15 de marzo de 2020

S.L.B.: LA PANDEMIA TAN TEMIDA NOS UBICÓ EN LAS ESTADÍSTICAS DEL TERROR - PIPA, SCOTCH Y ANILLO CON UNA BALA, SEMBLANZA DEL "PAYO" REMONDA EN LOS 116 AÑOS DE "LA VOZ" - EL CORDOBESISMO SIGUE TOMANDO CREDITOS EN DÓLARES Y ENDEUDÁNDOSE - MÁS SOMBRAS QUE OBRAS EN LA MUNICIPALIDAD - INSÓLITAS SITUACIONES EN LA MEGACAUSA - RIESGO PAÍS E INFLACIÓN, PADECIMIENTOS DE LOS ARGENTINOS - PROMESAS E INTENTOS: ¿FIASCO DE LOS PRECIOS CUIDADOS?, ETC.

Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” del 15/03/20 emitido por la AM580 radio dependiente de la Universidad Nacional de Córdoba.

La pandemia tan temida…
AHORA  YA UBICADOS EN EL MUNDO COMO
PARTE DE  UNA  ESTADÍSTICA DEL TERROR
   Es como una vertiginosa película que estamos viendo y peor aún, viviendo, eso de tomar conciencia que nos encontramos en el centro de una pandemia impensada desde siempre, salvo algunas excepciones en los tiempos pasados de la peste negra, la bubónica, la tuberculosis, la poliomielitis, el HIV y más recientemente la gripe “A” de la que soy sobreviviente y puedo contarlo.
   Esa fea sensación de desprotección o de indiferencia gubernamental no por dudar del Estado protector, sino por tomar conciencia que ese mal, cuando avanza, a cada instante que pasa se hace incontrolable por su despiadada multiplicación y es como si fuera un demonio al que cada vez lo notamos menos lejano y más cerca de nuestro propio espanto.
   Interpreto personalmente que los argentinos en general somos demasiado displicentes con nuestra salud, salvo los casos de aquellos que viven pendientes de un estornudo, una tos, unas líneas de fiebre o un furibundo ataque de hígado, aparte del permanente temor que inspira esa consecuencia de la vida agitada y cada vez más exigente, que nos acerca al infarto o al maldito ACV que es el estrés, ese que a veces imponen ciertos empresarios a sus empleados.
   Somos algo así como enemigos o apóstatas de la prevención en muchos aspectos, pero más se nota con relación a nuestro cuidado físico: nos vacunamos si sabemos que al vecino le tocó la desgracia o si un pariente fue a dar con su humanidad a una sala de hospital y allí sí nos preocupamos.
   Desconozco estadísticas acerca de vacunaciones después que superamos la niñez y la juventud, que es cuando aumenta nuestra vulnerabilidad.
   Ahora, sí, ahora, se está produciendo un fenómeno inédito entre nosotros que es la preocupación llevada a positivos extremos, porque nada mejor que el miedo o un buen julepe que nos sacuda las neuronas para despertar nuestra autoestima; eso de querernos un poquito, eso de protegernos y de proteger a nuestros afectos.
   Sin caer en histerias colectivas o en actitudes tremendistas más allá de lo que merece, debemos tomar conciencia de una realidad, que es la de haber pasado a formar parte de las estadísticas mundiales de algo demasiado ominoso por ser protagonistas y no meros testigos.
   Existe en torno de estas situaciones para nada frecuentes, un sinnúmero de charlatanes, vendedores de humo, sabihondos de café y suicidas que se suman a los tocadores de oído y la decadencia de los que se sienten desahuciados o abandonados a su mala suerte.
   Lo mejor para estos casos como el que estamos viviendo es escuchar voces autorizadas, definiciones científicas y consejos que nos ayuden y no chismes que nos confundan.
   Las especulaciones de conjuras internacionales, de operaciones sicológicas de los chinos, de los rusos, de los yanquis, de los judíos, etc. puede que filosófica e ideológicamente tengan algún asidero, pero la verdad es una sola y esa es la realidad que nos agobia.
   Sepamos enfrentarla con serenidad, con madurez y con sentido común, sin caer a la pavada de la indiferencia por aquello de “a mí no me va a tocar” y exijamos del Estado esa cuota de seriedad y ejecutividad imprescindibles para enfrentar cualquier crisis.
   Esto no es joda, si lo que se busca es simplificar el drama.
   Puede que incluso, sin exagerar, estemos a las puertas de algo que en los tiempos modernos, no hubiéramos ni siquiera imaginado como tema de una película de terror.

¡Feliz cumple, La Voz!
PIPA, “SCOTCH”, ANILLO CON UNA
BALA Y UN GRAN PAR DE HUEVOS

(Algunas veces no queda otra
vía que la escatológica si hay
que resaltar ciertos atributos)

   Es probable que la implacable historia de los tiempos califique a La Voz del Interior como un símbolo en la defensa de los derechos populares, aunque haya sectores reaccionarios que se inclinen por considerarlo en su momento funcional al radicalismo, luego sumiso frente a la dictadura militar y posteriormente como instrumento del grupo Clarín en la concentración de medios.
   Pero nadie -absolutamente nadie- puede negarle a La Voz su trascendencia a lo largo de los últimos 116 años para una provincia que le quedó chica promediando el siglo pasado, en los tiempos probablemente más duros del devenir argentino, cuando los desencuentros nos enfrentaron por las diferencias políticas que se alejaron de la democracia para transformarse en rivalidades con tintes violentos, ahora añejas y casi irreconciliables.
   Le tocó a La Voz vivir escenarios de crisis y de algunas bonanzas.
   Fue el vehículo de inquietudes sectoriales, difusor de cultura, heraldo de la realidad, sosteniendo a ultranza su estilo antiamarillo que durante décadas prefirió la portada comercial por encima de la importancia de cualquier acontecimiento, como en su momento lo fueron dos guerras mundiales, muertes de pontífices y presidentes, acuerdos de paz y las cotidianas novedades del cabotaje provinciano y de aquel oculto interior del interior.
   Víctima de persecuciones y atentados, padeció uno de los más severos que recuerda la memoria nacional, allá por enero del ’75 cuando militantes de la ultraderecha peronista (A.A.A.) destrozaron la planta impresora de Alta Córdoba. Tras el cobarde ataque, el personal se solidarizó no solo con la empresa sino en defensa de su fuente laboral y emitió una valiente toma de posición en la que decía, entre otros conceptos, que “No es una herida que nos duele sino una condecoración que nos honra”.
   Nada hizo por entonces el gobierno isabelista para esclarecer el vandálico proceder de la banda lopezreguista, pese a que al ministro del interior se le entregó un “dossier” con datos que facilitarían el cometido de identificar, detener, juzgar y encarcelar a los culpables.
   Es probable que parcialice la historia, porque al haber sido uno de sus protagonistas, tendré que soslayar otros hechos salientes de los que se erigió en principal actor el diario que hoy cumple 116 años de vigencia, pero por tratarse de un homenaje, lo quiero centrar en la figura de quien fuera su director allá no tan lejos, en los años de plomo y del desprecio; de la capucha y la amenaza; de la tortura y de los adioses a la nada.
   El ingeniero (“Lo único que hice fue una escalera”, solía decir con su recóndito sentido del humor) Luis Federico “El Payo” Remonda tuvo en sus manos y en la lucidez de su mente audaz y comprometida con el respeto por la libertad, la enorme responsabilidad de guiar al diario en circunstancias en que la opinión vivía alimentada y condicionada por la violencia y las miserias, tanto de una vereda como de la otra.
   Agudo, sorprendente, creativo y férreo defensor de su gente y de la tarea que cada uno cumplía, era una especie de enorme y paternal techo protector de las vivencias hechas noticias, que todos atesorábamos en la tarea diaria que desembrutecía y humanizaba con la fraternal cordialidad de un amigo pese a los duros tiempos que compartíamos.
   Por eso su calidad de símbolo aunque fuera periodista instruido por la intuición propia de los elegidos que más allá de los libros, los manuales y todas las bibliotecas que pudieran referirse a la temática, fue un ardoroso paladín de la salvaje libertad de pensar y de opinar, quijote urbano sin Sancho ni caballo pero distinguido, a la vista, por la pipa y el “scotch” en mano, donde resaltaba un curioso anillo coronado por una bala -y eso es parte de otra historia- que en principio le estaba destinada.
   El “Payo” Remonda nos dejó su impronta de tutor de grandeza, de la grandeza que caracteriza a los apologistas de la verdad; de los que hurgan en las entrañas del misterio hasta encontrar la luz, tal como lo demostrara en tantas campañas periodísticas destinadas a descorrer los velos de interesados ocultamientos.
   Partió.
   Pero dejó la simiente de su generosidad que casi no se nota, porque no son muchos los que lo recuerdan como arquetipo de al menos una buena parte de la grandeza que hoy, La Voz, conmemora 116 años de vida.
   Al resto del título, eso que le comenté al principio acerca del par de huevos, ¿es necesario explicarlo?

Nuevo “mangazo” a Kuwait
EL CORDOBESISMO SIGUE ESCALANDO EN
SU  CATEGORÍA  DE  DEUDOR EN DÓLARES

   Hace un tiempo no muy lejano nuestro gobernador, uno de los gestores del “cordobesismo” junto al malogrado “Gallego” de la Sota anduvo por el rico emirato de Kuwait que vendría a ser una especie de Suiza del mundo árabe, en gestiones para conseguir financiamiento destinado a obras tan trascendentes como necesarias y pendientes para nuestra Córdoba tales como caminos, puentes, viviendas y otros emprendimientos.
   No soy un experto en cuestiones de diplomacia internacional pero algo he aprendido de aquellas tierras bendecidas por el oro negro, que las transformara en potencias mundiales cuando originariamente eran sacrificados pescadores de perlas en la profundidad del mar, desafiando entre otros peligros a los hambrientos tiburones.
   Bahh… en realidad ahora la modernidad gestó otro tipo de escualo, esos que se instalan en las bolsas de valores desde donde más que sus propias riquezas, suelen manejar el destino de muchos países.
   A ciencia cierta no recuerdo si finalmente aquella gestión fue coronada por el éxito que le permitiera al contador Schiaretti volver satisfecho del arenoso territorio árabe, azotado por la guerra cuando lo invadiera Irán en el final de la década del ’90 del siglo pasado y en cuya reconstrucción algo aportara la rápida gestión de nuestro presidente de entonces, Carlos Saúl I de Anillaco, con lo que las relaciones con ellos quedaron más que aceitadas.
   Si aquellos dineros -algo así como 50 millones de dólares- llegaron o no, si se aplicaron o no a los objetivos oportunamente consignados o no, es lo de menos ya que lo trascendente es consignar que aquella amistad se vé que se ha consolidado, porque poquitos días atrás un emisario de Schiaretti y en nombre de nuestra provincia volvió a visitar Kuwait otra vez con idénticos propósitos a los de la anterior incursión.
   Es para rogar por el bien de todos nosotros y por nuestra calidad de vida, que el resultado haya sido positivo y que en los plazos que supongo previstos, los árabes cobren esa montaña de dólares que supieron facilitarnos con su generosidad que seguramente es retribuida con los debidos intereses, aclarando que esto de “debido” es del verbo deber y no alusión a nadie recientemente liberado de los barrotes por algunas cuentitas pendientes, entre otras cosas, vinculadas con la obra pública a nivel nacional.
   Todo muy positivo, todo muy necesario para que sigamos progresando, pero dentro de ese todo está la pregunta inevitable: ¿es necesario un nuevo endeudamiento en dólares, cuando los compromisos asumidos por Córdoba son cuantiosos y que según se comenta se vienen postergando sus efectivizaciones?
   Es cuando con cierta lógica, debemos preguntarnos todos, si es que no existen otras cruciales prioridades que atender, más allá de los lindos caminos, los puentes y otras realizaciones que bien pueden esperar.
   Queda demostrado que como siempre, los tiempos de los políticos y de la gente, no son los mismos.

La Megacausa del Registro
SITUACIONES INSÓLITAS DENTRO DE UN
INEXPLICABLEMENTE  LARGO PROCESO
    Siguiendo el hilo de analizar las particularidades de la justicia cordobesa en la causa del Registro de la Propiedad de esta provincia, serían candidatos para un interesante debate algunos escritos, como uno en el que un juez reconoce la inexistencia de pruebas en contra de los imputados, aclarando que no hay testimonios en su contra; otro en el que se acusó a alguien de apropiarse de un inmueble que era  de su legítima propiedad (por lo que después de juzgarlo y condenarlo se lo devolvieron), aquellos en los que los sospechados nunca pisaron el lugar de los hechos y otros más en los que se formaron “bandas” con personas que entre ellas no se conocían.
    Sin embargo en todos ellos, la decisión fue la prisión.
Define la Real Academia Española el  término decisión como una resolución que se toma en una cosa dudosa. Nuestros Códigos y la Constitución regulan con claridad el camino de las resoluciones judiciales estableciendo para el caso la prohibición de cualquier prisión por las dudas.
    Por tanto, el razonamiento lógico no permite entender el motivo causante de la prisión preventiva sistemática decidida en la causa y dictada aún en ausencia de cualquier duda.
    Resulta claro que no se ajusta ni a la terminología ni al ordenamiento jurídico existente, por lo que sería  importante que el Poder Judicial pueda revisar lo actuado en la causa y que, además, se avance en la investigación de otros culpables ya que si muchos de estos imputados, encarcelados, y aún condenados, no  fueron los  enriquecidos con las maniobras, continúa vigente la incertidumbre, sumada a la injusticia, ¿sabe sobre quiénes? sobre los verdaderos responsables.
    Realmente, hay cuestiones que desorientan a cualquiera… 

Los cordobeses sufrimos
EN LA MUNICIPALIDAD  CRECEN MÁS LAS
SOMBRAS Y LAS DUDAS QUE LAS OBRAS
   Si mal no recuerdo, tiempo atrás desde la Municipalidad de Córdoba se llegó a decir o al menos hubo oficialmente un anuncio que la planta de Bajo Grande estaba en vías de modernización, con lo que el tema del saneamiento ambiental estaba asegurado por un largo tiempo.
   Pero resulta que ahora se ha detectado que esa planta no depura nada y empacha al rio que llega hasta Ansenuza con una concentración de mierda que desearíamos regalarles a nuestro peores enemigos.
   Algo pasó con los dineros destinados a lo que se anunciaba como obra fundamental para recuperar la ofendida salubridad de quienes habitamos esta ciudad mediterránea, castigada sin misericordia por distintas administraciones municipales que consiguieron empobrecer el ambiente, contaminar las redes cloacales hasta el máximo tolerable, viciar el aire y condenarnos a ciertas iniquidades impropias de los tiempos que vivimos y peor aún, de los elevados impuestos que debemos oblar, los que en las mayoría van a parar a las plantas de personal con las que muchas veces suelen saciarse los apetitos de las conducciones y las militancias políticas.
   Y cada uno que accede al sillón mayor de la ciudad se desgañita en promesas, en amenazas de investigaciones de lo no hecho que proclaman hacer como siempre “hasta las últimas consecuencias” y “caiga quien caiga”, todo lo que el tiempo y los propios errores llevan al fracaso dejando ese verserío para los archivos y los memoriosos y ofendidos cordobeses.
   La administración mestrista hizo algunas cosas como ocuparse de obras que no se ven tales como desagues y red cloacal, pero pasó por alto otros agudos problemas urbanos que nos angustian desde siempre.
   El muchacho nuevo mientras se hacen denuncias de escasa operatividad y equivocada gestión anterior, ha puesto el acento en las cosas que se ven, como por ejemplo podemos citar el bacheo callejero que suaviza la enorme cantidad de aljibes o sea que son más grandes que los pozos, las luces que no están porque no las ponen o porque las vandalizan los atorrantes que necesitan tinieblas para eso que le llaman “trabajar” y otros aspectos de la vida corriente de los cordobeses.
   Es hora que se terminen de azuzar y casi ofrecerse puñetes por lo que vienen encontrando como sorpresas que no lo son tanto y se pongan a laburar en serio en cuestiones gravísimas y pendientes como la basura -que sirvió para crear un imperio sindical y una eterna mugre ciudadana- sin descuidar al transporte, enriquecedor de foráneos que viven amagando con irse pero se quedan para seguir embolsando utilidades, con lo que endurecen sus pretensiones y caprichos, siempre satisfechos desde el poder.
   En pocas palabras y para no aburrir siempre con lo mismo, déjense de joder, pónganse a trabajar en serio y si quieren pelear, cítense en algún lugar donde solos, puedan aburrirse de darse trompadones.
   Los cordobeses necesitamos que antes o después de eso, se ocupen de laburar…

Dos temas que quitan el sueño
EL  RIESGO  PAÍS Y LA INFLACIÓN, PARTE
DEL PADECIMIENTO DE LOS ARGENTINOS
   Eso de vivir pendientes del índice del riesgo país fue una actitud que consolidaron las oposiciones a los distintos últimos gobiernos, como arma para cimentar su descontento y motorizar protestas con base digamos científica, de que las cosas no se estaban haciendo bien o que la gestión era desacertada.
   Ese termómetro no podía ni puede ser manejado interiormente como lo pueden ser los índices de inflación, de desocupación y de otras variables de la economía o de la política, acerca de lo cual es mucho lo que se puede comentar si recordamos la muchas veces grosera, torpe y exagerada manipulación estatal de la que eran objeto las cifras reales y como consecuencia, víctima toda la ciudadanía hasta el punto de haberse transformado durante bastante tiempo en interesados dibujos, o armas para apuntalar la demagogia.
   Ocurre algo patéticamente risueño en los últimos tiempos, como por ejemplo cuando la administración macrista el riesgo país se ubicaba arriba de los dos mil puntos, una parafernalia de quejas, acusaciones y amenazas de helicóptero partían de la que era oposición y ahora que es gobierno, con ese índice que se ubica por encima de los 3.200 el silencio es tan ominoso como evidente.
   Otro tanto ocurre con la inflación, que sin dudas antes de tomar estado público pasea por las entrañas del Indec donde recibe más que maquillaje, un tratamiento que para el común de los ciudadanos se aproxima más a la burla que a la realidad que estamos viviendo, especialmente de permanente remarcación de precios tanto en productos como en servicios, impuestos, y en otros rubros igualmente sensibles.
   Es probable que la última información de 2 puntos de inflación durante el reciente mes de febrero sea técnicamente acertada, pero lo cotidiano, el gasto diario del argentino medio viene gritando que se trata de una mentira para nada piadosa, porque los incrementos son muy superiores en cualquier rubro, menos en la cotización, por citar algún ejemplo, de las hélices para helicópteros, del nabo hibrido de las Bahamas, del ácido muriático o las canillas de bronce para lavatorios.
   Ese silencio al que acabo de aludir con relación al riesgo país se lo busca minimizar con el argumento que sus “dibujantes” son los acreedores insaciables, cuando en realidad es un índice de la confianza que como país, como sociedad y como gobierno, tenemos para mostrar frente al mundo o sea que la confianza que pueden tener en nosotros es cada día más mezquina y es por eso que como en la vida común y corriente cuando en el banco no confían en vos, tenés que ir a parar a los usureros.
   Llegará el día y roguemos no demore, en que recuperemos la sinceridad interior desde arriba especialmente, porque cuando nos mienten bajamos los brazos, dejamos de creer y nos resignamos a la malaria.
   En plano fácil para entender y aplicable a todos los casos, es como cuando desde el poder te dicen que la inseguridad es una sensación, entonces bajás la guardia y los choros hacen cola para asaltarte.
   Ni más ni menos…

Discursos, bla-bla, etc.
LAS PROMESAS Y LOS INTENTOS NO HAN
SERVIDO PARA QUE BAJEN LOS PRECIOS
   Gozó las mieles del aplauso generalizado aquel anuncio algo tardío frente a la escalada de incrementos en el valor de venta de todas las mercaderías, de la implantación de un sistema, le llamemos así, basado en “precios cuidados” que se aplicaría en todo el país en los productos básicos de la alimentación especialmente, con severo control por parte del Estado para evitar las avivadas de siempre de aquellos que incluso se sirven de las carencias ajenas, en injusto beneficio propio.
   En varios supermercados se instalaron los carteles indicadores y los productos fueron apareciendo con algo de pereza, cuando en realidad lo que se necesitaba era el impacto de la medida rápida que al menos en parte recompusiera la economía hogareña y se alcanzara aquella promesa -vana como la mayoría de las promesas políticas- de la heladera llena, aparte de los cubitos.
   La mayoría de los supermercados medianos y pequeños fue recibiendo en cuentagotas el sistema de esos precios que de cuidados poco tenían, porque la mayoría de los negocios barriales allí donde se aprovisiona la mayoría de la gente por comodidad o porque se volvió al uso de la”libreta” del fiado hasta el día del cobro de sueldo, o sea a corto plazo.
   Mientras tanto aparte de esa lista de mercadería alcanzada por el límite de su precio, los restantes productos eran y son objeto de remarcaciones al menos semanales y en algunos casos, llegan a ser diarias, desvirtuando aquella intención inicial de compartir en alguna medida el sacrificio de la gente.
   No en vano el Presidente de la Nación debió tirarles las orejas -por así decirlo- a los empresarios formadores de precios, por los evidentes excesos en los que incurrían dejando de lado todo lo que pudiera parecerse a la sensibilidad social o el sentido de la solidaridad.
   Vale reiterarlo tomando en cuenta y respetando la calidad política del autor, recordando lo que instrumentara Perón desde la Presidencia de la Nación cuando advirtió que se desmadraba el mediano equilibrio que por entonces promediando el siglo pasado, existía entre costos y precios de los artículos ya desde entonces llamados de primera necesidad.
   Se promulgó la Ley contra el Agio y la Especulación, con severos y permanentes controles que al detectar violación de esa ley, clausuraban de inmediato el comercio, secuestraban la mercadería y encarcelaban a los comerciantes responsables de esas maniobras.
   Y si esos comerciantes eran extranjeros, lisa y llanamente se decretaba su expulsión del país.
   Es por una de las razones de estricta justicia que alguna vez extraño a Perón.
   Y párrafo aparte para esos pícaros que para colmo se ponen en evidencia, colocando carteles que dicen “recibimos la tarjeta alimentaria”.

   Nada de curioso tendría eso, pero estoy hablando de negocios dedicados a la venta de zapatillas de marca y de las otras…

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