminal, que eso acobarda a cualquiera que tenga pensado actuar frente a un hecho delictivo del que resultare víctima.
   Así las cosas, los ladrones, homicidas, arrebatadores, carteristas y toda la runfla al margen de la ley y de la convivencia, estarán de fiesta porque saben que cuentan con la mejor protección a la que pueden aspirar, que se llama impunidad.
   Y contra eso, está demostrado que cualquier buena intención no sirve para nada.

LA MEGACAUSA Y UN DEBATE IMAGINARIO
   Sería interesantísimo presenciar  un debate  rescatando expresiones  vertidas en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba.  
   De un lado, por ejemplo, la de un prestigioso abogado y docente universitario, quien manifestó que se enfrentaba a una prueba diabólica porque debía probar “algo que no es”, contrario al derecho que establece que el acusador debe probar los hechos.  
   El Colegio de Abogados de Córdoba y la Federación Argentina de Colegios de Abogados, que se pronunciaron en contra de la prisión preventiva sistemática que transgrede el principio de inocencia y la garantía de libertad.
   El Dr. Luis Jiménez, de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quien cuestionó la paradoja de encerrar a alguien para ver “si hay que encerrarlo”.  
   El INECIP  y el Centro de Estudios Legales y Sociales, manifestando la falta de justificación de la prisión preventiva y  el Servicio de Paz y Justicia, que además advirtió sobre las sanciones  por la falta de cumplimiento de garantías y pactos internacionales.
   La Corte Suprema de Justicia de la Nación, ordenando  a Córdoba cumplir con la normativa constitucional y  la Organización de las Naciones Unidas dictaminando arbitrariedad en la prisión de la causa.  
   La verdad, un barrón.
   Del otro lado, al menos lo que se ve, una comisión especial designada para la causa, que, en general, resulta ciega, sorda y muda a los alegatos anteriores.
   La Asociación de Pensamiento Penal  dice que un inocente preso es el más estrepitoso fracaso de la razón, una situación donde la atrocidad y la apatía se confunden lastimosamente.
   No podría adelantarme al resultado de tal debate, pero a la luz de los actores, lo expresado y los absueltos después de años de prisión,  es probable que dicha declaración se ajuste, aunque usted no lo crea, a medida a esta causa.

LAS REDES, GIGANTESCO CONVENTILLO
   La verdad, no tengo del todo claro eso del respeto hacia el prójimo en el tratamiento de cualquier situación por intermedio de las redes sociales, ese gigantesco conventillo universalizado por la modernidad y la tecnología.
   Todo indica, a la luz de lo que trasciende y por experiencias propias, que cualquier fulano cree tener derecho al escrache, al insulto, a la degradación de cualquier otro ser humano, de quien lo separe alguna diferencia o ambas partes sean protagonistas de algún tipo de conflicto ya sea político, comercial, familiar, deportivo o de cualquier otro orden.
   Si no estoy mal informado existen dos códigos, uno penal y otro civil en el que se establecen pautas de convivencia y se penaliza a quienes las violan, pero en el aspecto de las redes sociales y su inusitado alcance, parece existir un vacío legal que no contemplaría las transgresiones.
   Aquello de las calumnias e injurias me comentaron que casi no corre, razón por la cual interpreto que no son pocos los que se amparan en esa carencia, para despacharse con tutti en ofender, menoscabar, insultar y acordarse de toda la familia de su contrincante en todo diferendo así sea trascendente, barrial o vecinal.
  Habrá que esperar que los legisladores se ocupen de llenar este vacío, porque como están las cosas, el día que se inventen el revólver, el fusil o la ametralladora a través de internet, lo que ahora es ese gigantesco conventillo, pasará a ser un paredón al alcance de cualquiera.

EL VETO Y LA MEMORIA
   Como el veto es un mecanismo previsto por la ley, la Constitución y la costumbre, prefiero no entrar en tantos detalles técnicos por el peligro de ir a parar a la banquina y eso no es grato para nadie.
   En materia de vetos la historia argentina tiene ejemplos para exportar, pero vamos a los hechos más recientes, aunque algunos padezcan una especie de precoz amnesia.
   Hace pocos días el presidente Macri cometiendo un sincericidio, anticipó que salga como salga el tema del aborto, ni siquiera ha pensado vetarlo y más aún, aseguró que no lo vetaría.
   Pero distinto fue el temperamento cuando se refirió a la cuestión del congelamiento o como le quieran llamar, de las tarifas de servicios más otros detalles, y avisó que si salía desfavorable a la postura del poder, lo vetaría.
   Por supuesto que le saltaron a la yugular acusándolo de antipatria, de insensibilidad frente a las necesidades de la gente especialmente de los más humildes y toda la artillería que la oposición utiliza para estos casos, con una enjundia que siendo gobierno no supo tener.
   Y es allí o mejor dicho ahora si de tiempos hablamos, que surgen aquellos afectados por una selectiva amnesia, que los lleva a borrar de la memoria todo lo que con el tiempo se pudiera transformar en cuestionable.
   Para qué seguir dando detalles, si cualquiera se imagina que la señora que ahora quiere volver y su partido no la deja, vetó una ley que sí, en ese momento, buscaba proteger a uno de los sectores más castigados, olvidados y humillados de la sociedad que son los jubilados.
   Sosteniendo que pagarles el 82 por ciento de ley, el Estado tendría que declararse en quiebra, lo vetó sin más ni más.
   Lo que después ocurrió y ahora demasiado lentamente se viene descubriendo, apuntala la certeza que el país no hubiera quedado al borde de su desintegración económica, si el saqueo hubiera sido moderado o no hubiera existido.
   Por eso, el veto suele ser tan caprichoso como si fuera adolescente, aunque sea tan viejo como la espalda.
   Porque lo único que no envejece, si uno no lo quiere, es la memoria…

EN HELICÓPTERO… A VENEZUELA
   Hay algo parecido a la desesperación por ir agregando afiliados al “Club del Helicóptero” alimentado por lo que ahora es no asumida oposición que por todos los medios alienta y fogonea la insurrección popular olvidando que ellos trataban de destituyentes a todos los que osaran pensar distinto al modelo nacional  y popular.
   El helicóptero es sin dudas el emblema de la huida, de los que a lo mejor con buenos modales fueron echados a patadones, o de aquellos que en salvaguarda de su integridad prefirieron el exilio lo más cómodo que pudieran alcanzar.
   Pero ahora, para que haya posibilidades de elegir, se han conocido, bahhh, mejor dicho se han instalado en la flaca memoria de los argentinos, algunos detalles que bien pueden servir para que los amantes del modelo bolivariano, tengan la dicha de viajar a Venezuela y convivir con lo que sí es una crisis mucho más aguda que la nuestra.
   Entremos entonces a los detalles, algunos de indudable origen técnico-económico.
   En los mercados internacionales del dinero nadie practica la beneficencia. Al respecto y tomando datos periodísticos de la época (excluyendo a Clarín), conviene hacer una contribución a la memoria, con detalles en los que el FMI no interviene, sino en este caso un amigo de la Argentina. O sea que para el caso, el FMI y el modelo de generosidad venezolana es lo mismo.
   La relación entre Hugo Chávez y el gobierno argentino data de cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia. Más allá de la "afinidad" entre ambos, el gobierno de Caracas fue un gran colaborador económico del kirchnerismo, valijas de Antonini Wilson aparte.
   Argentina, con el mercado de deuda cerrado y tratando de salir del default, encontró en la billetera venezolana un fiel aliado. La estrecha relación fue señalada también por el ex candidato a presidente Henrique Capriles cuando "denunció" que Chávez envió 3.000 millones de dólares para ayudar al pago al FMI en 2007 durante la última campaña electoral.  
   Hugo Chávez fue generoso con la administración de Néstor Kirchner.
   Se calcula –según datos del Ministerio de Economía de esa época– que compró bonos por al menos 5.600 millones de dólares el 2005 hasta el 2008 (su última incursión en forma oficial). Las "operaciones de crédito público", como se la llama a la emisión de bonos hacia Caracas, fueron constantes durante la administración kirchnerista en su primera etapa.
   Chávez era uno de los que financiaban cuando el mercado le daba vuelta la cara a la Argentina. Participó de compras de títulos emblemáticos como el Boden 12 (una ampliación que se hizo luego de ser emitido en 2002 para salir del corralito), el Boden 2015, Bonar 10 y los Bonos del Sur.
   En 2005 fueron colocados a Venezuela 1.563 millones de dólares en Boden 2012 y en 2006 otros 2.865 millones de verdes. O sea, una cuarta parte de los 17.525 millones de Boden 2012 que terminó de cancelarse  habían ido a parar a Caracas.
   En 2008, en una de las últimas operaciones de deuda con la Argentina, Venezuela compró en forma directa 1.000 millones del Boden 15.

   No fue gratuito para nuestro país: convalidó una tasa de casi 16 por ciento en dólares, la misma que pagó Domingo Cavallo durante el megacanje de 2001.

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