2 de abril de 2017

S.L.B.: CORDOBA Y SU CRECIENTE POBREZA - LOS HÉROES Y LOS OLVIDOS - ALFONSÍN PARTÍA 8 AÑOS ATRÁS - ¡SUPERAMOS AL MILLÓN DE VISTAS! - LA MEGACAUSA DEL REGISTRO – EL PARO GENERAL DEL JUEVES PRÓXIMO - MARCHAS EN DEFENSA DE LA DEMOCRACIA , ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 2/4/17 que difunde AM580 Radio Universidad de Córdoba.
  
¿POR QUÉ NOS OCULTARON TANTA POBREZA?
   De la paradisíaca isla de Angeloz al endeudado cordobesismo delasoteano, los únicos giles que creímos en ambas posturas fuimos precisamente los cordobeses, que no le dejamos al Pocho que cumpliera su mandato, pero si le permitimos a la dupla Gallego-Gringo que se alternaran en el poder y consiguieran lo que parecía imposible dado nuestro potencial, de hacernos más pobres con el paso de sus mandatos.
   La noticia en realidad fue escandalosa, porque casi nadie podía creer que Córdoba tuviera el índice de indigencia más alto del país con el 10,8 por ciento y uno de los más elevados en cuanto a la pobreza, con el  40.5 por ciento.
   Los culpadores que nunca faltan revolearon sus medias y fue poco sutil lo que se habría deslizado desde el Rayador de Queso que algunos le llaman “El panal”, sede del gobierrno provincial.
   Lo que se intenta y está a la vista, es esa intención de equiparar a los últimos gobiernos del peronismo y del radicalismo, como responsables de las consecuencias que ahora se padecen.
   Considero entonces un hallazgo documental las manifestaciones de Javier Horacio Fabre, cuando sostiene que “entre 1984 y 1994 (Gobierno de Angeloz) en Córdoba, los hogares con Necesidades Básicas Insatisfechas apenas superaban el 10 por ciento y la indigencia el 3.
   Entre 1994 y 1998 (Gobierno de Mestre) dicho índice se mantiene estable con tendencia a reducir, a pesar del complicado contexto internacional.
   Es decir que durante los gobiernos radicales (1983-1995 / 1995-1999), se advierte un clarísimo proceso de reducción de la pobreza. Con un índice similar al de Santa Fe y dentro de los cinco más bajos del país, si recordamos que hoy encabezamos el ranking de las Provincias con más pobreza e indigencia de Argentina”.
   Agrega Fabre que “Todo esto tiene una explicación bastante sencilla: durante los Gobiernos de la UCR se destinaban 7 de cada 10 pesos en Inversión Social, mientras que el gobierno actual apenas destina 3 de cada 10. Esta política social de estado repercutía, no solo en los índices de pobreza e indigencia, sino en Educación, Salud y sobretodo en seguridad”.
   Una explicación clarísima, apoyada en estadísticas de entonces.
   Ahora, el drama del agua con el remiendo que le permitieron poner al Grupo Roggio, el conflicto docente, la inseguridad creciente y el abrumador exceso de publicidad son los detalles que si los unimos, conforman un alocado cuadro donde conviven la necesidad, el peligro, la demorada justicia hacia los docentes y el despilfarro en promocionar acciones oficiales, que más que la difusión de obras de gobierno, es una costosa y velada campaña en esta etapa de un año electoral.
   Y no es justo que esto esté sucediendo, porque desnuda intenciones más de perpetuidad a cualquier precio, que una vocación por mejorar la calidad de vida de los cordobeses.
   Y ya están manejando la continuidad del binomio “tomala vos, dámela a mi”, que puede estar personificado en un candidato… o en una candidata.
   Si…
   Esos mismos...
   Hablo de aquellos del vapuleado cordobesismo.


LOS HÉROES Y LOS OLVIDOS  

   Poco ha hecho el paso del tiempo para mitigar el dolor que dejara la guerra de Malvinas, especialmente en las familias de quienes dejaron allí sus esperanzas, su espíritu de lucha y su propia vida.
   Han pasado 35 años y aún se escuchan los reclamos de los sobrevivientes, muchos marginados del mercado laboral, desatendidos en sus requerimientos de apoyo sicológico y no pocos transformados casi en parias, mientras para otros sectores continuaba el festival de subsidios ahora algo atemperado por imperio de cambios y circunstancias.
   Como si la historia reconociera más méritos patrióticos a los que se decían románticos y armados setentistas, que a los que debieron ir a enfrentar la superioridad británica apoyados por una tecnología bélica notoriamente obsoleta e insuficiente, empujados al previsible infierno por el desborde etílico del entonces presidente usurpador de la Casa Rosada.
   No todo está claro en los tantos grupos de ex combatientes que transitan, algunos como autómatas, las oficinas públicas donde confían encontrar un reconocimiento a su sacrificio, a la ofrenda que hicieron a nuestra Patria.
   Problemas internos los desunen, cuando la memoria de los vivos y el respeto por los muertos, debiera ser el motivo aglutinante.
   Algún día llegará la hora de la redención para aquellos que no vacilaron en colocarse muy junto a la muerte, amparados por nuestra bandera, el paupérrimo armamento, el frío calando el alma pero con el heroísmo de no llegar a congelar  sus convicciones.
   Será la hora en que unidos y no tan engañados, como estuvimos al menos aquel 2 de Abril, entonaremos nuestro Himno y lo haremos recordando el sacrificado valor de los soldados argentinos.
   Si no hubiera sido por la derrota y el sacrificio de tantos jóvenes inexpertos guiados por quienes siquiera habían jugado a la batalla naval en papel cuadriculado, todavía tendríamos régimen de facto.
   Una de las patas de la democracia recuperada tiene el multitudinario nombre de los titanes del ’82 -ahora cenizas y recuerdos- cuyo fracaso militar significó que empezáramos a ver una luz de esperanza al final del oprobioso túnel de nuestra historia de aquellos años de plomo, de secuestro, de capucha, de tortura y de muerte.
   Por todo eso, y pidiéndoles perdón, sean eternos nuestros héroes que muchos han optado por olvidar.


RAÚL ALFONSIN, A 8 AÑOS DE SU PARTIDA

   El nuestro debe ser el único país donde los buenos y honestos, para confirmar esas virtudes, tienen que morirse, porque hay otros que sin ser buenos ni honestos, reciben el beneficio de algo así como una bondad post morten.
   Raul Alfonsín nos dejó serenamente, como turbulentos fueron los años de su gobierno con una democracia en pañales, unos pañales que todavía tenían el olor a la caca que le habían dejado los uniformados que se fueron y que nunca -si estamos unidos para defendernos- volverán a usurpar el poder.
   Tanto se habló del gran muerto, que me parece una irreverencia seguir abusando de su recuerdo, porque la malsana y reciente costumbre de arrastrar ataúdes es lo que impide que cicatricen las profundas heridas de los argentinos.
   Nos dejó un estadista en serio.
   Se fue ocho años atrás un ardoroso defensor de lo que actualmente podemos gozar, que es la libertad, que algunos nostálgicos se empeñan en injuriar.
   Que buscó lo mejor para nosotros, frente a un movimiento obrero al servicio de una corriente política cuyos dirigentes no entendieron que los objetivos republicanos, estaban por encima de su beligerancia y de sus apetencias personales.
   Hizo que la Justicia se aplicara a quienes nos diezmaron en esa sucia bacanal de picanas, capuchas, desaparición y muerte.
   Veló por nosotros, no por debilidad, sino para que los dueños de las armas que todavía humeaban ominosas y amenazantes, no volvieran con sus ansias de revancha y su maldito rencor.
   Pero por sobre todas las cosas se murió una buena persona, que como pocos políticos podía darse el gusto de recorrer las calles del país sin custodia, sin vidrios polarizados ni disfraces.
   Si hay algo que sintetice todo lo que hizo Alfonsín por la democracia, se lo digo en pocas palabras, que me cambiaron la vida.
   Hizo que perdiéramos el miedo a ser libres.
   Eso solo, de por si, ya es una enormidad y lo estamos gozando.

SUPERAR EL MILLÓN EN CUALQUIER
ASPECTO, NO DEJA DE SER HAZAÑA

   Es para pensar con plena convicción matemática que llegar a un millón en cualquier aspecto de la vida supone una meta importante, mientras no se trate de deudas, de años de condena o de glóbulos rojos, porque sería anemia.
   Allá por septiembre del año 2015 tomamos conciencia que Google medía tanto visitas como vistas con relación a los blogspot y que el nuestro, www.gonioferrari.com lucía 89.667 de las primeras y 340.974 de las otras y caímos en cuenta que podíamos crecer si continuábamos con el compromiso de respetar la libertad de expresión, no censurar incluso a muchos desorbitados y manteniendo una conducta periodística que nos empujara hacia arriba.
   Pasaron los meses y hoy, con enorme satisfacción queremos compartir la dicha de gritar a los cuatro vientos que estamos en 233.000 visitas y hemos superado el millón de vistas, lo que nos llena de orgullo y nos estimula a seguir en la misma senda.
   Si bien es mayúscula por lo profesional la tarea de quienes nos ponen al aire desde estudios, operadores, locutora (permanente y reemplazantes cada vez que Carola viaja por el mundo) y el apoyo técnico de planta trasmisora, pocos conocen el esfuerzo que realiza la pos producción de “Síganme los buenos”, procurando las desgrabaciones de los comentarios, ilustrando las notas y armando estéticamente el blog, todo con una celeridad admirable.
   Por eso es que todos merecen el mayor de mis agradecimientos al igual que la gente; las autoridades de esta casa radial que nos cobija, la audiencia de “Síganme los buenos” de cada domingo que nos sigue, nos tolera y nos impulsa a continuar en esta lucha diaria -más allá de lo dominical- que con humildad y compromiso busca consolidar la democracia que tanto nos costara reconquistar.
   A todos los que escuchando y participando, opinando, criticando o insultando son parte de nuestro espacio radial, vaya entonces y de corazón el reconocimiento por mantenernos vigentes, segundos en audiencia radial en este segmento horario de 16,30 a 18,30, lo que no es poco.
   Los abrazamos con cariño en el festejo fraternal, mi equipo y yo.

MEGACAUSA DEL REGISTRO

  Les comento que el TEG es un juego de estrategias en el que cada participante intenta conquistar el mundo, para lo cual debe comprar, negociar, atacar o invadir las partes que están en poder de los otros.
  En el año 2005 el Poder Judicial de Córdoba impulsado, según se anunció, por una denuncia gubernamental, dio comienzo a la causa del Registro de la Propiedad, que ha recorrido el mundo entero como ícono de  disputa por la libertad.  
  Y como si fueran las fichas del juego, los imputados entran y salen de la cárcel, tironeados entre un grupo de funcionarios judiciales, la comisión especial, que discute distintos puntos de vista destinados a la apropiación de sus libertades mediante el dictado de la prisión preventiva, y los abogados  defensores, que buscan rescatarlos, intentando recuperar la garantía constitucional bombardeada por el bando oficial.
  En el ir y venir de los dados, es inevitable cuestionarse si es posible que una comisión de personas formadas  y dedicadas durante 12 años a investigar lo mismo, no hayan adquirido ya la experiencia y eficiencia para hacerlo con celeridad y sin necesidad de violentar la ley.
  Porque debe reconocerse, sin defender a nadie en particular, que las acciones de los defensores por mantener a una persona que aún no ha sido juzgada, fuera de la cárcel, no obedecen  a trampas ni a chicanas, sino al más celoso apego y respeto por las reglas del juego, las  que marca la ley.  
  Quienes por el contrario toman atajos, son los funcionarios, y esto dicho con una mano en el corazón, no deja de caer bajo sospecha.

EL PARO DEL JUEVES

   La dirigencia cegetista que nuclea a la columna vertebral del movimiento justicialista, está afinando los detalles para asegurarse el éxito del paro de actividades que, impulsado como quedó demostrado por La Cámpora como parte de su delirante “Operativo helicóptero”, fue programado para el jueves próximo en todo el país, sin actos ni otras manifestaciones como solían hacerse cuando eran combativos más que chamuyeros.
   Dentro de la logística, era fundamental la adhesión de todos los gremios vinculados con el transporte de cualquier distancia como para asegurarse la falta de ese vital servicio y el consecuente ausentismo de sus usuarios, aunque quisieran ir a trabajar.
   Y haciendo honor a su condición aún no caduca de ser la columna vertebral del movimiento justicialista, los directivos de las tres CGT, aunque se hayan replegado como trabajadores y sean prósperos empresarios, son fieles al mandato de las circunstancias que los han llevado a la atomización partidaria, y el instinto de conservación los obliga a una combatividad de telgopor que no convence a nadie.
Pero quienes durante tanto tiempo se sirvieron de ellos, ahora lógicamente les pasaron factura obligándolos a un paro, pero los chicos duros del sector “K” olvidaron lo fundamental que debe tener cualquier cese de actividades: la movilización, la concentración y los encendidos discursos.
    Y no tuvieron en cuenta la modalidad de aplicación de la medida, y pan comido para la dirigencia, que ni lerda ni perezosa se apresuró a decretar que sería sólo paro de actividades por 24 horas en todo el país, pero tipo matero de entresemana, sin actos ni nada parecido.
Entonces, lo fundamental es paralizar al país, para lo cual como ya lo apuntamos, la adhesión del transporte es fundamental.
Pero así planteado el escenario, en la gente está posándose ese bichito de la incertidumbre, cuando cualquiera se pregunta para qué sirve un paro, más allá que para ejercer un derecho constitucional y la certeza de hacer escuchar sus reclamos, que no son pocos dada la situación del país.
Aunque la verdad es una sola, para todos y sin distingos entre oficialistas y opositores; entre peronistas, macristas, comunistas o como quieran pensar; entre obreros y patrones; entre ricos y pobres: hay una sola e inevitable como incuestionable manera de salir adelante.
     Y saldremos adelante sólo trabajando.
Todo lo demás es verso…

MARCHAS: LA HORA DE LAS COMPARACIONES

   No se conoció que hubiera existido alguna convocatoria oficial para defender al presidente, sino la intención casi generalizada de apoyar la continuidad democrática, frente a los agoreros anuncios de los delirantes trasnochados que aún no han asumido la derrota y menos todavía, se han acostumbrado a no tener en sus manos el poder ni la impunidad.
  
Es probable que si hacemos números finitos, la suma de las concurrencias en las plazas donde se manifestó esa actitud de defensa de un sistema como el vigente no llegue a ser varias veces millonaria, pero muchos han sido los aspectos observados en la concreción de las reuniones, como para hacer algunas oportunas comparaciones.
   No había ómnibus donde habitualmente en el gobierno anterior movilizaban a numerosos grupos captados bajo promesas de subsidios o entrega de vales, los que se sumaban a los que lógicamente por convicción acompañaban al modelo nacional y popular.
   En las concentraciones de ayer casi no se observaron pancartas ni carteles ofensivos como anteriormente se estilara, incluso por parte de los que ahora son poder.
   Los cánticos eran mesurados y sin agresiones gratuitas.    
   Todo el mundo, ayer, concurrió a cara limpia sin antifaces, trapos cubriéndoles el rostro ni palos u otras armas, de esas que llevaban por las dudas …
   Si algún símbolo prevaleció en todas estas manifestaciones populares convocadas por voluntariosos adherentes a la democracia a través de las redes sociales -que demostraron su enorme penetración- fueron los colores celeste y blanco.
   El fantasma de la castigada Venezuela era el rostro de lo que en el peor de los casos hubiéramos llegado a ser, navegando en las incertidumbres del descontento, la desmonetización, el descalabro económico y todo lo negativo que para el gobierno anterior no existía, porque los dibujos de las estadísticas eran de lectura y aceptación casi automáticas.
    Ha quedado demostrado, por si hacía falta, que para defender a la democracia no son imprescindibles los ómnibus especiales, el apoyo de los gremios, los viáticos, los carteles amenazantes, las consignas guerreras, los enmascarados blandiendo garrotes ni las sombras de helicópteros.
No hay que regresar al penoso tiempo de las agresiones ni caer en expresiones o actitudes que denoten nerviosismo.

En los que ya conocemos, se notan demasiado …

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