Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su
programa “Síganme los buenos” emitido en dúplex por AM580 y la FM88.5 ambas de
Radio Universidad de Córdoba, el 15/12/19.
Casa Rosada, Congreso y Plaza de Mayo
PUDIMOS GOZAR UN SALUDABLE
TRIBUTO A
LA DEMOCRACIA QUE DEBEMOS SOSTENER
Las ceremonias a nivel
municipal y provincial del pasado martes estuvieron dentro de lo medianamente
previsible por dos razones que podemos considerar fundamentales: lo de
Schiaretti fue un simple trámite de continuidad consagrada y el cambio de
Llaryora por Mestre -o viceversa- la culminación o el comienzo de una situación
que no terminó allí, plagada de bemoles, contradicciones, desorientaciones y
escondrijos que determinaron que días atrás se quebrara lo que debió ser un
civilizado tiempo de transición.
El plato fuerte estaba a 700
kilómetros de nuestra Córdoba, allá donde atiende el Dios que dicen está en
todas partes.
Un carnaval cívico con el
colorido de las pancartas y los carteles, desempolvados estandartes guardados
durante cuatro años, siglas a las que nos habíamos desacostumbrado y la
extrañeza por la minoría notable de los colores azul o celeste y blanco
abrumados por otras tonalidades de mayor resaltación.
Para los mediáticos
especialistas del mundo de la farándula está la minuciosa e invasiva evaluación
de los atuendos de ellos y de ellas, para los chismosos de arte menor la
presencia con ropa masculina del hijo del presidente entrante y de su
maquilladora y a la vez pareja, la actuación de artistas beneficiarios en su
momento de jugosos contratos en pago de su militancia, la elegancia de la ex
primera dama, el gesto del presidente entrante de empujar la silla de ruedas de
la vicepresidente saliente, el renovado rito de los pies cansados en las
fuentes, la ¿ausencia? de doña Hebe y sus seguidoras y otros detalles que la TV
mostrara a lo largo de todo el día.
Realmente llamativo e impensado
y conmovedor para muchos, el prolongado abrazo entre el Dr. Fernández y el Ing.
Macri antes que éste, sin capricho mediante le entregara el bastón
presidencial, como patético y casi torpe el gesto de la viuda de Kirchner en el
momento de dar la mano -en realidad se la prestó por un fugaz instante- a quien
cuatro años atrás la reemplazara en el sillón de Rivadavia. Tampoco aceptó
firmar un acta con la lapicera que había utilizado Macri.
Para muchos incluyendo a varios
de su propia tropa, sonaron como actitudes de berrinche adolescente, desprecio
y revancha que seguramente entraba en las previsiones de que eso podía ocurrir,
al menos para los conocedores del paño pero cercano a la ofensa en el análisis
de los especialistas en protocolo y ceremonial, que suele ser -para qué
negarlo- la consagración de la hipocresía.
Casi desapercibida pasó la
determinación de uno de los enviados de Donald Trump, quien abandonó el país al
advertir que Argentina había permitido la entrada como asistente a la
ceremonia, de un funcionario venezolano chavista con captura recomendada en los
EE.UU.
Los dos discursos del flamante
Presidente de todos los argentinos sonaron como pronunciados por distintas
personas, ya que por la mañana apeló a la formalidad de la circunstancia en el
Parlamento, habló de unión y a la tarde frente a la multitud de simpatizantes y
de la nutrida militancia, fueron palabras guerreras, acusadoras,
reivindicativas y perfectamente estudiadas por tratarse de la primera barricada
erigida para defenderse atacando, con el inevitable componente del fraseo
tradicional que es el prólogo de las promesas y expresiones de anhelo.
Así y todo y dentro de ese
estilo, sobresalió un histérico costado del kirchnerismo cuando su personaje
estelar habló de país “desvastado” -así lo dijo- y de tierra arrasada, dejando
en algunos la duda de evaluar si lo que formulaba era una acusación o una confesión
de desaciertos.
El merecido jolgorio y la
celebración se extendieron hasta la madrugada, continuada en los bares y en la
misma plaza al igual que en el Obelisco y en otros lugares icónicos de la Reina
del Plata.
Ya pasó la fiesta, los ánimos
enardecidos habrá que transformarlos en energía creativa y laboral para
alcanzar eso de volver a ponernos de pie y para llamar a la cordura a los
infaltables delirantes que vienen prometiendo venganzas, pases de facturas,
“domesticación” de la Justicia y modificaciones a las leyes para acomodarlas a
propios intereses y respetuoso sería que olvidaran eso de “no pagar la deuda”
porque lo venimos haciendo desde antes del ’45 del siglo pasado.
A la jornada de por sí
histórica se la puede calificar de la mejor manera o buscarle defectos y
aspectos negativos, pero sería de poco patriotismo negar que contra ciertos
pronósticos agoreros, fue una verdadera fiesta que bien pudiera ser tomada
-salvo por alguna actitud aislada y desafortunada- como un paso inicial en la
obligación que todos tenemos de contribuir al
imprescindible reencuentro de los argentinos, sin grietas que nos
separen y con un objetivo de grandeza que nos una, no tan sólo por nosotros
sino por nuestros hijos y por la sociedad que lo reclama y necesita.
Fue, en síntesis, una fiesta de
la Democracia, de esa misma y maravillosa Democracia recuperada en 1983 después
de los tiempos del desprecio y los años de plomo y que fuera luego vapuleada y
ofendida por quienes se creyeron más importantes que la Patria misma.
Es emocionante y conmovedor
reverdecer la historia y darnos cuenta con enorme orgullo y alegría, que pese a
sostenerse muchas veces con muletas, la Democracia que mantenemos en pié será
lo que nos salve a todos.
¿Ferrourbano y tren bala?
RENACIÓ EL MENEADO
TEMA DEL FERROURBANO
MIENTRAS ESPERAMOS
ANSIOSOS EL TREN BALA
Siempre el impacto suele ser en
la sociedad más certero cuando se retoman proyectos anunciados hace tiempo y
que por una u otras razones, pasaron a ser lamentables exponentes del fracaso
al que inevitablemente conducen los caminos de la demagogia.
Ibamos a tener el mejor
transporte urbano del mundo cuando se inventaron alocados sistemas que contemplaban
estaciones intermedias, enormes estacionamientos para dejar los vehículos y
optar por el servicio de ómnibus que se anunciaba como de suprema calidad que
desalentaría el uso de automóviles con lo que, de paso, se contribuiría a
superar el caos urbano emergente del crecimiento del parque automotor cordobés.
No se concretó, no recuerdo si
hubo contratación de alguna consultora para que estudiara la factibilidad o
simplemente el proyecto se basó en alguna expresión de anhelos por parte de
quienes gobernaban la ciudad.
Hubo luego pasado corto tiempo,
un atisbo de utilizar las vías férreas que cruzan la traza capitalina para
hacer circular una especie de coche motor que cubriría frecuencias utilizando
las estaciones Mitre y Belgrano a las que sumarían otras intermedias, pero el
obstáculo insalvable fue lo complicado que resultaría garantizar la seguridad
de esos trenes porque invadían asentamientos marginales a donde el sistema no
inspiraba simpatías.
Con el Tren de las Sierras se
originaron en su momento numerosos incidentes y eso posiblemente haya sido
recordado a la hora de cancelar aquel ferrourbano.
Pasaron los intendentes,
ninguno solucionó el problema del mediocre y oneroso servicio de ómnibus
urbanos y ahora, oh sorpresa, un muchacho que viene de afuera ya anunció que el
ferrourbano será una realidad a corto plazo y de entrada nomás, desestimaron
con acción el obstáculo de una vivienda precaria edificada sobre las vías.
Cuestión resuelta, esa al
menos.
Habrá que ver ahora cómo se
encara la concreción de un sistema que si bien es imprescindible para alivianar
las consecuencias de las malas prestaciones por ómnibus, todo esto lleva más
tiempo del que aconsejan los anuncios hasta la hora de poder ser utilizados.
Roguemos que no sea necesaria
la contratación directa de alguna consultora que determine si los cordobeses
podremos o no superar alguna vez ese odioso monopolio de los ómnibus, para que
mejore nuestra calidad de vida.
Es cuando también, como
consecuencia de tanta charlatanería, nos vienen a la memoria dos expresiones
del más delirante promesómetro argentino: la nave espacial que según Carlos
Saúl I de Anillaco nos depositaría en Tokio en dos horas y aquel Tren Bala, por
el que pagamos tantos dólares solo para saber que podía ser pero nunca fue.
Ya estamos curados de espanto.
La Megacausa del Registro
LO IMPERDONABLE QUE
ES ROBAR LAS
ILUSIONES EN NOMBRE
DE LA JUSTICIA
Estamos en fechas en las que chicos y
grandes escriben sus pedidos para la Nochebuena y la Navidad cercanas. Es
así que hace unos años llegó a nuestro poder una carta, en la que familiares de
la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba denunciaban un robo y leo
textualmente uno de sus párrafos: “Dice el diccionario que robar es tomar lo ajeno con
violencia o por la fuerza. Hoy, familiares de presos
por la Megacausa sentimos que nos han robado.
Con el uso de la fuerza pública, en el nombre de la Justicia, y en total
violación a nuestras garantías
constitucionales y todo derecho humano, quienes están a cargo de este
proceso nos han robado la Navidad, la
dicha de estar en familia, la alegría de compartir, las ilusiones de nuestros
hijos, la esperanza de un mundo mejor. Nos han hecho sentir en un estado de
total indefensión arrancando a un miembro de nuestra familia y
manteniéndolo en encierro con razones poco claras y alejadas de las
leyes”.
Debo aclarar que se refieren a la prisión preventiva sistemáticamente
utilizada. Dado que nuestra Constitución es determinante al garantizar la
libertad, expresando rotundamente que nadie puede ser penado sin haber pasado
por un juicio justo que determine su culpabilidad, difícilmente pueda negarse
la legitimidad de la denuncia realizada en esta carta.
Peor aún: hubo personas absueltas después de años de presos y personas
fallecidas que nunca fueron juzgadas. ¿Quién asume la responsabilidad de
semejante robo?
La carta concluye pidiendo a las Instituciones que no miren para otro
lado y se comprometan con una justicia imparcial y verdadera.
Es, de corazón, un pedido de Navidad que continúa vigente.
Así
nos evalúa el Washington Post
UNA MIRADA EXTERNA ACERCA DE
LOS
ARGENTINOS Y LA
POBREZA
No hay dudas que el Washington Post es uno de
los diarios más influyentes de los Estados Unidos y sus columnistas gozan de
merecido prestigio para algunos, o son “operadores de intereses imperiales”
para otros. El tema es que a finales de octubre pasado, publicó un comentario
que merece ser tomado en cuenta, y quiero leerles los párrafos principales:
“La Argentina tiene el problema más serio del
mundo. Ningún país podría encontrarse en su camino con una dificultad mayor.
Las demás naciones pueden tener inconvenientes de distinta índole, pero ninguna
de ellas padece el nivel dilema que tienen los argentinos: el país se angustia
por lo que prefiere.
¿Qué es
lo que los argentinos secretamente prefieren y contra lo que luego se enojan
cuando efectivamente esa preferencia se materializa?
Esa
preferencia no es otra que la pobreza: los argentinos prefieren la pobreza. Por
supuesto no van a admitirlo a viva voz.
De
hecho, viven enojados contra la pobreza. O al menos eso dicen. Lo que sobresale, lo que culturalmente predomina, es una oposición a la
riqueza.
En
efecto, el argentino está en guerra contra la riqueza.
La
corriente mayoritaria que emerge desde las entrañas más profundas de la cultura
nacional consiste en una resistencia impenetrable contra la riqueza, contra la
idea de ser rico.
La riqueza que los argentinos repugnan es la que
se produce como fruto del éxito lícito. Paralelamente entonces al tipo de
“rico” que el argentino odia es al que obtuvo su riqueza por la vía del triunfo
en la vida laboral legal.
Contrariamente, no se observan condenas firmes contra los que, incluso
obscenamente, pavonean la riqueza que hicieron como consecuencia de actividades
ilícitas, provengan ellas de la corrupción pública (funcionarios ladrones,
sindicalistas mafiosos) o de actividades delictivas “privadas” como los
narcotraficantes o los delincuentes comunes.
El
prototipo del argentino que es resistido socialmente (“resistido” viene de
“resentimiento”) es aquel que tuvo éxito material en la vida por la vía del
trabajo lícito. Por lo tanto, a ese personaje hay que bajarlo de donde está y,
por supuesto, no es un modelo a imitar o a emular sino un arquetipo al que
envidiar, maldecir y destruir.
Obviamente la persecución y eventual destrucción de los que generan
riqueza hace que no se genere riqueza (es una perogrullada, pero en la
Argentina parecería necesario aclararlo) y al no generarse riqueza, se obtiene
pobreza.
Parecería que lo que los argentinos buscan, finalmente, es una pobreza
tolerable igualmente distribuida. Es decir una pobreza “hasta ahí”, igual para
todos. (Excepto para aquellos “ricos” a los cuales los argentinos no resisten
-es decir, no tienen “resentimiento” contra ellos- como los funcionarios
corruptos -que dicen que vienen a sacarle a unos lo que ganaron “injustamente”
a costa de otros- los sindicalistas mafiosos, los que “encontraron un curro o
un yeite” -el típico “vivo” argentino que “le encontró la vuelta”- u otros
personajes del submundo ilegal respecto de los cuales el argentino no muestra
un nivel de ofensa ostensible).
El
nivel de deterioro mental masivo que sufre el país implica un retorcimiento tal
de los valores constructivos de la vida pacífica y progresista, que uno duda
seriamente de que tal extravío tenga vuelta atrás.
El
enamoramiento del pobrismo ha llevado a la Argentina a ser una sociedad
completamente conflictuada, encerrada en una encrucijada de la que le será muy
difícil salir.
Vivir
en queja por las consecuencias que trae lo que se venera representa un problema
de una complejidad tal que las soluciones no vendrán de la aplicación de tal o
cual programa económico, sino de un proceso que lleve a cada argentino a darse
cuenta del nivel de contradicción en el que vive.
Mientras ese complejo severo no sea removido del alma argentina, el país
no tendrá solución.
Nadie
vivirá mejor, venerando vivir peor.
Y si se
considera que vivir monacalmente es mejor que vivir en la abundancia, los
argentinos deberían renunciar a la abundancia y acostumbrarse a los límites
materiales de la vida monacal.
Ahora,
recurrir al delito, a la corrupción, al robo o al narcotráfico para producir
ilegalmente lo que se niegan a generar bajo el imperio de la ley, no hará que
el país sea rico.
Lo que
probablemente surja (o mejor dicho, se consolide) es una nueva nobleza
compuesta por mafiosos, funcionarios corruptos, narcos amparados por el poder y
revolucionarios de pacotilla que vivirán como reyes.
Pero
los argentinos honrados se hundirán en la pobreza.
En esa
misma pobreza que el Papa argentino tanto les enseñó a reverenciar”.
Otra vez el
objetivo en común
FETAP Y UTA NO DAN PUNTADA
SIN NUDO AL
ASOCIARSE EN EL PEDIDO DEL BOLETO A $ 42
Antes que nada, bien vale
aprovechar el tema que ahora nos ocupa, para salvar una equivocación en la que
por lo general incurren quienes utilizan el refrán “no dar puntada sin hilo”,
lo que no es correcto y más aún, en la práctica resultaría imposible, porque
sin hilo, es imposible la puntada. Lo correcto es reemplazar el término “hilo”
por “nudo”, lo que pone en claro una acción realizada para asegurar algo.
Bien… después de este importante
servicio a la comunidad, vamos a la cuestión que oootra vez preocupa a los
usuarios del servicio de transporte urbano de pasajeros en esta Córdoba
sorprendente.
Los empresarios del ramo,
famélicos como siempre lo han sido, nuevamente se pintan la cara y se despachan
con una pretensión de boleto urbano a 42 pesos, lo que seguramente conseguirán
por eso de contar con miles de rehenes, la genuflexión municipal al menos hasta
hace unos días y el apoyo, vaya ironía, de los dirigentes de la UTA que como
siempre aprovecharon la bolada, pararon unas horas y reclaman actualización
salarial o por algún compromiso incumplido.
Ya es hartante apelar a los
argumentos de siempre para sostener que el estilo impuesto por el tiempo desde
la dirigencia de la FETAP es deteriorar
aún más -si eso es posible- la calidad de las prestaciones manejando a
su antojo las frecuencias, los recorridos, el servicio nocturno, la cantidad de
unidades en servicio y otras trampas emergentes en esa mecánica de meter
presión.
Aprovechando el vistagordismo
municipal, acentúan en los usuarios su condición de eternos rehenes, el gremio
aprovecha un escenario de conflicto donde las autoridades provinciales tampoco
se esmeran mucho en solucionar y el cóctel está servido: aumento inminente para
seguir teniendo el deshonroso privilegio de pagar en Córdoba el boleto más caro
del país, para un servicio que en muchos sectores, juzgarlo de lamentable, es
una expresión de generosidad.
A lo mejor si hacen una reunión
las tres patas del asunto, o sea los empresarios, el gremio y la Municipalidad
arriban a un resultado positivo, que ya se vislumbra: prometen que aumentarán
las frecuencias porque recibirán más subsidios y los dirigentes gremiales no
harán paro al menos por tres meses.
Y la Municipalidad
instrumentará un severo mecanismo de contralor de las prestaciones.
Ese cuento es más viejo que el que
popularizara el “Negro” Alvarez: el cuento de Don Abraham…
Mujeres en la
cúpula policial
ELLAS HAN DEMOSTRADO MÁS ALLÁ DE
SU
SENSIBILIDAD, ATRIBUTOS PARA CONDUCIR
Varios medios tomaron como una
novedad digna de ser promocionada, la inclusión de mujeres en la plana mayor de
la Policía de Córdoba, como si ellas no tuvieran un grado llamativo de
sensibilidad social y carecieran de ovarios a la hora de enfrentar el peligro o
de tomar determinaciones trascendentes.
No están sólo para ayudar en
los partos o requisar a sospechosas o detenidas.
Aunque todavía y gracias a Dios
persiste esa imagen de dulzura, de cierta fragilidad, sería un enfoque sexista
volver a aquellos conceptos de debilidad o de fortaleza, según se tratara y voy
a utilizar la jerga policial, de una femenina o de un masculino.
Volviendo al QTH o sea al lugar
donde estamos asentados, han quedado relegados aquellos conceptos de
menospreciarlas más allá de sus tareas domésticas, de administrar los gastos de
la casa, de hacer que los hijos cumplan con sus deberes escolares, que el
marido no ande con las medias agujereadas, que tenga siempre camisas
planchadas, que no falte el papel higiénico en el baño, que se hayan pagado las
facturas de la luz y de otros servicios, y de todas las otras obligaciones que
el tiempo y las costumbres reservaron solo para ellas, las femeninas.
Por conocer escenarios bélicos,
puedo asegurarles que la valentía de las soldados es equiparable, sin ningún
menoscabo, al arrojo de los hombres y de manera especial a la hora de adoptar riesgosas
posturas o asumir responsabilidades en que están en disputa la vida y la
muerte.
Las mujeres policías se han ido
incorporando en todas partes del mundo a esa actividad y han demostrado
capacidad, espíritu solidario, responsabilidad para el cumplimiento y para el
dictado de órdenes trascendentes.
En las mayoría de los ejércitos
del mundo y creo que Israel en su momento hizo la punta, las mujeres se
destacan por sus virtudes, que de ninguna manera sacrifican a las propias
dulzuras que las pueden caracterizar.
¿Qué son miedosas? Puede, en
algún sentido, que le teman a la soledad, al desamor, a la injusticia, a los
olvidos, pero a la hora de jugarse, pueden tener la certeza que lo hacen de la
misma manera que la mayoría de los hombres: con alma y vida.
Aunque para algún civil no le
resulte atractivo, por ejemplo, dormir con una sargenta.
Primeros pasos
de F&F
LIBERTADES, RETENCIONES, EL DÓLAR
TURISTICO, ABORTO Y OTRAS MEDIDAS
Es lógico que despertaran enormes expectativas las primeras medidas que
adoptaría la nueva conducción nacional, especialmente por tratarse de un equipo
que vuelve con las uñas afiladas -dicho sea en el buen sentido de sus
intenciones- para encarar políticas que
conduzcan al cumplimiento de tantas promesas electorales, en el sentido de
poner de pie especialmente a quienes cayeron o se arrodillaron.
Flotaba en la memoria de la
gente aquella desafortunada noche del 25 de mayo de 1973 cuando el recién asumido
Presidente el “Tío” Cámpora, ordenó a su flamante ministro de Justicia Esteban
Righi que pusiera en libertad a numerosos presos considerados “políticos”.
En ese operativo, acompañado
por la dirigencia peronista de aquellos tiempos, dejaron su encierro muchos
condenados por terrorismo y otros delitos y se instaló en la sociedad una
especie de consagración de la impunidad.
Frente al temor que ahora se
repitiera aquel episodio de nuestra historia, los agoreros aseguraban que
ocurriría lo mismo, aunque la realidad mostró que el sistema que podemos llamar
“de goteo” se aplica lentamente dado que dos casos que bien pueden ser
considerados emblemáticos como Julio De Vido por sus andanzas con la obra pública
y Baratta, de los más salientes participantes en aquello de los famosos
cuadernos, quienes salieron prestamente con prisión domiciliaria y no son pocos
los que se juegan a que Amado Boudou está en lista de espera.
De todas maneras la Justicia
sigue manejando esas y otras numerosas causas que involucran a varios
gobernantes anteriores e incluso a ciertos prominentes personajes que lucían
dentro de macrismo.
Sorprendió a propios y
extraños, como se dice ahora, la determinación de aumentar las retenciones al
campo, cuando en su momento se adelantó que previamente habría diálogo con
dicho sector, lo que no se produjo y generó más bronca que sorpresa.
Algunos sostienen que es un
pase de factura por aquellos desplantes de la gente de la Rural allá por el
2015 más o menos.
Otro de los temas de inmediata
aparición casi con la asunción de las nuevas autoridades, fue el remozado
protocolo en cuanto a la práctica del aborto, lo que llevó a la Pastoral de
Salud del Episcopado a expresarse en el sentido de sostener, textualmente
dicho “que con tal medida, se había
instalado el aborto en la Argentina”.
Suena como atinado aunque
virtualmente confiscatorio, que los argentinos en el exterior tengan que pagar
la equivalencia de un dólar sobrevaluado con relación a su cotización entre
nosotros, aunque me comentaron que la medida obedecería a la intención de
alentar el turismo interno y desalentar la vieja costumbre de tanto dinero que
se deja en el exterior.
En cuanto al viejo tema de las
heladeras, los efectos que algunos esperaban como milagrosos tardarán mucho
tiempo en hacerse sentir, cuando se adopten medidas de fondo más allá de lo
impactante, que permitan activar el consumo, para lo cual será necesario
estimular la demanda de mano de obra que genere trabajo y lógicamente mayor
gasto.
La inflación que me comentaron
se estima en las altas esferas, es superior al 50 por ciento en el 2020 o hasta
que -Dios no lo permita- el INDEC vuelva a los dibujos de tiempos pasados.
Otras acciones protagonizadas
por ciertos funcionarios, caso Kiciloff y la deuda de la provincia de Buenos
Aires son para seguir de cerca y sin perder detalles, porque hacen a la
seriedad de la política y a cumplir con las expectativas de la gente frente a
las promesas preelectorales de cambiarnos la vida de privaciones que
llevábamos.
Y para los cultores de las
noticias sociales, de la realeza, de la farándula y de sus envidiados
vericuetos, quedan para el comentario las alternativas ceremoniales y
protocolares en cuanto a la compañera del Sr. Presidente de la Nación, que sin
estrenar la residencia de Olivos hizo una rauda incursión por el Vaticano donde
fue recibida con el rango de Primera Dama.
Y ya que estamos y hablando de
Francisco, es de suponer que considera cumplidos sus objetivos acerca de los
cambios en Argentina y que bueno sería sugerirle que nos visitara en el corto
plazo.
Y ahora, que tendrá que
ocuparse menos de nuestros problemas políticos, económicos e ideológicos, que
le preste atención a las complicadas cuestiones universales que lo requieren,
no tan sólo del mundo cristiano.
Para su país, el nuestro, debe
estar contento por haber cumplido con lo oportunamente maquinado.
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