1 de febrero de 2019

Simple evaluación de un acto de campaña

NADA SE HIZO MAL, SE HARÁ DE TODO Y
LA  AMNESIA FUE GRAN PROTAGONISTA
   Antes que nada y fundamentalmente, los cordobeses deben -debemos- tener en cuenta que estamos en un año electoral que promete en muchos aspectos ser vertiginoso, por su doble condición de ring dentro de los partidos o alianzas y de pelea callejera con relación a las campañas proselitistas que desembocan en las urnas.
   La Unicameral, esa patrona de estancia que desde años atrás se disfrazó de recinto para debates en los que siempre se imponen los brazos enyesados de la obediencia debida hacia el otro poder que se dice independiente, fue el escenario para un nuevo mitin como los de antes con todo el folklore, presencias y ausencias y la formalidad que pasa a un plano secundario para dar inicio al período de las sesiones.
   Y habló el Sr. Gobernador casi 50 minutos durante los cuales fue interrumpido por unas cuantas oleadas de aplausos y vítores de las barras adictas que ocuparon los lugares más visibles con sus banderas, estandartes, cartelería y consignas obviamente favorables mientras los otros, los de las protestas y los reclamos, quedaron prolijamente -si cabe el término- confinados en la calle por determinación policial.
   No llamó la atención que por tratarse de un acto institucional dentro de la campaña proselitista (carísisima, que la pagamos todos y nos atosiga por radio y TV) el mandatario provincial anunciara miles de casas, cientos de créditos, mejoras en toda la provincia, redes de gas, atención médica integral, internet gratis en las plazas, conectividad en todo el territorio, licencia para las madres trabajadoras, creación de fuentes laborales, ventajas para la juventud, etc., etc., etc.
   Está bien y hay que entenderlo: para eso gobierna.
   Bueno hubiera sido al menos un cachito así de autocrítica, reconociendo entre otras cosas que en el marco de una crisis pagamos la energía eléctrica más cara del país y que aumentará muy por encima de la inflación como en el 2018, suministrada ciclotímicamente por una empresa deficitaria que retribuye con “sueldos europeos” y premios “a la eficiencia” a sus directivos.
   Que se les escapó la tortuga con la inseguridad pese a que se gastaron millones de pesos en equipamiento tecnológico y numerosa incorporación de personal, pero se le pasó por alto que los índices de delitos vienen aumentando brutalmente, como asimismo la participación de policías en hechos delictivos y todo esto por lo inexplicable de no haber estructurado y aplicado una política integral de seguridad, creyendo que todo se solucionaba con remiendos y alguno que otro alejamiento dentro de la cúpula azul.
   Que ampliarán las atención médica a los cordobeses pero no dijo por qué sobreviven, ni cuando desalojarán a las ratas que se pasean por las salas de espera del Hospital de Niños o por qué no tienen aire acondicionado algunas otras instalaciones del área salud. Nada se escuchó del deplorable estado de varias escuelas, ni por qué reiteran en el receso que para el próximo ciclo serán un modelo edilicio, lo que jamás ocurre.
   Negó -y me pareció incorrecto haberlo dicho para entusiasmar a su barra- que desde la Nación le hubieran enviado buen dinero, cuando advertimos que ciertas fidelidades y apoyos como todo en esta vida, nunca se consiguen gratis tanto de allá para aquí como de aquí para allá. Ni una palabra de la abultada deuda provincial, en algunos casos a casi dos décadas, que posiblemente la pague si consagra su eternidad en el poder o se joderá quien tenga que afrontarla. Y eso de saltear para algún otro momento los errores cometidos, aunque ni a eso apuntó, fue un silencio que sirvió para cerrar una sintética imagen del discurso ante la Unicameral que así bien puede calificarse como “de barricada” frente a una platea entrenada y predispuesta al aplauso.
   Varios pensaron -pensamos, la verdad sea dicha- que tendría al menos palabras de humano consuelo para los jubilados provinciales discriminados en el cobro de un bono anual, maniobra consentida por los gremios que agrupan a empleados públicos de Córdoba. Es el sector más vulnerable de la sociedad, que si bien sus mensualidades son superiores a las de la Nación, eso es por haber aportado más y ahora deben resignarse a un escamoteo de su legítimo 82 por ciento devenido en el 70 por milagro de una alquimia matemática creada por una insensible maniobra de perversidad, frente a la urgencia de recaudar con ningún sentido del ahorro ni del cuidado de los fondos del Estado provincial.
   Es probable que no sea el último discurso del Cont. Schiaretti inaugurando un período de sesiones en la Unicameral.
   Y si le llegara a tocar otra vez en el 2020, roguemos que lo haga con la convicción que la autocrítica no es un acto de debilidad política ni de flaqueza ideológica sino una demostración de grandeza cívica y de honestidad institucional.

Gonio Ferrari

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