Desgrabación de los comentarios del periodista
Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición n° 516 del domingo
13/05/18 emitido en dúplex por AM580 y FM88.5 ambas de Radio Universidad de
Córdoba.
SI HUBIÉRAMOS AHORRADO…
El abogado radical Mario Negri, diputado
nacional por Córdoba, cariñosamente conocido en los cenáculos y mentideros
políticos como “Lobo del aire” por aquel accidente de helicóptero en el que
providencialmente salvara su vida, pronunció un encendido discurso en medio de la sesión especial por ajustes de tarifas,
acusando al gobierno anterior de haber
"incendiado la Argentina" y de tener una doble vara por haber
protegido durante su gestión de aquellos años al empresario Cristóbal López,
sospechado de haberse quedado con 8 mil
millones de pesos que tendrían que haber sido girados al Fisco.
La AFIP,
que dependía de un ex ministro de Economía que es colega nuestro, refiriéndose
al joven Axel Kicillof, cuando el empresario Cristóbal López se quedó con 8 mil
palos del bolsillo de la gente, ni se
calentó, ni se mosqueó por exigirle un peso", dijo Negri subiendo
el tono de su voz.
"No vengan a discutir por izquierda acá
cuando metieron debajo de la cama a uno
de los empresarios que más estafó con energía al Estado, mientras quien
era ministro de Economía miraba para el costado", insistió Negri.
Su cierre fue tajante, al sostener "Ustedes
provocaron un incendio en la Argentina y hoy vienen a proponer que
entren los que todavía no lo hicieron".
Al cruce de Negri salió, desde el
kirchnerismo, el santafesino Agustín
Rossi, ex ministro de la gestión “K” sosteniendo que la gente de
Cambiemos carecía de autoridad moral para descalificarlos y se despachó
sosteniendo textualmente: "Ustedes no
tienen autoridad moral para descalificarnos" porque "tienen un
gobierno que está más sucio que los baños de Retiro".
"Estamos haciendo un enorme esfuerzo para
tratar de darle una solución a los argentinos. El oficialismo, cuando no tiene
argumentación, busca la descalificación",
afirmó el ex funcionario kirchnerista.
Después
Negri comenzó a enumerar hechos salientes del despilfarro kirchnerista que
sumando las cifras que aportó el legislador por Córdoba, se alcanzaría con
creces el dinero que pondría a nuestra disposición -dicen que “por las dudas”- el
FMI, organismo al que llamo Fondo Monetario Intramuscular porque siempre nos
vacuna.
Dentro
de todos los detalles aportados, recalcó los dineros malgastados en fútbol para
todos que eran del Ansses o lo que se erogó en energía, más otras cuestiones
puntuales.
Y
pensando para adentro, es para afirmar cuán distintas serían las cosas si en
lugar de la cultura selectivamente dispendiosa hubiéramos cultivado la
costumbre del ahorro, en tiempos de las vacas gordas para evitarnos el triste
papel de casi menesterosos apelando al usurero para pagar cuentas ajenas.
Será el
futuro no muy lejano, quien se encargue de poner las cosas en claro, para
establecer quiénes fueron los ladrones que nos robaron nuestra merecida
grandeza.
Los de
antes o los de ahora, pero tenemos la patriótica necesidad de ser destinatarios
de la verdad.
ACUARTELAMIENTO, MOTÍN E IMPUNIDAD
Fue en
un diciembre de años atrás, cuando ante la proximidad de las fiestas vivíamos
un clima de casi felicidad, que los cordobeses nos sorprendimos ante un
violento motín policial que hizo naufragar todo aquello relacionado con la
cordura, la responsabilidad y el deber de protegernos.
La
policía en gran número de efectivos se alzó contra la ley demandando mejoras y
otras exigencias, dejando a la población librada a la delincuencia que ya se
había adueñado -y aún persiste esa impresión- de algunos barrios alejados del
centro.
Con las
primeras oscuridades del día inicial de la rebelión comenzaron los asaltos
domiciliarios y los saqueos a negocios, especialmente supermercados no tan sólo
para robar alimentos, sino que el botín más preciado eran los electrodomésticos
y dentro de ellos, los televisores de gran tamaño.
Mientras tanto y seguramente requerido por otras obligaciones
personalmente más importantes, el Dr. José Manuel de la Sota andaba de gira por
el exterior y si mal no recuerdo, por su amado Brasil y por Venezuela.
No
volvió con urgencia a Córdoba como uno supone era su obligación, hasta que
terminó el motín que fue luego motivo para una acción judicial que terminó en
juicio contra más de medio centenar de oficiales y posiblemente algunos de
menor jerarquía, que debieron responder por aquella alocada acción.
Vinieron las acusaciones, los alegatos, las defensas de los uniformados
y finalmente nadie fue condenado a alguna pena relevante, como era de esperarse
frente a la gravedad de todo lo acaecido en una ciudad que quedó librada a su
suerte, con vecinos armados en defensa de sus familias y de sus bienes y
abandonados por su fuerza de seguridad.
Más que
penas, fue como cuando éramos niños y nos sorprendían en una travesura
inocente, con una especie de cariñosa reprimenda que los mayores le llamaban
“chas chas, cola”, con toda ternura.
Pero el
resultado es grave a priori, porque el principio de autoridad vulnerado parece
no haber sido tenido en cuenta, y menos aún el padecimiento de miles de
cordobeses que debieron vivir sobre ascuas en horas tan espantosas como casi
eternas.
Y lo peor de todo, es que ha quedado
consagrada una vez más la impunidad, como para que en la primera de cambio,
algún delirante pretenda reinstalar aquellos terribles días de zozobra.
Y no
nos asombremos si los vecinos llegan a unirse para actuar en defensa propia.
INSUPERABLE INSEGURIDAD
La
verdad, los cordobeses no podemos sentirnos orgullosos de quienes debieran
cuidarnos las vidas y proteger nuestros bienes, desde el momento que no saben,
no quieren o no pueden cuidarse entre ellos.
La
inseguridad ha superado ya todos los récords en materia de ineficiencia frente
al hampa que parece tecnificarse a más alto nivel que las fuerzas del orden,
seguramente porque al crecer desmedidamente el narcotráfico, crecen también las
utilidades de ese sector marginal de la ley para dotarse de la más moderna
tecnología al servicio del delito.
Una
parte de la responsabilidad de lo que viene ocurriendo es por la debilidad de
las sanciones que prevé la ley y suele ocurrir que el acusado de un delito sale
antes de donde estuvo detenido que el policía que fue a dejar sentado un
procedimiento.
La
blandura de muchas leyes, el garantismo y el descontrol en el cuidado de la
aplicación de las penas, son otros de los elementos que conspiran contra la
lucha que muchos honestos policías encaran contra el hampa.
El
vecino ahora debe armarse de una especie de manual de procedimiento para saber
de qué manera actuar frente a una contingencia que le obligue a defenderse personalmente,
a su familia y a su propiedad.
Es tan
fina la distancia entre defenderse y ser criminal, que eso acobarda a cualquiera
que tenga pensado actuar frente a un hecho delictivo del que resultare víctima.
Así las
cosas, los ladrones, homicidas, arrebatadores, carteristas y toda la runfla al
margen de la ley y de la convivencia, estarán de fiesta porque saben que
cuentan con la mejor protección a la que pueden aspirar, que se llama
impunidad.
Y contra
eso, está demostrado que cualquier buena intención no sirve para nada.
LA MEGACAUSA Y UN DEBATE IMAGINARIO
Sería
interesantísimo presenciar un debate rescatando
expresiones vertidas en la causa del
Registro de la Propiedad de Córdoba.
De un
lado, por ejemplo, la de un prestigioso abogado y docente universitario, quien
manifestó que se enfrentaba a una prueba diabólica porque debía probar “algo
que no es”, contrario al derecho que establece que el acusador debe probar los
hechos.
El Colegio de Abogados de Córdoba y la
Federación Argentina de Colegios de Abogados, que se pronunciaron en contra de
la prisión preventiva sistemática que transgrede el principio de inocencia
y la garantía de libertad.
El Dr.
Luis Jiménez, de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, quien cuestionó la paradoja de encerrar a alguien para ver
“si hay que encerrarlo”.
El
INECIP y el Centro de Estudios Legales y Sociales, manifestando la
falta de justificación de la prisión preventiva y el Servicio de Paz
y Justicia, que además advirtió sobre las sanciones por la falta de
cumplimiento de garantías y pactos internacionales.
La
Corte Suprema de Justicia de la Nación, ordenando a Córdoba cumplir
con la normativa constitucional y la Organización de las Naciones
Unidas dictaminando arbitrariedad en la prisión de la causa.
La
verdad, un barrón.
Del
otro lado, al menos lo que se ve, una comisión especial designada para la
causa, que, en general, resulta ciega, sorda y muda a los alegatos anteriores.
La
Asociación de Pensamiento Penal dice que un inocente preso es el más
estrepitoso fracaso de la razón, una situación donde la atrocidad y la apatía
se confunden lastimosamente.
No
podría adelantarme al resultado de tal debate, pero a la luz de los actores, lo
expresado y los absueltos después de años de prisión, es
probable que dicha declaración se ajuste, aunque usted no lo crea, a
medida a esta causa.
LAS REDES, GIGANTESCO CONVENTILLO
La
verdad, no tengo del todo claro eso del respeto hacia el prójimo en el
tratamiento de cualquier situación por intermedio de las redes sociales, ese
gigantesco conventillo universalizado por la modernidad y la tecnología.
Todo
indica, a la luz de lo que trasciende y por experiencias propias, que cualquier
fulano cree tener derecho al escrache, al insulto, a la degradación de
cualquier otro ser humano, de quien lo separe alguna diferencia o ambas partes
sean protagonistas de algún tipo de conflicto ya sea político, comercial,
familiar, deportivo o de cualquier otro orden.
Si no
estoy mal informado existen dos códigos, uno penal y otro civil en el que se
establecen pautas de convivencia y se penaliza a quienes las violan, pero en el
aspecto de las redes sociales y su inusitado alcance, parece existir un vacío
legal que no contemplaría las transgresiones.
Aquello
de las calumnias e injurias me comentaron que casi no corre, razón por la cual
interpreto que no son pocos los que se amparan en esa carencia, para
despacharse con tutti en ofender, menoscabar, insultar y acordarse de toda la
familia de su contrincante en todo diferendo así sea trascendente, barrial o
vecinal.
Habrá
que esperar que los legisladores se ocupen de llenar este vacío, porque como
están las cosas, el día que se inventen el revólver, el fusil o la
ametralladora a través de internet, lo que ahora es ese gigantesco conventillo,
pasará a ser un paredón al alcance de cualquiera.
EL VETO Y LA MEMORIA
Como el
veto es un mecanismo previsto por la ley, la Constitución y la costumbre,
prefiero no entrar en tantos detalles técnicos por el peligro de ir a parar a
la banquina y eso no es grato para nadie.
En
materia de vetos la historia argentina tiene ejemplos para exportar, pero vamos
a los hechos más recientes, aunque algunos padezcan una especie de precoz
amnesia.
Hace
pocos días el presidente Macri cometiendo un sincericidio, anticipó que salga como
salga el tema del aborto, ni siquiera ha pensado vetarlo y más aún, aseguró que
no lo vetaría.
Pero
distinto fue el temperamento cuando se refirió a la cuestión del congelamiento
o como le quieran llamar, de las tarifas de servicios más otros detalles, y
avisó que si salía desfavorable a la postura del poder, lo vetaría.
Por
supuesto que le saltaron a la yugular acusándolo de antipatria, de
insensibilidad frente a las necesidades de la gente especialmente de los más
humildes y toda la artillería que la oposición utiliza para estos casos, con
una enjundia que siendo gobierno no supo tener.
Y es
allí o mejor dicho ahora si de tiempos hablamos, que surgen aquellos afectados
por una selectiva amnesia, que los lleva a borrar de la memoria todo lo que con
el tiempo se pudiera transformar en cuestionable.
Para
qué seguir dando detalles, si cualquiera se imagina que la señora que ahora
quiere volver y su partido no la deja, vetó una ley que sí, en ese momento,
buscaba proteger a uno de los sectores más castigados, olvidados y humillados
de la sociedad que son los jubilados.
Sosteniendo que pagarles el 82 por ciento de ley, el Estado tendría que
declararse en quiebra, lo vetó sin más ni más.
Lo que
después ocurrió y ahora demasiado lentamente se viene descubriendo, apuntala la
certeza que el país no hubiera quedado al borde de su desintegración económica,
si el saqueo hubiera sido moderado o no hubiera existido.
Por
eso, el veto suele ser tan caprichoso como si fuera adolescente, aunque sea tan
viejo como la espalda.
Porque
lo único que no envejece, si uno no lo quiere, es la memoria…
EN HELICÓPTERO… A VENEZUELA
Hay algo
parecido a la desesperación por ir agregando afiliados al “Club del
Helicóptero” alimentado por lo que ahora es no asumida oposición que por todos
los medios alienta y fogonea la insurrección popular olvidando que ellos trataban
de destituyentes a todos los que osaran pensar distinto al modelo nacional y popular.
El
helicóptero es sin dudas el emblema de la huida, de los que a lo mejor con
buenos modales fueron echados a patadones, o de aquellos que en salvaguarda de
su integridad prefirieron el exilio lo más cómodo que pudieran alcanzar.
Pero
ahora, para que haya posibilidades de elegir, se han conocido, bahhh, mejor
dicho se han instalado en la flaca memoria de los argentinos, algunos detalles
que bien pueden servir para que los amantes del modelo bolivariano, tengan la
dicha de viajar a Venezuela y convivir con lo que sí es una crisis mucho más
aguda que la nuestra.
Entremos entonces a los detalles, algunos de indudable origen
técnico-económico.
En los mercados internacionales del dinero nadie
practica la beneficencia. Al respecto y tomando datos periodísticos de la época
(excluyendo a Clarín), conviene hacer una contribución a la memoria, con
detalles en los que el FMI no interviene, sino en este caso un amigo de la
Argentina. O sea que para el caso, el FMI y el modelo de generosidad venezolana
es lo mismo.
La relación
entre Hugo Chávez y el gobierno
argentino data de cuando Néstor Kirchner asumió la presidencia. Más
allá de la "afinidad" entre ambos, el gobierno de Caracas fue
un gran colaborador económico del
kirchnerismo, valijas de Antonini Wilson aparte.
Argentina, con el mercado de deuda cerrado y
tratando de salir del default, encontró en la billetera venezolana un fiel aliado. La estrecha relación fue
señalada también por el ex candidato a presidente Henrique Capriles cuando
"denunció" que Chávez envió
3.000 millones de dólares para ayudar al pago al FMI en 2007 durante la última campaña
electoral.
Hugo Chávez fue generoso con la
administración de Néstor Kirchner.
Se calcula –según datos del Ministerio de
Economía de esa época– que compró bonos por al menos 5.600 millones de dólares el 2005 hasta el 2008 (su
última incursión en forma oficial). Las "operaciones de crédito
público", como se la llama a la emisión de bonos hacia Caracas, fueron
constantes durante la administración kirchnerista en su primera etapa.
Chávez era uno de los que financiaban cuando
el mercado le daba vuelta la cara a la Argentina. Participó de compras de
títulos emblemáticos como el Boden
12 (una ampliación que se hizo luego de ser emitido en 2002 para
salir del corralito), el Boden
2015, Bonar 10 y
los Bonos del Sur.
En 2005 fueron colocados a Venezuela 1.563 millones de dólares en Boden 2012 y
en 2006 otros 2.865 millones de verdes. O sea, una cuarta parte de los 17.525
millones de Boden 2012 que terminó de cancelarse habían ido a parar a Caracas.
En 2008, en una de las últimas operaciones de deuda con la Argentina,
Venezuela compró en forma directa
1.000 millones del Boden 15.
No fue gratuito para nuestro país: convalidó
una tasa de casi 16
por ciento en dólares, la misma que pagó Domingo Cavallo durante el megacanje de 2001.
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