22 de marzo de 2020

S.L.B.: EL OTOÑO, EL CALENDARIO Y LA VIDA - PATRIÓTICO LLAMADO DEL PRESIDENTE EN SU DISCURSO - LA PANDEMIA, UNA BOMBA NUCLEAR SIN DISTANCIAS - MEGACAUSA: PRISIONES INJUSTIFICADAS Y DESCRITERIO HUMANITARIO - RIESGO PAÍS EN 5.000 AHORA INADVERTIDO – “BONUS TRACK”: OTROS DESASTRES QUE SE ABATIERON SOBRE EL PLANETA Y LA PRIMAVERA EN EUROPA, UNA TERNURA, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” n° 613 del domingo 22/03/20 emitido en dúplex por AM580 y la 88.5FM, ambas dependientes de la Universidad Nacional de Córdoba

Frescura y reinado de los ocres
EL OTOÑO EN EL CALENDARIO,
EN LAS PLANTAS Y EN LA VIDA
   Es probable que para algunos sea la más triste y opaca de las estaciones, por eso de las hojas amarillentas, el viento molesto y la aparición de las primeras sensaciones distintas y opuestas al calor.
   Posiblemente un exceso de romanticismo -para muchos, un sentimiento caído en desuso- prefiera hablar de los tiempos de nostalgias, de los colores apagados, del verde que empieza a ponerse pálido y de las nubes que dibujan imágenes alucinantes.
   Lo mejor, asumir el otoño con el alma, más que con los ojos.
   Y más en los momentos actuales que el salvador encierro nos lleva a mirarnos hacia adentro; a escudriñarnos el alma; a pasear por la memoria los momentos gratos que disimulen la desgracia que se abatió sobre el planeta con sus secuelas de dolor, de temores y de luto.   
   El otoño es también una etapa trascendente en la vida de las personas, por aquello de llegar a los umbrales del invierno, que es cuando mueren muchas plantas, el frío se nos mete en los huesos y ese calor juvenil que vemos alejarse del alma.
   Y ahora, complicado momento que el miedo hace que lleguemos a querernos un poquito más y a mirar al prójimo con expectativas de vida, las mismas que nos encantaría vieran en nosotros.
   Sin embargo, para muchos el acceso a cosas distintas, el otoño es maravillosamente bienvenido, portador de novedades e ilusiones que, a veces con certeza, se concretarán cuando pase el invierno y si en la coyuntura que nos agobia se le suman las ansias de sobrevivir.
   Por eso la transición del otoño tiene la magia de la nostalgia que dejamos y de la esperanza que camina hacia nosotros, con su promesa de salud preservada, de flores, de renovados aires, de amores incipientes.
   Casi como si el amor sólo fuera un privilegio que se vive y se madura fatalmente entre septiembre y marzo, aunque este marzo que ahora vivimos nos trajera la maldición de una pandemia que ni mediante el terror que provoca conseguirá eclipsar a los sentimientos.
   Eso, para los que no saben ni conocen la maravilla de enamorarse en el otoño del calendario, ni en el otoño de la vida.
   Porque para vivir del amor no hacen falta los almanaques.
   Solo basta con que al reloj de arena que llevamos en el alma, lo pongamos horizontal.
   Ya le abrimos las puertas tras las lluvias y todo el reciente verdor, con la esperanza de ir viendo crecer la luminosidad del cielo, la pureza del aire y un resurgimiento de esa poesía que es pisar hojas secas, o sentir en la cara una brisa que dejó de ser agobiante.
   De no ver un escenario urbano de barbijos. Nuestro otoño único en los árboles, en el paisaje, en el aire y en el cielo.
   Hagamos entonces que el otoño de la vida sea igual de placentero, un regalo que nos debemos hacer a lo mejor no tanto por merecerlo, sino también por las vicisitudes que nos tocan afrontar…
   Con sufrimientos o no.
   Con riquezas o con deudas.
   Con amores o sin ellos.
   Con penas o no.
   Con adioses o no. 
   Solo con lo más importante: con la maravilla de saber que estamos vivos. 
   Y para un otoño más, pasadas las angustias, todo eso no es poco.

Mensaje presidencial
UN FIRME LLAMADO PATRIÓTICO QUE SIRVIÓ PARA
IMPONER  CONDUCTAS  Y  COHESIONAR  ACCIONES
   Los argentinos estaremos a prueba -inédita prueba- para que demostremos que la recuperación de la democracia fortaleció el respeto recíproco y rescató esa perdida solidaridad que nos caracterizaba: ahora necesitamos más que nunca y frente al enemigo común, hacer un patriótico frente que no le tema a la batalla.
   Y tal fue el enfoque del discurso presidencial, de pocos minutos, en el que el Dr. Fernández adelantó algunos aspectos de lo que en pocos minutos y antes de aquella medianoche, estaría suscripto para su cumplimiento: la determinación de implantar una cuarentena para el aislamiento social, preventivo y obligatorio hasta la medianoche del 31 de este mes.
    Los detalles de la medida eran más o menos conocidos o calculados, pero fuerte fue el contenido cuando se refirió a quienes violaran esa drástica disposición, ya que se aplicaría todo el rigor de la ley y sin excepciones, según lo remarcó.
   Los argentinos, la verdad sea dicha, es como si estuviéramos reclamando desde tiempo atrás una mano dura, aunque haya sido llevada a la práctica en una situación tan comprometida; en una guerra contra un enemigo invisible que agazapado, es capaz de diezmar a mansalva como lo está haciendo en buena parte de Europa y en otras latitudes.
   Con suma tranquilidad, el Presidente enumeró las obligaciones necesarias de cumplir y planteó asimismo las excepciones especiales, tomando en cuenta su importancia para la sociedad.
   Roguemos que prevalezca el buen criterio si es que la gente lo recupera, para modificar esta incomprensible actitud de fresca indiferencia, como si se tratara de vacaciones o de feriados graciables, exponiéndose con la familia y despreciando los cuidados que se deben hacia el prójimo.
   No merecemos ningún mal, pero algunos revivieron aquel viejo mito del “a mí no me va pasar”.
   En todo el mundo, fueron miles a los que les pasó…
   No permitamos ser parte de esa penosa estadística.

Megacausa del Registro
PANDEMIA, PRISIÓN PREVENTIVA Y POBRE
CRITERIO HUMANITARIO RODEAN EL CASO
   Frenar el avance del coronavirus nos obliga al aislamiento como cuestión de respeto y práctica absoluta de la solidaridad pública: lo hacemos entre todos o el maldito virus nos devora.
   No hay opción a salvatajes individuales, el virus es inmune al poder y al dinero. Pero aún en el aislamiento, gozamos de nuestra libertad de cuidarnos, mantener distancias, alimentarnos lo mejor posible, ventilar ambientes,  higienizarnos, etc.
   Bajo esta situación intenté ponerme en el lugar de las personas que fueron encerradas bajo prisión preventiva en la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, sin tratarse de delitos graves, sin existir pruebas, sin antecedentes penales y tapando toda duda con “íntima convicción”.
   ¿Sería válido exponer estas personas a un encierro en el que los cuidados se dificultan por los limitados espacios físicos que condicionan las distancias,  los elementos de obligado uso común y las muy probables dificultades para ventilar o cumplir aislamientos?
   No discuto en absoluto los casos de personas con condena firme o excepción justificada en la causa que sea, me refiero en particular al Registro, donde la prisión preventiva se usó como regla sistemática, al punto de colocar a Argentina en falta internacional.
   Nos llamaron la atención desde la ONU, y hasta donde  sé o me pude haber enterado por algún medio, no hubo ningún funcionario judicial sancionado.
   La situación genera doble riesgo: el de los innecesariamente encerrados que podrían cumplir con mejores medidas en su casa, y el de los legítimos moradores del lugar, que como consecuencia de la injustificada superpoblación, pierden garantías en las condiciones de seguridad mínimas.
   Pregunto y en este caso, como pocas veces lo hice, exijo al menos una humanitaria respuesta: ¿En caso de grandes contagios, alguien del Poder Judicial será responsable por los encierros  infundados? 

No quebremos la cuarentena
ESTA  PANDEMIA ES UNA MALDITA
BOMBA NUCLEAR SIN DISTANCIAS
   Cuando la estupidez humana se masifica, que nadie se enoje si alguien llega a sostener que la nuestra es una sociedad donde los estúpidos son mayoría.
   Y para colmo, están los híper estúpidos que se envalentonan sosteniendo que nadie les puede obligar a cambiar sus cotidianas conductas, costumbres y rutinas; son los que anidan en sus almas el otro peligroso virus que es el de la anarquía o sea el desconocimiento de cualquier autoridad por encima de sus propias decisiones, caprichos o empecinamientos y por extensión, se puede aplicar tal calificativo a quienes son presos del desconcierto en cosas que requieren orden y método.
   ¿Puede un ser humano ser tan, pero tan imbécil, de restarle importancia a una letal amenaza como es la que tenemos en todo el mundo encima de nosotros?
   Me explicaba un entendido en interpretación de actitudes que mucho tenía que ver lo inédito del problema, porque si ya lo hubiéramos sufrido antes en la misma magnitud, otra sería la percepción de la gente y considero que es un enfoque acertado. Lo más reciente que podemos evocar es la gripe “A” de la que fui una de sus víctimas, antes el HIV con su demencial multiplicación planetaria y algunos años antes tuve gran parte del sufrimiento cuando en la epidemia de poliomielitis uno de mis hermanos la padeció.
   Y ahora dentro de nuestro asombro que nunca alcanza, vemos con estupor las multitudes que se establecieron en lugares turísticos hasta el punto que junto a un lago cordobés, tapan con cintas las patentes de autos, 4x4 y otros vehículos para que no les identifiquen el origen.
   Carreteras bonaerenses colapsaron en dirección a la costa y en cualquier pueblo del interior ver las canchitas de fútbol con plena actividad y numeroso público al igual que muchos shoppings de todo el país, sin dejar de lado las peatonales y otros puntos de concentración humana.
   No damos el número de detenciones realizadas por violación al decreto que establece limitaciones en procura de controlar la expansión del coronavirus, aunque lo más trascendente sería instrumentar mecanismos que permitan aislar de la sociedad a los inconscientes que son potenciales multiplicadores de la desgracia y es como si se creyeran inmunes, cuando en realidad son los más desprotegidos y vulnerables.
   Cuando pocos días atrás alguien mencionó los términos “estado de sitio” no fueron pocos los que encresparon los pelitos de la nuca, cuando imaginaron esa medida militarmente llevada a la práctica y debidamente controlada.
   ¿Queda alguna otra salida?
   Si existe, que alguien se la comente a cualquier autoridad con llegada a la máxima dirigencia política del país, porque si ni siquiera la mesura presidencial sirvió para orientar la conciencia popular, entonces que sea el rigor lo que contribuya a que nos salvemos más de los que quedarán en el camino con tales inconductas.
   Además estaríamos consolidando en democracia, aquello que las fuerzas armadas no gobiernan sino que cumplen directivas del poder constitucional.
   ¡Basta de cucos a los uniformes militares!
   Tienen menos fierros que un parquet como para reeditar una aventura de las tantas a las que nos empujaron desde la mala política, desde el empresariado prebendario o desde los bastiones de la fé.
   Porque si la vigencia de las leyes y su aplicación al pie de la letra, no alcanzan a ponerle freno a los excesos de todos los loquitos que andan sueltos contagiando esta mierda que está haciendo tanto daño a la Humanidad, apelemos alguna vez a otros elementos considerados más convincentes y menos permeables a la imbecilidad humana.
   Que haya seres potencialmente suicidas es una lamentable verdad estadística, pero que no sea desde la debilidad, el condicionamiento o los temores de un gobierno que vacila en aplicar medidas extremas, que se fortalezca precisamente ese otro ejército, el que sin balas, fierros ni tanques nos está liquidando como sociedad.
   Esto no es para débiles ni para indecisos, porque cada minuto son miles los que mueren, cuando debieran ser miles los que sobreviven.

La inflación superada por el virus
NUESTRO RIESGO PAÍS, AUTÓCTONO O DE
REBOTE, VIENE CRECIENDO INADVERTIDO
   Hasta pocos días atrás, el argentino medio y amigo de estar enterado de la actualidad, cada mañana antes de lavarse la cara o afeitarse o desayunar, tenía que enterarse cuáles eran los dígitos del riesgo país no porque se tratara de un empresario, sino que la curiosidad es el principal cliente de ese registro que para la gente común escasamente tiene que ver porque entre otros males no lo privará del asadito del domingo, de los puchos, de la popular en la cancha, de la birra, de las zapatillas de moda, del celular con todos los chiches o del baile.
   Para colmo, ahora se mezcla el crecimiento de ese indicador que refleja la confianza internacional que nos tienen o que tienen del gobierno y su eventual o no cumplimiento de los compromisos, con la desgracia universal del coronavirus y sus dolorosas consecuencias que viven condicionando las economías de cualquier país, incluyendo a las grandes potencias.
   Pero el caso nuestro junto con algunos regímenes cercanos como Ecuador o Venezuela, es de cuidado porque si la marcha de la pandemia eclipsara a los que por ahora son cerca de 5.000 puntos de riesgo país, sin que nos demos cuenta otro huracán se abatirá sobre nosotros que son las exigencias internacionales de los buitres, sumados a las palomas hambrientas que serán aquellas naciones con blasones de estabilidad pero menos afortunadas o severamente dañadas por el virus.
   Pocos se dieron cuenta y muchos de los que se dieron cuenta prefirieron no levantar la perdiz, pero el dólar billete, blú que le llaman porque es el que te venden sin preguntar para qué te hace falta ni de dónde vienen los morlacos con los que estás pagándolos, se negociaba este viernes entre 90 y 91 pesos la unidad.
   Lejos quedamos del uno a uno menemista y de los valores inferiores a los 15 mangos que se supieron cotizar durante parte de los últimos gobiernos, hasta que la hecatombe aniquiló todos los pronósticos y las agorerías.
   Aunque en verdad y sin entrar a especulaciones reservadas a los economistas, de nada nos serviría bajar el riesgo país a un miserable dígito, si el destino que nos alcanzara no fuera el que soñamos: que se pase la peste del virus, aunque renazca esa otra peste virtualmente inmortal que es la de los que manejan la economía y las finanzas del mundo.

La crisis vista de reojo
EL VIRUS NI LA CUARENTENA PUEDEN
IMPONER UN ENCIERRO EN  CASTIDAD
   Desde mi tarima octogenaria me permito aconsejar la pérdida de tiempo (para algunos) de leer antes de condenarme al exilio del silencio, o a la dolorosa crucifixión intelectual que es cuando resulta imposible arrepentirse o poner marcha atrás, respetando aquello que la palabra dicha no sabe volver. Lo intentaré con algunos conceptos que considero adecuados para la realidad que desorienta y nos transforma en presos de una cárcel gigantesca que por ahora al menos, sólo tiene puertas para entrar.
   “El humor permite ver a través de lo que parece racional lo irracional. Refuerza además nuestro instinto de conservación y preserva nuestra salud espiritual. Gracias al humor las vicisitudes de la vida se tornan más llevaderas. Desarrolla nuestro sentido de la proporción y nos revela que lo absurdo merodea siempre en torno de la exagerada gravedad”, conceptos vertidos por un grande como lo fuera Charles Chaplin, porque si es por utilizar frases ajenas, tampoco está equivocado Martín Descalzo al sostener que “El débil disimula su miedo y su debilidad bajo una capa de solemnidad mientras que el fuerte las supera por el humor”.
   La realidad mundial nos está mostrando que esto no es joda; que la situación es más grave a cada hora que pasa; que la declinación de la pandemia muestra una lacerante lentitud y que no son pocos los irresponsables que seguramente por ese atávico sentimiento que es el miedo, toman la obligada y necesaria reclusión como una vacación extra creyendo que la playa, la montaña o cualquier otro paisaje o lejanía son eficientes vacunas o paliativos del peligro.
   Ricos y pobres; negros, blancos, mestizos o amarillos se pueden contagiar, sufrir y morir aunque es como si ahora se hubiera despertado la adormecida solidaridad de mirarnos limpiamente sin barreras, por eso de haber universalizado el temor o por asumir finalmente la inteligencia de advertir que nos necesitamos los unos a los otros y ese es un valioso logro en un dramático escenario.
   Las circunstancias nos han sumergido en una rara especie de dulce esclavitud hogareña, desacostumbrada e impuesta manera anterior de ver pasar los días más desde afuera de la casa que desde adentro y es que nos abruman las dudas de qué hacer en el encierro sin ir al bar con los amigos, sin caminar los sábados por la peatonal, sin pisar el gimnasio, sin trotar por el parque o en cualquier plaza, sin meterse a un cine, ir a sufrir y gritar en una tribuna deportiva o salir de caravana no siempre santa mezclada con lomitos, choris, birras, malbec o burbujas porque la práctica del alpedismo no es un pasatiempo sino una burla al lugar donde trabajamos y de donde comemos.
   Ellas no pueden salir de shopping lo que disminuye el dolor de cada vencimiento de tarjeta, no pueden juntarse con las amigas para jugar a las cartas, hablar de moda, intercambiar recetas de cocina, compartir el novelón televisivo o actualizarse en el chismerío vecinal y ni siquiera es aconsejable salir a barrer la vereda porque los arrebatadores no le temen al virus, sumado a la contaminación de la basura que se acumula porque el recolector se olvidó de pasar o porque están de paro.
   No son muchas las opciones que nos quedan porque los chicos se aburrieron de la TV, la play ya los hartó y las recíprocas visitas de amigos son desaconsejables y ni pensar en ponerse al día con los deberes. Las docentes estarán sufriendo a cuenta y con válidas razones por lo que les tocará recuperar cuando los vándalos salgan de su encierro y vuelvan a las aulas con el virus del ocio metido en sus entrañas.
   Resumiendo, no son muchas las alternativas que se ofrecen en la férrea intimidad de los hogares, que ofrece la penosa realidad del sufrimiento ajeno y de los peligros que nos acechan con su ominosa cercanía por esa certeza de su impiedad sin fronteras. El Estado viene haciendo, sobre la marcha y a empujones, lo que tiene a su alcance en su función de protector de la sociedad y la gente debe confiar en el buen criterio de los científicos y especialistas, desechando las charlatanerías de los aprovechados e ignorantes.
   ¿Qué queda para hacer, intramuros hogareños?
   Las estadísticas serias y confiables que suelen apuntalar a la historia, me darán la tardía respuesta de aquí a nueve meses.

BONUS TRACK

   Como fue enorme la cantidad de mensajes de los oyentes que bien se puede decir que “coparon” el espacio de Síganme los buenos, quedó algún material preparado como recopilación de antecedentes acerca de pandemias que azotaron al mundo. A ese trabajo lo ofrecemos ahora, sin que haya salido al aire, porque nos vimos superados hasta el punto que optamos por posponer para otra edición tres de las tandas publicitarias que domingo a domingo nos acompañan. Esto fue parte de que “nos quedó en el tintero”:

Tratamos de hacer una recopilación
DEMASIADAS  HAN SIDO  LAS  EXPRESIONES  DE
ESPANTO QUE SE ABATIERAN SOBRE LA TIERRA

    Después que el número de casos fuera de China, donde se originó, se multiplicara por 13 en dos semanas y en ese periodo los países afectados se triplicaran, la OMS elevó las alarmas. “Podemos esperar que el número de casos, de fallecimientos y de países afectados aumente” en los próximos días y semanas, dijo el director general de la OMS, Tedros Ghebreyesus, quien reconoció estar muy preocupado ante los “alarmantes niveles de inacción”.
   La declaración es un mensaje de alerta para gobiernos de todo el mundo, un intento de presionar para que se incrementen las medidas de contención del virus. Se trata de la primera vez que una epidemia causada por un coronavirus es considerada como pandemia, que según la OMS se define como “la propagación mundial de una nueva enfermedad”.  
   “La OMS tiene un proceso y un criterio para declarar una emergencia de salud pública de  preocupación internacional y eso fue lo que pasó con el covid-19 el 30 de enero, pero no hay un mecanismo como tal para las pandemias”, explicó a la prensa británica Ashley Baldwin, portavoz de la Organización Panamericana de la Salud y la OMS. Baldwin insiste en que el organismo no “declara” como tal una pandemia, sino que se limita a calificar un brote como pandémico.
La lacra mundial de otras enfermedades también puede llevar a que sean clasificadas como tales y la última vez que la OMS utilizó la categorización de “pandemia” fue con el brote de la gripe “A” H1N1 -también llamada en un principio “gripe porcina”- en 2009, la primera vez en cuatro décadas que un nuevo virus de la gripe emergía y desataba una enfermedad a gran escala alrededor del mundo.
   El nuevo tipo de influenza fue identificado por primera vez en Estados Unidos en abril y se propagó rápidamente por ese país y el mundo, según los Centros para la Prevención y Control de Enfermedades de los EE.UU. y la última vez que la OMS consideró una enfermedad como una pandemia fue en aquel caso de la gripe “A”. 
   México fue uno de los primeros países en detectar casos, poniendo en alerta a la nación, ya que el nuevo virus contenía una combinación de “genes de la gripe única, que no habían sido previamente identificados ni en animales ni en personas”.
   Al menos una de cada cinco personas en el mundo resultó infectada con el H1N1 durante el primer año de la pandemia (2009-2010), si bien la tasa de mortalidad fue solo del 0,02%, según las conclusiones de un grupo internacional de investigadores publicadas en 2013. En ese caso, los niños fueron de los grupos más afectados, a diferencia de los mayores de 65 años, menos vulnerables.
   Por primera vez, según destaca la OMS, se desarrolló una vacuna, se produjo y se puso a disposición de múltiples países durante el primer año de la pandemia. La OMS declaró esa gripe como pandemia en junio de 2009, cuando se habían detectado casos en 74 países. Para noviembre de ese mismo año, el número ya había comenzado a caer, pero el organismo internacional no declaró el fin de la epidemia hasta agosto de 2010.
   Pese a que la mayoría de casos fueron considerados “leves”, la infección tuvo un número estimado de muertes de entre 100.000 y 400.000 tan solo el primer año de la pandemia, recoge el organismo.  Otras fuentes elevan ese número hasta los casi 600.000 en ese mismo periodo.
   Actualmente, es un “virus de la gripe humana habitual y continúa circulando de forma estacional alrededor del mundo”, apuntan desde los Centros de Control y Prevención de Enfermedades.
   Y en cuanto al HIV Los primeros casos del virus de la inmunodeficiencia humana  que provoca la enfermedad del sida en las etapas más avanzadas de la infección, se identificaron a principios de la década de los 80 en Estados Unidos y actualmente “sigue siendo uno de los mayores desafíos de salud pública del mundo”, en especial en países de ingresos medios y bajos, según la OMS.
   Se estima que, desde que surgió, unas 32 millones de personas han muerto por causas relacionadas con el VIH, 770.000 tan solo en 2018, según la institución. Unos 37,9 millones de personas vivían con VIH en 2018, de los que 1,7 millones eran niños.
   El HIV/sida “sigue siendo uno de los mayores desafíos de salud pública del mundo”, según la OMS aunque su origen  no está “claro”, recoge la Enciclopedia Británica. No obstante, la publicación apunta a un virus similar hallado en chimpancés y gorilas en África Central.
   Sigue siendo una incógnita cómo la enfermedad cruzó la barrera de las especies. La teoría más extendida es que se contrajo a partir de personas que cazaron o comieron chimpancés infectados, probablemente a finales del siglo XIX o principios del XX, señala la Enciclopedia Británica.
   Actualmente, no hay cura para la infección por el HIV, pero se ha desarrollado un tratamiento antirretrovírico que permite mantener controlado el virus y prevenir la transmisión a otras personas. Pese a que no existe cura, hay un tratamiento que permite mantener controlado el virus y prevenir la transmisión a otras personas.
  Recientemente, se han producido otros dos casos de personas que se curaron a través de un tratamiento con células madre.
   De otras desgracias que se abatieron sobre el género humano, nos iremos ocupando en cada venidera edición de SLB.

Y TAMBIÉN LA HERMOSURA DE PINTAR DENTRO
DEL DRAMA, LA  VIGENTE PRIMAVERA EUROPEA
   Por esa inveterada costumbre de vivir escudriñando en los territorios de Internet buscando expresiones más allá de las convencionales para adecuar a los delicados momentos que estamos viviendo, nos dimos con una impactante y conmovedora sorpresa: el relato de una joven española -así la intuímos en el equipo de SLB- que describe el paisaje de su alma y de su gente al 10 de marzo último, cuando los acontecimientos se precipitaban con su saldo luctuoso y lamentable. El audio que es una joyita digna de ser atesorada, puede escucharse en el tramo final de la sección correspondiente, ubicada en la parte superior de la columna derecha de este blog.
 Gonio Ferrari y equipo






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