24 de mayo de 2020

S.L.B.: LA CABA, CHACO, CÓRDOBA Y ALGO MÁS, DE REGRESO AL ENCIERRO - LA UTA, AOITA Y MUNICIPALES EN PARO INSOLIDARIO - LA "UNICAMERAL COMPÓSITUM", VACUNA CORDOBESA QUE CURA E INMUNIZA - NO ES PARA FIESTA NI VIAJE A DISNEY: 15 AÑOS DE LA MEGACAUSA - EL "QUÉDATE EN CASA" TIENE ADEPTOS Y ENEMIGOS - MAÑANA ES EL DÍA DE LA PATRIA - NADA SE LOGRA CON HISTERIAS, LO QUE HA PASADO A SER MODA, ETC.


Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” que emitieran en dúplex AM580 y la FM88.5 ambas de Radio Universidad Nacional de Córdoba, el domingo 24 de Mayo de 2020, edición n° 622.

Junto con Chaco, CABA y algo más
¿TIENE  CULPABLES  LA  PROLONGACIÓN  DEL
ENCIERRO?NADIE EN EL MUNDO LO HA HECHO
   Los argentinos tenemos esa ya vieja costumbre de esmerarnos en la conquista de títulos o de records, como si tal mecanismo nos encumbrara en el concierto internacional.
   Fangio fue récord, Monzón también lo fue, Higuain errando penales, Vilas en los courts, Favaloro en medicina por su invento del by-pass y algunos otros, en distintas disciplinas y profesiones, pero ahora hemos alcanzado otra marca mundial, y es la de ser el país que más tiempo ha prolongado la cuarentena y dejó de ser “cuareterna” para erigirse en una especie de forma de vida, de lamento o de resignación.
   Y como todo en la vida, las realizaciones como los errores tienen autores o responsables, aquí habría que ponerse a estudiar quién o quienes debieron apelar como último recurso a esa especie de tortura sicológica que supone ir de a poquito, como cuando te quieren hacer daño, prolongándote el encierro en cuotas porque si lo hicieran de golpe y a plazo medianamente fijo, distinta sería la reacción de la sociedad, una sociedad como la nuestra tan amante de la libertad, enemiga de los yugos y abierta opositora a los corrales o a los límites que en muchos aspectos son imprescindibles.
   Entonces, si hasta los chinos levantaron su rigidez, Europa se viene despertando y en otras latitudes ya abrieron los grifos del libre albedrío, ¿qué es lo que lleva al poder a que nos tenga que volver al corral y por qué nos dejó asomar afuera?
   Podemos hablar de imprevisión, de fallas de cálculos, de mala información peor manejada o de cualquier error humano, pero lo malo es que en materia de culpabilidades, también somos los argentinos campeones mundiales del esquive, porque a la culpa siempre la tienen los otros.
   Evaluado desde el punto domésticamente, digamos epidemiológico, el paso atrás se debió al desborde porque  bien sabemos que a mucha gente le das la mano y te agarran del codo, pero ese argumento no alcanza.
   Por allí se mezclan en la situación emergente de la pandemia algunos factores externos como son los intereses políticos, el miedo que no es zonzo, la prudencia siempre necesaria o la improvisación y las dudas a lo que estamos acostumbrados.
   El tema no es optar por el apuro, porque la vida nos ha enseñado que los cementerios están llenos de apurados y entonces estamos obligados al acatamiento de ciertas imposiciones antipáticas pero -al menos para la ciencia- que asoman como necesarias.
   Entonces, aguantemos los alargues del padecimiento de sentirnos encerrados y busquemos las maneras de sobrellevar esta contingencia, especialmente pensando en el futuro; en el mañana cercano, que ansiamos de una vez tenerlo a nuestro alcance.
   Tenemos una especie de “socios” con quienes nos unen la impaciencia social, a lo mejor eso de los remiendos y mucho de improvisación como para tener alguien a quien echarle culpas: Chaco, la ciudad de Buenos Aires y su conurbano, nos acompañan en la medida de condenarnos a la prolongación de la cuarentena.
   Es un tema de paciencia y de respeto por la realidad.

Incluyendo violaciones a la ley
LA UTA, AOITA  Y  EL  SUOEM MANTIENEN
SUS RECLAMOS POR ENCIMA DEL DRAMA
   Casi dos semanas los urbanos y más de 40 días los de media y larga distancia, es que se viene prolongando el cese de actividades de un servicio que en algún momento fue considerado esencial para la sociedad y sujeto, tengo entendido, a ciertas regulaciones en materia de paralización por conflictos.
   Párrafo aparte para la contaminante y revoltosa muchachada de la Municipalidad de Córdoba, a los que desde el poder les cortaron una serie de ventajas que gozaban algunas a un paso de la exageración y la injustificación, como el cobro de horas extras que no se trabajaban y de extensiones de jornada que no se cumplían.
   Es necesario dejar fuera de esta calificación a muchos empleados serios, cumplidores, sacrificados en sus tareas, pero no es posible que muchos de los servicios deban ser tercerizados, al amparo de un pretexto ridículo como el de sostener que es por falta de personal.
   Así las cosas, es como para enfocar este triple problema desde el punto de vista del impacto hacia la sociedad, y en este caso hacia los más necesitados lo que se agrava en estos irregulares tiempos de encierro como de necesidades no satisfechas.
   Los pocos que están habilitados a salir de sus casas para ir a trabajar y llevar a su regreso unos pesos que les permitan subsistir, deben resignarse a no concurrir o a la inevitable vaquita o polla que reúna a cuatro o cinco compañeros para compartir un taxi.
   U optar por la bici, con el doble riesgo que implica por el hambre que los cacos les tienen y por el peligro de accidentes aunque el tráfico de vehículos haya perdido intensidad.
   Entonces cabe una apelación a la dirigencia sindical que contiene tanto a los choferes de la UTA como de AOITA, en el sentido de pensar y obrar sin egoísmos, aunque sus demandas sean justificadas frente a la demora en cobrar sus haberes, peor es la situación de quienes por falta de movilidad, llegan a perder sus trabajos.
   Y bueno… en cuanto a la Muni, parece que Llaryora se enfrenta a un “riváival” demasiado trillado, de la instauración de un estado de conflicto permanente, mecanismo al que históricamente apelaran los seguidores de Daniele quien sin dudas no ha dejado de influir en las situaciones internas pese a que parezca algo alejado de la conducción.
   Porque ahora, más que una situación de demanda sindical, está el otro componente que se llama solidaridad, que es lo que claman sin decirlo, aquellos que dependen de estos insensibles dirigentes que nunca viajan en ómnibus, para no quedar definitivamente en la calle, y para colmo, desocupados.

¡Milagro del “cordobesismo”!
ENCONTRÓ CON EL “UNICAMERAL  COMPOSITUM”
LA VACUNA E IMNUNIZACIÓN QUE NOS PROTEJEN
        No son pocos los dirigentes políticos, sindicales o de otras actividades que se molestan o se enojan e insultan, cuando algún sector de la sociedad sostiene que la pandemia ha sido por así decirlo y entre comillas, utilizada para encubrir ciertas demandas, situaciones o necesidades.
   Y si es por citar ejemplos y dejando de lado lo que pudiera contener de apresuramiento o directamente de una equivocación, no olvidemos lo que ocurrió en el nivel nacional, con relación al inicio de uno de los juicios que debe afrontar la expresidente de la Nación y actual vice, que pese al enorme despliegue de tecnología mostrado en todo lo relacionado con la campaña contra la pandemia y para sesiones del Congreso y de las Legislaturas, especialmente en cuanto a enlaces informáticos, no fue posible llevarlo a cabo ante fallas insuperables en el sistema.
   En fin… Es de suponer que una vez subsanado el inconveniente no se apelará a la vieja proclama de Alsogaray cuando pregonaba que todo se arreglaba pasado el invierno y que en este caso la modernidad aporte su celeridad puesta de manifiesto en ocasiones similares y de mayor gravedad.
   Lo ocurrido pocos días atrás en Córdoba bien puede servir para enriquecer la historia por una parte y por la otra, para tomar conciencia del poder que utilizan los que mandan para apoyar sus decisiones, que bien pueden tener un alto contenido de necesidad como de premura, obligación u obediencia al poder central, so pena de no recibir ayuda financiera que lo deje en absoluta cesación de pagos de la cuantiosa deuda que viene contrayendo tanto afrontando como aumentando,  en dólares, lo que ya de por sí puede ser considerada como actitud suicida.
   De alguna parte hay que sacar por lo menos para un par de cuotas, como dicen los que se meten en créditos usurarios en las cuevas financieras y no saben cómo salir. Y como siempre, los fondos de las jubilaciones que están siempre a mano, fueron y así todo lo indica, el botín salvador en estas apremiantes circunstancias de no contribuir al defól nacional que venía cantado, aunque sea técnico, como dicen.
   Y una vez más apareció la ya conocida alquimia del “cordobesismo” llevada a la práctica algunas veces, que le hace creer al jubilado que descontándole puntos a su 82 por ciento consagrado por la Ley, a fin de mes cobrará más.
   Entonces fue menester -y los hechos así lo confirman- agravar la situación pandémica hasta el punto de volver al encierro, no salir a la calle, ni hablar de manifestaciones de más de 10 personas y para colmo, con la ayuda por así decirlo, aún no se sabe si ocasional o consentida, del transporte paralizado.
   En una palabra, asegurando la movilización cero, lo que también significa un ahorro de policías que estarían destinados a controlar que nadie se moviera de sus casas, y menos aún en dirección al nuevo, inoportuno, costoso y poco funcional centro gubernamental al lado de quien manda en todo aspecto, que es la sede del Ejecutivo.
  Y sin afectar a parte de los docentes, a la policía, guardiacárceles, que bien pueden ser necesarios para neutralizar protestas, le hicieron pagar la factura de la imprevisión financiera y ese curioso apuro por endeudarse al resto de la sociedad cordobesa del sector más vulnerable que es el de los jubilados, frente al silencio parcial de la dirigencia sindical salvo las reacciones de un sector de UEPC, de Luz y Fuerza, de los bancarios y de algún otro no contento con lo aprobado, seguramente por obediencia debida.
   Si nos hacía falta una vacuna, vaya un premio Nobel en Medicina e Investigación Científica para los artífices de la creación de la “”Unicameral compósitum”, vacuna ideal para inmunizar especialmente a los viejos, tan molestos ellos…
      Finalmente un doloroso interrogante: ¿cómo era esa ceremonia con un juramento sobre la Biblia, o en nombre de la honorabilidad, o por cualquier otro “testigo”, acerca de aquello “que Dios y la Patria me lo demanden?”.
   Para este caso puntual que nos ocupa y nos afecta, un sentido y elocuente final de tango: hoy un juramento, mañana una traición.
   ¡Chan, chan!

Todo indica que seguirá vigente
NO ES MOTIVO DE FIESTA NI PARA  UN VIAJE
A DISNEY: LA MEGACAUSA CUMPLE 15 AÑOS
   Aunque más aletargada por la presencia del coronavirus, la Justicia Penal de la Provincia ya cumplió 15 años sosteniendo la causa del Registro de la Propiedad de Córdoba, alimentada mediáticamente más como un culebrón para la televisión que como un oficio de trabajo de los tribunales.
   Muchas veces se desnudan condiciones personales de los acusados o enfrentamientos entre abogados y funcionarios judiciales, cuestionando el derecho de cualquier imputado a elegir el abogado que se le antoje, mientras nada, absolutamente nada se debate sobre el encarcelamiento sistemático en prisión preventiva con ninguna esmerada justificación.
   En los juicios se asiste a fenómenos curiosos, más propios de la telepatía, la teletransportación o la adivinación,  que de las leyes de la física, la matemática o la lógica, que permiten al Fiscal decir que acusados que no se conocen entre sí, integran  peligrosas bandas; que un grupo de 15 personas ingresa a una oficina pública sin ser visto, que se comunican entre ellos sin verse ni llamarse o que cometen acciones a kilómetros de distancia, todo para una antología de la desbordada imaginación.  
   El resultado final, con la condena y prisión de todos, subsanando cualquier falta de pruebas por íntima convicción y  la decidida sordera de cualquier funcionario, o periodista presente ante las denuncias realizadas contra altos funcionarios completan el show.
   Posiblemente pasarán muchos años hasta que algún curioso buscador de verdades se dedique a escudriñar con  mirada objetiva e imparcial esta revuelta causa.
   Por ahora y peligrosamente, sobre este controvertido y curioso tema, existen más interrogantes que respuestas. 
Un tema que nos cambió el ritmo de vida

Una muletilla internacional
PARA  REFLEXIONAR: QUÉDATE EN CASA Y
A LO MEJOR LOS ENCIERROS SON PEORES
        Es tanto el material de lectura que por estos días inunda las redes, que a este detalle se le suma una enorme legión de pensadores debutantes y de otros interesados en hacer trascender sus ideas y pareceres.
        Conocemos por lo que aparece como buena intención, esa marcada sugerencia a que nos quedemos en casa, como única manera de “vacunarnos” por así decirlo, contra la pandemia que viene azotando al mundo.
   Y entre tales escritos en estos tiempos de literatura virtual, y en contraposición a la consigna de quedarnos en casa divulgada desde el gobierno; nosotros, fieles a nuestro democrático estilo de no censurar a nadie, otros plantean una marcada oposición contenida en estos términos:
 “Quédate en casa que nosotros te dejamos sin trabajo y llevamos tu empresa a la quiebra, esa que te costó tantos años crear.
 Quédate en casa que nosotros decidimos por vos; a qué hora podes salir y en qué condiciones.
 Quédate en casa aunque no tengas dinero para comprar comida.
 Quédate en casa aunque a tu madre le queden pocos años de vida y te necesite.
 Quédate en casa y no veas a tus nietos por las dudas que te contagien.   
 Quédate en casa pero seguí pagando los impuestos aunque no generes ingresos.
 Quédate en casa mientras terminamos de colonizar la Justicia.
 Quédate en casa mientras nosotros ponemos los presos en libertad.
 Quédate en casa así podemos ejecutar nuestro plan sin escuchar protestas.
 Quédate en casa que nosotros te dejamos una lista de entretenimiento virtual para que no te hagas preguntas sobre la nueva normalidad.
 Quédate en casa; no te expongas a la luz solar, ni a los gérmenes así terminamos de socavar tu sistema inmunitario.
     Quédate en casa hablando por teléfono mientras nosotros escuchamos tus llamadas y nos acercamos un poquito más al plan perfecto. 
 Quédate en casa, aléjate de todo lo que te hace humano, así nuestra interferencia es más sutil y no encontráis culpables.
     Quédate en casa así vamos estudiando tu comportamiento cuando esto sea la norma. 
 Quédate en casa como cuando el modelo hitleriano daba órdenes y la gente cumplía. Solo que él lo hacía con armas, nosotros lo hacemos con tu miedo. 
 Quédate en casa no pelees por tus derechos como ciudadano ni por tu familia, te queremos bien dócil, no rebelde.
     Quédate en casa mientras seguimos gestionando lo más parecido al funcionamiento de una dictadura con tu ignorancia.
     Quédate en casa y repetí este mensaje mil veces. Porque de tanto decirlo, te lo vas a terminar creyendo. No por dos meses o un año, sino por el resto de tu vida… 
 Entérate, no te quieren sano, ¡te quieren cautivo!”
 Hasta allí esta especie de “manifiesto” y en homenaje a la libertad de pensar y de obrar que rogamos nadie vulnere, es que decidimos hacerla conocer.

25 de Mayo
MAÑANA DÍA  DE  LA  PATRIA, DE CUANDO
SE SUPONE QUE EMPEZAMOS A SER LIBRES
    La verdad, es una manifestación de principios que vengo sosteniendo y reiterando desde el alma, en cada ocasión que me toca referirme al Día de la Patria.
Hemos celebrado más de dos siglos como Nación y la realidad pone en duda que hubiéramos aprovechado como patriótico beneficio las lecciones de nuestra propia historia.   
   Nos vienen metiendo en la cabeza desde allá lejos en la escuela primaria algo parecido a la simpleza sin complicaciones, procurando hacernos entender que la Patria es la bandera, la escarapela o el Himno Nacional, respetables aunque insuficientes símbolos.
   Los políticos coinciden, pensando a la Patria como la construcción de una gigantesca obra para nuestro bienestar y para todos los hombres de buena voluntad que quieran habitar su suelo.
   Y cada 25 de Mayo desde que me acuerdo, hoy a 210 años de aquella gesta, vuelvo a considerar oportuno pensar en voz alta a mi modesto entender qué es la Patria, desde mi simple condición de ciudadano, lo que vengo sosteniendo desde chiquito y jamás me cansaré de repetir.
   Debe ser la Patria el paraíso donde podamos vivir en paz y en libertad porque representa decencia, trabajo, sacrificio.
   La Patria no es el bolsón, el subsidio o la beca para no trabajar.
   Es honestidad a ultranza; entrega, amor por las raíces y generosidad con nuestro prójimo.
   La Patria es construir y no mentir.
   Es buscar el bien común.
   Gobernar y obrar sin soberbia ni autoritarismo.
   La Patria es administrar honradamente lo que tenemos y elaborar aquello que necesitamos.
   La Patria, por muchos burdamente devaluada en su concepto, es educación, seguridad, justicia y salud para todos, sin elegidos ni marginados.
   La Patria también es el respeto a los que piensan distinto y a la Patria la hacemos en la ciudad y en el campo.
   La transpiramos en la calle, en las escuelas y en el surco.
   Más nos demandará llegar a gozarla, cuanto más tardemos en empezar a construirla quitándole las muletas aportadas por la mediocridad.
   Peligrosamente nos estamos resignando a perder demasiado tiempo mientras seguimos aguardando la bonanza de aquella Revolución que se inició en 1810.
   La Patria no crece porque mediáticamente se lo declame.
   La Patria no es un reñidero para que desborden las pasiones y triunfe la intolerancia, porque al costo en sangre ya lo hemos pagado y muchas veces.
   La Patria es el diálogo, el debate, el disenso, la discusión.
   No es de civiles ni de militares, sino de argentinos.
   La Patria no es Lanata ni lo es el periodismo militante nacional y popular.
   La Patria no es Menéndez ni Videla, pero tampoco lo es Firmenich ni los jóvenes que se decían románticos.
   No lo es de los ricos ni de los pobres, sino de los ciudadanos probos y honestos.
   A la Patria la dignificamos con el trabajo, y cuando disminuye o no hay, es necesario crearlo, porque la Patria es producción más que dádivas y es apego a la cultura del esfuerzo y del sacrificio.
   La Patria es también rebeldía ante la injusticia, cariño por lo nuestro y respeto hacia el prójimo.
   La Patria envilecida por la corrupción, solo se cura con justicia honestamente independiente y no con la obediencia debida de algunos jueces.
   Esta Patria será grande cuando estemos unidos, y juntos derrotemos a los fantasmas de la discordia y las miserias que se fortalecen con los resentimientos.
   Parece cosa de locos y para sociólogos, que la Patria todavía no tenga definida su identidad.
   La va a tener, cuando podamos coincidir pobres y ricos, ciudad y campo, profesionales y estudiantes, civiles y militares, peronistas y radicales, izquierdosos y liberales, rubios y morochos, para convencernos que la única bandera del país debe ser el esfuerzo con decencia.
   Será el día maravilloso y mágico que marcará la verdadera fecha de nuestro alumbramiento como Nación.
   Trabajemos unidos, y más ahora alejados de los abrazos, codo a codo y empecemos ya, desde arriba hacia abajo, para que la desunión, la puta grieta y los desencuentros no sigan siendo más rápidos que los relojes y los almanaques.

¿Estado de permanente catarsis?
AUNQUE NADA SE LOGRA CON HISTERIAS, ES
EL NUEVO MODELO DE CONDUCTA IMPUESTO
   Seguramente los profesionales que más serán buscados, consultados y acosados profesionalmente tras la pandemia y luego de los obligados encierros inoportunamente atenuados a veces, serán los sicólogos y los psiquiatras, obviamente hombres y mujeres, pero aborrezco eso de insultar a nuestra lengua con el modelo inclusivo.
   Y buena noticia para los fabricantes de divanes porque los que tienen, seguramente les sacarán várices a las patas por exceso de uso.
   El tema es que la nula costumbre del encarcelamiento domiciliario se impuso por imperio de circunstancias, ineludibles por cierto, pero que modificaron conductas, relaciones, costumbres, manías e inclinaciones.
   Un amigo, incluso, me confidenció que había descubierto en su esposa con quien estaba casado desee hacía más de 30 años, dos lunares que le parecieron más que atractivos, casi comestibles.
   Los chicos estuvieron obligados a insertarse en un mundo donde llegó el momento que hasta la play les resultaba aburrida, el manejo de los celulares paternos quedó relegado a un segundo plano y las prácticas deportivas escuetamente encerradas en el patio o en la incómoda terraza.
   Los juegos de naipes hartaron a los mayores, optaron por balconear con serenatas nocturnas a veces cosechando aplausos y en otros casos denuncias vecinales, abucheos y disparos de armas de fuego al aire.
   La histeria por encierro y aburrimiento se apoderó de todos salvo algunas excepciones y llegamos a comprender a los internos de Bouwer, a los que estaban en Sierra Chica o a los que dejaron sus huesos en Sing-Sing.
   Pocos fueron los cultores de la concentración mental y la paciencia que optaron por el Ommmm, por la meditación o esa milenaria curiosidad por explicarse la cuadratura del círculo o la circunferencia del cubo.
   Las más salientes excepciones fueron aprender a cocinar, cuidar como nunca el celular que no cayera a manos peligrosas cargadas de curiosidad y dudas, cuidarse de hablar en sueños durante intimidades por eso que suele darse de la confusión de nombres que después no hay forma de enmendar, o por gastar los zapatos que no se usan, con lustradas tan repetidas como innecesarias porque después andan en zapatillas.
   Los más inteligentes, me dijeron, fueron aquellos que optaron por la sana y poco frecuente vocación por liberarse hacia adentro y entre otras cosas, dejar de pensar que no es lo mismo sufrir parásitos intestinales que tener vida interior.
   Resumiendo, los encierros dan para mucho más -aparte de la histeria que desatan-  de lo que alguna vez pudimos sospechar.
   Pero la verdad, como experiencia positiva, tiene sus costados que muchos sin dudas habrán -o habremos- de extrañar.

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