Desgrabación
de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los
buenos” del 8 de enero de 2017, emitido por AM580 Radio Universidad de Córdoba.
CON
UN LAXANTE NO ALCANZA
Desde hace tiempo -lastimosamente bastante
tiempo- venimos pregonando acerca del calamitoso estado de la institución
policial, carcomida por una corrupción maquiavélica que sepulta el sacrificio,
la dedicación, el coraje y el compromiso que distinguen a muchos exponentes de
la fuerza, seres atormentados por una realidad de carencias que la sumen en la
total incapacidad de prevenir y le condicionan el accionar represivo por la
cercanía existente entre los infieles y el hampa impunemente enquistada en la población.
De nada han venido sirviendo los crecientes
índices de delincuencia, manipulados burdamente en absurdas comparaciones con
otros lugares del mundo, cuando lo que interesa es lo que sucede en Córdoba
aunque en Río de Janeiro, Londres, el Harlem neoyorkino, Caracas o Turquía la
inseguridad sea superior.
Cuando la policía está conducida más
política que profesionalmente sucede lo que ahora nos aflige y ha llevado al
absurdo tantas veces repetido, de ver subvertidos los valores hasta el punto
que la gente honesta debe permanecer entre rejas, mientras los delincuentes
andan sueltos.
Y a la gente le duelen ciertos silencios,
porque advierten que se rompe únicamente para anuncios demagógicos y sólo pocas
veces, para la explicación de situaciones comprometidas o el sano y olvidado
ejercicio de la autocrítica.
Como si lo que está pasando dentro de la
policía fuera inevitable.
Como si el poder político, no tan sólo el
actual sino que viene de varios años, no tuviera directa responsabilidad acerca
de las consecuencias emergentes del mal manejo de la institución, a cargo de
funcionarios elegidos precisamente por quienes gobiernan la provincia.
El ingreso incontrolado de efectivos está
mostrando ahora, penosamente, el nivel de los errores cometidos y la omisión de una prolija revisión de antecedentes de los
candidatos, en la mayoría de los casos incorporados por recomendaciones
partidarias y en pago de favores.
Lo venimos
sosteniendo y reiterando frente a la deliberada sordera gubernamental, con
funcionarios que optaron por hacer tontas comparaciones, esconder la gravedad
del crecimiento delincuencial y la podredumbre interior de la fuerza, que
revienta con episodios lamentables y de ribetes tan inéditos como increíbles.
Las
vinculaciones de malos policías con los narcos, la sustracción de armamento, el
alquiler
de armas para la consumación de ilícitos, la desaparición de dinero y
valiosos efectos de las dependencias, son solo algunos detalles de la realidad
imperante que se pretende subsanar con algunas sanciones, contados
desplazamientos y otras medidas punitivas.
También hasta
el cansancio lo hemos dicho: si la Policía de Córdoba no limpia su mugre interior,
nada podrá hacer para limpiar la mugre de afuera.
Que nadie
vaya a sentirse ofendido u agraviado, si de ahora en más en este comentario nos
regimos por las definiciones de la Real Academia Española con relación a los
vocablos de nuestro rico idioma.
Un laxante
es una preparación usada para provocar la defecación o la eliminación de heces.
Los laxantes son mayormente consumidos para tratar el estreñimiento …
Y a la hora
de
purgar dice ”limpiar, purificar una cosa quitándole todo aquello que no
le conviene || Satisfacer con una pena lo que uno merece por su culpa o delito
|| Desvanecer las sospechas o cargos que hay contra una persona || Liberarse
uno de cualquier cosa que causa perjuicio”.
Está todo
dicho: el gobierno le ha dado un laxante a su policía, cuando en realidad y
perentoriamente, necesita la más eficiente y profunda de las purgas.
Quienes
tengan limpias sus entrañas nada deben temer.
Los otros,
esos que tanto daño nos vienen haciendo, que vayan reforzando sus inodoros.
MUNICIPALES EN PIE DE GUERRA
La lucha actual del sindicato
municipal es por el pase a planta permanente de un centenar y medio de contratados,
o sea cerca de 150 cotizantes más a las arcas del organismo sindical conducido
eternamente por Rubén Daniele.
Es de asegurar que el objetivo
será logrado, como un resultado más de esa costumbre de sostener un estado de
permanente conflicto con reclamos, requerimientos y caprichos que van saltando
de dependencia en dependencia, con lo que se busca presionar sin el riesgo de
recibir sanciones o descuentos de haberes.
Es el perverso estilo que se
consagrara frente a la pasividad y ciclotimia de las autoridades comunales, que
para no soportar el descontento del personal accede a cada planteo, elevando
considerablemente el monto de la masa salarial por las constantes mejores, agregados
y nombramientos en planta, la que debe estar llegando a los 12.000 empleados.
Y con un agravante: que hay más
empleados y menos y peores servicios, porque la inactividad no se remienda y es
necesario tercerizar algunas tareas que se pagan internamente, pero que no
llegan a los vecinos.
Esa es la ventaja de una
dirigencia combativa, es el argumento que pregonan muchos de los beneficiarios
de ese estilo, sin importarles en absoluto los reclamos de la comunidad ni el
deterioro de las prestaciones.
Lo que no advierten, o
prefieren soslayar, es que con tantos miles de rehenes como los que tiene el
gremio municipal, cualquier dirigente es combativo y puede cansarse de ver cómo
delante de sus marices, no son pocos los que se bajan los lienzos.
Y a todo eso, lo siguen
pagando, y muy caro, los vecinos de esta muchas veces castigada ciudad.
LA CONTROVERTIDA INIMPUTABILIDAD
La discusión es si a los l4
años una persona puede hacerse cargo de sus actos con la misma responsabilidad
que una de 16 o aún mayor.
Los planteos son jurídicos,
éticos y prácticos con demasiados protagonistas que van desde
el gobierno, los
legisladores, los juristas, las entidades dedicadas a la defensa de ciertos
derechos y la Iglesia Católica que ha terciado en el asunto.
Seguramente todo esto es sólo
el comienzo de un debate tan amplio como necesario -y diría más,
imprescindible- que puede demandar cierto tiempo, siempre y cuando no se
pretenda hacerlo realidad llevados por algún apresuramiento.
Las prisas no son pocas porque
ya estamos transitando un año electoral y para los políticos, cada acción se
mide con eventuales votos a favor o en contra. Esa es la medida real que poco a
poco se va alimentando con especulaciones.
Lo cierto, lo urgente, lo que
reclama la población es una acción de cualquier índole que termine con la
impunidad de una delincuencia precoz, que es aprovechada por los mayores en
propio resguardo de la vida y del botín.
¿O alguien piensa que es casual
el marcado crecimiento de la participación de menores en hechos delictivos?
Es en realidad una tendencia
que viene creciendo al amparo de los beneficios que le aportan al hampa, que en
materia de inteligencia es más hábil y versada que la legalidad personificada
por los funcionarios que dicen conocer la problemática y solo tienen una idea
sesgada de la realidad.
La inimputabilidad a una edad
determinada, a mi humilde entender, es sólo desplazar el problema por la
distancia de dos, tres o cuatro años, según como se aplique.
Lo que necesita la sociedad argentina
es una solución a la inseguridad reinante que esté por encima de estos hechos
que en definitiva son más enunciativos que prácticos, o aplicables a los
tiempos que vivimos.
La incorporación del narcotráfico
a todos los niveles y tipo de delincuencias, ha multiplicado
la peligrosidad a
la que estamos sometidos y por incapacidad oficial, hasta penosamente
resignados.
En Suiza el límite son los 7
años y para nosotros, es de 16.
El Episcopado Argentino no
quiere que conviertan a los jóvenes delincuentes en enemigos sociales, sin
pensar que la propia sociedad puede llegar a un punto, ahora cercano, de
convertir a esos delincuentes precoces, en víctimas fatales de la defensa
propia.
Y al sostener el organismo
eclesiástico que la medida de bajar la edad no sería razonable en un año
electoral, está haciendo lo que siempre hizo: meterse en política creyendo que
la gente no lo advierte.
Pero alguna razón les asiste:
el Estado, antes que nada, debería garantizar los derechos de la niñez.
CAMINO CULEBRÓN Y CAPRICHOSO
Una de las sabias maneras de
abordar el ahora gracioso y cómico tema del camino de El Cuadrado, es hacerlo
con humor porque la desesperación inicial, las frustraciones por sus cierres
habituales, la vergüenza que provocan sus breves reaperturas y la reiteración
de los aluviones, nos llevan a pensar que se ha montado una escenografía de
comedia en un imponente escenario natural.
La verdad, ya son incontables
las veces que se hizo necesario interrumpir el uso del bonito trazado y siempre
se esgrimió la urgencia de su reparación definitiva con miras a las temporadas
turísticas, tanto en verano como de vacaciones de invierno.
Y allí iban las cuadrillas, los
camiones con material, las excavadoras, los ingenieros y todo lo necesario para la terapia intensiva
del trazado más costoso de la historia cordobesa, y el que más tiempo ha
demandado -aunque no hay que cerrar los cómputos- para su habilitación
definitiva.
En homenaje a los ciudadanos
tributarios de impuestos, ¿se han encarado investigaciones administrativas para
deslindar responsabilidades en cuanto a los estudios, proyectos y realización
del camino?
¿Se han documentado
fehacientemente las fallas que se fueron detectando, las que obligaban a un
nuevo papelón de anunciar lo que ya se ha hecho previsible?
¿Se conoce a los verdaderos
responsables de estas frustraciones y si esas se dieron por impericia, ignorancia
o malicia?
Al camino de El Cuadrado lo han
hecho casi de nuevo unas cuatro o cinco veces, y nada de eso, queremos suponer
que es gratis.
¿Cuánto nos viene costando hasta
ahora este culebrón rutero?
Hay una buena manera de
financiarlo: emitir una raspadita gratuita donde los cordobeses arriesguemos
una fecha cierta para su rehabilitación definitiva o para su cierre final, que
lo convierta en la pista de patinaje más extensa del mundo.
Los ganadores tendrán derecho a
un premio en efectivo y un álbum con fotografías de los reiterados desastres,
para atesorar como parte de la historia.
De la historia de lo que se
hizo con dinero de todos, para beneficio político de quienes necesitaban
prometer y se apuraron a gastar sin advertir que la obra sería una porquería.
O lo supieron y lo callaron, lo
que ya sería imperdonable …
LOS REYES MAGOS Y LA MEGACAUSA DEL REGISTRO
Llegaron
los Reyes Magos y pasaron también por los zapatos de los familiares de la causa
del Registro de la Propiedad y haciendo honor a su generosidad de siglos, les
dejaron muy útiles e invalorables regalitos.
Entre
ellos, voz y convicción para
reclamar la libertad robada por la prisión preventiva, palabra para denunciar las condenas anticipadas, discernimiento para encontrar la
verdad aún escondida y valor para
no doblegarse ante la extorsión.
En sus bolsas traían interesantes porciones
de razón para exigir
imparcialidad fuera de la comisión especial, sentido común para enfrentar las opiniones preconcebidas
y mucho de objetividad imprescindible
a la hora de desarmar la íntima convicción.
Y seguramente por tener referencias de lo
que ocurre en algunos sectores de la justicia cordobesa, Melchor, Gaspar y
Baltazar dejaron también sano juicio para enfrentar la arbitrariedad, rectitud para anular los privilegios, luz destinada a defender
la letra de la Constitución y paciencia; mucha paciencia, enormes volúmenes de
paciencia para esperar una Justicia verdadera, transparente, desinteresada e
insobornable.
Antes de encarar con los camellos en
dirección a sus pagos y en un derroche
de caridad, no olvidaron dejar a esos
estoicos luchadores, para aliviar algunos efectos de su batallar, mucho de humor y salud para el aguante.
Porque hace
tiempo un viejito protestón y guerrero de la paz ya nos enseñó a nosotros y al
mundo entero que perder la paciencia es perder la batalla.
Esa era
la fuerza y la convicción que guiaban y empujaban al Mahatma Ghandi.
CUENTOS EN EL BLOG DE S.L.B.
Debo confesar que por allí se me ocurre escribir más allá de temas
periodísticos, y en este caso he optado por transformar en cuentos cortos
algunos hechos emparentados con casos reales, abordados desde la informalidad y
alentados por la única intención de entretener durante el cálido enero
cordobés.
Resumiendo, cuentos para leer en short y
ojotas.
Es una breve serie de cuatro entregas sabatinas, como adelanto de mi
próximo libro que presentaré en el curso de este año con el título "25
Coleccionistas", dejando en claro que no se trata de literatura de alto
vuelo para atesorar en bibliotecas, sino más bien de un trabajo testimonial con
algunas pretensiones de no incurrir en bochornosos papelones.
Me apresto gustoso y con cierta ansiedad, a recibir críticas y
sugerencias que me guíen en este maravilloso camino que me llevó al vicio de
escribir, sin más expectativas que divertirme hacia adentro y hacer partícipes
de este acto casi demencial, a todos quienes me conocen o empezarán a
conocerme.
Ayer fue la primera incorporación al blog
con una breve historia que causó un alto impacto: El coleccionista de peines.
El sábado próximo será El coleccionista de
sueños y al sábado siguiente el El coleccionista de celulares hasta que
lleguemos al coleccionista de miradas, que es la historia de Wally.
Con todo mi afecto y agradecimiento, cada sábado los estaré esperando.
MEJORA EN LOS DESAGUES
Unos cuantos años atrás, las
inundaciones que se abatían sobre Alta Córdoba con cualquier chaparrón de 40
milímetros, solían tener como secuelas la pérdida de alguna vida humana, daños
enormes y la paralización de la actividad en extensos sectores del barrio.
Por fortuna, es bueno resaltar
la trascendencia de las obras imprescindibles que son motivo de reclamo, pero
que no se ven a la hora de concretarlas, con lo que dejan de ser material para
alimentar la demagogia. No se ven pero
encierran un elevado valor social que en parte cicatriza las heridas que dejan
la imprevisión y la falta de obras esenciales.
Cruzar ciertas esquinas de la
zona, en el damero que limitan Alem, Diagonal Ica, las vías del Belgrano al
norte y Jerónimo Luis de Cabrera era una especie de riesgoso turismo de
aventura, con el agravante que la masa de agua solía tardar horas en
desplazarse, con lo que se resentía toda la actividad en el dinámico sector de
la ciudad.
Las obras demandaron buen
dinero de las arcas municipales a lo que se sumaron aportes externos y
demasiado tiempo hasta concretarlas, lo que lógicamente incidió en el quehacer
diario de arterias principales como Los Granaderos y otras vías de intenso
movimiento, que debieron permanecer cerradas.
Ya es posible cruzar ciertas
peligrosas esquinas como las de Alem, o Fragueiro y Baigorrí o circular por
ésta entre Urquiza y Juan B. Justo.
Los desagues funcionan a la
perfección y el retorno a la normalidad demanda pocos minutos.
Y ahora cada vez que comienza a
llover, se viene disipando aquella costumbre de rezar mirando hacia el cielo.
LAS VACACIONES Y EL TEATRO
Por lo menos medio centenar de
propuestas de espectáculos de toda laya ocupan las marquesinas, los cartelones
y las pizarras de los lugares habilitados a tales fines en Villa Carlos Paz y
en otros centros turísticos -y no tanto- de la provincia.
Asoma como algo exagerada la
oferta y el peso de la calidad de unas, la improvisación o la bazofia de otras
y el precio, que serán los elementos que en no más de una semana, empezarán a
mostrar las posibilidades de subsistir a los más aptos, como asimismo
apresurarán las valijas de los que tendrán que irse.
Es por eso que bien vale
calificar las intenciones de los que vienen a la temporada serrana,
especialmente desde Buenos Aires, porque a los locales ya los conocemos y
sabemos cuáles son sus posibilidades tanto para éxito como para el derrape.
Pero del puerto viene cada
engendro que nos lleva a pensar que la intención, más que de ofrecer un
espectáculo digno que mueva al aplauso y la notoriedad, encierra la mezquindad
de pasar las vacaciones gratis y juntar unos pocos manguitos.
Al repasar los nombres de
algunas de esas que les llaman obras, cuando son en realidad la presencia de
algún patético o mediático personaje, se fortalece esa idea de pasarla bien al
menor costo posible.
La verdad, no merecemos que
algunos pretendan tomarnos por imbéciles, pero bueno sería que a futuro, los organismos
que
autorizan o no esas presentaciones, tuvieran al menos la delicadeza de
evaluar cada proyecto antes de habilitarlas a subir a un escenario.
Las entradas más baratas rondan
los 350 pesos, equivalentes si pensamos con el estómago a tres kilos de asado,
a cuatro botellas de vino, o la boleta de la luz si van dos personas.
Es gracioso y a la vez suele
provocar pena, conocer a quienes deben bajar los brazos, armar sus petates y
mandarse a mudar después del fracaso.
Todo eso sería evitable si se
actuara como con la inseguridad, que la mejor manera de superarla es con
prevención.
Y hay muchos mal llamados
“espectáculos” que solo sirven para resaltar ante el público, si es que vá, las
últimas cinco letras.
LOS POLÍTICOS EN LOS FESTIVALES
Arriesgándose muchas veces a
tener que agacharse ante una silbatina u otras expresiones de rechazo, lo más
importante es hacerse ver, sonrreir, acceder a reportajes y disfrazar a veces
las angustias de una crisis por la mentirosa bondad de la hipocresía.
Pero todos van, o casi todos y
en tal sentido la memoria reciente nos aporta que en su momento tuvieron más
trascendencia las ausencias que algunas anunciadas presencias.
El tema es que se comete un
cierto nivel de injusticia, porque esos políticos, sean o no gobernantes en
funciones, privilegian el escenario de la fiesta por encima de las carencias y
necesidades de la población donde se concreta el acontecimiento.
Es así que poblaciones
pequeñas, con fiestas regionales o netamente locales, morirían de placer si
alguien se hiciera presente para demostrarles afecto, o ayudarlos con algún
subsidio, tan necesario como los que demandan los grandes festivales para
satisfacer los elevados honorarios que perciben los artistas de primera línea.
Si nos ponemos a ver, en
Córdoba y en toda la geografía nacional se llevan a cabo cientos de festivales
y encuentros folklóricos, en poblaciones que tienen una ínfima figuración en
los mapas, pero que también padecen los olvidos
de quienes los consideran, más que por sus necesidades, por el número de
votos que representan.
En Jesus María y en Cosquín,
puntos de encuentro por excelencia, veremos desfilar a todos, de todos los
colores y pensamientos.
No es malo que lo hagan, pero
mejor sería que a esa acción la replicaran allá, en esos lugares condenados al
olvido, o donde los guadales le pintan a la gente un rostro parecido al de la
desesperanza.
Es allí donde los esperan con
los mejores aplausos.
¿Alguien se animará, este
miércoles, a pedirle al Presidente Macri en su visita al festival de Jesús
María, que con esos caballos se adopte el mismo temperamento que rige con los
perros galgos y los gallos de riña?
Habrá que esperar, diría
Laurita Baggio, luchadora contra el maltrato a los animales.
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