Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos”, edición n° 621, emitida el domingo 17/5/2020 en dúplex por la AM580 y
la FM88.5 ambas de Radio Universidad Nacional de Córdoba.
Cornisa
peligrosamente angosta
FRACASAR EN LA CUARENTENA: VIAJE A UN
PASADO DEMASIADO PESIMISTA Y
TÉTRICO
¿Será por eso que somos
intransigentes amantes de la libertad, enemigos de los cepos, de los corralitos
y de los condicionamientos incluso los que están contenidos en las leyes? La
pregunta viene relacionada con eso de resistirnos a un encierro que nunca en la
historia nos había tocado padecer.
Después se ablandó la exigencia
del claustro con la obligatoria utilización del barbijo, molesto elemento que
nos cambia la respiración, nos empaña los anteojos y tomado sea con humor, es
como si a todos nos disfrazara de choros o de embozados asaltantes.
Pero al caso que hoy y desde
hace más de un par de meses nos condena
al aislamiento social y de otros órdenes, muchos lo han tomado como un acto de
limitación de la libertad individual; como una afrenta a sentirnos marginados
de todo lo que sean límites, sin tomar en cuenta el valor de la vida y de la
sana intención de los gobernantes por cuidarnos.
Pero no: somos rebeldes por
naturaleza y hasta cometemos la estupidez de exponernos a la mortal posibilidad
de sucumbir, después de contagiar a la familia, a los amigos y todo aquel que
se aventure a la cercanía, salvo en los casos excepcionales de imperiosa
necesidad, tal como lo establece la
medida del decreto oportunamente puesto en vigencia.
Pero cuando en estos últimos
días caminamos las calles cada vez menos desiertas, nos encontramos con decenas
de congéneres enemigos del barbijo y con inconscientes reunidos en grupo para
cualquier festejo o la práctica de deportes en equipo, debemos convencernos que
en la raza humana uno de sus principales componentes, negado o disfrazado, es
la imbecilidad.
Y es por esa imbecilidad que
con el correr de los días ataca por impaciencia, suma adictos y desmorona todo
el sacrificio que se viene haciendo para circunscribir el mal, achatar la
tétrica estadística y volver a gozar la libertad que nos robara ese minúsculo
virus cuyo origen, la verdad sea dicha, es lo que ahora menos nos quita el
sueño como lo hace la perspectiva de sumarnos como víctimas.
Me dirán que la crisis viene
sirviendo incluso para lucimiento o descrédito político para algunos y algunas,
que en nombre de la desgracia se hacen turbios negocios en la compra de insumos
para enfrentar a la pandemia, o que se cometen abusos imperdonables en acciones
donde la principal ausente es la solidaridad, por ejemplo con la paralización
del transporte que de acuerdo con mi percepción personal, es una cuestión de
capricho por una parte y de angurria por otra.
Entonces, cuando las cosas no
salgan como nos encantaría que salieran, con eso de recuperar la vida normal,
ahuyentar la desgracia y volver a gozar el libre ejercicio de la amistad, de la
reunión familiar, del viaje por trabajo o por placer, de ir a gritar a una
tribuna, sin ver que la economía del país y del mundo se viene derrumbando y
tengamos que dar marcha atrás porque nos descuidamos, es cuando habremos
recibido el justo título de pelotudos, una calificación que se puso en boga y
sería perfectamente aplicable al caso.
Al país, a nuestro país, le
está saliendo demasiado caro esto de cuidarnos, y dejamos de lado las demoras,
las improvisaciones y los desaciertos, para centrarnos en nuestra obligación de
serenar nuestra propia impaciencia, de pensar en el mañana sin descuidar
nuestro riesgoso presente.
Jamás podríamos perdonarnos por un fracaso que sería nuestra exclusiva
responsabilidad, por eso de sentirnos ahora ofendidos frente a la obligatoriedad
de acatar ciertas normas que pueden ser odiosas y antisociales, pero
absolutamente imprescindibles, porque después de la tormenta, cuando aparezca
el sol de la normalidad, es cuando más debemos estar despiertos y unidos y es
para repetirlo, despiertos y unidos para forjar codo a codo, como ahora nos
saludamos por distancia, la recuperación argentina en todos sus aspectos,
dejando de lado odiosas diferencias que nos han venido minando el espíritu y esa
obligación que tenemos de ser solidarios con el prójimo.
En un país como el nuestro, bendecido
por tantas riquezas naturales, no podemos aceptar el fracaso, porque si Japón,
tomado como ejemplo o la vieja Europa, unos por el desastre nuclear y otros por
las guerras pudieron resurgir, que no lo hiciéramos nosotros con nuestro
empeño, sería para sentir que somos 45 millones de fracasados.
Por fortuna, son las minorías
las que ya lo sienten así.
Es preciso que en algún
momento, sean mayorías los inteligentes, respetuosos de la ley y de las
imposiciones necesarias que el poder adopta, simplemente para protegernos.
En ese aspecto, debiéramos ser
una mayoría abrumadora…
¿Y el Estado
protector?
PANDEMIA SIN TRANSPORTE PÚBLICO, GOLPE
A TRAICIÓN QUE
TIENE SUS BENEFICIARIOS
Partamos en
este espinoso asunto, desde la base cierta que el reclamo de UTA y AOITA es
justo, porque ningún trabajador merece ser postergado en el cobro de sus
haberes y más aún en los críticos momentos que vive la Humanidad.
Párrafo aparte merece el sector
empresario de esa actividad del transporte público porque es un rubro que sin
dudas acumula utilidades o de lo contrario nadie se explicaría el empeño que se
pone por lograr cada una de las concesiones que se otorgan no siempre mediante
el trámite de la licitación, pero a veces por tratarse de un servicio público
se apela a la urgencia y las contrataciones pasan a ser directas.
En este caso particular, de los
más de diez días del paro decretado por la UTA y del mes que está sin actividad
el sector de media y creo también de larga distancia, la situación es distinta
porque están de por medio dos integrantes que sostienen esta actividad: los
empresarios del sector y el poder concedente que es el Estado aunque falle en
su declamada condición de protector.
Vale repetirlo porque aunque
desde FETAP se siga utilizando el lacrimógeno pretexto de la pérdida, con
advertir por mil indicadores que no es así, es para pensar que se trata de una
actitud de angurria porque es desde allí que se manejan las prestaciones en
cuanto a frecuencias y calidad de servicio, para hacerlos siempre rentables.
Incluso ahora, con cinco o seis
pasajeros por unidad si es que nos ajustamos a las limitaciones, pero con
líneas que afectaron escasos colectivos que obligan al usuario a esperas tan
agobiantes como inmerecidas, habida cuenta del precio que está pagando por el
boleto, el más caro del país para un servicio que honestamente calificarlo como
pésimo es alabarlo.
Y la otra pata del tema es el
poder concedente que por imperio de limitaciones presupuestarias sumadas a
estos tiempos de pandemia, no está en condiciones de seguir becando a los
señores empresarios que demandan y demandan, apoyados en los miles de rehenes a
los que utilizan a medias con la dirigencia de la UTA.
Ahora resulta que si el estado
municipal o el provincial “no se ponen” con mayores subsidios, los señores
seguirán acollarados con la doble dirigencia sindical en sus demandas que
muestran una enorme codicia por encima de su condición de servicio público
imprescindible, en abierta actitud canallescamente emparentada con la falta de
solidaridad y el beneficio de la inexplicable negativa del poder en aplicar una
ley que ampara al usuario.
La injuria va para largo, pero
bien puede ser un motivo que contribuya en su momento, cuando se recupere la
normalidad, al replanteo de todas las concesiones, pero esta vez con garantías
suficientes de transparencia y control, pero control real, por parte de los
usuarios de alguna forma, aparte de la participación del Concejo Deliberante y
de otros organismos no estatales.
Alguna vez un conflicto de esta
magnitud fue superado con medidas alejadas de la diplomacia, de la que están
abusando tanto el sector gremial como los insaciables empresarios.
Porque la víctima, siempre,
siempre, es el sufrido usuario que mantiene por ser rehén, a los dos sectores que
se benefician con utilidades y sueldos, que los pasajeros pagan para sostener
este sistema que bien podemos una vez más, calificar como perverso.
Lo malo es acostumbrarse…
MUGRE URBANA: UN ATENTADO CONTRA LA
SALUD PÚBLICA YA
CARGADA DE RIESGOS
¿Se habrán olvidado las autoridades tanto de la provincia como de la
Muni lo linda que era Córdoba en estado de ciclotímica belleza urbana? Las
peatonales de lujo, las plazas cuidadas y con juegos que se renovaban con
cierta frecuencia, la ausencia de basura y contenedores colmados en cualquier
esquina, eran especie de distintivos o de postales que atesorábamos en el alma
por lo menos los cordobeses de viejo cuño.
Ahora y seguramente en nombre
de la pandemia, el descuido ha ganado todos esos sectores y uno de los modelos
para arreglar y no tomar como desastroso ejemplo es la casi mítica Plaza Colón,
símbolo del viejo cordobesismo que no es igual al de la actualidad.
Allí las palomas que supieron
aquerenciarse disputando lugares a los murciélagos de la Escuela Carbó han
establecido su reinado y las veredas del que fuera coqueto paseo están
cubiertas por una capa de caca de esas aves, al igual que el descuidado
mobiliario, -por así decirlo- también los canteros y lo que queda de los bancos
que solían ser blancos.
No es mucho lo que puede costar
el envío de vez en cuando, claro, de un
camión hidrante para que haga su trabajo en pocos minutos, teniendo en cuenta
un detalle que las autoridades han pasado por alto: estamos en cuarentena y esa
hectárea que debiera ser pulmón, es un peligroso foco para que mil pestes
nazcan allí.
Para que lo sepan, una de ellas
es la inoperancia oficial en materia de prevención, para lo que las vacunas nunca
alcanzan…
Megacausa del
Registro de la Propiedad
HAY QUE ESTAR EN EL CUERO DE LOS QUE SUFREN
ESA RUIN COSTUMBRE DE LA PRISIÓN
PREVENTIVA
La Real Academia Española en una de
nuestras frecuentes y obligadas costumbres de consultarla, define al término interpretar como explicar o declarar el
sentido de algo. En materia jurídica significa buscar el espíritu de las leyes,
su intencionalidad o lo que quiso o quiere decir.
Aunque en el pasado muchos juristas negaron a los jueces cualquier
facultad de interpretar las leyes, hoy se acepta que ésta es su tarea sumada a
su responsabilidad.
En la causa del Registro de
la Propiedad de Córdoba la ley que establece que la prisión preventiva debe
ser excepcional "se interpretó" como que todos deben
estar presos. El principio que establece la inocencia hasta el juicio "se
interpretó" como culpables hasta que demuestren lo contrario.
La lógica del juicio previo a la condena "se interpretó"
como llegar al juicio con la condena cumplida. La normativa de jueces
distintos para preservar la imparcialidad "se interpretó" como una
comisión especial juzgadora y la prohibición de juzgar a las mismas personas
por lo mismo "se interpretó" como reciclar a los mismos imputados
para nuevos juicios.
Se ha dicho que la interpretación es un acto de conocimiento y no un
acto de voluntad creadora de preceptos jurídicos. Se dirige a establecer
aquello que fue establecido por la norma y no lo que el intérprete estime
conveniente.
Si mi “interpretación” de
estos clarísimos conceptos no falla, lo actuado en la causa del Registro más
que interpretación es una valoración caprichosa y arbitraria. Y aunque esto ya
lo reconoció la Corte Suprema, sigue pendiente la misión
de "interpretar" la verdadera intencionalidad.
Inflación 1,5 % en
abril
LA MEDICIÓN TÉCNICA SUENA A
MENTIRA; LA PRÁCTICA, A ROBO
Seguro que harán cola para
saltarme a la yugular, por los escasos conocimientos sobre economía que pude
acumular en el secundario -confieso que en realidad son casi nulos- como para
ponerme a analizar con algo de seriedad la última medición de la inflación argentina
realizada por el Indec (algunos reemplazan la “c” final por la letra “k”) ajustada
al reciente mes de abril.
Ese uno y medio por ciento
seguramente tiene una base científica porque si careciera de ella, habría que
incorporarlo sin dilación alguna al campo de las ridiculeces insalvables, por
la simultanea mezcla de broma y de insulto que representa, porque si
aplicáramos una sentencia de Platón coincidiríamos con él en eso que la burla y
el ridículo son, entre todas las injurias, las que menos se perdonan.
He confesado mi cercanía a la
ignorancia en materia de análisis de la macroeconomía, porque mis epidérmicos conocimientos
están basados en la visita semanal al supermercado, en el pago de servicios, en
cargarle combustible a mi autito, en comprarme algunas pilchitas, y en manejar
con bastante cuidado los movimientos de mi bolsillo para abarcar todo aquello
que signifique un gasto, lo que inevitablemente lleva a comparaciones.
Los dueños del aparatito
infernal de remarcar son los malos de la película porque al ser el último
eslabón en la cadena hacia el consumidor, es como si se remordieran diariamente
en la aplicación de eso que ellos niegan pero los compradores padecemos, que es
el “por las dudas”.
La pandemia frenó algunos
incrementos, la gente encerrada gasta menos, el transporte paró, ciertas deudas
pasaron a ser parte de un incierto futuro y se dieron otras situaciones que
pueden ser tomadas como atenuantes.
Desde el poder, donde a menudo
y por necesidad y urgencia se apela a la mentira que a ese nivel tiene el
maquillaje de piadosa, es como si nos tomaran, peor que como ignorantes, como
imbéciles, pese a que la mayoría se enrola en el pensamiento de Nietzche quien
una vez sentenció: “Lo que me molesta no es que me hayas mentido, sino que de
aquí en adelante ya no podré creer en ti”.
Pero los que mandan no se
rinden ni siquiera ante el rigor de los números y pontifican en la defensa de
las determinaciones que toman, aunque sean un dechado de incoherencias si las
masticamos con sentido práctico y el sostén de los tiempos que en general no
consigue modificar sus argumentos.
Y es cuando nuevamente, aunque de
economía en mi caso particular sólo la evalúe por los gastos diarios, es que
uno se resigna a opinar en legítima defensa y obligado por las circunstancias y
al carecer de sabiduría, nos inclinamos por adherir a los grandes pensadores.
También desde el poder, que
nunca achicó sino que incrementó los gastos del Estado, se pretende que sea la
sufrida ciudadanía la destinataria de sus privaciones y ajustes, para que ellos,
sin pudor y sin medida, puedan seguir despilfarrando, malgastando y
enriqueciéndose como casta privilegiada a costillas del sacrificio ajeno.
Planteado el escenario, no me
pidan que tras el diagnóstico aporte la terapia, porque lo reitero, poco y nada
domino la materia economía y ellos dicen ser expertos.
“Aconsejar economía a los
pobres es a la vez grotesco e insultante. Es como aconsejar que coma menos al
que se está muriendo de hambre”.
Debo confesar que esa frase no
me pertenece, pero leyendo para intentar aprender algo de economía, se me cruzó
esa genialidad de Oscar Wilde.
La dijo hace una pila de años y
sin conocernos…
¿Los archivos tienen valor probatorio?
ESQUIVARLE A DOS CAUSAS NO ES
CONSAGRAR
LA IMPUNIDAD Y MUCHO MENOS LA
INOCENCIA
Debo confesar que soy un
fanático de los archivos, de los reservorios de memorias, de los narradores de
viejas historias y de actualizadas noticias, tanto que soy poseedor de una
videoteca donde atesoro momentos históricos tanto de mi ciudad cuna que es ésta
y de mi provincia como del país.
Leo por día una decena de
diarios de todas las corrientes de opinión, escucho radios y veo noticiarios y
programas políticos de distintas tendencias, que todos conocemos.
Ayer había empezado a hurgar
en esas memorias y me encontré con algunos datos como para aplicar a esta
reciente situación que la Justicia o el organismo para atacar la corrupción,
había eliminado de su cometido lo concerniente a dos causas que involucran a la
Sra. Cristina, actual vicepresidenta de la Nación (como también lo fuera el
liberado Aimée Boudou, condenado e inhabilitado) como para cerrar un par de
problemas que sin dudas la aquejan.
Y al leer Clarín, el que miente,
me encontré con un párrafo que ya había separado un par de años atrás de mis
archivos y se los voy a leer, dichos textuales de nuestro actual Presidente el
Dr. Fernández a un medio periodístico el 16 de febrero del 2015 para una nota
que La Nación publicara con el título “Hasta que el silencio aturda a la
Presidenta” y decía: “Cristina sabe que ha mentido y que el memorando firmado
con Irán sólo buscó encubrir a los acusados. Nada hay que probar. Merced a ese
pacto, la evaluación de los hechos quedaría en manos de una comisión que
funcionaría en la patria de los prófugos y en la que la mayoría de sus miembros
debería contar con el acuerdo iraní”.
Haciendo un paréntesis,
recordemos lo más reciente: las causas Hotesur y Los Sauces van camino al cajón
de los olvidos porque así lo decidió el titular de la Oficina Anticorrupción,
apartada como querellante que debía manejarla.
Ahora vamos a Nisman y perdón
por la ensalada que estoy mezclando, aunque no tanto porque todo tiene que ver
con todo. La Cámara Federal ordenó investigar en
forma genérica si algunos de los denunciados por el ex fiscal de la AMIA
participó del asesinato.
Le dieron esta
nueva perspectiva a la causa al ordenar que se debía sumar a la causa del
crimen las causas de la denuncia de Nisman por el pacto con Irán, la llamada de
la “zona liberada” en el departamento de las torres Le Parc y la del incendio
en la Casa Rosada ocurrido unos días después del crimen que borró el registro
de entradas.
Comentan los diarios de entonces
que en la causa del crimen se investigaban personas y hechos ocurridos entre la
presentación de la denuncia el 14 de enero del 2015 y el hallazgo del cadáver
el 18. Entonces, este fallo abre la puerta para investigar a personas y hechos
ocurridos desde la firma del pacto con Irán el 27 de enero del 2013. No
significa que las causas deban necesariamente acumularse en una sola pero
sí que deben fotocopiarse o citarse.
El gobierno de Irán sostuvo que el memorándum de entendimiento firmado con la Argentina para investigar el atentado a la AMIA pondría
"fin" a las alertas rojas que pesan sobre los acusados iraníes por el
ataque. El canciller recibió después una
carta de su par iraní, Mohammad Javad Zarif, en la que revela que el pacto fue
aprobado por el parlamento iraní.
Y ahora vuelvo al Presidente
Dr. Alberto Fernández, en otro párrafo de la misma nota periodística del 2015,
ocasión en que la que manifestó que “Sólo un necio diría que el encubrimiento
presidencial a los iraníes no está probado”.
Bien vale la pena ser
memoriosos y como coleccionista de elocuencias dichas por los grandes
pensadores, como para aliñar esta ensalada, recuerdo que Schnitzler supo
sentenciar que a las personas con las que hemos sido injustos raramente solemos
mirarlas con buenos ojos. Al contrario despiertan en nosotros el deseo de ser
todavía más despiadados la próxima vez, aunque solo sea por suavizar la primera
injusticia que cometimos.
Por eso, esperemos que la causa
del memorando con Irán no vaya a parar al mismo cajón de “Los Sauces” y
“Hotesur”.
Con la prepotencia de siempre…
LA DEFENSA DE CIERTOS PRIVILEGIOS SUELE
EMPUJAR A UTILIZAR MÉTODOS
REPUDIABLES
Una vez más los municipales se
han pintado la cara al declarar la guerra o por contestación a la guerra que le
declararan desde el gobierno en una actitud de legítima defensa -me refiero al
poder- de los intereses de la ciudadanía, más que en apoyo a viejos caprichos
que en su momento fueran complacidos por eso tan viejo y cómodo de evitar
conflictos sociales, sin darse cuenta que es el pueblo el que los padece.
Es indudable y la gente lo
tiene perfectamente asumido, que los empleados de la Municipalidad de Córdoba
gozan de inusuales beneficios que si bien fueron conseguidos mediante la lucha
sindical, hacen que del presupuesto de la ciudad la masa salarial se lleve un
porcentaje que supera el 70.
Entonces nos preguntamos: ¿qué
milagros se hacen desde el poder, aparte del mangueo a la Provincia y en casos
al tesoro nacional, para cumplir con algo parecido a un plan de obras? ¿Con qué
se mantienen los dispensarios, hospitales y otros centros de atención médica a
la comunidad? ¿Y las escuelas?
Son numerosos los rubros que
quedan postergados o mal atendidos, porque la Municipalidad en cualquier
momento al Palacio 6 de Julio tendrá que nominar como ciudad, porque ya superó
largamente los 10 mil habitantes, pese a lo cual muchos de los servicios deben
ser tercerizados, ¿saben por qué? ¡porque el personal no alcanza!
Es cierto que hay una mayoría
de empleados sacrificados, cumplidores, ejemplares y con ganados atributos como
para merecer los mejores salarios, pero también están los otros, los vivillos que
incluso forman individualmente una especie de ejército oculto que se dedica a
venta de ropa, elaboración de postres, atención de uñas y otros menesteres,
dentro de las horas de trabajo ¡y muchos de ellos gozan de horas extras y
extensión de jornada, como si no les alcanzara el tiempo!
Eso colmó al poder municipal
que drásticamente redujo ciertos beneficios, sin tocar los servicios de salud
ni de educación, lo que provocó la reacción de un gremio cuya dirigencia se
acostumbró a la inmunidad por prepotencia, con lo que consiguió satisfacción
para muchos de sus caprichos.
Entonces la dirigencia con el
lógico apoyo del cuerpo de delegados violó la cuarentena, se encolumnó, antes
contaminaron el aire quemando neumáticos viejos y los oídos con sus bombas de
estruendo, dañinas prácticas que están prohibidas, y fueron a las puertas del
Concejo Deliberante a ejercer el mecanismo de siempre que es la presión.
No recuerdo si alguna vez hubo
algún fiscal que se animara a proceder frente a la flagrancia, pero en esta
ocasión la reacción de quien ocupa el sillón mayor del palacio municipal fue
apelar a la Justicia, de donde partió la imputación contra más de una decena de
dirigentes y delegados a quienes se identificara en el momento de violar el DNU
presidencial que establecía la cuarentena.
Por fin que alguien, aunque su
tarea en la ciudad a veces sólo se nota por la costosa difusión que hacen de
esos actos, se haya decidido a que se respete la ley de la única manera que
existe, que es aplicándola.
Que les pinten los dedos y que
el proceso continúe, no es garantía que tal acción lleve a la modificación de
viejas e impuestas costumbres de apriete, heredadas de la pasada conducción que
durante 30 años encumbró a dirigentes y devaluó derechos de los contribuyentes.
Porque vaya paradoja, quienes solventamos esas prácticas sindicales, somos los
que pagamos impuestos no muy baratos…
Nada mejor que apartar a los
violentos, algunos demasiado conocidos, para que la Municipalidad de Córdoba
vuelva a ser de los vecinos que la mantienen y no de los malos dirigentes que
la exprimen.
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