Desgrabación de los comentarios del periodista Gonio Ferrari en su programa “Síganme los buenos” emitido el domingo 1 de agosto de 2021 por la AM580 Radio Universidad Nacional de Córdoba.
Se imponen mayor disciplina y mejores controles
CON LA NUEVA VARIANTE DEL VIRUS ES COMO
SI NOS APRETARAN EL CANDADO DEL ENCIERRO
Si algo nos faltaba dentro del
universo de angustias, temores, encierros, lamentaciones, desencuentros y otras
calamidades por el estilo, era la llegada de aquella anunciada tercera ola del
virus, a la que calificaban -y con razones ahora a la vista- como de más
elevada letalidad que las dos olas anteriores.
Algo de suerte nos viene acompañando porque con las experiencias adquiridas en el ataque inicial, venimos aprendiendo a un elevado costo en vidas que superan las más tétricas previsiones que pocos aventuraron a divulgar, aunque el escenario de improvisaciones, errores, omisiones, remiendos y aprovechamiento político de la situación poco hayan cambiado.
Y como la cuestión no pasa solamente por recriminar esa ciclotimia operativa y el relajamiento de los controles para evitar el acceso a nuestro territorio y a nuestra gente de la nueva versión Delta, lo que ahora se impone es redoblar la tarea preventiva y no caer víctimas de este reciente ataque de exitismo oficial que poco menos llamó a celebrar el triunfo en la batalla, sin darse cuenta que el enemigo estaba cargando sus cañones y aquí estirábamos y seguimos estirando los plazos de vacunación.
Esto se advierte en dos clases de vacunas, la Astrazéneca y la Sputnik V recientemente puestas en duda con argumentos científicos, a lo que debemos agregar, para nuestra desgracia, el rechazo de algunos loquitos a la donación de inmunizantes que nos hiciera el gendarme universal del Norte.
Venimos retrasados, lo que es inocultable, emergente agravada por la virtualmente imparable debacle económica con un dólar inmanejable pese a los esfuerzos que dicen están haciendo, los quebrantos que ya dejaron de sumar para multiplicarse con sus secuelas de desocupación, crecientes angustias, dolorosa mortandad, y la perspectiva cierta de vernos obligados, por las circunstancias, a regresar a etapas que pensamos -y no faltaron quienes lo aseguraran- que habíamos superado.
Ardua será la tarea de reforzar los hisopados y todos aquellos estudios que permitan la detección más precoz posible de la instauración del nuevo virus en la población, para lo que seguramente habrá que apelar a una rigidez de aislamientos que no siempre fue respetada desde abajo ni desde arriba, porque los ejemplos desde ambos sectores son los que sobran y ya fueron incorporados a la historia de lo nefasto y más graves aún, por su inicial condición de evitables.
Tomemos como hecho aislado el ingreso de una persona que fue portadora de la peste con ropaje distinto porque si no era ese, sería otro después y no es momento tanto de encontrar culpables, sino la imperiosa necesidad de tener a mano a los responsables tanto de evitar que eso se repita como de quienes estén en condiciones de presentar batalla.
A esta peste en su versión actualizada hay que vencerla entre todos, porque todos, todas y todes si así lo prefieren, estamos en la extensa nómina de eventuales víctimas, aunque desde el poder y con tiempo suficiente ya se hayan tomado las privilegiadas precauciones necesarias para garantizar la propia supervivencia.
No cometamos la estupidez del desacato aunque sospechemos que nos están vendiendo humo, porque en una de esas se trata del humo salvador y no cometamos tampoco el pecado de la soberbia, de sostener que eso le pasa al vecino y no a nosotros, como cuando desde arriba se perpetran -porque ese es el término correcto- actitudes suicidas como por ejemplo organizar en dudoso provecho político un velatorio multitudinario, el regreso del público a las tribunas, la rehabilitación de los bailes y otras cuestionables medidas por el estilo.
Si las circunstancias y la supervivencia se garantizan con encierro, pero encierro para todos y vacunas para todos, tengamos la inteligencia de aceptar no como solución a una circunstancia, sino como un himno a la maravilla de seguir vivos.
Piense Ud. como piense, está pagándola…
LA CAMPAÑA PRECOMICIAL LE SALE BARATA AL
CORDOBESISMO, GASTANDO DINERO DE TODOS
Es cierto que el Estado -que
somos todos- tiene legislado ayudar a los partidos políticos con generosas
sumas de dinero de acuerdo tengo entendido a la cantidad de sufragios recibidos
en los comicios anteriores, o un sistema parecido, dineros que se destinan a
las campañas preelectorales y a la impresión de las boletas, en estos tiempos
que lo mediático supera muchas veces a la realidad de lo que se ofrece como
producto destinado al consumo.
Y como la política es por lo general artículo de consumo, en las campañas se han integrado especialistas marketineros, cerebros de las encuestas que por lo general sirven para demostrar fracasos de cálculos, estudiosos de tendencias y hasta brujos lectores de borra de café, interpretación de líneas de las manos y otros apegados a las ciencias ocultas y brujerías parecidas.
Pero la verdad, en realidad, radica en las urnas y no hay vueltas que darle porque la historia nos viene enseñando que pocas veces y en casos estrictamente puntuales, se cumplieron todos los vaticinios de quienes se dicen ser y cobran buena plata, especialistas en esto que es más una adivinanza que el producto de sesudos estudios.
Sin embargo y esto ha sido y es una constante en todas las épocas, a la manija de la campaña la tiene por lo general el dueño del poder en cada caso, le llamemos oficialismo, propietario indiscutible de esa curiosa potestad de pensar que todos somos tontos y creemos eso, que divulgar los actos de gobierno como ellos lo explican es sólo eso, y no caer descaradamente a la utilización del dinero de todos para pagar campañas mediáticas que, vale reiterarlo aunque no les entren balas, que muchas veces son más onerosas que las obras a inaugurar -en casos recientes de a metros- aunque el contribuyente obligado piense con libertad de otra manera distinta a la de los dueños, precisamente, del poder.
Bahhh..,. yo me entiendo: resumiendo, con el dinero de todos -piensen como piensen, comulguen con ellos o no- se paga para que los medios recauden el fruto de esas campañas que tiñen de ejecutividad y dedicación a quienes pagan para que eso se divulgue, aunque sea dudoso o poco cierto.
Cuando pensamos que el dinero que tributamos en impuestos, tasas y otros aprietes en muchos casos para no recibir contraprestaciones de servicios por eso, se aplican a la promoción preelectoral, haciendo aparecer como protagonistas de ciertas obras a personajes que poco tienen que ver con ellas pero es necesario hacerlos conocer, es cuando entendemos con íntima tristeza, que nos están tomando el pelo.
Pero mientras el silencio de quienes se dicen opositores sea la compañía de quienes se burlan porque en su momento cada uno hizo lo mismo, el dinero de la gente no irá como se pregona a la salud pública, a la educación, a la seguridad, hacia el sector más vulnerable de la sociedad que son los jubilados, o a la atención de la minoridad, al mejoramiento de la Justicia y otros destinos, sino a poner en la vidriera a ignotos que necesitan trascender.
Y así estamos, viendo el festival del autobombo mientras educación, salud, seguridad, justicia y otros beneficios que se nos niegan siguen postergados.
Los argentinos, en tal sentido, debemos ser los campeones mundiales de ese deporte que muchos le llaman “esperar”…
Memoria y archivo
SIGUEN ROBANDO A MANSALVA Y MUY
POCO CAMBIÓ DESDE 13 AÑOS ATRÁS
Cuando uno lee los diarios y
advierte que hay más espacio dedicado a los hechos delictivos que a la
política, caemos en cuenta que las cosas no andan bien.
Bueno, la verdad, más que no andar bien, cada día estamos con peores realidades porque es increíble la cantidad de robos, asaltos, salideras, arrebatos, etc. que nos conmueven pero ya ni llegan a sorprendernos, aunque lo que si nos preocupa, es el notable aumento de la violencia en estos hechos.
Llegamos entonces a la conclusión que existen dos elementos inseparables de los delitos en los últimos tres o cuatro meses: la presencia de drogas o su abstinencia, y la enorme impunidad de que gozan los delincuentes.
Las estadísticas dicen que en Córdoba es donde más droga se consume, y me preocupa que el gobierno no se preocupe, porque si se preocupara, distintas serían las cosas. El error está en el marketing, ante la creencia que la gente va a sentirse menos insegura, si le dicen que secuestraron 15 gramos de pasta o detuvieron a un carterista.
La gente se va a sentir más segura cuando se vea amparada, protegida, cuidada, patrullada y contenida. En pocas palabras, cuando la prevención -que no deja réditos publicitarios- sea más importante que la exhibición aislada de éxitos policiales.
Para llegar a eso, alguna vez las autoridades se tomarán la molestia, o la inteligencia, de instaurar una genuina política integral de seguridad, que reemplace a los remiendos ciclotímicos que patéticamente nos muestran.
Evalúen las razones por las que en materia de delitos violentos contra la propiedad, las víctimas son por lo general mayores de 70 años y eso se llama desamparo.
O lo que es peor, no importa porque es viejo.
A estos conceptos no los sostengo ahora: este comentario, gracias al archivo, data de julio del año 2008.
Megacausa del Registro
UN ATRACTIVO PASEO DEL TEMA
POR LA LITERATURA UNIVERSAL
Como si fuera un viaje en el
tiempo y en los libros, los imputados en la causa del Registro de la Propiedad
de Córdoba han sido condenados a recrear situaciones de la literatura mundial.
Así, atraviesan las desafortunadas peripecias de Joseph K en la novela “El proceso”, son protagonistas de la ilogicidad de recibir sentencia antes del juicio como en “Las aventuras de Alicia”, se almacenan para ser utilizados según necesidad en nuevos juicios como en la ficción “Coma”, y viven en el absurdo mundo descripto por George Oswell, en su libro de título 1984, en la que el Ministerio del Amor se encarga de torturar, el de la Paz de hacer la guerra, el de la Abundancia de racionar, y el de la Verdad de mentir.
Tal cual es la actuación del Poder Judicial en la causa, ya que con el encabezado de negocios millonarios se acusa a trabajadores que viven de su sueldo, con el nombre de delincuentes se encarcela a personas comunes sin antecedentes, con reconocida falta de pruebas se dicta prisión preventiva, con evidente duda se condena y con conveniente convicción se ignoran las acusaciones y testimonios contra los altos funcionarios que son en definitiva los dueños del poder.
Hace 168 años se sancionó nuestra Constitución Nacional, estableciendo el derecho a la libertad, a la presunción de inocencia, y a no ser penado sin juicio previo ni juzgado por comisiones especiales.
Con tan clara y útil herramienta, sería interesante averiguar por qué el Poder Judicial de Córdoba no la ejercita en esta causa, en lugar de mantenernos entretenidos reproduciendo cuentos.
Confrontaciones y claudicaciones
LAS OPCIONES DE LA POLITIQUERÍA NAVEGAN
ENTRE GOBERNAR Y ESTAFAR AL ELECTORADO
CON LA NUEVA VARIANTE DEL VIRUS ES COMO
SI NOS APRETARAN EL CANDADO DEL ENCIERRO
Algo de suerte nos viene acompañando porque con las experiencias adquiridas en el ataque inicial, venimos aprendiendo a un elevado costo en vidas que superan las más tétricas previsiones que pocos aventuraron a divulgar, aunque el escenario de improvisaciones, errores, omisiones, remiendos y aprovechamiento político de la situación poco hayan cambiado.
Y como la cuestión no pasa solamente por recriminar esa ciclotimia operativa y el relajamiento de los controles para evitar el acceso a nuestro territorio y a nuestra gente de la nueva versión Delta, lo que ahora se impone es redoblar la tarea preventiva y no caer víctimas de este reciente ataque de exitismo oficial que poco menos llamó a celebrar el triunfo en la batalla, sin darse cuenta que el enemigo estaba cargando sus cañones y aquí estirábamos y seguimos estirando los plazos de vacunación.
Esto se advierte en dos clases de vacunas, la Astrazéneca y la Sputnik V recientemente puestas en duda con argumentos científicos, a lo que debemos agregar, para nuestra desgracia, el rechazo de algunos loquitos a la donación de inmunizantes que nos hiciera el gendarme universal del Norte.
Venimos retrasados, lo que es inocultable, emergente agravada por la virtualmente imparable debacle económica con un dólar inmanejable pese a los esfuerzos que dicen están haciendo, los quebrantos que ya dejaron de sumar para multiplicarse con sus secuelas de desocupación, crecientes angustias, dolorosa mortandad, y la perspectiva cierta de vernos obligados, por las circunstancias, a regresar a etapas que pensamos -y no faltaron quienes lo aseguraran- que habíamos superado.
Ardua será la tarea de reforzar los hisopados y todos aquellos estudios que permitan la detección más precoz posible de la instauración del nuevo virus en la población, para lo que seguramente habrá que apelar a una rigidez de aislamientos que no siempre fue respetada desde abajo ni desde arriba, porque los ejemplos desde ambos sectores son los que sobran y ya fueron incorporados a la historia de lo nefasto y más graves aún, por su inicial condición de evitables.
Tomemos como hecho aislado el ingreso de una persona que fue portadora de la peste con ropaje distinto porque si no era ese, sería otro después y no es momento tanto de encontrar culpables, sino la imperiosa necesidad de tener a mano a los responsables tanto de evitar que eso se repita como de quienes estén en condiciones de presentar batalla.
A esta peste en su versión actualizada hay que vencerla entre todos, porque todos, todas y todes si así lo prefieren, estamos en la extensa nómina de eventuales víctimas, aunque desde el poder y con tiempo suficiente ya se hayan tomado las privilegiadas precauciones necesarias para garantizar la propia supervivencia.
No cometamos la estupidez del desacato aunque sospechemos que nos están vendiendo humo, porque en una de esas se trata del humo salvador y no cometamos tampoco el pecado de la soberbia, de sostener que eso le pasa al vecino y no a nosotros, como cuando desde arriba se perpetran -porque ese es el término correcto- actitudes suicidas como por ejemplo organizar en dudoso provecho político un velatorio multitudinario, el regreso del público a las tribunas, la rehabilitación de los bailes y otras cuestionables medidas por el estilo.
Si las circunstancias y la supervivencia se garantizan con encierro, pero encierro para todos y vacunas para todos, tengamos la inteligencia de aceptar no como solución a una circunstancia, sino como un himno a la maravilla de seguir vivos.
LA CAMPAÑA PRECOMICIAL LE SALE BARATA AL
CORDOBESISMO, GASTANDO DINERO DE TODOS
Y como la política es por lo general artículo de consumo, en las campañas se han integrado especialistas marketineros, cerebros de las encuestas que por lo general sirven para demostrar fracasos de cálculos, estudiosos de tendencias y hasta brujos lectores de borra de café, interpretación de líneas de las manos y otros apegados a las ciencias ocultas y brujerías parecidas.
Pero la verdad, en realidad, radica en las urnas y no hay vueltas que darle porque la historia nos viene enseñando que pocas veces y en casos estrictamente puntuales, se cumplieron todos los vaticinios de quienes se dicen ser y cobran buena plata, especialistas en esto que es más una adivinanza que el producto de sesudos estudios.
Sin embargo y esto ha sido y es una constante en todas las épocas, a la manija de la campaña la tiene por lo general el dueño del poder en cada caso, le llamemos oficialismo, propietario indiscutible de esa curiosa potestad de pensar que todos somos tontos y creemos eso, que divulgar los actos de gobierno como ellos lo explican es sólo eso, y no caer descaradamente a la utilización del dinero de todos para pagar campañas mediáticas que, vale reiterarlo aunque no les entren balas, que muchas veces son más onerosas que las obras a inaugurar -en casos recientes de a metros- aunque el contribuyente obligado piense con libertad de otra manera distinta a la de los dueños, precisamente, del poder.
Bahhh..,. yo me entiendo: resumiendo, con el dinero de todos -piensen como piensen, comulguen con ellos o no- se paga para que los medios recauden el fruto de esas campañas que tiñen de ejecutividad y dedicación a quienes pagan para que eso se divulgue, aunque sea dudoso o poco cierto.
Cuando pensamos que el dinero que tributamos en impuestos, tasas y otros aprietes en muchos casos para no recibir contraprestaciones de servicios por eso, se aplican a la promoción preelectoral, haciendo aparecer como protagonistas de ciertas obras a personajes que poco tienen que ver con ellas pero es necesario hacerlos conocer, es cuando entendemos con íntima tristeza, que nos están tomando el pelo.
Pero mientras el silencio de quienes se dicen opositores sea la compañía de quienes se burlan porque en su momento cada uno hizo lo mismo, el dinero de la gente no irá como se pregona a la salud pública, a la educación, a la seguridad, hacia el sector más vulnerable de la sociedad que son los jubilados, o a la atención de la minoridad, al mejoramiento de la Justicia y otros destinos, sino a poner en la vidriera a ignotos que necesitan trascender.
Y así estamos, viendo el festival del autobombo mientras educación, salud, seguridad, justicia y otros beneficios que se nos niegan siguen postergados.
Los argentinos, en tal sentido, debemos ser los campeones mundiales de ese deporte que muchos le llaman “esperar”…
SIGUEN ROBANDO A MANSALVA Y MUY
POCO CAMBIÓ DESDE 13 AÑOS ATRÁS
Bueno, la verdad, más que no andar bien, cada día estamos con peores realidades porque es increíble la cantidad de robos, asaltos, salideras, arrebatos, etc. que nos conmueven pero ya ni llegan a sorprendernos, aunque lo que si nos preocupa, es el notable aumento de la violencia en estos hechos.
Llegamos entonces a la conclusión que existen dos elementos inseparables de los delitos en los últimos tres o cuatro meses: la presencia de drogas o su abstinencia, y la enorme impunidad de que gozan los delincuentes.
Las estadísticas dicen que en Córdoba es donde más droga se consume, y me preocupa que el gobierno no se preocupe, porque si se preocupara, distintas serían las cosas. El error está en el marketing, ante la creencia que la gente va a sentirse menos insegura, si le dicen que secuestraron 15 gramos de pasta o detuvieron a un carterista.
La gente se va a sentir más segura cuando se vea amparada, protegida, cuidada, patrullada y contenida. En pocas palabras, cuando la prevención -que no deja réditos publicitarios- sea más importante que la exhibición aislada de éxitos policiales.
Para llegar a eso, alguna vez las autoridades se tomarán la molestia, o la inteligencia, de instaurar una genuina política integral de seguridad, que reemplace a los remiendos ciclotímicos que patéticamente nos muestran.
Evalúen las razones por las que en materia de delitos violentos contra la propiedad, las víctimas son por lo general mayores de 70 años y eso se llama desamparo.
O lo que es peor, no importa porque es viejo.
A estos conceptos no los sostengo ahora: este comentario, gracias al archivo, data de julio del año 2008.
UN ATRACTIVO PASEO DEL TEMA
POR LA LITERATURA UNIVERSAL
Así, atraviesan las desafortunadas peripecias de Joseph K en la novela “El proceso”, son protagonistas de la ilogicidad de recibir sentencia antes del juicio como en “Las aventuras de Alicia”, se almacenan para ser utilizados según necesidad en nuevos juicios como en la ficción “Coma”, y viven en el absurdo mundo descripto por George Oswell, en su libro de título 1984, en la que el Ministerio del Amor se encarga de torturar, el de la Paz de hacer la guerra, el de la Abundancia de racionar, y el de la Verdad de mentir.
Tal cual es la actuación del Poder Judicial en la causa, ya que con el encabezado de negocios millonarios se acusa a trabajadores que viven de su sueldo, con el nombre de delincuentes se encarcela a personas comunes sin antecedentes, con reconocida falta de pruebas se dicta prisión preventiva, con evidente duda se condena y con conveniente convicción se ignoran las acusaciones y testimonios contra los altos funcionarios que son en definitiva los dueños del poder.
Hace 168 años se sancionó nuestra Constitución Nacional, estableciendo el derecho a la libertad, a la presunción de inocencia, y a no ser penado sin juicio previo ni juzgado por comisiones especiales.
Con tan clara y útil herramienta, sería interesante averiguar por qué el Poder Judicial de Córdoba no la ejercita en esta causa, en lugar de mantenernos entretenidos reproduciendo cuentos.
LAS OPCIONES DE LA POLITIQUERÍA NAVEGAN
ENTRE GOBERNAR Y ESTAFAR AL ELECTORADO
Ese debe ser posiblemente el tema que más sueñan los gobernantes cuando han llegado al poder.
Mucho se ha escrito y se ha dicho acerca del poder y se me antoja recordar en tal sentido a Morón Alcaín, quien supo sostener que “para muchos el poder es la única cuestión. Tenerlo, acrecentarlo, conservarlo siempre, no dejarlo… ¡cuánto se puede con él! Dominan las cosas, las circunstancias y lo que es mucho más, a los hombres; se goza de esa sensación de estar por encima de los demás, de tener sus halagos, sus privilegios. El poder fascina y enceguece al que es dominado por él”. Y esto en contraposición a un proverbio chino que sostiene que “el poder es el mayor enemigo de su dueño”, o Lyn Yutang a partir de su afirmación en el sentido que “el máximo del poder es la iniciación de la decadencia”.
Es probablemente por todo eso que aquellos que acceden al poder, especialmente a través de las urnas y así sea en la actividad partidaria como en la dirigencia sindical, empresaria, social o deportiva, por lo general apenas lo empiezan a gozar, ya están pensando y difícil sería negármelo, en quedarse allí; en perpetuarse y en que nadie ose quitárselo.
¿Será por todo eso también que las reelecciones o las renovaciones de mandatos o cualquier otro mecanismo, está ya incorporado a la mentalidad de los poderosos?
Aunque para muchos mortales, dentro de los que me incluyo, eso se llama angurria, llaman la atención los casos en que por pelear para quedarse estando en el sillón de los poderosos por un tiempo equis, muchas veces se olvidan de ejercer ese poder gobernando, porque más les fascina la continuidad, le perpetuidad en situación dominante.
Hay casos como para hacer dulce con esta temática, pero parece que no existieran medidas, disposiciones ni limitaciones que terminen con esas absurdas pretensiones, de dejar de lado el cargo para el que fueran elegidos, para coquetear con un electorado al que estafaron por abandonarlo, pero ahora lo necesitan para quedarse al costo que fuera.
Actitudes de ese tipo descalifican no tan sólo a quienes incurren en ellas, sino que no deja de ser una ofensa a la buena política, que correctamente ejercida es una actividad maravillosa siempre y cuando se navegue por el mar de la democracia, lejos de las imposiciones y de los autoritarismos que a todo lo ensucian y lo tiñen de casi ilegalidad.
Los funcionarios elegidos para una tarea con beneficio comunitario debieran renunciar a ellas si lo que buscan es progresar, escalar, trepar o como quieran calificar esa postura, que muchas veces se transforma en tapón para las generaciones que aspiran ingresar a ese mundo, de manera especial los jóvenes.
Porque si ese es el camino que nos llevará a una gerontocracia inoperante, aburrida y harta de poder pero no satisfecha por sus beneficios logrados, la historia nos reserva y les reserva a esos personajes, el más ominoso rincón de los olvidos.
Una disyuntiva digna de ser evaluada
¿FARANDULIZACION DE LA FUNCIÓN PÚBLICA Y EL
RESPETO A LA INTIMIDAD DE QUIENES GOBIERNAN?
Apelando a los sabios, bien vale citar a un capo en cuanto a definiciones como Ortega y Gasset -quien era una sola persona y no un dúo como supo comentar no hace mucho tiempo un político argentino- quien aportó en su momento y hace años, a una delicada cuestión como lo es la intimidad, sosteniendo que “la falta de respeto a la soledad íntima del otro es una de las causas más frecuentes de discordia entre las parejas humanas. A esto se llama incompatibilidad de caracteres, pero los caracteres no son jamás incompatibles. Un hombre o una mujer que escuchen detrás de una puerta, abran una carta del otro o le sigan los pasos, hacen más contra el amor que todos los olvidos, infidelidades y tonterías”… ¿Qué tal…?
Empecemos entonces por el principio: un militante y creo que funcionario macrista, Yamil Santoro, ignoto aunque se comenta youtuber y otros antecedentes que lo vinculan con el macrismo, divulgó o denunció y comprobó con documentación fehaciente según se supo, que una modelo había demostrado una marcada inclinación a visitar la residencia presidencial de Olivos, siempre alrededor de las 2 de la madrugada, donde como se sabe conviven el Sr. Presidente de la Nación y su pareja -dudosa de papeles, diría una chismosa- lo que hizo en alrededor de 60 ocasiones en los últimos meses, sin que se le tomara nota de su presencia tal como lo disponen tengo entendido el protocolo y el ceremonial.
En una actitud que no me corresponde juzgar si fue por compromiso cívico o por envidia, esa denuncia fue comidilla generalizada en el país y con diversos tonos, desde el formal y almidonado imperante en los ámbitos judiciales, como en las conversaciones de pasillo, más cercanas a la intrascendencia que a la importancia.
Que se habló de escándalo, de abuso y otras calificaciones que considero improcedentes, desde que soy un ferviente y fanático respetuoso de dos aspectos: la intimidad familiar por una parte y la preservación del respeto por la investidura presidencial, cuestión trascendente.
Nadie reclamó en su momento las andanzas, entre otros, de Carlos Saúl I de Anillaco ni ciertas amistades tan celosamente guardadas como conocidas por allegados a las respectivas familias, de otros altos mandatarios.
¿Recuerdan cuando se hablaba de farandulización, cuando ciertas artistas de la vida nocturna, o sea del campo rentado, organizaban festicholas en el mismo lugar, con otros presidentes?
Entonces, tampoco es prudente ni sano caer en hipocresías aunque se impone sostener la validez de los ejemplos, más aún cuando se trata de la más alta magistratura de una país como el nuestro, donde la validez precisamente de los ejemplos es una actitud que se transmite por generaciones, no siempre para el bien y suele ser bastardeada hasta transformarse en lo que no se debe hacer.
Digan lo que digan, hagan lo que hagan, que este episodio no sirva para ser utilizado en ninguna campaña porque más allá de la investidura, está de por medio el respeto a la intimidad; a la privacidad, que es un bastión que debiera ser inexpugnable.
De todas formas y para ser equilibrado en el criterio frente a una situación que de ninguna manera se puede considerar aislada, porque cada ocupante de esa residencia seguramente ha de atesorar una que otra situación anómala, al menos para la sociedad, considero atinado apelar, para el cierre, a otras dos apreciaciones que se emparentan con este meneado asunto de Olivos: la Santa Biblia sostiene que “El agua bebida a hurtadillas es más dulce y el pan comido a escondidas es más sabroso”.
Más o menos en esa corriente de profundo y religioso pensamiento, una sentencia de Ovidio: “Las cosas lícitas son insípidas”; lo que estimula sabrosamente es lo prohibido”.
EL RUGBY Y SU CATEGÓRICO EJEMPLO
DE HUMILDAD Y ELEVADO COMPROMISO
Pudieron más el compañerismo, la fuerza, la voluntad, el tesón de estos loquitos que estoy seguro viajaron para divertirse y conocer mundo más que para competir.
Varios cordobeses de los que nos sentimos legítimamente orgullosos integraron esta especialidad de seven, una de las más atractivas facetas de este deporte apasionante, que al menos en su momento les enseñó a otros deportistas que al Himno Nacional hay que cantarlo y no susurrarlo, ni hacer fonomímica o mascar chicle ni acomodarse el pelo teñido en una ceremonia de esa trascendencia.
Ellos, más allá de lo deportivo y de la violencia que algunos exponentes tuvieron para reprobación universal, es lo que los hace grandes, pero grandes de verdad…
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