LA
DESPROTECCIÓN CIUDADANA FRENTE
A LA
DELINCUENCIA TIENE SUS RAZONES
   El descalabro
en materia de seguridad que desde hace tiempo nos viene castigando a los
cordobeses, sintéticamente explicado como postura personal, se debe a que está
sujeta a manejos políticos en lugar de enfoques técnicos. Los improvisados
creen que aplicando remiendos “impactantes” lo van a solucionar. 
   Las compras
de armamento, comunicaciones y toda la tecnología, concretadas en forma directa
y sin licitación, sumadas a la incorporación de personal sin severo control de
antecedentes, más la sospecha acerca de la participación en esos trámites de
dudosos profesionales, no sirven para nada mientras no se diseñe, legisle y
aplique una política integral de seguridad. 
   Creen que
mostrando a la policía en los puentes la gente se va a sentir segura, cuando en
realidad la sociedad se siente burlada, desprotegida y estafada. Alguna vez
tendrán la ¿inteligencia? de colocar en organismos tan sensibles a gente
especializada y no a los de siempre: políticos que disponen de una "bolsa
de trabajo" para pagar favores y militancias. 
   El actual
ministro del área es bioquímico y me gustaría saber si tendría alguna seriedad
o base científica un análisis de orina realizado por un comisario de carrera.
El hampa -y es una realidad incontrastable- les viene ganando por goleada y lo
peor es que a las consecuencias las padecemos todos, menos los
funcionarios  que cuentan con custodias
propias. 
   Una policía profesional y no tan politizada
desde su cumbre permitirá sanearla por dentro y poder empezar a limpiar por
fuera. 
   Es la única
manera de recobrar la tranquilidad de sentirnos protegidos y terminar con el
"viva la pepa" que está gozando la delincuencia.
Gonio
Ferrari

 
 
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