27 de febrero de 2019

Córdoba, gigantesca zona roja

LA DESPROTECCIÓN CIUDADANA FRENTE
A LA DELINCUENCIA TIENE SUS RAZONES
   El descalabro en materia de seguridad que desde hace tiempo nos viene castigando a los cordobeses, sintéticamente explicado como postura personal, se debe a que está sujeta a manejos políticos en lugar de enfoques técnicos. Los improvisados creen que aplicando remiendos “impactantes” lo van a solucionar.
   Las compras de armamento, comunicaciones y toda la tecnología, concretadas en forma directa y sin licitación, sumadas a la incorporación de personal sin severo control de antecedentes, más la sospecha acerca de la participación en esos trámites de dudosos profesionales, no sirven para nada mientras no se diseñe, legisle y aplique una política integral de seguridad.
   Creen que mostrando a la policía en los puentes la gente se va a sentir segura, cuando en realidad la sociedad se siente burlada, desprotegida y estafada. Alguna vez tendrán la ¿inteligencia? de colocar en organismos tan sensibles a gente especializada y no a los de siempre: políticos que disponen de una "bolsa de trabajo" para pagar favores y militancias.
   El actual ministro del área es bioquímico y me gustaría saber si tendría alguna seriedad o base científica un análisis de orina realizado por un comisario de carrera. El hampa -y es una realidad incontrastable- les viene ganando por goleada y lo peor es que a las consecuencias las padecemos todos, menos los funcionarios  que cuentan con custodias propias.
   Una policía profesional y no tan politizada desde su cumbre permitirá sanearla por dentro y poder empezar a limpiar por fuera.
   Es la única manera de recobrar la tranquilidad de sentirnos protegidos y terminar con el "viva la pepa" que está gozando la delincuencia.

Gonio Ferrari

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