Desgrabación de los comentarios del
periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” edición nº 723 del
1/5/22 emitido en dúplex por la AM580 y la 88.5FM ambas dependientes de Radio
Universidad Nacional de Córdoba.
La dignidad del
trabajo ante los subsidios y la vagancia
EL HOMENAJE DE ESTE DÍA A LOS VERDADEROS
MÁRTIRES QUE LO MERECEN POR SU SACRIFICIO
Hoy es el día
nuestro, de los que por convicción y elevada responsabilidad cívica hemos
abrazado desde décadas atrás la cultura del trabajo, que no deja de ser una
innegociable actitud frente a la vida que nos enaltece ante la sociedad.
Y no es tanto para festejar, sino para
evocar en el respeto a los mártires de Chicago y su sacrificio de entregar sus
vidas en la lucha por reivindicaciones, que por aquellos años eran una de las
tantas utopías para el reinado del capitalismo. No hay para qué extendernos en discursos, sino más bien en una especie
de enunciación de principios, que hacen a la dignidad de trabajar.
Como siempre y en casi todo el
mundo, la celebración del día del trabajo, o del trabajador, es motivo
para reuniones multitudinarias como los casos de La Habana, Moscú y la
inestable Caracas por ejemplo, o con la parcial inactividad y la sagrada
expresión del locro, entre nosotros. El clima en los años
más recientes ha sido adverso para los seguidores del criollo potaje, porque la
temperatura más cercana al calor que al fresco, acentúa los efectos de una
ingesta descontrolada.
Los daños emergentes se advierten recién por la noche o entrada la
madrugada, cuando es común en los casos de las parejas, que se produzcan
ruidosos y momentáneos divorcios o despavoridos abandonos del lecho,
seguramente más potenciado recientemente con el obligado encierro “interpandémico”.
Quiero de paso ofrecer un humilde
reconocimiento a todos los dirigentes sindicales que ofrendaron buena parte de
sus vidas y en muchos casos la vida misma, en la diaria fragua de la lucha
gremial, sin claudicaciones ni privilegios. A los que siguieron siendo ejemplo de fervor laboral en su trabajo
cotidiano y no vivieron prendidos a la licencia sindical, en cuyo nombre se
cometen tantos abusos.
Quiero eximir de este reconocimiento, por estrictas cuestiones de
justicia, a los que se sirven de su condición de dirigentes en provecho propio,
de sus familiares, de los amigos y de las amigas, porque no merecen figurar en
el cuadro de honor de los honestos, sino en la revista especializada “Forbes”
que califica a los financieramente poderosos.
Quiero, en definitiva, valorar el
esfuerzo de tantos hombres y mujeres que se dignifican laburando, sacrificando
su descanso, buscando siempre algo más para hacer; para sentirse útiles, para
saberse capaces, que es la manera más maravillosa de sentirnos libres.
El actual marco referencial no es
el mejor, con el preocupante número de desocupados reflejado en las
estadísticas, el deterioro del salario en su poder de compra, los aumentos en
mercaderías y servicios y una inflación agazapada que nos castiga sin
misericordia.
Esto se agrava con la ceguera del poder que al omitir
maliciosamente la autocrítica disfraza de bonanza las penurias, maquilla de
logros alcanzados a sus errores y fracasos, e insiste en políticas
repetidamente calificadas como estrepitosas decepciones, mientras la auténtica
clase trabajadora se debate en una maraña de promesas, incertidumbres y
demagogias ampliamente superadas por una realidad lacerante, que no alcanza ni a
mover las agujas de la sensibilidad de una dirigencia egoísta, ventajera y acomodaticia
que en cambio progresa hacia adentro, marginando a quienes los encumbran con su
esfuerzo hacia esa milagrosa transformación en millonarios.
Por otra parte las becas a la
vagancia (algunos les llamaban y les llaman planes o subsidios) no hicieron
otra cosa que ofender y apropiarse de la poca dignidad que les quedaba a muchos
argentinos, que prefirieron y aún optan por eso: la dádiva en lugar de
transpirar, precisamente para dignificar y adecentar lo que cobraban y miles
cobran como ñoquis.
Debemos reconocer también la
culpa de muchas empresas, que cuentan con dos curiosos mecanismos destinados a
la reducción de sus planteles: las tecnologías aplicadas a mansalva y la
utilización de jóvenes necesitados que son “empleados” porque el gobierno paga
una parte del sueldo, lo que sirve y se aplica para “desprenderse” de
trabajadores que les resultan “más caros” y la injuria del pago en negro, no
para beneficiar al trabajador, sino como otra manera de evadir tributos,
impuestos y otras obligaciones.
Seguramente con la madurez
democrática que pese a todo aún no hemos fortalecido como para aplicarla en
plenitud, llegará el momento en que la sinceridad se coloque por encima de la
especulación.
Y se haga carne en los argentinos
aquello que sostenía Ghandi: “Dios ha creado al hombre para que gane su sustento
trabajando, y ha dicho que aquel que come sin trabajar, es un ladrón”.
Feliz día, entonces, para los
laburantes en serio…
Desprecio por las
reales prioridades
ANTES DE DEMOLER UN PAREDÓN
HISTÓRICO
ADVIERTAN QUE EXISTEN OTRAS URGENCIAS ¿Se habrán preguntado los
cordobeses a quiénes molesta, incomoda, hastía o le resulta indiferente el
paredón que separa con su nivel, ambos sentidos de circulación del concurrido
bulevar San Juan/Illia?
Seguramente los descubridores de
esa curiosidad urbana, que por lo visto no son de aquí porque recién caen en
cuenta de su añosa existencia, habrán supuesto livianamente que lo mejor era
eliminar ese obstáculo que ofende la correcta vecindad entre barrios tan
hermanados como lo son el centro y Nueva Córdoba, aunque si es por
históricamente copetudos y apellidos patricios, los cercanos al Parque
Sarmiento ganan por goleada y dejo al margen que en aquel sector me tocó vivir
más o menos una década a mediados del pasado siglo. ¿Es necesario tirar abajo
unos 200 metros o más de desnivel, lo que supone trabajos que ocasionarían una
serie de contratiempos para agregar al caos existente en la ciudad?
Un arquitecto especialista en el
patrimonio local, Jorge Bettolli, puntualizó las principales razones para
conservar el muro, enumerando aspectos esenciales del patrimonio local a
considerar y detalló: “El casco histórico de Córdoba alberga el más importante
conjunto existente en el país en lo que se refiere a edificios del período
virreinal o de la dominación española, declarados Monumentos Históricos
Nacionales”.
A ellos se les suman plazas,
plazoletas, calles, y el tejido urbano para conformar el Centro Histórico de la
ciudad que se encuentra protegido por las ordenanzas 11.202 y 11.190, leyes
provinciales, nacionales e internacionales que albergan a edificios posteriores
a la Independencia, que junto a espacios públicos como Centro Histórico,
integran un Patrimonio Cultural de la Humanidad, que es la Manzana Jesuítica.
“Sería un caso concreto de destrucción de un
área protegida por Ordenanzas, al encontrarse vinculada con el área de
protección, conocida comúnmente como Área Buffer”, señaló el arquitecto Bettolli.
Se insiste en esas tareas
vistosas y “de maquillaje” de manera especial en el centro donde todos por allí
pasan y ven que se trabaja, mientras los barrios padecen falencias que siguen
siendo insalvables pese a la gestión de distintas administraciones municipales,
en una demostración de involuntaria o no discriminación ciudadana.
Es como si todo ladrillo que se
coloca, cordón que se pinta, bache céntrico que se tapa, formara parte de la
campaña proselitista y nada malo sería si así fuera, pero el drama es que la
onerosa publicidad que se difunde por esos actos aunque sean poco trascendentes,
es probable que supere en costo a la obra misma, pero el beneficio que se persigue
es electoral y para un partido determinado y sin embargo a eso lo pagamos todos
y eso es lo inaceptable.
Párrafo aparte para las plazas,
donde las demoras han pasado a nivel casi de ofensa a los vecinos porque no
pudieron gozarlas en el verano, pero las autoridades se harán aplaudir cuando
las habiliten, también, como parte de la campaña olvidando todo lo que
padecimos los cordobeses.
De igual manera con el resto de
la ciudad, capital nacional del caos y factores de un elevado endeudamiento que
nos tocará pagar a todos con el “reajuste” de los tributos que será una de las
consecuencias indeseadas.
Alguna vez los cuerpos legislativos
deberán establecer reglas claras en cuanto a los derroches de los dineros públicos
invertidos en propaganda hacia adentro; en la resaltación de nombres y
apellidos, en el virtual endiosamiento de los candidatos.
Todo
esto será realidad más allá de los sueños, cuando los políticos tengan algo,
aunque fuera el mínimo respeto por las prioridades, que son las obras que todos
necesitamos más allá de los sectores que habitemos.
Y no que esos dineros de todos,
se gasten para posicionar a ignotos, extraños o mozalbetes con ansias de poder.
Sólo aquí se premian
los fracasos…
CASO CURIOSO: VENCIÓ EL HAMPA Y
LOS
QUE PERDIERON LA BATALLA SE
QUEDAN
La historia nos refiere infinidad de casos en que las luchas
territoriales acaecidas en cualquier punto del planeta, han dado como resultado
que los ganadores neutralizaron a los perdedores, se quedaron con sus tierras y
otras pertenencias materiales y los obligaron a emigrar, muchas veces con
dolorosos y prolongados éxodos en los que iban dejando el honor con obligado
destino de olvido.
Eso es parte de las evocaciones que nos aporta la memoria, aunque en
casos cercanos no se recrea esa constante en cuanto al premio que galardona a
quienes triunfan, porque pese al resultado evidente de la batalla, resultan más
beneficiados los malos que los que se supone son buenos.
No quiero confundir a la gente, pero es lo que está sucediendo en la
guerra planteada entre la ley representada por los batallones que supuestamente
adhieren a la decencia, la honestidad, el respeto por lo ajeno y por la vida
del prójimo y el otro extremo, el de la delincuencia creciente; el del hampa
organizada con todas las secuelas y otras consecuencias como las que estamos
padeciendo en esta Córdoba que luciera otrora a la tranquilidad como
estandarte.
Ocurre que cuando una de las armas tácticas es la impunidad y está en
manos y beneficio de los marginados de la sociedad, el ciudadano queda librado
a su suerte porque el poder político no sabe, no quiere o no lo dejan ejercer
los mecanismos para combatir a quienes matan, se enriquecen y viven de las
violaciones a las leyes.
Lo peor de esta situación es la negación de la realidad, pretendiendo
que los cordobeses aceptemos el diagnóstico de “sensación” para la imparable
ola de inseguridad que nos abruma y que se acrecienta con el crecimiento
exponencial y descarado de un narcotráfico que a todo lo corrompe… A todo,
salvo que alguien, con hechos, los me demuestre lo contrario.
Por eso es que más duele el resultado de esta batalla, porque si vemos y
sufrimos que ganaron los malos, ¿por qué los que se dicen buenos y demostraron
ser incapaces de triunfar, se siguen quedando, aplastando sillones y
pronunciando discursos fantasiosos, sin reconocer que son perdedores, en lugar
de pedir perdón a la sociedad por su condición de inútiles, mandarse a mudar, y
dejar que la acción sea encarada por otros?
No hay caso: somos únicos y casi por obligación, debiéramos adherir a
los conceptos de Von Clausewitz: “Mientras no se ha abatido al adversario,
puedo temer que él me abata”.
Y ese es el mayor de los miedos que el poder, con su inoperancia y sin
tener la honesta y patriótica grandeza de reconocer fracasos, no puede
desterrar.
Megacausa del
Registro de la Propiedad
BUENO SERÍA
RESPETAR LA HERENCIA DE
JUSTICIA QUE NOS DEJARON LOS
ROMANOS
Existen distintas asociaciones no
gubernamentales relacionadas con el tema Justicia. En Córdoba una de ellas
busca defender a los ciudadanos cuyos derechos hayan sido vulnerados por la
acción y/u omisión de los magistrados o funcionarios del Poder Judicial.
Ejemplo de “acción” podría ser el
abuso de prisión preventiva de la causa del Registro de la Propiedad de
Córdoba, que en forma sistemática encarceló a cientos de trabajadores sin
juicio alguno, utilizando tal encierro como condena anticipada y elemento de
extorsión para forzar declaraciones de culpabilidad. Algunos fueron absueltos
después de casi tres años de inútil prisión, incluso cuando desde la detención
el juez, preste usted atención a este concepto, había reconocido no tener
pruebas contra ellos.
Y como ejemplo de “omisión”
merece mencionarse la falta absoluta de sospecha, citación, indagación,
imputación, ni nada que se le parezca contra los altos funcionarios que fueron
denunciados en la misma causa.
Un dato curioso, pero de impacto
institucional, es que el Juez de la causa, el mismo que encarceló a personas
reconociendo que no tenía pruebas, fue denunciado por el Fiscal de haber
recibido coimas. Sin embargo, en este caso, y pese a la gravedad, no hubo
prisión ni encierro por las dudas.
La noticia pasó pronto a los
predios del olvido, otro juez determinó que no había mérito y archivó el hecho
sin mayores explicaciones, cuando de no ser cierto debió merecer una imputación
al fiscal por falsedad. También omisión y acción, pero para privilegio de
algunos.
Hace muchos años los romanos
adoptaron la imagen de la diosa Iustitia con la balanza en sus manos y los ojos
vendados como símbolo de ausencia de cualquier favoritismo o corrupción.
Y a esta Justicia, imparcial y
sin dependencia, es la que aún espera esta meneada causa.
Incursión
presidencial en Córdoba
SI VINO PARA “TIRAR LAS OREJAS”
DEBE ASUMIR
QUE LOS GRINGOS NO
SE DEJAN IMPRESIONAR
Y vino, se dio el gusto y no sabemos si por
iniciativa propia o porque lo empujó la imperiosa necesidad preelectoral de
visitar tierra hostil, como supo calificarla en una de las ocasiones que la
provincia por medio de sus autoridades, buscó que se respetara el declamado
federalismo que como bien lo sabemos, por realidad y por historia, termina en
los límites geográficos de directa influencia portuaria.
Allá piensan -cosa que como advertimos al
revisar la historia reciente no hacen con demasiada frecuencia- que somos el
resto, una especie de resaca ese resto que a veces se encula de tal manera, que
hace derrapar intenciones siempre vigentes de doblegar nuestro sentido de
libertad provinciana, que tantos hechos guardados por la historia ha
protagonizado a través de su gente y en tal sentido prefiero referirme como
muestra a la Reforma Universitaria de 1918 y a la gesta del 29 de mayo del 69
que si tomamos en cuenta las consecuencias que acarreara a nivel nacional, bien
podemos decir que fue una reacción que alcanzara en verdad tamaña
trascendencia.
Y pensar -esto es aparte del tema visita
presidencial pero viene al caso- que Córdoba tendrá un museo del cuarteto,
contra lo que nada me molesta por ser una expresión popular, y desde el poder
vienen sepultando en el olvido o pretendiendo teñir de ideología al Cordobazo
con el solo hecho de haber marginado a un numeroso grupo de periodistas,
verdaderos testigos y protagonistas de esa gesta, a quienes no cumplieron con
las promesas oficiales de aceptarlos como tales en la entidad de colegas que
habíamos conformado.
Pero volvamos a la visita, más allá de los
gestos adustos, de las distancias físicas, de los desacuerdos entre
funcionarios del nivel medio de allá y de aquí, todo sumado a la poco
profesional actuación de la lenguaraz presidencial, es ahora la gente la que se
pregunta para qué vino el Presidente Fernández aparte de intentar congraciarse
con la industria automotriz, que tanto ha venido padeciendo medidas que la
debilitaron y ahora busca su recuperación como para intentar un necesario
crecimiento que nos beneficie a todos.
El resto de la agenda, si hablaron de
coincidir con las fechas de elecciones, si discutieron otra vez por el
franeleado tema de la coparticipación que nos deben y a la vez la ignoran, si
adelantaron la firma de algún acuerdo que les convenga a las partes, es decir
Nación y Provincia, son cuestiones netamente políticas que poco mueven la
sensibilidad del pueblo, que espera medidas de fondo que les mejoren la calidad
de vida.
Que espera del poder algo de racionalidad,
el destierro de los odios internos, el adiós a las zancadillas en el más alto
nivel de la conducción, en fin, ansiamos una recuperación de la gobernabilidad
que no la hemos logrado aunque se cansen de ponderar el éxito de la campaña
contra la peste, sin mencionar los casi 150.000 muertos y se habla de
recuperación económica con una inflación galopante e incontrolada que buscan
esconder debajo de la alfombra.
No se sabe si hablaron de la pobreza
nacional & popular, de la corrupción reinante, de esa intención
virtualmente desnudada de doblegar a la Justicia y su inviolable majestad, en
fin, que hubieran abordado temáticas positivas y no referidas únicamente a la
distante relación que mantienen Fernández, su equipo y Schiaretti y nuestra
provincia.
El día que la autoridad presidencial
resuelva volver a esta tierra hostil, que lo haga sin el puñal entre los
dientes y con la Constitución en la mano, que es el mejor equipaje que los debe
acompañar.
Es como si les costara respetarnos, hasta
que de alguna manera -urnas aparte- volvamos a que nos hagamos entender…
Una tendencia tan
peligrosa como lógica
FRENTE A LA DESPROTECCIÓN
POLICIAL, QUE NADIE SE
EXTRAÑE QUE LA GENTE SE DEFIENDA
POR SU CUENTA
En realidad estas consideraciones que podemos hacer ahora, tendrían que
sumarse en un mismo comentario a lo que puntualizamos hace un rato con relación
a la batalla o la guerra entre el bien y el mal opinando al respecto que venció
el hampa y los que perdieron la batalla se quedan, sintetizando de esa manera
lo que viene acaeciendo en Córdoba, las livianas como insuficientes reacciones
del poder y el sufrimiento y las angustias de la población librada a su suerte.
Pero esto es otra cosa; es otro tema que con el correr de las horas y el
incremento del delito, pasará a ser la cuestión de principal atención por parte
de las autoridades seguramente como parte de la campaña proselitista, ocupando
un sitio de relevancia en el rubro “demagogia” porque sin dudas volveremos a lo
mismo que en ocasiones similares anteriores, que se prometió todo para
concretar o conseguir nada.
No quiero pecar de injusto o desmemoriado, pero es para reconocer que
algunas metas de lograron y en tal sentido debemos citar la compra de
tecnología en comunicaciones y control callejero por imágenes, que más
aprovechará la gestión municipal en su empecinamiento recaudatorio a través de
las multas, por las infracciones que detecte un sistema que no es para eso.
Es cierto que se compraron vehículos, todos brillantes, ploteados a la
alta escuela, hermosos y vistosos para los desfiles, pero representan un
motorizado fracaso porque no patrullan en prevención, porque los cantados
controles en los puentes para poco sirven, porque las demoras para acudir a las
emergencias son en verdad imperdonables si se las califica realmente como son.
En definitiva debemos caer siempre a lo mismo, con nuestro viejo y
gastado argumento que las cosas no cambiarán mientras no se diseñe, legisle,
aplique y controle una auténtica política integral de seguridad que nos proteja
con la imprescindible prevención.
Es por todos estos argumentos, que llama la atención la preocupación que
dicen tener las autoridades del área, por la reiteración de casos mal llamados
de “justicia por mano propia” lo que no es legal ni aconsejable pero existe
porque no hay autoridad que evite con su accionar esa reacción popular.
¿Se asombran por la cantidad de armas que andan dando vueltas en la ciudad
en manos de vecinos hartos que los roben? No se sorprendan, porque si la
inacción sigue reinando por encima del esfuerzo y de la prevención, tendrán más
actuaciones judiciales contra quienes obren en defensa de lo que el poder no
les defiende, que contra la delincuencia organizada que les viene ganando esta
guerra.
Y de paso, que ahonden las investigaciones acerca de aquel increíble
robo de armas de la mismísima Jefatura, que de vez en cuando aparecen como
parte del armamento de gavillas de asaltantes, salteadores de ocasión o
integrantes de pandillas dedicadas al narcotráfico gozando de una increíble y
sospechosa impunidad.
Difícil alcanzar esos objetivos si los cambios siguen siendo cosméticos
y se hicieran “a cara de perro”, sin amiguismos, padrinazgos, compromisos
políticos u obediencia debida…
Las obras como parte
del proselitismo
ARREGLO DE LAS PLAZAS: MANTIENE UN RITMO
CANSINO Y ONEROSO COMO EL DE LA
CAMPAÑA
No es cuestión de ponernos a memorizar los
anuncios que oportunamente se hicieran cuando la gestión actual de la comuna
capitalina decidió dejar de lado otras innegables prioridades y lanzarse al
bombardeo de numerosas plazas de la ciudad, muchas de ellas íconos barriales
insustituibles como también irreemplazables a la hora de su goce por parte de
los vecinos.
Lo que si recuerdo vívidamente es que por
declaraciones de algunos funcionarios municipales, esas obras estarían concluidas
para antes de la finalización del 2021 y alguno de ellos se atrevió a decir que
era un compromiso con los vecinos, para que volvieran a gozar de esos lugares
para su esparcimiento.
Ya pasó diciembre y estamos cumpliendo un
tercio del año corriente y las plazas lucen semiabandonadas, salvo algunas
incursiones de cuadrillas no muy numerosas que llegan, hacen algún trabajito,
pintan -porque ello también se hace y no tan sólo en las calles y veredas- y un
vehículo oficial luego los carga y los lleva a otra de las plazas bombardeadas,
hacen lo mismo, se sacan la foto y la rueda vuelve a girar…
Nunca falta un atolondrado amante del
alpedismo que se dedique a la asociación de fechas, para plantearse un
sinnúmero de posibilidades con relación a los trabajos que se hacen en la
ciudad y a uno de ellos se le ocurrió comentarme que todo se estaba haciendo
teniendo como base de realización la fecha de las elecciones tanto provinciales
como municipales, y en cuanto a las nacionales les restó trascendencia
desvinculándolas de este asunto.
Se manejan así, me dijo, para tener
aseguradas dos o tres inauguraciones diarias un par de meses antes de los
comicios, para venderles a la gente que se ocupan de ellos hermoseándoles el
barrio.
Hasta allí uno de los puntos, pero vale
aclarar que el barrio necesita otras obras, reclama que no se revienten las
cloacas, que los baches no se rellenen con tierra, que los yuyales dejen de ser
un foco de mosquitos, que las luces led no sean solo para algunos sectores, que
les retiren la basura y limpien sus calles, que los centros asistenciales
tengan insumos suficientes para asegurar un cometido sin problemas…
En fin, mientras todo se haga con miras
electorales, deberemos acostumbrarnos a las decepciones que siempre, siempre,
arrastran las demagogias…
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PUNTOS DE VENTA DEL LIBRO “LA
SOCIEDAD Y LOS MIEDOS”
Es una especie de ensayo acerca de esta
temática que tanto nos abruma. Me tocó escribir sobre un problema bastante
conocido y demasiado estudiado -los miedos- y la parte técnica, con
interesantes propuestas para recuperar aquella seguridad que supimos gozar años
atrás, estuvo a cargo del joven escritor Marco Antonio Séptimo, graduado en esa
especialidad tan aplicable que es la seguridad.
Los puntos de venta del libro “La sociedad y
los miedos” son los kioskos de revistas de las dos terminales de ómnibus, el kiosko
de Plaza Rivadavia de Alta Córdoba, el de Plaza San Martín, el de plazoleta
Ferroviarios, de Sara en la esquina de General Paz y Baigorrí y en Villa Carlos
Paz en el kiosko de Claudio, San Martín 1486.
Poco a poco iremos ampliando la distribución
de este trabajo.
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