ATACADO DE ANGUSTIA Y DEPRESION,
LAZARO BAEZ QUIERE IRSE A SU CASA
Al fin
y al cabo con enorme respeto por los derechos humanos, es que cualquier
argentino pudo suponer que en ciertos casos la indulgencia y una postura
humanitaria, imponían un tratamiento preferencial hacia esa “nave insignia” del
kirchnerismo saqueador, responsable -en lo que por ahora se sabe- de uno de los
despojos más alucinantes que registran las páginas de nuestra rica historia.
El
dueño de las bóvedas, variedad de escondrijos y “canutos”, al amparo de lo que
pensó y en ese sentido especularon sus encumbrados mandantes, que gozarían la
eternidad y la indemnidad del poder, concretó multimillonarias compras como
testaferro por sumas siderales, y pasaron a su compartido y societario
patrimonio empresas, inversiones, cuantioso efectivo y otras adquisiciones.
Pero
las cosas no se dieron como lo apetecían los dignatarios del modelo nacional y
popular, pero ya era demasiado tarde para los súbitos arrepentimientos y arranques
de honestidad, más aún cuando al igual que la autocrítica el mea culpa jamás
existió, hasta el punto que muchos funcionarios pensaban que eso -el “mea
culpa”- era “tomar diuréticos” y luego
confesar haberse hecho encima.
Y como si a los números de los malestares
físicos a Lázaro Baez se los hubiera manejado el Indec de sus buenos tiempos,
había bajado en realidad 4 kilos pero el preso -alojado en el penal de Ezeiza
donde hace gala de su proverbial generosidad y le paga la comida a varios
reclusos- acusaba, enjuto y dolorido, una pérdida de 16 kilos.
Uno de
sus abogados, en las últimas horas, solicitó a través de un escrito para que
“de manera urgente le otorguen la prisión domiciliaria” porque según su
apreciación, “padece un estado depresivo ansioso”.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi-3r6GZGpuKg6gWxxSnlu95Fmb1oTpSJqC1im5hjr1r2QZE24HX_swkzGP_T4_fB12SlMqE7vAf7gcIIv8eIfZobaqMADAihFXGNjl3iWMPjg7J8FGh50Krkso4-I5wbz1WqI-DPUe4-k/s320/GONIO-191016-LAZARO+UNA+MONEDITA+POR+FAVOR.jpg)
Sin
embargo, en un nuevo escrito, el abogado del gran preso, Maximiliano Rusconi,
insistió con que "Báez padece
de sobrepeso, sedentarismo y dislipemia, con diabetes tipo II de 7 años
de evolución, además de hipertensión arterial y adicionalmente, asma bronquial
leve persistente y gastritis crónica en tratamiento", sumando a todo esto
que su defendido presenta una "alta
morbimortalidad de acuerdo a su edad" (60 años), y añade que a
esto se suma "el estrés constante al que está expuesto producto de su
detención" lo que le genera "un aumento de sus niveles de adrenalina
y cortisol, con el desequilibrio metabólico".
Resumiendo,
solo le falta la caspa.
Y si es
por el estrés y la ansiedad que agobia a los reclusos, abramos todas las
celdas, viva la joda y clausuremos las cárceles.
Como
respuesta, el cuerpo forense le informó al Fiscal Casanello -aún vivo y sin vocación
suicida- que el bueno de Lázaro "se
presenta lúcido, afebril, hemodinámicamente compensado, orientado en
tiempo y espacio" y destacaron: "Sin signo de enfermedad física aguda
en evolución".
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi75qrKx9l7oAPe0W7JSWSiC_Goda6Tq-rxhQCtwJ4FoMtlbGgi2FMwSkipM4B6YKxl-RlUczpI0dt9Rh8y2f_xhDK8czgIsGLXr_6P9tGyZMpfH5F5J1Nx9XY3HwzlH3mfcPeYP5tIjWE/s320/GONIO-191016-LAZARO+BAEZ+FOTO+FLACO+SIN+REJAS.jpg)
Tiene
al menos una década para purgar sus delitos que ya dejaron de ser sospechas.
Aunque
en verdad con el tiempo veremos que sucede lo de siempre en cuanto a la
consagración de la impunidad: las trenzas políticas y la debilidad de la
justicia llevan a la liberación por los oscuros vericuetos de las
negociaciones, las complicidades y los silencios compartidos.
Y
seguramente cuando salga, después de los abrazos con sus cómplices, abrirá sus
escondites y podrá gozar de nuestro dinero.
No es
una mirada sesgada ni un pronóstico apocalíptico, sino la más pura
interpretación del futuro con base en la memoria y en la historia.
Los
argentinos humillados, ofendidos, menoscabados y despojados, tenemos la
obligación de exigir, más allá del rigor, el simple respeto por lo que dice la
ley.
Y eso
para todos … y todas, debe ser innegociable.
Gonio Ferrari
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